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- rdf:value = " El señor ZEPEDA COLL.-
Precisamente tenía mis motivos para formular esa consulta al Honorable Diputado informante de la Comisión de Hacienda, porque, de acuerdo con la realidad de nuestro país y que se proyecta en casi todas las zonas agrarias, existe una diferenciación profunda en cuanto a las diversas clases de terrenos, sean éstos regados o no. Incluso la propia tabla fijada por el Ministerio de Agricultura y que más tarde fue concretada en una indicación del Ejecutivo hace esta diferenciación.
Por lo tanto, no es lo mismo hablar de 80 o de 100 hectáreas regadas que de 10. 000 hectáreas, que en la práctica, no son aptas para la agricultura.
Nací en una zona donde una de las actividades es la agricultura. Y allí vemos permanentemente que muchos predios de una extensión relativa son improductivos cuando no se dan las condiciones climáticas favorables. Ese es el caso de las haciendas cordilleranas, las cuales pueden tener 5. 000 ó 10. 000 hectáreas y no constituir, siquiera, una unidad económica.
Por eso, considero muy necesario, frente a cualquier cifra que se esgrima como fundamento de este proyecto, especificar con claridad y precisión a qué tipo o clase de terreno se refieren, si son arables, susceptibles de ser aprovechados agrícolamente o regados, porque las diferencias son profundas.
Nada más.
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