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El señor GARCIA (Vicepresidente).-
Continúa la discusión del informe de la Comisión de Obras Públicas recaído en una moción del Honorable señor Ferrando, que dispone que la Corporación de la Vivienda expropiará el villorrio agrícola "Villa García", ubicado en la comuna de Cunco, para venderlo a sus actuales ocupantes.
-La moción figura en los Anexos de la sesión 31ª, en 21 de julio de 1966, documento Nº 5, página 2036, y el informe, en los de la sesión 46ª, documento Nº 7, página, 13053.
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
En la sesión anterior quedó con la palabra el Honorable señor Víctor Contreras.
Puede continuar Su Señoría.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
Nos aflige el hecho de que en estos instantes miles y miles de personas estén mendigando trabajo, es decir, un derecho que les consagra la Constitución Política. Sin embargo, ¿qué les damos? Sólo esperanzas y palabras de buena crianza.
Si tuviéramos el mismo criterio de Sus Señorías, perfectamente podríamos decir: "Haremos dos indicaciones al proyecto del Honorable señor Ferrando, para que vuelva a Comisión". Pero no consideramos serio tal procedimiento y votaremos favorablemente la iniciativa, aun cuando se han formulado objeciones.
Es cierto que el proyecto en debate habla de terrenos entregados a los campesinos en la "Villa García" para la construcción de una población, y los que se expropian ahora son los adyacente a aquélla, ya que el informe menciona diez mil metros cuadrados que se entregaron para la edificación de viviendas. Aún queda por resolver respecto de treinta hectáreas de suelos ubicados a continuación de "Villa García", que los campesinos utilizarán como campos de pastoreo. Son esos terrenos, precisamente, los que se expropiarán.
Por otra parte, ha ocurrido el vicepresidente de la CORVI, quien dio su aprobación al proyecto y no formuló ninguna observación en contrario.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
Yo lo dije, señor Senador.
El señor FONCEA.-
Efectivamente, lo dijo.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
Aclare que fui yo quien lo expresó.
El señor FONCEA.-
También lo manifestó el Honorable señor Jaramillo.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
Lo sostuve, porque quiero ser consecuente con las personas que me dieron su voto.
No quiero darles la espalda ahora ni nunca.
El señor FONCEA.-
Yo ejercí un derecho reglamentario. Por lo demás, se ha perjudicado a los obreros del carbón.
El señor CONTRERAS (don Víctor).
-¡Qué defensor de los obreros del carbón!
¡Y ha votado contra ellos!
El señor FONCEA.-
Solicito a la Mesa hacer respetar mi derecho.
El señor RODRIGUEZ.-
El señor Presidente podría pedir que el debate se circunscribiera a la materia específica del proyecto.
El señor FONCEA.-
Como señalaba, se ha perjudicado en conciencia a los obreros del carbón, pues el proyecto ya podría estar aprobado.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
No me haga reír, señor Senador.
El señor FONCEA.-
Por tales consideraciones, no retiraré las indicaciones que he presentado.
Por ningún motivo volveré atrás -la Mesa queda notificada de ello- cuando ejerza un derecho reglamentario.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
¡ Triquiñuelas reglamentarias!
El señor FONCEA.-
Nunca he solicitado tratamiento especial para los proyectos que me interesan. Por lo demás, nunca he sido objeto de trato especial en ese sentido.
De manera que mantengo mis indicaciones, que son serias.
El proyecto es contrario a la política económica del Gobierno, producirá mayor inflación y significará mayores angustias en los sectores populares, que son, precisamente, los que más consumen cigarrillos.
El señor FONCEA.-
Resulta curioso observar ciertas actitudes totalmente contradictorias en lo sostenido respecto del proyecto en debate y lo afirmado con relación al ejercicio del derecho, consagrado por el Reglamento, de presentar indicaciones, solicitar segunda discusión y otras facultades que los Honorables colegas conocen perfectamente. Y digo que resulta curioso, porque la Comisión de Hacienda, con el voto de sus cinco miembros, rechazó hace poco un proyecto aprobado por unanimidad en la Cámara, muy similar al que figura en el primer lugar de la tabla de hoy, que beneficiaba a las comunas de Rengo y Talca y fijaba un impuesto a los fósforos, y declaró que por ningún motivo aceptaría financiamientos de tal naturaleza. Inclusive, hubo que modificar sustancialmente el proyecto, a fin de evitar que un nuevo impuesto viniera a gravar a la masa consumidora. Posteriormente, el Partido Radical hizo pública su determinación de oponerse a toda iniciativa que significara mayor tributación. En consecuencia, si ese proyecto, que establece un impuesto a los cigarrillos y al tabaco, hubiera sido aprobado por la unanimidad de la Comisión, procedería exigir una explicación a los miembros de aquélla, pues no se puede estar sentando un precedente en un caso determinado y, a los pocos días, variar de criterio en ciento ochenta grados.
Por lo demás, como señaló el Honorable señor Noemi, dicho gravamen a los tabacos, cigarros y cigarrillos afectará principalmente a la masa consumidora, a los sectores modestos. Por eso, he presentado una indicación totalmente seria, que libera del tributo de cinco por ciento a los cigarrillos que se expendan a un valor inferior a quinientos pesos. A mi juicio, tal iniciativa no significa tramitar el proyecto sin finalidad alguna.
En la hora de Incidentes de ayer, escuché una larga exposición del Honorable señor Teitelboim, quien señaló que, de acuerdo con lo expresado por otros colegas de la Oposición, el Gobierno ha fracasado en su política antiinflacionista, toda vez que tenía calculado para el año en curso un alza de precios de 15% y, según tengo entendido, en septiembre ya llega a 17%. Pues bien, los cigarrillos también se toman en cuenta para calcular el alza del costo de la vida. Y tengo la certeza de
que el día en que se aprueba esa iniciativa también favorece a una de las provincias que represento en el Parlamento, la de Talca, que es productora de tabaco-, necesariamente subirá el precio de los cigarrillos, y los órganos de publicidad controlados por la Oposición darán a conocer esta nueva alza en primera página, con caracteres de escándalo.
En mi opinión, debemos ser consecuentes en estas materias. Pienso que no podemos -se ha dicho aquí que hay una especie de unanimidad al respecto- seguir estableciendo nuevos tributos.
El Honorable señor Contreras Tapia ha expresado qu eel proyecto es poco menos que de vida o muerte. Sin embargo, pese a tener Chile más de ciento cincuenta años de vida independiente y de no haber propuesto nadie hasta ahora esa tributación, creo que las cosas han andado más o menos bien en esas provincias. No veo por qué existe ahora tan tremendo apremio.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
¡Esperemos otros ciento cincuenta años, entonces!
El señor JARAMILLO LYON.-
¿Pero no dicen Sus Señorías que todo debe cambiar en este país?
El señor FONCEA.-
Debe cambiar, pero en sentido contrario al que desea Su Señoría, porque no está en el Gobierno, y nosotros sí.
El señor JARAMILLO LYON.-
Afortunadamente.
El señor FONCEA.-
También se ha señalado aquí el hecho de que el Senador que habla haya ejercitado en la Comisión de Trabajo y Previsión Social los derechos que le otorga el Reglamento. De los cinco miembros que componen dicha Comisión, cuatro están en línea de franca oposición al Gobierno.
El señor JARAMILLO LYON.-
¡Estamos en una línea de justicia social, lo que es distinto!
El señor FONCEA.-
El hecho de haber actuado así, no puede ser motivo para que me vengan a llamar la atención. Precisamente, fueron los Senadores del FRAP quienes sentaron el precedente. En efecto, recuerdo que hace algún tiempo se discutió en el Senado un proyecto sobre operaciones navales, que interesaba mucho al Gobierno y tenía gran apremio. Pues bien, respecto de dicha iniciativa se hicieron valer todos los procedimientos dilatorios que permite el Reglamento, e incluso algunos que la mayoría de los parlamentarios desconocían. O sea, cuando ciertos sectores hacen uso de un derecho, nosotros no podemos decir absolutamente nada, y debemos acatar los preceptos reglamentarios; pero cuando los ejercitamos nosotros, recibimos toda estas críticas. A mi juicio, tal actitud no resiste un examen serio.
Con el proyecto a que se ha referido el Honorable señor Contreras Tapia ha ocurrido lo siguiente: el Gobierno y los Diputados que patrocinaron la iniciativa quisieron favorecer a los obreros del carbón, que son, sin duda, los más postergados. En la Cámara se presentó una moción, a la cual se agregaron después numerosos preceptos que hacen extensivos sus beneficios a todos los obreros que trabajan en diferentes minerales.
Según señaló el Superintendente de Seguridad Social, el proyecto relativo a los obreros del carbón significa un desembolso fiscal de 10 mil millones de pesos anuales. Sin embargo, el Gobierno buscó el financiamiento, en atención a que ese sector de trabajadores es uno de los más postergados, como todos sabemos.
En definitiva, se llegó a un entendimiento entre el Ministerio del Trabajo y los sindicatos del carbón. El Diputado comunista señor Melo se hizo presente en la Comisión de Trabajo en que se trató el proyecto, y allí manifestó que existía ese acuerdo. Incluso, por insinuación de dicho parlamentario, se postergó el estudio del problema hasta el día siguiente, con el objeto de que se formularan las indicaciones que materializaban el entendimiento entre el Ejecutivo y los obreros del carbón. Al día siguiente, la mayoría de la Comisión, aduciendo razones respecto de las cuales no ahondaré en esta oportunidad, sino en el momento cuando se discuta la iniciativa -razones y fundamentos que, a mi juicio, no son serios ni resisten ningún examen-, anunció que aprobaría el proyecto en los mismos términos como lo había despachado la Cámara, en razón de que, para estos efectos, el criterio de esa rama legislativa merecía a los Senadores de la Comisión el más amplio respeto.
Todos hemos podido comprobar que, cuando se discute un proyecto que no agrada a los Honorables colegas de la Oposición, Sus Señorías expresan que la mayoría de la Cámara es un grupo incondicional que no estudia los proyectos, y la hacen objeto de los peores epítetos. En este caso, sin embargo, se asilaban en la mayoría de la Cámara para sostener que el proyecto era bueno y que, sencillamente, debía aprobarse.
El señor JARAMILLO LYON.-
Las excepciones confirman la regla general.
El señor FONCEA.-
Incluso, se dieron razones de orden electorero, pues un señor Senador dijo representar a una provincia donde laboraban mineros del cobre.
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Senadores atenerse al proyecto en debate.
El señor LUENGO.-
¿Está en discusión el proyecto que figura en segundo lugar?
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
Sí, señor Senador.
El señor ALTAMIRANO.-
He solicitado aplazamiento de la votación.
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
Ahora estamos en la discusión general. Al término de ella, someteré a consideración de la Sala la solicitud de aplazamiento de la votaci��n.
El señor LUENGO.-
Hice presente denantes que, en mi opinión, el proyecto está mal concebido. Del informe, se desprende que los terrenos en los cuales se encuentra "Villa García" habrían sido donados por el alcalde de la comuna de Cunco. Por tal razón, no parece justificada la expropiación. De realizarse ésta, significaría que la autoridad edilicia hizo la donación sólo de palabra, sin extender la escritura pública correspondiente para transferir los terrenos a los campesinos que allí viven.
Si el alcalde hubiese donado el predio al padre Bernabé de Lucerna sin escritura pública, la expropiación debería cancelarse a ese religioso, lo cual carece de justificación, pues, como se dice en el informe, el terreno fue donado.
Por otra parte, se informa que las casas de la villa se construyeron con el esfuerzo personal de los campesinos y con algún crédito concedido por el Banco del Estado.
No está claro si las propiedades están a nombre de los campesinos. Si lo están, no cabe la expropiación, porque a lo sumo cada cual estaría debiendo el crédito que se le concedió. Si los terrenos no figuran a nombre de los campesinos, sino al del alcalde de Cunco o del padre Bernabé de Lucerna, tampoco se justifica la expropiación, porque la intención primitiva fue donarlos, y no expropiarlos.
En mi concepto, resulta evidente que el proyecto está mal concebido, no obstante reconocer que cumple una función social importante, con la cual concuerdo. En verdad, la iniciativa no consigna lo que real-mente debe decir.
Pedí antecedentes sobre el particular, pero considerando que hay una indicación para aplazar la votación, ignoro cuál será el procedimiento por seguir.
Reitero que el proyecto no es claro.
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
Una vez agotado el debate, habría que aplazar la votación hasta la próxima sesión ordinaria o extraordinaria.
El señor LUENGO.-
En ese caso, desearía una explicación.
El señor FERRANDO.-
Los terrenos fueron escriturados y entregados al padre Bernabé de Lucerna para construir una villa de 25 viviendas, la cual cuenta, además, con una escuela, policlínica, cooperativas, centros sociales y terrenos para la explotación en común de una lechería. En total son 75 hectáreas.
El señor ALTAMIRANO.-
¿Quién las entregó ?
El señor FERRANDO.-
Fueron donadas al padre Bernabé de Lucerna.
El señor ALTAMIRANO.-
¿Por parte de quién?
El señor FERRANDO.-
Por parte del alcalde de Cunco, señor René García.
El señor ALTAMIRANO.-
¿A quién pertenecían?
El señor FERRANDO.-
El las donó para tal objeto.
El señor ALTAMIRANO.-
¿Las donó específicamente al padre Bernabé de Lucerna ?
El señor FERRANDO.-
Sí, señor Senador, para ese objeto.
El señor RODRIGUEZ.-
¿Por qué ese religioso no donó, a su vez, los terrenos a sus actuales ocupantes?
El señor FERRANDO.-
Quiero rendir homenaje al señor René García por su gesto de desprendimiento.
El señor LUENGO.-
Adhiero, señor Senador, a ese homenaje.
El señor FERRANDO.-
Desde el primer momento quedaron clasificados los ocupantes de esas viviendas, cada una de las cuales, como dije ayer, tiene una hectárea de terreno que pertenecerá a los dueños de ellas. Son 25 hectáreas de propiedad individual de los campesinos.
En su parte central, hay un óvalo destinado a campo deportivo; en el extremo norte de él, se halla un trapecio de 35 hectáreas, en el cual se ubicará la lechería.
Por la confección de los planos y por haberse requerido materiales, madera y otros elementos de construcción, esas viviendas tienen un costo unitario de aproximadamente 15 mil escudos, no obstante que en su edificación participaron las personas elegidas para ocuparlas. Cada casa es de dos pisos, tiene 124 metros cuadrados de edificación y cuenta con cuatro dormitorios. Las habitaciones son independientes, a fin de que los campesinos vivan con amplitud y no encerrados en cuatro piezas, donde ni siquiera se mantiene la dignidad familiar.
Para construir esas viviendas se comprometieron créditos con el Banco del Estado, en la seguridad de que la Corporación de la Vivienda -en ese tiempo, la Fundación de Viviendas de Emergencia- se haría cargo de la deuda de cada postulante. Desaparecida la Fundación de Viviendas de Emergencia, varias personas se hicieron solidarias con el padre Bernabé de Lucerna en los créditos otorgados para realizar las obras. Ahora, hay que pagarlos. Entonces, se ha recurrido a la Corporación de la Vivienda y al Ministerio respectivo para expropiar los terrenos, por intermedio de las reparticiones que corresponda, por el valor de las deudas contraídas, como se señaló en los compromisos existentes ante el Ministerio de la Vivienda. Tan así es que el proyecto se redactó en la fiscalía de esa Secretaría de Estado, a fin de acomodarlo a los requisitos legales indispensables para realizar la operación.
El padre capuchino entregó todo su esfuerzo y cariño a esa obra. Inclusive, ha conseguido de los Gobiernos de Alemania y Austria ayudas especiales para que los campesinos, en sus respectivas parcelas, construyan pequeñas porquerizas a las cuales se dotará de animales especialmente traídos de esos países, con el objeto de que esos pequeños propietarios obtengan su independencia económica.
Todo lo anterior constituye una experiencia valedera. Si las casas hubieran sido costeadas en su integridad por el Ministerio de la Vivienda, su valor unitario no habría sido de 15 mil escudos, incluyendo terreno y construcción, sino de 40 mil ó 50 mil escudos.
Como consigna el proyecto, se buscó tal camino con el objeto de que el Ministerio, una vez hecha la expropiación, haga dueños de esas viviendas a cada uno de sus actuales ocupantes y puedan cumplir éstos lo establecido en el precepto en cuanto al pago posterior del valor de las deudas contraídas, excluido el precio de los terrenos.
Todo el sistema está en conocimiento de la Corporación de la Vivienda. Me parece que mayor claridad sobre el problema no cabe. Estimo, por lo tanto, de plena justicia aprobar el proyecto. Además, la iniciativa permitirá incorporar otro tipo de ayuda, a fin de que ya no sea sólo el Estado quien contribuya a solucionar estos problemas del campesinado. Este sistema permite al campesino salir del fundo para ir a su casa y adquirir, por ende, libertad e independencia respecto de su empleador o patrón. Consideramos fundamental que el campesino adquiera la condición de sentir que es una verdadera persona, libre y dueña de determinar sus actos.
No quiero pensar que el Senado, por cualquier motivo, pueda ser contrario al despacho de un proyecto cuyos beneficios son evidentes.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
No discrepo de la noble intención que anima al autor del proyecto.
He recibido algunas comunicaciones del Padre Bernabé de Lucerna, en las que habla de su labor social, que debe de ser muy respetable. Pero me interesa aclarar un punto que me llama la atención: ¿a quién se pagará el valor de los terrenos expropiados? ¿Quién es el dueño de esos predios?
El señor FERRANDO.-
El Banco del Estado.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
El proyecto no menciona a esa institución. Sólo consigna el hecho de que los terrenos fueron donados por el Alcalde de la comuna. ¿A quién se los donó?
El señor GUMUCIO.-
Al Padre Bernabé de Lucerna.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Tampoco lo dice el proyecto.
Por otra parte, no me explico por qué se ha considerado necesario dictar una ley para los efectos señalados, si la Corporación de la Vivienda, en uso de las facultades que le competen, puede ordenar la adquisición de estos terrenos o de los que estime convenientes. Pero eso no es todo, pues, además, se dice en el proyecto que la ley habrá de regir durante treinta años.
La ley en proyecto persigue fines sociales en los cuales han demostrado interés las autoridades del Gobierno alemán. Pero si los terrenos fueron donados, resulta entonces que el actual propietario recibir�� indemnización por algo que obtuvo en calidad de donación.
Por lo expuesto, considero que el proyecto no está bien concebido. El propósito que inspira a la iniciativa en debate es loable; sin embargo, el problema a que se refiere debería ser resuelto de otra manera. Sobre esto último, insisto en que la Corporación de la Vivienda tiene facultades para expropiar los referidos terrenos. ¿Por qué, entonces, se ha traído este problema al Senado? No se ve claro qué razón hubo para proceder en esta forma.
Por lo expuesto, deploraría verme obligado a votar negativamente, pues con ello tal vez pudieran resultar heridos sentimientos que me parecen respetables..
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Como el problema consiste en regularizar la propiedad, es necesario aclarar previamente quiénes son los actuales dueños.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Es ahí donde se presentan las dificultades.
El señor LUENGO.-
Las explicaciones del Honorable señor Ferrando han sido bastante explícitas para deducir que no es clara la situación jurídica relacionada con estos predios. Ello reafirma mi convicción de que el proyecto está mal concebido.
Ha dicho el Honorable colega que los terrenos en referencia fueron donados al Padre Bernabé por el alcalde de Cunco con el objeto de que ese sacerdote los entregara a los campesinos. Por eso, el bien raíz, en estos momentos, debe de figurar a nombre del PadreBernabé, o cada lote del predio, resultante de su división entre los campesinos, debe de estar inscrito a nombre de éstos. Pues bien, en ninguno de estos casos es procedente la expropiación. Si el terreno está inscrito actualmente a nombre del Padre Bernabé de Lucerna, no procede que esta persona se beneficie con la expropiación de un bien raíz que le fue donado para entregarlo a los campesinos. Tampoco cabría expropiar esos terrenos si estuvieren inscritos a nombre de sus actuales ocupantes, o sea, los campesinos que habitan en ese villorrio agrícola.
El problema que se trata de resolver tiene su origen en el hecho de que el Banco del Estado concedió a estos campesinos los créditos necesarios para construir el villorrio. Lo más lógico sería disponer que la Corporación de la Vivienda pague al Banco del Estado lo que deben esas personas y que esa misma entidad otorgue un nuevo crédito a los campesinos, esta vez por la vía de la compraventa, con pago a treinta años plazo, sin intereses.
A mi modo de ver, procedería reemplazar el artículo único del proyecto, por el siguiente:
"Autorízase a la Corporación de la Vivienda para otorgar a cada uno de los ocupantes del villorrio agrícola denominado "Villa García", ubicado en la comuna de Cunco, departamento de Temuco, provincia de Cautín, un préstamo hasta por el total de lo que cada uno de ellos adeuda al Banco del Estado de Chile, con motivo de la construcción de sus viviendas, préstamo que se devolverá en treinta años y sin intereses."
En mi opinión, esto es lo que debe realmente decir el proyecto, y en tal sentido formulo la correspondiente indicación.
El señor GUMUCIO.-
En realidad, habría aceptado la argumentación del Honorable señor Luengo si los títulos de dominio estuvieran inscritos a favor de los actuales ocupantes de las viviendas que constituyen ese villorrio agrícola. En cambio, si los referidos títulos se mantienen a nombre del PadreBernabé, o sea, si no se ha transferido el dominio de los terrenos a sus ocupantes, no procedería la indicación del señor Senador. Pero la situación es distinta. Habría que establecer la forma de cancelar las deudas que el mismo Padre Bernabé hubiere contraído y, en seguida, expropiar los terrenos.
El señor LUENGO.-
No discuto la razón que puede asistir al Honorable señor Gumucio, pero mi indicación se funda en los antecedentes que hemos podido conocer hasta la fecha. Si tuviéramos la certeza de que los títulos están a nombre del PadreBernabé, habría que buscar otra fórmula, distinta de la de este proyecto de ley, sobre expropiación, pues el padre Bernabé de Lucerna, en ese caso, se beneficiaría en forma injustificada, ya que no Je correspondería percibir el valor de los terrenos que le fueron donados por el Alcalde de Cuneo para edificar un villorrio agrícola. También podemos buscar la forma de resolver el problema en caso de que haya deudas. Lo digo porque tengo interés en solucionar las dificultades con que tropiezan actualmente los campesinos de la zona que represento. Pero insisto en que no podemos despachar un proyecto por el cual se otorgue al Padre Bernabé de Lucerna un beneficio que ni él mismo siquiera se sentiría con derecho a recibir. Ese punto no está claro. Me parece que si hubiéramos dispuesto de todos los antecedentes del caso, no se habrían hecho presentes estas dudas.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Lo más conveniente sería volver el proyecto a la Comisión.
El señor LUENGO.-
Soy del mismo parecer. La Comisión podría estudiar nuevamente esta materia e informarnos sobre los aspectos que no han sido debidamente aclarados, con el fin de que aprobemos un proyecto que sea aplicable, en el sentido de conceder efectivamente a los campesinos de que se trata el beneficio que se pretende otorgarles.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Formulo indicación para enviar de nuevo el proyecto a Comisión.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Los Honorables señores González Madariaga y Luengo formulan indicación para volver el proyecto a Comisión.
El señor DURAN.-
Después de las observaciones que hemos escuchado, y en conocimiento de lo ocurrido en la comuna de Cunco, debo expresar mi opinión favorable al proyecto presentado por el Honorable señor Ferrando.
Concedo que, desde un punto de vista estrictamente jurídico, pueden ser valederas las argumentaciones hechas por nuestro distinguido colega y compañero de representación Honorable señor Luengo. Pero, en el fondo, el propósito de esta iniciativa de ley es más amplio que el contenido en el planteamiento exclusivo, y yo diría excluyente, que consistiría en otorgar título de dominio sobre cada una de las porciones de terreno ocupadas por los campesinos de ese villorrio. El proyecto fue redactado con miras a proporcionar fondos a un sistema en el que se conjugan el acto generoso -agradecido por todos los representantes de aquellas provincias- que tuvo el Alcalde del Cunco, señor García, con la actividad del padre Bernabé de Lucerna y la acción de cada uno de los campesinos ocupantes del terreno. El señor García hizo una donación a dicho sacerdote, quien es el actual propietario de los terrenos. El predio está ocupado en estos momentos por un grupo de campesinos que se encuentran allí en calidad de mejoreros y se endeudaron para ejecutar esa obra, tanto con el apoyo del padre Bernabé como de otros particulares de Cuneo. Los créditos obtenidos se emplearon no solamente para edificar las viviendas, sino también para completar esta especie de comunidad, con campos deportivos, escuelas y policlínicas, aparte algunas instalaciones que, a la larga, servirán para instaurar un régimen de cooperativas. El planteamiento hecho por el Honorable señor Luengo es justo, pero más amplia y práctica es la proposición del Honorable señor Ferrando.
¿Qué se pretende con el sistema? Obligar a la Corporación de la Vivienda a expropiar los terrenos y a pagar al Banco del Estado el total de las deudas pendientes con motivo de la construcción de aquel villorrio. La expropiación debe acordarse respecto del dueño del inmueble. ¿Y quién es el dueño? El padre Bernabé de Lucerna; en consecuencia, él recibirá el dinero correspondiente a la indmenización que se pague por el bien expropiado. A primera vista, ello podría parecer injusto, y lo sería efectivamente en caso de que ese sacerdote tomara aquella suma de dinero para sí. Pero lo que se desea es que él, a su turno, con el dinero que reciba con motivo de la expropiación, pague las deudas contraídas con el Banco del Estado.
El señor RODRIGUEZ.-
Pero eso no está consignado en parte alguna del proyecto.
El señor DURAN.-
Concretamente, se trata de pagar deudas contraídas con el Banco del Estado y, por cierto, disponer también del eventual remanente que se produzca, para aplicarlo a finalidades similares. Este mecanismo tiene semejanza con el régimen de subvenciones, en cuanto el remanente permitiría continuar las obras de mejoramiento e instalación de esta verdadera cooperativa.
Si bien dentro del sistema clásico de las concepciones jurídicas podrían hacerse reparos, estimo que la fórmula propuesta por el Honorable señor Ferrando dará resultados prácticos. En consecuencia, como aquí, si nos atenemos a la obra realizada, no hay nada que justifique dudas en cuanto a las inversiones y como este régimen significa positivos beneficios a determinados sectores agrícolas, anuncio mi voto favorable al proyecto, que implica, por otra parte, una interesante experiencia cuya utilidad me complazco en reconocer, como también a una indicación, bastante amplia, que he formulado, tendiente a favorecer, por intermedio de la Corporación de la Vivienda, a los moradores de poblaciones marginales afectados por los últimos sismos, beneficio consistente en otorgarles título de dominio.
El señor GUMUCIO.-
Deseo ratificar algo que expresó el Honorable señor Durán.
Ahora los títulos están en poder del PadreBernabé, y a él correspondería recibir lo que se pague por la expropiación. Este pago se destinará a cancelar deudas. Es indudable que, una vez extinguidas dichas obligaciones, no quedará una suma exorbitante que pueda significar enriquecimiento para el dueño de esos terrenos, que es -repito- el padre Bernabé. Los argumentos basados en el supuesto peligro de un excesivo remanente, no son válidos, y no debe prevalecer una suspicacia de este orden.
El señor FERRANDO.-
Debo aclarar que, en el mes de junio, cuando se presentó la iniciativa en debate, se estableció por la Corporación de la Vivienda como valor de la posible expropiación la cantidad de 185 mil escudos. Si consideramos que el monto de los créditos fue de 15 mil escudos por cada una de las 25 viviendas, la deuda total asciende a 375 mil escudos, más los correspondientes intereses. Se pretende que ios campesinos habitantes del villorrio asuman personalmente la responsabilidad sólo por el monto de esa deuda, y la paguen en treinta años, sin intereses.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
He formulado indicación para suprimir la expresión "treinta años". A la Corporación de la Vivienda compete determinar el plazo que técnicamente proceda establecer para estos efectos.
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
¿Su Señoría mantiene la indicación para enviar a Comisión el proyecto?
El señor RODRIGUEZ.-
Pido aplazamiento de la votación.
El señor ALTAMIRANO.-
Habría que votar la indicación primero.
El señor JARAMILLO LYON.-
Proceda de conformidad con el Reglamento, señor Presidente.
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Corno se ha pedido aplazamiento de la votación, ésta deberá efectuarse en la próxima sesión ordinaria o extraordinaria, salvo que se pida enviar el proyecto a Comisión.
El señor LUENGO.-
Señor Presidente, retiro mi indicación para devolver esta iniciativa a Comisión, porque tendré plazo hasta la sesión de mañana para estudiarla.
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
Mañana no hay sesión ordinaria ni extraordinaria; por lo tanto, la votación quedaría postergada hasta la próxima legislatura extraordinaria.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Es mejor enviar el proyecto a Comisión.
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