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- rdf:value = " El señor ALLENDE (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
Puede usar de la palabra el Honorable señor Miranda.
El señor MIRANDA.-
Señor Presidente, nuestro partido fijó claramente su posición frente a los hechos acaecidos recientemente en Puerto Montt, de la misma manera y con igual nitidez como lo había hecho respecto de la masacre de El Salvador y tal como procedió ante la acción absolutamente injustificada que se promovió en Santiago el 23 de noviembre de 1967 con motivo del paro ordenado por la Central Unica de Trabajadores.
El país sabe que nuestro partido es absolutamente respetuoso del derecho; que no están en nuestras filas los elementos que impulsan actos de naturaleza violenta como los ya conocidos y que con frecuencia se traducen en la toma de terrenos y de predios agrícolas. Pero estimamos que quienes condicionan hechos de esa índole son precisamente los que asumen ciertas actitudes de Gobierno. Este, y fundamentalmente su partido, la Democracia Cristiana, han ilusionado, mediante una permanente demagogia, a pobladores modestos, que se han visto frustrados en las esperanzas a que ha dado motivo esa actitud del partido oficialista.
En consecuencia, con el mismo criterio central con que lo ha hecho otras veces, nuestro partido condena de nuevo hechos que son lamentables, pero del todo injustificados. La mantención del orden no precisa, en manera alguna, llevar a los extremos que el país ha presenciado tanto en El Salvador como en Santiago y, ahora, en Puerto Montt. Responsabilizamos concreta y expresamente al Gobierno y, en particular, al Ministro del Interior, por el desarrollo de esta política de mano dura que fue anunciada oficialmente por el Ejecutivo. No es extraño para nosotros lo ocurrido, ya que personalmente nos tocó comprobar, en El Salvador, la visión completamente equivocada que se tuvo frente a una realidad social que nadie podía desconocer y que dio motivo a una huelga absolutamente justa.
Los excesos con que el Gobierno ha pretendido, en esas tres oportunidades, mantener el orden público, han llevado, incuestionablemente, a las conclusiones fatales y lamentables que todo el Senado y el pueblo deploran.
Por otro lado, sostenemos que ha sido la ineficacia del Gobierno para resolver el grave problema habitacional del país, para realizar técnicamente la reforma agraria, la que ha condicionado, como ya lo expresamos, la ocurrencia de sucesos tan lamentables.
Por eso es por lo que el Partido Radical ha responsabilizado directamente al Gobierno y al señor Ministro del Interior por tales acontecimientos. Creemos que mientras la Democracia Cristiana y su Gobierno no logren efectivamente realizar una política que, en el aspecto habitacional o en el de la reforma agraria, alcance las metas que ellos mismos se han fijado, y que en términos demagógicos han influido poderosamente para que los pobladores o los campesinos se forjen ilusiones más allá de la realidad, serán esa colectividad •y el Ejecutivo los responsables de las situaciones que ahora todo el país lamenta.
Deseamos concretar nuestra opinión con la declaración formulada por el Partido Radical a propósito de lo ocurrido en Puerto Montt, en la cual se fija con absoluta claridad la posición de nuestro partido a este respecto. Para ello solicitamos del señor Presidente se sirva recabar el asentimiento de la Sala, a fin de que tal declaración sea incorporada a la versión de este debate.
El señor ALLENDE (Presidente).-
Si le parece a la Sala, así se procederá.
Acordado.
El documento cuya inserción se acuerda es el siguiente:
"Posición Partido Radical:
El Partido Radical señala su más enérgico repudio a la nueva masacre con que el Gobierno ha respondido. al pueblo de Chile, esta vez en Puerto Montt, cuando éste, en su desesperación, ha tratado de buscar soluciones a problemas que aquél es incapaz de dar. Enredados en su propia. demagogia, los sectores más reaccionarios del Gobierno democratacristiano, encabezados por el MinistroPérez Zujovic, responden al pueblo con el argumento de los incapaces y fascistas: la represión policial y las balas.
Es fácil para un Gobierno reaccionario "ordenar" las explicaciones que se dan posteriormente a cada masacre de la que ha sido autor; lo concreto, sin embargo, radica en que nuevamente un grupo de trabajadores cayó bajo las balas y el responsable directo de ello es el Gobierno democratacristiano y la maquinaria represiva que dirige el MinistroPérez Zujovic.
El Partido Radical, junto con señalar su condenación más enérgica, hace un llamado a todos los trabajadores del país para "mantenerse alerta frente a la acción "de brutalidad de un régimen que fracasado, trata de imponer sus designios por las armas.
Expone, asimismo, que es hora que los trabajadores en general se unan en contra de un Gobierno que presionado por la reacción, ha recurrido a la violencia para masacrar al pueblo cuando éste expresa sus clamores de justicia.
Santiago, 10 de marzo de 1969."
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