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En la discusión general estaba inscrito, en seguida, el Honorable señor Valente.
El señor VALENTE.-
Señor Presidente, estimamos que la creación del Ministerio del Mar es una feliz y trascendental iniciativa del Gobierno para aprovechar, industrializar y consumir los productos del mar, y para dar a la actividad marítima, especialmente la pesquera, un impulso y desarrollo que no puede postergarse por más tiempo.
Con justa razón se ha dicho que tenemos un litoral de más de cinco mil kilómetros de extensión, en cuyas aguas hay gran abundancia y variedad de peces, mariscos, algas y otras especies, ricas en proteínas aptas para la alimentación humana y que contribuyen esencialmente a paliar el déficit proteico de la alimentación de los chilenos. También pueden someterse a industrialización masiva.
Por intermedio del Sectorial Pesquero de la Corporación de Fomento de la Producción, el Gobierno ha efectuado un completo análisis sobre la materia y ha confeccionado un diagnóstico preciso y profundo. Además, ha establecido las inmensas perspectivas que para la economía, la alimentación humana y la industria tiene tal actividad.
Ese estudio plantea para Chile la aplicación de una política pesquera planificada, elaborada con valiosos aportes científicos y tecnológicos y orientada al aprovechamiento de una riqueza que, en su ámbito, tiene tanto interés e importancia como el desarrollo de nuestra minería cuprera u otra actividad vital para el progreso de la economía nacional.
Corresponde al sector pesquero la explotación de los recursos renovables del mar y aguas interiores, en una amplia gama de actividades que abarcan la extracción, elaboración, cultivo, comercialización, investigación y preservación de tales recursos.
La extensión de nuestras costas, la abundancia de recursos en sus proximidades y, al mismo tiempo, la cercanía de los centros de consumo, dan al sector pesquero chileno una perspectiva de desarrollo prometedora, la cual, en alguna medida, ya se ha cumplido, pero que aún deberá concretarse en nuevas realidades a corto plazo.
El sector pesquero está compuesto por un sector productivo industrial, un sector productivo artesanal, y un sector de servicios que comprende la investigación, la capacitación y una entidad normativa y de control.
El servicio industrial abarca el aspecto extractivo y la elaboración de la pesca, y lo componen 70 empresas.
La pesca industrial comprende los siguientes tipos de captura: pesca de cerco para reducción, pesca de cerco para conservas, pesca de arrastre de merluza, arrastre de camarones y langostinos, pesca de enmalle, extracción de mariscos y caza de ballenas. Este sector captura alrededor del 90% del desembarque total del país.
El sector artesanal comprende a los pescadores independientes y organizaciones cooperativas. Su dedicación preferente es la captura de pescados y mariscos para consumo humano en fresco. La pesca artesanal se encuentra distribuida geográficamente a lo largo del litoral en 188 caletas, existiendo una mayor concentración en las zonas de Concepción-Arauco (26,2%) y Llanquihue y Chiloé (19,2%).
Durante la primera mitad de la década de 1960, el sector pesquero experimentó un fuerte desarrollo, especialmente en el aspecto industrial. En el estudio sobre Estrategia Industrial, de CORFO, se indica que en el período 1960-1966 el valor agregado bruto de la producción pesquera mostró un crecimiento acumulativo anual de 31%, que se descompone en 16% en captura y 41% en el área de industrialización. En este período, la contribución del sector al producto geográfico bruto aumentó del 0,3% al 0,8%, lo cual es un índice comparativamente alto de incidencia, sólo superado en Latinoamérica por Perú.
Tal desarrollo está asociado especialmente al boom de la industria productora de harina y aceite, que, de un desembarque de 246.700 toneladas en 1960, llegó a 1.216.000 toneladas en 1966. Desde entonces se tienen fluctuaciones anuales, dependiendo aparentemente más bien de las condiciones bio-oceanográficas que del esfuerzo de captura. Sin embargo, este desarrollo espectacular, como también el formidable estancamiento posterior de la industria de reducción, no deben opacar el avance en otros rubros de producción, tales como congelados, conservas y productos en fresco.
Solicito a la Mesa recabar el asentimiento de la Sala para insertar en esta parte de mi intervención un cuadro que señala las características de las pescas a que me he referido.
El señor AYLWIN (Presidente accidental).-
¿Cuántas hojas tiene dicho cuadro?
El señor VALENTE.-
Sólo una.
El señor AYLWIN (Presidente accidental).-
Si le parece a la Sala, se accedería a dicha petición.
Acordado.
El cuadro que se acuerda insertar es el siguiente:
A N E X O Nº 1.
El señor VALENTE.-
En estos momentos, el sector pesquero cumple cuatro funciones económicas fundamentales, cuyo reforzamiento define los objetivos de desarrollo del sector.
Ellas son:
a) Proveer de alimentos proteicos para consumo humano y, por lo tanto, sustitutos de las carnes rojas. El sector pesquero está en condiciones de producir proteínas de alta calidad y a bajos precios, con lo cual se puede llegar precisamente a las clases más necesitadas.
B) Aportar divisas. Desde luego, al ayudar a subsanar el déficit alimentario, el sector sustituye importaciones, pero también aporta divisas directamente. En 1970 las exportaciones alcanzaron a 28.379.930 dólares, y en 1971, a 45.571.217 dólares, lo que constituyó un récord.
c) Dar empleo regional. Cifras proporcionadas por FAO para 1967 estiman en 27.668 el número de personas ocupadas en el sector pesquero, con la siguiente distribución: sector artesanal, 13. 236 personas; industrial, 10.032; distribución y comercio, 3. 000; astilleros, 1. 000; y administración, investigación, fomento y docencia, 400.
d) Aportar proteínas de consumo animal. Este aporte guarda relación con la producción de harina de pescado. Durante los años 1968-1971, la producción promedio anual alcanzó a 213. 500 toneladas. Esta cifra deja un amplio margen para la exportación. El desarrollo de los planes avícola y porcino requerirá, en su primera etapa, de aproximadamente unas cien mil toneladas anuales, siendo el único problema la variación estacional en la producción. También el sector podría proveer otras formas de proteínas para consumo animal, tales como sustitutos lácteos para terneros, ahorrándose importaciones que, se estima, alcanzarían a 15 millones de dólares.
Diagnóstico y perspectivas de desarrollo del sector industrial pesquero.
Elementos de una estrategia de desarrollo.
El sector pesquero mantiene las características básicas que dieron origen al desarrollo acelerado de la década anterior. Al hacer esta afirmación, nos estamos refiriendo a características tales como: a) Corto período de maduración de las inversiones; b) Alta rentabilidad de inversiones bien seleccionadas y ejecutadas; c) Comparativamente escasa cantidad de capital para dar una nueva ocupación; y d) La conveniencia misma de desarrollo del sector en relación con las prioridades nacionales por el aporte que hace a la alimentación popular, balanza de pagos y generación de empleo regional.
El desarrollo espontaneísta y desordenado propio del sistema capitalista ha dejado una serie de baches en el sector, que es necesario superar a la brevedad. Precisamente para no repetir errores pasados se debe actuar teniendo en vista objetivos claros, con una política y una estrategia que lleven a su cumplimiento cabal. En lo productivo, una estrategia de acción acorde con los objetivos definidos implica prestar atención a los siguientes aspectos:
a) Lograr una mejor utilización de la capacidad productiva ociosa.
b) Aprovechar mejor los recursos en actual explotación, dándoles un destino con el que se obtenga la máxima rentabilidad, logrando el máximo de rendimiento en cada rubro de producción, y capturando cada especie al nivel del máximo rendimiento sostenido.
c) Superar los desequilibrios en la estructura productiva, principalmente en la relación flota-planta, de la mayoría de las empresas, como asimismo algunos cuellos de botella en los procesos productivos.
d) Mejorar la calidad de los productos.
e) Incorporar nuevos recursos a la explotación pesquera.
f) Diversificar la producción, lo que implica la elaboración de nuevos productos.
g) Superar problemas de infraestructura portuaria, cuyos puntos críticos son San Antonio y Talcahuano.
Diagnósticos por rubros de producción industrial.
La merluza común.
Este recurso constituye la base del abastecimiento en fresco y semielaborado (congelado) de la población, y se explota intensivamente en la zona Los Vilos-Lebu. Las capturas industriales han fluctuado en los últimos seis años entre 80.000 y 130.000 toneladas, estimándose, de acuerdo con el análisis de los desembarques y prospecciones efectuadas, que el rango de disponibilidad anual se ubica para dicha zona entre 80.000 y 90.000 toneladas. Sobre la base de algunas prospecciones, se estima que en la zona Lebu-Isla Guafo existiría un stock potencial que permitiría entregar unas 15.000 toneladas adicionales por año.
La merluza común es capturada mediante redes de arrastre de fondo por una flota de aproximadamente 34 embarcaciones, cuyos centros de operación, en orden de importancia, son San Antonio, Talcahuano, Valparaíso y Valdivia. En los dos primeros puertos se desembarca aproximadamente el 87% de la captura nacional. La antigüedad promedio de la flota oscila, para los diferentes puertos, entre ocho y quince años. Su tonelaje de registro bruto varía entre 20 y 530 toneladas, y su capacidad de bodega, entre once y trescientos metros cúbicos.
La flota merlucera con base en San Antonio, por su mayor tonelaje promedio (316 toneladas de registro bruto), y por su capacidad de bodega promedio (185 metros cúbicos), es la que obtiene mayores rendimientos de captura por día efectivo de pesca por barco.
Durante 1972 han operado en Chile tres buques-fábricas soviéticos, de aproximadamente tres mil toneladas de registro bruto cada uno, que poseen entre otras características, equipos de pesca de arrastre de fondo y media agua, sistemas de congelación y elaboración de harina de pescado a bordo, y capacidad de almacenamiento de productos congelados de 550 metros cúbicos. Hasta julio del año en curso, esta flotilla había aportado cerca de 10.000 toneladas en productos para consumo humano.
Existen en el país siete plantas industriales dedicadas preferentemente a la captura y elaboración de la merluza, ya sea en fresco, congelado, enfriado o harina.
La mano de obra asociada a esta industria alcanza a unos dos mil trabajadores, de los cuales un 63% se concentra en San Antonio. El 68% de la mano de obra total corresponde a las plantas 1. 283 trabajadores, y el resto 623, a la flota. El nivel de empleo se ha mantenido sin grandes variaciones durante los últimos años.
Por ser la merluza común un recurso que presenta extraordinarias ventajas para el consumo directo de la población (precio, calidad, mercados, etcétera), se ha tratado de reorientar su uso hacia las formas de comercialización en fresco y congelado-enfriado (filete), reduciéndose paulatinamente el porcentaje destinado tradicionalmente a harina. Entre 1969 y 1971 el porcentaje del total de las capturas destinadas a harina disminuyó del 60% al 41%, mientras que las orientadas a filetes y fresco aumentaron del 6% al 23%, y del 34% al 36%, respectivamente. Durante 1972 la tendencia hacia estos usos registrará, seguramente, nuevas correlaciones a favor del consumo humano directo, particularmente por el aporte que hacia este tipo de consumo han significado las capturas de la flotilla soviética.
La utilización de la capacidad instalada en planta, para las elaboraciones de filete y harina, que son las que se realizan en tierra, tomando como base un turno de ocho horas durante doscientos días al año, es alta en las principales empresas del ¡país, particularmente en cuanto a la elaboración de filetes. Sin embargo, la reorientación del recurso hacia este último tipo de elaboración podrá aumentar sustancialmente al solucionarse algunos problemas, tales como el manejo y preservación de la merluza a bordo y aumento de la capacidad de congelación en las plantas principales, lo que, por ende, permitirá aumentar el número de turnos.
En cuanto al consumo de la merluza en fresco, si bien se ha logrado en los dos últimos años reorientar las capturas, en alguna medida, hacia este destino, ello no ha compensado el crecimiento de la población, lo que se ha traducido, en el hecho, en una disminución del consumo per cápita en este rubro. Esto se ha paliado durante el año en curso por la oferta de merluza congelada hecha por la flotilla soviética que, a diferencia de los productos congelados tradicionales, llega, al igual que la merluza fresca, de preferencia, a los estratos de bajos ingresos.
En cuanto al mercado externo, cabe mencionar que éste se presenta extraordinariamente favorable hacia un aumento sustancial de las colocaciones de productos de merluza con un alto valor agregado, como es el caso del filete congelado. Los precios por tonelada de este producto han aumentado en los últimos años en casi ciento por ciento. Eso se tradujo en un aumento del 81% en las exportaciones entre 1970 y 1971.
Cabe destacar qué medidas y acciones a corto plazo se están tomando, a fin de aplicar los objetivos generales de desarrollo mencionados.
Las metas a corto plazo que se proponen en el plan de desarrollo industrial pesquero, y que se relacionan con la pesquería industrial de merluza común, se refieren, fundamentalmente, a aumentar el consumo interno per cápita de productos del mar de 13,5 kilos en 1971, a 20 kilos en 1973; y a aumentar la exportación de filete congelado de merluza, de un valor cercano a los 400.000 dólares a que alcanzó en 1971, a unos cuatro millones en 1973.
La utilización alternativa del recurso, sobre la base de las dos metas señaladas, se visualiza mejor si se toman en consideración los siguientes datos: una tonelada de captura de merluza destinada a harina significa una entrada bruta de divisas al país de 25 dólares. Esta misma tonelada destinada a filete congelado significa un ingreso bruto de 210 dólares y destinada al consumo humano interno de la población significa un ahorro de divisas para el país de 270 dólares.
En cuanto a la incorporación de nuevas áreas de captura, se ha presentado al Comité Económico de Gobierno, y cuenta
con la aprobación de la Secretaría Técnica de éste, un proyecto de prospección (cuantificación) de los recursos pesqueros de fondo para la zona Isla Mocha-Golfo de Penas, que incluye, además, la exploración de la plataforma entre Golfo de Penas y Cabo de Hornos.
En renovación de flota, se han considerado, entre otras, dos medidas fundamentales: la adquisición de tres arrastreros de procedencia soviética de 1. 000 toneladas cada uno, a fin de mantener y, si es posible, aumentar la oferta de merluza y otros peces congelados de alto consumo-popular; y la transformación en arrastreros y re-destinación a la zona central de embarcaciones cerqueras provenientes de la zona norte que serán paulatinamente reemplazadas por unidades cerqueras mayores. Las medidas anteriores se complementan con otras menores, tales como mejoramiento y mecanización de la manipulación y conservación a bordo en la flota merlucera actual, y concentración de los desembarques en las zonas de captura.
Con relación a las plantas elaboradoras, y en adición a las medidas anteriores, se encuentra en estudio un proyecto que permite la ampliación de la capacidad de producción de Jeik y nuevos productos enfriados en San Antonio.
Congelados.
a) Recursos. Los recursos en explotación actualmente son: camarones, langostinos, merluza y centolla. Existe la posibilidad de redestinar a congelado recursos como sardinas, anchovetas y moluscos (ostras, choritos, locos, etcétera), y de explotar recursos potenciales como agujillas, que presenta excelentes expectativas de mercado y de la cual se estima factible una captura de 100. 000 toneladas anuales.
b) Flota. La flota camaronera langostinera está compuesta por 46 barcos que operan en Quintero, Valparaíso, San Antonio y Talcahuano. La antigüedad promedio de estos barcos es alta. Su operación es bastante irregular por problemas de repuestos y antigüedad, ya que la mayoría de estos barcos han sido reacondicionados para usarlos en la captura de camarones y langostinos.
La flota centollera está compuesta por nueve barcos de pequeña capacidad y que tienen como centro de operación la provincia de Magallanes.
c) Industrias, mano de obra y producción. Las industrias dedicadas al rubro camarones y langostinos son diez, localizadas en Quintero, Viña del Mar, Valparaíso, San Antonio, Tomé y Coronel. Las dedicadas al rubro merluza congelada son cuatro (dos en San Antonio y dos en Talcahuano), de las cuales dos pertenecen al área social. Esto representa el 67% de la capacidad instalada de filete de merluza congelado.
Las industrias dedicadas al rubro centolla están localizadas en Magallanes. Son dos, y ambas pertenecen al área privada.
El empleo que genera este rubro es aproximadamente de 3.700 personas entre flota y planta.
d) Mercado externo e interno. Estos productos en general son de exportación, y en estos momentos el mercado externo es muy favorable. El precio internacional de los camarones y langostinos congelados ha subido en alrededor de 70% en el lapso de un año. El de la merluza congelada, por su parte, se ha incrementado en 30% en el período de uno a dos años. Para la agujilla las condiciones también se de muestran favorables, ya que se transa a 450 dólares la tonelada.
Dadas las excelentes expectativas del mercado externo de productos del mar congelados, y siendo uno de los principales objetivos de la política del sector la generación de divisas, los proyectos y acciones referentes a este rubro están orientados a: aumentar las exportaciones de filete congelado de merluza, explotar recursos potenciales como agujilla, que se exportaría congelada, redestinar algunos recursos como la sardina y la anchoveta, que también se congelarían y exportarían; y a mantener el nivel de exportaciones de camarones y langostinos, mejorando su calidad.
Los proyectos y acciones referentes a este rubro serían:
En cuanto al recurso agujilla, se pretende implementar su evaluación directa y pesca experimental; respecto de camarones y langostinos, se realizará una evaluación de su abundancia relativa para establecer cuotas límites de pesca anual.
En cuanto a flota, se implementará rápidamente con cuatro embarcaciones de arrastre para camarones y langostinos a las empresas del área social, que en estos momentos son las que tienen más serios problemas. Por el momento se van a tomar acciones para que algunos barcos desembarquen en puertos próximos a la zona de captura como Constitución, lo que implica organizar e implementar un sistema de transporte por tierra. Con esta medida, se aumenta el poder de captura.
Además, se está estudiando la técnica de captura de agujilla, lo cual necesitará de una flota adicional.
En planta, se establecerá un sistema de control de calidad permanente en el rubro camarones y langostinos. Junto a ello, existe una serie de inversiones necesarias para mejorar los procesos de producción que deben concretarse en cada empresa. Además, se implementará la industria de congelados con equipos para procesamiento de agujilla, sardina y anchoveta. Esto se resume en la necesidad de adquirir equipo de frío, con capacidad de congelación de 250 toneladas por día, que se ha de instalar en la zona comprendida entre Coquimbo y Arica.
En lo referente a comercialización, deben realizarse estudios de mercado externa para langostinos, agujilla, sardina, anchoveta, ostras, almejas, ostiones, atún, marrajo y azulejo congelados y, además, como acción a corto plazo, centralizar todo el comercio exterior de congelados en CORPESCA, con el objeto de tener un mayor poder de negociación.
Conservas.
Principalmente son recursos utilizados para la elaboración de enlatados, como sardina, bonito, jurel, sierra, cholga, chorito, camarón, langostino y centolla.
Del desembarque total de estos recursos, que en 1970 alcanzó a 330 mil toneladas, sólo el 14% 46 mil toneladas se destinó a enlatados. Las utilizaciones en conservas fueron, altas en bonito, cholgas, choritos y centollas (entre 80% y 90% de explotación), pero mínimas en sardina, jurel y sierra, que es de 8%, y camarones y langostinos, con 6%. La sardina y el jurel son destinados preferentemente a harina; la sierra, a consumo fresco, y los camarones y langostinos, a congelados*. Durante 1971, se apreció una baja considerable en la cantidad de materia prima destinada a enlatados: sólo 23 mil toneladas. Ello se explica en parte por el descenso en las capturas de bonito en la zona norte, y de cholgas, choritos y centollas en la zona sur, como también por la tendencia sostenida a destinar a la reducción recursos tales como la sardina y el jurel.
De lo anterior, es fácil deducir que el aumento de la producción de enlatados está íntimamente ligado a la posibilidad de reorientar hacia esas preparaciones recursos actualmente destinados a la reducción, tales como anchoveta, sardina y jurel. A ello se agrega la posibilidad que brindan en el mediano plazo algunos recursos potenciales, como son la agujilla, el atún, los choritos y cholgas cultivados. El recurso agujilla se encuentra actualmente en la etapa de prospección (cuantificación) y pesca experimental. Las primeras estimaciones para la zona Arica-Valparaíso indican disponibilidades anuales de más de 70 mil toneladas, si bien la mayor parte de ellas es estima que será destinada a la exportación congelada. Las mismas consideraciones en cuanto al mercado son aplicables a la eventual apertura de una pesquería de altura de atunes en el Pacífico Sur-Central, vale decir, resultaría más rentable exportarlos como congelado.
Las industrias conserveras se abastecen preferentemente de embarcaciones industriales que capturan recursos destinados a otros fines, y de materia prima procedente de la pesquería artesanal. Las excepciones se refieren a ocho embarcaciones cerqueras, de un promedio de 200 metros cúbicos de bodega refrigerada, que operan en la zona norte en la captura de bonito y jurel; a embarcaciones transportadoras de mariscos de empresas de Llanquihue a Magallanes, y a la flotilla de enmalle en la región de Magallanes, que captura centolla para la industria conservera de la zona.
La industria de reducción explota principalmente la pesquería de anchoveta, sardina, merluza y últimamente jurel.
La flota que abastece a la industria está compuesta por 145 embarcaciones de cerco, con un total de 21. 762 metros cúbicos de bodega 110 de ellas concentradas en Arica e Iquique, las que se transforman en 23.785 metros cúbicos si se les agrega la fracción de la flota de arrastre que captura para reducción.
Las unidades más eficientes de la flota actual operan en la zona norte. Sin embargo, la mayoría de ellas han sido superadas largamente por las nuevas embarcaciones MARCO de 300 metros cúbicos de bodega, haciéndose por lo tanto prioritario un reemplazo, el cual no necesariamente debe implicar paralización, sino sólo el traslado de las unidades reemplazadas a otras áreas de pesca de menos actividad.
Las unidades de cerco que operan para la industria de reducción pertenecen en un alto porcentaje a empresas del área social o que están en vías de serlo, lo cual necesariamente debe terminar con el carácter competitivo de dichas plantas, tanto en la operación misma como en el abastecimiento de insumos y descarga de captura, buscándose en un comienzo la coordinación en la faena de pesca, para llegar, en la medida en que esto sea posible, a una flota única por puerto.
La industria propiamente tal está formada por 31 empresas que operan 39 establecimientos industriales, siendo las principales ubicaciones Arica, Iquique y Talcahuano-San Vicente.
La capacidad de procesamiento en términos anuales asciende a 2.144.000 toneladas-año de materia prima, que equivalen a 1.072 toneladas-hora, con turnos de 8 horas y 250 días al año. El promedio de materia prima procesada entre los años 1968-1971 es de 1.110. 000 toneladas-año, arrojando un aprovechamiento de la capacidad instalada de alrededor del 52 %, con una producción promedio en el mismo período de 213.500 toneladas de harina y 37.500 toneladas de aceite. El rendimiento alcanzado de la materia prima es del 19, 2%, cifra susceptible de aumentar en la medida en que se mejore en la zona de Talcahuano-San Vicente el promedio de pesca, que ahora se estima bajo.
Cabe destacar que pertenecen o están en vías de pertenecer al área social 13 empresas, con un total de 21 plantas reductoras, ubicadas en Arica, Iquique, Tocopilla, Mejillones, Coquimbo, Valparaíso, San Antonio, Talcahuano-San Vicente y Valdivia.
La harina de pescado producida en Chile se vende en dos mercados fundamentalmente diferentes: el externo, caracterizado por ser de fuerte competencia, formado por grandes compradores, fabricantes de alimentos balanceados, y con una demanda muy superior a la producción nacional; y el interno, abastecido fundamentalmente por la industria de las zonas centro-norte y centro-sur, no competitivo, ya que harina no se importa, formado en general por pequeños compradores y con una demanda, hasta el momento, inferior a la producción. En promedio, en los años 1968-1971, se ha exportado el 71,4% de la producción de harina de pescado y el 58,6% de la de aceite, produciendo un retorno promedio de 20, 14 y 4, 6 millones de dólares al año, respectivamente.
Como se desprende de lo expuesto, el mercado de exportación juega un papel preponderante en la subsistencia de esta industria, debiéndose, por lo tanto, asignar prioridad a aquellas iniciativas de inversión tendientes a mantener dicho mercado, a pesar de que las proyecciones del consumo interno para 1973 indican un fuerte aumento.
Estrategia, acciones y proyectos.
Las acciones en la industria reductora deberán orientarse hacia:
a) Racionalización técnica y administrativa.
b) Mejoramiento tecnológico de la industria de la zona centro-sur, que permita obtener el máximo rendimiento de la materia prima.
c) Mantención del producto internacional y abastecimiento adecuado del mercado nacional.
Estas premisas definen las acciones y proyectos que a continuación se resumen:
1.- Comercialización.
Centralización de la comercialización interna de harina en algún organismo, como por ejemplo ENAVI, Banco del Estado, etcétera, regulando de esta manera el abastecimiento, uniformando precios y obteniéndose la coordinación necesaria para alcanzar las metas de producción agropecuaria.
Centralización del comercio exterior de harina de pescado, ya que Chile, como exportador de harina, debe competir con fuertes productores. La manera de competir en condiciones más ventajosas es independizando al productor, sea del área social o privada, de los problemas derivados de la colocación de su producto, ya que, con el objeto de obtener financiamiento de corto plazo, se ve obligado a comprometer su producción (ventas a futuro), con evidente deterioro del precio. De esta manera, en la medida en que el Estado se constituya en poder comprador interno y coloque la producción en el mercado externo en los momentos más adecuados, ya que su capacidad financiera así se lo permite, se obtendrán mejores precios.
Adecuar el sistema de transporte de harina destinada a exportación, a los requerimientos del mercado. La tendencia mundial es el manipuleo de la harina a granel. Chile exporta actualmente en sacos, y se puede predecir que a corto plazo los principales puertos europeos receptores de harina sólo la descargarán a granel. Es así como se propone instalar pellitizadoras en la zona norte y construir en Arica e Iquique terminales de abastecimiento y embarque mecanizado de harina a granel. Los estudios hechos sobre la materia indican que, además de adecuarse a los requerimientos del mercado, se obtiene una disminución en el costo de manipuleo y transporte que fluctúa entre 14 y 20 dólares por tonelada, lo que aplicado a 100 mil toneladas de exportación significa una economía de 1.400.000 a 2.000.000 de dólares.
2.- Plantas.
Aprovechamiento del agua de cola en las industrias de Talcahuano-San Vicente.
El desecho de la industria reductora de esta zona (agua de cola), actualmente es eliminado como tal sin mayor aprovechamiento. Sin embargo, existen para él, al menos, dos formas de utilización. Una sería su incorporación a la harina, lo cual permite aumentar el rendimiento de la materia prima en 25% o secarla produciendo el llamado soluble de pescado, que puede exportarse como tal o usarse como componente en la preparación de alimentos para terneros.
Aprovechamiento de desperdicios de industria de congelado y especies acompañantes.
La industria de congelado de crustáceo elimina como desecho tanto la caparazón de langostinos y camarones, como los peces capturados al extraer los crustáceos.
En la actualidad, sólo algunas industrias están equipadas para utilizar este desecho en la producción de harina. Se propone, por lo tanto, implementar las instalaciones reductoras de desechos necesarias para procesar todo el desperdicio de la industria de congelados.
Centralización de la producción de las plantas del área social en las de mayor eficiencia.
Al analizar los rendimientos de la materia prima obtenidos por las industrias pertenecientes al área social, se observa que ellos difieren bastante entre sí. Esto se debe básicamente a diferencias en los equipos. Se propone entonces estudiar un programa de las líneas de producción acorde con los rendimientos que en ellos se pueda obtener, de manera que la mayor cantidad de materia prima se procese en las unidades más eficientes.
Utilización de nuevos recursos en la industria de reducción.
Se ha detectado la existencia de dos especies utilizables como materia prima en la industria de reducción, la merluza de cola y el krill. Se propone implementar las capacidades de procesamiento en las zonas cercanas a los lugares de existencia de dichas especies.
3.- Flota.
Diseño e implementación de programa de operación y mantención conjunta sobre la base de flota única por puerto.
Se propone terminar con el carácter competitivo de las flotas pertenecientes a las empresas del área social y obtener de esta manera mayor rendimiento en la faena de pesca y reducir los costos de operación.
Renovación de flota anchovetera.
Se pretende la sustitución paulatina de las actuales embarcaciones anchoveteras por unidades tipo MARCO de 300 metros cúbicos de bodega, de probada mayor eficiencia.
Integración de astilleros MARCO y ANSA de Iquique. Se trata de unificar ambos astilleros, posibilitando de esta manera el programa de construcción de seis barcos tipo MARCO, de 300 metros cúbicos y aún mayores para la industria conservera.
4.- Recurso.
Completar prospecciones y aprovechamiento industrial simultáneo del recurso merluza de cola.
Pretende la determinación del nivel de explotación de esta pesquería. Esta investigación se haría simultáneamente con el aprovechamiento industrial de la especie.
Tengo a la mano un estudio relacionado con otros rubros de la producción, como algas marinas, concentrados proteicos industriales, secos, salados, ahumados y otros. Ese estudio aparece en dos cuadros, contenidos en tres páginas, y ruego insertar en mi discurso.
El señor PALMA (Presidente).-
Oportunamente la Mesa solicitará el acuerdo respectivo a la Sala.
Los documentos que más adelante se acuerda insertar son los siguientes:
Anexo Nº 2 Y N° 3.
CONTINUACIÓN ANEXO N° 3
El señor VALENTE.-
Para completar y hacer realidad este estudio y proyecto y toda la extraordinaria posibilidad de desarrollo de la industria pesquera, el Gobierno ha propuesto al Congreso Nacional la creación del Ministerio del Mar. Y como expuso el señor Ministro de Tierras y Colonización en su intervención, tal Secretaría de Estado tendría a su cargo dirigir, fomentar, orientar, coordinar y planificar las actividades pesqueras del país con el objeto fundamental de aumentar la producción nacional; investigar, conservar, proteger y acrecentar la flora y fauna acuáticas, y mejorar las condiciones de vida y trabajo de las personas que laboran en tales actividades.
El Ministerio del Mar estará compuesto por una Subsecretaría, con funciones de administración del Ministerio.
La función de planificar la ejercerá el Departamento de Planificación Pesquera, encargado de elaborar, coordinar y evaluar los planes nacionales y regionales de desarrollo de las actividades y funciones que corresponde cumplir al Ministerio, como asimismo de centralizar y coordinar la planificación de todas las actividades del sector pesquero.
El proyecto establece que por recursos pesqueros se entenderán todos aquellos seres que tienen en el agua su medio habitual o más frecuente de vida, ya se trate del mar, ríos, lagos naturales o demás aguas interiores, y por actividades pesqueras, la investigación, el cultivo, repoblación, extracción, producción, elaboración, industrialización, comercialización y transporte de recursos pesqueros o sus productos; la construcción, reparación y transformación de embarcaciones pesqueras, la producción de bienes e insumos destinados al desarrollo de estas actividades y las labores de caza marítima.
Asimismo, la iniciativa propone la creación de la Dirección Nacional de Pesca como servicio de la Administración Central del Estado, dependiente del Ministerio del Mar, y encargada de normar, controlar e inspeccionar el cumplimiento de las actividades sobre pesca y caza marítima, conservar y fomentar los recursos marinos y, en general, fiscalizar el cumplimiento de las normas de control establecidas en las leyes y reglamentos cuya aplicación corresponda al Ministerio del Mar sobre la materia.
La Dirección Nacional de Pesca tendrá, también, las siguientes funciones y atribuciones: preparar los estudios necesarios para la dictación de normas sobre actividades y recursos pesqueros; proponer al Ministro normas destinadas a la conservación e incremento de los recursos pesqueros; velar por el cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias sobre la materia; ejercer el control sanitario de los productos pesqueros de exportación y adoptar las medidas necesarias para evitar la introducción al país y la propagación dentro del territorio nacional de enfermedades de los recursos pesqueros; otorgar los permisos y autorizaciones para ejercer actividades pesqueras y mantener el registro nacional de pescadores; aplicar y controlar el cumplimiento de las normas contenidas en el artículo 8º del D. F. L. Nº 208, de 1953; supervigilar técnicamente las caletas de pescadores, puertos y terminales pesqueros; vigilar el cumplimiento de las vedas que se establezcan y colaborar en la protección de viveros y recursos pesqueros; participar en la elaboración y colaborar en la ejecución de los planes generales o regionales de desarrollo pesquero que apruebe el Ministerio del Mar; y recopilar informaciones estadísticas sobre las actividades pesqueras.
La Dirección Nacional de Pesca estará formada también por otros departamentos que complementarán su acción: Departamento de Estudios y Estadísticas, Departamento de Control, Departamento de Planificación Pesquera, Departamento de Contabilidad y Presupuestos y Departamento Administrativo.
Además, el proyecto crea la Corporación Nacional de Desarrollo Pesquero, que será una persona jurídica de derecho público, empresa autónoma del Estado, de duración indefinida, con patrimonio propio y con plena capacidad para adquirir, ejercer derechos y contraer obligaciones. Seguidamente, señala las atribuciones que corresponderán a este organismo.
Por último, la iniciativa del Ejecutivo propone la creación del Instituto de Investigaciones Pesqueras, que será una persona jurídica de derecho público, empresa autónoma del Estado, de duración indefinida, con patrimonio propio y con plena capacidad para adquirir, ejercer derechos y contraer obligaciones. El Instituto formará parte del sector pesquero y se relacionará con el Gobierno a través del Ministerio del Mar. El Instituto de Investigaciones Pesqueras será el organismo encargado de efectuar los estudios e investigaciones científicas y tecnológicas necesarias para el desarrollo de las actividades pesqueras del país. Asimismo, le corresponderá al Instituto orientar y coordinar toda la investigación pesquera nacional, sin perjuicio de las atribuciones que sobre esta materia correspondan a la Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas y al Instituto Hidrográfico de la Armada de Chile.
En fin, Honorable Senado, se trata de un proyecto completo, que propone resolver en buena forma, y con una herramienta legal positiva, los problemas del desarrollo de nuestra pesquería y del aprovechamiento intensivo de los recursos de nuestras aguas.
Creemos que esta Corporación cometería un error si rechazara en general la iniciativa en debate, como ya lo anunciaron los Senadores del Partido Nacional y de la Democracia Cristiana. Estimo que semejante actitud, ante una legislación de esta trascendencia, no obedecería sino a una mezquina posición política. No hay ninguna razón de otra naturaleza que justifique una determinación como la anticipada. Escuchamos a los Honorables señores García y Pablo aducir los argumentos de sus respectivos partidos para oponerse a la creación del Ministerio del Mar; pero todos carecen de validez para fundar una decisión como la adelantada.
Pensamos que la Oposición hace mal en traer a la discusión de esta iniciativa la lucha partidista que normalmente se lleva a cabo en el ámbito nacional.
Cuando la Democracia Cristiana gobernaba el país, presentó dos proyectos, a nuestro juicio, de mucho interés: uno de ellos para crear el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo. Estimamos que las razones que tuvo la Administración anterior para proponer una legislación de esa índole eran justificadas, porque el desarrollo de la construcción de viviendas en Chile requería de un organismo que centralizara tal actividad. Gustosos dimos nuestros votos para aprobar esa iniciativa. No hicimos cuestión política de ninguna especie. No se nos pasó por la mente rechazar un proyecto que en esos momentos era importante para el país. Sin embargo, ahora, cuando el Gobierno actual propone una legislación destinada a centralizar en un solo organismo toda la política relacionada con la pesca y el desarrollo de los inmensos recursos que Chile tiene en el océano, nos hemos encontrado con una actitud mezquina de los Senadores de Oposición, quienes han anunciado que rechazarán en general el proyecto en debate.
En el corto lapso que media entre ayer y hoy, hemos recibido una serie de comunicaciones de organizaciones de trabajadores del mar, especialmente del norte del país, en donde nos piden hacer todo lo posible para que el Senado de la República apruebe la idea de legislar. Seguramente, también los parlamentarios opositores recibieron esas comunicaciones. Ya en Talcahuano se realizó ayer una gran concentración de los trabajadores marítimos, de los pescadores artesanales, de quienes laboran en las flotas pesqueras, y en ella se pidió a los Senadores de Oposición que ejerzan sus obligaciones patrióticas con el propósito de dotar, no a este Gobierno sino al país, del instrumento necesario para el desarrollo integral y el aprovechamiento intensivo de los recursos marinos, que son tan valiosos - así lo dije en un comienzo - como el cobre lo es para la minería, o como puede ser la aplicación de una reforma agraria intensiva para la elaboración u obtención de mayor cantidad de alimentos para el consumo nacional.
Por esta razón, todavía tenemos confianza en que los Senadores de Oposición cambien su actitud. Esperamos que, sopesando la importancia de esta iniciativa, lo que significará el Ministerio del Mar para el desarrollo de una actividad tan esencial como la pesca en nuestro país, modifiquen su opinión vertida ayer y den sus votos favorables a la creación del Ministerio del Mar. Una legislación como ésta merece el apoyo de todo el país, y las pequeñas escaramuzas politiqueras deben postergarse para otra oportunidad. Ahora está de por medio el interés de todo el país, especialmente el de los miles de trabajadores que laboran en esta actividad, quienes están pendientes del resultado del pronunciamiento del Senado.
Nosotros, como Senadores de Gobierno, hemos comprometido nuestros votos para apoyar este proyecto.
Y tanto más nos extraña la actitud de los parlamentarios de Oposición, si consideramos que la iniciativa en debate se aprobó en general en la Comisión de Economía y Comercio por dos votos de mayoría y dos abstenciones, y que todo su articulado se acogió por unanimidad. Por lo tanto, los parlamentarios de Oposición y de Gobierno, de común acuerdo, elaboramos el articulado, contenido tanto en el informe de la Comisión de Economía como en el de la de Hacienda.
Reitero que, a nuestro juicio, no hay motivos válidos para adoptar una actitud de esta naturaleza, tan chata, tan mezquina, tan pigmea, como la anunciada por los Senadores del Partido Nacional y de la Democracia Cristiana, frente a una iniciativa de la trascendencia de la que debatimos.
Esperamos que esas colectividades rectifiquen su posición acerca de una herramienta de inmenso valor para el desarrollo de la actividad pesquera, que tanta importancia tiene para la economía nacional, pues producirá excelentes frutos gracias a una explotación racional de los recursos marítimos.
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