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El señor STARK (Vicepresidente).-
-Ofrezco la palabra.
El señor ACUÑA.-
Pido la palabra.
El señor STARK (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Acuña, dentro del tiempo del Comité Radical.
El señor ACUÑA.-
Señor Presidente, los Diputados radicales hemos querido intervenir en este debate para plantear nuestro pensamiento en torno de las ideas principales de este proyecto de reajustes, que establece el ahorro obligatorio para todos los trabajadores chilenos.
Nuestro partido ha expresado públicamente -asimismo, los parlamentarios de ambas ramas del Congreso- que votarán en contra de este proyecto de ley, porqué-viene a cercenar el poder adquisitivo de las remuneraciones de los trabajadores, y porque la filosofía fundamental de esta iniciativa, que crea el Fondo Nacional de Ahorro, es una política, diría yo, lamentable, ya que pretende capitalizar empresas estatales, orientadas por el Partido Demócrata Cristiano, a costa del esfuerzo y sacrificio de la gente más modesta de Chile. Este es el aspecto fundamental de este proyecto de ley que nos ha guiado a oponernos tenazmente a él, porque así la han planteado y lo han solicitado todas las organizaciones gremiales chilenas. Efectivamente, todos los gremios han expresado su repudio a esta iniciativa del Gobierno que, en realidad, tiende exclusivamente, como decíamos, a mantener viejos privilegios, haciendo recaer el peso de la inflación y de la política social y laboral chilena sobre la gente que vive de modestas remuneraciones...
El señor MUGA.-
¿Y el año 1960?
El señor ACUÑA.-
Pero señor Presidente, le digo al colega que ahora no estamos en el año 1960. Y voy a recordar, a propósito de 1960, algunas cosas que van a interesar al señor Muga y varios otros
Diputados de la Democracia Cristiana. En el año 1960, un Senador de la República, el señor Eduardo Frei, actual Presidente de Chile, pronunció en el Senado un importante discurso para oponerse, en aquel entonces, al establecimiento del 1 % de ahorro obligatorio sobre las remuneraciones de los trabajadores, con ocasión de la dic-tación de la ley Nº 14.171, para financiar la reconstrucción de las diez provincias devastadas a consecuencia del sismo del 22 de mayo de ese año. En esa oportunidad, porque es importante traerlo al recuerdo en este debate, para que el país conozca cómo los que hoy gobiernan se contradicen con lo que ayer sostenían el Senador Frei, en el mes de agosto de 1960, dijo lo siguiente oponiéndose al establecimiento de un 1% de ahorro obligatorio: "Asimismo, hemos fundado nuestra oposición a gravar con un uno por ciento los sueldos y salarios, pues, no habiendo reajustes adecuados, ello nos parece una carga".
El señor MUGA.-
¿Me permite una interrupción ?
El señor ACUÑA.-
Agregaba el señor Frei: "Sin descender a detalles propios de la discusión particular, ha sido nuestro criterio tratar de que se eliminen los impuestos indirectos y los que recargan a los asalariados y aceptar aquéllos que gravan las rentas de sectores que más pueden hacerlo, dentro de la general dificultad de gravar una economía empobrecida y con marcada tendencia a la baja".
El señor MUGA.-
¿Me permite una interrupción ?
El señor ACUÑA.-
Anticipándose a las críticas de los sectores de Gobierno, el señor Frei expresó en esa oportunidad: "La justificación de esta actitud no es simplemente teórica, ni demagógica, como algunos querrían afirmar".
Los discursos del entonces SenadorEduardo Frei eran escuchados con enorme atención, porque se le atribuía calidad
de experto en asuntos económicos, pese a la resistencia de los que señalaban que era sólo un diletante con eficientes asesores.
Opositores y partidarios de su posición reconocían que, al margen de su calidad, había que admitir que ella representaba el fruto de una concepción. Y de ahí que se le concediera importancia a sus palabras. Se pensaba que si algún día el señor Frei llegaba a La Moneda -pues ya se hablaba de su postulación- sería un político consecuente con su pasado.
El señor MUGA.-
¿Me permite una interrupción ?
El señor STARK (Vicepresidente).-
Señor Acuña, el señor Muga le solicita una interrupción.
El señor ACUÑA.-
Siete años después de fundamentar con tales argumentos su oposición...
El señor STARK (Vicepresidente).-
Señor Muga, el señor Acuña no desea ser interrumpido.
El señor ACUÑA.-
... a un proyecto de gravamen sobre las rentas de los empleados y obreros de sólo un 1%, el señor Frei propone un nuevo gravamen, que se sumará al ya existente de un 5%, lo que reducirá aún más el poder adquisitivo de los trabajadores.
El país sabe que ese gravamen de un 1% aún se conserva. El país sabe, evidentemente, que la vigencia de ese 1%, que debía haberse devuelto a los trabajadores, la prorrogó el Gobierno de la Democracia Cristiana, como consecuencia de la quiebra que tiene todo el Presupuesto Nacional, hasta 1970, negándose a devolverlo a los asalariados, que estaban, incluso, presentando solicitudes para obtener el reintegro de esos fondos, aprobados en 1960.
Esto es importante recordarlo, para ver cómo se contradicen las políticas, y cómo este gobierno de la Democracia Cristiana, al establecer este sistema de ahorro obligatorio, está provocando una contradic-
ción extraordinaria con todos los planteamientos que ella hizo en la campaña presidencial de 1964.
¿Cuáles son los fundamentos de este ahorro obligatorio? ¿Qué han dicho el señor Ministro de Hacienda, el señor Subsecretario y los demás representantes del Gobierno? Han dicho que es preciso establecer este ahorro obligatorio, porque no se puede entregar reajustes integrales, correspondientes al ciento por ciento del alza del costo de la vida, pues ello agudiza el proceso inflacionario y provoca una espiral que, a la postre, perjudica a los propios trabajadores.
En este instante, ésta es la filosofía del Gobierno de la Democracia Cristiana, cuando lleva 3 años dirigiendo el país.
Como recordé, el señor Frei es un teórico. Como Senador, como candidato a la presidencia, como Presidente electo, habló y prometió conceder siempre reajustes integrales, del ciento por ciento del alza del costo de la vida. Y sostuvo que no se podía propiciar en el país una política "canallesca" aduciendo que la causa de la inflación eran las peticiones de reajustes de los asalariados.
Señor Presidente, yo decía, hace un instante, que todos los gremios del país han pedido el rechazo de este proyecto de ley. Aquí tengo la última edición de la revista de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, que es de extraordinaria importancia, porque contiene un estudio de gran significación en este instante.
El Gobierno democratacristiano, empleando un lenguaje demagógico, haciendo "gárgaras" con ciertos planteamientos económicos, expresa reiteradamente que está dando un reajuste del ciento por ciento del alza del costo de la vida. Sin embargo, el país sabe que los índices del alza del costo de la vida -lo decía ayer como Senador el mismo señor Frei- no corresponden exactamente a la realidad. Aún más, el país sabe también que las cifras que nos da la Dirección de Estadística y
Censos, dependiente del Ministerio de Economía, que en este instante dice que el alza es de un 21,9 % ...
El señor MUGA.-
Cuyo jefe es radical.
El señor ACUÑA.-
... . no corresponden ni siquiera a una mediana realidad, porque el sistema implantado por el Gobierno, por el Ministro democratacristiano, en este momento el empresario señor Pérez Zujovic, tiende a distorsionar, día tras día, la forma cómo se calcula ese índice. Incluso, para el presente año tiene planeado sacar de la lista de 127 artículos que están en juego una serie de artículos vitales, como la carne y otros más, que tienen naturalmente una profunda incidencia en los porcentajes del índice. Esto acrecentará aún más la forma deficiente cómo se calcula el alza del costo de la vida, en perjuicio de los sectores laborales.
El país y los trabajadores de provincias saben que este cálculo se hace exclusivamente en el "Gran Santiago", y no en provincias. Y aquí opera, evidentemente, una serie de factores que son más positivos. Por ejemplo, se consideran los precios de las hortalizas, de los productos de chacarería, de las frutas, de los zapatos y el vestuario, que son mucho más bajos que los que se Cobran en provincias, donde llegan aumentados en un 40%, en un 50% o en un 60%. ..
El señor SEPULVEDA (don Eduardo) .-
Para eso se paga asignación de zona.
El señor ACUÑA.-
Aparte de esto, el gobierno de la Democracia Cristiana ha creado una serie de impuestos y de recargos tributarios. Ellos, que decían que iban a establecer un sistema tributario justo, basado en impuestos directos que gravaran, naturalmente, a las grandes rentas y al capital, han aumentado todo el sistema tributario, los impuestos a las compraventas y las contribuciones que afectan a los modestos empleados, obreros y jubilados, y a los pequeños y medianos propietarios. Esto está provocando un proceso de distor-
sión del verdadero poder adquisitivo de los salarios y remuneraciones que perciben el empleado, el obrero, el jubilado y las montepiadas.
Este estudio, que publica la Revista ANEF, tiene una importancia extraordinaria, porque entrega un sistema de cifras relacionadas con la renta teórica que perciben los empleados y lo que ellos pagan por concepto de impuestos e imposiciones por su calidad de asalariados del Fisco o de las instituciones fiscales. Dice este estudio: "los impuestos directos que nos gravan, son los más altos que registra la historia de la humanidad". Los voy a detallar: "impuesto sobre sueldos y salarios, 3,5%; impuesto de reconstrucción sismos año 1960, 1 % ; impuestos previsionales, 16% ; impuesto construcción de escuelas, 0,25% ; impuesto Departamentos Bienestar, promedio, 1,5% ; impuesto construcción de hospitales, 1% ; imposiciones "Caja Chica", 3% ; impuestos "chiribonos", que recobraremos después de muertos, 6%. Total de impuestos directos al trabajo, 32,25%."
En seguida, viene un ejemplo de una renta de grado 4º de un funcionario con más de 15 años de servicios: "sueldo bruto para el año 1968, Eº 675; impuestos directos, Eº 218; sueldo líquido, Eº 457." Este es un proceso que, evidentemente, requiere ser estudiado con detenimiento y acuciosidad, porque los recargos tributarios que este Gobierno establece en cada proyecto, van disminuyendo aún más los porcentajes de reajustes que se entregan a los sectores laborales de nuestra patria.
Pero, como si esto fuera poco, en estos precisos instantes en que el Gobierno de la Democracia Cristiana plantea su política del "Fondo Nacional de Capitalización, del Ahorro Popular, como pomposamente lo llama; antes de que esta, ley de reí-ajustes parciales que va a entregar el 15% al trabajador tenga siquiera la posibilidad de convertirse en realidad, el Gobier- no, demostrando su política reaccionaria,
atentatoria contra los sectores populares, ha dejado caer sobre el país una secuela de alzas, en los primeros días de este mes, que constituye un escándalo extraordinario. Esta realidad quiero recordarla, porque es importante tenerla presente cuando se habla de ahorro.
En efecto, el Gobierno de la Democracia Cristiana ha dictado una centena de decretos de alzas. En estos primeros días del año han subido: el pan en un 18,9%, los pasajes de taxis colectivos en un 25%, la carga ferroviaria en un 20%, los ferrocarriles, en general, en un 15%, la harina en un 27,9%, la bencina en un 27%, la leche en un 20,4%, el gas en un 27%, el acero en un 32%.
El alza del acero constituye uno de los escándalos más grandes del actual Gobierno, porque sabemos que este rubro de nuestra producción es una industria privilegiada, como que está obteniendo actualmente pingües y extraordinarias utilidades, con bonificaciones que paga todo el Estado y con todo el sistema de exenciones tributarias, las cuales altos perso-neros de Gobierno, dirigentes de la CAP, han pretendido, incluso, prorrogar y poner en vigencia por un tiempo superior a diez años más en el futuro...
El señor ROSALES.-
¡Qué escándalo!
El señor ACUÑA.-
A propósito de CAP, precisamnete en este caso hay que recordar que el 32% representa la tercera alza decretada en los últimos doce meses y que ella tiene una incidencia extraordinaria en el precio de artefactos de hojalata, de zinc; de los clavos, de los enlozados y de todo elemento que se fabrica con participación del acero.
Y sabemos quiénes mandan en la CAP; incluso, el Ministro de Relaciones Exteriores, don Gabriel Valdés, conserva su puesto de Fiscal; sabemos que uno de los ejecutivos más altos es don Fernando Aguirre, quien ocupa nada menos que el cargo de Jefe de la Oficina de Planificación Nacional; y esta empresa es la que
obtiene los porcentajes de alzas más extraordinariamente altos, que atentan contra la economía de los sectores modestos de nuestro país.
Pero, aparte de eso, hay que recordar que el trigo ha subido en un 22,4%, el azúcar en un 32% ; el té, en estos primeros días de enero, en un 30%, los medicamentos en un 15%, las ampolletas en un 18%, los detergentes en un 16%, el carbón en un 27%, los clavos en un 30%, el cemento en un 16%, los fideos en un 19%, la parafina en un 25%, la locomoción colectiva en un 25%, los impresos en porcentajes que llegan hasta el 30%.
Esta es la política de alzas que el Gobierno de la Democracia Cristiana, que habla de esfuerzo, de ahorro, de capitalización, que habla de economía popular, ha dejado caer sobre sectores modestos de nuestra patria en estos primeros días del mes de enero, en los precisos instantes en que se comienza a discutir en el Congreso Nacional el proyecto de ley de reajuste de las remuneraciones de los sectores público y privado.
El país ha escuchado también las discusiones públicas que han tenido los personeros de Gobierno en torno de una disposición tremendamente lesiva, cavernaria y atentatoria contra los intereses de los sectores laborales. Me refiero al famoso problema de la redacción del primitivo artículo 21 del proyecto, que ha sido causa de controversias y que ha motivado la caída de la Mesa del Partido Demócrata Cristiano en el cónclave de Peñaflor, donde, como decía un colega en un foro, hace pocos días, "hubo muchas peñas y pocas flores". Allí se jugó la política del Gobierno en relación a este proyecto, y hubo una diferencia de 60 votos en favor de la tesis de llegar, con el tiempo, a una línea de absoluta identidad de planteamientos entre el Partido Demócrata Cristiano y el Gobierno.
En ese artículo 21 se pretendió establecer la supresión total del derecho de huel-
ga para 1968. ¿Y cuál ha sido la transacción, la gran modificación que nos han traído los personeros de Gobierno? Han dicho que el derecho de huelga no quedará suspendido; que se mantendrán en vigencia todas las normas actuales; pero que el porcentaje de reajuste que exceda del 21,9%, que es el alza del costo de la vida durante 1967, irá a caer en la olla común del ahorro obligatorio. En consecuencia, los esfuerzos de los gremios por conquistar mejores niveles de vida, no tendrán ninguna significación, ningún contenido social, porque serán luchas estériles, ya que el exceso beneficiará exclusivamente la política presupuestaria del Gobierno democratacristiano.
Por eso, estamos en contra de este proyecto; porque en vez de mejorar las condiciones de los sectores laborales, las perjudica notablemente, y porque estimamos que este Gobierno, que está comenzando su cuarto año en el control del Ejecutivo, no tiene autoridad moral para pedirles a los obreros y empleados que ahorren, que capitalicen las grandes inversiones de este país, las seudo-inversiones, que nadie sabe en qué forma se van a realizar.
¿Cómo es posible que un Ejecutivo que ha recibido los más altos rendimientos tributarios; que ha contado -como todo el país sabe- con los más altos porcentajes de participación por concepto de tributos en la venta del cobre, a raíz de la desgraciada guerra del Vietnam, la que constituye, en estos instantes, evidentemente, una mancha para la humanidad, propugne esta política?
A pesar de contar con recursos financieros de la cuantía del impuesto patrimonial; con un sistema tributario perfeccionado, cuyas tasas de impuestos han sido aumentadas en todas sus categorías, y con el impuesto'de compraventa, todo lo cual le produce un extraordinario rendimiento, este Gobierno mantiene, en estos momentos, un porcentaje inusitado de cesantía en Santiago. El índice oficial dice que en
esta ciudad hay 56 mil trabajadores cesantes; desocupación que en el resto del país y, en especial, en el sur de Chile, es mucho mayor; se ha llegado, incluso, a crear la olla de los pobres en muchas ciudades, como en Valdivia, Osorno y Puerto Montt. Cuando esto está ocurriendo, ¿cómo es posible que este Gobierno pida a los pobres de Chile, los obreros y empleados, que entreguen parte de su reajuste para financiar las grandes obras que dice que hará, cuando, en estos días, está comenzando el cuarto año de su Administración ?
Repito que el Gobierno no tiene autoridad moral para pedir este sacrificio a los sectores más modestos de nuestra patria, en circunstancias que se han despilfarrado enormes cantidades de dinero que la nación no ha visto invertidas en cosas reproductivas o en actividades que signifiquen montar más industrias, desarrollar el país, crear fuentes de trabajo, terminar con el pauperismo y la inquietud social que afecta a miles de chilenos.
Por eso, el Partido Radical votará en contra de este proyecto.
El señor ARANCIBIA.-
¡Qué novedad!
El señor ACUÑA.-
Esperamos que en el Senado de la República no prospere esta nefasta idea, porque, evidentemente, es una maniobra antisocial que castiga, como decía un político, a la gente más modesta de nuestra patria. Que este proyecto es regresivo, que es inconveniente el sistema que el Gobierno pretende establecer, poco menos que como una política dogmática, con los bonos de ahorro obligatorio, y que ésta es una actitud errada, no sólo lo decimos los radicales, sino también grandes sectores de la propia Democracia Cristiana, importantes grupos de sus parlamentarios que perdieron la pelea en la Junta de Peñaflor.
El señor SIVORI.-
¡Sus Señorías nunca dieron reajustes de sueldos y salarios del 100% del alza del costo de la vida!
Entonces, ¿con qué autoridad moral está hablando el Partido Radical?
El señor LORCA, don Alfredo (Presidente).-
¡Señor Sívori!
El señor ACUÑA.-
La provincia de Malleco castigó a Su Señoría por su política reaccionaria.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor LORCA, don Alfredo (Presidente) .-
¡ Señor Sívori, llamo al orden a Su Señoría!
El señor ACUÑA.-
Tengo aquí la carta que se dio a conocer en la Junta Nacional de la Democracia Cristiana realizada recientemente en Peñaflor. Se trata de la...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor LORCA, don Alfredo (Presidente).-
¡Señor Sívori!
El señor ACUÑA.-
. . . enviada por el propio Embajador de Chile en Estado Unidos, señor Radomiro Tomic, uno de los candidatos presidenciales del partido de Gobierno.
¿Qué dice esta carta? La carta del señor Tomic, que fue publicada "in extenso" en la revista "Ercilla", expresa los planteamientos de uno de los hombres más destacados del partido de Gobierno, y en ella se dicen...
El señor SIVORI.-
¡ Chismoso!
El señor LORCA, don Alfredo (Presidente) .-
¡ Señor Sívori!
El señor ACUÑA.-
... algunos conceptos que tienen extraordinaria importancia para el país, porque provienen de un hombre que tiene, evidentemente, una trayectoria política y una destacada actuación en nuestra patria.
Dice el señor Tomic en su carta: "La cuestión puede ser examinada en tres planos sucesivos: 1.-Apoyo al proyecto de capitalización en bonos. Debe admitirse que nadie tiene derecho a transformar esto en una materia de doctrina, de principios, ya sea para rechazarlo o para exigir su aprobación. El monto (¿salario
mínimo o sueldo vital?), la oportunidad (¿por qué en 1968, cuando implicará una reducción en el nivel de vida, y no en 1965 o en 1966, cuando podíamos haber mantenido simultáneamente nuestra promesa de no combatir la inflación a expensas de los que sólo tienen su trabajo para vender, y haber creado el Fondo de Capitalización con los excedentes sobré el 100% de reajustes, reduciendo de paso las presiones inflacionistas que desbordaron los márgenes previstos?); los efectos económico-sociales (la necesidad de impedir que el agravamiento de la inflación destruya lo que hemos hecho y el Gobierno se propone seguir haciendo, la necesidad de disponer de recursos de capital para que puedan continuar determinados programas de desarrollo económico y de desarrollo social que son indispensables si no queremos que el Gobierno democratacristiano sea un fracaso), los efectos políticos (sólo hay un partido de los 8 que tienen representación en el Congreso chileno que haya acordado su apoyo al proyecto: el Partido Demócrata Cristiano; la evidente resistencia de la abrumadora mayoría de las organizaciones sindicales y gremiales en contra del proyecto), todos estos elementos -monto, oportunidad y efectos, demuestran que estamos típicamente frente a una materia contingente y controvertible. Frente a la cual es legítimo preguntarse qué es lo que conviene mejor al interés nacional y a la razón de ser del proyecto. Este es un derecho que no sólo tiene el Gobierno, también lo tiene el Congreso, cuyo título y cuyos deberes no nacen del Ejecutivo, sino del pueblo mismo. También lo tiene, ciertamente, el Partido Demócrata Cristiano por sus órganos regulares de dirección y pronunciamiento. No hay "verdades reveladas" en esta materia. Y es de la esencia de la democracia, si ha de ser eficaz y responder a algo, la legitimidad del disentimiento y de la ponderación de las alternativas en función del interés nacional, del programa ofrecido,
de las conveniencias inmediatas y a más largo plazo."
Señor Presidente, este es un capítulo de la carta del señor Tomic, que no es un chisme, como alguien ha estado diciendo torpemente, sino que es un documento que aparece publicado en una revista de gran circulación del país.
Evidentemente, éste es un juicio importante para los que estamos opinando en contra del proyecto, interpretando el sentir de los gremios; para los que creemos que debe entregarse el ciento por ciento en dinero efectivo a los asalariados para resarcirlos del deterioro que en su poder adquisitivo, les ha causado el proceso in-flacionista, del cual es responsable la política económica del Gobierno.
Se nos ha dicho que estamos en una línea de absoluta demagogia, que demostramos incomprensión de la realidad nacional y que estamos, naturalmente, poco menos que planteando cosas absurdas, estúpidas e irresponsables.
Por eso, me he referido a esta carta del señor Tomic, porque nosotros decimos que esta política atenta contra los planteamientos fundamentales que el Gobierno de de la Democracia Cristiana le hizo al país, no sólo durante la campaña, sino que cuando ya habían asumido responsabilidades de Gobierno o en el período intermedio entre la elección y la asunción del mando.
Tengo aquí el recorte de un diario, en el que se reproduce una entrevista a uno de los personeros más importantes de la política económica de este Gobierno: don Alvaro Marfán, uno de los cerebros grises de la política económica y social que iba a desarrollar el Gobierno de la Democracia Cristiana. Y el señor Marfán, en el diario "La Tercera de la Hora", el sábado 26 de septiembre, hablaba de los planes de Eduardo Frei, del reajuste del ciento por ciento del costo de la vida y decía algo que es importante repetir en estos instantes, para contradecir los planteamientos que han formulado pública-
mente el Subsecretario de Hacienda, don Andrés Zaldívar, y el Ministro de Hacienda, señor Molina, en el sentido de que este sistema constituye un estímulo a la política inflacionista del país.
En ese diario se decía: "Con respecto al temor que este reajuste masivo pudiera causar una mayor inflación, Marfán señaló que no hay motivos para pensar en eso, porque no se puede considerar a la inflación como problema aislado, pues se origina por diversos factores." Agregó: "Atacar la inflación no puede significar, por otro lado, afectar la economía y los aspectos sociales. Pienso que tomándose en cuenta diversas medidas para frenar la inflación, un reajuste no puede significar gran cosa en el problema de la inflación."
El proceso inflacionario del año 1967 representó para los trabajadores chilenos la pérdida, como ,se ha dado a conocer en numerosas publicaciones estadísticas, de aproximadamente un sueldo y medio vital para los que percibían dicha cantidad.
En estos instantes, obligar a la gente que gana algo más que el vital, a este ahorro forzoso y establecido todavía a perpetuidad, no lo comprende nadie que tenga alguna sensibilidad social. Creemos que el Gobierno de la Democracia Cristiana, que constitucionalmente debe terminar en 1970, no puede comprometer, con una política regresiva como ésta, la acción de los futuros gobiernos, de los gobernantes que en el futuro tengan la responsabilidad de regir los destinos de Chile.
Por eso, repito, porque la política de alzas, de impuestos y de tributos está representando una complicidad extraordinaria con esta política antisocial en materia de remuneraciones, los parlamentarios radicales vamos a votar en contra de la idea de legislar y deseamos que este proyecto, por su filosofía, no prospere. El Gobierno sabe, y así lo hemos afirmado, que, si patrocina un proyecto de reajuste consecuente con sus compromisos, con sus
planteamientos de entregarles efectivamente el ciento por ciento de reajuste a los trabajadores chilenos, sin caer, naturalmente, en medidas como ésta del ahorro obligatorio, contaría con los votos del Partido Radical.
En consecuencia, no se siga diciendo que los que estamos en contra de la idea de legislar nos oponemos a otorgar reajuste a los trabajadores. Nosotros queremos ese reajuste, pero no aceptamos un sistema como el ahorro obligatorio, que constituye un cercenamiento legal, que no inspira confianza a nadie y que se establece a expensas de los más pobres de Chile.
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