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El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).-
Señor Presidente, la exposición general del proyecto no me tomará sino algunos minutos más. Espero que la paciencia de los Honorables colegas me permitirá darle término.
Decía señor Presidente, que la única manera de dar trabajo permanente y de conciliar éste con el cambio a que me referí es obtener la estabilidad mediante un equilibrio entre los recursos humanos y las oportunidades de ocupación a nivel de la comunidad toda, en consonancia con los planes de desarrollo económico y social. No se consigue de manera alguna esta meta de bien común si lo pretendemos hacer procurando que cada empresa mantenga una inamovilidad rígida de sus recursos humanos, pues ello significaría un retraso en el procesó de transformación y en el desplazamiento de los recursos económicos destinados a la producción de artículos suntuarios a aquéllos invertidos en la elaboración de elementos de uso popular.
El aspecto que estoy planteando -y lo hago por cuanto constituye la entraña del proyecto que hoy conoce la Honorable Cámara- puede estimarse bueno o malo, según se aprecie o no el cuadro general dentro del cual se halla enclavada esta iniciativa, pero es, exactamente, la raíz del asunto.
¿El punto que estoy planteando es un elemento aislado o es un factor dentro del todo? Yo afirmo que es un elemento dentro de una totalidad, cuya inevitable inconveniencia es ser parte de un total que está modificándose, en un proceso de cambios, y que, por consiguiente, está afrontando, en plena batalla, una reconstrucción social y cambiando una serie de elementos al mismo tiempo. Creo honradamente que el esfuerzo para operar esta transformación de la actividad económica del país hacia la satisfacción de los legítimos anhelos de los más pobres y necesitados, lo está afrontando el Gobierno a través de medidas que conocemos -de
las cuales este proyecto de ley da testimonio- con las limitaciones propias de un Poder Ejecutivo propiciador de objetivos revolucionarios, en cuanto a la cantidad y a la profundidad de los cambios que debe hacer, pero que está -lo cual constituye la gran diferencia con respecto a otros regímenes revolucionarios- limitado en su poder y en su acción de transformación social a los acuerdos que pueda alcanzar con el Poder Legislativo.
La señora LAZO.-
¿Me concede una interrupción, Honorable colega?
El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).-
Esta es la razón por la cual los personeros del Ejecutivo han venido y vienen al Parlamento a buscar este entendimiento propio de una democracia y esperan encontrar en él comprensión y altura de miras para enfocar los problemas nacionales.
¿Qué objetivos generales persigue el Gobierno, encajado en los cuales se halla el proyecto de ley en debate? En primer lugar, producir a través de la política de remuneraciones una redistribución de la renta del empresario, del propietario, y en general de todo aquel que posea altas rentas, hacia el sector asalariado de más baja renta. Pero como no resulta posible hacerlo todo al mismo tiempo y con la intensidad que se desea, ha tenido que perseguir sus objetivos por etapas. Así, partió en el año 1965 haciendo justicia en forma especial a dos sectores: el obrero campesino y el de la construcción, otorgando al primero un reajuste de salarios abierta y ostensiblemente superior al alza del costo de la vida, y dando vigencia, en favor del segundo, al tarifado nacional, pese a las dificultades que, según sabía, iban a surgir en el sector de la construcción. La política de remuneraciones en que está empeñado el Gobierno persigue pues, en primer lugar, una redistribución de la renta en favor de los sectores más necesitados de la clase asalariada.
Lo recién expuesto ha quedado demostrado, pese a la incomprensión de muchos grupos, como un hecho incontrovertible: al término del año 1965 el poder de compra del sector popular ha experimentado un incremento incuestionablemente mayor a cualquiera de que se tenga recuerdo o conocimiento, como aumento en un solo año, en toda la historia social de Chile. ¿Quién sería capaz de desmentir, por ejemplo, el hecho de que el sector campesino, en la actualidad, ha pasado a ser un sector con poder de consumo, que aun cuando no sea muy grande todavía, es muchísimo mayor que el que tenía antes de que el actual Gobierno asumiera el mando?
Paralelamente a lo anterior se ha iniciado por primera vez en Chile un proceso tendiente a gravar los bienes, -expresión del patrimonio- mediante el mecanismo de la "renta presunta". En su oportunidad, esta iniciativa del Ejecutivo fue muy discutida y hubo muchos que afirmaron que había "fatiga tributaria" hasta en los sectores populares. Finalmente quedó demostrado que el impuesto patrimonial lo habían pagado sólo los sectores más pudientes del país en beneficio de los programas de tipo social y de carácter popular que impulsa el Gobierno.
El proceso de la construcción es otro de los factores de cambio y de transformación del país. El proceso en marcha en materia de construcción ha afianzado también una política de viviendas populares, y las estadísticas -que cualquiera puede someter a análisis- demuestran con claridad meridiana no sólo que hay en la actualidad más metros cuadrados construidos, sino sobre todo que hay más metros cuadrados construidos en viviendas de tipo popular, por unidad de vivienda popular.
Yo podría continuar durante mucho rato enumerando los factores de cambio que, en forma ordenada y planificada, el Gobierno ha desencadenado en Chile desde que asumió el poder, en materias sociales, en salud, en urbanización de poblaciones, en esfuerzos encaminados a lograr una mayor producción de cobre, en el establecimiento de la industria petroquímica y en general de nuevas industrias, en el aumento de la producción agrícola, en el mejoramiento de los niveles educacionales, etcétera. Todo esto implica y significa un gigantesco proceso de transformación de la vida económica y social de Chile. Pues bien, el proyecto de ley que hoy conoce esta Honorable Cámara es sólo una parte dentro del cuadro de profundas transformaciones que se están operando en nuestra patria y su texto debe entenderse encajado dentro de este cuadro.
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