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El señor LUENGO.-
Señor Presidente, Honorable Senado:
También quiero comenzar mis palabras expresando, en mi nombre y en el del Partido Social Demócrata, el sentimiento con que nos hemos impuesto del alevoso asesinato cometido en la mañana de hoy en la persona del ex Ministro de Estado y ex Vicepresidente de la República don Edmundo Pérez Zujovic, hecho que condenamos enérgicamente y que no aporta ninguna solución al problema que está viviendo en forma permanente nuestra democracia.
Estimamos que ese crimen no es un hecho aislado; necesariamente, debemos vincularlo con otros sucesos que han estado ocurriendo desde el 4 de septiembre de 1970, cuando ya se vislumbraba la posibilidad de que la Unidad Popular ganara la elección presidencial y de que, en consecuencia, se eligiera Presidente de la República al doctor Salvador Allende.
Pensamos que son demasiados los antecedentes y las coincidencias que todos hemos tenido oportunidad de apreciar como para que pueda haber dudas en cuanto al origen de estos atentados. Me parece inadmisible afirmar, como se ha hecho en esta Sala, que es factible dudar al respecto. Se ha sostenido que pueden provenir de los sectores de ultraderecha, pero que también pueden tener origen en la ultraizquierda, y que no se descarta ninguna posibilidad.
Ratificando las expresiones de algunos Senadores de Izquierda que me antecedieron en el uso de la palabra, pregunto qué ventaja reportaría a la Unidad Popular el hecho de que elementos suyos o integrantes de sectores que le son adictos tuvieran las manos metidas en este nuevo asesinato.
Por otra parte, no puedo dejar pasar esta oportunidad sin lamentar algunas expresiones que contiene la declaración que emitió hoy la Democracia Cristiana a propósito del asesinato del señor Pérez Zujovic. Comprendo que esa colectividad política esté profundamente herida en su sentimiento - la acompaño en su dolor por el hecho de que uno de sus militantes, uno de sus fundadores, uno de los hombres que en forma más constante actuó públicamente en representación de su partido, haya caído víctima de las balas asesinas.
En esa declaración, además, se pretende con demasiada insistencia relacionar el asesinato de don Edmundo Pérez Zujovic con una campaña de odios provocada fundamentalmente - se afirma través de los órganos de publicidad vinculados al Gobierno.
En un párrafo de esa declaración se dice: "Señalamos al país, que este asesinato, al igual que otros innumerables actos de violencia que se repiten a diario en Chile, son el resultado, fundamentalmente, del clima de odios, de difamación y de violencia que órganos de televisión, de prensa y radio pertenecientes a sectores de Gobierno, difunden en forma permanente con la tolerancia de las autoridades que están llamadas por la ley a sancionarlas."
Más adelante se sostiene: "Edmundo Pérez Zujovic, fue víctima permanente de una campaña de calumnias que se expresaba a diario en los órganos de prensa y radio que apoyan al Gobierno. Su asesinato no puede considerarse separadamente del clima de odios, de venganza y de calumnias que se desató por tantos meses en su contra."
Luego, en el punto tercero de los acuerdos que adoptó el Consejo Nacional del Partido Demócrata Cristiano, se expresa: "Ordenar a la Mesa Directiva Nacional del Partido, reclamar del Gobierno, que "para el buen éxito de la investigación y esclarecimiento de los hechos, se entregue la dirección de todas las diligencias indagatorias a los Servicios de Inteligencia Militar del Ejército y expresar su desconfianza en la actual Jefatura de los Servicios de Investigaciones."
Y se agrega en el punto cuarto: "Exigir la inmediata terminación de la campaña de insultos, difamaciones y calumnias que se expresan de continuo en los órganos de televisión, prensa y radio, controlados o afectos al Gobierno y sus Partidos."
Es factible justificar la indignación del Partido Demócrata Cristiano ante el asesinato del señor Pérez Zujovic; pero de ninguna manera podemos aceptar que sus dirigentes, hombres experimentados, hayan caído en el garlito y pretendan, mediante dicha declaración, vincular ese crimen con actuaciones del Gobierno y de los partidos de la Unidad Popular.
¿No será precisamente eso lo que buscan quienes hoy día asesinaron a don Edmundo Pérez Zujovic, ayer, al General Schneider, y que en tantas formas atentaron en contra de nuestra convivencia democrática? ¿No estarán produciendo efecto las intenciones de esa gente de producir una profunda división de las fuerzas que deberían estimarse más afines, precisamente de aquellas que en la última campaña presidencia] se manifestaron partidarias de realizar cambios profundos en las estructuras política, económica y social de nuestro país?
Invito, aunque mi palabra sea muy modesta, a que todos reflexionemos un poco acerca de lo que está ocurriendo: por qué está aconteciendo, hacia dónde nos lleva y cuál es el propósito perseguido.
Junto con ratificar las declaraciones que esta mañana entregó la Unidad Popular y manifestar mi absoluto acuerdo con las expresiones del Presidente de la República difundidas hoy por cadena radial y de televisión, daré lectura a una declaración que, en mi calidad de Secretario General del Partido Social Demócrata, emití en las primeras horas de esta tarde. En una parte de ese documento se demuestra la preocupación con que los militantes de la Unidad Popular observamos cuanto está aconteciendo y nuestro interés por que los hechos se investiguen y esclarezcan definitivamente, para saber cuál es la "mano mora" que está detrás de estas actuaciones.
Expresa dicha declaración:
"El país se ha impuesto con asombro de un nuevo crimen político cometido en la mañana de hoy. Esta vez en la persona del militante democratacristiano, ex Ministro del Interior y ex Vicepresidente de la República, don Edmundo Pérez Zujovic.
"La forma increíblemente calculada y fría como fue cometido este asesinato, inclusive por sobre el riesgo de hacer también víctima de él a una hija del ofendido, demuestra que los autores de este delito están impulsados por las más bajas pasiones y que la finalidad última que los guía es la de provocar el caos y la guerra civil en nuestro país, con el propósito de derrocar al Gobierno legalmente constituido del Presidente Salvador Allende.
"Los conjurados no lograrán, sin embargo, tener éxito en su intento. El pueblo no se dejará arrastrar por estos provocadores, y es de esperar que lo mismo ocurra con los dirigentes y militantes del partido a que pertenecía el señor Pérez Zujovic.
"Ante el hecho ya consumado, debo manifestar mi repudio y mi condenación personal y la del Partido Social Demócrata frente a individuos irresponsables que están tratando de introducir en nuestras prácticas políticas actitudes reñidas en absoluto con nuestra tradición democrática y que nuestra madurez cívica hacía suponer ya totalmente abandonadas.
"Algunos antecedentes que por mi parte he logrado reunir los he puesto en la mañana de hoy en poder del compañero Presidente de la República, y abrigo la esperanza de que sirvan eficazmente para la detención a breve plazo de algunos de los responsables, que más que el crimen contra una persona, han cometido un crimen contra Chile, contra su pueblo y contra sus convicciones democráticas."
Quiero destacar con esta declaración la profunda inquietud que nos provoca lo sucedido.
Deseo, además, expresar que no estoy lejos de pensar que el día de mañana cualquier otro de nuestros conciudadanos, a lo mejor alguno de los más esclarecidos, puede ser precisamente víctima de estas maniobras y atentados. Porque lo que se está buscando, con toda seguridad, es provocar un caos profundo en nuestra vida democrática e institucional.
Por eso, pido en este instante, especialmente a nuestros Honorables colegas de la Democracia Cristiana, que tengan confianza en el Gobierno, porque el compañero Presidente de la República, sus Ministros y todos quienes militamos en la Unidad Popular tenemos el mayor interés en que en Chile se mantenga viva nuestra convivencia democrática y se respeten sus instituciones, a fin de que podamos realizar todos los cambios que queremos en beneficio de los trabajadores y del país, dentro de las normas legales, sin derramamiento de sangre y haciendo todo en la forma más correcta posible. Sólo así podremos contar con la colaboración de otros sectores que no están en la Unidad Popular, pero a los cuales quisiéramos ver cooperando con nosotros, para beneficio de nuestra patria.
El Gobierno está procediendo en todo instante en forma espontánea, y sus declaraciones condenatorias de estos actos corresponden a sentimientos profundos que lo embargan. De otro modo no se justificaría el hecho de que en el mismo día de hoy haya enviado al Parlamento un proyecto de ley destinado a reprimir los atentados terroristas; iniciativa que, no obstante la premura con que fue redactada, consituye un buen proyecto y puede servir de base para dictar una ley que haga más eficaz la acción de la justicia en estos casos. ,
Los parlamentarios de Izquierda hemos sido siempre partidarios de eliminar la pena de muerte. No hace mucho tiempo, despachamos aquí una legislación modificatoria del Código de Procedimiento Penal y del Código de Justicia Militar, dejando esa sanción con carácter facultativo para ciertos casos. Pues bien, en este proyecto se vuelve sobre el tema y se autoriza para que en los casos de atentados terroristas, se pueda aplicar la pena de muerte. Además, su artículo 2º consigna un procedimiento especial para que la acción de la justicia sea rápida y eficaz y se castigue, con igual prontitud, a quienes resulten culpables de estos delitos, que más que atentados contra las personas, lo son contra la democracia y la fe del pueblo y de la clase trabajadora.
Termino dejando constancia, una vez más, de que nosotros cooperaremos eficazmente, en la medida de nuestras fuerzas, para que todos estos actos criminales se investiguen y se esclarezcan definitivamente, a fin de que la mano de la justicia llegue enérgica a estos hombres que están atentando en contra de la democracia.
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