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- rdf:value = " El señor HAMILTON.-
Señor Presidente, acerca de la petición de la señora Senadora, quiero recordar una vez más, en esta Sala, que las dudas que inicialmente se plantearon a propósito de este proyecto en el aspecto jurídico-constitucional fueron resueltas en la propia Comisión, después de conocerse cinco informes en derecho; tres de altamente calificados funcionarios del Senado y dos de profesionales técnicos en materias constitucionales, cuya opinión solicitó la unanimidad de la Comisión. Todos estos informes estuvieron contestes en que, cualquiera que fuere el contenido de la iniciativa, no cabía ni la sombra de una duda en cuanto a que ella era perfectamente, constitucional.
En todo caso, si la señora Senadora o un tercio del Senado o de la Cámara de Diputados insisten en esa duda, no tendríamos ningún reparo en que ella fuera absuelta por el Tribunal Constitucional, que en esta materia tiene competencia y que, naturalmente, vendría a refrendar la posición que hemos sostenido en defensa de este proyecto, la que emana de los informes jurídicos a que he hecho mención.
Reitero una vez más que realmente me preocupa que Senadores como la Honorable señora Carrera particularmente, a quien en múltiples oportunidades hemos visto, con razón o sin ella desde el punto de vista técnico, pero con convicción, buena voluntad, fe y apasionamiento, defender a los campesinos de su zona, se empeñen en dar razones tan formales, tan discutibles, ¿para qué? Para atacar los intereses que se pretenden defender mediante este proyecto. Y, ¿cuáles son estos intereses? Los que permiten subsistir, trabajar, progresar, ganarse la vida, al 70% de la población de Chiloé, a los campesinos y pequeños agricultores, que son más pobres de lo que eran los campesinos de la zona central antes de que se iniciara el proceso de promoción del campesinado. Es a ellos a quien favorece esta iniciativa.
Una vez más quiero invocar un informe, que tengo a la mano, preparado por el Comité del Agro de la Unidad Popular de Chiloé, donde hay muchos colegas de partido de la Honorable señor Carrera, que auspicia exactamente las mismas ideas que aparecen en el proyecto, como la de abrir un poder comprador de todas las papas producidas en la provincia aptas para el consumo humano. Luego, se propone entregar fertilizantes y semillas de buena calidad y a bajo costo, apoyando con esta medida preferentemente a las organizaciones campesinas, y populares de la zona. Esto fue lo que el Comité del Agro de la Unidad Popular propuso el 19 de mayo de 1971, cuando ya tenían responsabilidad de Gobierno. De manera que con estos antecedentes quiero levantar el cargo de demagógico que se ha hecho a este proyecto.
La iniciativa en debate fue elaborada sobre la base del conocimiento de la realidad de la Isla de Chiloé, de la economía local, que tanto el Senador que habla como los demás parlamentarios de la zona hemos obtenido después de varios años de contacto con la región y sus habitantes.
Este proyecto es apoyado por todas las organizaciones de pequeños agricultores y campesinos de Chiloé. Como consta en los documentos que los señores Senadores tienen a la mano, todos los productores de la región están apoyando esta iniciativa, que incluso está dentro de la línea de acción que el propio Vicepresidente de la ECA formuló a propósito de la discusión de este proyecto. De modo que ahora se transforma esa facultad de la ECA en un derecho del productor, a fin de asegurarle que aquélla no la aplicará discrecionalmente o de tarde en vez, sino que siempre, lo cual servirá a los productores de Chiloé para que algún día puedan salir del subdesarrollo en que por generaciones han estado. Inclusive su situación se ha ido deteriorando de año en año.
Como lo repetí en una sesión anterior, este proyecto fue elaborado por una comisión técnica en que participaron funcionarios de la ECA del más alto nivel, cuya coordinación y dirección estuvo a cargo del que fuera por seis años Gerente General de ese organismo, quien, con honestidad, está recogiendo su experiencia y también los errores que específicamente cometió en esta materia nuestro Gobierno. Es cierto que abrimos poder de compra de papas en Chiloé, que lo mantuvimos con gran eficacia, pero lamentablemente no fue sistemático, y los productores y los parlamentarios de la región tememos que eso nuevamente ocurra.
El año pasado, cuando se iniciaba la discusión de este proyecto, vino el señor Foncea a dar a conocer la política de la ECA, y dijo que estaba de acuerdo con las ideas del proyecto, pero no con la posibilidad de que se convirtieran en ley.
Aquí en la Sala están presentes los Honorables señores Ochagavía, Sepúlveda, Lorca y el que habla, que somos representantes de la zona, y ellos pueden dar fe de que el año pasado tuvo que botarse parte de la producción de papas. Las playas de Achao estaban cubiertas de papas el último verano. Los productores habían tenido que proceder de esa forma, porque no tenían a quién vender el tubérculo y la producción excedía las posibilidades de su propio consumo familiar. Ese es el problema de fondo.
¿Por qué no se aborda con otro espíritu el asunto? ¿Por qué otros parlamentarios que dicen coincidir con la idea de fondo no buscan perfeccionar la iniciativa y no se abocan a mejorarla en vez de destruirla? Eso es lo que echo de menos en esta oportunidad, y es lo que lamento. Particularmente lo lamento en parlamentarios que siempre tienen como norte el interés popular para resolver su conducta en esta Sala. El interés popular y social está en este proyecto. No de parte de los burócratas que en un momento manejan bien o mal la ECA, en este Gobierno o en otros, sino de parte de los productores de Chiloé, que año a año se empobrecen, porque están produciendo papas de peor calidad y en menor cantidad.
Tengo a la mano un diario local de hace pocos días. Sólo voy a leer su titular de la primera página, que dice:
Baja de producción del orden del 35% tendrá la papa este año en la provincia.
En el substituto se puede leer la siguiente pregunta:
¿Será consecuencia de haber echado miles de sacos al agua en 1971?
Esta es la realidad. Nadie que la conozca puede decir que ésta es una iniciativa demagógica. Se trata de un proyecto técnicamente estudiado y apoyado por organismos técnicos y por todas las agrupaciones de productores de Chiloé, aparte que, tal vez, ha sido discutido como pocos proyectos en el Senado, tanto en sus Comisiones como en la Sala, y respaldado por la gran mayoría de esta Corporación.
Nada más, señor Presidente.
"
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