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- rdf:value = " El señor GARCIA.-
También nosotros queremos manifestar nuestra opinión.
Frente a un artículo del diario de Gobierno que insulta al Senado con estas palabras: "pensamos que la sesión del martes pasado constituyó la infamia más grande de un poder público", y con estas otras: "Es una vergüenza que el Senado se reúna durante cuatro horas para hablar y opinar de un programa de televisión que ningún parlamentario vio", nos parece bien que el Presidente de la Cámara Alta entable las acciones judiciales pertinentes, porque es laudable que defienda la dignidad de ella. Lo consideramos así no sólo porque es deber de todo Presidente de una corporación y de ella misma defenderse, sino también porque hay una campaña sostenida contra el Parlamento, impulsada por motivos políticos que conocemos perfectamente.
De manera que concordamos con lo actuado por el Honorable señor Aylwin.
En cuanto a las infamias y calumnias del diario "Tribuna" de que hablaba la Honorable señora Carrera, debo recordar a la señora Senadora que estos diarios nacieron después que "Clarín" y "Puro Chile" durante meses y años saquearon la honra de todas las personas decentes de este país.
En contra del señor Jorge Alessandri se hizo una campaña cuyas expresiones ni siquiera fue posible repetir aquí. En esta Sala di lectura a 30 recortes de "Puro Chile", para cuya publicación en la versión oficial fue necesario borrar de ellos algunas palabras, por ser irreproducibles.
Al Honorable señor Bulnes Sanfuentes, sentado a mi lado, se le ha dicho lo peor que se puede decir a un Senador de la República. Incluso, se han publicado fotografías señalándolo como culpable del delito de sedición.
Esta, campaña se hacía diariamente en esos periódicos, y toda ella estaba orquestada con una propaganda de radio y televisión.
Como se han lanzado estas infamias y esta clase de calumnias en forma permanente, no quedó más que editar periódicos que hablaran un lenguaje muchísimo más fuerte. Porque no estamos dispuestos a que todos los días nos injurien, a que nos insulten y a que se busquen pretextos para predisponer a la opinión pública contra los parlamentarios de Oposición.
No olvidemos que este mismo diario "La Nación", no hace mucho, a raíz del asesinato del señor Pérez Zujovic, dijo que consideraba sospechoso que yo estuviera preparado para hablar en la sesión y que al parecer sabía que se iba a cometer el crimen.
De manera que el diario de Gobierno, que significa diez mil millones o quince mil millones de pesos de pérdida a los contribuyentes de todo Chile, no sólo se dedica a escribir infamias en contra de esta Corporación, sino también en contra de sus integrantes, suponiéndoles intenciones y haciendo creer a la gente que uno de ellos pudo estar mezclado en al complot que costó la vida al señor Pérez Zujovic, tratando de disminuir la inmensa responsabilidad de los grupos VOP y MIR, autores morales, espirituales y materiales de esos hechos.
Por estas consideraciones, cuando escuché a la señora Senadora quejarse del lenguaje del diario "Tribuna", creí estar frente a una persona que no había vivido en Chile los últimos dos años e ignoraba lo que ha pasado con esos pasquines que todos los días traen basura en sus informaciones a la opinión pública.
Se van a encontrar con que pagaremos con la misma moneda, porque no estamos dispuestos a soportar que todos los días nos injurien de esa manera.
En mi intervención, también deseo hacer un alcance al aspecto jurídico y a la resolución de la Ilustrísima Corte de Apelaciones.
La ley de Seguridad Interior del Estado es oscura; está mal redactada; fue hecha precipitadamente, con fines políticos, y no con conocimientos jurídicos claros. De manera que a veces es difícil interpretarla.
El señor TEITELBOIM.-
¿Cuándo se dictó?
El señor GARCIA.-
Debe haberse promulgado en las postrimerías del Gobierno del señor Ibáñez. Ignoro el nombre de su .autor; pero quienquiera que lo sea, puedo decirle que no es una ley bien redactada ni armónica y que muchos de sus preceptos se prestan a interpretaciones distintas.
Por ejemplo: entre otros delitos, ese cuerpo legal castiga a "los que ultrajaren públicamente la bandera, el escudo o el nombre de la patria y los que difamen, injurien o calumnien al Presidente de la República, Ministros de Estado, Senadores o Diputados..."
Sanciona, además, los delitos de desacato, trasladando a ella un delito configurado en el Código Penal, lo cual demuestra falta de armonía en sus disposiciones.
El artículo 26 de la ley de Seguridad Interior establece lo siguiente: "Si se tratare del delito de desacato a que se refieren los artículos 263 y 264 del Código Penal. . .", etcétera. ¿Y qué dice el artículo 263 del Código Penal? Lo siguiente: "El que de hecho o de palabra" -aquí caben los escritos- "injuriare gravemente al Presidente de la República, o a alguno de los cuerpos colegisladores..."
Sin duda que "La Nación" injuria a uno de los cuerpos colegisladores cuando sostiene que "la sesión del martes pasado constituyó la infamia más grande de un poder público". Al hacerlo, está cometiendo el delito de desacato configurado en el artículo 263 del Código Penal.
Pues bien, el proceso por los delitos previstos en el artículo 263, que debería tramitarse de acuerdo con la norma general del Código de Procedimiento Penal, se tramita en conformidad a la ley de Seguridad Interior del Estado, cuyo artículo 26, en el título sobre jurisdicción y procedimiento, establece que si se trata de esos delitos "... el proceso se iniciará por requerimiento o denuncia del Presidente del respectivo Tribunal" -aparentemente se refiere a los tribunales de justicia- "o del magistrado afectado, según corresponda." Sin embargo, esta disposición no deja en claro cómo debe entablarse la acción cuando el delito afecta al
Senado. De manera que hay una omisión que, a mi juicio, debe salvarse recurriendo a otras disposiciones; a las que dicen que el Senador o Diputado ofendido pueden entablar ellos mismos la acción. En otras palabras, el Presidente del Senado, que tiene el carácter de Senador, puede iniciar la acción, y a mi juicio está bien entablada; sin dejar de reconocer que, en más de una oportunidad, algunas de las disposiciones de la ley de Seguridad Interior del Estado resultan oscuras y contradictorias.
Quiero dejar a salvo la posibilidad de que, frente a. nuevas calumnias o injurias, el Presidente del Senado pueda incoar, como tal, las acciones pertinentes. Y en ese caso, los tribunales deberán reconocer que tiene personería suficiente para tramitarlas.
Dejo constancia de que yo no estoy de acuerdo con la resolución del Honorable señor Aylwin de desistirse de la acción judicial, pues Su Señoría no sabía a qué persona afectaba. Por lo demás, desconocemos quién escribió el artículo, y considero una cobardía refugiarse en una periodista en estado de gravidez para lanzar ese tipo de infamia.
Dejando aparte el problema jurídico, me parece que debería haberse llevado a cabo una investigación para saber quién inspiró la publicación en el diario de Gobierno; y, seguramente, nos habríamos encontrado con la sorpresa de que, entre los periodistas de "La Nación" -si no me equivoco, hay alrededor de 60 ó 70-, uno de ellos dirige la sección política, y es el que ha inspirado este tipo de publicaciones. A mí me interesaba no tanto el castigo como la investigación, para saber quiénes están tratando de desacreditar a los Poderes Públicos.
En muchas oportunidades hemos pedido que cese este clima de injurias y de insultos. Nosotros somos los que más hechos sufrido con él. Es difícil hallar alguno de esos' periódicos que no contenga publicaciones deshonestas, calumniosas o sucias en contra de cualquiera de los parlamentarios de Oposición.
Hemos manifestado al Gobierno que si desea paz pública y tranquilidad para lograr el desarrollo del país, lo primero que debe hacer para conseguirlas es promover en los órganos de difusión que él controla el uso de un lenguaje distinto al que en este momento estamos rectificando y combatiendo.
La señora CARRERA.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor GARCIA.-
No, Honorable colega. Como Su Señoría es partidaria de conceder las interrupciones al final de la intervención, en esa oportunidad se la daré, para después continuar con el uso de la palabra.
Deseo dejar perfectamente en claro que, frente a esa campaña, debemos seguir con nuestro predicamento: que los tribunales de justicia pongan pronto remedio a ese tipo de periodismo, que conduce a nuestro país a los peores males, pues lo llena de odios y enemistades. Por lo tanto, todo lo que signifique buscar un medio para evitar esa clase de actitudes, contará íntegramente con nuestra colaboración.
La señora CARRERA.-
¿Me puede conceder ahora la interrupción?
El señor GARCIA.-
Sí, señora Senadora; ahora se la concedo.
"
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