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- rdf:value = " SUPRESION DEL BACHILLERATO.El señor FIGUEROA (Secretario).-
A continuación, corresponde ocuparse en el segundo informe de la Comisión de Educación Pública recaído en el proyecto de la Cámara de Diputados que suprime el bachillerato.
Esta iniciativa tiene urgencia vencida.
La Comisión hace presente que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones los artículos 1° y 3º, y señala, en seguida, las enmiendas que propone al Senado.
La primera modificación, que incide en el artículo 2º, tiene por objeto reemplazar su inciso cuarto por el siguiente:
"Para postular al ingreso como alumno universitario, bastará estar en posesión de la Licencia de Educación Media o de la calificación de equivalencia de estudios hecha por el Ministerio de Educación Pública, previo informe del Consejo Nacional de Educación, cualesquiera que sea el resultado que se obtenga a través de las pruebas nacionales de evaluación."
-El proyecto figura en los Anexos de la sesión 104ª de la legislatura 298ª (septiembre de 1965 a mayo de 1966), página 6815, y el primer informe, en los de la sesión 5ª, en 8 de junio de 1966, documento Nº5, página 599. El segundo informe se inserta en los Anexos de la sesión 15ª, en 28 de junio de 1966, documento Nº 5, página, 1213.
El señor REYES (Presidente).-
En discusión la enmienda.
Ofrezco la palabra.
El señor BARROS.-
Creo que, por desgracia, en este inciso no queda en claro el derecho retroactivo que tendrían, para ingresar a la universidad, aquellos licenciados secundarios que obtuvieron su título hace ya varios años, pues impone aquí una traba: "previo informe del Consejo Nacional de Educación".
Es de esperar que este Consejo otorgará el visto bueno a los antiguos licenciados de la educación secundaria, a fin de que queden en igual equivalencia con los actuales licenciados de la educación media.
Esta es la observación que puedo hacer a este proyecto de ley.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Advierto a los señores Senadores que en el texto del inciso en debate hay un error de imprenta. Debe decir "cualquiera" y no "cualesquiera".
El señor FERRANDO.-
Respecto de la observación formulada por el Honorable señor Barros, me parece innecesario hacer una aclaración, porque en el inciso cuarto se señala claramente que, para postular al ingreso como alumno universitario, bastará estar en posesión de la licencia de educación media.. .
El señor JARAMILLO LYON.-
Y punto.
El señor FERRANDO.-
Es la licencia que actualmente se otorga-
El señor BARROS.-
Pero dice: "previo informe del Consejo Nacional de Educación". Luego, el licenciado antiguo debe someterse a este informe para postular como alumno universitario, o sea, existe ya una traba.
Esto es lo que, para la historia de la ley, quería dejar establecido: que no hubiese ninguna traba para que 'un licenciado antiguo pueda entrar, sencillamente con un diploma, a postular para ser alumno universitario.
El señor ENRIQUEZ.-
Según entiendo, el informe del Consejo Nacional de Educación se refiere a la calificación de equivalencia de estudios y no a la licencia secundaria.
El señor TEITELBOIM.-
La coma está de más, señor Senador.
El señor ENRIQUEZ.-
El Ministerio de Educación puede declarar la equivalencia de estudios que se equipara a la licencia secundaria; pero para hacerlo, debe oír previamente al Consejo Nacional de Educación.
Ese es el alcance, por lo menos de orden gramatical, que tiene este inciso final del artículo 2º-
El señor BARROS.-
Si es así, queda aclarada mi duda.
El señor CHADWICK.-
Para que el inciso que se propone tenga el sentido que señala el Honorable señor Enríquez, sería preciso corregir la puntuación, porque la coma que sigue a la expresión "Ministerio de Educación Pública", hace entender que la calificación previa del Consejo Nacional de Educación sería requisito común a la situación del licenciado como a aquel que tiene estudios equivalentes calificados por el Ministerio.
El señor ENRIQUEZ.-
En el ejemplar que tengo a la mano no figura esa coma.
El señor REYES (Presidente).-
Advierto a Su Señoría que la discusión se realiza sobre la base del segundo informe.
La Mesa ha comprendido el alcance de las observaciones del Honorable señor Chadwick, en el sentido de que la frase "previo informe del Consejo Nacional de Educación", sólo se referiría a la calificación de equivalencia de estudios hecha por el Ministerio de Educación Pública.
Para no seguir en un análisis de esta índole, solicito el asentimiento de la Sala para facultar a la Mesa a fin de hacer la rectificación del caso, si fuera necesario.
El señor BARROS-
Muy bien.
El señor ENRIQUEZ.-
Exactamente.
El señor BARROS.-
Tiene razón el señor Presidente.
El señor TEITELBOIM.-
Quiero confirmar la apreciación formulada por el señor Presidente. En la página tres del informe, al hacer el análisis de este artículo, se dice que "se aprobó la indicación propuesta por el Honorable señor Jaramillo, en el sentido de que, para postular ai ingreso como alumno universitario, bastará estar en posesión de la Licencia de Educación media o de la calificación de equivalencia de estudios hecha por el Ministerio de Educación Pública...".
No está esa coma perturbadora, que demuestra que el informe de la Comisión de Educación Pública sólo debe referirse a la calificación de equivalencia de estudios y no a la licencia secundaria. Creo que el pensamiento unánime de los Senadores fue sumamente cuidadoso en dejar bien sentado que de ninguna manera podía reemplazarse el bachillerato por un nuevo examen o sistema de calificación, y también, por las mismas razones, que la licencia de educación media tampoco podía estar sujeta a una nueva calificación o examen.
Por lo tanto, todo alumno que egrese de la educación secundaria está en situación de postular a una escuela universitaria-
El señor JARAMILLO LYON.-
Efectivamente.
El señor TEITELBOIM.-
Naturalmente, ahí empieza el otro problema, pero eso ya es harina de otro costal.
El señor IBAÑEZ.-
¿Qué problema? ¿El de la admisión del alumno?
El señor TEITELBOIM.-
El de la admisión en la Universidad. ¿Pero quién tiene derecho a postular a ella?
El señor REYES (Presidente.
Si le parece a la Sala, se aceptará la proposición formulada por la Mesa.
Acordado.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
En seguida, la Comisión propone suprimir el artículo 4º del primer informe del proyecto, que dice:
"La Universidad de Chile, la Técnica del Estado y las Universidades reconocidas por el Estado podrán establecer, en la forma que lo estimen conveniente, el grado académico de Bachiller, por estudios realizados en establecimientos de educación superior universitaria de su dependencia."
El señor REYES (Presidente).-
En discusión.
Ofrezco la palabra.
El señor ENRIQUEZ.-
En mi opinión, dada la autonomía universitaria, este artículo está de más, ya que las Universidades de Chile y Técnica del Estado podrán otorgar el grado de bachiller en el momento en que lo estimen oportuno y de acuerdo con los estudios que tal mención requiera. Por ejemplo, en los estudios de Leyes, hace algunos años -no recuerdo exactamente cuándo-, luego de haber rendido los exámenes del segundo año, el alumno tenía derecho a optar a una prueba especial para obtener el grado de "bachiller en Ciencias Jurídicas y Sociales."
Después, la propia Universidad suprimió ese grado, pero puede restablecerlo nuevamente. No es necesaria la autorización que se pretende dar, pues los institutos en referencia pueden otorgar el título de bachiller, de conformidad con el Estatuto Universitario-
El señor REYES (Presidente)
Si le parece a la Sala, se aprobará el informe de la Comisión en esta parte.
Aprobado.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
En seguida, la Comisión propone agregar el siguiente artículo 4º, nuevo:
"Los alumnos que durante el primer semestre de 1966, se hubieren matriculado en forma condicional en las Escuelas de la Universidad de Chile, Técnica del Estado y Universidades reconocidas por el Estado, les será aplicable, en lo que concierne al requisito de ingreso en tales escuelas, el inciso cuarto del artículo 2°."
El señor REYES (Presidente)
En discusión.
Ofrezco la palabra.
El señor CHADWICK.-
Creo que nuevamente hay un error de redacción en el proyecto, señor Presidente. Dice: "Los "alumnos. . ." -debe entenderse como sujeto- "les será aplicable el inciso cuarto...".
El señor JARAMILLO LYON.-
Debería decir "a los alumnos les será aplicable el inciso 4º. . .".
El señor CHADWICK.-
Evidente.
Además, la Mesa podría corregir la puntuación.
El señor REYES (Presidente)
Si le parece a la Sala, se encabezará el artículo con la preposición "a", y la Mesa revisará la puntuación, si es necesario.
Acordado.
El señor LUENGO.-
¿Serán bachilleres quienes redactaron el proyecto...?
El señor FIGUEROA (Secretario) -
En seguida, la Comisión recomienda agregar el siguiente artículo nuevo:"Artículo 5º.-
El Presupuesto de la Universidad de Chile para el año 1967 consultará los recursos necesarios para atender los siguientes objetivos:
"a) Creación de un Centro Universitario en la ciudad de Rancagua;
"b) Establecimiento de cursos vespertinos y nocturnos en las ciudades de Santiago y Valparaíso, que funcionarán en las Escuelas de la misma Universidad;
"c) Extensión de las actividades de los Centros Universitarios de provincia, con sus actuales características, a las ciudades de Santiago y Valparaíso, en forma vespertina y nocturna.
"El Consejo Universitario determinará el tipo de enseñanza que impartirán estos centros, el que será preferentemente de carreras de nivel intermedio y de acuerdo con las necesidades sociales de la zona, permitiendo su acceso a personas que ejercen actividades laborales, y estudiará su instalación, realizando, en planes y programas, los ajustes necesarios para estos efectos".
El señor REYES (Presidente).-
En discusión.
Antes de ofrecer la palabra sobre este artículo, me permito llamar la atención de los señores Senadores en el sentido de que la disposición siguiente, en la cual se indica el financiamiento de las inversiones de que trata el artículo 5°, es inconstitucional, por cuanto la iniciativa en materia de impuestos compete a la Cámara de Diputados. Por otra parte, no procedería la discusión de este artículo sin aprobar previamente el 6º.
Por lo tanto, la Mesa podría hacer 'presente al Ejecutivo el interés de los señores Senadores por aprobar las ideas contenidas en los artículos 5° y 6º, que no podemos tratar ahora por las razones señaladas.
El señor ENRIQUEZ.-
Por las mismas razones resulta inconstitucional el artículo 5º, en cuanto ordena un gasto sin indicar el financiamiento.
El señor REYES (Presidente).-
Exactamente.
El señor CHADWICK.-
Desearía saber si, antes de aprobar este artículo, la Comisión oyó el parecer de la Oficina de Planificación de la Universidad de Chile,
o si la resolución correspondiente fue adoptada únicamente sobre la base de los antecedentes que proporcionaron los señores miembros de dicha Comisión.
Naturalmente, en todo el país, en zonas muy importantes, en mayor o menor grado, se echa de menos el desarrollo de la actividad universitaria. Yo mismo estaba interesado en formular indicación al proyecto en debate, con el fin de considerar las necesidades del Norte Chico y llegar al establecimiento en aquella región de una escuela de nivel universitario que pudiera formar ingenieros agrónomos especializados, según lo requieren las características de la zona de los valles transversales, que empieza en Aconcagua. Sobre el particular conversé con el señor Rector de la Universidad de Chile, quien me indicó la conveniencia, antes de formular indicación sobre el particular, de ponerme en contacto con la oficina de la Universidad especializada en efectuar los estudios previos a la realización de esta clase de ampliaciones en la enseñanza superior. No tuve el tiempo necesario y, en general, me convencí muy luego de que la empresa requería mayor acopio de antecedentes. Por eso, postergué mi iniciativa.
Quisiera saber, señor Presidente -repito la pregunta-, si al aprobarse este artículo en la Comisión, se oyó a los técnicas universitarios encargados de racionalizar las iniciativas que se pueden producir en este campo.
¿Es efectivo, por ejemplo, que se justifica la creación de un centro universitario en la provincia de O'Higgins, como el que aquí se propone? ¿Qué antecedentes justificarían la destinación de recursos que aquí se proponen, postergando, tal vez, a otras zonas del país?
En el fondo, se trata nada más que de una información muy general; pero, de todas maneras, me parece indispensable que el Senado la conozca.
El señor BOSSAY.-
No obstante reconocer que, desde el punto de vista reglamentario, compete en forma exclusiva a la Mesa la facultad de declarar inconstitucionales determinados preceptos, quisiera, desde otro ángulo, manifestar que, en especial, el artículo 6° importa una nueva demostración de la necesidad de no omitir jamás el envío a la Comisión de Hacienda de cualquier precepto relacionado con el financiamiento de gastos o con situaciones de orden tributario.
Considero verdaderamente absurdo que durante la discusión del segundo informe de determinado proyecto, nos encontremos con artículos que adolecen de inconstitucionalidad. Si el proyecto primitivo, enviado por la Cámara, no contenía disposición alguna referente a impuestos, no podemos nosotros, en el Senado, al tratar este asunto en segundo trámite constitucional, imponer gravámenes que no consideró esa rama del Congreso. En tal sentido, debemos atenernos a lo preceptuado muy claramente por el artículo 45 de nuestra Carta Fundamental, en cuanto a que este tipo de iniciativas legales debe nacer exclusivamente en la Cámara de Diputados.
Para que adoptemos pronunciamiento sobre impuestos -ya sea en el sentido de modificarlos, aumentarlos o disminuirlos-, es previo que la Cámara, en alguna parte de la iniciativa legal que envía para nuestra consideración, haya incluido algún precepto que establezca los gravámenes correspondientes. Pero el proyecto en debate no contiene disposición alguna sobre creación de nuevos tributos que pueda dar origen a un acuerdo nuestro de la índole señalada.
Quería expresar, además, que se ha omitido en absoluto la consulta a la Comisión de Hacienda. La finalidad perseguida puede ser muy justa; pero, debido al procedimiento que se adoptó, nos encontramos con que se propone un tributo a las utilidades líquidas de las sociedades anónimas, sin que se nos dé información alguna acerca del rendimiento de ese gravamen ni sobre la magnitud del gasto que se pretende financiar. ¿Cuánto dinero estaríamos entregando en caso de aprobarse el nuevo impuesto? Nadie ha tenido la menor información sobre ese aspecto. Tal es el sistema de legislar aplicado en el caso presente.
También se propone un gravamen sobre las utilidades de los bancos comerciales, sean éstos nacionales o extranjeros, pero no sabemos cuánto producirá dicho tributo ni la influencia que su establecimiento tendría en la política general del Gobierno. Otro tanto podría decirse en lo relativo al impuesto que se propone establecer a la minería del fierro.
Espero que cuanto acabo de exponer habrá de servirnos de ejemplo y de lección en lo sucesivo. Ante un país saturado de impuestos, nuestra responsabilidad mínima, cuando se trate de establecer nuevos tributos, es tener una información sobre cuánto han de rendir y no sólo sobre qué materias recaen los nuevos gravámenes. Es absurdo que en el Senado no tengamos información -repito- sobre las cantidades que vamos a entregar.
No sólo debemos acoger la declaración de inconstitucionalidad formulada por la Mesa, sino ratificar también la disposición reglamentaria que nos obliga a pedir informe a la Comisión de Hacienda cuando debamos pronunciarnos sobre preceptos relativos a materias tributarias o financieras, en general.
El señor REYES (Presidente).-
El proyecto en debate fue tratado sólo por la Comisión de Educación, la que terminó su labor anoche, después de las nueve. La indicación que ha motivado el debate se aprobó a última hora, y no hubo tiempo de pedir informe sobre ella a la Comisión de Hacienda, pese a haberse reparado en la inconstitucionalidad del precepto respectivo. Debo, pues, dar esta información al señor Senador para hacerle ver que no hubo imprevisión, y que todo el problema derivó de la premura con que se debió actuar. En efecto, los plazos estaban vencidos y la iniciativa legal en informe debía pasar hoy a la Sala.
El señor IBAÑEZ.-
De todas maneras, me parece muy oportuno el recuerdo hecho por el Honorable señor Bossay en cuanto a que toda disposición sobre gastos o impuestos debe pasar, porque así lo dispone el Reglamento, a la Comisión de Hacienda.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
El Reglamento lo dispone en forma imperativa. La razón dada por la Mesa, además, es muy justificada.
El señor IBAÑEZ.-
Me parece indudable que, aun sin la declaración hecha por la Mesa, los artículos 5º y 6º son inconstitucionales.
Respaldo la insinuación del señor Presidente de solicitar del Ejecutivo el envío de un proyecto sobre esta materia. A mi juicio, habría sido más conducente para lograr la finalidad que se persigue, designar una Comisión para que haga un estudio completo y concreto sobre las materias contenidas en los artículos 5º, 6º y 8º.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
¿Me permite, señor Senador?
El señor TEITELBOIM.-
Yo pedí la palabra hace rato, señor Presidente.
El señor REYES (Presidente).-
También la ha solicitado el Honorable señor Jaramillo.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Por el alcance que ha hecho el Honorable Senador por Valparaíso, me parece extraña la disposición del artículo 8º. Estimo que el Senado no tiene competencia para sancionarla, porque en virtud de ella se manda organizar una Comisión que estudiará las materias que se indican. A mi juicio, se trata de una iniciativa de la exclusiva incumbencia del Ejecutivo, y no del Legislativo.
El señor REYES (Presidente).-
Rogaría a los señores Senadores atenerse a los artículos 5º y 6º, que están relacionados entre sí.
El señor IBAÑEZ.-
Sólo deseo ocupar tres minutos para fijar mi posición respecto de esta materia.
Lamento muchísimo no haber estado presente en la Comisión -de la cual formo parte- cuando se discutió este problema.
En mi opinión, lo que procede es hacer un estudio más completo y concreto -repito- que el realizado en torno de la materia que nos ocupa, ya que en esta iniciativa ce han abordado -y en cierto sentido, aparecen confundidos ante la opinión pública- tres problemas completamente diferentes-
Primero, el alto porcentaje de alumnos que al terminar sus estudios de humanidades son rechazados en el bachillerato. Sobre esta materia, se optó por un procedimiento muy simple: eliminar dicha prueba. Habría mucho que decir sobre el particular. En todo caso, es discutible el procedimiento adoptado, pero no me referiré a ello.
Hay un segundo punto, de suma importante, que no ha sido aclarado a la opinión pública: me refiero a que, eliminado el bachillerato, subsisten todas las dificultades que hoy se presentan para que los alumnos egresados de humanidades puedan ingresar a la universidad. Sobre el particular, estimo que los Poderes Públicos asumen una gran responsabilidad ante la juventud, a la cual parecen dar a entender que, por el hecho de haberse eliminado el bachillerato, se facilitará el ingreso a la universidad. A mi juicio, no es así. Se induce a engaño, a error, a quienes se haga creer que será obviado el trámite de ingreso a los estudios superiores.
En ninguna parte del mundo el ingreso a las universidades es fácil, ni es automático para quienes han terminado los estudios secundarios.
En la Unión Soviética, por ejemplo, donde los estudios secundarios me parecieron más rigurosos que en Chile, sólo puede incorporarse a las universidades un porcentaje reducido de alumnos que han terminado las humanidades. En la Universidad de Moscú, que visitamos hace menos de un año, se nos informó que en las escuelas donde era más fácil entrar, ingresaba uno de cada diez postulantes. Y en otras escuelas, entraba uno de cada 35.
Es importante decir esto con coraje al país y a la juventud: las carreras universitarias no están al alcance de todo el mundo, no por razones de carácter económico, las cuales serían fáciles de subsanar -y deben ser enmendadas-, sino por motivos de preparación, intelectuales, de vocación y de condiciones para realizar estudios de esa categoría. Pero este punto no está claro. No se ha expresado públicamente. Por eso, quiero aprovechar la oportunidad para decir que este problema, que angustia a la juventud de nuestro país, como en cierto modo lo insinuó el Honorable señor Teitelboim, no se toca en el proyecto en debate: es harina de otro costal.
El señor BARROS.-
Fue debatido ampliamente en la discusión general.
El señor IBAÑEZ.-
Pero no en el articulado del proyecto.
Sin embargo, en las disposiciones de la iniciativa se aborda el tercer problema: tratar de crear otro tipo de carreras, a otro nivel educacional, para aquellos alumnos que no pueden ingresar a la universidad. La estimo una iniciativa muy laudable y necesaria; pero, a mi juicio, no está suficientemente estudiada en este proyecto. Por tanto, aunque reconozco que el procedimiento es algo anómalo, celebro que el artículo 8º disponga la designación de una comisión para estudiar y propugnar un proyecto de creación de la Universidad del Trabajo. En mi concepto, el mismo procedimiento se debió seguir respecto de los centros universitarios existentes en diversas partes del país y de los que se proponen en los artículos 5º y 6º del proyecto en debate.
En consecuencia, no sólo respaldo la sugerencia del Presidente de la Corporación en cuanto a pedir al Ejecutivo el envío de un proyecto sobre esta materia, sino que me permito insinuar solicitarle una iniciativa completa, bien estudiada, que permita dar real satisfacción a la necesidad de abrir otros caminos para nuestra educación; para que los hombres y mujeres jóvenes, que por razones muy respetables, por lo demás, no han podido ingresar a la universidad, logren continuar sus estudios.
El señor JARAMILLO LYON.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor REYES (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Teitelboim, y, a continuación, Su Señoría.
El señor TEITELBOIM.-
Señor Presidente, muchos Honorables colegas se han sorprendido de este proyecto y de algunas indicaciones relacionadas con él. Quiero decir, también, que algunos señores Senadores han ido al fondo del asunto y han entendido por qué se ha recurrido a un procedimiento que no es ceñidamente reglamentario. Yo pediría a los señores Senadores buscar entre todos el camino para conseguir ese objetivo.
¿Qué ha pasado, en realidad? Se ha presentado un proyecto, como se ha dicho aquí, que suprime el bachillerato. Todos estamos de acuerdo en eliminarlo. Y se ha creado, también, la ilusión -a ello aludió el Honorable señor Ibáñez- de que todos los egresados de la educación media podrán ingresar a la universidad, lo cual es un espejismo, una ficción tremendamente engañosa, que se transformará en una hecatombe para nuestra juventud.
Según las informaciones estadísticas que dimos a conocer en la sesión en que se trató el proyecto en general, más de 25 mil alumnos secundarios que trataron de ingresar a la Universidad de Chile en marzo pasado no pudiendo hacerlo. No pudimos realizar, dentro de esa cifra, el descuento a que aludía el Honorable señor Curti, por los alumnos que se matriculan en varias escuelas. El hecho es que decenas de millares de muchachos no han entrado a la universidad.
El segundo antecedente, también recordado en la sesión anterior, es el relativo a la pregunta que se hizo en la Comisión de Educación al señor Secretario General de la Universidad de Chile. Se le dijo: "¿Qué perspectivas hay, señor Secretario, de que en el próximo año, en marzo de 1967, el número de alumnos admitidos por la Universidad de Chile aumente, ya que no podemos pensar que serán aceptados todos?" Dicho funcionario, con perfecta seriedad y absoluto rigor, nos contestó: "El problema será mucho peor; quedarán muchos más alumnos secundarios fuera de la Universidad que este año, en que su número ha ascendido a más de 20 mil."
Entonces, nos pareció a los miembros de la Comisión que era hacernos cómplices de un engaño tremendo, de una irresponsabilidad -porque es un engaño el que se hace a la juventud, a los padres y al país en último término-, despachar alegremente la liquidación del bachillerato, sin proponer nada en cambio, Por eso, no queremos asumir esa posición tan cómoda y frivola de decir: "¡Muy bien! ¡Adelante ! ¡Eliminemos el bachillerato! ¡Que venga el diluvio después para los rechazados! ¡Nosotros hemos cumplido nuestro deber!"
No, nosotros no cumplimos con nuestro deber frente a la juventud, si nos limitamos a eliminar el bachillerato y dejamos el problema vivo y coleando, multiplicado, listo para agravarse el año próximo. Por eso, quisimos dejar expuestas tales soluciones, que -admitimos- no son todo lo acabadas ni perfectamente técnicas, ni todo lo constitucionalmente rigurosas que sería menester; pero tienen la virtud de establecer, por lo menos, cuáles son las posibles salidas o soluciones, aunque sean parciales, del problema. Así demostramos que el Senado no se lava las manos en este asunto, sino que asume responsabilidades y hace esfuerzos para dar a la juventud estudiantil de Chile una posibilidad de solución del problema.
Por eso, primero quisimos terminar con la mentira legal que significa suprimir el bachillerato para dejar un nuevo examen con otro nombre. A ello obedece la indicación aprobada ya, en el sentido de que basta el certificado de educación media, lo cual equivale, sencillamente, al hecho de dejar el liceo. Y después que el muchacho sale del liceo, de la educación media, ¿qué pasa? Ese joven no ha sido educado sino para ingresar a la universidad. Desgraciadamente, hasta ahora, no ha habido una reforma educacional que permita incorporarlo al proceso de la producción útil. Los muchachos, en las escuelas primaria y secundaria, no son preparados en ese sentido, sino para ingresar a la universidad. Y, por otra parte, cuando se presentan a ella, les dan con la puerta en las narices: con la barrera del bachillerato, hasta hoy o, sencillamente, con el examen de admisión en las distintas escuelas de la universidad, que los dejan también con los brazos cruzados, las alas rotas, al no poder ingresar a ese instituto superior de estudios. Nosotros no quisimos hacernos cómplices o encubridores de esa mentira, porque si bien es cierto que suprimimos el bachillerato, los alumnos que fueron atajados por esa prueba tendrán que pasar una nueva barrera que ya existe, lo que hemos calificado de segunda guillotina, que funcionará por partida doble, vale decir, el examen de admisión en cada escuela universitaria, que si antes paraba a cien postulantes, ahora detendrá a trescientos, es decir, en la proporción en que aumenten los postulantes con la supresión del bachillerato.
Por eso, propusimos otras medidas más, que, en mi concepto, el Senado debe meditar, porque están inspiradas en la más absoluta necesidad y fueron propuestos con entera responsabilidad moral, que no puedo eludir.
Una, encaminada a conseguir que nuestra Universidad, desde el punto de vista material, pueda trabajar al máximo de sus posibilidades, y que así como una fábrica labora en tres turnos, ocupando las mismas maquinarias y materiales, aquélla aumente la educación de carácter vespertino y nocturna. Reconocemos que existe el problema docente, que no se pueden improvisar profesores de la noche a la mañana, pero es necesario hacer un esfuerzo. No pretendemos que Roma se construya en un día, pero sí queremos que se supere toda concepción vegetativa. Al respecto, debo decir que, de parte de algunos dirigentes universitarios, hemos encontrado el convencimiento de que se realiza lo posible y que no se puede hacer más, porque es encuentran limitados por falta de recursos. El país sabe de sus esfuerzos y que son impotentes para atender a esta explosión educacional que se multiplica en razón del desarrollo técnico. Nos resistimos a admitir que decenas de miles de muchachos inevitablemente aparezcan condenados a quedar fuera de la universidad. No queremos resignarnos a esa concepción fatalista. Creemos sinceramente que debe de haber un camino que prevenga esa situación, desarreglando un poco las buenas maneras, pasando por encima de lo estrictamente habitual desde el punto de vista universitario, porque la situación es terrible. Antes no ocurrió en el país que 25 mil muchachos quedaran fuera de la universidad. Si no hacemos nada, en 1967 quedarán 50 mil muchachos chilenos fuera de la universidad, sin saber qué hacer, frustrados. Por eso propusimos esta medida. También hemos pensado en dar recursos a la universidad, pues comprendemos que ella no puede, como en el milagro bíblico, multiplicar los panes y los peces, que en este caso serían los escudos. Los recursos deben salir de fuentes bien determinadas, que, además, son escasas. Hemos puesto un financiamiento no estrictamente nadas, que no sean magras ni escasas. Hemos propuesto un financiamiento que puede ser objetado en el orden formal, pero que posiblemente puede ser modificado. Mas nuestra invitación es para que el Senado actúe como cuerpo, en el sentido de buscar una solución real, no en guerra con la universidad, pues queremos ayudarla, ni tampoco con el Gobierno. Pongámonos de acuerdo en este problema y busquémosle solución. De eso se trata.
Reconozco que la indicación debió ser considerada por la Comisión de Hacienda. Pero el Presidente lo explicó: estamos luchando contra el tiempo, porque deseamos evitar que el bachillerato se realice en julio, mes que comienza dentro de dos días. Por lo tanto, debemos actuar a toda máquina, de manera un poco urgente.
A mi juicio, la Comisión de Hacienda tampoco habría podido resolver el problema, pues en esta materia la iniciativa corresponde a la Cámara de Diputados. ¿Y tomará la Cámara esta iniciativa?
Este es el problema que deseamos plantear. Hemos formulado la indicación como manera de provocar inquietud, para angustiarnos a nosotros mismos, para hacernos conciencia del dramatismo de la situación, y debemos remover cielo y tierra para conseguir que ella cambie.
Sé que todos los señores Senadores se sienten preocupados ante este problema de la juventud. Yo lo he vivido de alguna manera, como seguramente todos los parlamentarios lo han sentido, en el mes de marzo pasado, cuando acudían a nuestras oficinas decenas y centenares de muchachos o sus padres, para suplicarnos, de manera completamente ingenua, desesperada e ilusa, que los ayudáramos en el ingreso a la universidad. Pese a ser totalmente contrario a gestiones de esa índole, las hice, pero sin ningún resultado positivo.
Ya dije al señor Ministro ó al señor Subsecretario de Educación, que muchos de esos muchachos tienen real talento. Y en tal sentido tuve una discusión más o menos irritada con el director de una escuela universitaria, a quien conozco por haber sido compañero mío en la juventud. Estoy seguro de que ese muchacho, que fue rechazado, pudo haber sido tan inteligente como él. Sin embargo, no fue admitido.
Mediante un examen muchas veces ciego y el sistema de cuotas, se deja fuera de la universidad a muchos jóvenes, no por incapacidad, sino por no haber cabida para ellos.
Contra esta situación debemos reaccionar. Pienso que entre los adultos bien podemos permitirnos algunas injusticias, que siempre nos rebelan. Pero ellas no pueden cometerse con la infancia y la juventud. Quienes ya hemos pasado ciertas cimas de la vida tenemos una responsabilidad que afrontar.
Me perdonará el Senado por esta intervención, que -reconozco- tiene cierto toque de sentimiento, pero ello me resulta inevitable.
Deseo pedir con toda sinceridad al Senado que actuemos de manera tal -todavía no la veo clara- que realmente provoque un cambio en la situación. En caso contrario, el próximo mes de marzo me sentiré absolutamente responsable de no haber hecho todo lo posible para que la juventud no vuelva a sufrir esta tragedia, que tiene efectos para toda la vida, pues frustra posibilidades y transforma a una persona que pudo haber sido un buen médico o un profesional eficiente, en un empleado de banco, o la obliga a hacer algo que no está de acuerdo a su capacidad o vocación.
No quiero insistir más en este aspecto, señor Presidente. No obstante, debo agregar que ése fue el espíritu de todos los miembros de la Comisión al aprobar estas indicaciones, que no son perfectas, sino sumamente imperfectas, pero que están presididas y animadas por la necesidad superior de defender a nuestra juventud y permitirle desarrollarse, pues, al fin y al cabo, la necesitamos: son ellos los chilenos de mañana.
El señor JARAMILLO LYON,
La Mesa en uso de sus atribuciones, ha querido declarar la inconstitucionalidad de los artículos 5° y 6º de esta iniciativa de ley. Sobre el particular, discrepo abiertamente del criterio del señor Presidente respecto del artículo 5°, pero lo comparto en cuanto al 6º, por tratarse de un financiamiento que debió tener origen en la Cámara.
No ocurre lo mismo con el artículo 5º pues, si lo leemos cuidadosamente, concluiremos que es una simple distribución, ordenada por la ley, de los gastos presupuestarios de la Universidad de Chile y, en consecuencia, no requiere iniciativa de la Cámara de Diputados. Por eso, lo creo absolutamente constitucional.
El señor ENRIQUEZ.-
¿Me permite, señor Senador?
Si no me equivoco, el inciso final del artículo 44 de la Constitución dice que no se podrá establecer un nuevo gasto sin crear, al mismo tiempo, la fuente de recursos que permita cubrirlo. Ha sido reiteradamente resuelto por esta Corporación y por la Cámara que la ley anual de Presupuestos no es fuente de recursos, y que el financiamiento de todo gasto nuevo debe ser establecido en la misma ley que lo crea.
El señor CHADWICK.-
Porque deja desfinanciado los otros gastos que se atendían con la ley de Presupuestos.
El señor JARAMILLO LYON.-
En mi concepto, la Universidad de Chile tiene la obligación de impartir enseñanza, y mediante la ley puede fijarse la forma como debe impartirla.
Se han formulado críticas un poco veladas, pero críticas al fin, a la actuación de la Comisión de Educación Pública. Sobre el particular, quiero asumir mi responsabilidad diciendo que comparto muchísimas apreciaciones que esta tarde se han expresado sobre la materia. No obstante, debemos ser justos. Estos hechos están ocurriendo en el Senado, no por el uso, sino por el verdadero abuso de la urgencia constitucional, que no permite estudiar con el debido detenimiento materias enjundiosas y trascendentales. Hace un momento despachamos un proyecto., a mi juicio, cardinal para el desarrollo de la vida social de gran número de trabajadores, pues incide en la sindicación campesina. ¿Y qué ha sucedido en el Senado? Sólo tres de los siete Comités tuvieron tiempo para plantear, en términos generales, sus puntos de vista.
Nos encontramos ahora ante el proyecto de la supresión del bachillerato, y sucede otro tanto. Acuciados por la urgencia constitucional, no hemos podido, tal como señalaba el Honorable señor Chadwick con tanta razón, ni siquiera oír en forma más o menos detenida y responsable a los representantes de la Universidad de Chile.
Estamos cansados de enviar oficios y de pronunciar discursos que se pierden en la bruma de los tiempos y que nadie oye ni a nadie interesan.
El propósito de la Comisión de Educación Pública, que debió trabajar hasta altas horas de la noche, fue precisamente crear inquietud para traducir, mediante una disposición legal concreta, el verdadero deseo del Senado, no de despachar, como aquí se ha dicho, un proyecto trunco o de suprimir lisa y llanamente una prueba, sino también de satisfacer los anhelos de centenares de alumnos que, poseyendo grandes aptitudes, por una u otra razón no tienen cabida en la universidad.
Ayer presenté indicación para crear un centro universitario en la ciudad de Rancagua, no por el simple capricho de un Senador que quiere a su zona, sino a petición expresa del Centro de Estudiantes Egresados de esa ciudad que clama por tener plantel de educación superior.
Ellos lo piden por muchas razones. En primer lugar, por haber hecho fe en la palabra del Jefe del Estado. Siendo candidato -y me tocó acompañarlo en su gira-, el Presidente de la República dijo que el mismo derecho a pisar las puertas de la universidad lo tenía el hijo de un burgués, como el de un campesino, de un modesto comerciante o del pequeño industrial. Estas ilusiones han ido fructificando y cristalizando en el corazón de la juventud, que ahora exige lo que se le ofreció hace año y medio o dos.
Por otra parte, pedir un centro universitario para Rancagua no es idea descabellada, pues cuando se discutieron los convenios del cobre, se nos hizo concebir a nosotros, y, por ende, a toda la ciudadanía de la provincia de O'Higgins, que ellos iban a ser la panacea universal, que Rancagua duplicaría su población y que toda la gente que hoy día trabaja en Sewell se iría a vivir en Rancagua. Además, se acaba de establecer -no sé cuándo empezará a funcionar- una industria bastante importante, sucesora de la COR-FIAT, llamada SAMAFA. En San Francisco de Mostazal se han instalado una fábrica de radiadores y, según tengo entendido, una industria papelera. Todo ello requiere de técnicos y de gente especializada. Como esta provincia se encuentra en ebullición y en gran crecimiento, es necesario, por lo menos, ir poniendo los cimientos para tener un centro universitario adecuado.
El señor CHADWICK.-
En mi concepto, la pregunta que había formulado ha sido, si no en términos explícitos, por lo menos implícitamente respondida.
La iniciativa que discutimos no tiene más antecedentes que la natural inquietud de los miembros de la Comisión de Educación Pública de resolver el problema de los egresados de la educación media que no encuentran cabida en las actuales escuelas universitarias.
A mi juicio, el Senado debe reconocer sus propias limitaciones. Es inadmisible que por la vía de la indicación adoptemos resoluciones de tipo legislativo, sin tener los antecedentes técnicos adecuados.
Si en este país todos aceptamos que no existen los medios económicos para crear de inmediato todos los centros universitarios de educación superior, tendrá que trabajarse, pese a nuestro natural deseo de satisfacer las aspiraciones de las regiones que representamos, con criterio estricto de prioridad, elaborado después de hacer los estudios correspondientes, a fin de que los escasos recursos se utilicen con el mayor rendimiento posible.
No puedo concebir que en el apresuramiento de una noche, una Comisión determine; con la fuerza de una ley, en qué lugares se establecerán los centros de educación superior y cuáles serán los recursos que para dicho fin se destinarán. No puedo concebir que...
El señor TEITELBOIM.-
No es el apresuramiento de una noche, señor Senador. El problema se estudió durante algún tiempo, y se escuchó la opinión de autoridades educacionales y dirigentes del magisterio y del estudiantado.
El señor CHADWICK.-
Sin embargo, tengo entendido que para hacer la destinación de los centros universitarios, para crear los cursos vespertinos y nocturnos e indicar la extensión de las actividades de los centros universitarios de provincias a las ciudades de Santiago y Valparaíso, no se contó con ningún estudio acabado. Esto es lo que deseo evitar, en primer término.
También deseo impedir que se disponga de recursos tributarios que corresponden a ciertas regiones, para trasladarlos a otras. No es aconsejable, a mi juicio, destinar en forma específica a regiones geográficas, recursos provenientes, por ejemplo, de la gran minería del hierro, que está ubicada, sin excepción, en las provincias de Coquimbo y Atacama. El hecho de existir colegios regionales en La Serena, no significa, por ejemplo, que no haya un gravísimo problema educacional en Copiapó, donde no se dispone de profesores.
El señor JARAMILLO LYON.-
Allí hay una magnífica Escuela de Minas.
El señor CHADWICK.-
Somos de una zona donde no es posible contar con profesores que hayan hecho estudios regulares. De allí que los liceos y escuelas deban valerse de los servicios de personas indoctas, simples aficionados, que, en porcentaje abrumador, realizan tareas técnicas que no pueden confiarse a profesionales, pues éstos no se encuentran en número suficiente en nuestro país.
Repito: el Senado de la República no puede dejarse arrastrar a una lucha de intereses regionales al tratar de resolver un problema que afecta a todo el país. Su solución no puede intentarse sin comprender de antemano que, cualesquiera que sean los nuevos ingresos a que se recurra, siempre deberá imponerse el criterio de las prioridades, de los estudios racionales y los antecedentes reunidos por las oficinas de planificación, cuya eficacia no podemos negar.
Por lo tanto, concluyo solicitando a la Mesa que el propósito enunciado de representar al Ejecutivo la conveniencia de que, al legislar sobre la materia, no se reduzca al alcance de estos artículos, se exprese en nombre del Senado, y que, por lo menos, en el de la Mesa, se haga ver la urgencia de abordar el problema, atendiendo a las necesidades generales del país, y no para crear un centro de estudios universitarios solamente en Rancagua.
El señor JARAMILLO LYON.-
Se refiere también a otras zonas.
El señor REYES (Presidente).-
De conformidad con el artículo 101 del Reglamento, la Mesa declara que los artículos 5º y siguientes son del todo ajenos a la materia en debate, aun cuando reconoce que muchas veces hemos admitido tratar en determinadas iniciativas legales preceptos relacionados sólo con el tema general de ellas, que, en este caso, es el educacional.
En cuanto a la inconstitucionalidad planteada respecto del artículo 5º, la Mesa concuerda con el Honorable señor Jaramillo en que tal precepto involucra una redistribución de ingresos.
El señor JARAMILLO LYON.-
Nada más.
El señor REYES (Presidente).-
Sin embargo, el artículo 6º es abiertamente inconstitucional, pues establece que "el mayor gasto que demande la aplicación del artículo anterior" -se refiere al 5º- "se financiará con los siguientes recursos:". Ello implica el reconocimiento de que los gastos provenientes del artículo 5° carecen de financiamiento.
El señor JARAMILLO LYON.-
Ello significa que la universidad debe redistribuir sus ingresos.
El señor CHADWICK.-
No, señor Senador.
El señor REYES (Presidente).-
En consecuencia, al calificarse la inconstitucionalidad del artículo 6°, ésta debe alcanzar, asimismo, al 5º. Ese es el criterio de la Mesa
El artículo 7º no tiene vinculación alguna con el 6º, pues podría significar una simple redistribución del presupuesto de la Universidad Técnica del Estado. No obstante ello, el Honorable señor Enríquez ha hecho presente que no se aviene con lo preceptuado en el inciso final del número 4º del artículo 44 de la Constitución Política, que dice: "No podrá el Congreso aprobar ningún nuevo gasto con cargo a los fondos de la Nación, sin crear o indicar, al mismo tiempo, las fuentes de recursos necesarios para atender a dicho gasto". En este caso específico, se hace mención al presupuesto de la Universidad Técnica. Por lo tanto, en opinión de la Mesa, procedería declarar la inconstitucionalidad de este precepto.
El señor ENRIQUEZ.-
Sería violatorio, en todo caso, del Reglamento y de la autonomía universitaria, pues le impone un gasto en forma obligatoria
El señor PALMA.-
Además de eso...
El señor ENRIQUEZ,-
Esa es una ley orgánica que también debemos respetar, lo cual no quiere decir que yo sea contrario a la finalidad perseguida.
El señor CURTI.-
¡Que gasten menos en otros rubros!
El señor ENRIQUEZ.-
A mi juicio, estos artículos deberían ser desglosados y enviados a la Cámara para que algún Diputado, o varios de ellos, le presten su patrocinio, como se ha hecho en otras oportunidades con iniciativas de esta clase
El señor JARAMILLO LYON.-
Sería una buena solución.
El señor ENRIQUEZ.-
Podría hacerse por acuerdo del Senado.
El señor REYES (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se adoptará el criterio señalado por el Honorable señor Enríquez. En lo tocante a los artículos 10 y 11, la Mesa también se vería en la necesidad de declararlos inconstitucionales
El señor JARAMILLO LYON.-
En todo caso, también serían remitidos a la Cámara de Diputados.
El señor REYES (Presidente).-
Sí, señor Senador.
El señor PALMA.-
¿También el 7º?
El señor CURTI.-
El señor Presidente ha anunciado que los artículos a que se refirió no son atinentes al proyecto en debate. Sin embargo, el 8º, no obstante no referirse concretamente al bachillerato, incide en una medida complementaria de la supresión de dicha prueba y tiene por objeto abrir cauces para ingresar a una universidad laboral a los educandos egresados de la educación básica o media.
El señor REYES (Presidente).-
Al respecto, la Mesa hace constar que no ha declarado inconstitucional el artículo 8º. En todo caso, de conformidad con el Reglamento, es extraño a la materia específica del proyecto en debate.
El señor CURTI.-
Eso es lo que vengo impugnando.
El señor REYES (Presidente).-
En numerosos proyectos, se han incorporado disposiciones que no se relacionan, en forma estricta, con el tema principal de una iniciativa de ley. Sin embargo, son atendibles las observaciones del Honorable señor Enríquez, en cuanto a que el conjunto de los artículos, a partir del 5º, deben ser remitidos a la Cámara de Diputados para que ésta les preste su patrocinio.
El señor CURTI.-
Me permito diferir del criterio de la Mesa en cuanto al artículo o 8º, que no se encuentra en tal situación, pues no impone nuevos gastos.
El señor REYES (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se tratará en forma separada el artículo 8º.
El señor PALMA.-
En realidad, dicho precepto está incluido en el reparo planteado por el señor Presidente, porque todas estas proposiciones requerirán, inevitablemente, financiamiento. Tan así es que dicho artículo, en la parte pertinente, dice: "En lo relativo al financiamiento, la Comisión deberá proponer un sistema estable que proporcione recursos propios a la Universidad del Trabajo,...",
El señor CURTI.-
No lo establece, señor Senador: solo lo propone.
El señor PALMA.-
Al proponer impuestos, lógico es que tal artículo tenga origen en la Cámara de Diputados. Por consiguiente, tal precepto se encuentra comprendido en la proposición hecha por la Mesa.
El señor CURTI.-
Lo único que dispone el artículo 8º es la creación de una comisión que tendrá por finalidad proponer un sistema que proporcione recursos a la Universidad del Trabajo. Inclusive, los miembros de dicha comisión desempeñarán sus funciones ad honorem.
La señora CAMPUSANO.-
Exactamente
El señor REYES (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se procederá de acuerdo con lo que la Mesa se ha permitido proponer, excluyendo el artículo 8º.
El señor LUENGO.-
¿La proposición de la Mesa consiste en enviar esos artículos a la Cámara, en nombre del Senado?
El señor REYES (Presidente).-
En verdad, no es esa la forma precisa. Se podría hacer en nombre de los Comités.
El señor TEITELBOIM.-
Me abstengo, porque no me gusta el procedimiento.
El señor LUENGO.-
Si se resuelve enviar estos artículos para obtener el patrocinio de la Cámara, solicito que ello se haga en nombre de los Comités que lo pidan, porque, en mi calidad de tal, no estoy de acuerdo.
No lo estoy, porque se exige a las Universidades de Chile y Técnica del Estado la creación de nuevos cursos. Me parece que debemos respetar la autonomía universitaria. Será el Consejo Universitario el encargado de ampliar las actividades, de crear nuevos centros, en la medida de sus recursos. Por tales razones -repito-, estimo que el oficio a la Cámara debe enviarse sólo en nombre de los Comités que deseen adherir al acuerdo.
El señor REYES (Presidente).-
La Mesa consulta a la Sala si algún Comité hace suya la proposición.
La Mesa ha declarado inconstitucionales los artículos 5º, 6º, 10 y 11. Con relación a los otros, consulto a la Sala si se aceptará el procedimiento sugerido. En caso contrario, estos últimos preceptos los someteré a votación.
El señor LUENGO.-
No hay acuerdo.
La señora CAMPUSANO.-
Que se voten.
El señor JARAMILLO LYON.-
Hay dos problemas distintos: uno, relativo a los artículos declarados inconstitucionales que deben ser enviados a la Cámara de Diputados. El otro, tocante a aquellos preceptos que deben ser votados ahora o incluidos en el oficio que se enviará a la otra rama del Parlamento.
El señor REYES (Presidente).-
La declaración de inconstitucionalidad sólo es válida en el Senado. Si hubiera un acuerdo distinto de la Sala, naturalmente que el oficio debería ser enviado en nombre de determinados Senadores o Comités.
El señor JARAMILLO LYON-
Solicito enviar estos artículos a la Cámara de Diputados, en nombre del Comité Liberal.
El señor REYES (Presidente).-
De conformidad con el Reglamento, se enviarán a la Cámara en nombre del Comité Liberal.
En votación el artículo 7º.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Dice el artículo: "El presupuesto de la Universidad Técnica del Estado para el año 1967 deberá consultar los recursos necesarios para financiar los establecimientos que imparten enseñanza vespertina o nocturna, a fin de adecuar su financiamiento a la demanda de técnicos y profesionales de nivel medio que el desarrollo económico y social requieren".
- (Durante la votación).
El señor ENRIQUEZ.-
Este artículo está en las mismas condiciones de los anteriores.
El señor BARROS.-
Por atentar contra la autonomía universitaria, voto que no.
-Se rechaza (10 votos contra 3, 3 abstenciones y un pareo).
El señor REYES (Presidente).-
En votación el artículo 8º.
- (Durante la votación).
El señor CURTI.-
Como dije hace un instante, me congratulo del artículo 8º, por cuanto tiende a crear nuevos cauces para derivar la gran afluencia de alumnos que egresarán de las educaciones básica y media. El déficit de matrículas, al cual se refirió el Honorable señor Teitelboim, demuestra la gravedad del problema, pues llegarán a 50 mil los alumnos que golpearán las puertas universitarias. Con ello aumentará el número de frustrados en sus aspiraciones de seguir una carrera. La supresión del bachillerato agrava más aún el problema, porque dicha prueba constituía una barrera para entrar a las universidades, como asimismo aumentarán los alumnos egresados de la enseñanza media que pedirán ser incorporados a los estudios superiores.
Por tales consideraciones, estimo sumamente auspicioso el artículo 8º, que tiende a crear la Universidad del Trabajo, nuevo cauce de carreras rápidas o de corta duración que podrían iniciarse al terminar los estudios básicos, es decir, con tercer o cuarto año de humanidades rendidos, de acuerdo con el nuevo sistema educacional.
Por otra parte, las diversas universidades acogen hoy día alrededor de dos mil estudiantes extranjeros. Naturalmente, lo hacen con mucho espíritu de hospitalidad y sentido americanista, a fin de que esos jóvenes se transformen en profesionales, aun cuando después se desempeñen en sus respectivos países. Me parece muy laudable esta actitud, pero, dada la crítica situación de las matrículas universitarias, ella causa un verdadero impacto en el país, por cuanto esas plazas no están disponibles para nuestros propios estudiantes.
Volviendo al artículo 8º, estimo que la comisión que crea llegará a resultados muy favorables. Sobre todo, permitirá que los trabajadores, al terminar su educación básica, sigan una carrera.
Voto que sí.
La señora CAMPUSANO.-
En primer lugar, debo decir que ciertos sectores, a veces, después de levantar algunas consignas políticas, no son capaces de mantenerlas.
Todos sabemos que, durante la campaña presidencial, la Democracia Cristiana sostuvo la consigna de "la Patria Joven". Pues bien, en nombre de esa Patria Joven, los Senadores comunistas votaremos favorablemente este artículo, que tiene por objeto crear la Universidad del Trabajo.
Los parlamentarios que vivimos en barrios populares, nos encontramos a las 11 de la noche con centenares de muchachos y muchachas que viajan colgados de los micros, debido a que, después del agotador trabajo diario, e impulsados porque aún tienen confianza en el porvenir, emplean sus gastadas energías en estudiar en centros educacionales nocturnos.
Por eso, en nombre de esos jóvenes, que suman millares a lo largo del país, levantamos en alto esta bandera e invitamos a los señores Senadores a apoyar el precepto que dará forma a la Universidad del Trabajo.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Deseo manifestar mi extrañeza respecto de este artículo, porque con él se invade un poco el campo administrativo. A mi juicio, cada Poder debe ceñirse a las materias que le competen. Esta es una iniciativa de orden administrativo, no legislativo. Sin embargo, la idea es buena y, por eso, la aplaudo.
Este artículo crea un pequeño congreso de 17 personas para estudiar la formación de dicha universidad, y la redacción de sus disposiciones es bastante repetida.
Pese a todo, voto que sí.
El señor FERRANDO.-
-Con relación al artículo 8º, debo manifestar que su autor, el Honorable señor Teitelboim, expresó en la Comisión que, en el fondo, era una recopilación de los antecedentes del proyecto presentado en 1963 por los Senadores Frei, Tomic, Pablo y Echavarri para crear Ja Universidad Laboral. Pues bien, esa iniciativa no se había activado, como se estableció en una sesión anterior de la Comisión, porque, de acuerdo con lo informado por el señor Ministro de Educación y reiterado ayer por el Subsecretario de esa Cartera, en la actualidad existe una comisión integrada por representantes de la Superintendencia de Educación, del Instituto de Desarrollo de la CORFO, de las universidades y de los organismos del trabajo, encargada precisamente de elaborar un proyecto que refunda las inquietudes en este sentido.
Por lo tanto, los planteamientos que pueda hacer la comisión que ahora se crea serán repetición de los expuestos por ese otro organismo, ya en funciones. Tan así es que, debido a la labor de éste en materia de educación laboral, se comprueba la existencia de los llamados Cursos de Aprendizaje, para los obreros, quienes de esta manera, por medio de las escuelas industriales, pueden superarse profesionalmente.
Hay, por lo tanto, preocupación por esta materia, y los objetivos que se persiguen se están cumpliendo en la práctica por el Ejecutivo, quien ha designado una comisión -repito- que está realizando el trabajo que ahora se encomienda a otra.
No podemos oponernos a un proyecto que corresponde a una iniciativa presentada por Senadores de estas mismas bancas. Simplemente, nos abstendremos, porque -insisto- es repetición de algo que ya se está realizando.
El señor ENRIQUEZ.-
Los Senadores radicales votaremos favorablemente esta disposición, que tiene por finalidad formar una comisión ad honorem encargada de estudiar la creación de la Universidad del Trabajo.
Por otra parte, concedemos especial importancia al hecho de que la redacción de este precepto diga que "en el estudio y elaboración de dicho proyecto, la comisión deberá considerar las siguientes bases mínimas". Es decir, no se excluye la posibilidad de que esa comisión extienda sus estudios a otros puntos de importancia para configurar una verdadera Universidad del Trabajo, o relacionados con los objetivos que en estos momentos deben cumplir los centros de enseñanza media o las otras universidades.
He querido fundar mi voto, para que realmente se cree una Universidad del Trabajo, como la concibe y recomienda el Partido Radical, La comisión no debe sentirse constreñida únicamente a las bases o a la enumeración que señala el artículo.
Voto que sí.
El señor CHADWICK.-
Los Senadores socialistas votaremos afirmativamente este precepto, por corresponder exactamente a lo que ha sido por muchos años una de las aspiraciones de la clase obrera, en general, y de nuestro partido, en particular.
A nuestro entender, lo que caracterizará a la Universidad del Trabajo cuyo estudio se comete a una comisión especial, es que hará centro de sus actividades al trabajador, al obrero u obrera que, en la necesidad de ganarse el sustento diario, no puede satisfacer, en las actuales condiciones, sus anhelos de cultura y de formación profesional adecuada.
Esta es una iniciativa generosa y, más que con nuestros votos favorables, cuenta con nuestro aplauso.
Ponemos nuestra esperanza en que la comisión designada termine sus labores presentando un proyecto que permita al Poder Legislativo otorgar, finalmente, el instrumento de creación de esa Universidad del Trabajo, prometida durante su campaña por el señor Presidente de la República, quien recogió, como en otras materias, lo que los socialistas y comunistas habían difundido en el pueblo para crear conciencia en el camino de su perfeccionamiento y su liberación.
Por eso, votamos que sí.
El señor BARROS.-
Lamento que la Democracia Cristiana se abstenga en la Sala -lo que no ocurrió en la Comisión- respecto de este artículo. Seguramente lo hace porque no resultó ser la patrocinante de la Universidad Laboral, que ella se atrevió a aceptar cuando el señor Frei era candidato.
Voto que sí.
-Se aprueba el artículo (14 votos por la afirmativa, 5 abstenciones y 2 pareos).
El señor FIGUEROA (Secretario).-
El artículo 9° expresa: "No se aplicará el artículo 144 del D.F.L. Nº 338, de 1960, al personal dependiente del Ministerio de Educación Pública que no concurrió a sus labores por motivos originados en el atraso en el pago de su reajuste y sueldos correspondientes a los meses transcurridos en el presente año, durante los días 16 y 17 de junio".
-Se aprueba (15 votos por la afirmativa, 3 por la negativa, 2 abstenciones y 2 pareos).
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Los artículos 10 y 11 fueron declarados inconstitucionales.
El señor REYES (Presidente).-
Terminada la discusión del proyecto.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596810
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596810/seccion/akn596810-po1