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- rdf:value = " TOMA DE POSESIÓN DE PREDIOS EXPROPIADOS. MODIFICACIÓN DE LA LEY DE REFORMA AGRARIA. VETO.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Corresponde continuar ocupándose en las observaciones del Presidente de la República, en primer trámite, al proyecto que modifica la ley de Reforma Agraria en lo relativo a la toma de posesión de los predios expropiados, con informes de las Comisiones de Agricultura y de Hacienda.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley. (Moción del señor Aylwin):
En primer trámite, sesión 57ª, en 14 de mayo de 1969.
En tercer trámite, sesión 28ª, en 12 de agosto de 1969.
Observaciones en primer trámite, sesión 1ª, en 14 de octubre de 1969.
Informes de Comisión:
Agricultura, sesión 11ª, en 1ª de julio de 1969.Agricultura (segundo), sesión 16ª, en 9 de julio de 1969.
Agricultura (tercer trámite), sesión 35ª, en 21 de agosto de 1969. Hacienda (veto), sesión 12 ª en 19 de noviembre de 1969.
Agricultura (veto), sesión 12ª, en 19 de noviembre de 1969.
Discusión:
Sesiones 11ª, en 1º de julio de 1969; 13ª, en 2 de julio de 1969 (se aprueba en general) ; 16ª-, en 9 de julio de 1969 (se aprueba en particular) ; 35ª, en 21 de agosto de 1969 (se despacha en tercer trámite) ; 13ª, en 19 de noviembre de 1969; 15ª, en 25 de noviembre de 1969 ; 18ª, en 2 de- diciembre de 1969; 19ª, en 3 de diciembre de 1969.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
En la última sesión, recién celebrada, quedó pendiente la discusión del veto recaído en el artículo 1º transitorio.
El señor PABLO (Presidente).-
Se me ha informado que las observaciones que declaré improcedentes en la sesión que acaba de realizarse fueron formuladas después de consultarse previamente a todos los Comités sobre si habría acuerdo unánime para aprobarlas. Por lo tanto, si hubiere asentimiento unánime para despacharlas, la Mesa no tendría inconveniente en reconsiderar su decisión y someterlas a votación.
El señor JULIET.-
Es un poco fuerte el procedimiento de la Mesa.
El señor PABLO (Presidente).-
También es fuerte para la Mesa, pero conveniente para un grupo de trabajadores.
La señora CAMPUSANO.-
Y para otra vez no sea tan impulsivo, señor Presidente.
El señor PABLO (Presidente).-
Señora Senadora, cuando lo soy se me critica por ello, y cuando no lo soy, también se me critica.
Si le parece a la Sala, se someterán a votación las indicaciones declaradas improcedentes por la Mesa.
Acordado.
El señor IBAÑEZ.-
¡Pierde su infalibilidad la Mesa....!
El señor PABLO (Presidente).-
La Mesa nunca ha pretendido ser infalible, sino humana.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
El duodécimo artículo nuevo propuesto por el Ejecutivo, al cual se dio lectura en su oportunidad, faculta al Presidente de la República para proceder a modificar, dentro del plazo de 90 días a contar de la fecha de publicación de la ley, las disposiciones del decreto con fuerza de ley Nº 1995, del Ministerio de Hacienda, de 3 de septiembre de 1966.
El señor PABLO (Presidente).-
En votación.
-(Durante la votación).
El señor CONTRERAS.-
En realidad, no nos agrada esta disposición, no sólo porque faculta al Presidente de la República para modificar el D.F.L. Nº 1.995, del Ministerio de Hacienda -desconozco su contenido-, sino también por la fuente de los recursos con que se pretende mejorar la previsión social de los trabajadores hípicos. No estamos de acuerdo en financiar los institutos previsionales de ese sector u otros organismos mediante carreras extraordinarias.
Sin embargo, ante el clamor de ese gremio por mejorar sus pensiones y los múltiples trajines que ha venido realizando desde hace años en tal sentido, los Senadores comunistas votaremos favorablemente esta disposición. Dejamos, sí, constancia de que con nuestra actitud de ahora no modificamos nuestros planteamientos anteriores contrarios a dar nuevas facultades al Ejecutivo y a financiar algunos beneficios previsionales mediante carreras de caballos, por estimar que éstas contribuyen al mayor empobrecimiento de las personas que concurren a los hipódromos. Reconocemos que asisten a ellos en forma voluntaria, pero lo cierto es que quedan más empobrecidos.
El señor PABLO (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se dará por aprobada la observación.
Aprobada.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
El siguiente artículo propuesto por el Ejecutivo dice como sigue:
"Agrégase al inciso primero del artículo 5º de la ley Nº 16.976, publicada en el Diario Oficial de fecha 2 de octubre de 1968, la palabra "anualmente" entre las palabras "celebrar" y "cuatro" y otórgase carácter permanente a la autorización a que se refiere el artículo 4º de la misma ley."
-Se aprueba, con la abstención de los Senadores comunistas y socialistas populares.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
El tercer artículo contenido en el veto dispone que la Caja de Retiro y Previsión Social de Preparadores y Jinetes reajustará por una sola vez, las pensiones de jubilación y montepío de sus imponentes, de acuerdo con las normas que indica.
-Se aprueba con la misma votación anterior.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
En seguida, el Ejecutivo propone agregar algunos incisos nuevos al artículo 1º transitorio, a los cuales ya se dio lectura en la sesión anterior.
El señor PABLO (Presidente).-
Sí le parece a la Sala, se aprobará la observación del Ejecutivo.
El señor OCHAGAVIA.-
Pido que se vote.
El señor PABLO (Presidente).-
En votación.
-(Durante la votación).
El señor OCHAGAVIA.-
La observación a que nos encontramos abocados agrega cuatro incisos nuevos al artículo 1º transitorio, que dejan prácticamente sin ningún resguardo el derecho del expropiado, porque establecen que el Intendente deberá conceder el auxilio de la fuerza pública a simple requerimiento de la Corporación de la Reforma Agraria, con facultades de allanamiento y descerrajamiento, a fin de tomar posesión del inmueble expropiado.
A mi juicio, esto configura un cuadro realmente grave, pues deja en absoluto indefenso al propietario afectado por un acuerdo de expropiación y reduce sus ya escasos resguardos, aun cuando pueda recurrir a los tribunales competentes en defensa de sus intereses. En efecto, según el artículo 1º transitorio y los agregados propuestos por el Ejecutivo, la toma de posesión -usando la terminología de moda- constituiría un proceso irreversible. ¿Quién podría suponer seriamente que podrá ser impugnado por ilegal un acuerdo de expropiación de conformidad con las disposiciones de la propia ley Nº 16.640, de Reforma Agraria, si en virtud de estos preceptos ya se ha tomado posesión del inmueble con auxilio de la fuerza pública, allanamiento y descerrajamiento? No sé si los señores Senadores creen posible que en tales condiciones los tribunales puedan poner al expropiado en situación de recuperar su predio.
Me parece de la mayor gravedad aprobar una disposición tan atentatoria al derecho del expropiado de apelar ante los tribunales según el procedimiento que consignaba la ley.
Ahora estamos suprimiendo en forma definitiva esa posibilidad de defensa de los propietarios y de rectificación de probables injusticias cometidas en el proceso de expropiación, probabilidad reconocida inclusive por el Ministro, el Vicepresidente de la Corporación de la Reforma Agraria y el Presidente de la República. Esto último aconsejaría, entonces, mantener un recurso legal que permita hacer justicia al expropiado, y esa justicia, a mi juicio, consiste en que pueda recuperar su bien.
El país conoce -ya se ha formado juicio al respecto- numerosos acuerdos de expropiación que adolecen de errores. Inclusive, algunos de ellos han sido inspirados en razones de orden político.
Considero de la mayor gravedad que un proceso de reforma agraria, que todo el país desea se lleve adelante, pero respetando el derecho de los propietarios, venga a crear un clima de anarquía y violencia como el que hemos vivido.
La reacción de los empresarios que han pretendido hacerse su propia justicia y reclamar de las acciones iniciadas por la CORA o de los movimientos promovidos por los campesinos incitados por agitadores profesionales, a mi juicio, no es más que la réplica a un Gobierno que ha perdido el principio de autoridad y obliga a los ciudadanos a aplicársela por sí mismos.
Voto que no.
El señor IBAÑEZ.-
Señor Presidente, a la finalidad política que ha inspirado la ley de Reforma Agraria; a la arbitrariedad con que ha sido aplicada; a la persecución de que han sido víctimas personas que merecen el respeto de la colectividad; al daño irreparable hecho a miles de chilenos que merecían ser amparados y tratados con justicia por el Ejecutivo, viene a agregarse ahora esta disposición transitoria que se propone en un veto aditivo, con la cual culmina el sistema, al dejarse en absoluta indefensión a las personas víctimas de este proceso político y sometidas a un verdadero vejamen.
Quiero poner de relieve que con este veto enviado por Su Excelencia el Presidente de la República culmina un proceso de contradicción y engaño que se "inició cuando el Jefe del Estado dio, como candidato, las más amplias garantías a todos los agricultores eficientes -y las reiteró más tarde, como Primer Mandatario- de que sus propiedades jamás serían tocadas.
Hago este recuerdo, porque la actitud del Presidente de la República, como bien lo señaló el Honorable señor Ochagavía, pone en entredicho, a mi juicio, el valor del mandato que recibió. Para nadie es un misterio que el Jefe del Estado fue elegido por los votos de toda la gente que trabaja en los campos de Chile, por los campesinos, a quienes se les dijo que se los haría propietarios, y a los cuales se ha engañado.
El señor PAPIC.-
Se los está haciendo propietarios.
El señor IBAÑEZ.-
Permítame que diga, señor Senador, que no se los está haciendo.
El señor PAPIC.-
¡Su Señoría está faltando a la verdad!
El señor IBAÑEZ.-
¡Es un engaño del Gobierno!
El señor PAPIC.-
¡El engaño es de Su Señoría!
El señor IBAÑEZ.-
Insisto en que se ha engañado a los campesinos y a los agricultores...
El señor FUENTEALBA.-
¡No es cierto!
E] señor IBAÑEZ.- ...que eligieron al Presidente de la República.
Cuando se formulan afirmaciones tan categóricas como las hechas por el señor Frei como candidato y las que hizo la Democracia Cristiana, como partido, para obtener votos y, después, se falta a lo prometido en forma tan flagrante como se comprueba ahora por la disposición que se propone, creo que se pone en entredicho el mandato recibido por Su Excelencia de parte del electorado. Tengo, por lo mismo, la certeza de que ese mandato le será revocado al Partido de Gobierno, en pocos meses más.
En todo caso -y recojo las palabras vertidas por el Honorable señor Ochagavía-, estoy cierto de que un procedimiento de esta naturaleza deja sin autoridad al Jefe del Estado para el ejercicio de sus altas funciones.
Voto que no.
El señor REYES.-
Eso se llama sedición.
El señor GUMUCIO.-
¿Queda suspendido por Su Señoría para ejercer el cargo?
La señora CAMPUSANO.-
¿A quién le entregará la autoridad?
El señor IBAÑEZ.-
A las personas que cumplan su palabra.
El señor ALLENDE.-
Señor Presidente, junto con fundar mi voto favorable al veto, quiero destacar que me han producido cierta inquietud las palabras que he escuchado al Honorable señor Ochagavía. Ha dicho categóricamente el Honorable colega que, frente a la inoperancia del Gobierno, a la parcialidad y a la actitud de los agitadores profesionales, los patrones agrícolas se han visto obligados a hacerse justicia por sus propias manos.
A mi juicio, esta afirmación del señor Senador involucra extraordinaria gravedad, pues los Senadores del Partido Nacional, de acuerdo con sus convicciones, tenían el camino de los tribunales de justicia para buscar amparo. Pero justificar que los patrones puedan hacerse justicia por su propia mano y decirlo como algo sin importancia, como un hecho aceptable, significa abrir una vía para justificar hechos y cosas que no podemos aceptar.
Por otra parte, la expresión "agitadores profesionales" es tan trillada que me parece impropio que la use un hombre de la cultura del Senador por la Décima Agrupación Provincial. Se la ha aplicado siempre a mucha gente. El padre del candidato del Partido Nacional, cuando era el "León de Tarapacá", fue, para la Reacción chilena, un agitador. Y así sucesivamente. Entonces, estos términos pierden su significado cuando la experiencia está mostrando de qué manera se emplean. Lo que no pierde realidad son las tensiones sociales, los actos de un régimen o sistema que establecen privilegios irritantes para unos y un drama angustioso para los más.
Dada la brevedad del tiempo de que disponemos para fundar nuestros votos, sólo quiero manifestar mi disconformidad y destacar la gravedad' que, a mi juicio, entrañan las palabras del Honorable señor Ochagavía. Porque justificar, mediante esos razonamientos, que cualquiera se haga justicia por su propia mano, significa demostrar hasta dónde pueden llegar los que se dicen defensores de la ley, la Constitución Política y el Derecho cuando sienten amagados sus intereses o cuando piensan que alguien discute el sagrado derecho de propiedad que, según parece, han recibido como regalo.
Voto que sí.
El señor PALMA.-
Señor Presidente, no me pronunciaré sobre el artículo mismo, que votaré favorablemente; pero sí quiero referirme, en los pocos minutos de que dispongo, a las palabras pronunciadas por el Honorable señor Ibáñez, que me parecen de extrema gravedad. Porque si un Senador pone en duda la validez del mandato presidencial cuando los representantes del país, elegidos por el pueblo, están dando en el Congreso su aprobación definitiva a una iniciativa legal que ha cumplido todos los trámites parlamentarios, ello implica, a mi juicio, poner en juego, grave y seriamente, todo el sistema democrático.
Todavía más -lo que es peor-, hacer este planteamiento cuando el país tiene todavía frescos los acontecimientos vividos durante las últimas semanas y meses, que produjeron una serie de situaciones extraordinariamente delicadas, significa que las palabras del Honorable señor Ibáñez corroboran lo que constituye un rumor muy repetido a lo largo del país, en el sentido de que, detrás de todas estas tentativas de vulnerar la ley y romper la estructura institucional, había personas interesadas. El Honorable señor Ibáñez se ha sacado la careta y, en definitiva, ha venido a demostrar que a él nada le importa que la ley se apruebe, si acaso ésta, como ley, difiere de su criterio.
El señor IBAÑEZ.-
¡Cómo puede decir eso!
El señor PALMA.-
El señor Senador ha sostenido que si una legislación de esta especie se aprueba, el Presidente de la República tiene que ser removido de su puesto,
El señor OCHAGAVIA.-
¡Jamás ha dicho eso!
El señor PALMA.-
Es el mismo criterio que ha sostenido más de alguna persona que ha estado detrás de este juego de intereses que culminó con los hechos que todos conocemos.
Creo que el Honorable señor Ibáñez, si desea permanecer en este Parlamento, debe desdecirse de sus palabras. De otro modo, nada tiene que hacer en este recinto, pues carece de autoridad moral para ello.
El señor OCHAGAVIA.-
¡Nada tiene que ver con lo dicho por el Honorable señor Ibáñez!
El señor IBAÑEZ.-
Daré respuesta a las palabras de Su Señoría al término de la votación.
--Se aprueba el veto (26 votos contra 3).
El señor IBAÑEZ.-
Reclamo mi derecho para dar respuesta, pues he sido aludido.
El señor PABLO (Presidente).-
El Honorable señor Palma no ha hecho sino contestar a las palabras de Su Señoría, sin dañar su buen nombre.
Continúa la votación.
El señor BULNES SANFUENTES.-
¡Cómo no van a ser alusión personal las expresiones del Honorable señor Palma! ¡Si ha descalificado moralmente al Honorable señor Ibáñez!
El señor GUMUCIO.-
Fue el Honorable señor Ibáñez quien aludió a los demás.
El señor OCHAGAVIA.-
¿Pero, cómo?
El Honorable señor Palma ha dicho que el Honorable señor Ibáñez debe desdecirse, pues de lo contrario no podrá seguir ocupando el sillón que ocupa; ¡y el señor Presidente estima que nuestro colega de bancas no ha sido aludido....!
Me parece que Su Señoría no ha estado muy feliz en sus intervenciones de esta tarde.
El señor PALMA.-
Por mi parte, no ha habido alusiones personales.
El señor BULNES SANFUENTES.-
¡Claro, no ha estado hablando del Honorable señor Ibáñez...!
El señor REYES.-
¿Y el Honorable señor Ibáñez estaba hablando de música.. ?
El señor GUMUCIO.-
¿Les parece poco lo que dijo?
El señor FIGUEROA (Secretario).-
En seguida, el Ejecutivo ha agregado dos artículos transitorios nuevos. El primero dice:
"Artículo...- Modifícase el artículo 3º transitorio de la ley Nº 16.640 en la siguiente forma:
"1) Agréganse al inciso primero, las siguientes frases:
"Asimismo, el Consejo podrá acordar la expropiación total o parcial de aquellos predios que hubiere expropiado en conformidad a las normas de la ley N° 15.020, cuando la Corporación no hubiere tomado posesión material de ellos a la fecha de vigencia de la presente ley, por cualquier causa o motivo.
"En este último caso, el Consejo de la Corporación de la Reforma Agraria deberá, en el mismo acto, dejar sin efecto el acuerdo de expropiación hecho en conformidad a la ley Nº 15.020.".
"2) Agrégase al inciso tercero, la siguiente frase:
"Serán aplicables en lo demás las disposiciones de la presente ley."
El señor PABLO (Presidente).-
Si no se pide votación, se dará por aprobado el artículo.
El señor OCHAGAVIA.-
Que se vote.
El señor PABLO (Presidente).-
En votación.
- (Durante la votación).
El señor OCHAGAVIA.-
Señor Presidente, quiero llamar la atención de los señores Senadores sobre el veto aditivo que el Gobierno propone mediante la modificación del artículo 39 transitorio de la ley N° 16.640. Tales disposiciones significan agregar una nueva causal de expropiación a las existentes en la actualidad.
Deseo subrayar que esta nueva causal es tanto más injusta cuanto que significa dejar en la indefensión a los propietarios expropiados por la aplicación de la ley Nº 15.020 y de cuyos predios no hubiere tomado posesión la CORA, a pesar de haber ganado los juicios que entablaron de acuerdo con la ley vigente. Es una norma con efecto retroactivo, vindicativa, que afecta a personas que se defendieron legítimamente de la expropiación. O esa, este artículo, al añadir una nueva causal de expropiación, los deja definitivamente sin defensa. Aún más: desaparece el resguardo establecido en la ley 16.640 en el sentido de exigir, como requisito para expropiar, que la CORA haya tomado posesión material del predio.
Los Senadores de estas bancas no sólo tenemos derecho a calificar ciertas actitudes del Gobierno, como lo ha hecho el Honorable señor Ibáñez, sino también a decir que, en cuanto a la aplicación de la ley de Reforma Agraria, ellas revelan espíritu vindicativo. El país fue testigo del abucheo de que fue víctima el señor Ministro de Agricultura -presente en la Sala- de parte de los empresarios agrícolas, actitud que una democracia permite. Sin embargo, ante la actitud nuestra frente a vetos aditivos que proponen normas legales de esta índole, el Honorable señor Palma no tiene derecho a salirse de sus casillas y proferir una serie de imputaciones. Sólo le cabe la obligación de meditar acerca del sentido de preceptos legales que constituyen una verdadera venganza contra personas que, apoyándose en la legislación vigente, se han defendido legítimamente y que ahora quedan en la indefensión.
Concluyo mi intervención señalando al Honorable señor Allende que el Senador que habla no ha justificado la acción de quienes pretenden hacerse justicia por sí mismos cuando el principio de autoridad se pierde. Sólo me he limitado a expresar que se abre la compuerta a la anarquía cuando se pierde el principio de autoridad y ésta no se ejercita por aquellos a quienes legítimamente corresponde hacerlo. ¿No estamos viendo a la juventud cometer desmanes y destruir bienes ajenos; a los obreros, incendiar fábricas; a los campesinos, tomar los campos? ¡Si ayer, como informaba el Honorable señor García, encerraron en su predio a un Diputado de nuestro partido! ¿No vemos a los sacerdotes tomándose la Catedral, y a los Institutos Armados haciéndose su propia justicia?
Llamo la atención del Senado hacia estos hechos a fin de que no se pretenda empañar siquiera la actitud asumida por nuestro partido durante sus cortos años de existencia, avalada por la profunda raigambre democrática de las colectividades políticas que le dieron origen.
Además, deseo agregar que carece de fundamento la afirmación de algunos señores Senadores de que estaríamos implicados en una aventura golpista. ¡ Si el pueblo de Chile ya encontró su verdadero camino, y resolvió elegir Presidente de la República al señor Alessandri! Y a pesar de que todos los sectores políticos tratan de. ..
El señor PABLO (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor OCHAGAVIA.-
...oponerse por medio de acuerdos entre sus colectividades o sus dirigentes, la ciudadanía elegirá al señor Alessandri, cuyas palabras tienen validez cuando afirma que el Parlamento se aparta de sus funciones.
El señor VALENTE.-
Su Señoría sigue soñando.
El señor IBAÑEZ.-
Votaré negativamente la disposición en debate.
Quiero aprovechar estos minutos destinados a fundar el voto para rechazar en los términos más enérgicos las palabras del Honorable señor Palma. No puedo aceptar lo que sostuvo el señor Senador ni menos sus suposiciones de que yo me regocijo de estar comprometido en actos que vulneran el régimen constitucional de nuestra patria o de que los patrocino. Quienes me conocen saben de sobra que una presunción de esa naturaleza es una infamia.
Tengo títulos como el que más para sentirme orgulloso de la investidura democrática que he recibido y, por tanto, para respetarla y defenderla.
Además, mi propia idiosincrasia rechaza absoluta y sinceramente todo cuanto signifique trasgresión del orden jurídico. Mis palabras anteriores obedecen precisamente a la indignación que me embarga cuando veo cómo se destruyen los fundamentos de nuestro orden institucional, lo que sucede cuando los gobernantes faltan a su palabra reiteradamente empeñada ante el país, pues el sistema democrático está basado en la buena fe y en el cumplimiento de las promesas de políticos y gobernantes. De otro modo ese régimen no podría subsistir.
Si un aspirante a la Presidencia de la República recibe el apoyo de la ciudadanía para llegar al poder después de prometer que seguirá determinada línea política, es decir, si se le otorga un mandato específico a solicitud del propio candidato, éste tiene la obligación moral de cumplir lo que ofreció durante su campaña y, una vez llegado al gobierno, hacer realidad sus promesas.
Para nadie es un secreto que la votación masiva obtenida por el señor Frei provino de sectores que no le eran adictos, pero que hicieron fe en dos o tres postulados esenciales de su candidatura. Los sectores agrícolas -tanto los campesinos como los propietarios- le dieron sus votos por la forma clara en que el Presidente Frei planteó sus ideas sobre reforma agraria. El candidato fue explícito en sus planteamientos de respeto a los agricultores cuando estableció ciertas limitaciones en la aplicación de dicha reforma, y las reiteró incontables veces después de haber sido elegido Presidente de la República. Si el país hubiese conocido antes de las elecciones el verdadero propósito o, por lo menos, el desenlace de la política agraria propuesta por el PresidenteFrei, el pueblo no lo habría apoyado, y probablemente sería Primer Mandatario el señor Salvador Allende.
El señor ALLENDE.-
Gracias. Nunca es tarde.
El señor IBAÑEZ.-
Esa votación, que fue decisiva para el señor Frei, jamás se habría producido si hubiera dicho cuando era candidato lo que ha venido a hacer como Presidente.
En consecuencia, sostengo que el sistema democrático se quiebra cuando los políticos y los gobernantes faltan a su palabra. La anarquía que vive el país produce en mi espíritu la alarma que me hace hablar en estos momentos en el tono en que me escucha el Senado. Ella proviene, precisamente, del incumplimiento de reiteradas promesas del Ejecutivo. El gravísimo quebrantamiento que se produjo en las Fuerzas Armadas hace pocos días y el quebrantamiento, tal vez más serio, que en escos instantes existe en el Poder Judicial, parecen reconocer la misma raíz que estoy señalando: el incumplimiento de la palabra empeñada por el Ejecutivo.
Por eso, al votar negativamente esta disposición, trato de consolidar el sistema institucional que nos rige y que todos queremos conservar, y lo defiendo también cuando elevo mi protesta por la contradicción y el engaño que representan los artículos que estamos votando.
El señor ALLENDE.-
El Senado debe comprender que nuestro pronunciamiento positivo obedece a la convicción de que estas normas son necesarias y favorables a la reforma agraria.
Está de más subrayar en una ocasión como ésta que jamás defenderemos al Gobierno democratacristiano. Pero cuando de las bancas del Partido Nacional se oyen aseveraciones tan categóricas; cuando se hace historia de una tradición democrática y de respeto a la expresión libre del pueblo; cuando he sentido en carne propia la actitud de la propaganda de los Partidos Conservador y Liberal en los años1958 y 1964; cuando uno tiene la entereza, antes y después de la elección, de probar con documentos en esta Sala los extremos a que se llega; cuando no vale absolutamente nada para los personeros de esas colectividades una vida, una tradición y muchos años de lucha, se comprende que en la defensa-de sus intereses Sus Señorías son implacables.
El Honorable señor Ochagavía no refutó mis palabras: sólo hizo un alcance explicativo que no satisface, por cuanto su réplica no fue perentoria para reiterar lo que había sostenido en su primera intervención.
Por otra parte, y una vez más, el señor Senador expresó que, con razón, el señor Alessandri estima que el Parlamento se aparta de sus funciones. Sabemos perfectamente bien el esfuerzo que se realiza por dar en esta etapa a la figura de ese candidato un contenido de vigor y de decisión cuya primera etapa consiste en obtener un pronunciamiento sobre la medida de cerrar el Congreso. Tenemos conciencia clara, por ser socialistas, de lo que es un Parlamento en el régimen democrático burgués. Pero cuando se comenta o se propala un rumor -reforzado por las palabras de un señor Senador, no recuerdo si del Honorable señor García o del Honorable señor Ochagavía, pronunciadas en sesiones anteriores, oportunidad en que no tuve tiempo de responder- destinado a dar a entender que este recinto está poco menos que putrefacto, es conveniente exigir claridad sobre la materia. No nos inquieta la posibilidad de que una expresión popular reitere o no su confianza en los representantes del pueblo. Nosotros votamos la facultad para que el Presidente de la República pudiera disolver el Congreso, siempre que, al mismo tiempo, renunciara a su cargo si la consulta al país le fuera desfavorable. Esta actitud la hemos mantenido de manera permanente.
Sin embargo, no nos parece conveniente que se vayan sumando expresiones destinadas a un objeto muy claro. Preferiríamos que hubiera un debate al respecto para conocer con certeza el pensamiento de Sus Señorías. Y en este terreno nos encontrarán en una posición muy clara y definida. _
Comprendo perfectamente bien. . .
El señor PABLO (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor ALLENDE.-
Voto que sí.
El señor GUMUCIO.-
En sesiones pasadas, en el debate de otros proyectos, hice presente que la actitud de algunos Senadores de Derecha era muy extraña. Primero, ella aparecía claramente definida en el sentido de echar fuego a la posibilidad de un golpe de Estado, pero después echaban pie atrás al desmentir lo que habían sostenido, restando valor a declaraciones conocidas por la opinión pública y que eran claramente incitadoras a los propósitos golpistas. Ahora, se ha repetido esta actitud: en su primera intervención el Honorable señor Ibáñez señaló que el mandato del Presidente de la República estaba suspendido o, en otras palabras, en interdicción, por haber faltado a las promesas que hizo respecto de la reforma agraria.
El señor IBAÑEZ.-
Dije otra cosa, señor Senador.
El señor GUMUCIO.-
En la segunda intervención expresó que jamás soñaríá en romper el sistema jurídico. En consecuencia, por principio, es enemigo de todo golpe de Estado. Para ello invocó la tradición.
Esa tradición es discutible, porque en los golpes de Estado sucedidos en Chile ha habido intervención de la Derecha. La hubo en 1924, en forma clara, contundente y precisa: todos los partidos de ese sector concurrieron en dicho golpe. Después vino la dictadura del señor Ibáñez. En aquella oportunidad me tocó vivir un hecho vergonzoso que debió sufrir mi padre, a la sazón Presidente de la Cámara de Diputados: fue tomado preso por ese régimen, la Corte negó el recurso de amparo para dejarlo en libertad y su propio partido colaboró con el dictador que ordenó encarcelarlo. Con posterioridad, durante el golpe de Ariosto Herrera, también hubo participación de la Derecha.
Por lo tanto, para mí no tiene ningún valor la tradición de respeto a la juridicidad y contraria al golpe de Estado que invoca la Derecha.
Por otra parte, se ha sostenido que se está llevando al país a una situación de anarquía y destruyéndose la institucionalidad democrática. Eso sí que es curioso. Sería preciso discutir qué institucionalidad se está defendiendo. Yo creo que es la del siglo XIX, época en la cual el derecho de propiedad se consideraba de origen divino, algo sagrado. Toda la legislación chilena gira alrededor de ese criterio liberal, individualista, condenado por el tiempo, por la historia. Ahí están los códigos y la forma como se hace justicia en Chile. Esto, como es natural, recibe el justo repudio de la generación joven.
No estoy suscribiendo cuanto sostienen los jóvenes. Sin embargo, los entiendo. Están asqueados de una sociedad que se basa en una institucionalidad fundada en la injusticia, en la miseria, en el hambre. En consecuencia, considero justo luchar contra esa institucionalidad. Es lógico que lo haga la generación joven, y no sólo ella, sino todos los que tenemos ansias de justicia y paz en el mundo.
Por lo demás, los partidos de Derecha expresaron en 1964 que votaban por el señor Frei por ser el mal menor. Recuerdo que el candidato, mediante una declaración, les manifestó que no comprometía ni una palabra de su programa por ese apoyo. Entiendo que fue así.
A mi juicio, la Derecha es poco agradecida con el Presidente Frei. Yo choqué con él porque tenía la idea de que era débil frente a ese sector, pues hacía transacciones que, en mi opinión, lo desviaban del cumplimiento del programa que prometió al pueblo. Y, cosa curiosa, la Derecha incurre en contradicciones: acusa al Primer Mandatario por actitudes que, a juicio de ella, revelan incumplimiento. Yo lo acuso por considerar que ha sido débil al admitir en su Gobierno a oportunistas, a derechistas que, sencillamente, han desviado todas las posibilidades de que hablaba la revolución en libertad.
El señor OCHAGAVIA.-
Que contesten los democratacristianos o los derechistas del Gobierno. A nosotros no nos corresponde hacerlo.
El señor IBAÑEZ.-
No tiene nada que ver una cosa con otra.
El señor OCHAGAVIA.-
No tenemos a nadie en el Gabinete. Estamos honrados de encontrarnos al margen de este Gobierno.
El señor GUMUCIO.-
¡Caramba que han hecho mal!
El señor OCHAGAVIA.-
¡Cuando se esfume esta Administración....!
El señor GUMUCIO.-
Creo que ello revela ingratitud.
El señor PABLO (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor GUMUCIO.-
Voto que sí.
El señor REYES.-
Señor Presidente, al terminar el estudio de este proyecto, deseo destacar que el conjunto de sus disposiciones obedece a un hecho respecto del cual todo el Senado está consciente: la experiencia de la aplicación de la reforma agraria demostró que se ejercían argucias legales para impedir su cumplimiento integral.
Era preciso a esta altura efectuar una revisión, que podrá perfeccionarse en lo futuro, destinada a que el proceso de reforma del agro pueda aplicarse sin esas intervenciones que lo perjudican.
Entendemos con claridad las apreciaciones políticas formuladas en esta Sala. A esta altura del debate y en vísperas de una elección presidencial, no pedimos misericordia ni recabamos el buen juicio de los sectores que conviven con nosotros en esta Corporación. Sabemos que, en la medida en que haya un resquicio para la crítica, se aprovechará, o, en la medida en que pueda existir un flanco para endilgar ataques, éstos se llevarán a cabo o se expresarán dudas sobre la acción del Gobierno.
El proceso de reforma agraria que en esta oportunidad se define y perfecciona tiene trascendental repercusión para el país. Posee un efecto multiplicador en todo el campo de la productividad agrícola y en la incorporación de un sector totalmente marginado de la vida nacional, al que, desde hace mucho tiempo y cada vez más, deseamos hacer partícipe del desarrollo de nuestra economía y de la cultura.
En este debate, por desgracia, se han hecho patentes algunas pasiones que vuelan bajo. Nada podemos hacer al respecto, porque cada uno vuela hasta donde puede. Se vertieron expresiones que han dejado muy en claro la pasión que envuelven los juicios emitidos contra el Gobierno, y, más que eso, el compromiso que puede existir con ideas que quebrantan nuestra tradición democrática y alientan cualquier propósito destinado a que, en definitiva, esta Administración no prospere y fracase, e inclusive a que el día de mañana pueda ser sustituida de manera arbitraria. Como es natural, protestamos contra eso.
Voto que sí.
El señor PALMA.-
Señor Presidente, nos encontramos ante una iniciativa de ley que, con toda razón -como se ha dicho aquí-, despierta reacciones en absoluto distintas. Nosotros nos las explicamos, por que representa uno de los puntos centrales de la política de transformaciones que el Gobierno ha puesto en marcha y que inevitablemente continuará.
No creemos en ninguna vuelta del país hacia atrás. No nos preocupan las declaraciones formuladas en torno de las posibilidades futuras de Chile. El país no volverá atrás.
Acepto que ante la ley se asuman posiciones distintas; pero no tolero que, con motivo de ella, se adopten actitudes antidemocráticas, como lo hizo el Honorable señor Ibáñez, cuyos conceptos" fueron ratificados por el Senador señor Ochagavía, al sostener, por ejemplo, que en esta ley en proyecto hay propósitos de venganza, y que las disposiciones en estudio se están discutiendo después del abucheo que recibió el señor Ministro de Agricultura en la Feria Internacional de Santiago.
Es preciso andar con cuidado para formular ese tipo de aseveraciones. En primer lugar, el hecho a que se refirió el Honorable señor Ochagavía se produjo el 10 de octubre, y este proyecto de ley, con todos sus agregados, estaba en el Congreso el 29 de septiembre.
El señor OCHAGAVIA.-
No es así.
El señor PALMA.-
Sí, porque el 28 de septiembre vencía el plazo constitucional para vetarlo.
Por lo tanto, no ha habido relación alguna entre esta iniciativa y los acontecimientos mencionados por el Honorable señor Ochagavía.
Con relación a los procesos social y de reforma agraria que vivimos, deseo destacar un hecho.
En 1964, el país eligió entre dos alternativas de transformaciones; no se pronunció, pues no hubo cabida para ello, por líneas políticas que significaran mantener el estado de cosas existentes en Chile.
Cuando algunos grupos de la Derecha -lo digo categóricamente- apoyaron al señor Frei, lo hicieron por dos razones: primero, porque carecían de alternativa seria en ese momento, y segundo -esto es lo más importante-, porque el Gobierno anterior había creado una situación moral que liquidó a los partidos que lo apoyaron. Esas colectividades políticas fueron pulverizadas, deshechas por dentro, pues todo el criterio con que esa Administración se movió durante los seis años de su mandato, que ahora se celebran tanto -en breve haremos un análisis al respecto-, condujo a la destrucción de las fuerzas políticas y sociales que la apoyaban.
No creo que el país olvide con facilidad esos hechos. Cuando ellos sean analizados durante la próxima campaña electoral, el abanderado de la Derecha, que dirigió al país en aquel período, se encontrará con muchos menos votos que los que en este instante imaginan algunas personas obsesionadas por esta situación.
El señor OCHAGAVIA.-
Su Señoría reconoce que hay obsesionados.
El señor PALMA.-
Usted lo está, señor Senador.
El señor OCHAGAVIA.-
Me alegra que reconozca la existencia de obsesionados.
El señor BALLESTEROS.-
La reconoce en Su Señoría.
El señor OCHAGAVIA.-
¡Pregunte a la unidad popular! ¡No pueden desbancar a Tomic!
El señor PALMA.-
En último término, destacaré un hecho que es muy importante considerar cuando se debaten estas materias.
El señor OCHAGAVIA.-
Los hechos están demostrando que las afirmaciones de Su Señoría son inexactas.
El señor PALMA.-
En los últimos años, Chile ha vivido un proceso de transformaciones profundas. Entre ellas se destaca la reforma agraria, en cuya aplicación no ha debido lamentarse ningún hecho doloroso, como ha sucedido en otras naciones de América Latina que han enfrentado procesos similares a ése.
El señor PABLO (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor PALMA.-
Solicito unos minutos más.
El señor PABLO (Presidente).-
Con la venia de la Sala, puede continuar, señor Senador.
El señor PALMA.-
Mencionaré los sucesos que vivió Bolivia en 1952. Estimo innecesario recordar la revolución mejicana.
El hecho de que el país esté siendo manejado por un Gobierno con autoridad moral, que está llevando a cabo la reforma agraria que prometió, ha permitido que el proceso se desarrolle por los cauces legales, en ambiente de paz, lo que da a
Chile perspectivas para obtener cambios dentro de la ley.
El señor OCHAGAVIA.-
Considero que podemos hacer uso del mismo derecho que el señor Presidente otorgó al Honorable señor Palma.
El señor PABLO (Presidente).-
Pedí la venia de la Sala, señor Senador.
El señor OCHAGAVIA.-
Espero que Su Señoría, cuando se trate de nosotros, pida la venia de la Sala en la misma forma como lo hizo para otorgar más tiempo al Senador Palma.
El señor PABLO (Presidente).-
Trato de proceder con la mayor equidad, señor Senador.
El señor OCHAGAVIA.-
No estoy protestando.
El señor PABLO (Presidente).-
Así obré cuando usaba de la palabra el Honorable señor Ibáñez.
-Se aprueba la observación (24 votos contra 4).
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Por último, el Ejecutivo propone agregar el siguiente artículo final:
"Facúltase al Presidente de la República para incorporar los artículos nuevos agregados por la presente ley a la ley Nº 16.640, al momento de ordenar la publicación de esta ley, de acuerdo con la forma en que se encuentran distribuidas las materias en ella, dándoles la numeración que corresponda.
"Facúltase, asimismo, al Presidente de la República para fijar nuevos textos coordinados y sistematizados tanto de la ley Nº 16.640 como de los D.F.L. Nºs.' 3, de 1967, y 12, de 1968, de acuerdo a las modificaciones de la presente ley."
El señor PABLO (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se aprobará.
El señor OCHAGAVIA.-
No. Pido votación.
El señor PABLO (Presidente).-
En votación.
Con la venia de la Sala, se podría conceder la palabra en primer lugar al Honorable señor Ochagavía. Acordado.
- (Durante la votación).
El señor OCHAGAVIA.-
Con motivo de estos artículos modificatorios de la ley de Reforma Agraria, se ha suscitado un debate político en que han intervenido distintos señores Senadores. Ello me obliga a hacerme cargo de algunas observaciones, en el tiempo que me corresponde para fundar mi voto.
El Honorable señor Allende -cuya ausencia de la Sala lamento- hizo algunas afirmaciones y formuló algunas consultas que deseo contestar.
El señor Senador manifestó que los parlamentarios de estas bancas representamos la defensa de intereses. En la forma más enérgica y categórica, rechazo esa injusta afirmación, que carece de todo fundamento. Si estarnos ocupando un lugar de lucha, lo hacemos desde luego con sacrificio de nuestros intereses, porque la mayoría de los militantes del Partido Nacional es gente de trabajo. Si hemos llegado a ocupar cargos políticos, no lo hemos hecho con el ánimo de obtener posiciones que no necesitamos. Lo estamos haciendo por servir un ideario político que significa y nos ha significado muy grandes sacrificios. Quienes defienden intereses son los representantes de la Derecha económica, que siempre están con el Gobierno de turno. Ahora están con la Democracia Cristiana, la cual les obsequia regalos muy suculentos, como se ha establecido aquí.
La señora CAMPUSANO.-
Como el señor Alessandri, que ha sido regalado con devolución de impuestos.
El señor OCHAGAVIA.-
El Honorable señor Allende, al hablar del problema del Parlamento, de sus vicios y de su posible disolución por parte del futuro Presidente de la República, ha reconocido que el señor Alessandri será el próximo Primer Mandatario. Sin embargo, debo destacar que lo dicho por don Jorge Alessandri -a mi juicio el país lo comparte en forma unánime- no es que el Senado o el Congreso Nacional sea un instrumento putrefacto -creo que ése fue el término exacto que empleó-.
El sistema en conformidad al cual legislan los señores parlamentarios, por desgracia, está totalmente influenciado por grupos de presión. Esto lo sostuvo un Senador de Izquierda la semana pasada. Los grupos de presión no están sólo en la Derecha económica, sino también en los gremios. Desafortunadamente, los parlamentarios no podemos volver las espaldas a la realidad. El sistema está viciado, pero no por falta de honradez de los señores parlamentarios, pues reconozco la honestidad con que procede la mayoría de ellos. Es evidente que se hace indispensable una reforma política, a fin de que el Jefe del Poder Ejecutivo conduzca al país y administre el Estado sin interferencias ni presiones. El Parlamento, en su acción legislativa, interfiere al representar a grupos de presión contrarios a la inmensa mayoría, a los más débiles, a los que tienen menos, a los que precisamente no constituyen grupos de presión.
Sobre esta materia, el ex Presidente Alessandri no ha hablado de suprimir ni de cerrar el Congreso. Ha dicho algo perfectamente claro: que cuando exista un conflicto entre el Poder Ejecutivo y el Parlamento, debe ser el pueblo de Chile quien lo dirima. Pero para dirimir ese conflicto debe facultarse al Ejecutivo para disolver el Parlamento por una vez durante su mandato y llamar a nuevas elecciones.
La réplica de algunos partidos fue que, al perder una consulta plebiscitaria, el Primer Mandatario debía renunciar de inmediato a su cargo. Esta no es sino una salida, no de las más elegantes. Si nosotros analizamos la forma en que se votó esa facultad en el proyecto de reformas constitucionales, comprobaremos que en todos los sectores del Congreso hubo fallas: diez Senadores democratacristianos, un comunista, un socialista de Chile, un socialista popular y toda la representación del Partido Radical votaron contra la disolución del Congreso. ¡Faltó un voto para lograr el quorum constitucional necesario y permitir la aprobación de ese precepto!
El señor CONTRERAS.-
Los Senadores comunistas hemos tenido siempre una actitud muy clara al respecto.
El señor OCHAGAVIA.-
Creo que el país...
El señor PABLO (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de "Su Señoría.
El señor OCHAGAVIA.-
Deseo que se compute mi tiempo tal como se ha computado el de otros señores Senadores.
El señor PABLO (Presidente).-
Si Su Señoría desea un minuto más, puedo consultar a la Sala; pero el señor Secretario ha computado el tiempo como corresponde.
El señor OCHAGAVIA.-
En realidad, creo que no se ha procedido...
El señor PABLO (Presidente).-
Dije denantes que si Su Señoría deseaba un minuto más, podría consultar a la Sala.
El señor VALENTE.-
No hay acuerdo. ¡Hasta cuándo vamos a seguir escuchando las mismas majaderías!
El señor OCHAGAVIA.-
Es lamentable que la Mesa manifieste que va a consultar a la Sala y después proceda de otra manera. Con esto el Senado está demostrando que no hay ningún sentido democrático y que a ciertos sectores les interesa que no se digan las verdades. Esta es una prueba de que todos aquellos que están contra el Senado o el Parlamento, como institución, no están fuera del Congreso. Son estas actitudes, precisamente, las que están promoviendo que el Parlamento se termine...
El señor CONTRERAS.-
¡Son puras majaderías!
El señor PABLO (Presidente).-
Señores Senadores, hemos dado un minuto más para fundar el voto a otros colegas. Podríamos...
El señor VALENTE.-
No hay acuerdo.
El señor PALMA.-
Soy partidario de dárselo.
El señor VALENTE.-
¡ Estamos aburridos con majaderías! ¡No hay acuerdo!
El señor PABLO (Presidente).-
¿Cómo vota el Honorable señor Ochagavía?
El señor OCHAGAVIA.-
, Me abstengo.
El señor GUMUCIO.-
Quiero rectificar en parte las observaciones de mi Honorable colega.
El señor OCHAGAVIA.-
¡No alcancé a terminar mis observaciones.
El señor GUMUCIO.-
Me referiré a las que expuso.
El Honorable señor Ochagavía ha sostenido que el problema radica en la crisis del sistema.
El señor OCHAGAVIA.-
No puedo contestar al señor Senador porque estoy condenado al silencio.
El señor GUMUCIO.-
Pero en los cinco minutos que tuvo para fundar el voto alcanzó a decir algo.
El señor OCHAGAVIA.-
No pude contestar a Su Señoría, ni siquiera al Honorable señor Allende.
El señor QUMUCIO.-
Su Señoría hizo presente que el problema radicaba en la crisis del sistema. Naturalmente, se refería al sistema de los Poderes Legislativo y Ejecutivo o al conflicto entre ellos.
En realidad, la crisis del sistema -que es importante- afecta a lo social y económico. O sea, la crisis es del sistema capitalista, causa de todos los demás problemas. Por lo tanto, no tiene categoría ni importancia la crisis del sistema de los Poderes constitucionales vigentes en Chile.
El señor OCHAGAVIA.-
¿De cuál sistema capitalista me habla el señor Senador?
El señor GUMUCIO.-
Del vigente en Chile, del que aprovechan -no Su Señoría- los intereses que representan. . .
El señor OCHAGAVIA.-
¡Esa es una insolencia!
El señor GUMUCIO.-
No he dicho que el señor Senador tenga intereses. He manifestado que ustedes utilizan este sistema para capitalizar sus propios intereses, que es algo distinto.
El señor OCHAGAVIA.-
La Democracia Cristiana lo estará haciendo, porque es Gobierno.
El señor GUMUCIO.-
La Derecha económica lo ha hecho, pues tuvo más de cien años el Poder en sus manos.
¿Qué ha dicho el señor Alessandri en la revista "Ercilla", refiriéndose al Congreso? Expresó lo siguiente: "Porque ese grupo de doscientos irresponsables suelen pensar, más que en servir al país, en servir los intereses de sus electores más influyentes..
El señor OCHAGAVIA.-
¡Es la verdad, nada más!
El señor GUMUCIO.-
"...aunque ello signifique dañar a la mayoría. Y, en esto, todos los partidos políticos han sido responsables."
El señor FUENTEALBA.-
¡Ahí está su propia sobrina....!
El señor GUMUCIO.-
Agrega el señor Alessandri: "¡Cuántos casos les puedo dar de ejemplo! Siendo Presidente, en numerosas oportunidades tuve altercados con parlamentarios, incluso conservadores y liberales, que pretendían legislar o intervenir en la administración del Estado para favorecer a grupos de presión".
O sea, el señor Alessandri acusa a Sus Señorías de defender intereses.
El señor OCHAGAVIA.-
¡A todos, no sólo a nosotros!
El señor GUMXTCIO.-
¡Aquí se refiere a conservadores y liberales!
El señor BALLESTEROS.-
¡Hablaba de ustedes y no de nosotros!
El señor GUMUCIO.-
El señor Alessandri fue Presidente de la República durante seis años y lo único que hizo en sus actuaciones públicas fue declararse víctima de los partidos políticos; pero nunca fue capaz de tomar resoluciones destinadas a impedir lo que él consideraba malo. Cuando implantó la desastrosa política de las divisas y llevó al país a la ruina en 1962, terminó culpando a los Ministros de Estado que habían desarrollado esa política.
El señor OCHAGAVIA.-
¡Eran democratacristianos!
El señor GUMUCIO.-
Pero él se salvaba. Todo lo malo de su Gobierno no lo hizo él, sino ustedes, que eran del partido de Gobierno.
Agrega en la declaración de la revista "Ercilla" que, contra su voluntad, se vio obligado a comprometerse con el Partido Radical, porque había perdido el tercio en el Congreso para legislar.
Digamos las cosas como son.
El señor OCHAGAVIA.-
¿Acaso el señor Frei no ha reconocido lo mismo al enviar la reforma constitucional?
El señor GUMUCIO.-
Dice en otra parte de esa publicación: "La única forma de terminar con estos treinta años de demagogia desenfrenada es aprobar una reforma constitucional que permita disolver el Parlamento. Pero una disolución drástica. O sea, parlamentario que anda promoviendo huelgas de obreros o estudiantes, pierde el cargo; parlamentario que pretende influir en la administración (obras públicas, nombramientos de personal subalterno, ascensos en las Fuerzas Armadas), pierde su cargo". O sea, el señor Alessandri se constituye...
El señor PABLO (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría y no hay acuerdo para prorrogar el tiempo a nadie.
-Se aprueba la observación (26 votos por la afirmativa y 2 abstenciones).
El señor FIGUEROA (Secretario).-
El artículo que figura en la página 37 del boletín comparado ya se votó; pero la Comisión de Hacienda estableció que la norma es inconstitucional por infringir el artículo 45 de la Constitución Política del Estado, que dispone que sólo pueden tener su origen en la Cámara de Diputados los proyectos que versen sobre contribuciones.
Esta es una observación hecha presente por el Ejecutivo,. pero a una disposición aprobada por el Senado en primer trámite constitucional. En consecuencia, la Comisión declaró inconstitucional el artículo 169 de la ley Nº 16.640 una frase final.
El señor OCHAGAVIA.-
¿Cómo queda entonces ?
El señor VALENTE.-
No queda.
El señor PABLO (Presidente).-
Terminada la discusión del proyecto.
"
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