-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588568/seccion/akn588568-ds66-ds106-ds107
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/544
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/temporal/1292
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/322
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/544
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/15
- rdf:value = " El señor CARMONA.-
Señor Presidente, hace algún tiempo efectué un análisis de la situación del mineral de Chuquicamata. En esa oportunidad sostuve la tesis central de que, debido a la subordinación de la técnica a objetivos de tipo político-partidista, se estaba afectando gravemente la producción de ese centro minero en perjuicio del país. Los resultados, en lo que iba corrido del año, demostraban que había menor producción que la programada, y que la diferencia representaba para el país entre 20 millones y 30 millones de dólares de pérdida. Ese factor, unido al hecho de la errada conducción política con respecto a los técnicos, fue la causa de que éstos comenzaran a abandonar la empresa, de manera que ciertamente se podía prever una situación de progresivo deterioro de la capacidad de producción de Chuquicamata.
Sobre el particular, durante los días 20, 21 y 22 de julio de 1972, la Asociación Nacional de Supervisores del Cobre celebró su segundo congreso extraordinario en la ciudad de Santiago, y llegó a conclusiones muy precisas sobre este tema y sobre la situación de los profesionales y técnicos y del personal administrativo de grado superior en los grandes minerales de cobre del país.
Como las conclusiones adoptadas por ese congreso revisten gran interés para el país, en el momento oportuno pediré que se recabe el asentimiento de la Sala para insertarlas en el texto de mis observaciones.
Los hechos ocurridos con posterioridad parecen confirmar lo que expresé en esa ocasión: la producción en ese mineral ha continuado bajando y no puede esperarse una recuperación. De acuerdo con informaciones provenientes de Chuquicamata, con el accidente ocurrido la semana pasada ha quedado fuera de servicio la totalidad de los convertidores de la fundición, lo que constituye un hecho insólito para la mina abierta más grande del mundo.
En dicha unidad existen cinco convertidores, y lo normal es que operen por lo menos cuatro. Pues bien, fuera de uno que está siendo alargado para aumentar su capacidad, los cuatro restantes se hallan fuera de operación por mal manejo técnico. Esto significa, por concepto de costo directo en reparaciones, una suma aproximada al medio millón de dólares. Y el lucro cesante, durante el período en que no estén en funciones, se estima en 2 millones de dólares por horno, lo que da un total de 8 millones de dólares de pérdida para el país.
Si se tiene presente la situación por que atraviesa el país actualmente en materia de divisas, lo anterior constituye una grave responsabilidad. Debe señalarse, además, que en estos momentos la fundición de sulfuros no está produciendo, hecho que ocurre por primera vez en veinte años.
El caótico manejo de ese centro minero ha obligado a renunciar al gerente técnico, señor Luis O. Vera, designado por el actual Gobierno en febrero de este año. Otro tanto ha ocurrido con el subgerente de servicios, quien fue nombrado por la actual Administración en agosto de 1971. Vale la pena recordar que a este funcionario lo impuso el Gobierno en aquella oportunidad, y que a raíz de esta actitud se precipitó el conflicto de los supervisores, lo que significó la expulsión de varios de ellos de las empresas y su enjuiciamiento en los tribunales.
Queremos reiterar al Ejecutivo la necesidad de enmendar rumbos, ya que no conviene al país ni al Gobierno el fracaso de la nacionalización. De perseverarse en la conducta actual, Chile, por obstinación de unos pocos, deberá pagar un alto precio.
Queremos que el Ejecutivo tome nuevos rumbos no sólo en las declaraciones, sino también en los hechos. Arruinar las empresas nacionalizadas del cobre no implica únicamente un desprestigio para el Gobierno, sino también un atentado a la soberanía económica del país, que hará imposible la obtención del desarrollo económico que los chilenos anhelan.
Quiero que en esta parte, al finalizar mis observaciones, se inserte el documento que pongo a disposición de la Mesa y que, a mi juicio, allegará mayores antecedentes sobre la situación y deficiencias de carácter técnico que en estos instantes se están produciendo en los tres más grandes minerales del país:
El documento que más adelante se acuerda insertar, dice como sigue:
Asociación Nacional de Supervisores del Cobre.
Situación de la Industria del Cobre
(Informe propuesto por la Comisión Nº 1 Situación de la Industria del Cobre y aprobado por el Plenario de Resoluciones del Segundo Congreso Extraordinario de la Asociación Nacional de Supervisores del Cobre, celebrado en Santiago durante los días 20 a 22 de julio de 1972).
La Asociación Nacional de Supervisores del Cobre, como institución que agrupa a los profesionales, técnicos y personal administrativo de grado superior que trabajan en las empresas del cobre afectadas por la nacionalización, se hace el deber histórico de fijar claramente su pensamiento sobre el proceso de estatificación de esta industria básica y precisar un diagnóstico de la situación existente a un año de su desarrollo.
1.- La responsabilidad del proceso.
Si bien la nacionalización de las empresas que conformaban la llamada Gran Minería del Cobre y de Compañía Minera Andina trajo como consecuencia inmediata la toma de posesión material por parte de nuestro país de esta industria - que nadie duda es la base de sustentación de toda nuestra economía -, esta medida no tuvo la virtud de crear en la opinión pública la conciencia de que al mismo tiempo se había asumido una responsabilidad cuyas proyecciones y proporciones reales no son fáciles de captar, aun para los que han estado directamente relacionados con la industria a través de muchos años.
Tanto se había hablado y teorizado en el pasado sobre lo que el país perdía por concepto de utilidades que irremediablemente se iban al extranjero, que se había creado en la ciudadanía el concepto de que bastaba el mero hecho de la nacionalización para que de inmediato entráramos a disfrutar de esos ingentes beneficios.
Dicho en forma más clara y precisa, sólo nos limitamos a contemplar la inmensidad de los recursos que en teoría pasaban a ser patrimonio nuestro, sin detenernos previamente en el análisis cuidadoso y detallado de lo que se requería para obtener tales recursos económicos.
Por ello pensamos que no basta el deseo de poseer algo; lo básico es saber qué y cómo hacer cuando llega el momento de pasar de la palabra a la acción. Es en tal momento que el problema se plantea en toda su magnitud e importancia.
El futuro de toda nuestra economía y nuestras posibilidades de desarrollo dependen del menor o mayor grado de comprensión que posean las esferas ejecutivas de gobierno para encarar este problema con la decisión y objetividad que exige el delicado momento que estamos viviendo. De allí que creamos que quien sea capaz de sacar esta industria de su increíble desorden y confusión actuales pasará a la historia como un visionario que supo cambiarle su curso.
2.- La nacionalización y los supervisores.
El proceso de nacionalización significaba y significa un desafío a los técnicos y profesionales del cobre porque abre inmensas posibilidades al desarrollo de sus facultades creadoras.
El alejamiento de los ejecutivos y técnicos extranjeros implicaba necesariamente un esfuerzo extraordinario para mantener la eficiencia de las empresas, por una parte, y por la otra, ofrecía la expectativa de perfeccionar y superar dichos niveles.
Los supervisores del cobre no podíamos sino recibir con vivo interés esta oportunidad de hacer valer nuestro potencial y capacidad técnica. La capacidad de los técnicos chilenos es ampliamente reconocida y ella es la mejor garantía que podíamos ofrecer quienes esperábamos una participación activa y decisiva en el manejo de las empresas. Por ello estuvimos prontos a asumir la gran tarea con la mejor voluntad de esfuerzo, cooperación y sacrificio. No puede olvidarse que ANSCO fue de las primeras organizaciones gremiales en ofrecer su aporte generoso a los intereses superiores del país (reunión conjunta ANSCO - Comisión Minera UP, de 24/-10/70).
Ese era el ánimo de los supervisores. Pero los nuevos ejecutivos, si bien exteriorizaban una actitud comedida y hasta su agradecimiento, no estaban plenamente convencidos de nuestro aporte al proceso de la producción. Así, un presidente de Compañía de Cobre Chuquicamata sostenía que los supervisores no eran necesarios; otros ejecutivos, sin llegar a ese extremo, opinaban, en cambio, que los supervisores de las líneas administrativas y de servicios no eran tales y que, por lo tanto, no debían tener esa categoría. Es más, el propio Presidente de la República, en un congreso de la Confederación de Trabajadores del Cobre, realizado a comienzos de 1971 en Machalí, declaraba que sólo eran supervisores los técnicos de la producción. Tal concepción del proceso productivo implica el grueso error, que no podemos dejar de señalar, de olvidar que la empresa es un complejo integral que exige del funcionamiento armónico, coordinado y parejo de todos sus componentes para obtener resultados provechosos y mantener un ritmo de normalidad y progreso.
Sin embargo, tal actitud no se detuvo en la formulación de simples declaraciones aisladas. Bastó muy poco tiempo para que los técnicos del cobre comprobaran, con sorpresa primero, con estupefacción y dolor luego, que no sólo se les impedía entregar su amplia y generosa iniciativa, sino que se llegaba a cuestionar su patriotismo. No deseamos recordar de nuevo la orquestada y bien financiada campaña de desprestigio sostenida en forma sistemática contra los supervisores, fenómeno que todo el país conoce y cuyos resultados, por estar a la vista, no requieren de mayor explicación.
3.- La politización en las faenas.
En nuestro Congreso Constituyente de 1969, antes que existiera siquiera la actual combinación política de gobierno, sostuvimos que el manejo técnico de la industria, la adecuada selección y contratación del personal, la unidad de mando y respeto a las jerarquías, la definición clara de política y procedimientos, el perfeccionamiento constante con planes y metas conocidas por todos, eran necesidades imprescindibles.
Con el transcurso, de los meses nuestras inquietudes vertidas en el Congreso Constituyente de 1969 se convirtieron en cruda realidad pues un proceso de politización creciente invadió todas las estructuras de las empresas.
El sistema de cuoteo en las designaciones y contrataciones se vio por vez primera en los minerales. Pero éste no fue el único vicio porque también hemos podido comprobar el constante aumento de las dotaciones de personal:
El Teniente, 20%.
Chuquicamata, 10%.
El Salvador, 10%.
Dentro del nivel de supervisores la situación no es mejor:
El Teniente más de 100 nuevos supervisores.
Chuquicamata más de 110 nuevos supervisores.
El Salvador más de 40 nuevos supervisores.
Se argumentó que había que asumir en las plantas funciones que anteriormente se realizaban en el extranjero. Pero esta justificación carece de validez por cuanto CODELCO, supuestamente creada para tales efectos, ya ha aumentado su personal en más de cuatro veces; tan sólo la Gerencia de Adquisiciones tiene 180 nuevos empleados.
Este proceso de hipertrofia, además del natural desquiciamiento que produce en las estructuras de las empresas, provoca desaliento en el personal antiguo por los continuos y sistemátieso atropellos en materia de ascensos y designaciones.
Estos y otros factores, que más adelante explicamos, han creado el mayor éxodo de supervisores en toda la historia de la industria minera.
Es así como, en 18 meses se han retirado (1):
(1) Estas cifras incluyen a los supervisores arbitrariamente despedidos en agosto de 1971. (55 supervisores).
En El Teniente, más de 290 supervisores de un total de 560.
En Chuquicamata, más de 180 supervisores de un total de 470.
En El Salvador, más de 100 supervisores de un total de 260.
En Andina, más de 50 supervisores de un total de 150.
Por otra parte, la creciente relajación de la disciplina laboral en todos los niveles, se debe principalmente a los activistas políticos que llegan diariamente a los minerales - en donde gozan de las más amplias franquicias y comodidades que la empresa paga - despertando en los trabajadores falsas ilusiones y expectativas - en especial, en materia de relaciones laborales -, que no tienen habitualmente intenciones de materializar, provocando con ello un grave daño en las líneas de jerarquía. Problemas minúsculos e insignificantes se convierten en actitudes de fuerza: paros, huelgas, amenazas, cuestionamiento y exigencias de despido de supervisores, que luego esos activistas no pueden controlar.
La llamada concientización a través de los medios de comunicación interna, los carteles y afiches propagandísticos y proselitistas en oficinas y faenas, las innumerables reuniones políticas, inclusive en horas de trabajo, también afectan el orden y continuidad indispensables a esas labores, provocando gran desazón entre el personal técnico.
A todos estos factores de perturbación e indisciplina se suma el desenfrenado abuso de elementos de trabajo de las empresas, como camionetas, camiones y automóviles, pinturas, talleres de imprenta, existencia de papel y hasta de ropa de trabajo, de los que los grupos de propaganda y activismo disponen a su antojo, y no siempre en actividades políticas, sino de simple provecho personal. Por otra parte, los nuevos jefes, en frenéticos afanes personales o meramente turísticos han destruido una cantidad inverosímil de vehículos de las empresas, los que, naturalmente, se restan a aplicaciones útiles de producción u operación.
4.- La burocracia en la toma de decisiones.
Todo lo anterior se traduce en un paralizante burocratismo en la toma de decisiones. Toda la línea de mando, al estar desamparada en sus determinaciones, que se discuten entre los subordinados a nivel de sindicatos y de comités de todo orden, ha empezado a eludir sus responsabilidades descargando los problemas en otros niveles, grupos, reparticiones o burócratas para que decidan; o bien, se nombran comisiones que, reunidas en esporádicas juntas, realizan debates tan interminables como estériles.
Se hará un estudio en profundidad, es imprescindible un análisis de factibilidad, hay que proceder a una evaluación crítica, abriremos un diálogo franco y objetivo, con el objeto de que las decisiones se adopten para mantener la continuidad del proceso productivo dentro de los nuevos esquemas de la nacionalización, con plena participación de los trabajadores para propender a la consecución de las metas y programas elaborados para ganar la batalla de la producción, definidos por el Gobierno Popular, son frases que se escuchan sin cesar.
Esta impresionante verborrea es pan común en la toma de decisiones que, por cierto, no se traducen en acción concreta; y si ésta llega, es tan sólo en forma tímida y con comunicaciones precarias, por lo que muchos de los afectados no llegan a conocer lo que se ha decidido o, por fin, se ha puesto en marcha. Ejemplos de lo que afirmamos son innumerables.
Súmese a esto la elevada rotación de supervisores que vuelca en las faenas un numeroso contingente de elementos de escasa experiencia en el manejo de empresas de esta magnitud.
Resultado final es que muchas decisiones administrativas, a más de lentas, no son técnicas y significan un papeleo exuberante de informes, contrainformes, minutas, cartas y los más variados documentos. El aumento de los consumos de panel en todas las empresas es realmente impresionante; las líneas telefónicas est��n sobrecargadas y asimismo los servicios internos de télex y radio; y los aumentos de dotación de empleados son tales que no es raro que supervisores, por falta de máquinas de escribir, escritorios y hasta oficinas, deban trabajar en sus casas.
Esta rápida síntesis puede dar a la opinión pública una imagen del funcionamiento de las empresas.
5.- La participación.
La participación constituía un paso necesario y positivo para lograr una real integración de los trabajadores, de modo que de objetos pasaran a ser sujetos del proceso productivo.
Este aporte real ha sido desafortunadamente desvirtuado, principalmente por fallas en la etapa informativa y preparatoria, que ha sido parcial o incompleta debido a la incapacidad de los promotores de la participación que la entienden como un arma política. Por otra parte, la presión de grupos y de aspiraciones individuales ha convertido la participación en un sistema institucionalizado para conseguir granjerías de todo orden (bonos, comisiones de servicio, cambios de clasificación, etc.) y para proyectar desahogos personales contra los jefes y también para invadir atribuciones propias de las líneas legítimas y racionales de mando.
Los supervisores, por su parte, se han marginado en gran medida de la participación por temor a perder aún más su ya disminuida autoridad. Esto es un error que ANSCO deberá tratar de remediar a través de la discusión de técnicas y conocimientos del tema. Los trabajadores de base han palpado también esta situación manifestándose con grandes abstenciones en las asambleas y votaciones; es más, en Exótica los trabajadores rechazan la participación en forma absoluta.
Los comités de producción establecidos han imbuido en sus participantes la pretensión de poderes decisorios en alguna medida, lo que ha provocado roces con los jefes afectados.
Todo resulta desquiciador en este proceso en sí mismo positivo y en cuya aplicación es urgente adoptar medidas rectificadoras serias que permitan el real aporte de los trabajadores para perfeccionamiento da la gestión productora.
Habrá que despolitizar la participación y transformarla en una herramienta administrativa y técnica, motivando para ello al trabajador.
6.- Los abastecimientos.
Los supervisores no pueden eludir su responsabilidad de plantear con firmeza la profunda inquietud que sienten por el futuro de las empresas en relación con el deterioro que viene experimentando el proceso de abastecimiento de repuestos e insumos básicos provenientes del extranjero.
La situación de las importaciones está produciendo actualmente problemas en la operación de las plantas y de no tomarse enérgicas medidas correctivas a la brevedad, estos problemas se irán agudizando, pudiendo llegar a corto plazo a la paralización de las maquinarias (de hecho ya se han producido paralizaciones parciales en algunas secciones), debido fundamentalmente a la excesiva tramitación en las oficinas de CODELCO.
Al mismo tiempo, el abastecimiento de algunos productos nacionales tales como vestuario, zapatos y otros elementos de seguridad, etc., que la empresa tiene la obligación contractual de proporcionar a su personal, se cumple con bastante dificultad y, en muchos casos, la mala calidad de estos productos está provocando inquietudes gremiales. Igualmente, crítica por su incidencia en las faenas de la minería, es la situación existente con relación a los productos CAP y sus derivados (principalmente bolas y barras de molienda), que por problemas de producción hacen pensar en serias dificultades futuras de abastecimiento.
Por otra parte, la absorción por CODELCO de numerosas funciones propias de las plantas conlleva a su crecimiento desproporcionado y a la incorporación de personal sin experiencia y sin los conocimientos do la realidad operacional de las industrias, todo lo cual produce, ciertamente, un efecto negativo.
Esta dualidad de funciones entre CODELCO y las empresas (adquisiciones, producción, finanzas, ingeniería, etc.), se traduce en dificultades para la gestión de estas últimas. Solamente Compañía de Cobre Chuquicamata tiene 1750 requisiciones con más de 7.000 ítem pendientes en la oficina de compras de CODELCO en Canadá y algunas de estas requisiciones tienen más de un año. Compañía de Cobre El Salvador tiene 278 requisiciones pendientes de importación y Andina, más de 400. Es más, CODELCO, por desconfianza o falta de conocimientos, duda de las peticiones de las líneas de operación, exigiendo fundamentaciones, justificaciones y aclaraciones que no siempre se consideran y que entorpecen notablemente el proceso de abastecimiento de las plantas.
7.- Planificación.
Para superar estas fallas es imprescindible delinear políticas generales, precisas y definidas. La importancia de una planificación nacional con plena participación de los trabajadores y, en especial, de los supervisores, es fundamental para precaver las dificultades.
Dentro de esta planificación debe ocupar un papel preponderante el estudio de la fabricación nacional de repuestos. En relación a la industria minera nacionalizada, la planificación debe encararse en forma decidida, especialmente por cuanto en gran medida se hacía anteriormente en el extranjero y nuestros profesionales, en muchos casos, no tenían acceso a importantes antecedentes relacionados con estas labores.
Sin embargo, la situación hoy en día es peor porque carecemos de planificación directiva a largo plazo en todos los niveles. Pero las más serias dificultades las tenemos por la grave deficiencia de planes a mediano y corto plazo.
No hay planes serios a mediano plazo (3 a 10 años) en el cobre de Chile.
Cabría mencionar que Andina está esbozando algunas iniciativas de planificación; pero debe hacerse constar la inquietante falta de planes a mediano plazo en algunas empresas:
Compañía de Cobre Chuquicamata
a) Futuro de Exótica, especialmente en cuanto a la parte del proceso metalúrgico que efectúa Cobrechuqui;
b) Nuevas explotaciones.
Compañía de Cobre El Salvador.
a) Explotación de la mina. Problemas geológicos, principalmente en relación a la naturaleza mineralógica de importantes sectores del yacimiento; ingeniería, ventilación y desarrollo.
La improvisación ha llegado a ser norma y costumbre en estas materias.
Con la participación de los técnicos de terreno y de profesionales idóneos pueden elaborarse planes para llenar estos grandes vacíos.
Al propio tiempo, estos planes deben ser confeccionados con estricto criterio técnico y, una vez elaborados, deben darse a conocer a todos los trabajadores con el objeto de que todos sepamos a dónde vamos y qué queremos del cobre, la mayor y más importante industria del país.
En lo que se refiere a la planificación operativa, es útil que se sepa que nuestros técnicos están cumpliendo en estos momentos una labor que es altamente positiva, empeñados en dotar a las empresas de proyectos de operación específicos a corto, mediano y largo alcance, prácticamente viables y en concordancia con la verdadera noción de empresa: producir más, mejor y a menor costo. Esperamos, naturalmente, la colaboración indispensable de todos los trabajadores de las empresas.
8.- Investigación tecnológica y científica.
Este es uno de los objetivos principales de nuestra Asociación y que motivan su acción, siendo por otra parte una función esencial para el desarrollo del país.
En esta materia hay una gran variedad de iniciativas, recursos y esfuerzos inconexos y desperdiciados, situación que hace necesario el establecimiento de un organismo coordinador central, pequeño, ágil y dinámico, que proponga metas armónicas y asigne y distribuya, a nivel nacional, las respectivas tareas. A este organismo deben llegar las universidades, institutos de investigación y empresas para efectuar aportes positivos y establecer líneas de acción fructífera.
Debe haber una difusión adecuada y oportuna de los resultados de las diversas investigaciones de modo que todos los trabajadores del cobre conozcan los esfuerzos realizados y que los técnicos y profesionales aprovechen esas experiencias en sus áreas de trabajo.
El intercambio universidad-empresa debe establecerse permanentemente y en un doble sentido: que los científicos adquieran los conocimientos prácticos que derivan del diario quehacer frente a la máquina y que también los supervisores y trabajadores alcancen y conozcan las técnicas de investigación.
Para conseguir estos propósitos deberán destinar ingentes recursos que han de invertirse sin sectarismo de ninguna índole.
ANSCO promoverá por todos los medios a su alcance la consecución de estos fines, que nadie duda de su inmensa necesidad, exigiendo una investigación científica, previsora y visionaria de la que, en gran medida, depende el futuro de Chile. De otro modo, perderemos en tal forma la pugna tecnológica mundial - en plena y acelerada evolución en la producción de cobre - que nuestros costos de producción nos dejarán lejos de toda posibilidad competitiva.
Constantemente nos visitan expertos extranjeros, especialmente contratados, comisiones mineras, etc., pero sus actividades, aparte de entorpecer el normal funcionamiento de las plantas, redundan casi siempre en grave atentado contra el país al tener que entregárseles planos y documentación técnica reservada de nuestras instalaciones y procedimientos industriales. Y siempre, sin que estas visitas se compensen siquiera con el conocimiento de las conclusiones que deberían presentar esos expertos ni cuáles son sus recomendaciones para llevarlas a la práctica.
9.- Conclusiones y soluciones.
Los problemas creados durante el período de su ambientación por personas con responsabilidades y misiones políticas que llegan a las plantas, han provocado en la supervisión y en los trabajadores de todo nivel, grave desconcierto, malestar e incertidumbre que se traducen en paros, conflictos, alteración de las líneas habituales de mando, inseguridad en la toma de decisiones, pugna de poderes, renuncias individuales y colectivas, dualidad o multiplicidad de mandos, transgresión de principios fundamentales de organización de empresas y pérdida de autoridad.
Se vislumbra en este momento una nueva faceta en esta disonante situación y que consiste en la intromisión improcedente de elementos politizados en las áreas de decisión estrictamente técnicas, colocando luego en el tapete de la discusión la capacidad profesional del afectado. Ello, por sí solo, significa que las personas responsables de la marcha de la industria deben encarar un enfrentamiento político-técnico inconveniente para el normal desenvolvimiento de las empresas. Debemos recordar que toda esta situación fue analizada por ejecutivos, dirigentes sindicales y supervisores en Compañía de Cobre Chuquicamata y en reuniones conjuntas, con el fin de trazar una línea de acción que abriera el camino para llegar a soluciones integrales y en concordancia con los superiores intereses del país. En ese entonces se consideraron siete puntos fundamentales y concretos que sirvieran de base para neutralizar aquellos factores negativos ya mencionados: restablecer el orden laboral y operativo definiendo la autoridad de la empresa, fijación de políticas claras y difundidas hacia la comunidad laboral, reafirmar y aplicar los verdaderos principios de participación, eliminación del sectarismo y contratación de personal idóneo, capaz y responsable, fueron premisas sentidas a todo nivel.
Sin embargo, grupos ajenos a la estructura interna de la empresa (grupos políticos) estimaron que había puntos lesivos a sus particulares intereses e interfirieron e influyeron en los diversos niveles de trabajadores para que éstos desconfiaran de los propósitos perseguidos y rechazaran estas proposiciones, lo que, naturalmente, significa la perpetuación de una situación negativa, discordante con los anhelos de nuestra supervisión, de los trabajadores del cobre y de los reales intereses de nuestro país.
Es por ello que debemos insistir una vez más, sobre la necesidad de que se adopten estas medidas imprescindibles.
a) Se clarifique y establezca, sin el menor asomo de duda, la organización que en definitiva se desea dar a la industria del cobre.
b) Que los organismos directivos se atengan exclusivamente a un criterio técnico-económico. Y en tanto se atengan a dichos criterios, han de ser esos organismos los encargados de dictar las pautas generales para la futura marcha de las plantas.
c) Se delimitan con absoluta claridad las áreas de influencia, su relación y coordinación que permitan su ensamblamiento en los diversos niveles y un desarrollo ordenado de las faenas.
d) Se decidan las líneas generales y particulares de la producción con entrega de la debida autoridad a cada mando y la eliminación de las tramitaciones innecesarias.
Se busca de este modo crear una organización esencialmente ejecutiva, capaz de determinar un ritmo de trabajo y mantenerlo sin titubeos, en concordancia con el panorama de la producción que va cambiando día a día y, a veces, de hora en hora, con estricta adecuación a las particularidades propias de cada planta que, sin duda, tienen problemas técnicos y situaciones particulares y diversas.
Hemos querido presentar, descarnadamente, un cuadro más o menos completo sobre la realidad de la industria de la Gran Minería del Cobre a partir de su nacionalización, sin desear hacer escuela con cifras estadísticas ni palabras técnicas. Nuestra Asociación Nacional tiene plena conciencia de la necesidad de llegar con urgencia a la opinión pública dando a conocer su pensamiento y su actitud frente a los hechos que desde entonces han estado ocurriendo en los minerales y que escapan a su control, por lo mismo que emanan de niveles políticos que prescinden de los trabajadores y técnicos.
La Asociación Nacional de Supervisores del Cobre es una institución gremial y apolítica, cuyo fin principal es en la hora presente servir a los superiores intereses del país a través de la acción de sus asociados en las faenas entregadas a su responsabilidad. Por ello, no asume una actitud crítica respecto de ninguna ideología política, pero sí, se considera con derecho y, concretamente, con la obligación de establecer con claridad la opinión que le merece la forma cómo se está manejando en Chile esta industria que unos calificaron, con toda razón, de viga maestra de nuestra economía y otros, con tanta o más razón, de sueldo de Chile.
Concordamos plenamente con esos conceptos y afirmamos que la actual crisis no separa niveles de trabajadores: todos estamos afectados y a todos nos corresponde una determinada cuota de esfuerzo para que la nacionalización sea el éxito que todos esperamos y necesitamos.
ANSCO confía en que finalmente se impondrán la razón y la cordura y que como país nos decidamos a marchar por una senda común a todos los chilenos.
Impregnada de ese espíritu, nuestra institución prefiere dar vuelta la página respecto de muchos hechos injustos e ingratos a que ella y sus asociados se han visto sometidos y reitera sus anhelos de que Chile sea el único triunfador en esta lucha.
ANSCO está lista para hacer su parte en esta tarea y reclama igual decisión de todos aquellos que hoy se encuentran vinculados al destino y manejo de la industria productora de cobre en Chile.
Tal voluntad unánime es esencial para salir airosos en la difícil prueba.
Santiago, julio 1972.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588568/seccion/akn588568-ds66-ds106
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588568