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El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Por acuerdo de la Cámara, inmediatamente, después de la cuenta, el Diputadodon Germán Riesco dispondrá de un tiempo de hasta ocho minutos para hacer uso de la palabra.
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor RIESCO.-
Agradezco a la Cámara el tiempo que me han concedido.
Señor Presidente, señores Diputados, quiero ocupar la atención de esta Honorable Cámara para denunciar los gravísimos hechos ocurridos en San Carlos el pasado domingo 6 de junio, los que culminaron con el asalto y saqueo de la sede del Partido Nacional.
El día señalado, a las 20 horas aproximadamente, llegó hasta la Plaza de Armas de San Carlos un grupo de pobladores encabezados por dirigentes extremistas pertenecientes al MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), quienes protestaban por la detención del delincuente Nelson Espejo, mirista de la localidad de Yumbel. Durante la realización de esta protesta frente a la Gobernación del departamento, ocurrió un lamentable accidente cuando un taxi, conducido por don Raúl Orellana, embistió a uno de los manifestantes, lo que provocó la ira de éstos y su intento de asaltarlo y lincharlo como represalia. Ahora bien, al no poder concretar sus intenciones, ya que el taxista logró escapar en su automóvil, los dirigentes miristas arengaron a los, pobladores, instigándolos a seguirlos en su intento de asaltar la Casa del Partido Nacional, ubicada a escasos metros de la Plaza de Armas, sin que existiese concomitancia alguna entre el responsable del accidente y el Partido Nacional, ya que el taxista señor Orellana es un conocido simpatizante de la Democracia Cristiana, y fue un entusiasta adherente de la candidatura Tomic.
El asalto al Partido Nacional duró más de dos horas, durante las cuales sus autores destrozaron muebles, estantes, cuadros, archivos, etcétera, es decir, todo cuanto encontraron en su interior, lo que posteriormente arrojaron a la calle, junto a puertas y ventanas del edificio, haciendo con todo una enorme fogata que fue presenciada por cientos de personas, todos perplejos ante el vandalismo e indignados al ver la indiferencia e incapacidad del Gobernador y demás autoridades para resguardar el orden y proteger la propiedad privada. Quiero dejar expresa constancia de que durante la perpetración de estos desmanes se encontraban presentes cinco miembros del Cuerpo de Carabineros, quienes se limitaron a observar los hechos y a individualizar a sus autores, y quienes manifestaron no tener instrucciones para actuar. Aún más, diversos vecinos presentes vieron cómo la señora Juez del Crimen de San Carlos, quien junto a su Secretaria se constituyó en Tribunal en el lugar de los hechos, dio órdenes de detención a los carabineros presentes, sin que éstos pudiesen cumplirlas por carencia de instrucciones de sus superiores.
Yo deseo estampar mi más enérgica protesta por la pasividad e incapacidad de las autoridades de Gobierno para cumplir con sus obligaciones constitucionales, y responsabilizo justamente al Gobierno de los hechos ocurridos en San Carlos, ya que lo acontecido no es sino la lógica y esperada culminación de los distintos hechos de violencia y agitación pública que se vienen observando en toda la zona desde hace algunos meses.
En efecto, señores Diputados, en los últimos 5 ó 6 meses, en San Carlos, no sólo se han visto las consabidas ocupaciones ilegales de predios agrícolas, industrias, poblaciones, etcétera, sino que han ocurrido hechos que revisten suma gravedad: ocupaciones, ya no sólo de poblaciones, sino de sectores completos de la ciudad; asaltos y baleos donde ha habido heridos en predios vecinos al sector urbano; desórdenes y agresiones a carabineros; asalto y robo de especies a pequeños agricultores que llevan en camión sus productos a la ciudad. Uno de ellos fue asaltado en pleno día y en una calle céntrica y, al haber pedido auxilio a carabineros, el Gobernador ordenó que se dejase proceder con el robo, comprometiéndose él a pagar con fondos de la Gobernación las especies robadas. Además, se han enviado anónimos a los más destacados vecinos de la ciudad, exigiendo verdaderos tributos, como fue, sin ir más lejos, el caso específico del Juez de Policía de San Carlos, abogado don Renato Valderrama, a quien se le exigieron 100 quintales de harina que debió entregar a una de las poblaciones en poder del MIR, amena zándolo con la seguridad personal de sus hijos si no accedía.
Quiero agregar que el propio Gobernador, don Carlos Figueroa, miembro del Partido Comunista, en una reunión pública con ocasión de la visita a San Carlos del Ministro de la Vivienda, ofreció renunciar a su cargo si con esto podía contribuir a calmar los ánimos, ya que él mismo estimó que la situación era explosiva.
Sin embargo, señor Presidente, pese a todos los antecedentes señalados, el Gobierno nada hizo para velar por la seguridad de las personas y por sus bienes. Continuamente los dirigentes del MIR que actúan a nivel local, tales como un tal Ugarte, autor de un disparo hecho últimamente contra un carabinero y recién puesto en libertad, quien con pistola al cinto dirigía el saqueo de la sede del Partido Nacional; un tal Catalán; Elias Valenzuela, a cargo del campamento "Ocho de Octubre", y otros dirigentes, la mayoría de los cuales son personas no residentes en la zona y que tienen la calidad de estudiantes de la Universidad de Concepción, están recibiendo visitas de delincuentes tales como Víctor Toro y otros que viajan a San Carlos a dar instrucciones y ofrecer conferencias de prensa. Pero, señor Presidente, pese a todo esto, repito, no sólo no se ha ordenado la detención de estos extremistas individualizados, sino que ni siquiera se pidieron refuerzos policiales para prevenir desmanes mayores. Y fue así como, al desarrollarse los gravísimos hechos expuestos, no había en todo San Carlos la dotación de carabineros necesaria para resguardar el orden, y el señor Gobernador, quien había autorizado la concentración mirista, ni se había preocupado de tener la fuerza policial aconsejable en un caso como éste.
Termino, señor Presidente, reservándome otros antecedentes que obran en mi poder, dado que el escaso tiempo de que dispongo no me permite darlos a conocer en esta oportunidad. Sólo deseo, antes de finalizar, solicitar del señor Presidente se sirva oficiar al señor Ministro del Interior, haciéndole llegar la más enérgica protesta de los Diputados de los bancos nacionales por el asalto a nuestro Partido en San Carlos y poniendo en su conocimiento los hechos denunciados en esta Honorable Cámara.
Muchas gracias.
El señor CARMINE.-
Muy bien!
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Solicito el asentimiento unánime de la Sala para enviar el oficio a que ha hecho referencia el señor Riesco.
El señor GUASTAVINO.-
No hay acuerdo.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
No hay acuerdo.
El señor ACUÑA.-
Entonces, no habrá acuerdo para nada.
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