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- rdf:value = " El señor FUENTES (don César Raúl).- Señor Presidente, los puntos de vista que plantea en esta sesión el Partido Demócrata Cristiano van a ser concretados y resumidos en un proyecto de acuerdo que en pocos instantes más se hará llegar a la Mesa.
Nuestra intervención será breve. Nos interesa que esta sesión sea un diálogo. Queremos recoger los puntos de vista de otros Diputados y responderlos en el momento oportuno, para lo cual reservamos algunos de los minutos que le pertenecen a nuestro Comité.
Con el objeto de encauzar la discusión y obtener algunas definiciones, quisiéramos reiterar lo que en la sesión a que aludía el camarada DiputadoClaudio Orrego, cuando analizamos el quebrantamiento del estado de derecho en Chile, dijimos para señalar responsabilidades e indicar el camino que, a nuestro juicio, debía tomar el Gobierno.
Señalamos en aquella oportunidad que el Gobierno de la Unidad Popular es el único que no puede esgrimir como excusa para no cumplir con el programa comprometido el que carece del apoyo parlamentarlo suficiente. Ha sido excusa casi continuada de los Presidentes de la República el señalar que carecen de un Parlamento que respalde su programa y su acción de gobernante. Precisamente en el gobierno de la Democracia Cristiana, presidido por Eduardo Frei se llevó a cabo una reforma constitucional para que el Jefe de Estado no quedara impedido de realizar su programa por faltan de apoyo institucional suficiente, Y para eso se estableció el plebiscito, no sólo en la etapa del veto, que es donde han surgido algunas discusiones, ya que unos señalan, que se requieren determinados quórum para rechazar las observaciones del Presidente de la República, y otros sostienen la necesidad del trámite de la insistencia. El Presidente de la República tiene ahora en sus manos enviar un proyecto de reforma constitucional y si éste le es rechazado en cualquiera etapa de su tramitación puede consultar al pueblo para que éste se pronuncie sobre su proposición que vaya a alterar las bases de nuestro ordenamiento jurídico constitucional.
Por eso, el Gobierno tenía dos caminos y no ha utilizado el que correspondía o buscar efectivamente la mayoría institucional, a través de un acuerdo con las fuerzas políticas que le permita obtener el consenso mínimo, o usar el camino que ha estado usando el de la formalidad de la ley, traicionando el espíritu que en la ley hay envuelto, caminando por el sendero de los resquicios legales, haciendo un sistema del empleo del decreto de insistencia y otras armas parecidas, que, en definitiva, llevan al Gobierno por una pendiente de progresiva ilegalidad, que va a llevar a la vida institucional de este país a desembocar por senderos que nadie quisiera para la vida chilena. Es este el riesgo, es este el problema.
"
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