-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594564/seccion/akn594564-po1-ds6-ds34
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1648
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/temporal/1292
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3049
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1648
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1617
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594564
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594564/seccion/akn594564-po1-ds6
- rdf:value = " El señor BALLESTEROS.-
Comienzo por lamentar que cuando se está debatiendo un proyecto de la significación para el país y para las Fuerzas Armadas como el que actualmente discute el Senado, el Honorable señor Ibáñez haya creído conveniente y oportuno aclarar lo que no puntualizó en cuatro años.
Antes de dar respuesta a sus observaciones, quiero advertir a Su Señoría que ha incurrido en algunos pequeños errores. Manifiesta que en una oportunidad me habría advertido sobre la inconveniencia de los términos que, en algunos arranques fogosos que atribuye a mi temperamento, habría expresado en mi discurso en la Unión Soviética; y que, afortunadamente, y en forma muy paternal, él pudo convencerse de que esos consejos surtieron efecto, ya que en el resto de la gira mis discursos fueron mucho más moderados, más prudentes, más ponderados. Hay un pequeño error en la afirmación del Honorable colega, porque el último discurso que pronuncié en mi gira fue el que mencionó el señor Fenner. No hubo otros posteriores, porque si Su Señoría recuerda, ese discurso fue pronunciado cuando terminábamos la gira, cuando llegábamos a Moscú.
El señor TEITELBOIM.-
Yo soy testigo.
El señor BALLESTEROS.-
Al respecto puedo citar el testimonio de varios señores Senadores que también se encontraban allí. En esa oportunidad se pronunció el discurso de marras. Pero no es eso lo importante, sino la manera sorpresiva e inesperada como empiezan a atarse los cabos. El señor Fenner, en una alegato ante la Corte Marcial, ha hecho una larga exposición que contiene diversas consideraciones de tipo político sobre los últimos acontecimientos ocurridos en el Tacna. Y se ha permitido criticar la supuesta posición de diversos personeros de Gobierno frente a las Fuerzas Armadas. En ella se refirió sin mencionar mi nombre y de una manera que no me atrevo a calificar al ex Presidente de la Cámara de Diputados y actual Senador por Valparaíso. ¡No hay dónde perderse! El señor Fenner citó textualmente las palabras con que yo manifesté, con vehemencia, como corresponde hacerlo, mis convicciones sobre la paz mundial. Recuerdo que vertí esas expresiones después de presenciar un gigantesco despliegue de material bélico en la Plaza Roja, con ocasión de celebrarse los 48 años de la Revolución de Octubre. En esa oportunidad hice las afirmaciones que el señor Fenner y el Honorable señor Ibáñez que se sube al carro después de cuatro años, califican de impropias e inadmisibles para las Fuerzas Armadas.
¿Acaso no podemos manifestar nuestro parecer quienes creemos en la paz no como una simple palabra sino como una real aspiración? Ello no significa que pensemos que en nuestros países no deben existir instituciones armadas eficientes, con equipos adecuados para defender la nación y con remuneraciones que les permitan vivir con dignidad y decoro. A mi juicio, no existe incompatibilidad alguna entre ambas aspiraciones. Por eso, hoy día me causa sorpresa que en forma tan apresurada, y cuando falta un cuarto de hora para votar en general un proyecto, el Honorable señor Ibáñez haya estimado oportuno hacer esta aclaración. Existen otros testimonios que me son mucho más importantes que el del señor Senador. Repito que es muy extraño que Su Señoría pretenda intervenir ahora, en circunstancias de que no protestó ni elevó su voz en el momento debido. Lo hace cuando se han lanzado ataques contra un Senador de la República, como lo ha hecho el señor Fenner.
Yo no pido solidaridad. Me basta con mi actitud para defenderme, pero estimo que, en este instante, debería haberla para juzgar las intenciones y propósitos de quienes no vacilan en denigrar maliciosamente a las instituciones públicas y a sus representantes. He sabido que actitud muy distinta han asumido otros Senadores, como el Honorable señor Teitelboim, cuya declaración acabamos de escuchar. Esos testimonios son lo que me importan, por estimar que confirman lo que, a mi juicio, debe ser nuestra conducta frente a quienes se escudan tras el anonimato y recurren al seudónimo en las páginas de los diarios, porque no se atreven a dar la cara para expresar sus propósitos e intenciones.
Yo pronuncié un discurso en la Unión Soviética, cuyos términos confirmo, y no cambiaré una coma de lo que dije; pero de ahí a pensar que mis palabras fueron lesivas, inconvenientes o inadmisibles para nuestras Fuerzas Armadas, hay un abismo de distancia.
Por eso, agradezco...
El señor RODRÍGUEZ.-
Tampoco lo habríamos aceptado nosotros.
El señor BALLESTEROS.-
Así lo expresé en mi declaración, y me alegra que lo corrobore el Honorable señor Rodríguez.
Me complace también que el Honorable señor Miranda se sume a estas expresiones. Creo que no necesito más respaldo que esas voces. Me parece que ellas contestan mejor que yo los ataques que he recibido de un individuo cuyas intenciones no tengo el derecho de ignorar.
Por eso, levanto mi voz y seguiré haciéndolo, porque callar nada soluciona y sólo tiende a ahondar los conflictos. Protesto nuevamente de la manera más categórica de que en el debate de esta iniciativa se pretenda introducir este problema, que yo, por otros conductos y como corresponde, estoy tratando de ventilar.
Pude haber usado el tiempo de mi Comité para referirme a esta materia, pero no lo hice por estimar que no debía mezclar las cosas. Por eso, deploro que otro Senador lo haya hecho.
"