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- rdf:value = " El señor PALMA (Presidente).-
En seguida, tiene la palabra el Honorable señor Papic.
El señor PAPIC.-
Señor Presidente, ante, todo, deseo manifestar que presentamos este proyecto de reforma constitucional acogiendo el clamor de centenares de campesinos que han sido atropellados en su legítimo derecho de aspirar a la tenencia de la tierra, de los fundos en los cuales habían trabajado durante muchos años. También lo hicimos recogiendo la protesta de miles de pequeños y medianos comerciantes del país, afectados por la política de distribución establecida por el actual Gobierno.
Para reforzar mis palabras ante el Senado, daré lectura a una declaración pública formulada por algunos campesinos, en la ciudad de Valdivia, a comienzos del mes en curso. Ella dice lo siguiente:
Debido a la gravedad que revisten las actitudes y hechos suscitados en el Comité Campesino La Victoria en la comuna de Máfil, es que venimos en dar cuenta a la opinión pública, lo siguiente:
Primero.- El Comité La Victoria está constituido de acuerdo a las normas que ha fijado la CORA y agrupa a nueve trabajadores. Hasta el día 29 de octubre este grupo laboraba sin mayores inconvenientes, salvo los normales en un grupo de trabajo.
Segundo.- El día 30 de octubre pasado en forma intempestiva, se hicieron presentes en el Comité Isidoro Paillamilla presidente del Consejo Campesino de Máfil; Hernán Catalán, inspector Municipal de Máfil; los Consejeros Campesino de Máfil, señores Barruel, Sáez y Albornoz, además del Jefe del Área de Mariquina de apellido Bustos de la Corporación de la Reforma Agraria, quienes en forma prepotente prácticamente se apoderaron de la oficina del Comité y trataron a los trabajadores en forma grosera y, posteriormente, procedieron verbalmente a despedir a 7 trabajadores.
Tercero.- Los trabajadores despedidos son Manuel Henríquez Lara, presidente del Comité; Pedro Escobar Salazar, cajero-bodeguero con un grupo familiar de 3 personas; José Henríquez Lara, secretario; Thelmo Escobar Sandoval, trabajador con un grupo familiar de 10 personas: Artemio Escobar Salazar, trabajador; Miguel Escobar Salazar, trabajador; Julio Henríquez Lara, trabajador. La familia Henríquez en total son 9 personas, todos ellos han sufrido y después de todo fueron los que lucharon por la expropiación del predio a los anteriores patrones. Creían que salvados todos los inconvenientes de una explotación y constituido el comité la tranquilidad y seguridad se impondría para todos ellos y sus familias.
Cuarto.- Que repudiamos en forma enérgica la actitud del Consejo Campesino de Máfil, del Jefe de Área de Mariquina de la CORA y del inspector municipal de Máfil, que nos han tratado en forma inhumana, sin considerar nuestras necesidades, nuestros sacrificios, nuestras familias, en una actitud incalificable han procedido por la fuerza a lanzarnos del Comité, sin ser nada nuestro, ni de nuestra organización. Además si quisieron constituirse en Nuevos Patrones demostraron que su conocimiento sobre los seres humanos es ínfimo y que su trato deja mucho que desear, además creemos que sólo en los períodos de esclavitud se actuó en la forma que lo hicieron estas personas que se han constituido en los Negreros del Nuevo Régimen y que no están dispuestos a respetar la dignidad de la persona humana, sino a imponer su descriterio y su prepotencia de matones baratos.
Quinto.- Exigimos el reintegro de todos los compañeros despedidos y que se proceda al retiro de los trabajadores que en total de 8 llevaron para llenar los cargos dejados por los despedidos. Creemos que lo que rebasa nuestra paciencia es la actitud de echar a compañeros que lucharon y sufrieron por una causa; y estas personas traen otros que vienen a servirse del sacrificio nuestro y encuentran la mesa puesta y la casa hecha. Nuestras familias y nosotros no estamos dispuestos a sufrir este vejamen y haremos todo lo posible para evitar que se salgan con sus propósitos de dividir a los trabajadores chilenos y crear el odio y la discordia entre nosotros.
Sexto.- Para ello haremos todas las gestiones ante las diferentes autoridades para que se solucione nuestro problema a la brevedad posible, porque esto constituye una injusticia que nos ha sumido en el dolor y la desesperación, esperamos que ellas nos escuchen y cumplan lo que el Gobierno ha estado predicando que debe trato preferencial a los que se encuentran laborando para el país, ya sea en el campo o en la ciudad. Tenemos confianza que los representantes del Gobierno no podrán permitir un hecho de esta naturaleza y menos podrán amparar o defender a estos malos elementos que sólo están desprestigiando la política del Gobierno en el campo.
Esperamos que la opinión pública y los personeros de Gobierno nos juzguen ecuánimemente y se haga justicia hacia nuestra justa petición de reintegro al campo por el que tanto luchamos, por nuestras casas construidas con nuestro sudor y esfuerzo, por nuestras familias que tienen confianza que esta situación se solucionará pronto.
Comité Campesino La Victoria comuna de Máfil.
Manuel Henríquez Lara, Presidente; José Henríquez Lara, Secretario; Pedro Escobar Solazar, Cajero-bodeguero.
Debo dejar constancia de que el día martes 7 del presente mes, debido a la acción de la Confederación Triunfo Campesino y de una serie de sindicatos, se logró el reintegro de estos trabajadores. Pero posteriormente, con fecha 21 de este mes, han surgido nuevas dificultades a raíz de la intervención de algunos elementos del Partido Socialista que han notificado al Presidente del Sindicato Comunal, don Ornar Matamala, que, aun cuando ganaron la primera pelea, de todas maneras los campesinos serían lanzados de ese predio.
Aquí tengo una declaración jurada ante el notario de Valdivia don René Martínez Miranda, firmada por don Juan Meza Zambrano, carné 51.120 de Valdivia, don Ornar Matamala Huenchur, carné 72.698 de Valdivia, y por don Nelson Fuentes Campos, carné 156.654 de Valdivia. Quiero dar lectura a esta declaración jurada, porque es una prueba más de la prepotencia y del abuso con que actúan algunos funcionarios de Gobierno y otros que, sin pertenecer a él, por el hecho de militar en los Partidos Comunista y Socialista, están estableciendo ya no sólo el atropello, sino el matonaje y el abuso despiadado contra muchos campesinos. Este documento dice:
En Valdivia, a veinte de noviembre de 1972, don Ornar Matamala Huenchur, don Juan Meza Zambrano y don Nelson Fuentes Campos, bajo Fe de Juramento, expresan lo siguiente:
Que el día viernes 17 del presente mes, alrededor de las 17 horas se hicieron presentes en la hijuela Unguento, comuna de Máfil, a fin de que el presidente del Sindicato Sol de Septiembre, de trabajadores agrícolas de la citada comuna procediera a requerir al empleador agrícola don Perfecto López Cea, alcalde de la comuna, el pago del 2% de aporte sindical correspondiente a un trabajador, adeudado durante tres meses. Recibidos por el señor Perfecto López Cea, en presencia de los señores Meza y Fuentes, más el secretario administrativo del Sindicato Sigifredo Martínez Jaramillo, el señor López se negó en primer lugar al pago de la deuda sindical y acto seguido procedió a amenazar al dirigente Ornar Matamala diciéndole que no se hacía responsable de lo que pudiera pasarle en el futuro y que no le faltaría ocasión para liquidarlo personalmente y que el conflicto del fundo Las Quemas sería una buena oportunidad para ello por cuanto era un acuerdo tomado por ellos al respecto, además manifestó que habría conversado personalmente con el Presidente de la República y obtenido seguridades de que liquidarían a la organizaciones agrícolas campesinas no comprometidas con el actual Gobierno y que su acción se centralizaría en las organizaciones sindicales dependientes de la Confederación Triunfo Campesino de Chile. El presidente del sindicato le expresó que iba solamente a cumplir su obligación sindical y no a ser objeto de amenazas violentas ni prepotentes y que se retiraba, reiterando al señor López las amenazas ya descritas y agregando que lo denunciaran donde quisieran, que para eso él era hombre de influencias.
Acto seguido se retiraron los declarantes conjuntamente con el señor Martínez acordando de inmediato dar cuenta del hecho referido a todas las autoridades y personas adecuadas a fin de impedir la consumación de las delictuosas amenazas del señor Alcalde la comuna de Máfil.
Este es otro de los hechos que indujeron a Senadores democratacristianos a presentar el proyecto de reforma constitucional que estamos tratando, que tiene por finalidad perfeccionar el proceso de reforma agraria instituido por la ley Nº 16.640, y que se debe al torcido y lesivo procedimiento en su aplicación por parte del Gobierno. Estos mismos medios oficialistas y su prensa adicta han levantado un torbellino de críticas tratando de hacer creer a la opinión pública y especialmente a los sectores campesinos, con, superficiales planteamientos, que se trata de un proyecto anti-reformista y que significa la vuelta al latifundo. Se han permitido hasta manifestar que nosotros seríamos escuderos de la Derecha para hacer retrogradar el proceso de la reforma. Pero, en tal sentido, debemos recordarles que nosotros fuimos los más tenaces luchadores para la dictación de la ley de Reforma Agraria, y que fue precisamente durante el Gobierno democratacristiano cuando este cuerpo legal se dictó. Y queremos decirles, además, que no hemos sido ni seremos jamás escuderos de nadie, porque no doblegamos los principios que hemos sostenido a los arbitrios contingentes de menguados intereses, como la total conquista del Poder, o a consignas foráneas interesadas en ella.
Por eso, seguimos y seguiremos defendiendo a los campesinos como siempre lo hemos hecho, y queremos que la tierra les pertenezca de acuerdo con la ley que dictamos.
Pero quisiera también recordar a los personeros del oficialismo la campaña electoral que los llevó al Poder, y los encendidos discursos del propio candidato, hoy Presidente de la República, ante los ilusionados campesinos: Nadie quedaría sin tierra; todos tendrían a lo menos una parcela; la tierra para el que la trabaja. ¡Qué cruel ironía el resultado de tantas promesas, la confrontación de ellas con los hechos actuales, y qué enorme frustración y desengaño para tantos esperanzados campesinos que siguen viviendo la angustia y la inquietud de un incierto futuro!
A propósito de las críticas a que me he referido, un señor parlamentario manifestaba que el Honorable señor Moreno había sido campeón de la reforma agraria y que si hoy se atreve a llegar a los campos, será recibido como lo fue recientemente un político en la Universidad Técnica del Estado. Mal recuerdo ha hecho el señor parlamentario de un penoso incidente ocurrido en un centro universitario que debe ser reflejo de la cultura. El Senador Moreno seguirá llegando a los campos y seguirá siendo aplaudido, porque los campesinos saben que les lleva la verdad de su palabra y la defensa de sus esperanzas.
En cambio, quienes no podrán llegar a los campos con tranquilidad de conciencia son los que hoy niegan lo que ayer prometieron. Ellos recibirán el repudio de los trabajadores del agro, y podrán comprobarlo en marzo próximo.
Parece increíble que los que tanto halagaron a los campesinos invocando su conciencia y su madurez, les supongan hoy tan poca dignidad y responsabilidad en sus procedimientos como para vender a sus antiguos dueños las tierras que les fueron o puedan serles asignadas por el Estado. Por nuestra parte, no podemos suponer siquiera tal irresponsabilidad, ni podemos inferir esta verdadera ofensa a quienes tanto lucharon con esfuerzo y sacrificio por alcanzar la meta de su vida: la tierra propia.
Al defender a los campesinos, estamos defendiendo a la vez el bienestar de Chile, porque la tranquilidad en los campos involucra mejor y mayor producción, alejando el fantasma de la miseria que hoy inquieta en forma dramática a nuestra patria, producto de una desconcertante política agraria cuyos antecedentes no tienen calificativos. Quienes han dirigido y aplicado esta política desde el Gobierno creían que bastaba con expropiar en el menor plazo el mayor número de hectáreas, buscando el aplauso fácil en el cambio profundo del agro y jactándose de haber realizado en un año lo que no se hizo antes en cuatro.
Pero, antes de lo que imaginaron, el desengaño ha sido violento. Hoy día están conscientes de su tremendo fracaso, tratando de cubrir con inútiles subterfugios una amenazadora realidad que no tiene justificación porque es producto de la obcecación, de la prepotencia y de la ineptitud, condiciones que no son virtudes para quienes ostentan el poder y que mañana deben ser enjuiciados por la historia, que enaltece o condena.
A no dudarlo, si los campesinos hubieran recibido las tierras en los plazos legales y hubiera existido una planificación racional adecuada a nuestra economía, el ex Ministro de Agricultura no habría tratado de justificar este fracaso con la debilidad de la economía arguyendo que ésta no ha permitido hacer producir ni siquiera la mitad de las tierras expropiadas, y, seguramente, se habría evitado al país la vergüenza de tener que consumir pan con afrecho, o pan de guerra, como bombásticamente se le llama, sin que estemos o hayamos pasado por guerra alguna, salvo que el camino al socialismo implique este estado. Pero no fue eso lo que se ofreció al país, sino algo muy distinto.
Ahora, parodiando a gobernantes cuyas naciones han pasado por alguna grave emergencia, se nos pide apretarnos más el cinturón, porque vendrán días de mayores sacrificios. En nuestro país no tenemos otra emergencia que un Gobierno marxista. Pero, ¿acaso, por este hecho, Chile debe ser solidario de las ineptitudes y el fracaso de los gobernantes? El pueblo no perdona que se le engañe y busca democráticamente cauces para liberarse de los responsables de sus inquietudes.
La prensa oficialista y los voceros del Gobierno, obedeciendo en sus críticas, sin duda, el plan concitado de la operación verdad la que, por extraña paradoja, es la operación de la mentira, como todo el mundo sabe, están tratando por todos los medios de suponer al proyecto de reforma constitucional que discutimos interpretaciones acomodaticias, no exentas de maldad para con sus autores, y que ahora podemos comprender claramente que no eran otra cosa que la preparación para el gran golpe, el de la traición a los campesinos, como acertadamente lo calificó mi colega el Senador señor Moreno. El Ejecutivo, con inaudita frialdad, ha presentado indicaciones no sólo para anular los efectos de esta iniciativa, sino para dar definitiva existencia legal a las haciendas estatales, lo que equivale a negar, también definitivamente, la propiedad de la tierra a los campesinos y a convertirlos en lo que tantas veces hemos dicho: en obreros del Estado. Y, más aún: pretende que en adelante las expropiaciones puedan hacerse a puertas cerradas, vale decir, con mejoras, instalaciones, utensilios, equipos, maquinarias e incluso animales. Para ello bastaría que así lo estimaran conveniente los funcionarios de la Reforma Agraria. ¡Esto sí que es anti-reforma!
De esta manera el Gobierno marxista pretende llevar tranquilidad y seguridad a los campesinos, a los medianos y pequeños agricultores; de esta manera pretende aumentar la producción del agro para saldar el dramático déficit de abastecimiento de estos productos.
Ahora el Presidente de la República puede viajar al extranjero, seguramente con la conciencia tranquila, y participar a sus anfitriones, con orgullo revolucionario, las iniciativas que ha dejado en marcha. Con seguridad lo aplaudirán; no así la gran mayoría del pueblo chileno, especialmente los campesinos, que están sufriendo las consecuencias de la actitud de este Gobierno.
Por nuestra parte, podemos expresar que seguiremos defendiendo desde todos los ángulos nuestro proyecto. Sin duda lo harán también todas las fuerzas democráticas, ya que estimamos que el cumplimiento integral de la ley de Reforma Agraria, en su letra y espíritu, es el único medio capaz de llevar la tranquilidad a todo el sector agrario y de encauzar las bases de la producción hacia la normalidad y la superación.
En esta oportunidad, quiero referirme a las declaraciones que formuló hace pocos días el señor Ministro de Agricultura, y que se publicaron en la prensa del día 28. Consultado respecto de la baja de la producción, el señor Ministro, entre otras cosas, manifestó:
También Calderón culpó de la mayor parte de los problemas al reciente paro nacional, indicando que por esta razón no había sido posible transportar semillas, fertilizantes, abonos, etcétera, justamente cuando se estaban haciendo las siembras de primavera. Todo esto significará que no habrá una buena producción agropecuaria, y de ello son responsables los señores de la derecha chilena con su paro criminal que afectó a toda la agricultura.
Expresó el Ministro de Agricultura que, pese a todos estos inconvenientes, se están adoptando medidas para el próximo año. Se están pidiendo créditos a algunos organismos internacionales y a países amigos. Sin embargo, hizo hincapié en que el bloqueo económico que se está haciendo en contra de Chile es cada más cerrado.
Yo pregunto: ¿Y si les va mal al Presidente de la República o a los funcionarios que andan por el extranjero con el platillo estirado? Porque eso es lo que ha hecho este Gobierno durante dos años: recorrer todos los países socialistas y de Europa Occidental y también todas las naciones de América Latina, exceptuando Bolivia, a la que no le extendió el platillo porque nuestras relaciones diplomáticas con esa república están cortadas.
¡Qué vergüenza para este país! ¡Después de dejar los campos y las industrias destruidos, después de arrasar con la principal fuente de divisas para Chile, que es el cobre, después de no haber dejado barbaridad por cometer, nos hacen pasar por la ignominia de andar mendigando!
¿Qué ocurrió hace algunos días? El Ministro de Hacienda de la República Argentina llamó a nuestro Embajador en ese país, quien tuvo que acudir acompañado del Presidente del Banco Central para dar explicaciones, porque nunca Chile, en la historia de nuestras relaciones comerciales con Argentina, había contraído con esta nación una deuda tan fabulosa, que hoy día sobrepasa los 200 millones de dólares.
¿De qué se trata, señor Presidente? De que se le quiere echar la culpa al paro.
Pero aquí tengo declaraciones formuladas por el Presidente de la República cuando estuvo en la ciudad de Valdivia en octubre, publicadas el día 8 de ese mes. Entre otras cosas fue larga su intervención, manifestó que los campesinos del Sur no habían podido recibir los abonos que necesitaban para sembrar porque el barco que los transportaba desde Europa, donde se adquirieron, se había incendiado. ¡Esa fue una de las razones por las cuales los campesinos no tenían fertilizantes!
Además, en esta ocasión el Jefe del Estado, refiriéndose a las fallas del área reformada, entre otras cosas expresó: También hay que decirlo honestamente, los campesinos de las tierras reformadas no han modificado la situación tradicional del mal uso de la tierra. Así, en abril del presente año, se pudo comprobar que más del 30% de las tierras cultivables del área reformada estaban ocupadas por pastos naturales, es decir, se mantenía el mal uso de la tierra del latifundio tradicional. Esto sí que es responsabilidad de los campesinos y también del Gobierno. No basta, pues, con expropiar. Hay que modificar los malos hábitos del pasado y darle un uso eficiente al suelo agrícola para dar trabajo a la gran masa campesina y alimentos a la población de Chile.
El señor PALMA (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de que disponía, señor Senador.
El señor VALENZUELA.-
Yo le cedo tres minutos del mío, señor Presidente.
El señor PALMA (Presidente).-
Puede continuar Su Señoría.
El señor PAPIC.-
Antes del último paro nacional de camioneros, el propio Presidente de la República reconocía lo malo que estaba sucediendo en los campos. Asimismo, el Ministro de AgriculturaJacques Chonchol, cuando estuvo en el mes de agosto en Temuco y Lautaro, reconoció - están publicadas sus declaraciones - que no se podían entregar ni semillas, ni abonos ni insumos a los campesinos, porque el país no tenía recursos económicos, porque se habían expropiado muchas tierras y ahora no se tenía dinero! Yo pregunto: ¿no tenían la capacidad suficiente para pensar antes si dispondrían de recursos para hacer producir la tierra? ¿Qué ha pasado? Que la mayor parte de las tierras expropiadas están abandonadas, así como lo están los campesinos, que no tienen semillas, ni herramientas, ni maquinaria, ni asistencia técnica, pues lo único que ha hecho la Unidad Popular, o el Gobierno de la Unidad Popular, es designar - aquí tengo la nómina que me envió la Contraloría, donde constan los nombramientos - a miles de funcionarios miles, Honorable señor Contreras, en especial en los organismos de la reforma agraria; pero no a funcionarios con capacidad, con experiencia en los campos, en el trabajo de la agricultura, sino prácticamente analfabetos, incapaces. ¡Y estos individuos han querido enseñar a los campesinos que han nacido y vivido en la tierra! ¿Cómo aumentar la producción con personas que no tienen idea de lo que son los trabajos del campo?
No se les eche pues, la culpa a los camioneros. ¿Por qué se originó el paro de éstos? Por el problema que había creado en la provincia de Aisén la decisión del Gobierno, o de la CORFO, de establecer allí una empresa estatal de transportes. Yo pregunto: ¿Hay o no hay en este Gobierno gente capaz de haberse dado cuenta desde el comienzo de que, si ese paro continuaba, afectaría enormemente a la agricultura y al país? ¿Qué era preferible para Chile? ¿Dejar de lado la idea de establecer esa empresa de transportes, que no significaba gran cosa para el país y que sí, en cambio, importaba dejar a los campos sin producir, o perseverar en esa idea?
Entonces, no se venga a echar la culpa a los camioneros de lo que sucede. La culpa la tienen los irresponsables e incapaces que se encuentran en el Gobierno y que lo único que pretenden es hacer proselitismo, practicar el sectarismo y yo diría ordeñar cada día más la vaca lechera, sin darse cuenta de que a este pobre país ya casi no le queda leche.
Si el país se hunde, si la destrucción económica a que lo están llevando lo sume en el caos, ellos también pagarán las consecuencias, pues viven en Chile. No se salvarán por el hecho de pertenecer a la unidad Popular.
Por eso, quiero dejar establecido que hemos presentado este proyecto de reforma constitucional para terminar con la prepotencia y el abuso de que han sido y son víctimas miles de campesinos.
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