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- rdf:value = " El señor AYLWIN.-
Señor Presidente, en la sesión de ayer el Honorable señor Morales dio respuesta a unas observaciones que yo formulé el 13 de mayo pasado, sobre lo que me permití calificar de "los mitos de la candidatura derechista".
Queriendo hacer aparecer mi intervención de mayo último como un ataque de tipo personalista contra el señor Alessandri, el señor Senador sostuvo que una elección presidencial debe dar motivo a un debate en que se esgriman las grandes ideas, y no rebajarse a la tarea pequeña de "destruir individualidades" mediante ataques personales.
En verdad, resulta paradójico ese tipo de observaciones, porque quien lea los planteamientos que hicimos en esa oportunidad verá que no hay en ellos ningún ataque personal, ni el propósito de "destruir individualidades". Hay, sí, dos cosas: un planteamiento político sobre el significado de la campaña electoral en que se encuentra el país, y un enjuiciamiento de la ambigüedad o hipocresía con que la candidatura derechista oculta su verdadero rostro de tal, disfrazándose bajo el cariz de independiente.
Quien rebaja el nivel de la campaña.
Si en la actual campaña electoral uno escucha ataques personales, ellos no nacen de la candidatura de la Democracia Cristiana. Las posiciones del señor Radomiro Tomic, precisamente, se están planteando en un elevado plano de formulación de un diagnóstico de la realidad nacional, de afirmación de un programa, de defensa de ciertos principios. Son las otras dos candidaturas antagónicas las que están empleando, en forma constante y reiterada, ataques de tipo personal o métodos de violencia que, por su extremismo y pasión, tienden a desvirtuar la normalidad del proceso democrático.
Quien escuche las audiciones de la propaganda del señor Alessandri; quien escuche sus propios discursos, pletóricos de v insultos contra quienes no comulgan con sus ideas en que a todos los que no estamos con él y actuamos en la vida pública se nos califica de politiqueros, de demagogos, de incapaces de ganarnos la vida sino en la profesión de la política, de zánganos, mentecatos, y con otros adjetivos semejantes que se oyen a menudo en labios del candidato derechista; quien escuche la prepotencia que caracteriza el lenguaje de muchos dirigentes de su campaña, podrá deducir que quienes así proceden no tienen autoridad moral para exigir un planteamiento elevado del debate de la campaña presidencial, ni para acusarnos de estar descendiendo al ataque personal.
No caemos en ese tipo' de ataques. Lo que hemos querido, precisamente, es elevar el debate de esta campaña.
Son los planteamientos de la candidatura derechista los que rebajan el nivel de ella, tanto en las consignas de su propaganda como en los propios discursos del candidato y de sus dirigentes.
Otro tanto sucede con la candidatura de la Izquierda. Ayer escuchamos una declaración del Partido Socialista, leída por la Honorable señora María Elena Carrera, y tengo informaciones de que hoy leyó aquí no estaba presente en la Sala en ese momento el Honorable señor Sule una declaración del Partido Radical. Me dicen que esta última tendría términos análogos a los que ayer escuchamos. No estoy en situación de pronunciarme sobre ella; pero el lenguaje que emplea la del Partido Socialista es el típicamente totalitario...
El señor MONTES.-
¡Su Señoría no puede hablar de esa manera!
El señor AYLWIN.-
...de quienes excluyen la posibilidad del desacuerdo, de quienes injustamente, a priori, sin ningún razonamiento lógico y sin ninguna prueba, lanzan las más infames acusaciones contra las autoridades constituidas y contra sus adversarios políticos, cayendo en el método de pretender destruir la personalidad y el prestigio de sus oponentes con el fin de ganar adeptos y de vencer en la lucha política.
Sostengo que ambos métodos, el de la extrema Izquierda y el de la extrema Derecha, no son los que conducen a levantar el debate de esta campaña presidencial ni a defender la continuidad y el mejoramiento de las instituciones democráticas en nuestro país.
El significado de la elección presidencial.
Señor Presidente, deseo referirme en forma breve a algunos aspectos de los planteamientos que escuchamos ayer al Honorable señor Morales, porque creo que ellos revelan hasta qué punto se pretende desvirtuar el verdadero sentido de la elección presidencial del 4 de setiembre próximo.
El señor Senador no se hizo cargo de ninguno de los argumentos dados en mi intervención del 13 de mayo pasado para demostrar que la candidatura del señor Alessandri no es independiente, sino derechista. Se limitó a negar tal circunstancia. No analizó ninguno de los hechos macizos señalados por mí con lujo de detalles en esa ocasión. Simplemente, sostuvo que en Chile la mayoría de la gente es independiente, cosa que es pública y notoria, que yo señalé en mayo y que nadie puede discutir.
Luego, agregó que la elección próxima estaba planteada en torno de un dilema: democracia o marxismo. Y que no había más. Manifestó que en ese dilema sólo tenían que ver la candidatura de la Derecha, supuestamente democrática, del señor Alessandri, y la de la Izquierda marxista, del señor Allende. El señor Tomic estaría condenado a ser tercero. Esta es una consigna que repite "El Mercurio" en sus editoriales y toda la publicidad de la candidatura derechista en su propaganda cotidiana, tratando de triunfar a fuerza de machacarla en la mente de la ciudadanía. Es una consigna que también le gusta a la candidatura del señor Allende.
La señora CAMPUSANO.-
¡Cómo no nos va a gustar!
El señor AYLWIN.-
También les parece a ellos que es muy beneficioso plantear el problema en esos términos.
Sostengo categóricamente que ése es un enfoque falso. No es verdad que en Chile esté en debate en esta campaña electoral, como en la vida institucional de nuestro país, exclusivamente esa alternativa: democracia o marxismo.
Sostengo que los problemas planteados son dos; que dos son los dilemas en torno de los cuales debe definirse el país. Y así lo dije en mi discurso del 13 de mayo pasado.
El dilema de la justicia: Izquierda o Derecha.
En primer término, hay un problema que me atrevo a caracterizar como de Izquierda o Derecha. Es decir, de gente que está por el cambio social, por la sustitución de las estructuras capitalistas, por el establecimiento de un orden nuevo, más justo, al servicio de las grandes mayorías; y de gente que está por el mantenimiento del statu quo, por la conservación de las estructuras capitalistas.
Es evidente que cualquier chileno que deba definirse frente a los problemas que plantea la política en nuestro tiempo, tiene que optar en esta disyuntiva: quiere avanzar, quiere seguir adelante el proceso de cambios, quiere continuar las transformaciones de estructuras económico sociales iniciadas bajo este Gobierno; o quiere frenar este proceso, quiere volver atrás, quiere parar la reforma agraria, quiere detener la sindicación campesina. Si uno observa a cualquier chileno, en cualquier pueblo de nuestra patria, se encuentra con que hay personas que están en la primera posición: continuar el proceso de cambios, profundizarlos, avanzar; y personas que están en una posición conservadora. Algunos por timidez, porque temen a' los cambios; otros por defensa de intereses, porque no quieren que se continúe expropiando fundos o esperan que les devuelvan los ya expropiados, porque no desean que el pueblo se siga organizando y adquiriendo poder, como lo ha adquirido durante el Gobierno del PresidenteFrei, para participar mayoritariamente en la conducción de la cosa pública de este país y en la defensa de sus intereses.
Esta es una de las alternativas, uno de los problemas ante los cuales todos los chilenos debemos definirnos.
Hay chilenos de Izquierda y chilenos de Derecha.
Los democratacristianos somos de Izquierda.
Frente a este problema, los democratacristianos somos gente de Izquierda. Hemos demostrado en nuestra vida pública, a lo largo de la historia de nuestro partido, estar por los cambios, por la sustitución del orden existente, por la creación de una sociedad nueva al servicio de las grandes mayorías. Ese es un hecho indudable.
Toda la labor realizada por el Gobierno del Presidente Frei ha sido una tarea de cambios sociales destinada a dar al pueblo acceso a la educación, a un nivel de vida digno, a organizarse para la defensa de sus derechos, a hacer la reforma agraria y construir viviendas para darle acceso a la propiedad, a realizar el proceso de recuperación para Chile de modo eficaz y sin problemas que el país tuviera que lamentar de nuestras riquezas básicas, especialmente las de la Gran Minería del Cobre.
Esos son hechos ciertos que quienquiera que mire desapasionadamente la acción del actual Gobierno no puede dejar de reconocer. Son hechos ciertos que la historia abonará al haber de la Democracia Cristiana y que por sí solos justifican nuestro paso por el Poder en Chile.
El programa de Radomiro Tomic está elaborado para continuar y profundizar este proceso. Es un programa de Izquierda que tiende a aprovechar la labor de organización popular realizada en la primera etapa por la Administración del PresidenteFrei, para dar al pueblo, por intermedio de esa organización, participación decisiva en la solución de los problemas nacionales y en la conducción del país. Es un programa que tiende a hacer más efectiva nuestra democracia, mediante la intervención predominante de las grandes mayorías nacionales en la conducción política, económica y social de Chile. Es, finalmente, un programa que tiende a transferir el poder económico a los trabajadores chilenos mediante el Fondo para la Independencia y el Desarrollo de nuestra Economía, que es un instrumento creado precisamente, como lo dice su nombre, para asegurar el desarrollo económico y la independencia económica de nuestra patria.
El dilema de la libertad: democracia o totalitarismo.
Pero no es ése el único problema. Junto con él Derecha o Izquierda, hay otro: totalitarismo o democracia.
Es un esquema demasiado simple plantear eso de marxismo o democracia. Hay totalitarismo de Izquierda y totalitarismo de Derecha. El problema de Izquierdas o Derechas recae, diría yo, en la gran cuestión de la justicia. El problema de totalitarismo o democracia tiene incidencia en la gran cuestión de la libertad.
Tanto en la Derecha como en la Izquierda hay quienes creemos en la libertad.
Pienso, por ejemplo, que los radicales creen y han demostrado, a lo largo de su historia política, creer en la libertad. En los partidos de Derecha hay gentes que han tenido una actitud consecuente de respeto y observancia de la libertad; pero hay también, indudablemente, personas de mentalidad fascista convencidas de que, llegado el momento de la última definición, sería preferible sacrificar la libertad a cambio de mantener el "status" económico social capitalista. Es gente que estaría dispuesta incluso lo preconizaai implantamiento de regímenes dictatoriales y tiránicos, a semejanza de otros que existen en América Latina. En la conciencia o subconciencia de ese tipo de derechistas es donde germinan los "gorilismos" que suelen destruir la continuidad democrática en nuestro continente.
En la extrema Izquierda también hay partidos o sectores que, por convicción filosófica, por doctrina y por la experiencia práctica demostrada en los países donde han llegado al Gobierno, prueban no creer en la libertad,.
La señora CAMFUSANO.-
¡Eso es absolutamente inefectivo!
El señor AYLWIN.-
...que no les interesa, al menos en esta etapa.
Yo no incurriré en la simpleza de decir que el marxismo, como filosofía, tiende a oprimir al hombre y a destruir su libertad.
La señora CAMPUSANO.-
¡Sería el peor error!
El señor AYLWIN.-
Sería un error garrafal, una grosería.
El señor VALENTE.-
¡Una falsedad! El señor AYLWIN.-
Una falsedad. El pensamiento de Marx tiende a buscar procedimientos para la liberación del hombre; pero el método o camino escogido por los marxistas para llegar a la liberación del hombre es la tiranía,...
El señor VALENTE.-
¡Eso no es cierto!
El señor AYLWIN.-
...es la dictadura del proletariado,...
El señor VALENTE.-
¡No lo entiende,' entonces!
El señor AYLWIN.-
.. . es la persecución o aniquilamiento de todo el que discrepa con el aparato burocrático del Estado en manos del Partido Comunista, que asume por sí solo la representación de la clase proletaria.
La señora CAMPUSANO.-
¡Los democratacristianos aquí son niños de las monjas!...
El señor GARCIA.-
¡Están ambos en el mismo colegio!
El señor VALENTE.-
¡No, señor Senador!
La señora CAMPUSANO.-
¡Su Señoría está al otro lado, con los fascistas!
El señor GARCIA.-
¡No; si acaba de hacer la distinción! No dijo cuáles eran los fascistas. No los ha nombrado.
El señor AYLWIN.-
Ruego al señor Presidente hacer respetar mi tiempo, pues no deseo ser interrumpido.
En mi intervención del 13 de mayo, al referirme a esta materia, dije textualmente:
"Una política de izquierda" se centra en la tarea de "cambiar el orden injusto" por un "nuevo orden justo", mediante reformas de las estructuras sociales opresoras, y pone la autoridad al servicio de esa tarea de cambio y de justicia.
"Una política de izquierda es "democrática" cuando respeta los derechos y libertades esenciales de las personas y se somete a la decisión periódica del pueblo mediante el sufragio libre y secreto. Esto significa aceptar el derecho de los discordantes a hacer oposición y someter la acción del poder público al marco de normas jurídicas preestablecidas.
"Una política de izquierda es "totalitaria" cuando no respeta los derechos y libertades esenciales de las personas que discrepen, o se niega a someterse a la decisión periódica del pueblo mediante el sufragio libre y secreto. Esto significa que se suprime la oposición, o se la priva de los medios indispensables para ejercer sus derechos, o se impone la fuerza al margen del ordenamiento jurídico."
La señora CAMPUSANO.-
¿Cómo interpreta usted, Honorable colega, lo que sucedió en el mineral de El Salvador?
El señor LORCA (Presidente accidental).-
El Honorable señor Aylwin no desea ser interrumpido.
El señor VALENTE.-
¡No le conviene ser interrumpido!
El ejemplo de Checoslovaquia.
El señor AYLWIN.-
Y yo pregunto a Su Señoría, que podrá contestarme dentro del tiempo del Comité Comunista, cómo interpreta los hechos acaecidos en Checoslovaquia. Ese país adhirió al sistema político, económico y social del socialismo porque creyó que por él podía caminar y porque las circunstancias históricas, al término de la guerra, lo condujeron a él, pero en un momento determinado, dentro de ese camino, optó por liberalizarse frente al carácter opresor de las estructuras burocráticas,...
La señora CAMPUSANO.-
¡Y la mano de los yanquis!
El señor AYLWIN.-
...frente a la explotación de la Unión Soviética contra los intereses económicos de Checoslovaquia.
El señor VALENTE.-
¡Parece que Su Señoría escribió el editorial de "El Mercurio"! ¡Dice exactamente lo mismo que ese periódico!
El señor AYLWIN.-
A veces coincido con "El Mercurio", y otras, con "El Siglo",...
El señor VALENTE.-
¡Nunca con "El Siglo"!
El señor AYLWIN.-
...porque tengo independencia para dar mis opiniones personales y no estoy al servicio de consignas, como les suele ocurrir a los miembros del Partido Comunista
El señor VALENTE.-
¡Está desorientado!
El señor AYLWIN.-
Quisiera que la Honorable señora Campusano contestara en su tiempo cómo interpreta lo que pasó en Checoslovaquia, cuando bajo la dirección de toda la plana mayor del Partido Comunista de ese país se emprendió un camino de democratización de su sistema, que fue acallado, como en su tiempo también lo fue Hungría.
El señor VALENTE.-
¿Me permite una interrupción por cinco minutos?
El señor AYLWIN.-
En su tiempo tendrá oportunidad de contestar.
Entraron los tanques soviéticos a Praga y fueron ametrallados los estudiantes checoslovacos que en las calles defendían la independencia de su país y su sentido de libertad.
¿Cómo interpreta esos acontecimientos Su Señoría, así como el hecho de que hoy el cable nos informe de que el señor Dubcek, en otro tiempo el hombre de plena confianza y jefe indiscutible del Partido Comunista checoslovaco, haya terminado por ser despojado de todos sus cargos y expulsado de su partido?
El señor VALENTE.-
Los checos...
El señor AYLWIN.-
Esa es una demostración de que no se cree en la libertad.
Pero vuelvo a lo que planteaba. Decía que, frente a la próxima elección, quien aspire a gobernar o quien concurra a elegir al Presidente, por muy apolítico que sea, deberá escoger entre alguna de estas políticas: prefiere una de derecha o una de izquierda; elige una "política democrática" o se decide por una "política totalitaria".
La Derecha conduce al totalitarismo.
En mi discurso referido sostuve que, dada la realidad existente en Chile hoy día, una política de derecha fatalmente está condenada a terminar siendo totalitaria, aunque en el ánimo de muchos de sus patrocinadores estuviera la intención de hacerla democrática.
Textualmente dije: "la candidatura de Alessandri significa una política de derecha que, en la realidad social de Chile en esta hora, aunque pretenda ser de derecha democrática, estaría destinada a desembocar en derecha totalitaria." Explicaré por qué sostengo esta tesis.
El señor GARCIA.-
¡Tendrá que explicarlo bastante bien!
El señor LORCA (Presidente accidental).-
El Honorable señor Aylwin no desea ser interrumpido.
El señor GARCIA.-
En homenaje al Presidente, trataré de no hacerlo.
El señor AYLWIN.-
Se lo explicaré con mucho gusto.
A mi juicio, la enorme mayoría de los chilenos está por los cambios y por la defensa de sus derechos.
El señor VALENTE.-
¡Sobre todo por el cambio de Gobierno!
El señor AYLWIN.-
¡Chiste malo! i No cabe duda de que en Chile se va a cambiar de Gobierno; pero se reemplazará el del Presidente Frei por el del PresidenteTomic!
El señor VALENTE.-
¡Vamos a cambiar el régimen de Gobierno!
El señor AYWIN.-
Resulta que la mayoría de los chilenos desea avanzar en el proceso de democratización de las instituciones y tener mayor participación. Los campesinos quieren más reforma agraria; los trabajadores, ampliar la sindicación. Todos los sectores del país están en una posición de "progresismo incontenible".
Un Gobierno de derecha que cifre sus objetivos fundamentales en asegurar el orden mediante el imperio de la autoridad y que pretenda realizar una política económicofinanciera como la de la pasada Administración del señor Alessandri, con reajustes de 40% del alza del costo de la vida; de estímulos al capital; de freno al desarrollo sindical. . .
El señor VALENTE.-
Nunca dio reajustes de 40%, El costo dela vida subió en 40% pero nunca dio un reajuste equivalente a ese porcentaje.
El señor AYLWIN.-
Dije que entregó reajustes por el 40% del alza del costo de la vida.
El señor VALENTE.-
¡Tampoco los dio! ¡A veces no hubo reajustes!
El señor GARCIA.-
¿Cuándo no dio reajustes?
El señor VALENTE.-
En una oportunidad se entregaron once escudos.
El señor VALENZUELA.-
Sí, sólo otorgó una bonificación por esa cantidad.
El señor AYLWIN.-
En mi opinión, hoy por hoy, una política de esa especie, francamente, el país no la resiste.
Por la organización popular existente en Chile, por el poder que han adquirido sindicatos, juntas de vecinos y centros de madres, por el espíritu que impera en la juventud, un Gobierno de ese tipo provocaría una conmoción de tal naturaleza, que terminaría en un choque violento.
Y no me venga a decir el Honorable señor Morales que Alessandri pretende unir a todos los chilenos,...
El señor VALENTE.-
¡En el cementerio!
El señor AYLWIN.-
...al margen de diferencias políticas, en la tarea común de avanzar en el país sin distingos, porque más allá de los artificios, de las exageraciones partidistas y de las posiciones obcecadas que este Gobierno de la Democracia Cristiana ha debido sufrir, es evidente que hay diferencias políticas legítimas que responden a concepciones diferentes de la gente, y es imposible prescindir de ellas!
No es posible juntar en la misma tarea, en un período de evolución democrática como el que vive el mundo, a los dirigentes sindicales de los trabajadores y a los de las grandes organizaciones capitalistas que están tratando de impedir el cambio de las estructuras. Es evidente que hay una tensión natural, y un Gobierno tratará de armonizar dentro de una gran medida, pero no puede evitar que las diferencias afloren a cada instante como consecuencia de los intereses contrapuestos en juego, de las posiciones ideológicas en pugna y de las propias concepciones de vida diferentes de las personas.
El ejemplo de Onganía.
¿Cómo un supuesto Gobierno de derecha evitará la ebullición social en Chile? Recientemente, tenemos el ejemplo de Argentina. Cuando el señor Onganía subió al Poder, no se movió nadie en su contra; nadie salió en defensa del PresidenteIllia, y todas las organizaciones representativas de la sociedad argentina, desde los derechistas hasta los de avanzada, y desde las organizaciones empresariales hasta las organizaciones sindicales, fueron a ofrecerle colaboración.
El señor Onganía fue modelo de "autoridad fuerte", y para terminar con la politiquería cerró el Congreso y suprimió los partidos políticos. Asumió la plenitud del Poder y durante cuatro años ejerció la más total autoridad sobre el pueblo argentino.
El señor VALENTE.-
¡Hasta que lo suprimieron
El señor AYLWIN.-
Pues bien, gente de derecha que llegaba de Argentina decía: "¡Qué bien está Argentina; allá hay orden, hay tranquilidad; prospera el país; la economía florece; es un ejemplo digno de imitarse!". Eso lo escuché a muchos derechistas.
El señor GARCIA.-
¡Esos derechistas deben de haber sido amigos suyos, porque los míos no han dicho nunca eso!
El señor AYLWIN.-
Jamás he oído decir a un democratacristiano cosa semejante, pero sí he escuchado a mucha gente de mentalidad y espíritu de derecha, y a militantes de su partido, alabar el sistema argentino, el orden, la tranquilidad y la prosperidad económica que imperaban en ese país.
Sin embargo, a pesar de toda esa autoridad, de todo el dinamismo, del ñeque, del prestigio personal de Onganía y del poder que lo respaldaba, empezaron los gremios y los estudiantes a plantear aspiraciones de liberación, críticas, demandas de libertad, de mejores salarios y de reconocimiento de sus derechos, y, en definitiva, ese Gobierno no fue capaz de contener los disturbios acaecidos en Rosario y en Córdoba, que fueron mucho más grandes que los que nunca ha habido en Chile, y el señor Onganía terminó por caer sin pena ni gloria.
La Derecha acusa de debilidad al Gobierno del Presidente Frei porque en el país suelen salir los estudiantes por las calles y a veces ocurren hechos de violencia. Pero resulta que no acusa de debilidad a los dictadores militares de América Latina ni al Gobierno del General De Gaulle, en Francia, donde sucedieron hechos de violencia mucho más condenables y de mayor volumen y trascendencia que los que jamás se han producido en Chile.
Por eso, pienso que un Gobierno de Derecha, a esta altura de los tiempos, significaría para Chile la convulsión social, el choque de las fuerzas sociales en pugna, y terminaría necesariamente en un enfrentamiento violento que pondría en crisis nuestro sistema democrático, o en una dictadura de derecha, auxiliada por otra fuerza extra política capaz de respaldarla para suprimir la libertad.
Por tal motivo, la alternativa de derecha no es democrática, sino totalitaria.
Allende: alternativa de "Izquierda totalitaria".
En mi discurso del 13 de mayo sostuve que "las candidaturas de Allende y Tomic significaban una "política de izquierda", pero que mientras Allende, que representa al marxismo, cuyo pilar fundamental es el Partido Comunista, significa aunque lo disimule una política de "izquierda totalitaria";...
La señora CAMPUSANO.-
¿A quién quiere asustar, Honorable colega?
El señor AYLWIN.-
... Tomic, por su filosofía democratacristiana, significa una política de "izquierda democrática"."
El señor VALENTE.-
¡Dice lo mismo que la Derecha! ¡No desvirtúe los hechos! ¡Está en la línea de Alessandri!
El señor AYLWIN.-
Exijo ser respetado en mi derecho, y les guste o no les guste a la Honorable señora Campusano y al Honorable señor Valente, me permitiré leer lo que dije en esta materia para explicar por qué califiqué de totalitaria la posición o la alternativa que ellos sostienen.
El señor VALENTE.-
¡Coincide con la Derecha! ¡Por eso, el Honorable señor García se muestra tan contento y feliz!
El señor LORCA (Presidente accidental).-
Ruego a los señores Senadores guardar silencio y no interrumpir al Honorable señor Aylwin.
El señor AYLWIN.-
Hace un momento, cuando golpeaba a la Derecha, los Senadores comunistas gozaban; pero ahora, cuando los golpeo a ellos, quieren que los representantes de ese sector permanezcan impávidos.
El señor VALENTE.-
¡Es que Su Señoría no tiene razón!
El señor AYLWIN.-
Desafortunadamente para los señores Senadores comunistas, creo tener razón, y lo explicaré.
En el referido discurso sostuve:
"Atribuyo ese carácter a la candidatura del Senador Allende, no porque le niegue personalmente trayectorias democráticas que indiscutiblemente las tiene, a pesar de sus veleidades castristas, sino como lógica consecuencia de la filosofía política que profesa y de la tendencia histórica de las principales fuerzas que lo apoyan. El Senador Allende se define como marxista y entre quienes lo apoyan los Partidos Comunista y Socialista constituyen abrumadora mayoría. El marxismo auspicia "la dictadura del proletariado" como etapa de transición ineludible hacia el socialismo. Y dondequiera que ha llegado al poder, ha impuesto un régimen totalitario que suprime la oposición y niega derechos humanos esenciales. Muy caracterizados correligionarios del candidato socialista han hecho público su menosprecio por la vía electoral y patrocinan o practican la violencia como método de lucha política revolucionaria. En cuanto al Partido Comunista, ha sido muy claro para dejar constancia de que su adhesión a los métodos democráticos no excluye el empleo de los violentos cuando las circunstancias lo aconsejen, de acuerdo con el viejo principio formulado por Lenin de que la moral comunista "está plenamente subordinada a los intereses de la lucha de clases del proletariado"."
La señora CAMPUSANO.-
¡Es decir, de las mayorías!
El señor AYLWIN.-
"Con estos antecedentes, cualquiera que sea la intención subjetiva del señor Allende y de muchos de sus seguidores, no es aventurado prededir que su triunfo significaría en Chile una "política de izquierda totalitaria,"...
La señora CAMPUSANO.-
¿A quién trata de asustar, señor Senador?
El señor AYLWIN.-
..."análoga a la de las llamadas "democracias populares", de las cuales Hungría y Checoslovaquia proporcionan ejemplos dramáticos y reveladores."
Eso lo sostuve en la sesión celebrada el 13 de mayo, y deseo reforzarlo en esta oportunidad.
El violentismo socialista.
La Honorable señora Carrera leyó en el día de ayer una declaración del Partido Socialista. Ese documento, plagado de injurias, mediante el cual se pretende culpar al Gobierno de los hechos de violencia ocurridos últimamente en el país, centra sus dardos en el señor Ministro del Interior, quien acusó en forma concreta al MIR y a sectores del Partido Socialista de estar provocando la violencia en nuestra nación, mediante típicos métodos antidemocráticos.
La señora CAMPUSANO.-
¿Acaso la Honorable señora Carrera no tiene derecho a hablar?
El señor AYLWIN.-
Precisamente porque vivimos en un régimen democrático, la señora Senadora tiene derecho a hablar, y puede hacerlo en el Senado, mediante los órganos de prensa, en las radioemisoras, en la calle.
La señora CAMPUSANO.-
En las radioemisoras no tanto, señor Senador.
El señor AYLWIN.-
Pero resulta que el Partido Socialista, en su último congreso celebrado en Chillan, si no me equivoco, aprobó como estrategia política para la conquista del Poder la opción, indiferentemente, entre la vía violenta y la electoral.
Es sabido que el Senador señor Altamirano, mi amigo y ex Diputado señor Clodomiro Almeyda entiendo que en posición análoga se halla la Honorable señora Carrera y otros dirigentes del Partido Socialista prefieren manifiestamente, y no lo ocultan, la vía violenta, el camino de la lucha armada.
El Honorable señor Altamirano sostuvo en esta Sala también lo hizo en conferencias públicas y en la Universidad de Concepción, al igual que el ex Diputado señor Almeyda mediante algunos artículos aparecidos en la revista "Punto Final", que ellos no creen en la vía electoral y que la única manera de hacer un verdadero cambio social, una revolución real, es por medio de la rebelión armada.
La señora CAMPUSANO.-
¡Esos argumentos son viejos, y los muertos, nuevos!
El señor AYLWIN.-
Lo han afirmado en forma reiterada.
El Senador Allende, por su parte, suele recurrir a una metáfora. Su Señoría dice: "Contra la violencia reaccionaria, el pueblo empleará la violencia revolucionaria." Esto lo sostiene al comienzo y al final de casi todos sus discursos, como una bonita frase de clisé.
Sin embargo, la verdad es que la mayoría de los chilenos que desean un cambio de estructuras, el cambio de la sociedad capitalista por un sistema humano, justo, en que los trabajadores ejerzan la plenitud del Poder, quieren que esa transformación se haga por la vía democrática, dentro de un orden jurídico, de un cauce de derecho.
El señor VALENTE.-
¡Conciliando con la Derecha!
El señor AYLWIN.-
¡No se trata de conciliar con la Derecha, sino de respetar los derechos esenciales de quien discrepa!
El señor VALENTE.-
¡Los latifundistas no respetaron los derechos del señor Mery, funcionario de la CORA que fue asesinado por tratar de expropiar el fundo de un derechista!
El señor AYLWIN.-
¡Nosotros condenamos esa actitud!
El señor VALENTE.-
¡No la condenan, porque nadie ha sido declarado reo como responsable de ese hecho!
El señor AYLWIN.-
¡No es así, Honorable colega, porque el señor Benavente está privado de su libertad por ese motivo!
El señor VALENTE.-
¡Sin embargo, no se trata sólo de él, pues detrás están muchas personas que gozan de inmunidad y de la contemplación del Gobierno!
El señor AYLWIN.-
¡Su Señoría no tiene derecho a sostener eso! ¡ No ha habido conciliación de especie alguna, y los organismos judiciales están actuando para castigar a los culpables!
El señor VALENTE.-
¡Los organismos judiciales favorecen a la Derecha, porque son reaccionarios!
El señor AYLWIN.-
¿Qué solución propone, señor Senador?
El señor VALENTE.-
¡Cambiar el régimen judicial!
El señor AYLWIN.-
¡No creemos que la Justicia sea intocable! ¡Nos parece que el perfeccionamiento del sistema democrático ha de significar un cambio en la estructura del régimen judicial, haciéndolo más eficaz!
¡A mi juicio, no puede sostenerse que la solución esté en hacer una justicia que se traduzca en "revancha",. . .
El señor VALENTE.-
¡No es "revanchismo!".
El señor AYLWIN.-
... una justicia que excluya a quienes no piensan como el Gobierno, que es lo que ocurre en todos los países donde la gente que piensa como Sus Señorías ha triunfado
El señor .
VALENTE. ¡Su Señoría es abogado! ¡Por lo tanto, conoce los métodos reaccionarios que existen sobre el particular!
El señor AYLWIN.-
¡Ruego a la Mesa hacer respetar mi derecho!
El señor LORCA (Presidente accidental).-
El Honorable señor Aylwin no desea ser interrumpido.
El señor AYLWIN.-
Señor Presidente, esas actitudes de ciertos sectores socialistas revelan una tendencia. Por lo demás, para nadie es misterio que en este país existen grupos de extrema Izquierda, segregados algunos del Partido Socialista y otros del Comunista,...
El señor VALENTE.-
¡Expulsados!
El señor AYLWIN.-
...que constituyen lo que, en términos generales, se conoce bajo el nombre de MIR.
La señora CAMPUSANO.-
¡También hay otros de la Democracia Cristiana!
El señor VALENTE.-
¡Y hasta algunos de la Derecha!
El señor AYLWIN.-
Es muy probable.
La provocación de ultraizquierda.
En Chile hay pequeños grupos de personas que están patrocinando en forma sistemática el empleo de la violencia. Son facciones que realizan actos de terrorismo, que salen a las calles a incitar a los estudiantes y a los obreros para que adopten actitudes de provocación ante la fuerza pública, lo que suele derivar en hechos de sangre.
Esos grupos, que provocan deliberadamente situaciones de tal naturaleza, han sido denunciados en más de una oportunidad por el propio Partido Comunista.
El editorial del diario "El Siglo" de ayer se titula "La provocación política y el papel de la ultraizquierda".
El señor VALENTE.-
Observe también, señor Senador, la foto que se reproduce más abajo.
El señor AYLWIN.-
Sin perjuicio de mirar todo lo que desee, Honorable colega, le ruego escuchar lo que dicen los párrafos finales de ese editorial, con los que en gran parte concordamos.
"Desde la ultraizquierda se le está prestando una cooperación cada día mayor"
a la campaña de violencia de la ultraderecha. "Grupos de aventureros de la política, que demuestran su odio contra los trabajadores organizados y contra el Partido Comunista, proporcionan a la Derecha los materiales que necesita para sus planes. Con actuaciones tan espectaculares como irresponsables, esos elementos están creando el clima de violencia que permitiría a los grupos golpistas justificar una acción que los llevara al Gobierno con el apoyo entusiasta de los representantes de los monopolios, de los grandes clanes económicos y de las empresas imperialistas que operan en el país.
"La ultraizquierda está demostrando que su principal papel es el de provocadora de la violencia policial, que intenta descabezar al movimiento popular.
"Negando en los hechos el rol histórico del proletariado, cuya misión revolucionaria reside en la tarea de encabezar el avance del pueblo hacia el socialismo, los grupúsculos de la ultraizquierda quieren apoderarse ellos de la conducción del proceso revolucionario, pero no para llevarlo hacia adelante como un proceso, sino para enfrentarlo como una aventura que llevaría sobre sí el sello de su individualismo pequeño burgués.
"Contra esos provocadores, el pueblo debe permanecer alerta.
"Con su verbalismo hueco y sus actitudes espectaculares, los provocadores de la ultraizquierda pretenden arrastrar a los jóvenes trabajadores y estudiantes y, en general, a los grupos con menor conciencia de clase entre los grupos laborales, a una cadena de provocaciones que ningún resultado positivo puede tener para el movimiento popular chileno. Se trata simplemente de un "revolucionarismo" estéril y vacuo, que sólo sirve como plataforma a los planes de los enemigos de la revolución auténtica, de la revolución de los trabajadores y de los grupos más conscientes de nuestra sociedad.
"Tan peligrosos como los grupos de ultraderecha, son estos grupos de ultra izquierda. Su desprecio por los auténticos valores revolucionarios y creadores de nuestro pueblo, los une más allá de las palabras con que se condenan mutuamente."
Estas son palabras del diario "El Siglo". Ello responde a un hecho que está vivo, dentro de la candidatura del Senador señor Allende.
La señora CAMPUSANO.-
¡No, señor Senador!
El señor VALENTE.-
¡Está fuera de ella!
El señor AYLWIN.-
Es curioso que en la reciente concentración en que las juventudes de la llamada "Unidad Popular" proclamaron al señor Allende, mientras el único orador que habló en representación de ellas un joven de apellido Córdova, si no me equivoco,...
El señor VALENTE.-
Así es.
El señor JULIET.-
Su nombre es Ornar Córdova.
El señor AYLWIN.-
...dijo categóricamente que condenaba las provocaciones de la ultraizquierda y tuvo una frase para referirse a ellas, el candidato, en cambio, haya optado por una ambigüedad en que no definió su posición.
El señor VALENTE.-
¡El candidato de la Izquierda ha sido muy claro para definir su posición! Lo ha hecho infinidad de veces!
El señor AYLWIN.-
¡En verdad, no hay una definición clara!
A mi juicio, así como el triunfo de la candidatura de Derecha conduciría al país a un caos social, a un enfrentamiento de fuerzas que llevaría necesariamente a la destrucción de nuestro sistema democrático, la candidatura del Senador señor Allende, por los conflictos internos que hay en su seno;...
La señora CAMPUSANO.-
¡No tiene conflictos internos!
El señor AYLWIN.-
... por la inspiración marxista que predomina en ella; por el espíritu totalitario de muchos de sus dirigentes e integrantes, expresado en las propias bases sociales, en las poblaciones y en los sindicatos; y por el espíritu extremista de estos grupusculos de ultraizquierda, que tienen gran influencia en ella, especialmente por la posición muy caracterizada de importantes personeros del Partido Socialista que participan de esa actitud significaría una amenaza muy peligrosa para nuestro sistema democrático.
Tomic: Izquierda democrática.
Por lo dicho, creemos que la verdadera unidad popular es la que ofrece la candidatura de Radomiro Tomic. Ella representa la única manera de que este país siga avanzando por la vía democrática, dentro del respeto al orden jurídico y a las libertades esenciales de las personas, hacia nuevas formas de estructuras económico sociales al servicio de las grandes mayorías, hacia la sustitución del régimen capitalista por una economía humana y justa.
Sin duda, esa candidatura interpreta, más allá de las consignas, este planteamiento de Izquierda democrática, de cambio social dentro de un régimen de derecho, de democracia.
El señor VALENTE.-
¿Algo así como la "nueva Izquierda" de Alessandri?
El señor AYLWIN.-
Esa candidatura, que es la continuación y profundización del proceso iniciado por la Democracia Cristiana bajo el Gobierno del Presidente Frei, es la que ofrece el único cauce seguro para que este país siga avanzando sin violencia, dentro del orden, hacia el establecimiento de una sociedad más justa y más humana y de un régimen que esté al servicio de las grandes mayorías nacionales.
Estoy cierto de que el país lo está comprendiendo y de que cada día más se suman los sectores que, en medio de la vacilación y confusión que provoca el despliegue publicitario y todos estos hechos que conmueven a la opinión p��blica, van discerniendo que éste es el camino seguro para Chile, que es el mejor para el pueblo chileno, para los trabajadores, para la juventud y para la mujer de este país.
Por eso confío en que, contrariamente a los vaticinios del Honorable señor Morales Adriasola, Radomiro Tomic no será el tercero, sino el primero, por gran mayoría, pues es quien, en realidad, mejor puede interpretar los profundos anhelos del pueblo chileno.
El señor VALENTE.-
¡Faltó poco para que se persignara!
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