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- rdf:value = " 7.-VENTA DE INMUEBLES DEL SERVICIO DE SEGURO SOCIAL A SUS ACTUALES OCUPANTES.- OBSERVACIONES.El señor VALENZUELA VALDERRAMA, don Héctor (Presidente).-
El señor Acevedo estaba con el uso de la palabra.
El señor ACEVEDO.-
Señor Presidente, el artículo transitorio dice: "Los fondos provenientes de aportes y excedentes que el Servicio de Seguro Social hubiere hecho o entregado a la Corporación de la Vivienda y que ésta no hubiere retornarlo en viviendas al 31 de diciembre de 1968, se reajustarán en esa fecha conforme a la variación que hubiere experimentado la "unidad reajustable" durante el lapso comprendido entre el 31 de julio de 1967 y el 30 de junio de 1968".
Como podrá observar la Honorable Cámara, el propósito del proyecto en discusión es que aquellos fondos provenientes de aportes y excedentes de las cajas de previsión, en este caso del Servicio de Seguro Social, y que no son retornados a él en nuevas viviendas, sean reajustables conforme a la variación de la "unidad reajustable", vale decir, que tengan el mismo tratamiento de la cuota de ahorro, como lo insinuaba, hace un instante, de las asociaciones de ahorro y préstamo y de la Corporación de la Vivienda.
Y algo más: los autores de este proyecto, entiendo que también tienen en mente la posibilidad de que los fondos depositados en los organismos de previsión estén sujetos al proceso de la reajustabilidad. De lo contrario, se produce lo que actualmente significa una verdadera sangría para todos los imponentes de Chile. Ellos hacen, de año en año, depósitos en los diferentes rubros de las cajas de previsión y, cuando llegan a la edad en que deben hacer uso del régimen previsional que les otorga el beneficio de la jubilación, los fondos ahí acumulados son sumas realmente insignificantes, pequeñísimas, que de nada les pueden servir.
¿Por qué la reajustabilidad sólo puede jugar respecto de una parte de la operación financiera que significa el trabajo, el movimiento general de la Corporación de la Vivienda? La Corporación de la Vivienda recibe aportes fiscales y sólo ella tiene derecho a hacer reajustable lo que vende: las casas que entrega. Sin embargo, quienes le están entregando dinero no tienen derecho a que esos recursos también reciban al incremento de la reajustabilidad. Este es el fondo del problema.
Porque a veces sucede que los excedentes -es, evidentemente, lo que está pasando con los organismos de previsión-, los aportes por concepto…
El señor STARK (Vicepresidente).-
¿Me permite, señor Diputado? Ha terminado el tiempo de su primer discurso. Puede continuar en el de su segundo discurso.
El señor ACEVEDO.-
Gracias.
Los aportes que las cajas de previsión entregan a la Corporación de la Vivienda no siempre retornan en casas para sus imponentes con la debida celeridad, ni siquiera dentro del año; a veces transcurren más de dos años en serles devueltas las sumas que habían sido entregadas para ser destinadas a casas para sus imponentes. Pero, en la práctica, ¿qué está sucediendo? Con el alza constante de los precios de los materiales, del costo de construcción en general, las edificaciones, los metros edificados que se le entregan a una caja de previsión vienen a significar, en la práctica, una suma disminuida en un 25 y en un 30%.
Aquella diferencia, como es natural, la pierden los imponentes, la pierden los organismos de previsión y de eso, evidentemente, no tienen culpa los organismos de previsión. Puede que la Corporación de la Vivienda, por razones que no es del caso señalar en estos instantes, se atrase en la construcción y consiguiente entrega de viviendas. Pero ¿por qué esas dificultades han de correr por cuenta de los imponentes de las cajas de previsión? En estos instantes, por ejemplo, la Caja de Empleados Públicos y la Caja de Empleados Particulares están llamando a inscribirse para futuras poblaciones. Pero esas futuras poblaciones corresponden a aportes que estas cajas han hecho durante 1967 y parte de 1968, pero no les entregarán metros edificados a precios de 1967 ni de 1968, sino a precios del mercado de 1969, si lo hacen en enero o febrero del próximo año, en vísperas de la elección, para poder captar algunos votos.
De modo, entonces, que se justifica perfectamente la iniciativa de quienes presentaron este proyecto de ley, y realmente ha sido injusto el Ejecutivo cuando ha vetado el proyecto, no obstante dar razones de tipo constitucional. Por ejemplo, argumenta que de dónde va a sacar la Corporación de la Vivienda los recursos para pagar la reajustabilidad. Bueno, ¿de dónde los están sacando actualmente para pagar la reajustabilidad de las ventas que ella hace? Es evidente que los va a obtener de los propios imponentes. Estas casas para las que están abriendo períodos de inscripción la Caja de Empleados Particulares y la Caja de Empleados Públicos se van a vender con un valor reajustable, en cuotas reajustables, y el dividendo no va a ser asignado en escudos, sino en cuotas reajustables. En consecuencia, el dividendo puede ser de 48 ó de 70 cuotas reajustables, pero por esta mecánica de año en año va a ser mayor en escudos, por el reajuste de las cuotas de ahorro.
De modo que el Ejecutivo no puede alegar inconstitucionalidad respecto de esta iniciativa del Congreso Nacional, porque quienes van a financiar la reajustabilidad son los propios adquirentes, puesto que la van a pagar en los dividendos, en las cuotas reajustables que les asignan como dividendo.
El artículo transitorio habla específicamente del Servicio de Seguro Social y a los imponentes de dicho servicio adquirentes de viviendas se les aplica este mismo procedimiento. ¿Por qué solamente los adquirentes de viviendas han de pagar unidades reajustables y no ha de percibir reajustabilidad el Servicio de Seguro Social por los excedentes que está aportando? En otras palabras, por qué se trata solamente de proteger a una institución como la CORVI y no se protege a los imponentes del Servicio de Seguro Social, a aquellos imponentes que aún no han alcanzado a tener vivienda porque el puntaje no les permite optar a casa, ya sea porque no tienen bastante número de cargas o el número de años o semanas como imponentes no es suficiente?
La iniciativa del Congreso, sin duda, tiende a eso: a proteger a aquellos imponentes que aún no han alcanzado a obtener una vivienda. Esa es la finalidad del proyecto. Por eso se quiere que a todos los dineros no retornados en viviendas al 31 de diciembre de este año les sea aplicado el sistema de unidades reajustables, vale decir, la reajustabilidad.
Durante la discusión del artículo 2º se cerró el debate y los colegas democratacristianos votaron a favor del veto.
Ahora, nosotros queremos manifestar a la Sala que respecto de este artículo transitorio, aun cuando sólo sea para el Servicio de Seguro Social, votaremos en contra del veto, con el sano propósito de defender a aquellos imponentes que aún no disponen de una casa propia.
Eso es todo. Muchas gracias, señor Presidente.
El señor STARK (Vicepresidente).-
Para referirse al artículo transitorio, ofrezco la palabra.
La señora ALLENDE.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor STARK (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la palabra la señora Allende, doña Laura.
La señora ALLENDE.-
Señor Presidente, los socialistas vamos a votar en contra de la supresión de este artículo transitorio.
Nos ha tocado participar en los problemas de los pobladores y hemos visto la gran demanda de casas por parte de los asegurados. Tanto es así que el año pasado recuerdo haber hecho la consulta pertinente, y se habían presentado ocho mil solicitudes para casas y en ese momento sólo se entregaban 240 viviendas.
También consultamos, por intermedio de la Cámara, al Ministerio de la Vivienda para saber qué aporte había efectuado el Servicio de Seguro Social, y en qué forma había sido hecho este aporte, que por ley debe hacer el Servicio de Seguro Social para que el Ministerio de la Vivienda le construya. En septiembre del año pasado el Ministerio de la Vivienda debía al Servicio de Seguro Social 70 millones de escudos -70 mil millones de pesos- que no habían sido invertidos en viviendas, como debía haberse hecho. Esto, desde el año 1964 hasta septiembre del año pasado. Pasan los años, pasa el tiempo y el Ministerio construye otras poblaciones o invierte estos dineros en otras cosas, y el Servicio de Seguro Social va quedando postergado. Sin embargo, estos dineros no reciben ni siquiera un reajuste, un interés; es decir, se van desvalorizando en proporción a lo que sube el valor de la edificación.
Pero esto parece que no tiene importancia; el Ministerio no le da importancia al Servicio de Seguro Social que sufre con paciencia. ¿Por qué? Porque se trata del dinero de los obreros.
Yo encuentro que ésta es la estafa más grande que le puede hacer el Ministerio de la Vivienda al Servicio de Seguro Social, al seguir recibiendo este aporte para construir; pero pasan los años, no construye, y el dinero se sigue desvalorizando. Por eso nos oponemos al veto.
Además, creo injusto el sistema que existe para optar
Tanto en el Ministerio de la Vivienda, es decir en la Corporación de la Vivienda, como en el Servicio de Seguro Social hay que tener dinero. O sea, se vive en un sistema capitalista. Ya no es el Gobierno el que está protegiendo al obrero para que pueda tener su vivienda. Sencillamente, el que posee más dinero es el que tiene la posibilidad de obtener una prelación o una casa.
Se desvaloriza el dinero en el Seguro.
Para poder tener una casa en el Servicio de Seguro Social hay que tener dinero, aunque sea un imponente con 20 ó 30 años de antigüedad. Todo esto me parece una monstruosidad. Creo que los organismos del Gobierno debieran estudiar un sistema diferente, por el que no se siga postergando al hombre con salario bajo y se le esté dando todas las posibilidades al que tiene medios económicos, al que es rico y puede aportar mayor cantidad de dinero al Servicio de Seguro Social. Es una vergüenza que el que tenga más plata dentro del Servicio de Seguro Social pueda postular y tener casa, y no plata en imposiciones sino el dinero que aporta particularmente, cuando debería tenerse en cuenta la antigüedad, el puntaje por cargas familiares y ninguna cosa más. Aquí le dicen: "Aporte un poco más". Y si puede poner un millón de pesos seguramente va a tener una prelación mejor. Todo esto es una vergüenza.
Nos oponemos, entonces, a que se suprima este artículo.
El señor STARK (Vicepresidente).-
Para referirse al veto del artículo transitorio, ofrezco la palabra.
El señor GUASTAVINO.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor ROSALES.-
Pido la palabra.
El señor STARK (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Guastavino, don Luis; posteriormente, el señor Rosales.
El señor GUASTAVINO.-
Señor Presidente, debo lamentar profundamente que ya se haya votado en contra del artículo 2º, que fue suprimido.
En verdad, me parece que éste es un veto remiso y exangüe de la vitalidad contenida en la promesa y el planteamiento que se desplegó a través de todo Chile durante la última contienda presidencial, cuando justamente estos problemas sustantivos y cardinales de la habitación en Chile, de la vivienda, que interesa a amplísimos sectores, fueron analizados en función de terminar con el odioso sistema de la reajustabilidad, que en la práctica hace imposible que el hombre adscrito a este sistema deje de tener sobre sí esa tremenda espada de no saber, finalmente, cuánto le va a costar su vivienda ni en qué forma afrontar el dividendo pertinente.
Ahora se planteaba un poco de justicia a través de este proyecto de ley ya despachado por el Parlamento Nacional; y nos encontramos con un veto cuyo contenido de fondo es preciso poner de relieve para analizar la forma en que se está llevando a cabo el sistema habitacional por parte de este Gobierno.
Señor Presidente, con estos problemas nos encontramos en todas y cada una de las poblaciones a que vamos en nuestro país, y no solamente tienen relación con el Servicio de Seguro Social sino también con el resto de las cajas de previsión y con las casas construidas y administradas por la CORVI. Por lo tanto, además de las razones que ha entregado el DiputadoJuan Acevedo, abundadas por la intervención de nuestra colega Laura Allende, es bueno insistir, a cuatro años de la práctica continuista del sistema que en Chile puso en vigencia el Gobierno derechista de Alessandri, en que no se ha resuelto el problema de acuerdo a lo que los técnicos de la Democracia Cristiana establecieron como el sistema correcto que se debía aplicar, liquidando los dividendos reajustables y estableciendo un sistema de compraventa de casas que diera certeza y seguridad presupuestaria a quienes se incorporaron a él.
De nuevo queda de relieve que, mientras en Chile no se ponga atajo a este desenfreno multiplicador de reajustabilidades, inserto, además, en una economía inflacionista, no va a ser posible llevar algún alivio y alguna tranquilidad a miles de familias que están entrampadas hoy en este sistema verdaderamente increíble.
Nosotros creemos a propósito de estos vetos, que hemos resuelto rechazar terminantemente, que tenemos el deber moral de decir, de nuevo, que cuando un gobierno niega la posibilidad de establecer un precio fijo para una vivienda, ese gobierno está declarando, enfáticamente, al adoptar esa actitud, que no tiene fe, ni tiene confianza en su capacidad para resolver el carácter inflacionario de la sociedad capitalista en que se vive.
Y yo recuerdo que aquí, en este país, se lanzó una estridente "guerra contra la inflación", y se dijo que se iba a producir una estabilización de valores y de precios que permitiría que cosas como ésta, por ejemplo, de la odiosa reajustabilidad de los dividendos, se eliminarán. Así, mucha más gente habría podido legítimamente y con tranquilidad, participar y gozar de un sistema verdaderamente democrático y verdaderamente popular en materia de vivienda. "¡Guerra contra la inflación!" ¡Guerra contra la inflación", en la cual el propio Presidente de la República se transformaba en el generalísimo de esta batalla! Esto estaba acorde con los folletos, que fueron ya una vez presentados en esta Cámara y que decían, a todo color: "El Gobierno de Chile comienza con Frei" y "No más dividendos reajustables".
Estas no son cosas que nos esté creando la imaginación de algún vate o de un poeta que surja en el último tiempo. No es producto de la invención, ni de la imaginación fértil de nadie, que ahora se esté tratando de poner en boca de quienes recorrieron la geografía humana y política del país, prometiendo la liquidación de la reajustabilidad de los dividendos; que se quiera "colgar" a una determinada campaña presidencial. ¡No! Estos folletos, estas declaraciones fueron profusamente dados a conocer en Chile durante la última campaña presidencial y constituyeron parte de la plataforma que esa campaña presidencial puso ante la conciencia y el corazón de quienes tenían que decidir en este país el destino presidencial del sexenio siguiente: 1964-1970.
Pues bien, señor Presidente, yo digo que si el Gobierno hubiera tenido alguna confianza en "su" guerra contra la inflación; si hubiera existido alguna dosis de autocreencia de parte de los que lanzaban esta propaganda en que les iba a ser posible detener la inflación, no habrían tenido ningún empacho ni habrían vacilado en establecer el sistema deseable del precio fijo de la vivienda y del carácter reajustable de los dividendos, que es lo que propician los técnicos de la Izquierda, y que es lo que se aconseja como lo más serio y lo que resguarda, en cualquier caso, tanto al instituto previsional y a los fondos fiscales, cuanto al propio beneficiario o al adjudicatario de la vivienda: el precio fijo y el dividendo reajustable. Porque, si va a estar estabilizada la economía y no va a haber inflación, no hay ningún problema en que este sistema se ponga en práctica, debido a que se van a mantener los mismos cánones y los mismos valores. Y no va a haber dificultades de financiamiento, por cuanto se va a entregar lo que se pague efectivamente. O sea, se va a cancelar efectivamente lo que se recibió. En buenas cuentas, si hay inflación, si efectivamente no tiene capacidad gubernativa el equipo de turno para detener la inflación, si le fallan sus cálculos, si efectivamente no estaban esos cálculos afincados en un cimiento sólido y científico para regular el proceso económico del país; entonces, siendo de todas maneras fijo el valor de la vivienda, la reajustabilidad anual de los dividendos en el ciento por ciento del alza del costo de la vida va a lograr que esa casa, en vez de pagarse en los treinta años en que estaba presupuestado que se percibiría su pago, se pague en 25, en 20, en 18, en 9 ó en 5 años, de acuerdo con el ritmo de crecimiento de ese proceso inflacionario. Es decir, el instituto previsional, el Gobierno va a recibir antes la plata que estaba siendo esperada en treinta años. Este es, pues, el sistema correcto, el sistema justo, el sistema al cual el Ministro de la Vivienda de aquel entonces, el señor Modesto Collado, primer Secretario de esa Cartera que hubo en el Gobierno del señor Frei, reconoció en presencia de los Diputados señores Giannini, Santibáñez y Cardemil, y no recuerdo bien si también el DiputadoSepúlveda, ante un amplia delegación de adquirentes de "EMPART", de Valparaíso. Matemáticamente, él nos demostró que el actual sistema significa que una casa que se adquirió en 38 mil escudos, a los treinta años iba a costar 700 mil escudos. Ahora, si es que se procede con absoluta visión, el actual sistema, que se prometió derogar y que es una de las cosas por las cuales fue barrido de este país el Gobierno derechista del señor Alessandri.
El señor STARK (Vicepresidente).-
¿Me excusa, señor Diputado?
Ha terminado el tiempo de su primer discurso. El señor Diputado puede continuar en el tiempo de su segundo discurso.
El señor GUASTAVINO.-
Muchas gracias.
El señor LORCA (don Alfredo).-
Le falta hablar de África.
El señor STARK (Vicepresidente).-
¡Ruego al señor Lorca no interrumpir al orador! ¡Si necesita una interrupción, no hay ningún inconveniente para que la Mesa la pida!
El señor GARAY.-
¡Bonita manera de perder el tiempo!
El señor STARK (Vicepresidente).-
¡No está con la palabra Su Señoría!
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor GUASTAVINO.-
¡Hay que explicarles a los electores de la 10ª circunscripción que no toda la Cámara piensa que Alessandri fue un gobernante del África; sólo lo piensa el señor Lorca!
Desde este punto de vista, creo que vale la pena puntualizarlo…
El señor STARK (Vicepresidente).-
¡Señor Lorca, don Alfredo!
El señor GUASTAVINO.-
Pero estos problemas que estamos viendo aquí, son problemas del Chile de hoy, y son problemas del Chile de Alessandri, que permanecen exactamente igual y que dejan las cosas exactamente en este lugar, a pesar de que se dijo que "todo tenía que cambiar". ¡Cuando todo tenía que cambiar, también tenía que cambiar el sistema absurdo de la reajustabilidad de los dividendos!
En consecuencia, señor Presidente, quiero que, a propósito de estos vetos, se pueda realmente poner de relieve, con fuerza, el problema de principios, el problema de fondo, el problema de una verdadera filosofía de la vivienda o habitacional en Chile. Y esto es lo que está en crisis. Este veto, este par de vetos que está aquí ante nuestra vista, respecto de los cuales tenemos que resolver, está demostrando fehaciente y dolorosamente que este Gobierno continúa, simplemente, entendiendo como que el sistema de reajustabilidad de precios de los dividendos debe persistir en Chile. Cuando se le pide que se reajusten los excedentes que tiene el Servicio de Seguro Social y que éste debe poner al servicio de la Corporación de la Vivienda; cuando se le pide que los dineros que otras cajas de previsión tienen para este mismo objetivo, dinero de los imponentes, dinero de los que imponen en las Cajas; de los parlamentarios, de todos, de los trabajadores -no sólo del Servicio de Seguro Social, sino que de todo el resto de trabajadores imponentes de este país- vayan a vivir el mismo proceso de reajustabilidad que tienen sus cuentas y sus deudas; entonces el Gobierno dice "no". El Gobierno' dice que en esta parte rige la "ley del embudo": lo ancho para el Gobierno, que se reajusten las deudas y los valores que pagan los imponentes; pero la plata que los imponentes por planilla vieron que se les descontaba e ingresó a sus cuentas para ser puesta, posteriormente, a disposición de los institutos que deben construir casas, esos dineros, esos valores no se reajustan.
Desde este punto de vista, señor Presidente, encuentro absolutamente injusto este veto. Y estimo que no solamente sirve para expresarle a la opinión pública que se continúa por el mismo camino reaccionario en materia habitacional, inserto en una economía inflacionista que golpea en todos los sentidos y por todos los costados a los trabajadores, al pueblo de Chile, a los imponentes; no sólo eso, sino que, además, cuando se trata de actuar con un mismo criterio para los imponentes respecto de la plata que ellos están poniendo, el Gobierno, nuevamente, adopta otro criterio reaccionario que agrava su situación primitiva.
Yo quiero expresar nuestra protesta por estos vetos. Creo que era justa la actitud que estaba asumiendo la mayoría de los Diputados democratacristianos en la votación que aquí hicimos. Basta leer o mirar, aun rápidamente, este veto y su contenido para darse cuenta de lo injusto que sería aprobarlo. La fundamentación es infantil. La fundamentación del veto es penosa por parte del Gobierno. Este veto, firmado por el Presidente de la República, habla muy mal de la manera cómo los fundamenta. Y, realmente, cuesta fundamentar de manera brillante una cosa que no lo es tanto.
De tal modo, Presidente, que estábamos sumamente satisfechos por la forma como venía reaccionando la mayoría de los Diputados democratacristianos, que estaban dispuestos a rechazar el veto. Sin embargo, posteriormente, se ha producido la aceptación por parte de la mayoría política de la Cámara de este veto. Yo deseo que, de todas maneras, quede estampada aquí nuestra protesta y nuestro llamado, una vez más, para que se reflexione respecto de lo grave que es esto.
Yo quiero decir, Presidente, a propósito de este asunto, que no podremos llegar a una población sin que se nos venga a acusar de que estamos haciendo política; porque, permanentemente, hacemos política, porque ésa es nuestra tarea, pues no representamos a un club de deportes, ni a una sociedad de socorros mutuos. Representamos una filosofía política, y esta filosofía es la que debe ponerse al trasluz de lo que desea nuestro pueblo y de lo que es la realidad respecto del partido que nos gobierna.
Cuando nos encontremos con los colegas democratacristianos en las poblaciones del Servicio de Seguro Social o en las otras poblaciones, ya que aquí se habla de las "demás Cajas de Previsión", entonces tendrán que responder de la manera en que aquí ellos han venido a votar estos problemas cuando fueron tan terminantes, ditirámbicos, cuando fueron tan elocuentes, cuando fueron tan abundantes para asegurarle a ese mismo pueblo que iban a defender sus intereses, en esta Corporación, a través de su acción parlamentaria.
Yo creo que esto debe ser considerado y que debe llamarse a nuestros colegas de todos los sectores para que recapaciten, Y me parece que debe hacerse ver al Gobierno, a través del rechazo de ese veto, la disconformidad que hay, después de cuatro años de gobierno, ya que lo que él prometió no lo ha cumplido en ninguno de sus aspectos.
Eso quería decir, a propósito de esto que me ha tocado conocer en esta oportunidad.
El señor STARK (Vicepresidente).-
Para referirse al artículo transitorio, puede hacer uso de la palabra el señor Rosales.
El señor ROSALES.-
Señor Presidente, a mí me parece que ha tenido mucha razón nuestro colega y camarada Juan Acevedo, cuando ha expresado aquí lo lamentable que ha sido la aprobación del veto del artículo 2º de este proyecto; porque, indudablemente, ese artículo 2º contenía un principio de justicia: el reajuste de los dineros de los que imponen para lograr al final una vivienda.
Este mismo principio lo contiene también el artículo transitorio, que dice: "Los fondos provenientes de aportes y excedentes que el Servicio de Seguro Social hubiere hecho o entregado a la Corporación de la Vivienda y que ésta no hubiere retornado en viviendas al 31 de diciembre de 1968, se reajustarán en esa fecha conforme a la variación que hubiere experimentado la "unidad reajustable" durante el lapso comprendido entre el 31 de julio de 1967 y el 30 de junio de 1968".
Y ha tenido también razón nuestro colega Luis Guastavino al decir que se está aplicando aquí la "ley del embudo": lo ancho para el Gobierno y lo angosto para los dineros de los imponentes. Por Io demás, sabemos que la "ley del embudo" es la ley que rige en el régimen de la "revolución en libertad" del Gobierno del Presidente Frei y su partido democratacristiano. Esta se aplica en todos los órdenes, en todos los niveles, en todas las actividades. Pero yo quiero referirme especialmente, en relación con esta materia, a una situación totalmente irregular, y que, a mi juicio, constituye un verdadero escándalo.
Los dineros de la Ley del Cobre que corresponden a las municipalidades de las provincias donde se encuentran los minerales de cobre y que deben serles entregados en fechas más o menos determinadas y fijas para invertirlos en obras de progreso y adelanto comunal, como agua potable, alcantarillado, pavimentación, construcción de escuelas y postas de primeros auxilios; instalación de industrias, etcétera, están siendo traspasados desde hace algún tiempo al Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, con lo cual se contrarían abiertamente disposiciones legales, por una simple orden del Ejecutivo, la que representa, desde luego, una actitud prepotente, ya que se pasa por encima de cuerpos legales que rigen sobre la materia.
Ahora bien, esta situación es bastante grave, porque se ha perjudicado a los municipios de todas estas provincias, los cuales elaboraron sus proyectos para ser ejecutados, también, en fechas más o menos determinadas, y ha ocurrido que no han recibido oportunamente estos fondos. Como he aseverado, han pasado, por orden del Gobierno, al Ministerio de la Vivienda y Urbanismo; nadie sabe dónde, cómo y cuándo han sido invertidos. Me he preocupado de averiguar esta situación y de establecer de quién es la responsabilidad. Nunca se supo. Simplemente, se dijo que, por resolución del Gobierno, los fondos que corresponden a los municipios de las provincias donde están ubicados los minerales de cobre pasaron al Ministerio de la Vivienda y Urbanismo. Después de muchos meses, tal vez años, estos aportes han sido entregados a las Municipalidades, pero por gotas, por pequeñas cantidades….
El señor STARK (Vicepresidente).-
¿Me excusa, señor Diputado? Le ruego, en forma muy especial, referirse a las observaciones formuladas por el Ejecutivo.
El señor ROSALES.-
Mis palabras tienen estrecha relación con lo que voy a decir más adelante, señor Presidente.
-Risas.
El señor SEPULVEDA (don Eduardo).-
Tiene que decirlo ahora.
El señor LORCA (don Alfredo).-
expréselo ahora.
El señor ROSALES.-
Tiene estrecha relación, señor Presidente, porque, repito, estos fondos, de acuerdo con la ley, corresponden a las municipalidades de esas provincias; pero fueron ocupados, indebida e ilegalmente, por el Ministerio mencionado, y como los proyectos elaborados por las municipalidades no pudieron ser ejecutados con oportunidad, se vieron encarecidos por el alza de los materiales de construcción, como lo ha expresado aquí nuestro colega, compañero Juan Acevedo; y un proyecto que costaba cuarenta millones costó después ochenta o cien millones.
Mis palabras tienen relación con la materia en debate, señor Presidente, porque esos fondos no fueron reajustados; debieron haber sido reajustados por el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo durante un lapso de cinco meses, de ocho meses, de un año, o de más. Entonces, lo justo hubiera sido que los municipios los hubieran recibido de acuerdo con el valor que, en ese momento, tenía ese dinero desvalorizado, más el reajuste correspondiente.
Entonces, ¿quién ha sido perjudicado con esto, señor Presidente? La colectividad, que no pudo disponer de las obras públicas para cuya ejecución estaban destinados estos fondos: agua potable, alcantarillado, alumbrado público, construcción de veredas, pavimentación, escuelas, policlínicas, etcétera; o de industrias nuevas, como lo establece expresamente la disposición legal.
Aparte de ser esto una irregularidad, yo lo considero un verdadero escándalo, porque se ha atropellado la ley; porque Se ha pasado por encima de disposiciones vigentes; porque no se le consultó a nadie; las municipalidades no fueron consultadas ni tampoco los organismos que hay en algunas provincias, como es el organismo provincial existente en O'Higgins, etcétera.
He querido decir estas cosas para corroborar lo que han expresado aquí los colegas Juan Acevedo y Luis Guastavino.
Eso es todo.
El señor STARK (Vicepresidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
El señor SEPULVEDA (don Eduardo).-
Yo estaba pidiendo la palabra.
El señor MONCKEBERG.-
Está cerrado el debate.
El señor STARK (Vicepresidente).-
En conformidad con el artículo 90 del Reglamento, se va a llamar a los señores Diputados, hasta por cinco minutos.
-Transcurrido parte del tiempo reglamentario:
El señor STARK (Vicepresidente).-
En votación la observación del Ejecutivo recaída en el artículo transitorio.
-Efectuada la votación en forma económica, no hubo quórum.
El señor KAEMPFE (Secretario).-
La votación ha resultado ineficaz. Han votado solamente 12 señores Diputados.
El señor STARK (Vicepresidente).-
No hay quórum. Se va a repetir la votación. Ruego a los señores Diputados no abstenerse.
-Repetida la votación en forma económica, no hubo quórum.
El señor KAEMPFE (Secretario).-
La votación ha resultado nuevamente ineficaz. Han votado sólo 14 señores Diputados.
El señor STARK (Vicepresidente).-
No hay quórum. Se va a repetir la votación por el sistema de sentados y de pie.
-Repetida la votación en forma económica, por el sistema de sentados y de pie, no hubo quórum.
El señor KAEMPFE (Secretario).-
Han votado solamente 19 señores Diputados.
El señor STARK (Vicepresidente).-
No hay quórum.
Se va a llamar a los señores Diputados por dos minutos.
-Transcurrido el tiempo reglamentario:
El señor STARK (Vicepresidente).-
Se va a tomar la votación en forma nominativa, en conformidad con el Reglamento.
-Durante la votación:
El señor CADEMARTORI.-
Los Diputados que se abstienen quieren hacer fracasar la sesión.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CADEMARTORI.-
Es una maniobra hipócrita. Quieren hacer fracasar la sesión.
El señor VALDES (don Arturo).-
Sus Señorías han hecho fracasar sesiones.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor STARK (Vicepresidente).-
Estamos en votación, señores Diputados.
El señor OLIVARES.-
No se pongan nerviosos.
El señor MONTT.-
Respeten nuestro derecho.
El señor GUASTAVINO.-
Había un compromiso con los estudiantes de la Universidad Técnica del Estado.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor STARK (Vicepresidente).-
No quiero llamar al orden a Sus Señorías; les ruego guardar silencio.
En la votación nominativa no hay fundamentación de voto.
El señor CADEMARTORI.-
Se comprometieron a destinar la Hora de Incidentes para esa materia y ahora se están absteniendo para hacer fracasar esta sesión.
El señor GUASTAVINO.-
Había un acuerdo con los estudiantes.
El señor CADEMARTORI.-
¡Quieren hacer fracasar la sesión! ¡Eso es lo que pretenden!
El señor OLIVARES.-
Y la "Patria Joven", ¿dónde está?
El señor CADEMARTORI.-
¡Que quede constancia de que quieren hacer fracasar la sesión!
-Efectuada la votación en forma nominativa, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 1 voto; por la negativa, 23 votos. Hubo 10 abstenciones.
El señor CADEMARTORI-
¡Lograron su propósito!
El señor STARK (Vicepresidente).-
En conformidad con el artículo 167 del Reglamento, se levanta la sesión.
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