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- rdf:value = " El señor IBAÑEZ.-
Ruego a la señora Senadora no tergiversar lo que estoy sosteniendo. No hay contradicción alguna entre lo que dijo el Honorable señor Bulnes Sanfuentes y mis afirmaciones. Lo que sostuve fue una cosa muy distinta de lo que relata la Honorable señora Campusano. Y no hay peor sordo que el que no quiere oír, como ocurre en el caso de Su Señoría en este instante.
Yo manifesté que el Primer MinistroKosygin invitó expresamente a su despacho a determinadas personas, seleccionadas expresamente, a fin de que llevasen a la Unión Soviética los recursos, la tecnología y las empresas que Sus Señorías califican tan duramente aquí.
En consecuencia, donde hay una aparente contradicción es entre la posición de los comunistas chilenos y la de los comunistas soviéticos. Y subrayo el vocablo aparente, porque en el hecho lo que está sucediendo esto quiero decirlo con todas sus palabras es un acto de tremenda traición colonialista a cargo del Partido Comunista de Chile, el cual, obedeciendo las instrucciones del Partido Comunista de Moscú, lleva adelante una campaña destinada a hacer que se desplacen de Chile los recursos y la tecnología que necesita la Unión Soviética para llevar a cabo el desarrollo de su minería del cobre y competir después en forma aplastante con la minería chilena, que ahora está privada de todos esos elementos.
Para dar término a mis observaciones y no extenderlas demasiado, reitero mi solicitud de que se incluya en la versión de mi discurso la carátula del informe oficial publicado en Estados Unidos sobre esas conversaciones, como asimismo una traducción de las tres páginas que se refieren expresamente a la situación de las empresas norteamericanas que operarían en la Unión Soviética, y, especialmente, a las sugerencias que hace el Primer Ministro Kosygin para que se hagan inversiones en la minería del cobre.
Pido que los funcionarios del Senado hagan una traducción de la parte pertinente de ese informe, a fin de incluirla en la versión de esta sesión. Porque es importante que el pueblo de Chile, que sabrá apreciar la solidaridad que todos los chilenos tenemos frente a la acción iniciada por la Kennecott, sepa que esa solidaridad no representa ni remotamente un apoyo para la política que ha llevado a cabo el actual Gobierno; y que quede .también muy en claro que nos valemos de esta ocasión para denunciar la forma inconcebible e inaceptable como se ha cometido esta alta traición contra los intereses chilenos, al entregar, primero, la tecnología de las minas chilenas a la Unión Soviética, e impulsar, en seguida, el traslado de capitales y técnicos para que vayan a desarrollar la minería del cobre de esa nación, en competencia con la minería chilena.
Tales hechos debe conocerlos el pueblo de nuestro patria, el cual, en todo orden de cosas, está sufriendo los propósitos totalitarios del Gobierno que nos rige. Es indispensable también que la ciudadanía sepa que la principal fuente de entradas del país ha sido comprometida en forma gravísima por la acción del actual equipo gubernamental y por las medidas, claramente concertadas, según se aprecia hoy, con el Partido Comunista ruso.
Comprendo perfectamente que los norteamericanos y los soviéticos conversen sobre estas materias, y no me extrañaría que llegaran a acuerdos, los que espero sean fructíferos para la paz y el entendimiento entre esos pueblos. Pero lo que sí debo decir es que tales acuerdos, que podrán convenir a los Estados Unidos y a la Unión Soviética, se hacen en desmedro de las naciones débiles. En el caso específico que estoy señalando, Chile sufre una grave lesión por la política que, en materia de cobre, ha seguido el Gobierno de la Unidad Popular, cuyos proyecciones y antecedentes, desconocidos hasta hoy por el pueblo chileno, comienzan a ponerse de relieve con intervenciones tan interesantes como la que tuvo hace pocos momentos el Honorable señor Carmona, y con los antecedentes que ahora estoy entregando.
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