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- rdf:value = " El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Con la venia del señor Cademartori, tiene la palabra el señor Salvo.
El señor SALVO.-
Señor Presidente, en esta oportunidad, me corresponde, en representación de los Diputados radicales, expresar aquí nuestra opinión frente a esta acusación constitucional planteada por el Partido Nacional en contra del Ministro de Economía, señor Pedro Vuscovic.
En primer lugar, queremos decir que no comprendemos cómo el Partido Nacional hace abuso de un derecho establecido en la Constitución y las leyes, en circunstancias que en el respectivo libelo no da ningún argumento valedero que diga relación con las disposiciones expresas de la Constitución en materia de acusación a los Ministros de Estado. Lo que se quiere hacer aquí con esta acusación es ir preparando todo un camino destinado a crear en Chile las condiciones necesarias para poner término, obstaculizando desde ya, al Gobierno popular.
Y los planteamientos hechos por los diferentes Diputados nacionales sólo han tendido a llevar un juicio crítico a las actuaciones de los Ministros de Estado, pero en ningún caso han venido a demostrar con fundamento jurídico y con fundamento legal, que las actuaciones del Ministro de Economía, de los demás Ministros de Estado y del propio Presidente de la República han sobrepasado la Constitución, las leyes o los reglamentos a que deben someterse.
Nosotros decimos aquí que la Unidad Popular llegó al poder para instaurar un régimen esencialmente democrático, en que la solución de los problemas económicos, educacionales, de salud y otros de las grandes mayorías nacionales, fueran la preocupación fundamental de los gobernantes de este país con participación del pueblo organizado en todos los centros de decisión. De tal manera que comete un error el Partido Nacional al sostener en lo acusación que el sistema democrático vigente hasta este momento en este país se encuentre amagado en Chile por la acción del Gobierno popular. Muy por el contrario, por primera vez en la historia de Chile este país toma un camino definitivo para consolidar un sistema esencialmente democrático con la implantación de un sistema socialista.
El señor ARNELLO.-
¿Y los 14 años?
El señor SALVO.-
Le voy a contestar en seguida al señor Diputado.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Ruego al señor Salvo dirigirse a la Mesa.
El señor SALVO.-
Me dice su pensamiento y se lo voy a contestar.
Nosotros llegamos en 1938 al poder en la combinación del Frente Popular como una expresión de rebeldía del pueblo chileno en contra de la Derecha de este país que nos gobernaba. Pero no cabe duda de que aquel Frente Popular, como lo hemos repetido en innumerables oportunidades, tenía objetivos diferentes al que hoy planteamos a través de la combinación de Partidos de la Unidad Popular. En aquella oportunidad éramos la Izquierda del sistema, destinada a plantear reformas al régimen capitalista. Hoy estamos por la sustitución del sistema capitalista por uno socialista que realmente consiga el único planteamiento posible de democracia, con la implantación del socialismo en Chile.
De tal manera, señor ARNELLO, que ahí está la respuesta a lo que usted me decía hace un momento.
Dejamos en claro, entonces, que nuestro objetivo, en este momento, es el de establecer, a través de la combinación de la Unidad Popular, un sistema socialista de gobierno que respete, principalmente, la democracia, el pluralismo ideológico, el pluripartidismo. No queremos dejar de repetir, y aún con majadería, que estos planteamientos están involucrados en el programa de gobierno de la Unidad Popular, y en todos los actos que en 10 meses que lleva de gestión hemos venido realizando.
dejamos en claro que las medidas tomadas, en cuanto a la requisición de algunas industrias, compras de acciones bancarias, expropiación de otras, aplicación general de la ley de Reforma Agraria, no son otra cosa que la aplicación del programa básico de gobierno de la Unidad Popular. Ya estaba bueno en este país, y por eso el pueblo respalda a la Unidad Popular, que los gobernantes, al llegar al poder, cumplieran lo que prometieron durante las campañas. Y en eso la Derecha sabe que durante mucho tiempo supo actuar muy bien en Chile, repitiendo en las calles algunos planteamientos populistas que engañaban al pueblo, para luego, desde el poder, proteger los grandes intereses que siempre ellos han defendido nosotros no mentimos durante la campaña, ni lo hacemos ahora cuando dijimos claramente que queríamos crear un área de propiedad social.
El señor ARNELLO.-
Pero por ley.
El señor SALVO.-
Ya le contestaré a Su Señoría.
Dijimos claramente: "El proceso de transformación de nuestra economía se inicia con una política destinada a constituir un área estatal dominante, formada por las empresas que actualmente posee el Estado más las empresas que se expropien." Y si los representantes del Partido Nacional leen el programa básico de Gobierno de la Unidad Popular, encontrarán allí la respuesta a lo que estamos haciendo. Dijimos que serían nacionalizados la gran minería del cobre, el sistema financiero del país, en especial la banca privada y seguros; el comercio exterior, las grandes empresas y monopolios de distribución ; los monopolios industriales estratégicos. Señalamos, luego, una cantidad de empresas vitales para el desarrollo económico y social del país que nosotros estimábamos conveniente incorporar en el área de propiedad social.
De tal manera que en este momento, al hacerlo, no estamos sino cumpliendo con el programa de Gobierno de la Unidad Popular. Somos honestos al decir que lo que prometimos durante la campaña, ahora se está cumpliendo a través de las realizaciones del Gobierno.
Pero podría sostenerse aquí, ya que tengo un parlante que repite ante lo que estoy pensando, que es el señor Arnello, que en este momento, al llevar a la práctica estas medidas, nosotros estamos...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor SALVO.-
¿Qué sucede, colega?
El señor ARNELLO.-
Que lo van a acusar de contubernio conmigo.
El señor SALVO.-
Es que yo nunca he andado mal acompañado.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Señor Salvo, puede continuar.
El señor SALVO.-
Podría sostenerse aquí en este momento que la aplicación de estas medidas se ha estado haciendo por encima de la Constitución, de las leyes o de los reglamentos. Aseguramos que ello es falso y rechazamos el concepto seudojurídico de que sólo la ley constituye título jurídicamente válido para incorporar al dominio estatal bienes particulares. Ello es sólo una forma; no la única. Nuestra legislación, concordante en parte con la ampliación de esferas de la actividad del Estado, ha dotado a éste y a las empresas y servicios autónomos descentralizados, de toda una gama de facultades para operar, ya en actos de gestión en la amplitud del Derecho Público o como personas privadas.
Es válida, entonces, la compra de acciones de bancos que estaban en el dominio de particulares. Y esto lo saben bien los abogados de la Derecha, porque en más de una oportunidad, siendo gobierno, incluso con nosotros, porque hay que reconocerlo y no nos avergonzamos de ello -lo analizamos como un hecho político-, participaron en todas los actividades del Estado.
Es válido lo que dijo aquí el Diputado señor Cademartori: era diferente aquella actitud de la Derecha a la de ahora. En aquel entonces, la Derecha satisfacía los intereses de grupos minoritarios privilegiados; en este momento, a través de las decisiones de hacer actuar a organismos del Estado en la compra de acciones de bancos particulares, nosotros estamos buscando para el pueblo de Chile, representado por el Gobierno de la Unidad Popular, la posibilidad de manejar el control financiero del país, de manejar la actividad bancaria del país, con el objeto de que el crédito llegue a todos los sectores y no tan sólo a una minoría privilegiada, que siempre lo usó y gozó en Chile.
No es necesario recordar aquí que, cuando se discutió en el Parlamento la ley que creó la Corporación de Fomento, se dijo que no era posible que interviniera en la actividad privada, ya que ésta sólo estaba reservada a los particulares. En aquel entonces ya se dieron a la CORFO las atribuciones necesarias, dentro de su ley orgánica, para poder actuar en este ámbito. Y por eso la Derecha combatió su creación. No nos digan ahora que la apoyaron porque un parlamentario conservador votó a favor el proyecto. Muy por el contrario, combatieron la Corporación de Fomento, combatieron el Gobierno del Frente Popular, combatieron el Gobierno de don Pedro Aguirre Cerda. Porque en aquella época se empezó a formar un grupo político que podía dar a los distintos sectores la posibilidad de controlar la economía del país. De tal manera que no nos venga a decir la Derecha que nosotros no estamos actuando dentro de la Constitución y de la ley.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
¡Señor Arnello!
El señor SALVO.-
Por otra parte, las requisiciones y expropiaciones que se han hecho tienen amplia justificación legal y moral, además, por ser necesarias y urgentes para la buena marcha del país. Pero veamos tranquilamente qué intereses son los que aquí están defendiendo, porque, en un momento determinado, podría ser lícito, por parte de la representación parlamentaria nacional, plantear en la Cámara una acusación para defender intereses que pudieran verse afectados de sectores pequeños o medianos.
¿A quién se defiende con esta acusación?
El señor ARNELLO.-
¡A la ley!
El señor SALVO.-
A Yarur, a Sumar, a la Compañía de Cervecerías Unidas, a Bellavista, a FIAP- Tomé. Es decir, a todos aquellos monopolios que en Chile, durante mucho tiempo, explotaron a sus trabajadores y estrangularon económicamente al país.
Veamos, señores parlamentarios, un ejemplo: la Compañía de Cervecerías Unidas. Quienes defienden a los pequeños y medianos propietarios, ¿no saben que la Compañía de Cervecerías Unidas, por mucho tiempo, fue ahogando a - las pequeñas fábricas de cerveza en Chile y estableció un monopolio? ¿No recuerdan que hace 30 ó 40 años había muchas pequeñas fábricas de cervezas en Chile y que a través de una serie de presiones económicas se llevaron a la quiebra, absorbidas por el monopolio de la Compañía de Cervecerías Unidas? ¿No se sabe que la Compañía de Cervecerías Unidas imponía a sus distribuidores zonas o sectores de distribución, cheques en blanco, dinero por envase, compra de otras cosas y que, a su vez, les daba instrucciones, incluso por escrito, para los efectos de que impusieran gabelas y contribuciones a los pequeños comerciantes que distribuían' sus productos? ¿A quién se defiende? ¿A la Compañía de Cervecerías Unidas o a todos los pequeños y medianos industriales que quebraron por la acción de este monopolio?
Aquí está claro que se defiende a ese gran sector empresarial. Podríamos decir, además, que se defiende a quienes hicieron posible que las fábricas textiles de Tomé, poco a poco, disminuyeran su producción y debieran al Estado gran cantidad por concepto de impuestos y leyes sociales de todos sus empleados y obreros.
De tal manera que nosotros podemos decir claramente que esta acusación sólo tiene un trasfondo político. Entonces, hay que hacer un análisis de los móviles que la originaron. Ella no defiende el derecho, no defiende la ley, ni defiende la moral; no representa los intereses de los medianos y pequeños industriales, de los ahorrantes, de los comerciantes de nivel medio. La verdad es que obedece a toda una campaña de un sector minoritario, incluso en la Derecha económica y en el Partido Nacional, que busca, en la exacerbación del clima político que vive el país, crear las condiciones artificiales para deteriorar la imagen del Gobierno y dar paso a la aventura golpista.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor SALVO.-
Yo, señor Godoy, no comparto la opinión vertida por el señor José Cademartori en algunas materias. Yo sé que dentro del Partido Nacional hay sectores ampliamente democráticos, que se resignan y aceptan que en el juego electoral, en este momento, sean minorías; pero ahí hay un grupo de fascistas que tratan de imponerse dentro del Partido Nacional y que están creando las condiciones para llevar al país a una aventura golpista.
Nosotros, aunque minoritarios en este momento, aunque no representemos lo que anteriormente representamos, decimos que nuestra participación en la Unidad Popular, con los demás partidos de la Izquierda chilena, significa la valla infranqueable para que los grupos golpistas de este país no tengan ninguna posibilidad de cambiar las condiciones que hemos ido creando para instaurar en Chile un sistema socialista.
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