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- rdf:value = " El señor FONCEA.-
En la forma más objetiva posible, deseo referirme al régimen de mutualidades que establece el proyecto despachado por la Cámara.
Desde luego, aquí se ha incurrido una vez más en una confusión bastante lamentable y que realmente no me explico, pues la sola lectura del articulado permite llegar a una conclusión del todo diferente.
No se trata de mantener el sistema de compañías de seguros particulares El Honorable señor Víctor Contreras sabe perfectamente bien que una disposición categórica pone fin a este régimen, que ha originado muchos de los escándalos y corruptelas por él indicados.
En la actualidad, y desde hace cuatro o seis años, existen en Chile las mutualidades.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
Les han cambiado la fachada.
El señor FONCEA.-
Son tres en todo el país. Y aunque ignoro la situación real de la zona norte, tengo la certeza de que allá no hay ningún sistema de mutualidad; de manera que los ejemplos traídos a colación por Su Señoría no se refieren a este tipo de institutos.
Por lo demás, las mutualidades tienen algunas características que es preciso señalar. En primer término, no persiguen fines de lucro, en conformidad a una norma del proyecto. En seguida, son administradas en forma paritaria por comités integrados por empresarios y trabajadores, sistema de administración que hasta la fecha ha dado óptimos resultados en las tres organizaciones mutuales que funcionan en este instante. Han sido tan óptimos los resultados, que señalé durante la discusión general cómo en materia de previsión de accidentes han disminuido enormemente los porcentajes, gracias a las medidas adoptadas por las mutualidades, cuya dirección -repito- está a cargo de empleadores y obreros Además, si se producen excedentes en las mutualidades, se destinarán a los organismos que normalmente administran el seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, vale decir, el Seguro Social y el Servicio Nacional de Salud; de modo que los excedentes no quedarán en aquellas entidades. Finalmente, cabe destacar que habrá responsabilidad solidaria entre las diversas mutualidades que se organicen y -cosa mucho más importante- ellas quedarán bajo el control inmediato del Servicio Nacional de Salud y la fiscalización también inmediata de la Superintendencia de Seguridad Social.
Reitero que las mutualidades existentes han dado óptimos resultados y que los propios obreros afiliados a este sistema me han pedido que se mantenga. Porque no es exacto tampoco lo que se ha manifestado en el debate, en el sentido de que no tienen policlínicas: incluso están construyendo hospitales.
Por último, también di una razón que hasta la fecha no ha sido desvirtuada. El Servicio Nacional de Salud -aquí lo señaló el señor Ministro del ramo y, en la Comisión, el presidente del Colegio Médico- no está en condiciones de prestar la atención que el proyecto establece. Sin embargo, en caso de suprimirse las mutualidades, ella recaería exclusivamente sobre ese organismo. Durante la discusión del proyecto sobre medicina curativa para los empleados -le consta al presidente de la Comisión, el Honorable señor Allende-, se hizo presente que el Servicio Nacional de Salud no estaba en situación de hacerse cargo de nuevas obligaciones a este respecto. En consecuencia, es necesario recurrir a la iniciativa particular, que ha dado óptimos resultados.
Que se rechace este sistema por concepciones doctrinarias, porque no se quiere juntar jamás a un obrero y un empleador en una mesa para discutir sus problemas, es cuestión totalmente aparte, pero nadie me puede discutir la conveniencia del sistema. Por eso, insistiremos en él-
"