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- rdf:value = " El señor SCHNAKE.-
Pido la palabra.
El señor CAMPOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Schnake.
El honor SCHNAKE.-
Señor Presidente, por razones obvias, prácticamente todo lo que se debía decir ya se ha dicho.
Los Diputados socialistas vamos a ser muy breves en nuestra intervención. Sólo quisiéramos hacer más relevantes algunos puntos de las conclusiones a que ha, arribado esta Comisión, conclusiones que, en general, aprobamos.
Quisiéramos hacer presente, por ejemplo, que, cuando en las conclusiones se establece que se reconoce que los servicios públicos a quienes les ha correspondido intervenir frente a este problema han actuado, en general, adoptando todas las medidas necesarias para darle solución, se está haciendo una afirmación que, en lo fundamental, no es absolutamente efectiva.
Decimos esto por algunas razones que son bien claras. Es una obligación elemental del Estado, precisamente del Servicio Nacional de Salud, velar por la salud de la población. El propio Código Sanitario le fija, dentro de sus obligaciones, la de establecer la calidad de las aguas que han de servir a la población. Evidentemente, el Servicio Nacional de Salud no ha cumplido esta obligación en la forma en que debiera haberlo hecho a lo largo de muchísimos años. No es problema, en realidad, de acusar a uno o a más gobiernos; pero es, sí, problema de decir, concretamente, que el Servicio Nacional de Salud, durante este largo período, ha dejado de cumplir su obligación.
Cuando hemos escuchado, con verdadero pavor, que un porcentaje enorme de la población de la provincia de Antofagasta, fundamentalmente de su población infantil y, particularmente, de aquélla que corresponde a las clases más modestas, ha sido afectada por una intoxicación de tipo irreversible, como decía el doctor Ríos, más peligrosa, inclusive, que la propia silicosis, evidentemente que estamos en presencia de una verdadera catástrofe, de una verdadera calamidad pública. Y frente a una calamidad pública, el Poder del Estado, el Servicio Nacional de Salud, en el caso concreto, no puede tener excusa de ninguna naturaleza. De tal manera que, en ese sentido, nosotros condenamos la lenidad que, a lo largo de todos los años, ha venido manifestando este Servicio.
Por otra parte, quisiéramos que todo lo que aquí se ha expresado, en orden a la necesidad imperiosa de incrementar el consumo de alimentos de la juventud, de la niñez de estas provincias, como una manera de elevar su potencial defensivo ante un problema que aún no se resuelve, que sólo está en vías de resolverse y cuyas soluciones, como lo expresa el informe en sus conclusiones finales, por ahora, son meramente transitorias, se lleve a cabo a la brevedad posible. Estimamos que deben tomarse todas las medidas de emergencia que sean necesarias. De allí el apoyo que expresara nuestro Comité a la proposición que hizo el Diputado señor Robles.
Igualmente, si ha sido una resolución unánime de la Comisión la contenida en el punto 99 de las conclusiones, es porque ha habido de tal manera certeza en lo que se investigaba que ni una sola voz discordante pudo levantarse. Por consiguiente, estimamos también que se debe sancionar, de igual forma, la actitud de aquellas autoridades que han dispuesto sumarios, es decir, que han pretendido coartar la libertad de los funcionarios, que no sólo tuvieron la valentía, sino que cumplieron con su obligación elemental de proporcionar las informaciones que esta Comisión solicitaba.
Si no fuera la Cámara de Diputados lo suficientemente firme en este planteamiento, y si no se cerciorara de que se cumple con esta resolución que se propone en este punto 99, caeríamos, en definitiva, en el grave problema de que nunca más una Comisión Investigadora de la Cámara tendría la suficiente solvencia frente a los funcionarios, frente a la gente modesta de la Administración Pública, que siente y sabe que es su obligación y su deber colaborar en estas investigaciones para verter y dar su versión en ellas, los cuales no tendrían amparo ante hechos de esta naturaleza.
De tal manera que en esta conclusión, que expresa a la letra: "Solicitar al señor Ministro del Interior que disponga la suspensión de los sumarios administrativos que se estarían instruyendo en contra de algunos funcionarios públicos que prestaron declaraciones ante a Comisión, durante su visita a la ciudad de Antofagasta", debe tener la mayor amplitud posible. Y debe la Cámara cerciorarse del cumplimiento de esta petición, que, a juicio nuestro, deberá tener carácter de imperativa. Por la gravedad del problema y porque consideramos que esta Comisión ha trabajado con una acuciosidad extraordinaria, nosotros vamos a votar favorablemente las conclusiones que ha emitido.
"
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