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- rdf:value = " VENTA DE POBLACIONES DEL SERVICIO NACIONAL DE SALUD A SUS ACTUALES OCUPANTES, EN PUENTE ALTO Y LA SERENA. VETO.El señor FIGUEROA (Secretario).-
La Cámara de Diputados ha rechazado la observación del Presidente de la República que desaprueba en su totalidad el proyecto de ley que ordena al Servicio Nacional de Salud vender a sus actuales ocupantes las casas de las poblaciones colonia "El Peral" y "El Santo", ubicadas en el departamento de Puente Alto y en la ciudad de La Serena, respectivamente, y ha insistido en la aprobación del texto despachado por el Congreso.
La Comisión, en informe suscrito por los Honorables señores Von Mühlenbrock (Presidente), Víctor Contreras y Gómez, recomienda, asimismo, rechazar las observaciones e insistir en el texto primitivo.
--Las observaciones figuran en los Anexos de la sesión 110ª- de la legislatura 298ª (septiembre de 1965 a mayo de 1966), documento Nº 1, página 7121, y el informe sobre el veto, en los Anexos de la sesión 3ª, en 7 de junio de 1966, documento Nº 5, página 304.
El señor REYES (Presidente).-
En discusión.
La señora CAMPUSANO.-
Pido a mis Honorables colegas se sirvan rechazar el veto del Ejecutivo, tal como lo hizo la Cámara de Diputados.
Se trata de favorecer a los ocupantes desde hace muchos años de las casas de las poblaciones colonia "El Peral" y "El Santo". Son empleados en servicio activo o retirados del Servicio Nacional de Salud, que desean adquirir esas habitaciones en forma definitiva.
El ofrecimiento del Gobierno de construir en el futuro poblaciones para el personal, me parece utópico porque por lo menos eso no ocurrirá sino en muchos años más. Además, en Antofagasta se ha paralizado, por falta de fondos, la construcción de una población destinada al personal del Servicio Nacional de Salud.
Por eso, insisto en que se rechace el veto y se mantenga lo resuelto por el Congreso.
El señor FONCEA.-
Deseo que el señor Secretario dé lectura a los considerandos del veto.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
El oficio del Ejecutivo dice:
"En uso de la facultad que me confiere el artículo 53 de la Constitución Política del Estado, observo dicho proyecto de ley por las razones siguientes:
"El Ejecutivo estima absolutamente inconveniente las disposiciones aprobadas por Vuestras Señorías porque producen, como se demostrará, una grave alteración en el funcionamiento y atención de los establecimientos hospitalarios del Servicio Nacional de Salud.
"Este Servicio permanentemente se ha visto abocado al problema de dotar de personal a los diversos establecimientos del país por los inconvenientes derivados de la escasez de viviendas. Generalmente los funcionarios que son trasladados o contratados para ocupar cargos en diferentes localidades, se muestran renuentes a aceptar estas designaciones porque saben que se verán enfrentados a la dificultad de encontrar habitación en el lugar donde deban desempeñarse.
"Para obviar esta situación desde tiempo atrás el Servicio Nacional de Salud ha estado preocupado de dotar, dentro o cerca del recinto de los hospitales, de habitaciones para su personal, iniciativa que también ha servido de incentivo para que los funcionarios acepten traslados o contratos. Es así como el Servicio construyó las poblaciones de "El Peral" y "El Santo" para ser arrendadas a los empleados del Open Door y del Hospital de La Serena, respectivamente.
"Por otra parte, dada la naturaleza de los servicios que se prestan en esta clase de establecimientos existe la absoluta necesidad de que un número importante de funcionarios mantengan contacto permanente con él, residiendo en su cercanía, tales como los Médicos Directores, médicos residentes, enfermeras, matronas, mayordomos, electricistas, etc.
"En los casos contemplados en el proyecto de ley se trata de viviendas construidas dentro del recinto del Sanatorio "El Peral" y cerca del Hospital de La Serena, con lo que el Servicio ha asegurado a esos establecimientos una dotación de personal que en otras condiciones sería difícil de obtener. Aceptar el proyecto de ley aprobado por el H. Congreso sería retroceder en la aplicación de una política que ha dado excelentes resultados para obtener una buena atención hospitalaria.
"Es así como la población "El Santo" que consta dé diecisiete casas, permite la ubicación de dieciséis funcionarios y sus familias, quienes la arriendan al Servicio, y el funcionamiento en una de ellas de un Hogar para Enfermeras. En la Población Colonia "El Peral" se construyeron 42 casas de dos clases, según la composición del núcleo familiar del empleado, que son arrendadas a funcionarios en servicio activo, salvo el caso de doce de ellas que aún son ocupadas por jubilados. Además, en esta última Población existe un colectivo para solteros y tres colectivos para matrimonios solos.
"De lo expuesto se desprende la razón por la cual el Gobierno apoya sin reserva esta política del Servicio. Más aún, procurará estimularla al máximo para poder asegurar el buen funcionamiento de los establecimientos hospitalarios. Sin embargo, comprende que debe propiciarse que cada trabajador tenga su casa propia, pero ello debe lograrse por otra vía y mediante la intervención de las instituciones correspondientes. Mas, es inconcebible que por procurar casa a ciertas personas que no trabajan en los Hospitales se exponga al bienestar de toda la población.
"De aquí que el régimen de arrendamiento sea el que se aviene más con las necesidades del Servicio y no se pueda aceptar la tesis de enajenar todas las viviendas destinadas al personal activo a sus ocupantes, tengan o no esta calidad. Lo contrario significaría renovar periódicamente el problema que enfrenta el Servicio cada vez que debe radicar a sus funcionarios.
"El Gobierno, para los efectos de dar una solución integral a la situación creada por la escasez de habitaciones, está impulsando un Plan de Construcciones para el personal del Servicio Nacional de Salud, que se desarrollará a escala nacional, mediante la construcción de casas por intermedio de la Corporación de la Vivienda y utilizando para ello, en algunos casos, los sitios eriazos que pertenecen a las HH. Juntas de Beneficencia, situados en diferentes ciudades del país.
"El referido Plan contempla dos aspectos fundamentales:
"a) Construcción de viviendas para ser entregadas en arrendamiento en los términos contemplados en el artículo 87 del Estatuto Administrativo, a aquellos funcionarios que por la naturaleza de sus cargos permanecen transitoriamente en determinadas ciudades, y
"b) Construcción de viviendas para ser vendidas a aquellos funcionarios que residen permanentemente en la ciudad o pueblo asiento de Establecimiento donde prestan sus servicios.
"Mediante la aplicación de este Plan se logrará satisfacer los anhelos de los funcionarios y, además, no se alterará el funcionamiento de establecimientos, como el Sanatorio "El Peral" y el Hospital de La Serena, donde se requiere disponibilidad permanente de habitaciones para el personal.
"Por último, en el caso de la enajenación de las viviendas que forman parte del Sanatorio y Colonia "El Peral" a sus actuales ocupantes, corresponde destacar que dicha medida significa entregar construcciones ubicadas dentro del propio recinto del Establecimiento a personas que no tienen o que en el futuro no van a tener ninguna vinculación con el Servicio con la agravante de que se trata de un Sanatorio de Enfermos crónicos y, en consecuencia, donde es necesaria la observancia estricta de reglamentos internos para evitar la introducción a dicho recinto de bebidas u otros elementos perjudiciales para la salud de los internados.
"En mérito de las razones expuestas, devuelvo a V. E. el proyecto de ley señalado, observándolo en todas sus partes".
El señor PALMA.-
Las opiniones del Ejecutivo no pueden ser más contundentes.
La señora CAMPUSANO.-
En realidad, la idea de entregar las casas de la población "El Santo" fue del Diputado democratacristiano por Coquimbo, señor Mario Torres.
El señor FONCEA.-
Se equivocó.
La señora CAMPUSANO.-
Además, insistió en esa idea y defendió el derecho a votar en contra de la observación del Ejecutivo, por la injusticia que envuelve.
En la Cámara de Diputados se puso de manifiesto que el redactor del veto actuó de mala fe. En efecto, en esa Corporación se mostró una carta que el candidato Frei envió al comité de su candidatura en la colonia "El Peral", en que le manifestaba su total apoyo a la petición de entregar en propiedad las casas referidas a sus actuales ocupantes. La mala fe consiste en que se trató de poner en contradicción al candidato Frei con el actual Presidente de la República.
El señor TEITELBOIM.-
A petición del Honorable señor Foncea, se ha procedido a dar lectura a los considerandos del veto del Presidente de la República a este proyecto.
En cinco minutos hemos visto cómo, en algunas circunstancias, el Honorable señor Foncea ha votado decididamente contra las observaciones del Ejecutivo y, en la práctica, ha hecho una negación de ellas, y ahora pide...
El señor FONCEA.-
¡Todavía no he votado!
El señor TEITELBOIM.-
No, pero está preparando su voto. Ahora vota y pide que se lean los fundamentos del veto.
Esto significa que, respecto del problema de la actitud que asumen los Senadores de Gobierno frente a las observaciones del Ejecutivo, no hay una posición estrictamente congruente ni siempre igual. Es un partido de Gobierno que a veces se pronuncia a favor de los vetos, sobre todo cuando éstos son muy importantes; en algunas oportunidades, se permite discrepar, especialmente por razones de carácter regional, y en otras, determinados Senadores de esa colectividad ostentan también notable grado de independencia personal, de acuerdo con su criterio.
Quiero manifestar que este veto no es en absoluto contundente, según la expresión que acaba de usar el Honorable señor Palma, ni es tampoco convincente ni justiciero, porque, al fin y al cabo, los actuales ocupantes de las poblaciones colonia "El Peral", de Santiago, y "El Santo", de La Serena, son personas que han vivido trabajando para el Servicio Nacional de Salud, la mayor parte de ellas con muchos años de servicio, y algunas hasta con treinta. Y resulta que cuando pueden acogerse a jubilación, luego de haber dedicado toda su vida útil, desde el punto de vista de su actividad, a servir en una profesión que es muy sacrificada y mal remunerada, como es laborar en los hospitales; cuando ya se les ha extraído el jugo vital y no pueden seguir trabajando, se les obliga a devolver las casas e irse a arrendar habitación a otra parte.
Considero que esto es inhumano. Es un contrasentido respecto de la política anunciada por el Presidente de la República y reiterada por el Gobierno en este veto, en el sentido de que comprende la necesidad de que el trabajador tenga casa propia. Si real, efectiva y concretamente reconoce el derecho verdadero del trabajador a tener casa propia, yendo más allá de las palabras, de las hermosas declaraciones, no entiende cómo a estas personas, que han entregado su vida a una labor socialmente tan indispensable y tan poco comprendida, desde el punto de vista de una remuneración material, como es la desarrollada en el Servicio Nacional de Salud, se los obligue, cuando no pueden ingre otro tipo de trabajo a irse de estas casas, porque hay que dárselas a las nuevas personas que contratamos, a fin de que trabajen en el Senatorio "El Peral" y en el Hospital de La Serena.
A mi juicio, no existe razón de fondo, sino una razón oportunista, de segunda índole, pero que viola gravemente el deber moral de un Gobierno, en el sentido de procurar casa propia a gente que, en el hecho, la tuvo mientras desempeñó su trabajo.
Se habla de que el problema se arreglará cuando se dé solución integral al drama de la habitación, y que para ello la actual Administración está llevando a cabo un plan de construcción a escala nacional para el Servicio Nacional de Salud. Pero creo que, por desgracia, cuando se realice tal plan, unos cuantos de estos hombres que serán arrojados de sus viviendas, no tendrán mañana un lugar en la existencia, pues pasarán, por lo menos, veinte años. Esa es la verdad de las cosas. De manera que morirán con una esperanza frustrada, con algo que no se les cumplió.
Se habla de que esta gente violaría la reserva y el estilo de vida que es menester desenvolver y mantener en un recinto hospitalario, como sería el área donde se encuentran las habitaciones que ocupan. Si en el fondo son trabajadores hospitalarios de toda la vida ¿cómo no van a saber ellos cuáles son sus obligaciones?
Estimo que el fundamento del veto no se mantiene en un plano de equidad; no es fuerte ni firme. Lo considero inhumano, moralmente falto de justicia y de razón y, a mi juicio, sacrifica de manera cruel el derecho de esos ocupantes modestos.
Por esas razones, concuerdo plenamente con la Cámara de Diputados y con los Diputados democratacristianos que estuvieron por el rechazo del veto, y me parece que el Senado haría bien al adoptar el mismo criterio de aquella rama del Parlamento, es decir, rechazar la observación y, de esta manera, permitir que los actuales ocupantes de las casas ubicadas en las poblaciones Colonia "El Peral" y "El Santo", de La Serena, puedan tener derecho a comprar esas habitaciones, en donde han vivido muchos años.
No se trata tampoco de regalárselas, sino de una venta, y me parece legítimo que tengan derecho de prelación respecto de ellas.
Es cuanto quería decir.
El señor PALMA.-
Creo que en este debate se están confundiendo dos problemas.
Es indudable que cualquier parlamentario hace toda clase de esfuerzos para contribuir, por medio de un programa habitacional, a dotar de viviendas propias al mayor número posible de habitantes del país. Estimo que nadie se opondría a disposiciones legales tendientes a esta finalidad; pero me parece que, indiscutiblemente, nadie querría que las casas destinadas, por ejemplo, al director de la Escuela de Medicina o al Comandante de un regimiento, que forman parte de esos planteles...
El señor TEITELBOIM.-
Mejore los ejemplos, señor Senador.
El señor PALMA.-
...- podría citar una serie de ejemplos de esta especie-, en un momento dado, se desglosaran de todo el conjunto de los organismos a que pertenecen para vendérselas a personas que, transitoriamente, ocupan dichas viviendas.
El señor TEITELBOIM.-
¿Me permite, señor Senador?
Cuando el director de la Escuela de Medicina jubila, tiene perfecta posibilidad, de acuerdo con su renta, de tener casa propia, si es que ya no la posee. De manera que la diferencia es muy grande, porque aquí se trata de modestos trabajadores que ganan sueldos ínfimos. Por lo tanto, al no tener derecho a comprar esas modestas viviendas, sencillamente, se les borra para siempre el sueño de la casa propia de que habla el Gobierno del señor Frei.
El señor PALMA.-
Repito a Su Señoría que estoy de acuerdo en dotar de viviendas a esta gente,. . .
El señor TEITELBOIM.-
Son esperanzas remotas.
El señor PALMA.-
. . .pero -repito- debe ser mediante otra disposición. Porque es indiscutible que la solución planteada aquí es inaplicable.
El señor TEITELBOIM.-
Si hay una solución inmediata, muy bien.
El señor PALMA.-
-El caso de las poblaciones militares -si el señor Senador desea ejemplos de otra naturaleza- es exactamente igual al de la Colonia "El Peral". Se trata de construcciones hechas especialmente para ser entregadas a personal al cual no se ha dotado de casas cerca, alrededor o dentro de esos establecimientos, y que va a desempeñar determinadas funciones durante un tiempo.
Sin duda, si en determinado momento esa gente debe ser reemplazada, es preciso establecerles condiciones similares a las que tenían quienes desempeñaban las funciones que se reemplazarán.
Por eso, en el caso concreto de "El Peral", resulta imposible concebir la desarticulación de una organización perteneciente al Estado -como es el Servicio National, de Salud-, para resolver un problema que, por otras vías, tiene solución natural.
El señor TEITELBOIM.-
¿Cuándo? ¿Durante la vida de esa gente?
El señor PALMA.-
Repito: respecto del caso concreto de la población Colonia "El Peral", cualquiera de nosotros entiende que resulta imposible poner en práctica esta disposición.
Puede ser que la situación de la población "El Santo", de La Serena, sea distinta, pues no está ubicada en los terrenos del hospital mismo y, por lo tanto, no forma parte del conjunto, que constituye un solo organismo. Pero estando ya en este trámite y dada la condición de que se debe aprobar o rechazar el artículo único, para salvar la situación de la población Colonia "El Peral" no queda otro camino que aprobar la observación del Ejecutivo.
A mi juicio, en este sentido, todos debemos concurrir en que es función del Estado mantener íntegros sus organismos y no deshacerlos o despedazarlos por circunstancias completamente aleatorias, desde el punto de vista muy razonable del veto del Ejecutivo.
Por ello, creo que la solución que debió haberse propuesto era ofrecer a los actuales ocupantes de esas viviendas una casa ubicada en otro lugar.
En 1965 se llevó a cabo un gran plan habitacional, y en el presente año se está impulsando un importante programa de este tipo.
Estimo que, por esta vía, no encontraremos una buena solución. Además, en el caso de "El Peral" -como lo hace notar el Ejecutivo-, el problema es muy complejo: se trata de un establecimiento hospitalario especialísimo, que debe construir, dentro de un gran predio, las casas que ocuparán el cuidador, enfermeros y una cantidad de otros funcionarios que laboran allí.
Si la iniciativa en debate prospera, se crearía un caos tal en esta institución hospitalaria que, en la práctica, la ley no podría aplicarse.
Por lo tanto, creo que, por estar planteados en un solo proyecto el problema de "El Peral" y otros, no nos queda otro camino que aprobar el veto del Ejecutivo.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Señor Presidente, el proyecto y la observación recaen en un asunto que, desde el punto de vista administrativo, tiene gran importancia.
He oído con mucho interés los planteamientos formulados y, sobre todo, las razones muy humanas dadas por el Honorable señor Teitelboim. No hay la menor duda de que la población administrativa del país se ha desempeñado en unidad durante largo tiempo. Es justo que reclamen una casa donde poder vivir al término de la jornada de la vida. En eso acompaño a Su Señoría. Pero deseo formular algunas observaciones, de cierta trascendencia, a lo aquí manifestado.
Por ejemplo, el Presidente de la República, cuando fue candidato a la Primera Magistratura, se comprometió con el personal del Servicio Nacional de Salud a tramitar un proyecto de ley mediante el cual se destinaran estas casas en propiedad. Y ahora, como Jefe del Estado, envía un veto, observando lo que una iniciativa de ley dispone en tal sentido. Ello constituye contrariedad, solemne contradicción.
El señor FONCEA.-
Pero existe un programa habitacional.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Eso es otra cosa, señor Senador.
Sólo quiero dejar constancia de que, en Chile, los candidatos ofrecen el oro y el moro; lo que puede hacerse y lo que no puede hacerse.
Es conveniente que lleguemos a un plano de mayor seriedad en cuanto a la forma como deben desenvolverse los partidos políticos en una república. Este es un aspecto.
El otro: la observación ha sido rechazada por la Cámara de Diputados, donde el Ejecutivo, incontrarrestablemente, tiene fuerza política.
Quiere decir, entonces, que no hay disciplina, que no hay colaboración, que las observaciones del Gobierno no encuentran acogida. Este es otro antecedente. ¿Puede marchar así el Estado? Imposible, señor Presidente.
Eso es lo que quería hacer presente.
Ahora, entrando al nervio mismo del asunto, no hay duda de que el problema que presenta al Servicio Nacional de Salud la Colonia de; El Peral" tiene características muy especiales. ¿Cómo puede funcionar un servicio técnico especializado, que atiende enfermos crónicos, mantener dentro de su recinto casas particulares, de familias que deberán hacer una vida normal, celebrarán fiestas o reuniones familiares o lo que fuere, en circunstancias de que todo el personal dedicado a la atención del establecimiento constituye una complementación del servicio hospitalario, y esos grupos de familias ajenas al hospital no podrían quedar sometidas a su disciplina? Me parece que este es un aspecto que debe ser apreciado en forma absoluta y no puede ser dejado de lado.
Otra cosa es el problema de la población "El Santo". Allá las gentes no viven dentro del recinto hospitalario, de manera que no habría inconveniente en entregar las casas de la población al personal retirado, como ya se ha hecho en otras oportunidades; de manera que me parece justo.
Lamentablemente, no es posible hacer distingos dentro del proyecto, ni tampoco podemos detenerlo. Si bien no participaré en la votación por estar pareado, no podía dejar de hacer estas observaciones, porque estimo que los gobernantes de la República deben meditar un poco más acerca de la forma en que se debe actuar. Desde luego, no es posible dentro de este proyecto de ley, hacer correr la misma suerte a una población como la de "El Peral", comprendida dentro del recinto hospitalario y a la de "El Santo", situada fuera del recinto del hospital de La Serena. El veto pudo haber separado estas dos situaciones y ello nos habría permitido discriminar entre ellas, aceptarlas o rechazarlas independientemente, según los antecedentes de cada caso.
La señora CAMPUSANO.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor REYES (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Foncea, que la había solicitado con anterioridad.
El señor FONCEA.-
Quiero expresar, muy brevemente, que de las observaciones formuladas, tanto por el Honorable señor Teitelboim como por el Honorable señor González Madariaga, fluye un hecho que no es exacto.
En la mañana de hoy llamé a un doctor del Servicio Nacional de Salud para que me informara sobre este veto, y entre lo que me manifestó...
La señora CAMPUSANO.-
¿Con quién habló, señor Senador?
El señor FONCEA.-
Con un doctor del Servicio Nacional de Salud.
El señor TARUD.-
No sabe el nombre.
El señor FONCEA.-
El nombre no tiene importancia, pero es uno de los jefes de dicho Servicio, y me expresó que la mayoría de estas casas no están ocupadas, como se ha sostenido en este debate, por funcionarios o ex funcionarios del Servicio Nacional de Salud. En el veto se estipula que de las 42 casas sólo 12 están ocupadas por jubilados de esa entidad y el resto están habitadas por parientes, e incluso por arrendatarios de esos funcionarios, que vivieron en La Serena o en El Peral y que han sido trasladados posteriormente. O sea, las casas no están ocupadas, ni siquiera, por esos funcionarios. De manera que los argumentos dados aquí, para convencer que estas casas están ocupadas por funcionarios, no son exactos.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
¿Me permite una interrupción ? Quiero advertir a Su Señoría que lo que está diciendo es de suma gravedad; terriblemente grave, porque acusa una indisciplina extraordinaria en el Servicio Nacional de Salud.
El señor FUENTEALBA.-
Estaba muy corrompido.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Probablemente, la República estaba corrompida y mal administrada,...
El señor TARUD.-
Ahora se corrompe más.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
pero llegó un Gobierno revolucionario que ofreció cambiarlo todo par a. arreglarlo.
El señor FUENTEALBA.-
Su Señoría puso su granito de arena. No lo olvide.
El señor TARUD.-
Puse muchos granos de arena. Soy muy responsable de mis actos. Yo he hecho cosas, mientras Su Señoría sólo ha hablado durante su vida política.
El señor FUENTEALBA.-
Ya lo creo que es responsable. ¡ Muy responsable!
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Esa medida, dice la observación del Ejecutivo, "significa entregar construcciones ubicadas dentro del propio recinto del Establecimiento a personas que no tienen o que en el futuro no van a tener ninguna vinculación con el Servicio con el agravante de que se trata de un Sanatorio de enfermos crónicos". Si es así: ¿cómo pueden estar ocupadas por personas ajenas al hospital? Eso es lo grave, señor Presidente.
El señor FONCEA.-
Eso viene de muchos años, señor Senador.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Entonces, hay un estado caótico en la marcha de la Nación.
El señor FONCEA.-
Quiero terminar mis observaciones. Como el proyecto despachado por el Congreso establece la obligación de que el Servicio Nacional de Salud venda las casas a sus actuales ocupantes, sean funcionarios o ex funcionarios de esa institución, me parece que el Ejecutivo tiene toda la razón para formular el veto. Por lo demás, es evidente que el Servicio Nacional de Salud no es el organismo destinado a construir casas para venderlas o para poner en práctica esa política, ni el encargado de realizar estas enajenaciones con carácter de obligación, que se le impondría por este proyecto, en beneficio de los actuales ocupantes de las casas. Para eso está la Corporación de la Vivienda.
Deseo agregar que hace muy pocos días se discutió en el Congreso un proyecto de ley sobre estatuto médico, y en el debate se pudo establecer la mala o pésima distribución de los funcionarios del Servicio Nacional de Salud. También conocimos las dificultades que tiene esa entidad para dotar de personal adecuado a las zonas más-abandonadas del país. ¿A qué se debe esto? Se debe, precisamente, a que los funcionarios que son trasladados a una provincia, se resisten debido al problema habitacional, que, por regla general, en todas partes es angustioso. De modo que el Servicio Nacional de Salud ha seguido la política de construir casas, no para venderlas, sino para arrendarlas a ese personal que transitoriamente ha sido trasladado a provincia. Por eso, no me cabe la menor duda de que el veto es justificado.
En cuanto a la observación del Honorable señor Teitelboim, con relación a que él veía una contradicción en la actitud del Senador que habla al aceptar este veto, porque en el proyecto anterior había rechazado una observación del Ejecutivo, me parece que el argumento es, desde luego, especioso y que corresponde a una mentalidad, a una formación muy diferente a la nuestra. Nosotros somos partidarios de este Gobierno y lo estamos apoyando para que lleve adelante una política que consideramos conveniente para los intereses del país; pero ello no significa, en forma alguna, que estimemos que el Ejecutivo no se puede equivocar. Puede cometer errores y es nuestra obligación, dentro de la colaboración que estamos prestando, hacerle ver esos errores y tratar que los subsane. Nosotros no somos incondicionales del Gobierno. Somos incondicionales de un plan, de una política, de una doctrina.
El señor REYES (Presidente).-
Tiene la palabra la Honorable señora Campusano.
La señora CAMPUSANO.-
Los señores Senadores de la Democracia Cristiana podrán dar toda clase de argumentos, pero sólo logran mostrar con toda claridad la enorme responsabilidad que tienen al negar su aprobación a proyectos que favorecen a grupos pequeños o numerosos de gente modesta.
Deseo insistir en que el señor Frei cuando era candidato se preocupó y comprometió con estas personas de "El Peral", cuando en una carta que les envió decía que tenía el agrado de manifestarles que se preocuparía con todo interés de la situación creada en esa cooperativa, y de su solución mediante la aprobación del proyecto de ley pendiente en la Cámara de Diputados.
Aquí se ha dicho que la población "El Peral" está dentro o al lado del recinto. No es así, señor Presidente, pues se encuentra a dos kilómetros del hospital. En consecuencia, las argumentaciones de los Honorable señores Palma y Foncea están basadas en datos que no son correctos: la población "El Peral" está a dos kilómetros de el sanatorio El Peral, y según el Honorable señor Palma reconoció la población "El Santo", de La Serena, está a varias cuadras del recinto hospitalario.
El señor FUENTEALBA.-
Eso es totalmente distinto.
La señora CAMPUSANO.-
Para nosotros es el mismo problema.
Además deseo agregar que la población "El Peral" costó 8 millones de pesos y la gente que ha vivido en ella, ha pagado 100 millones de pesos, o sea, esas personas tienen derechos adquiridos para que la población les sea entregada. Por otra parte, este proyecto hace muchos años que ha pasado de una parte a otra hasta que fue aprobado en ambas Cámaras y, en realidad, no me explico la insensibilidad de los Senadores democratacristianos al rechazar esta iniciativa que beneficia a modestas familias, a las cuales han mantenido esperanzadas durante mucho tiempo. Se conoce que ellos viven en casa propia, que no saben lo que significa arrendar, lo que es vivir con el fantasma del término del arrendamiento.
El señor TEITELBOIM.-
El Honorable señor Foncea manifestó que en la colonia "El Peral" vivían muy pocos funcionarios.
El señor FONCEA.-
No dije pocos, sino que vivían 12.
El señor TEITELBOIM.-
En esto me estoy guiando por el texto del veto del Ejecutivo, el cual dice lo siguiente:
"En la población Colonia "El Peral" se construyeron 42 c de dos clases, según la composición del núcleo familiar del empleado, que son arrendadas a funcionarios en servicio activo, salvo el caso de doce de ellas que aún son ocupadas por jubilados. Además, en esta última población existe un colectivo para solteros y tres colectivos para motrimonios solos".
De manera que si nos hemos equivocado en nuestras informaciones es por haber dado fe y habernos remitido a lo que dice el veto. Pienso que Sus Señorías nos perdonarán por habernos guiado por las observaciones del Ejecutivo.
El señor FONCEA.-
Yo hablé de subarrendatarios, que es diferente.
El señor PALMA.-
Ateniéndonos a lo que dice el veto, nosotros observamos lo siguiente: que se trata de viviendas construidas dentro del recinto del sanatorio El Peral y en el otro caso de una población construida cerca del hospital de La Serena. Es decir, son dos situaciones distintas.
La señora CAMPUSANO.-
No señor Senador. Pienso que Su Señoría, como Senador de las provincias de Coquimbo y Atacama no debería referirse a lo que dice el veto del Ejecutivo, sino decir: "me consta", puesto que es Senador de la provincia.
El señor PALMA.-
Eso no desdice en nada lo que afirmaba, pues decía que son dos situaciones distintas, de acuerdo con el veto.
La señora CAMPUSANO.-
A Su Señoría no le consta.
El señor PALMA.-
Me consta. Las viviendas de El Peral están dentro del recinto hospitalario y las de La Serena están fuera de él.
El señor TEITELBOIM.-
Sin embargo, las casas de "El Peral", que están dentro del recinto, quedan más lejos del sanatorio que las que están fuera del recinto en "El Santo". De manera que son conceptos muy elásticos.
El señor REYES (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
En votación.
- (Durante la votación).
La señora CAMPUSANO.-
Pienso que los Senadores de la Democracia Cristiana cargarán con toda la responsabilidad al votar contra una indicación de uno de sus propios parlamentarios. No se quejen, entonces, cuando especialmente una Senadora comunista por esas provincias haga presente en las plazas públicas la insensibilidad de ellos.
El señor TEITELBOIM.-
Este proyecto, pequeño en apariencia, si se considera el número de personas a quienes afecta, tiene gran significación moral. La Honorable señora Campusano ha leído el texto de una carta del Presidente de la. República en que aseguraba que haría todo lo posible para que se aprobara un proyecto que permitiera a los ocupantes de las poblaciones El Peral y El Salto comprar las casas donde viven.
Resulta que ahora se les da en la cabeza y se destruye esa esperanza y esa promesa, mediante un veto suscrito, precisamente, por el Mandatario que la hizo. A mi juicio, la responsabilidad que ello implica es muy grande.
Pienso que las razones dadas desde el punto de vista administrativo no son suficientemente valederas. Aquí se pretende sencillamente echar a la calle a un grupo de familias, en nombre de la solución integral del problema habitacional, que no permitirá a ninguno de ellos tener una vivienda propia. Con esto se acaban sus esperanzas y sus derechos al cabo de treinta o más años de trabajo en el Servicio-Nacional de Salud.
Por las razones expuestas, voto que no.
El señor FONCEA.-
Para contestar a las palabras del Honorable señor Teitelboim deseo dar lectura solamente a un párrafo del veto, que dice:
"El Gobierno, para los efectos de dar una solución integral a la situación creada por la escasez de habitaciones, está impulsando un Plan de Construcciones para el personal del Servicio Nacional de Salud, que se desarrollará a escala nacional, mediante la construcción de casas por intermedio de la Corporación de la Vivienda y utilizando para ello, en algunos casos, los sitios eriazos que pertenecen a las Honorables Juntas de Beneficencia, situados en diferentes ciudades del país".
Por lo tanto, el Gobierno ha ido más allá en su promesa, porque ha elaborado un oían nacional.
El señor TEITELBOIM.-
¡De nuevo promesas ! ¡Se reemplaza una promesa por otra!
El señor REYES (Presidente).-
Estamos en votación, señor Senador.
El señor NOEMI.-
Votaré contra el veto, pero deseo dejar constancia de que no lo haré por temor a que la Honorable señora Campusano diga en las plazas cómo hemos votado nosotros, según ella ha manifestado.
He votado en forma permanente todas las indicaciones del Gobierno, pues tengo plena confianza en que estamos cumpliendo un programa que se ofreció al pueblo de Chile. Pero en esta oportunidad votaré haciendo fe en que realmente existe una carta del Presidente de la República en la cual se habría comprometido a hacer realidad este proyecto. Y como yo he llegado al Parlamento para que se cumpla el programa que se ofreció al pueblo de Chile, muchas veces en contra de la posición que tiene el FRAP, en la confianza de que ese programa servirá para el despegue de este país y mejorar las condiciones del pueblo, voto que no.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Resultado de la votación: 6 votos por la afirmativa, 5 por la negativa y 1 abstención.
El señor REYES (Presidente).-
Corresponde repetir la votación.
Si le parece a la Sala, se dará por repetida.
El señor AGUIRRE DOOLAN.-
Hay que votar de nuevo, señor Presidente.
El señor GOMEZ.-
Hay que repetirla.
El señor REYES (Presidente).-
En votación.
- (Durante la votación).
El señor FUENTE ALBA.-
¿Se aprobó el veto en la Cámara, señor Presidente?
El señor FIGUEROA (Secretario).-
La Cámara lo rechazó e insistió.
El señor FUENTEALBA.-
Voy a rectificar mi voto.
En la votación anterior, voté a favor del veto, pero ahora votaré en contra de él, pues deseo que haya una decisión sobre el particular, para lo cual se necesita ley.
A mi juicio, el veto es justo respecto de la población El Peral, de Santiago, pero no en el caso de la población El Salto, de La Serena. Efectivamente, como han expresado el Honorable señor Palma y la Honorable señora Campusano, esta última se encuentra bastante lejos del sector hospitalario, y fuera de él. Además, no deseo hacer daño a las personas afectadas de esa ciudad, por la cual tengo gran afecto, a pretexto de haberse cometido un error respecto de la población de Santiago.
Por las razones expuestas, voto que no.
-El Senado acuerda rechazar la observación (7 votos por la negativa, 6 por la afirmativa y 1 pareo) y en insistir con la misma votación, y queda despachado el proyecto.
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- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596817
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596817/seccion/akn596817-po1