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    • rdf:value = " La señora CAMPUSANO.- Señor Presidente: La República Popular de Hungría cele-Tara el vigesimoprimer aniversario del comienzo de la construcción socialista en el país. Con este motivo, los Senadores del Partido Comunista rendimos homenaje al pueblo magiar, que, con sus acciones victoriosas, dio nacimiento al nuevo orden social en 1948, culminando así una larga historia de heroicas luchas libertarias. La nación húngara, dominada -pero nunca enteramente subyugada- por fuerzas extranjeras durante siglos, supo mantener incólume su sentido patriótico y su vocación de libertad, aun a costa de sacrificios casi increíbles. Sabido es que, durante los tiempos del dominio otomano, la población magiar disminuyó en considerable proporción, debido a las represalias que se infligían después de las acciones de resistencia y rebeldía de los patriotas. Con posterioridad, bajo el yugo del Imperio Austro-Húngaro, los profundos sentimientos de independencia y libertad no decayeron jamás en el pueblo, como tampoco desaparecieron durante la larga dictadura de Horthy. La noche de la tiranía fascista y de la guerra pasaba definitivamente a lo pretérito el año 1948, cuando trabajadores, obreros y campesinos, empleados e intelectuales progresistas, daban forma a un gobierno que representaba un poder diferente. Por primera vez en su historia, el pueblo húngaro podía trabajar y dedicar todos sus esfuerzos al desarrollo libre de una patria sin opresores extranjeros y sin explotadores internos. Fueron expropiadas las tierras y entregadas a los campesinos; fueron expropiadas todas las grandes fábricas. Los medios de producción dejaban de ser fuente de explotación de trabajadores para convertirse en fuente de progreso y bienestar para todos los Húngaros. No era tarea fácil la que emprendía ese pueblo. El país presentaba una estructura económica atrasada; las huellas de la guerra no se habían borrado. Pero podía contar con la mano fraternal que le tendía el país donde había nacido el socialismo: la Unión Soviética. La ayuda desinteresada, entregada de Estado a Estado para ser utilizada en los rubros económicos fundamentales, fue de gran importancia para desarrollar una industria pesada básica. Al fijar las proporciones de las nuevas industrias y el ritmo de su crecimiento, era preciso tomar en cuenta una serie de factores derivados de las peculiaridades demográficas y naturales del país húngaro. Debía considerarse, en primer lugar, que en Hungría hay escasa materia prima y muy pocos agentes portadores de energía. Estos últimos pueden ser avaluados en una cantidad menor a la décima parte del término medio de la de los países europeos, lo que constituye, sin duda, un punto de partida en extremo negativo. A estos factores debe añadirse una densidad de población muy alta: 107 habitantes por kilómetro cuadrado, mayor que las de Austria y Francia y diez veces más elevada que la de Noruega. Había además, en 1948, una realidad humana poco favorable en cuanto a calificación. Los esfuerzos del Gobierno popular se dirigieron con mucho acierto a modificar tal situación. Esta meta fue conseguida, lo que ha llevado a Hungría a obtener índices óptimos en esta materia. En la actualidad, más de 13% de la población mayor de 18 años posee título de bachiller, y 45% de los obreros que trabajan en la industria son especializados. Además, por cada mil obreros, hay un promedio de casi 18 ingenieros. Todos los factores anteriormente reseñados debían ser tomados en cuenta al programar el desarrollo industrial de Hungría. Previamente, había que liquidar las secuelas de la guerra, lo que se estimó conseguido sólo en 1950, a cinco años del término del conflicto y a dos de haberse iniciado el nuevo régimen. Una de las ramas industriales de extraordinario desarrollo ha sido la química, que desde 1950 aumentó al promedio de su ritmo de crecimiento en más de 15% anual, multiplicándose en ese lapso en 7,5 veces. La industria de maquinarias creció con un ritmo semejante, alcanzando en el mismo período una multiplicación de cinco veces su producción. Otros rubros que han obtenido un crecimiento notable son las industrias de telecomunicaciones, de maquinarias eléctricas y de instrumentos. Estas actividades industriales se caracterizan, como se puede observar, por la exigencia de elevada técnica y mano de obra especializada. Ello guarda relación con el enorme esfuerzo realizado en pro del desarrollo científico-técnico. Se ha invertido en forma especial en el progreso de la ciencia pura y aplicada, habiéndose erigido los marcos institucionales para las ramas de la investigación científica, que son de primer orden para la economía nacional, y establecido las condiciones de selección de científicos y especialistas altamente calificados, sobre la base de que en esta época la industria tiene por característica su relación inmediata con el desarrollo de la ciencia y la técnica. Junto a las inversiones para la investigación científica, se destinan aproximadamente dos mil quinientos millones de forintos a fomentar la técnica. La proporción de las cantidades destinadas a investigación científica inmediata alcanza a cerca de 2% de la renta nacional. Esta orientación se refleja en la creación de más de cien nuevas instituciones de investigación y en el hecho de que, desde el término de la guerra, el número de universidades y escuelas de estudios superiores ha crecido en más de ciento por ciento. Existen en la actualidad más de novecientos institutos de investigación, laboratorios de cátedras universitarias y de empresas industriales socialistas, que laboran en su mayor proporción estrechamente vinculadas al trabajo productivo. El 1% de las personas que trabajan en la industria estatal está constituido por científicos de alta especialización, a los que se suma el contingente de investigadores universitarios y de escuelas superiores. En estos momentos, el pueblo húngaro está dando cumplimiento a las tareas del tercer plan quinquenal de desarrollo económico. En el segundo plan, correspondiente al período 1960-1965, la producción industrial creció en el ritmo previsto -dé 45%-, sobre una base de 100, de 1960. A su vez, la productividad del trabajo, derivada en especial del perfeccionamiento técnico, se elevó en 27%. Decíamos que la formación de mano de obra especializada y de técnicos y científicos altamente calificados había sido una tarea de primera importancia para alcanzar las metas de desarrollo económico que se propuso el pueblo húngaro. Es lógico que estos avances en el terreno de la formación personal y especialización sólo puedan lograrse sobre la base de un vasto esfuerzo en el terreno educacional general. En este campo, la Hungría que dejó el régimen de Horthy y los monarcas se caracterizaba por la existencia de innumerables caseríos, pequeños y míseros, donde las escuelas, o no existían en muchísimos casos, o llevaban una existencia precaria e interrumpida. Además, había dificultades a causa de los distintos tipos de escuelas, en atención a la diversidad de creencias religiosas. En el transcurso de los veintiún años de socialismo, se ha ido reduciendo gradualmente el número de las escuelas llamadas de "sistema global", que no eran sino la reunión de varias clases en una misma aula, atendidas por un solo profesor. En la actualidad, prácticamente la totalidad de los niños acuden, en primaria, a escuelas en que cada uno de los cursos recibe enseñanza separada, en aulas diferentes y con maestros especiales. Como es natural, un cambio de tal categoría supone una serie de otros adelantos. Un ejemplo: en Hungría se ve la preocupación por el mejoramiento de los medios de transporte y locomoción en las zonas rurales, especialmente entre aldeas, lo que implica, a su vez, la extensión de las redes camineras. Se ha previsto también la necesidad de establecer escuelas de distritos, con internados para los niños de los villorrios más alejados y de regiones rurales. Y en 1956 funcionaban mil cien establecimientos de esta especie en el país. Las cifras fundamentales sobre la instrucción primaria o básica eran ya elocuentes en 1966: 98,6% de los niños de 6 años comenzaba sus estudios de primer año y 90% egresaba de las escuelas con el período de escolaridad obligatoria de 10 años cumplidos satisfactoriamente. En ese mismo año, 94 mil muchachos seguían estudios superiores en 11 especialidades. De ellos, 50 mil lo hicieron en cursos diurnos y 44 mil en clases vespertinas y nocturnas. Naturalmente, estas cifras han seguido aumentando en consonancia con el cumplimiento de las tareas del tercer plan quinquenal. Lógicamente, no es posible hacer aquí una reseña completa de las victorias logradas por el pueblo húngaro, por sus valerosas mujeres y esforzados hombres, en estos 21 años de construcción del socialismo. Hacerla sería tarea muy larga. Sólo hemos querido recordar algunos de sus logros, aquéllos que pueden proporcionar una idea de las magnitudes de su avance. Al rendir homenaje a la República Popular de Hungría en su nuevo aniversario, hacemos llegar al pueblo magiar y a su Gobierno, por intermedio del Excelentísimo señor Ferenc Császár, Encargado de Negocios de ese país, nuestros más sinceros deseos de progreso, y éxito en las tareas y metas, que se han propuesto, a fin de seguir mejorando cada día las condiciones de la vida material y espiritual en el país del Danubio. "
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