-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588384/seccion/akn588384-po1-ds4-ds13
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3049
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/temporal/1292
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3049
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/322
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588384/seccion/akn588384-po1-ds4
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588384
- rdf:value = " El señor RODRIGUEZ.-
Finalmente, y sobre los beneficios de la empresa privada, quisiera responder globalmente las afirmaciones formuladas por los Senadores nacionales y las que formularán. Ellos no pueden negar que recibimos un país azotado por la inflación, con una deuda internacional estratosférica, pues de acuerdo con las últimas informaciones, ella sobrepasa los 3 mil millones de dólares, que estamos renegociando con el Club de París, a fin de aprovechar 300, 400 ó 500 millones de dólares anuales de excedente, precisamente para promover la mayor producción que ellos reclaman. Cuando se recibe un país en estas condiciones, con una economía hipertrofiada y una industria monopólica favorecida por los organismos estatales como la CORFO y que sirvió para afirmar malos negocios y para apuntalar a la empresa privada con préstamos excesivos y avales del Estado, la empresa privada resulta un mito y una gran hipocresía, porque siempre se agarraba de los pitutos del Estado, de los avales del Banco del Estado o de la CORFO y pedía plata al exterior con la garantía del Estado chileno. Entonces, la empresa privada, tan pujante y tan promisoria, resulta una mentira y una ficción; resulta el negocio de unos pocos aprovechadores que disfrutan de la estructura financiera y económica del Estado.
Sin embargo, en este meremágnum de dificultades y hechos negativos se realiza una política económica de gran latitud, que empieza por traducirse en 1971 en el más alto crecimiento del producto nacional bruto de los últimos 10 años, que, según entiendo, sobrepasa el 8%. En seguida, se han alcanzado algunos índices que nadie puede negar, particularmente en el área social. El volumen de producción física en la minería aumenta, y si bien baja el precio internacional del cobre, perjudicando gravemente los ingresos, el volumen de su producción física, a pesar de los pesares, se eleva, porque inclusive aumenta la exportación del metal. La producción de salitre sube en términos tales, que, como sector del área social, permitirá colocar el producto a precios bajísimos, a largo plazo y reducido interés en toda la agricultura chilena.
¡Y crece la producción del carbón en manos de los mineros de Lota y Coronel, con un gerente obrero! ¡Crece también en el área social la producción textil, y ahí están los últimos balances de esos centros industriales textiles.
Es indudable - y en esto concuerdo con algunos que formulan esta crítica - que fundamentalmente ha habido una transferencia del sector privado al área social. Pero, aun así, ha habido mayor producción, lo que demuestra la eficacia de la dirección de los trabajadores, que no es plena ni completa, porque creo que la participación de los trabajadores no está planificada debidamente. Y es insuficiente, aparte que no está orgánicamente expresada. No obstante todo lo anterior, la producción ha crecido en los rubros minero e industrial, y, a pesar de todos los pesares - repito la frase - en el campo de la agricultura ha habido un aumento importante en varios índices de producción.
Por eso, sin duda, la planificación futura debe crear más núcleos productivos industriales, porque hemos ocupado casi a plenitud la capacidad ociosa industrial chilena. Así, el año 1972 constituye un desafío para la Unidad Popular y su Gobierno, porque no sólo habrán de transferirse al área social algunas otras empresas monopólicas que aún se mantienen en el sector privado, sino que realmente deberá crear nuevos núcleos productivos industriales a fin de que pueda hacerse concordar mejor la demanda con la oferta.
Todos sabemos - y lo saben incluso los opositores, que a veces lo callan - que la posibilidad de recursos financieros es limitada por la renegociación de la deuda externa, porque está saturado el crédito internacional, no por nosotros, sino por Gobiernos pasados. Y a pesar de ello, esperamos que en el campo socialista y entre los sectores del capitalismo europeo no comprometidos con la presión del imperialismo norteamericano, se dé realmente un trato ventajoso al Gobierno de Chile, tanto en la renegociación de la deuda externa, a fin de dejar excedentes y aplicarlos a la planificación económica y productiva, como también a través de la asesoría técnica necesaria.
Por ejemplo, ya se ve que para elevar la mecanización de la agricultura es posible incorporar a breve plazo 5 mil a 10 mil tractores, que fundamentalmente se colocarán a disposición del sector reformado de la agricultura, sin perjuicio de entregarlos también a pequeños y medianos empresarios agrícolas.
Como los minutos son escasos y no quiero cansar con mis cifras a mis Honorables colegas, concluyo resumiendo:
Primero, la política de remuneraciones que plantea el Gobierno mediante el proyecto de reajustes que envió al Congreso, es una política compartida por los trabajadores.
Segundo, en esta política de remuneraciones no sólo se trata de trasladar, como se dijo en la Comisión, una masa de bienes monetarios y ponerla a disposición de los trabajadores, sino que de dar forma también a una política de prestaciones sociales de gran vuelo, ambiciosas, que ya se está traduciendo en frutos inobjetables para las familias proletarias de nuestro país.
Tercero, quedan planteados para la economía chilena estos nuevos desafíos: ampliar, diversificar y aumentar el nivel productivo del país a fin de colocar más bienes a disposición de las masas consumidoras, que han visto realmente aumentado su poder adquisitivo.
Nada más, señor Presidente.
"