-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588413/seccion/akn588413-ds41-ds45
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Homenaje
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3112
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588413/seccion/akn588413-ds41-ds45-sp178
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588413/seccion/akn588413-ds41-ds45-sp179
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/temporal/1292
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1586
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/322
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3580
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3112
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3123
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588413/seccion/akn588413-ds41
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588413
- rdf:value = " El señor AYLWIN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCIA.-
Señor Presidente, correspondía al Honorable señor Bulnes hacer uso de la palabra esta tarde, pero él pensó con razón que este homenaje se rendiría en la próxima sesión ordinaria. Tuvo que ausentarse y voy a reemplazarlo, en este día de Israel, para expresar el homenaje de respeto y, diré más, de admiración por lo que han hecho, que deseamos rendir a los hombres de ese país, los Senadores del Partido Nacional.
Esperaron más de veinte siglos para que se les reconociera su existencia como nación, y poco más de veinte años fueron suficientes para que reconstruyeran su historia y formaran un país que puede presentarse al mundo como un modelo de vitalidad, de trabajo y de realizaciones.
Creado el nuevo Estado de Israel, tal como se dijo aquí por los señores Senadores que me precedieron en el uso de la palabra, miles y miles de inmigrantes acudieron a esa patria tan largamente esperada y se organizaron en una democracia ejemplar. En libres elecciones designaron a sus gobernantes y parlamentarios, elecciones en que participaron muchos que venían de tierras en donde la democracia era desconocida.
El esfuerzo común de cada uno de sus habitantes, hombres y mujeres, ha sido tan gigantesco, que les ha permitido lograr que un país con poco más de veinte mil kilómetros cuadrados de superficie, sin poseer ninguna riqueza básica, en que debió transformarse el desierto en tierras cultivables, haya creado tecnicismo y ciencia y alcanzado una fuente de ingresos, por concepto de exportaciones, del orden, según se dice en las publicaciones de hoy, de 736 millones de dólares.
Ese es el producto del esfuerzo y de la capacidad creadora de sus hombres, lo que ha hecho que esa nación esté ocupando el lugar de privilegio que tiene hoy día en el mundo. Y no puedo dejar de pensar, frente a esas cifras, que Israel tiene menos de un tercio de la población de Chile y que la provincia de Chiloé es más grande que todo Israel. Y en ese territorio, que tiene 400 mil hectáreas de tierras cultivables ¡400 mil hectáreas de tierras cultivables! han sido capaces de exportar sobre 130 millones de dólares en productos agrícolas.
Señalo esto, porque no creo que los homenajes deban servir simplemente para mostrar el aprecio o la admiración por un país; deben significar también un ejemplo, una especie de escuela, de enseñanza, para que los pueblos que hoy día se reúnen muchos, con tres mil delegados sepan qué debe hacerse para lograr éxitos de esta índole. A sus preguntas, yo contestaría: ¿Por qué no tratan de hacer lo mismo?
Se han exportado por citar cualquier rubro flores por un millón de dólares, desde Israel. Y cuando han faltado en la balanza de pagos las sumas necesarias para equilibrarla, Israel ha vendido traducciones, que es otra fuente de ingresos que tiene ese país. De ahí podríamos sacar ciertas conclusiones: que el esfuerzo, el trabajo y el sacrificio son la fuente de bienestar para todos los pueblos. Y tal vez en el edificio en que delibera la UNCTAD III debería ponerse un letrero muy grande que dijera: Constancia, sacrificio y lucha. No voy a decir que el resultado pudiera ser igual que en Israel, pero sí que ése es el camino que todos debemos seguir.
Señor Presidente, la explicación de esta especie de milagro de que hablaba el Honorable señor Baltra cuando trataba de entender esto que parece inentendible: cómo poder llegar a esos logros y a esos éxitos, yo diría que es la de que Israel es una nación integrada. Cuando se integran los pueblos, y todos tienen un ideal común; cuando los pueblos tienen aspiraciones todas comunes, aunque tengan trece partidos políticos y haya en ellos diversidad de criterios sobre los detalles, sobre la forma de conducir un gobierno, ese espíritu nacional es la palanca maestra que los hace progresar. La integración contra la desintegración, que, en otros pueblos, mediante el odio, el combate y la lucha, imposibilita lograr lo que estamos apreciando y celebrando en este día en un país como Israel.
¿Y por qué fue todo esto? Porque el destierro de milenios de años no quebró la unidad de su raza ni la unidad de su espíritu; las generaciones se sucedieron unas a otras diseminadas en distintos lugares de la Tierra, pero manteniendo incólume, con un sentido de predestinación, su fidelidad a una patria que no tenían en ese tiempo pero que esperaban pacientemente recuperar.
Hoy día, tenemos que reconocerlo, hay en Israel un conflicto grave, un conflicto con otros pueblos que son amigos de Chile. Y en estos momentos quiero recordar las palabras de la Declaración de Independencia del Estado de Israel: Ofrecemos la paz y la amistad a todos los países vecinos y a sus pueblos, y los invitamos a cooperar con el pueblo judío independiente en su país, sobre la base de la ayuda mutua. El Estado de Israel está dispuesto a colaborar en el esfuerzo común por el progreso del Medio Oriente en su totalidad.
Señor Presidente, estamos ciertos de que estos conceptos emitidos en su Declaración de Independencia, tienen vigencia en el corazón de todo el pueblo israelí. Y los Senadores del Partido Nacional, al rendir homenaje esta tarde a esa gran nación, hacemos votos, desde lo más profundo de nuestros espíritus, para que esos dos grandes pueblos, que tienen comunidad de origen y comunidad de historia muchas veces, encuentren pronto una solución pacífica.
Creemos que ese anhelo tan hondamente sentido es la demostración más clara del afecto que nos une al Estado de Israel y a su pueblo.
Quisiera que el señor Embajador trasmitiera a las autoridades de su país y a su pueblo el homenaje muy sentido de admiración y de respeto que rendimos los Senadores del Partido Nacional.
He dicho.
"