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- rdf:value = " La señora CARRERA.-
Esas deudas, que a mi juicio deben ser recuperadas, no disculpan en absoluto a la antigua Administración, que al terminar su período debió entregar las cosas en orden.
En la Primera Zona, el señor Moreno recuperó 31.450 escudos de los 2.297.697 escudos prestados; en la Segunda Zona, 16.206 escudos de 32 millones 791.875 escudos, lo que corresponde a 49% de recuperación. O sea, aquí el señor Moreno anduvo bien. En la Tercera Zona, del total prestado recuperó 16%. En la Cuarta Zona, 40%. En esta región obtuvo mejores resultados. En la Quinta Zona recuperó 47%.
Señor Presidente, no dispongo de muchos minutos. En todo caso, voy a revisar estos datos y en una próxima reunión del Senado daré a conocer todas las cifras.
Por otra parte, tenemos interés en que la reforma agraria avance, a fin de que mayor número de familias mejor dicho, todas resulte favorecido. Por eso, estamos impulsando los centros de reforma agraria: porque agrupan predios, trabajan en ellos más familias, aumenta la productividad (de ello parecen ser enemigos algunos antiguos funcionarios), reina más orden y, además, los integran jóvenes y mujeres.
En tiempos pasados, la formación de cualquier asentamiento significaba que, de ciento o doscientos trabajadores, sólo treinta o veinticinco se mantenían en labores. Por ejemplo, en la época del señor Moreno los trabajadores del asentamiento Yáquil, de Colchagua, en el cual laboraban hasta 400 campesinos, se redujeron a 25 y el resto quedó cesante. La antigua reforma agraria era una fábrica de cesantes del agro, y mucha gente que ahora no tiene qué comer fueron víctimas de esa política.
También nos interesa realizar las expropiaciones porque los campesinos necesitan la tierra, y no sólo por el gasto histórico que ello significa.
Asimismo, quiero recordar algunos otros aspectos sobre este problema, por ejemplo las finanzas de la CORA. No podré extenderme sobre el particular, porque desgraciadamente es breve el tiempo de que dispongo. En todo caso, podemos decir que cuando descubrimos que cada asentado costaba 9 mil dólares, también comprobamos que los gastos de administración de CORA ascendían a 300% o más que lo invertido en beneficio de los campesinos. Al respecto, solicito enviar oficio, en mi nombre, para conocer el monto de los gastos de administración de la CORA en los años 1968 y 1969 en los predios expropiados. En virtud de ese antecedente, nos podremos dar cuenta de que esos gastos eran dos, tres y cuatro veces superiores a los que se hicieron en beneficio directo de los campesinos.
El señor NOEMI (Presidente accidental).-
¿A quién desea enviar el oficio, señora Senadora?
La señora CARRERA.-
A la CORA o al señor Ministro de Agricultura.
El señor MORENO.-
Que se incluya mi nombre en ese oficio.
El señor NOEMI (Presidente accidental).-
Por no haber quórum, quedará para ser votado en la sesión ordinaria de la tarde el oficio pedido por Su Señoría.
La señora CARRERA.-
En el Gobierno anterior los campesinos no recibían créditos en abundancia. Lamentablemente, no dispongo aquí de las cifras exactas sobre la materia; no pudimos prepararnos adecuadamente para esta sesión debido a que tuvimos conocimiento muy tarde de su citación. Pero ya en esa época hice una denuncia en el Senado al respecto: el 95% de los créditos otorgados al sector agrícola los concedidos por bancos particulares, por el Banco del Estado y la CORFO, aun cuando se conocía exactamente sólo el monto de lo prestado por estos dos últimos organismos benefició durante gran parte del Gobierno del señor Frei a los latifundistas. Después, con gran esfuerzo, se aumentó a 15% el monto de créditos otorgados por CORA e INDAP. Formulamos esta denuncia oportunamente, como con seguridad lo recuerdan numerosas personas.
En cuanto a la forma como se llevó a cabo la reforma agraria, Sus Señorías deben de recordar que en esta Sala denunciamos que CORA no elaboraba balances ni desarrollaba funciones productivas. Nadie se preocupaba de la producción; no había personal para ello ni para asistencia técnica. Esta última no existía.
El señor MORENO.-
¿Ahora hay balances en la CORA?
La señora CARRERA.-
Sí, señor Señor Senador. Y también hay control sobre sus funciones.
El señor VALENZUELA.-
Yo podría pedir que se envíen, en mi nombre, los balances de CORA.
La señora CARRERA.-
Si Su Señoría me acompaña, podríamos solicitar oficios y más oficios.
El señor VALENZUELA.-
Estoy escuchando las críticas de la señora Senadora, que son iguales a las que hacía la Derecha, especialmente los señores García y Ochagavía.
La señora CARRERA.-
Esas críticas las formulé oportunamente. Me extraña que Sus Señorías pretendan que yo no pueda hacer críticas objetivas iguales a las de la Derecha. Sin embargo, nada dicen por el hecho de que el señor Moreno, antes presunto enemigo de la Derecha en realidad, como hemos visto, se ponía de acuerdo con ella para expropiar, ahora sea íntimo amigo de ese sector político. Se pasean del brazo e, incluso, la Derecha vota por él en una elección complementaria en las provincias de O’Higgins y Colchagua. A nuestro juicio, ello no deja de ser una ratificación del concepto que siempre hemos tenido del señor Moreno, que anda con la Derecha por todas partes, que es uno de sus adalides y que la representa bastante mejor que a algunos otros sectores de la Democracia Cristiana. Por lo expuesto, llegamos a la conclusión de que nuestros análisis políticos de la gestión del señor Moreno tenían fundamentos serios y demostraron la realidad, porque una persona puede disfrazarse de demagogo, pero el tiempo revela su real posición política.
El señor GARCIA.
Nosotros no votamos por el señor Moreno en esa elección: votamos por la libertad y contra el marxismo, lo que es muy distinto. El señor Moreno enarboló esa bandera.
Digamos las cosas como son.
La señora CARRERA.-
Pero ¿por qué les costó tanto?
Es muy raro, porque aquí, aunque no se vota por la libertad, veo siempre al señor Moreno votando en igual forma que Su Señoría. Más aún, muchas veces sectores de la Democracia Cristiana no votan como el señor Moreno, y éste siempre lo hace a favor de las posiciones más reaccionarias, igual que usted y junto a usted.
También tuve el gusto de ir a conversar con el señor Moreno cuando se desempeñaba como Vicepresidente de la CORA, a propósito de las construcciones en los asentamientos, que durante un tiempo se realizaron por administración. Muchos de los obreros de la construcción que laboraban en esas obras y que vivían en la zona que represento comenzaron a preocuparse y alarmarse porque carecían de trabajo. Incluso, los compañeros venían a decirnos que les estaban pagando a pesar de no tener labores que realizar, por lo cual pensaban que a muy corto plazo los iban a despedir. El señor Moreno alcanzó a despedir no dispongo de la cifra exacta a cerca de 350 obreros.
Tuve oportunidad de conversar con el señor Moreno, quien descubrió que la construcción de casas por administración resultaba más cara que la realizada por una firma particular. Pues bien, la responsabilidad de construir tales viviendas se entregó a empresas privadas. Tampoco el señor Moreno tuvo buen tino en esta materia: las habitaciones resultaron más caras.
Pido enviar un oficio para que se nos informe acerca del monto en que subió la construcción de tales casas durante la gestión del señor Moreno, cuando esas obras dejaron de realizarse por administración y se entregaron a firmas particulares.
Sobre la materia, se suscitó un pequeño incidente en el desgraciado valle del Choapa. Los campesinos que allí habitaban debían 50 millones de pesos en 1968 por un predio pelado, sin animales, maquinarias, ni siquiera agua. Todavía más: los campesinos estaban disgustados me consta, porque muchas veces conversé con ellos, porque no querían separarse de sus antiguas casas. Pues bien, en el valle del Choapa se construyeron villorrios. Algunos no sé cuántos, porque no tengo la nómina completa fueron construidos por la firma de Pedro Pablo Errázuriz, no recuerdo bien si en Taihuén, en El Tambo o en otro asentamiento. Pues bien, de las viviendas construidas por este señor a petición del Senador Moreno, entonces Vicepresidente de la CORA, se cayó el 90% en el último terremoto. Hasta el momento, el costo de la reconstrucción de esas viviendas asciende a 400 millones de escudos. ¿A quién le cobraremos esa suma? Como digo, todas esas casas mal construidas se derrumbaron, porque el 10% que no cayó quedó inhabitable.
El señor MORENO.-
¿Y las demás casas quedaron en pie?
La señora CARRERA.-
A las que estaban bien construidas no les pasó nada.
Reitero: todas las viviendas construidas por esa firma resultaron destruidas, y no sólo en el valle del Choapa, sino también en Quillota y en otras partes.
¿A quién cobramos los 400 millones de escudos que el Estado tiene que gastar hasta el momento para reconstruir esas viviendas? Como dije, tales villorrios se levantaron con absoluto desacuerdo de los campesinos, que no deseaban ese tipo de viviendas o de villorrios. En varias oportunidades conversé con ellos y me expresaron que bastaba arreglar las casas que en ese momento ocupaban. Es decir, solicitaban que se les otorgaran los recursos necesarios para repararlas y manifestaban que era innecesaria la construcción de villorrios. Pero las obras se efectuaron aun contra la opinión de los campesinos. Lamentablemente, las casas eran chicas y los campesinos reclamaron porque carecían de lugares apropiados para guardar sus cosechas y porque debían habitar juntos, en circunstancias de que a ellos les gustaba vivir separados. A pesar de todas estas objeciones, como no se tomaba en cuenta la opinión de los campesinos para hacer las cosas, tales villorrios se construyeron, se cambió el sistema de construcción por administración y se entregó la edificación a una firma particular; se elevó el precio del metro cuadrado; y aún más, todas las viviendas resultaron destruidas a raíz del último sismo. ¿A quién se puede reclamar por esto? Sólo nos cabe solicitar el envío de un modesto oficio, para que la posteridad conozca estos hechos por la lectura de las versiones del Senado.
El señor NOEMI (Presidente accidental).-
¿A quién desea enviar el oficio, señora Senadora?
La señora CARRERA.-
Al organismo correspondiente.
El señor Secretario me puede ayudar en esta materia.
El señor EGAS (Prosecretario).-
Al Ministro de Agricultura.
La señora CARRERA.-
Muy bien.
El señor NOEMI (Presidente accidental).-
Si le parece a la Sala, se enviará el oficio solicitado al señor Ministro de Agricultura, en nombre de la señora Senadora...
El señor MORENO.-
Que también se envíe en mi nombre, con el agregado de que se informe acerca del grado de intensidad del terremoto.
El señor NOEMI (Presidente accidental).-
... y en el del Honorable señor Moreno.
Por no haber número en la Sala, la petición de Su Señoría quedará para ser votada en la sesión ordinaria de la tarde.
La señora CARRERA.-
También podríamos solicitar el envío de un oficio respecto de la calidad de la construcción realizada por la firma de Pedro Pablo Errázuriz, porque, en el fondo, eso es lo que estamos discutiendo. De esa manera podremos conocer el costo y la calidad de tales obras, las que, seguramente, con el terremoto se pudo probar bastante bien.
El señor MORENO.- Que también se pida al Colegio de Arquitectos.
La señora CARRERA.-
Y al Ministerio de Obras Públicas.
El señor NOEMI (Presidente accidental).-
También queda para la sesión de la tarde la petición de la señora Senadora.
El señor RODRIGUEZ.-
Pareciera que el oficio lo ha pedido el Honorable señor Moreno.
La señora CARRERA.-
Tiene el derecho democrático de defenderse.
El señor MORENO.-
Quiero acompañar a la señora Senadora en todos los oficios que pida.
La señora CARRERA.-
Quisiera aclarar varios aspectos del discurso del Honorable señor Moreno.
Estimamos que subsisten problemas graves en el campo y que la demagogia de algunos sectores ha confundido a los campesinos. Pero también sabemos que hay etapas para la comprensión de determinadas políticas, y nosotros queremos y defendemos una política para todo el campesinado. No queremos producir cesantes. Deseamos también que la mujer campesina se integre a la producción y a la toma de determinaciones, las que por último recaen sobre ella. Ansiamos que esa mujer pueda discutir, porque, a nuestro juicio, no es una persona de segunda clase. Por estas razones, los CERA incorporan a las asambleas a las mujeres y a los jóvenes campesinos mayores de 16 años.
Los CERA son agrupaciones de varios predios en los que se intenta aumentar la productividad y profundizar su técnica. A nuestro juicio, deben ser centros altamente tecnificados, que propendan al beneficio de todos.
Es natural que, por tratarse de ideas nuevas, se los ataque fácilmente y que se lleve a la confusión a los campesinos, al extremo de que ellos mismos expresen su disgusto con los centros de reforma agraria; sobre todo cuando agentes enemigos del progreso y del interés de los trabajadores del campo, por un frío cálculo político, intentan desorientarlos.
Por consiguiente, tenemos claro que hemos perdido en muchas partes la comprensión del campesinado, a pesar de haber luchado por su causa durante mucho tiempo y de que no entiende el alcance de los CERA. Si es así, no tendremos problema en descender a una etapa inferior. A nuestro juicio, lo podemos hacer. Veremos la mejor manera de llevar a la práctica nuestras ideas, no obstante que ya existen 25 centros de reforma agraria y que los campesinos pertenecientes a ellos están contentos, han aumentado la producción y han tenido real participación, pues sus mujeres y los jóvenes integran la dirección de los centros.
Tenemos tanta fe en los trabajadores del agro que hemos impulsado también los consejos comunales campesinos, elegidos por la base. ¿Qué significa esto? Que todos los campesinos tienen derecho a opinar. Sin embargo, algunos sectores opinan que no se les da participación. ¿A quiénes se elige? ¿Sólo a los miembros de la Unidad Popular? No, señor Presidente. Se elige a quienes merecen la confianza de sus compañeros, pertenezcan a los sindicatos y cooperativas o no. Pensamos que todavía nos hemos quedado cortos y que deben dárseles muchas más atribuciones y real poder.
Si se hubiera formulado alguna crítica en este sentido, me habría considerado satisfecha, porque se trataría de opiniones constructivas e interesadas en el proceso que se desarrolla en el campo. Sin embargo, no ha sido así.
En lugar de ello, se han citado casos aislados y se ha dicho que las tomas constituyen el sistema de expropiación y de hacer avanzar la reforma agraria. Esto no es efectivo. Las cifras que di demuestran que es imposible que se haya efectuado la reforma agraria con la toma de pequeños predios, como aseguraba el Honorable señor Moreno. Ello no es así, y solicito también tomaré las precauciones necesarias para que la información se suministre rápidamente que se nos envíen antecedentes sobre cuántos de los predios tomados por diferentes personas se han expropiado después. De esta manera reafirmo la petición del señor Senador.
Ahora bien, ¿por qué existe inquietud en el campo? Por muchas razones. Los patrones no se han quedado tranquilos; no creen en la ley de Reforma Agraria y se arman, pero no contra desconocidos ni contra el MIR, que podrían tomarles sus predios. Tampoco se trata de pequeños propietarios de 20, 30, 40 o 50 hectáreas, sino de grandes latifundistas. Estos se encuentran en una actitud sediciosa, y sabemos, como todo el mundo, que contrabandean armamentos desde Argentina y se hallan armados. Esto lo saben los campesinos.
El señor OCHAGAVIA.-
¿Cómo pueden decir eso ustedes, que han terminado con los latifundios?
El señor MONTES.-
¡Deje hablar, señor Senador!
La señora CARRERA.
Lo que anota el Honorable señor Ochagavía es muy interesante.
Creemos que no hemos terminado con los latifundios.
El señor GARCIA.-
¿Cuántos quedan?
La señora CARRERA.- Quedan muchos. En esto hay, además, una pequeña trampa, que había olvidado mencionar. ¡Qué bueno que me la haya recordado el Honorable señor Ochagavía! Me refiero a la trampita de la tabla de conversiones. Como se sabe muy bien, la tabla de conversiones no se elaboró en forma científica. Fue condicionada a varios requisitos. Alguna gente que trabaja en CORA y que tenía predios constituyó una fuente de presión. Debido a ello, a muchas tierras, aunque fueran buenas, se las calificó de malas. Uno se encuentra de repente con excelentes tierras y no atina a comprender por qué fueron mal calificadas.
Por otra parte, también existió la presión de un país extranjero, que se interesaba mucho al respecto y tenía razones para pedir estas cosas con fuerza, a fin de que en el Sur la tabla de conversión fuera totalmente acientífica.
El señor MORENO.-
¿Qué país, señora Senadora?
La señora CARRERA.-
Alemania Occidental.
El señor MORENO.-
¿Esa nación presionó al Gobierno chileno?
La señora CARRERA.-
Sí, señor Senador.
El señor MORENO.-
¿De dónde sacó eso Su Señoría?
La señora CARRERA.-
Sólo he contestado porque me conminó a ello. No tengo pruebas, pero tampoco puedo quedarme callada. Si las buscáramos, tal vez las hallaríamos, porque hay gente muy deslenguada, que habla mucho.
La Democracia Cristiana alemana tenía mucho interés en que los alemanes del Sur no tuvieran una tabla de conversión como correspondía. Por eso se ve que allá, donde con 130 hectáreas puede vivir una familia, las 80 hectáreas básicas corresponden a 500 o 600 hectáreas. Las 80 hectáreas de riego básicos del valle del Maipo corresponden a 500 hectáreas ó 600 hectáreas. Y eso no es mediana propiedad: es latifundio.
Agradezco, pues, al Honorable señor Ochagavía haberme recordado lo concerniente a la cabida de los predios, porque, a pesar de estar consciente de que tal situación debe modificarse, en mi intervención lo había olvidado.
El señor OCHAGAVIA.-
¿Me permite una interrupción, señora Senadora?
La señora CARRERA.-
Siempre que sea corta.
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