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- rdf:value = " El señor MORENO.-
Al fundar mi voto por la insistencia del Senado, sólo quiero hacer breves observaciones.
Como lo decía el Honorable señor Hamilton, este artículo es una aclaración de lo que en la ley 17.377 y en otros cuerpos legales existe en materia de televisión universitaria. Y la razón por la cual se ha estimado necesario precisar el derecho que las Universidades de Chile, Católica de Santiago y Católica de Valparaíso tienen para extender sus redes de televisión, es la de que a raíz de la decisión de estas Universidades de ampliar sus transmisiones a todo el territorio nacional, ha surgido una campaña del Gobierno y de los partidos de la Unidad Popular tendiente a cercenar una de las garantías más vitales que en una democracia deben existir: el derecho a la libertad de información objetiva y no condicionada.
La televisión universitaria data desde los inicios de esta década y se ha venido desarrollando a través de dos Gobiernos distintos; y nunca antes se había observado el intento de parte del Ejecutivo -cualquiera que fueran quienes ostentaban el poder en la oportunidad- de coartar el derecho de los canales universitarios de ampliar sus transmisiones a todo el territorio nacional.
En esta ocasión, se ha suscitado un debate bastante duro, porque el Ejecutivo insiste en el criterio de crear una red nacional universitaria de televisión que aparentemente podría tener algún viso de eficiencia o de cierto tecnicismo en su presentación. Pero, ¿qué ocurriría? Que el canal nacional universitario de televisión significaría de hecho limitar el horario, el alcance y los programas de los canales que ya están transmitiendo, pues a lo menos las tres universidades que cuentan con canales de televisión deberían ponerse de acuerdo en cierta programación y ciertos programas del canal de la Universidad Católica de Valparaíso ser retransmitidos por los de las Universidades (Je Santiago, y viceversa. Esto, a nuestro juicio, entraña un grave perjuicio para los canales universitarios.
Yo comprendo por qué el Gobierno y, sobre todo, la Unidad Popular, están interesados en que no se extiendan esos canales universitarios: porque, a raíz del fracaso de su gestión, creen que es posible tapar las consecuencias de su política haciendo que la gente no se informe en sus hogares de lo que está sucediendo en el país o en sus provincias, y para conseguirlo recurren a la vieja técnica del avestruz: tratar de esconder la cabeza, aunque el maremoto esté pasando por encima de ellos.
En realidad, la disposición de que se trata tiene por objeto aclarar lo que ya existe, es decir que las Universidades de Chile y Católica, de Santiago, puedan transmitir a todo el país, derecho que a su vez adquiere la Universidad Católica de Valparaíso.
Por lo menos respecto del canal de la Universidad Católica de Santiago, puedo afirmar que hoy día él practica una alta objetividad, al igual que el de Valparaíso. Y tenemos confianza en que el Canal 9 de la Universidad de Chile, gracias al plebiscito que se efectuó entre el estudiantado, los profesores y el personal no docente, pueda también recuperar la objetividad que requiere como centro de difusión universitaria.
Por tales razones, voto por la insistencia.
"