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- rdf:value = " El señor PALMA (Presidente).-
Tiene la palabra respecto de} artículo 1º el Honorable señor Bulnes.
El señor BULNES SANFUENTES.-
Las modificaciones introducidas por la Cámara de Diputados tienen dos objetivos: agregar a la creación de la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, que estaba propuesta en el proyecto del Senado, la de una corte de apelaciones en la ciudad de Los Ángeles y otra en la ciudad de Copiapó, y establecer que los nuevos tribunales estarán compuestos por cuatro ministros cada uno.
Respecto de la primera idea, concuerdo plenamente con la necesidad de una nueva corte de apelaciones en Los Ángeles, porque significa aliviar de trabajo a las de Concepción y Temuco, que están excesivamente recargadas. La de Concepción atiende un promedio de seis mil causas al año, divida en dos salas, lo que da tres mil causas para cada sala; en tanto que la de Santiago tiene un promedio de dos mil causas por Sala. Como dije, la Corte de Apelaciones de Los Ángeles se justifica plenamente.
Lo que es dudoso es si se justifica igualmente la creación de la Corte de Apelaciones de Copiapó, porque el número de causas que deberá atender ese tribunal no justifica su creación. En efecto, según el movimiento actual tendrá mil cuatrocientas causas en el año, cifra muy inferior a la que, según se ha estimado hasta ahora, justifica establecer un tribunal de segunda instancia. La razón que se invoca para crear la Corte de Copiapó es la excesiva distancia existente entre esa ciudad y La
Serena. Pero debe tenerse presente que el problema de la distancia, a medida que las comunicaciones se perfeccionan, pasa a tener menos importancia que antes. Temo, en cambio, que la creación de dicha Corte nos impida más adelante negarnos a establecer tribunales de esa índole en cada capital de provincia, porque éstas pueden alegar que su movimiento de causas es igual o mayor que el de Copiapó; porque el argumento de las distancias es relativo, y porque no hay ninguna capital de provincia que se encuentre al lado de otra capital de provincia. En realidad, nadie sabe cuál es la distancia que justifica la creación de una nueva corte. Evidentemente, sería ideal poder crear una en cada cabecera de provincia, pero como señaló el Honorable señor Aylwin, el problema de la administración de justicia en Chile no es la falta de esos tribunales, sino la de los de primera instancia. Estos sí que deben ser de fácil acceso para todos los habitantes del país. Ahí sí que debe aplicarse el concepto de la distancia. Y el tribunal de primera instancia debe estar en condiciones de tramitar y fallar con rapidez, lo que actualmente no ocurre. La tramitación se demora todo lo posible, todo lo que la ley permite, y algunos fallos suelen tardar muchos meses porque el recargo de trabajo de los jueces les impide dictar con oportunidad sentencias que requieren estudios especializados que son difíciles de afrontar.
Si hay un servicio en Chile que no ha crecido de acuerdo con el aumento de la población y con el desarrollo económico del país, es la administración de justicia. Si se quiere perfeccionarla, hay que gastar los recursos de que se disponga y crear tribunales de primera instancia.
Por lo tanto, miro con bastante aprensión la creación de la Corte de Apelaciones de Copiapó, no porque en sí misma no se justifique, pues -repito- el ideal sería que todas las capitales de provincia tuvieran su corte de apelaciones, sino porque puede acarrear la creación de una cantidad de dichos tribunales en el país, con detrimento de lo que realmente interesa a la población de Chile, que es la existencia de tribunales de primera instancia, que sean de acceso fácil y que tramiten y resuelvan con rapidez.
Por estas consideraciones, me abstuve en la Comisión de votar la enmienda de la Cámara de Diputados en lo referente a la creación de la Corte de Apelaciones de Copiapó.
"
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