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- rdf:value = " El señor PABLO.-
Señor Presidente, cuando en la sesión del miércoles último planteé al Honorable señor Allende, derechamente, lo que había dicho en su ausencia, lo hice convencido de que debía obrar así. No quería yo que, a su regreso, el señor Senador pudiera invocar el hecho de que un Comité, que con él tiene permanente trato, hubiera formulado declaraciones que lo juzgaban, sin estar dispuesto a responder de ellas en el lugar en que corresponde hacerlo. Como consecuencia de aquellas afirmaciones mías, se ha producido esta sesión. Me alegro de que así haya ocurrido, porque de esta manera cada grupo político puede exponer sus puntos de vista y juzgar. Estoy aquí para responder de mis dichos de ayer, con la misma seguridad con que lo hice entonces, después de haber escuchado a mi Honorable colega.
La actuación del Gobierno.
Desde el momento en que tres guerrilleros de nacionalidad cubana y dos acompañantes bolivianos se entregaron a las autoridades chilenas, el Gobierno de nuestro país tomó todas las medidas conducentes a garantizar sus vidas, darles, mientras permanecieran en territorio chileno, un tratamiento humanitario, y ponerlos en un lugar seguro que les permitiera regresar a Cuba o a otro país que ellos estimaran suficiente asilo para su seguridad personal. Cumplía en esta forma nuestro Gobierno con su conducta tradicional: se trataba de personas que habían cometido delitos políticos, contra las cuales el Gobierno del Altiplano no pediría extradición, según declaraciones hechas por el general Barrientos y transmitidas a nuestro país por la Agencia "ínter Press". Tengo a la vista las declaraciones aparecidas en el diario "La Tarde", en que expresa el señor Barrientos, aludiendo a los guerrilleros: "Ellos pueden hablar libremente de las glorias de Bolivia y las derrotas que sufrieron". Y continúa la noticia: "El Canciller, por su parte, sostuvo que gestionar la extradición implicaría dar un paso en falso, ya que la Corte Suprema de Justicia, de Chile, a su juicio, calificaría de delitos políticos los cometidos por los guerrilleros y denegaría el pedido".
De tal manera, entonces, que el Gobierno estaba enfrentado al ingreso ilegal al país de acuerdo con nuestra legislación, de esos guerrilleros y sus acompañantes. Debían ser puestos en la frontera, pero como oportunamente declaró el señor Ministro del Interior, "si bien la responsabilidad del Gobierno chileno llega hasta la frontera, la preocupación es que los cinco extranjeros puedan llegar al país que elijan sin problema alguno".
No se les otorgó asilo político, porque, según declaró a la prensa el mismo Ministró: "El Gobierno de Chile no puede permitir que desde su territorio se organicen insurrecciones que pretenden provocar trastornos en otros países, por lo que no podría haber otorgado a estas personas asilo político permanente, beneficio que, por lo demás, ellos jamás solicitaron".
Toda la prensa nacional tuvo oportunidad de informar con amplitud acerca del suceso desde el primer instante. Por boca de los guerrilleros detenidos, se sabía el trato que se les estaba otorgando, el agradecimiento que ellos manifestaban, y las intenciones reveladas por el Supremo Gobierno, a las cuales estaba ligado, según expresiones del diario "La Ultima Hora", "el honor nacional". Así lo entendimos todos y el Gobierno actuó en consecuencia.
El traslado a Pascua.
Con fecha 24 de febrero, a las dos de la mañana, en un avión especial de la Línea Aérea Nacional, fueron enviados a la Isla de Pascua los detenidos, acompañados por el señor Subdirector de Investigaciones, don Eduardo Zúñiga, y personal bajo su mando, tomándose todas las precauciones del caso para velar por su seguridad.
El Gobierno de Chile realizó previamente averiguaciones en la Embajada de Francia y obtuvo confirmación de que los ciudadanos de nacionalidad boliviana y cubana, que iban a ser puesto en territorio francés en la Polinesia, podían permanecer en la referida isla durante treinta días sin visado alguno, y viajar a París cuando lo quisieran dentro del referido plazo sin cumplir ningún otro requisito. La Cancillería pidió también visado para Praga a la Embajada Checoslovaca, la que sólo lo concedió en carácter de tránsito y por un plazo no superior a siete días; y por intermedio de la Embajada de Suiza, país que maneja nuestras relaciones con Cuba desde la época de la ruptura, se solicitó insistentemente el visado correspondiente para que el Gobierno cubano autorizara que su país fuera el punto de destino de los detenidos. Hasta la fecha no ha llegado respuesta de Cuba a esa Embajada al requerimiento chileno, por lo que hubo que tomarse la precaución de tomarles visado con destino a Siria, país que anunció que les otorgaría asilo político, para evitar que, en caso de surgir cualquier contratiempo en Praga, fueran devueltas a nuestro país las personas en referencia, de acuerdo con la legislación internacional en esta materia.
La resolución del Gobierno de Chile, de enviar a Pascua los detenidos y seguir la ruta que acabo de señalar, para que llegaran al país que habían elegido, sorprendió a los dirigentes políticos de nuestro país, y en general fue una medida que no era esperada pero que todos aplaudieron en definitiva como eficiente solución. Leo del editorial del diario "Clarín -que con tanta generosidad ha tratado al Honorable señor Allende- de fecha 26 de febrero, es decir prácticamente cuando ya se había provocado toda la reacción de muchos sectores que creían que se había sacado mañosamente del país a esas personas, el párrafo siguiente:
"¿A quién ha herido este procedimiento adoptado por el Gobierno? A los países gorilas, en primer lugar. Ya han surgido declaraciones de protesta en Argentina, en Bolivia y en Brasil, que las agencias cablegráficas han desparramado por el mundo. En segundo, a los líderes y revolucionarios de la Izquierda chilena, que sorpresivamente se quedaron sin el "ju-guetito" que podía reforzar su posición "revolucionaria" ante la América Latina y su insaciable sed de figuración".
Nótese que el editorial en referencia expresa que el viaje a Pascua de los guerrilleros ponía fin a la "insaciable sed de figuración" de los líderes de Izquierda y revolucionarios chilenos. A mí me mereció, el viaje del Honorable señor Allende a Pascua, los calificativos de "tropicalismo" y "exhibicionismo". Lejos estaba, naturalmente, mi intención, de ligar el término "tropicalismo" a determinados países de América Latina, que es una expresión común, y en el trópico no sólo están países latinoamericanos, sino también otros, de otros continentes. Esto lo digo en atención a las palabras que escuchamos al Honorable señor Bulnes. En cierto modo, mis declaraciones cuadran, pues, con la opinión del diario "Clarín", periódico que, en gran medida -lo reitero- guarda las espaldas del Honorable señor Allende. He escuchado con mucha atención las expresiones de nuestro Honorable colega relativas a lo actuado por él con el deseo -nos ha dicho- de ayudar a sacar de las manos del Gobierno de Chile, no una brasa ardiendo, sino una hoguera, como él expresó, si mal no entendí. Me alegro de que haya concurrido en este carácter, mientras su actuación fue necesaria; pero es evidente que ésta, a partir del envío de los guerrilleros a Pascua, se hacía innecesaria. Se habían tomado todas las medidas del caso; se habían adoptado todos los resguardos pertinentes, y antes de que partiera nuestro Honorable colega se recibían comunicaciones en respuesta al cablegrama que habría sido enviado por el señor Senador -a este respecto, pido oficiar al Ejecutivo para que diga si ello es efectivo o no lo es, pues las cosas deben aclararse- y también a las conversaciones que sostuvo directamente con los oficiales de Isla de Pascua, que fueron comunicadas a los guerrilleros, y como reacción a las cuales éstos manifestaron que estaban bien, que eran tratados debidamente, que el Hotel de Turismo de la localidad les proporcionaba alimentación adecuada, que todos estaban conformes y que nadie pedía tipo alguno de protección.
La personalidad no se desdobla.
Deseo precisar que es muy difícil desdoblar la personalidad del Senador Allende como militante del Partido Socialista con la de Su Señoría como Presidente del Senado. Y él lo entendió así, tanto cuando se envió el cable que leí en "La Tercera" y que terminaba diciendo que se trataba del Presidente del Senado, como en las declaraciones que se hicieron y las comunicaciones que. se enviaron.
Aún más: pregunté al señor Ministro del Interior, en conversación privada sostenida con él hace algunos días, si en realidad el Honorable señor Allende había invocado su calidad de Presidente de la Corporación para viajar a la isla en referencia. El señor Pérez Zujovic me respondió que así había sido..
También he preguntado al señor Eric Campaña Barrios con qué motivo se accedió a la petición de mi Honorable colega. Porque, en verdad, en esa ocasión no se trataba sólo de extender un pasaje más, sino también de bajar pasajeros y carga para que pudiera viajar el señor Senador.
Sobre el particular, tengo una carta que me envió el señor Campaña, que dice:
"En respuesta a su consulta del 7 del presente, me permito informar a usted que en nuestro último viaje a Isla de Pascua y Tahiti, cumpliendo instrucciones expresas del señor Ministro del Interior, fue incluido en el pasaje el señor Presidente delH. Senado, don Salvador Allende G., para lo cual fue preciso excluir un pasajero y 90 kilogramos de carga. Ello por razones de peso operacional dadas las condiciones prevalentes el día del vuelo.
"Para una más completa información del H. Senador debo hacerle presente que el señor Allende canceló su pasaje a facturar. "
O sea, ya no sólo se pedía un pasaje -a ello tiene derecho cualquier hijo de vecino-, sino que, invocando la calidad de Presidente del Senado, Su Señoría solicitaba que se le diera oportunidad de viajar y que para ello, si era preciso -y así sucedió-, se dejara en tierra a viajeros que tenían adquiridos sus pasajes.
Reconozco que mi Honorable colega es hombre conocido ampliamente en el ámbito nacional y, posiblemente, en algunos círculos de América Latina. Pero la noticia sobre los guerrilleros tiene carácter mundial, y es bien difícil que en el mundo entero la personalidad de mi Honorable colega sea tan conocida como podría serlo, por ejemplo, la del General Tito, de Kosygin o de cualquier otro estadista, que tienen resonancia de carácter internacional por la posición que ocupan sus respectivos países.
El mundo no ha sabido que era el miembro del Partido Socialista chileno quien acompañaba a los guerrilleros, sino que era el Presidente del Senado de nuestro país quien los conducía y les brindaba protección, lo que en cierta medida hace aparecer -aquí también se ha expresado- que no bastaban las garantías que otorgaba el Gobierno de la nación, que envió al segundo jefe de la policía civil del país -hombre de toda la confianza del Ejecutivo- para cumplir una misión que no tenía otra finalidad que la de colocar a los guerrilleros en Tahiti, en donde al Honorable señor Allende, según él, no le correspondía participación alguna.
Por lo tanto, no se explica esta insistencia. Por lo que me pareció, al igual que a todo el mundo, que se trataba más bien de un afán de exhibicionismo personal.
Ruego al Honorable señor Allende perdonarme. " Siento respeto por Su Señoría; pero la verdad es que he hecho declaraciones sobre su persona, las he ratificado y las estoy sosteniendo esta tarde.
Como es evidente, comprendo el interés personal del señor Senador por conversar con los guerrilleros y su deseo de aprovechar esa oportunidad para hacerlo, pero ello no justifica invocar la condición
de Presidente del Senado. Por lo demás, Su Señoría, que constantemente viaja a Cuba para concurrir a conferencias, tendrá miles de oportunidades para imponerse de cómo marcha el movimiento internacional de las guerrillas impulsado por ese país. En consecuencia, ese tipo de consideraciones no basta, a mi juicio, para justificar un viaje como el que aquí se ha analizado.
La campaña publicitaria.
La prensa también entendió así, y se descargó una campaña publicitaria que mi Honorable colega quiere, en cierta medida, directa o indirectamente, en términos sugestivos, atribuir al Gobierno.
Por otra parte, también ha hecho referencia a que yo fui objeto, en determinado momento, de una escandalera nacional como consecuencia de una opinión que vertí, no en la reunión interparlamentaria celebrada en Arica, donde también estaban presentes congresistas de otros países, sino en Santiago.
Pues bien, sé lo que es el escándalo. A mí también se me fustigó y se me ha seguido fustigando en el Senado, por distintos sectores, con la mofa, la burla, pero jamás con un planteamiento serio.
Hablé en el Senado para dar a conocer mis puntos de vista sobre el problema del Huáscar y la importancia que ello tenía para estrechar nuestras relaciones con el Perú. Ese discurso, esa actuación en público, esa salida a la arena tenía por objeto decir: "Señores, aquí estoy. Si tienen algo que manifestarme, ¿por qué no lo hacen?". No se contestó nunca con argumentos; sólo se hizo con la mofa, el insulto y la burla, utilizados incluso mediante llamadas telefónicas groseras, que se hicieron extensivas a mi mujer y a mis hijos, y, además, ensuciando mi casa con pintura y alquitrán, diciendo que era territorio peruano. Y todo ello porque manifesté una opinión que mantengo y sostengo, en el sentido de que estimaba conveniente para el país estrechar cada vez más nuestras relaciones con el Perú. Y si Arturo Prat estuvo una vez dispuesto a entregar su vida por Chile, yo soy de los que creen que los chilenos, para ayudarnos en la vida internacional, podríamos sacrificar, no ya la vida o la soberanía, sino parte de nuestro orgullo para ponerlo al servicio de la nación.
Sé que la crítica ha sido dura. Pero quiero decir que, así como yo no pude culpar a nadie por la forma como se me fustigó, tampoco creo que en esta oportunidad es del caso responsabilizar al Gobierno de haber provocado los hechos que se señalan.
No quiero abundar en las críticas al atuendo que el señor Allende usaba para viajar. Cada cual lo hace como quiere. Petronio era el arbitro de la elegancia en su tierra y fue un político de fuste en su época. La historia lo recoge como arbitro de la moda en Roma, que a la época era una sociedad aristocrática. Pero las críticas que se hacen a un político no son por la forma que elige para vestir, sino por aspectos de fondo. Si el "líder popular" estima conveniente ser elegante, es un problema personal. Yo no estoy aquí para preocuparme de estos asuntos; pero sí lo estoy por algo que dijo ayer y que también leí en el diario "Clarín". Aquí es donde, a mi modo de ver, nace el principio del ridículo. A mí, por lo menos, me sucede eso. Lo digo, Honorable señor Allende, con aquella verdadera honestidad que nace del fondo de cada cual.
Solidaridad en ¡as maduras.
Se trata de sus palabras, señor Senador -las imagino dichas con voz solemne, pues no tuve oportunidad de escuchar el foro-, para justificar la solidaridad que lo inspiraba.
Dijo el Honorable señor Allende:
"OLAS ni es el estado mayor revolucionario latinoamericano, ni es un supra estado revolucionario para imponer consignas. Es una organización latinoamericana de solidaridad, y la solidaridad se expresa ampliamente cuando uno tiene una concepción distinta a los principios del capitalismo de ustedes. Yo creo en la organización socialista, señor Silva Espejo, y eso rae obliga a algo: me imponía el deber de estar junto con los guerrilleros, porque, a mi juicio, el guerrillero es un soldado de la transformación social. "
I Curiosa solidaridad...! Yo habría sido el primero en aplaudir al Honorable se-señor Allende, si la hubiera pedido para estar junto a Che Guevara, que permaneció nueve meses en Bolivia con 36 hombres que lo acompañaban. Solidaridad en la lucha, ésa es solidaridad difícil y es la que llama al respeto.
Podré discrepar del criterio de los demás; podré tener opiniones divergentes de las de otros, pero sé respetar a quienes tienen principios distintos y saben morir por ellos. Por eso creía que la solidaridad debió haberse manifestado allí, en ese lugar de lucha, donde había peruanos, no sé si paraguayos y argentinos; pero no actuaban chilenos. Ese era el momento de expresar solidaridad, y no cuando estaba claro en todo el continente que los guerrilleros recibían el trato que correspondía y ellos mismos afirmaban estar siendo atendidos divinamente, que se encontraban en una isla que es el paraíso del turismo y que luego llegarían a otra que no lo es menos: Tahiti.
Perdóneme, señor Presidente, que estime curiosa la solidaridad de estar a las maduras y de escapar de las duras. Creo que así lo entendió el país, y fue lo que en cierto modo provocó esta campaña que en gran medida nació espontáneamente. No creo que el Ministro del Interior -sé que es su amigo- u otro alto personero del Gobierno sean responsables de tal sitúación. Lo digo porque ayer estuve tres o cuatro minutos con el Presidente de la República, quien me manifestó que consideraba absurdo lo que estaba sucediendo y que se lo acusara por ello.
Reitero que, para mí por lo menos, esa solidaridad se manifestaba en un trance que, en realidad, no entiendo cómo sucedía y que el país entero no apreciaba como tal.
El padre material de OLAS.
El Honorable señor Allende, en el mismo foro a que me referí anteriormente, declaró ser el padre material de OLAS. ¡ Padre material de OLAS... ! En verdad, cuando uno lee el comunicado sobre la creación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, pareciera que no tiene repercusiones de importancia. Pero hay una frase que deseo recalcar esta tarde:
"En el marco trazado por la Conferencia al crear la Organización de Solidaridad de los Pueblos de Africa, Asia y América Latina e inspirados en el espíritu combativo y de ayuda mutua que presidió los debates de la misma, en la sesión celebrada por los delegados latinoamericanos se examinaron los problemas organizativos y, de modo general, de estrategia y táctica revolucionarias que aconsejaban la creación del organismo continental que uniera, coordinara e impulsara la lucha contra el imperialismo norteamericano. "
O sea, esta organización nació para ayudar a cumplir los fines de la Tricontinental, y éstos, en lo que dice relación a América Latina, son de distintas materias y diferentes órdenes, que se condensan en diversos acuerdos.
Hay varias resoluciones de la Triconti-nental que se refieren, en resumen, a las guerrillas en países vecinos al nuestro, a los cuales habría que prestar solidaridad. Y ésta -entendía y entiendo- es de otro tipo, no la de la declaración, ni la del viaje a Pascua. La entendía y entiendo precisamente en el lugar del peligro, donde se sacrificaban los héroes a quienes hoy-día se rinde homenaje.
Solicito agregar en el texto de mi intervención algunas resoluciones adoptadas en esa conferencia.
-Los documentos a que se refiere el señor Senador, que se acuerda insertar más adelante, son los siguientes:
"SOBRE LA AYUDA A LA LUCHA REVOLUCIONARIA DE LOS PUEBLOS DE COLOMBIA, VENEZUELA Y PERU.
La Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Africa, Asia y América Latina, celebrada en La Habana, Cuba, del 3 al 12 de enero de 1966.
Considerando:
Que las fuerzas militares de los gobiernos de Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá y otros países de la zona del Caribe y del sur del Continente realizan, periódicamente, maniobras militares conjuntas bajo la dirección del ejército norteamericano, con el evidente propósito de usar el chantaje y la amenaza contra el movimiento de liberación nacional y la lucha armada revolucionaria en esos países;
Que esta internacional de "gorilas", bajo el mando norteamericano, interviene además en el adiestramiento de las tropas destinadas a combatir la lucha guerrillera, lo cual demuestra que existe una estrategia militar de carácter global del imperialismo norteamericano en estas regiones de América Latina;
Que misiones militares norteamericanas con ramificación en todas las armas (ejércitos de tierra, mar, aire y policial), dirigen y planifican las operaciones tendientes a reprimir la lucha armada que se desarrolla en Colombia, Venezuela y Perú;
Que los recursos de la "Alianza para el Progreso" se destinan a financiar dichas operaciones militares y que bombarderos y cazas yanquis, piloteados por yanquis, atacan las regiones guerrilleras, y helicópteros norteamericanos transportan tropas al sitio mismo de combate. Resuelve:
Prestar el más decidido apoyo a los movimientos de Colombia, Venezuela, Perú, Panamá, Ecuador y de otros países de la zona del Caribe y del sur del Continente, a fin de responder con las medidas más eficaces para contrarrestar los efectos de la política agresiva global del imperialismo norteamericano;
Denunciar ante todos los países de los tres continentes la intervención yanqui en las luchas armadas de Colombia, Venezuela y Perú, y promover la solidaridad militante de los combatientes de estos países entre sí, con los pueblos de los tres continentes en la gran batalla por la liberación nacional.
SOBRE VENEZUELA.
En el discurso central de la delegación de Venezuela en la Asamblea General de la Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, Africa y América Latina, afirmamos que después de la aplicación práctica de la "doctrina Johnson", los pueblos de América Latina deben plantearse la lucha de liberación nacional sobre la base de otras realidades y en un espíritu que permita la solución a toda la problemática continental.
Los Estados Unidos de Norteamérica han creado una táctica global para tratar con la violencia armada la lucha de liberación de nuestros pueblos. El imperialismo yanqui no admite hoy ninguna de las manifestaciones tradicionales de dignidad y soberanía (por tímidas que sean), a menos que se identifiquen plenamente con los intereses del capital financiero y las oligarquías cómplices que le sirven. La legalidad burguesa, tal como la entienden las democracias representativas de América Latina, ya no es suficiente para seguir manteniendo el régimen de explotación y de miseria, "de Estado Libre Asociado y neocolonialismo", como gobiernos que mejor respondan a la conservación de las estructuras típicas del subdesarrollo. El imperialismo yanqui ha proclamado definitivamente que no entiende otra razón que no sea la de la fuerza. Reciente está nuestra propia experiencia y más reciente aún el genocidio perpetrado por el imperialismo norteamericano contra el hermano pueblo de República Dominicana. Latinoamérica debe volver los ojos hacia Santo Domingo. Pero no para amedrentarnos, sino para descubrir la estrategia global de nuestro enemigo, asimilar esta gran lección y cobrar fuerzas para elaborar una estrategia que nos permita aplastarlo de una vez y para siempre. Esa estrategia no puede ser otra que la de la guerra simultánea. Por guerra simultánea entendemos no la aplicación general de un conjunto de fórmulas esquemáticas, por cuanto la realidad latinoamericana no es única e indivisible, sino que aún en las regiones de un solo país cambian y varían las realidades. Es la necesidad de que cada uno de los pueblos de América Latina se plantee el problema del poder político y maduren las condiciones para la lucha armada.
Venezuela ha adoptado la lucha armada como forma superior de lucha contra el imperialismo. A nosotros nos ha enseñado el enemigo que no se puede conquistar el poder político sin liquidar el aparato de Estado creado por el imperialismo, sin liquidar el ejército represivo; sin liquidar los medios de gobierno colonial o semicolonial no se puede aspirar a la liquidación del imperialismo y sus lacayos. El ejército reaccionario tiene que ser sustituido por un ejército revolucionario que garantice la realización de planes qué satisfagan las aspiraciones de todo el pueblo.
Por eso, nosotros los venezolanos hemos escogido la lucha armada sin descartar ninguna otra forma de lucha. Combinamos los medios armados y no armados, legales e ilegales, de masas y comandos. Porque consideramos que lo importante no es la lucha, sino la liquidación del imperialismo y la toma del poder político para llevar a la práctica un programa revolucionario y de masas.
Pedimos solidaridad militante y la damos también. Hoy, la lucha venezolana ha llegado a un punto de desarrollo que nos permite corresponder a nuestros deberes revolucionarios, siempre enmarcados en los principios del internacionalismo proletario.
Venezuela necesita hoy para desarrollar su lucha de liberación la ayuda de los pueblos del mundo. El imperialismo ayuda sin rubor a sus lacayos. Y nosotros consideramos que los pueblos que luchan por su liberación deben ayudar también, sin rubor, a los movimientos revolucionarios que, como el nuestro, garantiza la derrota del imperialismo.
Pedimos:
Que todos los países reconozcan al Frente de Liberación Nacional de Venezuela como el organismo que dirige la lucha armada contra el imperialismo norteamericano y contra la oligarquía criolla de nuestro país.
Formar un organismo coordinador de la lucha de América Latina.
Solidaridad de todos los pueblos del mundo con la lucha que sostienen los pueblos de América Latina por la conquista del poder político.
En el seno de la Organización Tricontinental crear un fondo especial para la ayuda a América Latina, principalmente Venezuela.
4. Liquidar por todos los medios el bloqueo yanqui contra Cuba.
SOBRE GUATEMALA.
La Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, Africa y América
Latina, después de revisar la situación que prevalece en la República de Guatemala; de constatar la determinación del pueblo guatemalteco de obtener la liberación total de su país de la dominación del imperialismo yanqui, y de reconocer la guerra revolucionaria que libran los guatemaltecos bajo las banderas de las Fuerzas Armadas Rebeldes:
Expresa su completa solidaridad con el pueblo de Guatemala y su lucha armada, y respalda su consideración de que solamente se podrán cumplir sus genuinas y cabales aspiraciones de libertad e independencia, cuando el imperialismo yanqui y los títeres de la oligarquía criolla que le sirven, hayan sido derrotados y expulsados para siempre del país;
Condena la represión que la camarilla gobernante ha desatado contra todos los sectores del pueblo guatemalteco, y en especial los crímenes perpetrados contra los campesinos, en su inútil afán de contener el impulso revolucionario;
Exige la libertad de todos los presos políticos, encarcelados por el único motivo de 'luchar por la libertad y la independencia de su país; así como el cese de las torturas y vejámenes que aplica la dictadura militar;
Denuncia la componenda entre el imperialismo yanqui y las oligarquías gobernantes de los países vecinos de América Central, que bajo el llamado Consejo de Defensa Centroamericano constituyen un ejército coaligado, destinado a reprimir a los pueblos de todo el istmo, y en especial a intervenir, como lo han hecho ya, contra las fuerzas guerrilleras del pueblo que se desarrollan en Guatemala;
Denuncia la maniobra electoral que prepara la camarilla gobernante que encabeza por el momento el tirano Peralta Azurdia, dirigida a dar un espúreo espaldarazo constitucional al régimen de represión antipopular, con lo cual pretende confundir a algunos sectores y dispersar el esfuerzo popular en apoyo de la guerra revolucionaria;
Expresando la voluntad de los pueblos de Asia, Africa y América Latina, apoya al pueblo guatemalteco en su lucha y llama a prestarle todo el concurso posible, que le permita acelerar el desarrollo de la guerra revolucionaria hasta alcanzar la victoria total, derrotando a los lacayos del imperialismo, liberándose de la opresión de éste, contribuyendo así a la realización de la Revolución Latinoamericana.
SOBRE COLOMBIA.
Teniendo en cuenta que:
Una misión militar norteamericana con ramificación en todas las armas (ejército de tierra, marina, aviación y policial) dirige y planifica las operaciones represivas.
Con dinero de la "Alianza para el Progreso" se financian dichas operaciones militares. La agresión militar de Marque-talia, por ejemplo, fue costeada con un crédito yanqui de 30 millones de dólares.
Bombarderos y cazas yanquis piloteados por norteamericanos atacan las regiones guerrilleras.
Desde aviones norteamericanos han sido lanzadas bacterias a las zonas en lucha.
Helicópteros norteamericanos transportan tropas al sitio mismo de combate. Todos estos equipos han sido suministrados por el gobierno norteamericano al ejército colombiano, en calidad de préstamo.
Por todo lo expuesto, Acordamos: Que la Confederación tome las medidas para:
Denunciar en todo los países la intervención yanqui en las luchas armadas de Colombia.
Hacer efectiva la promoción de la solidaridad con los combatientes colombianos en los múltiples aspectos y formas que aquélla comprende.
RESOLUCIONES SOBRE EL PERU.
La Confederación de Solidaridad de los Pueblos de Africa, Asia y América Latina:
Considerando que el Perú se encuentra en las condiciones de un país económicamente atrasado, como consecuencia de la existencia de relaciones semifeudales de producción y la acción deformadora de su estructura económica ejercida por el imperialismo yanqui, que se ha adueñado de los principales recursos naturales del país y posee además el monopolio de su comercio exterior, lo que, como es lógico suponer, impide el desarrollo económico independiente del país;
Considerando que dichas condiciones semifeudales y de dependencia del imperialismo yanqui que sufre el Perú y lo mantienen en la situación de una nación productora de materias primas, origina que el pueblo peruano, especialmente el campesinado, viva en las mayores condiciones de miseria, de hambre, de desocupación, de incultura y de indescriptible super explotación;
Considerando que la miseria y el hambre en que se debate el pueblo peruano sólo podrán desaparecer con el cambio de las injustas estructuras económicas del país y la expulsión del imperialismo;
Considerando que en el curso de varias décadas se ha intentado efectuar dicho cambio a través de vías pacíficas, sin que ello haya podido lograrse debido a la resistencia tenaz que oponen los sectores de explotadores e imperialistas, quienes siempre han respondido con la violencia ante las justas aspiraciones del pueblo peruano;
Considerando que el actual gobierno de Fernando Belaúnde Terry, por los intereses de clases que representa, ha sido incapaz de resolver los problemas de fondo del país, no obstante que se comprometió a hacerlo en demagógicas promesas electorales;
Consideran que debido a la violencia que ha desatado el gobierno de Belaúnde para aplastar las luchas de los diversos sectores de explotados del país por sus legítimas reivindicaciones, el pueblo ha llegado a la conclusión de que no le queda otro camino que el de responder en la misma forma, es decir, con la violencia revolucionaria organizada;
Considerando que el pueblo peruano ha iniciado la lucha armada en su forma guerrillera para lograr su liberación total,
Resuelve:
Apoyar debidamente y en todas las formas la lucha armada emprendida en el Perú, camino escogido valerosamente por el pueblo peruano para alcanzar su definitiva y total independencia económica y política.
La Confederación de Solidaridad de los Pueblos de Africa, Asia y América Latina:
Considerando que como respuesta a la iniciación de la lucha armada en el Perú, por la liberación total del pueblo de este país, el gobierno de Femando Belaúnde Terry ha desatado una brutal represión contra las fuerzas populares, especialmente contra el campesinado, que se ha traducido en el fusilamiento masivo de campesinos de las zonas donde están operando las guerrillas; en el bombardeo indiscriminado con bombas de napalm de las poblaciones de esa zona; en el encarcelamiento de los militantes y dirigentes de las organizaciones políticas de izquierda, sindicales y estudiantiles, a la mayoría de los cuales se ha sometido a increíbles torturas que recuerdan la época negra del nazifascismo, y en la prisión de las esposas de los dirigentes guerrilleros.
Considerando que con el objeto de amedrentar al pueblo, a fin de que no preste su apoyo a las guerrillas, el gobierno lacayo y proyanqui de Belaúnde ha dictado la ley de pena de muerte para los que combatan en las guerrillas o las apoyan directa o indirectamente.
Considerando que el Parlamento peruano, compuesto por los exponentes de la más cavernaria y negra reacción, ha creado comisiones de investigación de las "actividades subversivas", desatando la más histérica persecución macarthista contra todas las organizaciones y personalidades progresistas del país.
Resuelve:
Exigir al gobierno dictatorial y proyanqui de Belaúnde Terry el cese de los fusilamientos de campesinos y de guerrilleros, el término de los bombardeos con bombas de napalm, el cese de los bestiales métodos de torturas contra los presos políticos, sindicales y estudiantiles y de las esposas de los dirigentes de las guerrillas;
Exigir la derogatoria de la ley de pena de muerte y la disolución de las comisiones macarthistas creadas por el Parlamento peruano;,
Denunciar ante la opinión pública mundial el brutal atropello de los derechos humanos por parte del impopular gobierno de Belaúnde Terry.
SOBRE BRASIL.
La cuestión del neocolonialismo asume un nuevo carácter con el golpe de Estado en Brasil en 1° de abril de 1964.
Eso golpe de Estado -inspirado, financiado y preparado por el imperialismo norteamericano- tiene el claro objeto de detener la liberación económica del país de las formas neocolonialistas de explotación e intentar la total sumisión económica y política de Brasil, a través de una política económico-financiera que haga paralizar y retroceder el desarrollo industrial brasileño, con el fin de mantener el país como abastecedor de materias primas con una base económica agrícola.
Planteamos que la condenación de esa nueva embestida de imperialismo norteamericano, que significa no sólo mantener pero sí agravar las condiciones de explotación neocolonialistas en América Latina, sea considerada en el proyecto de resolución.
SOBRE PARAGUAY.
Considerando: 1. Que al pueblo paraguayo se ha impuesto un régimen de tiranía militar-civil-antinacional, al servicio del imperialismo norteamericano;
2. Que esta tiranía reprime con todos los medios de la violencia, las ansias de liberación del pueblo paraguayo;
3. Que el asesinato político, las torturas policíacas, las violaciones, los encarcelamientos y sometimientos a trabajos forzados en campos de concentración, mantienen en permanente terror a todo el pueblo paraguayo;
Que millares de patriotas han sido y siguen siendo víctimas de estos atropellos y crímenes de la tiranía de Stroessner.
Que el pueblo paraguayo mantiene su resistencia tenaz y lucha por el derrocamiento de la tiranía, por la expulsión del imperialismo yanqui y por la recuperación plena de su soberanía y autodeterminación. "
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