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- rdf:value = " El señor LORCA.-
Pido la palabra.
El señor PALMA (Presidente).-
Puede fundar el voto Su Señoría.
El señor LORCA.-
Señor Presidente, anuncio desde ya que votaré favorablemente todos los artículos consignados en esta enmienda constitucional y referentes al profeso de la reforma agraria.
Quiero analizar de manera especial el tercer inciso, relativo a las provincias de Aisén, Magallanes y Chiloé. Desde luego, no pretendo interpretar lo que dicen los campesinos o lo que éstos firman delante del Ministro de Agricultura o de cualquiera otra autoridad de Gobierno. Sólo sé lo que dicen los campesinos con quienes mantengo contacto en la zona que represento.
Ahora bien, el problema planteado en el inciso que estoy analizando se originó en un hecho bastante triste y desconsolador producido hace dos o tres meses en Aisén, donde muchos colonos fueron expropiados violentamente, no obstante ser propietarios de predios de extensión menor de 80 hectáreas de riego básicas. En esa oportunidad, el Honorable señor Morales presentó a la consideración del Parlamento un proyecto tendiente a interpretar, como era la idea de todos los Senadores de la zona, un criterio para buscar cualquiera solución que evitara la producción de hechos sangrientos, como los que se originaron a raíz de la llegada de autoridades de la CORA que fueron a expropiar terrenos que apenas alcanzaban para alimentar a una familia. Tal es el caso de los predios de dos mil, dos mil quinientas o tres mil hectáreas, que equivalen en esa zona a 80 hectáreas de riego básicas. Al respecto, no sé en qué se funda un señor Senador para estimar que las 40 hectáreas de riego básicas equivalen en esa provincia a 3 mil hectáreas. Es posible que puedan alcanzar esa superficie predios que se extienden por terrenos montañosos, sobre todo en provincias como las que yo represento, las de la Zona Austral, que tienen un clima inhóspito. Pero la realidad es que allá las 80 hectáreas de riego básicas, en algunos lugares, equivalen a mil hectáreas físicas, y en otros, a 2 mil o a 2.500. De la explotación de un predio de extensión inferior a la señalada, difícilmente puede vivir una familia en esa región, menos aún si lo que este Gobierno de los hombres nuevos pretende es dar a los trabajadores un mínimo de justicia y dignidad.
Ahora bien, como el proyecto de ley que se presentó suspendía la aplicación de la reforma agraria en Chiloé continental y en la provincia de Aisén, los Senadores que concurrimos a la Comisión de Agricultura concordamos con el Honorable señor Morales en redactar la indicación que después fue incorporada, felizmente, a esta reforma constitucional, en el sentido de que no se pudieran expropiar predios de cabida inferior a 80 hectáreas de riego básicas. Y desde luego resulta muy apropiada la idea de plantear este precepto como una reforma constitucional, puesto que si se subiese aprobado como simple proyecto de ley, como lo habíamos propuesto en la Comisión de Agricultura los Senadores de esas provincias, corríamos el riesgo de que el Presidente de la República lo vetara sin que el Congreso pudiese reunir los dos tercios para insistir en su criterio. De esta forma, lógicamente no habríamos podido legislar sobre la materia. Eso era, pues, lo acertado: consagrar esta idea como reforma constitucional, porque, como lo sabe el Presidente de la República, que como tal es un constitucionalista, en estos casos no se necesitan dos tercios, sino simple mayoría, para mantener el criterio del Congreso, en el que están los representantes del pueblo. Y como él siempre ha sido un representante del pueblo, porque integró durante veinticuatro años el Senado de la República, sabrá comprender el punto de vista de los campesinos. Por eso, repito, encuentro muy atinada la inclusión de este precepto en la reforma constitucional, pues así se viene a hacer justicia y a satisfacer el problema básico de las provincias de Magallanes, Chiloé continental y Aisén.
Por lo demás, me parece muy positivo todo lo que se haga para que existan pequeñas propiedades agrícolas y se otorguen los respectivos títulos de dominio, porque se ha visto que el Gobierno de la Unidad Popular ha confundido la reforma agraria con un proceso destinado a llevar adelante una política tan atroz en la agricultura, que no tenemos los alimentos necesarios. El Primer Mandatario, en los miles de discursos que ha pronunciado y que conoce el mundo entero, ha dicho que la falta de alimentos en el país lo está obligando a gastar más o menos quinientos millones de dólares. Un día un Ministro habla de cuatrocientos millones de dólares; al día siguiente, el Presidente de la República habla de quinientos millones, y como cambian los Ministros de Agricultura, llega otro que habla de seiscientos millones destinados a importar productos alimenticios. Este es el fruto de una equivocada política agraria que ha llevado adelante el Gobierno de la Unidad Popular, tan bien representado en estos momentos en la Sala por los Senadores de la Izquierda Cristiana que han hecho uso de la palabra.
El señor PALMA (Presidente).-
Señor Senador...
El señor LORCA.-
Pido al señor Presidente que mantenga la serenidad.
El señor PALMA (Presidente).-
Yo pido a Su Señoría que tenga en cuenta que cinco minutos son cinco minutos. Le estaba advirtiendo que terminaba su tiempo.
El señor LORCA.-
Me pareció que el señor Presidente hacía unos gestos como si estuviera preocupado por la continuación del debate.
Deseo saber si me queda algún minuto.
El señor PALMA (Presidente).-
No, señor Senador.
El señor LORCA.-
Entonces, voto que sí.
"