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- rdf:value = " 3.-REFORMA DE LA CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO.- SEGUNDO TRAMITE REGLAMENTARIO.El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Entrando al objeto de la presente sesión, corresponde discutir y votar en particular el proyecto de reforma constitucional.
Diputado informante de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia es el Honorable señor Hurtado, don Patricio; y de la de Hacienda, el señor Muga.
-El proyecto está impreso en el boletín Nº 10.396-B.
(Los informes de las Comisiones de Constitución, Legislación y Justicia y de Hacienda aparecen entre los Documentos de la Cuenta del Boletín de la Sesión 43ª Ordinaria).
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Se va a discutir el encabezamiento con la modificación al artículo 2º de la Constitución Política del Estado.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Señor Presidente, simplemente deseo dar una muy breve explicación a la Honorable Cámara sobre el trabajo realizado por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia en el estudio del segundo informe recaído en el proyecto de reforma constitucional iniciado por Mensaje del Ejecutivo.
La Comisión conoció de ciento cincuenta indicaciones presentadas en el segundo informe en la Sala y en la Comisión. Se rechazaron ciento treinta y las veinte indicaciones restantes dieron lugar a modificaciones y enmiendas introducidas en los artículos 5º, 10, 27, artículo nuevo a continuación del 35, 37, 44, 45, 56. En el artículo 72 se han modificado los números 1º, 5º, 7°, 8º, 13 y 14. Simultáneamente se han introducido numerosos artículos nuevos de acuerdo con indicaciones presentadas, y se refieren fundamentalmente a la administración regional, creando las zonas en el país y los Intendentes Zonales, y también en la administración comunal.
No creo oportuno hacer un informe detallado en esta ocasión respecto de las modificaciones introducidas en las diversas disposiciones de la Constitución y sobre los artículos nuevos propuestos. En consecuencia, quedo a disposición de la Honorable Cámara a fin de absolver cualquiera consulta que se desee formular para ampliar el informe que ya di a la Honorable Cámara sobre esta materia en la discusión general.
Nada más, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezca la palabra.
Cerrado el debate.
Se ha pedido votación nominal para este artículo.
El señor MILLAS.-
Para el encabezamiento del artículo único...
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
En votación la petición de votación nominal para el encabezamiento del artículo único del proyecto de reforma constitucional y para la modificación al artículo 2º de la Constitución Política del Estado, que son las disposiciones que la Mesa sometió a discusión.
Si le parece a la Honorable Cámara, se acordará efectuar la votación en forma nominal.
Acordado.
En votación nominal al encabezamiento del artículo único del proyecto y la modificación del artículo 2º de la Constitución.
El señor MILLAS.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor MILLAS.-
Señor Presidente, los parlamentarios comunistas, al dar nuestros votos favorables al encabezamiento del artículo único y a la modificación introducida en el artículo 2º de la Constitución Política del Estado, hacemos presente que estimamos de extraordinaria importancia en nuestra vida democrática que se aborde el estudio de este proyecto de reforma constitucional.
Nos parece acertado que, en este encabezamiento, se haga referencia directa a la Carta que una vez más se modifica: a la Constitución Política del Estado del 25 de mayo de 1833. Es sabido que en aquella Carta, por sobre las circunstancias políticas del momento, por encima del pensamiento conservador del reputado constitucionalista Juan Egaña, también influyó -como lo reconoció incluso VicuñaMackenna- el criterio de sectores que en el fondo mantenían una ideología liberal en esa época y que estaban vinculados, en las nuevas condiciones de la ocasión política de esos días, a la tertulia del ex MinistroDiego Portales. Ellos contribuyeron a que esa Carta, aun con el contenido que correspondía a circunstancias muy específicas, se proyectara favoreciendo las reformas que se desarrollaron más adelante. Esto ha permitido que algunos tratadistas hayan podido decir que el régimen parlamentario se encontraba en germen en aquella Constitución presidencialista, y que la historia haya demostrado que las instituciones liberales que se generaron en Chile, con un sentido de progreso en el siglo pasado, también estaban en germen en aquella Carta, que fue originalmente considerada como una Constitución estrictamente conservadora.
Creemos que, en la tradición del desarrollo jurídico de Chile, se planteen en estos momentos transformaciones fundamentales, a las que es indispensable abrirles paso. Y nosotros celebramos el hecho de que la primera de las reformas que ahora introduciremos en la Constitución Política del Estado la modifique en algo que, aun cuando pudiera parecer una mera manifestación verbalista, a nuestro juicio tiene un hondo significado. Me refiero al hecho de que esa soberanía que reside en la Nación, según el antiguo texto constitucional, se entiende, en conformidad con la nueva redacción, que reside en el pueblo.
Consideramos que, en relación con los cambios que Chile necesita en esta hora, si bien en el texto de la reforma constitucional que consideramos hay una serie de aspectos en los cuales figuran algunas ideas que no corresponden al desarrollo constitucional democrático necesario para abrir los caminos a las transformaciones indispensables en la vida nacional, lo más valioso y fundamental es que se entra a dar un concepto moderno y más flexible del régimen de propiedad, se establecen los derechos de los trabajadores y, además, se consagran las bases para poder llevar adelante transformaciones indispensables. Es indudable que éstas aún no se reflejan, dentro de la vida de la sociedad, en el nuevo texto de la Carta Fundamental que irá aprobando, en las sesiones de hoy y mañana, esta Honorable Cámara.
El propósito con el cual los comunistas entramos a participar en la aprobación de estas reformas constitucionales es que ellas ayuden a abrir paso hacia el futuro y permitan efectuar, a través de un esfuerzo mancomunado de la clase obrera con todas las otras fuerzas que quieren el progreso de Chile, las transformaciones que éste necesita. Con este espíritu los comunistas votaremos favorablemente el encabezamiento de este artículo, y la modificación de forma que, pudiéramos decir, reviste, en cierto modo, un carácter simbólico en relación con el artículo 2º de la Constitución Política del Estado.
Abordamos las reformas que debatiremos hoy y mañana en su conjunto, sin falsas ilusiones, pero con un ánimo de esperanza, de certeza, en la posibilidad de abrir camino a las transformaciones que nuestro país necesita. Esperamos que la apertura hacia ese futuro se refleje, en la medida en que sea posible, en este nuevo texto de la Carta Fundamental que reforma la del año 1833, adaptándola a necesidades vitales existentes, hoy día, en Chile.
He dicho.
El señor LORCA (don Gustavo).-
Me alegro de que Su Señoría no haya rendido culto al pasado.
El señor MORALES (don Carlos).-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor MORALES (don Carlos).-
Señor Presidente, sólo deseo expresar, en nombre de los Diputados radicales, que votaremos favorablemente esta primera enmienda a nuestra Carta Fundamental. Lo haremos, en primer lugar, porque fuimos los autores de la indicación que inspira este artículo 2º en que se reemplazó el concepto "Nación", entidad ficticia de carácter jurídico, por un hecho esencial, esto es, el reconocimiento del "pueblo" como entidad de la que emana la soberanía que ejercen los representantes populares.
El actual texto de la Constitución establece; "La Soberanía reside esencialmente en la Nación..." Se advierte claramente que la modificación introducida por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia reemplaza la palabra "Nación" por "Pueblo".
Creemos que, de esta manera, modernizamos nuestro texto jurídico esencial, porque casi todas las Constituciones modernas contemplan esta materia. Por no citar otras, la italiana, que ha servido, en gran parte, de referencia para introducir esta reforma señala en su artículo 1º: "La soberanía pertenece al pueblo".
Por lo demás, compartimos las razones invocadas recientemente por el Honorable señor Millas, y nos alegramos profundamente de que la Honorable Cámara preste su aprobación -lo que se deduce de la votación que se está efectuando- a esta reforma al artículo 2º de nuestra Constitución Política.
Por estas razones, los Diputados radicales votaremos favorablemente la modificación señalada.
Nada más.
-Durante la votación:
El señor CAÑA (Secretario).-
Señor Tuma.
El señor TUMA.-
¡Amén!
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ruego a Su Señoría hacer saber su votación en forma inteligible.
El señor TUMA.-
Voto que sí, señor Presidente.
El señor ZEPEDA COLL.-
Pero si "amén" quiere decir: "Así sea";
-Efectuada la votación en forma nominal, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 116 votos. Se abstuvo, de votar un señor Diputado.
-Votaron por la afirmativa los señores: Acevedo, Acuña, Aguilera, don Luis; Aguilera, doña María Inés; Agurto, Alvarado, Ansieta, Aravena, don José Andrés; Aravena, don Jorge; Argandoña, Aylwin, Ballesteros, Barrionuevo, Buzeta, Cabello, Cademártori, Canales, Cancino, Cardemil, Carvajal, Castilla, Cerda, don Carlos; Cerda, don Eduardo; Clavel, Correa, doña Silvia; Daiber, De la Fuente; De la Jara, Demarchi; Dip, doña Juana; Enríquez, doña Inés; Escorza, Fernández; Fuentes, don César Raúl; Gajardo, Galleguillos, Garay, Garcés, Giannini, Godoy, Guajardo, Guastavino, Hamuy, Hurtado, don Rubén; Hurtado, don Patricio; Iglesias, Irureta, Isla, Jaque, Jarpa, Jerez, Koenig, Lavandero, Lazo, doña Carmen; Lorca, don Gustavo; Lorca, don Alfredo; Lorenzini, Maira, Marambio, Marín, doña Gladys; Martín, Melo, Millas, Monares, Montt, Morales, don Carlos; Mosquera, Muga, Naranjo, Naudon, Ochagavía, Ola-ve, Osorio, Paluz, doña Margarita; Papic, Pareto, Parra, Penna, Pereira, Phillips, Poblete, Pontigo, Ramírez, Retamal, doña Blanca; Rodríguez Huenumán, Rodríguez Nadruz, Rosales, Rosselot, Ruiz-Esquide, Saavedra, doña Wilna; Sanhueza, Santibáñez, Sbarbaro, Sepúlveda, don Francisco; Sepúlveda, don Eduardo; Silva, don Julio; Silva, don Ramón; Sívori, Sota, Sotomayor, Stark, Tejeda, Téllez, Torres, Tuma, Urra, Valdés, don Arturo; Valdés, don Manuel; Valente, Valenzuela, don Renato; Valenzuela, don Ricardo; Valenzuela, don Héctor; Videla, Werner, Zepeda y Zorrilla.
-Se abstuvo de votar el señor Morales, don Raúl.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Aprobado el encabezamiento del artículo único y la modificación al artículo 2° del texto constitucional.
En discusión las modificaciones al artículo 5º.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Diputado
informante.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Señor Presidente, por la modificación que reemplaza el Nº 3 del artículo 5º, se establece que los latinoamericanos nacidos en el Continente, tendrán los mismos derechos que ya una reforma constitucional otorgó a los nacidos en España, siempre que cuenten con más de diez años de residencia en Chile y que en sus países de origen se conceda el mismo beneficio a los chilenos, sin exigir la renuncia de su nacionalidad.
Además, por su inciso final se dispone que tampoco se exigirá la renuncia de la nacionalidad a los extranjeros con más de diez años de residencia en Chile, "pero se entenderá que pierden su nacionalidad de origen, por el solo hecho de concedérseles este beneficio". O sea, se da oportunidad a los latinoamericanos nacidos en el Continente y a los extranjeros con más de diez años de residencia en Chile para adoptar la nacionalidad chilena, siempre que en sus respectivos países de origen se conceda a los chilenos el mismo beneficio.
Al aprobarse esta modificación, se tuvo en vista el propósito de lograr una mayor armonía entre las distintas naciones latinoamericanas que están en vías de integración.
Nada más.
El señor TUMA.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría en el tiempo del Comité Socialista.
El señor TUMA.-
Señor Presidente, los Honorables, señores Morales, don Carlos; Rioseco, Clavel, Laemmermann, Acuña, Jaque y Cabelló, presentaron, en su oportunidad, una indicación al artículo 5° del texto constitucional, que decía; "Tampoco se exigirá dicha renuncia a los latinoamericanos, con más de diez años de residencia en Chile, siempre que el Estado respectivo conceda el mismo beneficio a los chilenos." Esta modificación, que fue rechazada, tenía por objeto estrechar nuestros lazos de amistad y fraternidad con los pueblos latinoamericanos, como ya está establecido con los ciudadanos españoles que adquieran la nacionalidad chilena, sin renunciar a la de su origen.
Muchos extranjeros han aportado sus conocimientos al esfuerzo y progreso de Chile, como los inmigrantes alemanes que, por mediación de Pérez Rosales, llegaron el siglo pasado hasta la zona austral del país. Ahí están Lord Cochrane, Eugenio María Hostos, Andrés Bello, Juan Bautista Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento, Rodulfo Armando Philippi, Rodolfo Lenz, Antonio José Irisarri, Diego Mann, los doctores Johow, Noé y Rondizzoni, etcétera. Por eso creemos que los descendientes de los extranjeros merecen un trato digno, sobre todo los que han contribuido al progreso del país.
Ante esta circunstancia, presenté una indicación en compañía de los Honorables colegas señores Ballesteros, Presidente de la Cámara, Isla, Vicepresidente, Naudon, Morales Abarzúa, Silva Ulloa y Millas, para agregar un número nuevo, que decía: "Los extranjeros con más de diez años de residencia ininterrumpida en Chile.
"Los que soliciten el reconocimiento del derecho concedido en el inciso anterior perderán su nacionalidad de origen, excepto en el caso de los españoles a los cuales se refiere el 3 de este artículo.
"El Presidente de la República, por razones fundadas, podrá desechar la nacionalización." Lamentablemente, esta indicación, también fue rechazada.
Se aceptó, sin embargo, una enmienda presentada por el Ejecutivo, por intermedio del Ministro de Justicia, señor Rodríguez. Aun cuando ella no corresponde exactamente a la finalidad que pretendíamos, en parte la satisface, ya que nuestro interés era que la disposición constitucional que favorece a los extranjeros con más de diez años de residencia en el país, operara de pleno derecho. Sabemos que a los extranjeros, por razones sentimentales, les es muy difícil renunciar a su nacionalidad de origen, aunque tengan interés en nacionalizarse chilenos. La enmienda aprobada establece que se entenderá que el extranjero pierde su nacionalidad de origen, por el hecho de concedérsele la chilena.
La Comisión hizo presente al Ejecutivo que la actual ley sobre nacionalización contempla trámites engorrosos y burocráticos.
Por ese motivo, a petición del Honorable señor Carlos Morales, la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, por unanimidad, acordó enviar oficio al señor Ministro del Interior, solicitándole la modificación de los trámites que rigen actualmente para obtener la carta de nacionalización.
En consecuencia, creemos que la enmienda constitucional hace justicia a estos meritorios ciudadanos extranjeros, dedicados al trabajo, poseedores de la cultura adquirida en el Viejo Mundo, y cuyos actos están inspirados en una moral cristiana.
El señor ESCORZA.-
Muy interesante.
El señor TUMA.-
Sí, Honorable Diputado.
Por estas razones, votaremos favorablemente las enmiendas formuladas al número 3° del artículo 5º, que se refieren a la nacionalización de los extranjeros y de los latinoamericanos con más de 10 años de residencia ininterrumpida en Chile. Estos últimos no perderán su nacionalidad de origen al solicitar la chilena.
Nada más.
El señor ISLA.-
Pido la palabra.
El señor GARAY.-
Pido la palabra.
El señor LORENZINI.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Isla; y, a continuación, los Honorables señores Garay y Lorenzini.
El señor ISLA.-
Señor Presidente, como yo suscribí la indicación que pasó a ser inciso final del número 3° del artículo 5°, quiero formular algunas breves consideraciones. Estoy convencido de que disposiciones de esta naturaleza son útiles para el país. Es interesante arraigar definitivamente en Chile a las personas de distintas nacionalidades que residen en nuestro territorio. En el siglo pasado, el economista y pensador Alberdi, de Argentina, con una visión que quizás no tuvieron nuestros estadistas, decía que "gobernar era poblar". Seguramente, el actual Gobierno propiciará otras medidas similares a ésta, porque comprende su importancia. Ellas contribuirán a fortalecer nuestra propia nacionalidad, con gente de valer y laboriosa.
Aprovecho esta oportunidad, para anunciar a la Honorable Cámara que, en relación con esta materia, presentaré un proyecto de ley para obviar las dificultades que se han presentado con la ley llamada de doble nacionalidad de los españoles, de que es autor mi apreciado amigo y ex parlamentario, don Rafael de la Presa.
En efecto, en la práctica se ha comprobado que no ha habido el interés que se esperaba para acogerse a ella, por los innumerables y largos trámites que deben hacerse, pues el único que se obvia es el de renunciar por escritura pública a la nacionalidad de origen.
Anuncio esta próxima iniciativa legal.
Es todo lo que quería decir.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Garay.
El señor GARAY.-
Señor Presidente, hay un aspecto en la enmienda constitucional que estamos tratando y que votaremos favorablemente. Para mí constituye un verdadero mensaje dirigido a los demás Parlamentos del Continente, esta disposición incorporada a nuestra Constitución Política que permite la nacionalización de los latinoamericanos con más de 10 años de residencia en Chile, sin exigírseles la renuncia a su nacionalidad de origen. Ojalá que sea recogido por esos Parlamentos y que ellos comprendan el hondo significado qué tiene para la futura integración de América Latina. Es de esperar, además, que tomen como modelo esta enmienda constitucional que estamos debatiendo e introduzcan, disposiciones similares en las Cartas Fundamentales de sus respectivos países.
Señor Presidente, me agradaría que el Congreso chileno enviara una comunicación a los demás Parlamentos de América Latina, dándoles a conocer esta enmienda constitucional chilena.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lorenzini.
El señor LORENZINI.-
Señor Presidente, es totalmente razonable la preferencia que se establece en la Constitución en favor de los españoles, cuya patria está tan vinculada a nuestra nacionalidad. Sin embargo, como descendiente de italiano, me gustaría que también se les concediera un trato especial a los italianos que residan en Chile, que han constituido aquí su familia y se han incorporado a la producción de nuestro país, transformándola en fuente creadora de trabajo. Por eso, lamento que no se haya incluido en la Constitución una reforma de este tipo.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor MORALES (don Carlos).-
Pido la palabra.
El señor ZEPEDA COLL.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Morales, don Carlos; y, a continuación, el Honorable señor Zepeda.
El señor MORALES (don Carlos).-
Señor Presidente, en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia tuvimos el alto honor de patrocinar una de las enmiendas contenidas en el número 3 del artículo 5°, que estamos considerando. Ella establece que los latinoamericanos nacidos en el continente y con más de diez años de residencia en el país, podrán adquirir la nacionalidad chilena sin tener que renunciar a la de origen.
Presentamos dicha reforma -y así lo dijimos en la Comisión- como consecuencia de una de las resoluciones adoptadas por el Parlamento Latinoamericano, a cuyos acuerdos me referí en sesión pasada.
En cuanto a lo que acaba de plantear mi Honorable colega señor Garay, en el sentido de que apenas esta enmienda sea aprobada, como lo espero, en los distintos trámites constitucionales, se dé a conocer a todos los Parlamentos latinoamericanos, ya nos hemos adelantado a hacerlo. Le hemos escrito al Secretario General del Parlamento Latinoamericano, el Diputado peruano señor Andrés Townsed Ezcurra, expresándole que dicha idea había sido aprobada por la Comisión y que abrigábamos la esperanza de que lo fuera también por la Cámara de Diputados y, posteriormente, por el Senado.
Al patrocinar esta idea, creemos -y éste fue el motivo esencial que tuvimos presente para proponerla- que estamos contribuyendo a lograr los objetivos fundamentales del Parlamento Latinoamericano: la integración cultural, económica y social de todos los países de América Latina.
De la misma manera, tuvimos al alto honor de coadyuvar con el Honorable señor Tuma en la formulación de la otra idea esencial contenida en este número 3º, cual es que los extranjeros con más de diez años de residencia en Chile puedan obtener la nacionalidad chilena, perdiendo, de pleno derecho, la de origen. La diferencia reside -y ésta es la importancia de la enmienda- en que, en el futuro, los extranjeros que ejerzan esta facultad, no necesitarán renunciar, expresamente, a su nacionalidad de origen. De este modo, hemos resuelto un problema social de gran trascendencia. Más adelante, esta disposición se puede ampliar en el sentido que planteaba el Honorable señor Lorenzini, dándosele a los italianos residentes en Chile el mismo trato que a los españoles.
Por las razones expuestas, por haber patrocinado -lo decimos con mucho orgullo- la enmienda que concierne a los latinoamericanos y haber apoyado la iniciativa de algunos Honorables Diputados, especialmente del Honorable señor Tuma, que fue quien expuso la idea de favorecer a los extranjeros con más de 10 años de residencia en nuestro país, votaremos favorablemente la reforma que se está considerando.
Nada más.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Zepeda Coll; y, a continuación, el Honorable señor Godoy Urrutia.
El señor ZEPEDA COLL.-
Señor Presidente, los Diputados liberales y conservadores votaremos favorablemente la enmienda que en este instante se debate. Lo haremos, porque consideramos que significa un verdadero avance, concordante con las necesidades del mundo actual, al permitir una mayor integración entre los nacionales de diversos países.
Estimamos que las disposiciones de nuestra Constitución de 1925, desgraciadamente, colocan ciertos obstáculos que, en el hecho, impiden la nacionalización de algunos extranjeros. Las condiciones que el texto constitucional vigente exige para adquirir la nacionalidad chilena, muchas veces resultan dolorosas para el interesado, puesto que debe renunciar expresamente a su nacionalidad anterior. Este requisito impide frecuentemente, que puedan materializar este anhelo personas que formaron su hogar en nuestra patria o que llegaron a ella de muy corta edad. Porque, como muy bien decía Andrés Bello, el amor que se siente por el suelo en que se ha nacido "es uno de los sentimientos más nobles e indelebles del corazón humano". Aunque sean muy fuertes los vínculos afectivos hacia nuestro país, tener que renegar expresamente de su patria anterior es, en muchos casos, un obstáculo insalvable para los sentimientos y la conciencia de numerosos extranjeros, y significa también un impedimento definitivo para adquirir la nacionalidad chilena.
Por eso, los parlamentarios de nuestras filas, en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, planteamos que esta franquicia que se otorga a los nacidos en España y en los países latinoamericanos, de no exigirles la renuncia a su nacionalidad de origen, se hiciera extensiva a otros extranjeros. Afortunadamente, por iniciativa del señor Ministro de Justicia se aprobó este último inciso del número 3º del artículo 5°, que ahora se discute.
A los extranjeros con más de diez años de residencia no se les exigirá la renuncia previa a su nacionalidad anterior y se entenderá que la pierden por el hecho de adquirir la chilena. Así se evita instantes dolorosos, la situación difícil y degradante en que nuestra Constitución impone a aquellas personas que deseaban incorporarse a nuestra nacionalidad.
Muchas gracias.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Godoy Urrutia.
El señor GODOY URRUTIA.-
Señor Presidente, los Diputados comunistas pensamos, respecto de esta reforma al artículo 5º de la Constitución Política, que ella significa un paso progresista que tiende a eliminar una de las exigencias más odiosas que se hacen las personas a quienes a veces razones ajenas a su voluntad obligan a vivir en un país distinto del de su origen.
Se recordaron aquí las palabras de un gran pensador latinoamericano, el argentino Juan Bautista Alberdi, en las que resumía la política que debía seguir su país; "Gobernar es poblar" ...
Un señor DIPUTADO.-
¡Sería democratacristiano!
El señor GODOY URRUTIA.-
Pero Alberdi iba más lejos. Durante su permanencia en Chile pudo usar de la prensa de aquella época, en especial de la de Valparaíso, para defender sus ideas y combatir a los enemigos de su patria, que eran sus propios enemigos, como el dictador Rozas. Alberdi sostenía que, para él, compatriota era todo hombre progresista, y extranjero, era todo hombre retrógrado.
Esto importa un cambio en una concepción que, en cierto modo, tiene un principio de xenofobia, de odio, de reserva, contra aquéllos que no han nacido en un territorio determinado o no reúnen las mismas calidades que las leyes reconocen a los que cumplen con los requisitos propios de la nacionalidad.
Somos un país con pequeña población, territorialmente grande, y necesitamos que venga hacia Chile una corriente de inmigración, de gente progresista, a ayudar a las transformaciones que esta tierra necesita. Por eso, creemos ...
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Honorable señor Acevedo, ruego a Su Señoría tomar asiento.
El señor GODOY URRUTIA.-
¡ Señor Presidente ...!
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
La Mesa está justamente tratando de poner orden en la Sala, Honorable Diputado.
Puede continuar Su Señoría.
El señor GODOY URRUTIA.-
Digo que este principio tiende a abrir un poco, generosa y fraternalmente, sobre todo a los latinoamericanos, las puertas de nuestro país, para que se asimilen a él, sin someterlos a la violencia de renunciar a la ciudadanía de origen.
Por último, aunque aparezca impropio para algunos, la patria de mucha gente es sólo aquel lugar donde puede ganarse el pan, donde puede levantar un hogar con su familia, donde puede hacer algo en beneficio de la sociedad, y éstas son circunstancias que muchas veces están por encima de las disposiciones jurídicas o legales.
Con todo, a pesar de no ser suficientemente amplia esta disposición la suscribimos jubilosamente, como un paso para engrandecer el concepto pequeño y estrecho de nacionalidad y para caminar hacia una fraternidad más amplia, que tanta falta hace a los hombres.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
En votación la primera de las enmiendas al artículo 5º de la Constitución, que consiste en intercalar, en el Nº 2º, a continuación de las palabras: "En actual servicio de la República", las siguientes: "o de organismos internacionales a los cuales se encuentre adherido el Estado de Chile."
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará.
Aprobada.
En votación la segunda de las enmiendas, que consiste en reemplazar el N° 3º por el que figura en el boletín.
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará.
Aprobada.
En discusión las enmiendas propuestas por la Comisión al artículo 6º de la Constitución Política del Estado.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Diputado informante.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Señor Presidente, he solicitado la palabra para decir, muy brevemente, que a través de esta modificación, se hace concordar el número 1° del artículo 6º con la disposición ya aprobada en el artículo 5º, en lo referente a los nacionales de algún Estado latinoamericano.
El inciso final del número 3º del artículo 6°, en su texto vigente, dispone que la causal de pérdida de la nacionalidad chilena por nacionalización en un país extranjero "no rige en los casos en que, a virtud de disposiciones legales o constitucionales de otros países, los chilenos residentes en ellos deban adoptar la nacionalidad del país en que residan como condición de su permanencia."
La modificación introducida ahora complementa la disposición en referencia, en el sentido de que considera, además, las disposiciones administrativas que se establezcan en otros países, para obligar a los chilenos residentes a permanecer en ellos. También agrega la frase; "en igualdad jurídica con los nacionales del respectivo país.", con el propósito de considerar todas aquellas normas de carácter discriminatorio que existen en algunos países respecto de sus propios nacionales y en relación con los extranjeros.
Esta modificación al artículo 6º de la Constitución Política tiende fundamentalmente a resolver el problema que se plantea a los chilenos que trabajan en el extranjero.
En la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia se citó un ejemplo que me permitiré repetir en esta Honorable Cámara.
En el mineral de Río Turbio, de la República Argentina, trabajan " 600 ó 700 obreros chilenos. La legislación del trabajo que rige en ese país dispone que los extranjeros no tienen acceso a los beneficios de la seguridad social ni de las leyes previsionales, e incluso existen normas discriminatorias en materia de salarios.
En efecto, los extranjeros sin residencia en Argentina ganan un tercio del salario de un nacional; los que se radican en el país ganan el doble; y los que se nacionalizan, el triple.
La mejor manera de poder resolver este problema de los chilenos que trabajan en el extranjero, que se agrava en las zonas limítrofes de nuestro país, es aprobar una disposición en la forma como ha quedado redactado el inciso final del artículo 6º de la Constitución.
Nada más, señor Presidente.
El señor SILVA ULLOA.-
Pido la palabra.
El se��or BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor SILVA ULLOA.-
Señor Presidente, los Diputados socialistas votaremos favorablemente las dos modificaciones propuestas por la Comisión al artículo 6° de la Constitución Política del Estado.
Aprobaremos la modificación introducida en el número 1º, porque ella es una consecuencia de lo aprobado recientemente por la Honorable Cámara.
En cuanto a la enmienda propuesta en el número 3°, yo quiero manifestar -tal como lo expresó el señor Diputado informante- que se fundamentó principalmente en las observaciones que formulara en la Honorable Cámara, la semana pasada, nuestro Honorable colega señor Ernesto Guajardo, quien, como Diputado por la provincia de Magallanes, conoce perfectamente el dramático problema de los trabajadores chilenos que laboran en la Argentina.
Hasta este instante, no se ha podido encontrar el camino, a través de acuerdos internacionales, que garanticen a los chilenos que trabajan en Argentina los derechos previsionales y el derecho a una remuneración idéntica a los nacionales de ese país, por las mismas faenas que realizan. Por ello, creemos que es justificado considerar no sólo que no. pierden la nacionalidad chilena aquellos ciudadanos nuestros que en el extranjero tienen que someterse a disposiciones constitucionales o legales, sino que también a las de orden administrativo, como son las que están imperando en esta materia, en la República Argentina.
El señor OCHAGAVIA.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor OCHAGAVIA.-
Señor Presidente, he pedido la palabra para anunciar los votos favorables de los Diputados liberales y conservadores a la reforma de esta parte del artículo 6º de nuestra Constitución Política.
En mi condición de Diputado por la provincia de Chiloé, conozco personalmente la tragedia de los miles de chilenos, hijos de esa provincia que viven en la República Argentina. Según cálculos estimativos, estos compatriotas llegan a una cifra del orden de las doscientas cincuenta mil personas que laboran en aquel país, en toda la Patagonia. En el mineral de Río Turbio y en toda la zona sur de la República Argentina, compatriotas nuestros están trabajando y sufriendo las consecuencias de la falta de concordancia de los convenios previsionales entre Chile y Argentina.
El señor GODOY URRUTIA.-
Hay discriminación…
El señor OCHAGAVIA.-
La Comisión de Agricultura de la Honorable Cámara, que visitó la provincia de Magallanes en el mes pasado, tuvo ocasión de realizar un viaje, a indicación del Diputado que habla, a la localidad de Río Turbio, vecina a la ciudad de Puerto Natales. Y allí pudimos comprobar, en una reunión en la cual participaban los sindicatos argentinos de ese mineral, constituidos en federaciones, "que de los cuarenta asistentes a esa reunión gremial sólo cuatro eran argentinos. Y los Diputados Marambio, Laemmermann y yo sufrimos la vergüenza de escuchar decir a los argentinos que el Gobierno de Chile había sido remiso en la solución a este problema a través de un convenio que permitiera a los trabajadores chilenos, para todos los efectos legales, gozar de los derechos previsionales que tienen los ciudadanos de ese país y que los chilenos -no sé si en esto rectifico a mi Honorable colega señor Patricio Hurtado, Diputado informante de este proyecto- también obtienen mientras están trabajando en territorio argentino.
El problema se suscita porque nuestros compatriotas jamás se han integrado a esa nación o han pensado perder su nacionalidad y establecerse definitivamente en la Argentina. Se trata de ciudadanos que tienen sus familias y sus propiedades principalmente en la provincia de Chiloé y que van a trabajar por temporadas; algunos se quedan durante más tiempo, pero no aceptan por motivo alguno una radicación y mucho menos la nacionalización.
En consecuencia, las dificultades surgen cuando la previsión chilena debe otorgar a estos obreros su jubilación por años de servicio; entonces, todos los años trabajados en la República Argentina no pueden considerarse para tal beneficio.
Y es curioso cómo, incluso, en este trámite de la radicación el Gobierno argentino ha exigido que se establezca un sistema de tarjetas de identificación, para poder tener algún control. Nuestros compatriotas ni siquiera aceptan dicho trámite, manteniendo una situación irregular, no legal. Mucho menos aceptarían la exigencia de la nacionalización.
Además, hay otro problema que no se ha considerado. Los chilenos que trabajan en estas condiciones no tienen derecho a tener casa. En consecuencia, estos hombres están viviendo como parias; semanalmente se "descuelgan" de Río Turbio y van a Puerto Natales para acompañar a sus familiares, pues carecen del derecho a tener una vivienda en Río Turbio.
Yo creo, que la solución que habíamos solicitado al señor Ministro de Relaciones Exteriores, es decir, la aprobación de un convenio para que los derechos previsionales de Argentina y Chile, en este caso, se complementaran a fin de hacerlos valederos para todos los efectos legales es la más justa y lógica. Sin embargo, de acuerdo con lo manifestado por el señor Ministro de Justicia durante la discusión de la modificación a esta disposición constitucional, evidentemente ésta aparece como una solución mucho más de fondo.
Por esta razón, por tratarse de algo fundamental y de absoluta justicia, en lo cual los chilenos no hemos reparado, como es el de dar posibilidades de trabajo digno y seguro a nuestros compatriotas de las provincias australes, nosotros aprobaremos esta modificación del texto constitucional, que solucionará este problema.
Nada más.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Si le parece a la Cámara y no se pide votación, se aprobará la enmienda del N° 1 del artículo 6°.
Aprobada.
Si le parece a la Cámara y no se pide votación, se aprobará también la enmienda del Nº 3 de dicho artículo.
Aprobada.
En discusión la modificación del artículo 7º de la Constitución Política del Estado.
El señor URRA.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor URRA.-
Señor Presidente, con referencia a la modificación del artículo 7°, quiero recalcar ante la Honorable Cámara la importancia de la proposición, aprobada definitivamente por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, que incorpora en el sistema institucional chileno a los mayores de 18 años de edad, para que puedan participar activamente en el proceso electoral y político del país y, lo que es más importante, que puedan actuar como ciudadanos, con plenitud de derechos y obligaciones, dentro de la comunidad nacional.
En esta materia nuestro país estaba notablemente atrasado en relación con las modernas tendencias de la legislación comparada en lo que al derecho constitucional se refiere. La mayoría de las Constituciones americanas y europeas, como la francesa y la italiana, establecen este derecho.
Por otra parte, en Ja misma legislación chilena, nos encontramos con que los mayores de 18 años y menores de 21, que no participan como ciudadanos en nuestra base institucional, ya tienen derechos y obligaciones, como ocurre, por ejemplo, en materia penal. En este aspecto, en virtud de las disposiciones del Código Penal, los mayores de 18 años son ya sujetos de responsabilidad. Incluso los mayores de 16 años y menores de 18 son, en ciertas circunstancias, plenamente responsables de sus actos. La legislación del trabajo establece también la incorporación de los mayores de 18 años al derecho laboral chileno, como sujetos de obligaciones y derechos.
Nosotros queremos recalcar la extraordinaria importancia que tiene la aprobación de este precepto, como lo hizo notar la Juventud Comunista, en una carta pública dirigida a toda la juventud chilena. Esta disposición tiene especial importancia como en todos los países latinoamericanos, la gran mayoría de la población es joven y porque, por las nuevas modalidades de la educación superior, por su formación integral, la juventud está plenamente capacitada para participar responsablemente en la comunidad. Esta enmienda de la, Constitución Política es un paso de extraordinaria y vital importancia en lo que se refiere a la juventud, viga maestra de la nación.
En lo que respecta a los analfabetos, hemos fijado nuestro criterio en forma muy clara. A nuestro juicio, esta disposición es también fundamental, ya que en la gran comunidad latinoamericana, para dar sólo un testimonio, hay más de 130 millones de analfabetos. Esperamos que esta reforma de la Constitución chilena signifique, en América Latina, un puente hacia el futuro y un faro de esperanza para las legislaciones de otros países, que requieran estas transformaciones.
Nada más.
La señora MARIN.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su. Señoría.
La señora MARIN.-
Señor Presidente, los comunistas consideramos de extraordinaria importancia la reforma del artículo 7º de la Constitución Política del Estado, por cuanto significa robustecer y ampliar el régimen democrático. Es una de las enmiendas más positivas, ya que, por primera vez, establece en Chile el voto universal, que antes no existía, pues se negaba el derecho a sufragio a la inmensa masa de los analfabetos.
Esta reforma es el resultado de la incansable lucha de los sectores populares por incorporar en la vida política a vastos sectores de nuestra población, hasta hoy excluidos de ella, como consecuencia de un criterio clasista y reaccionario. La preocupación por los problemas nacionales ya no es patrimonio de un grupo reducido, sino que alcanza amplios sectores de nuestro país. Por eso, nosotros los comunistas, valoramos esta reforma en toda su significación.
En especial, como partido de la clase obrera, queremos decir que tenemos absoluta confianza en el futuro de la juventud de nuestro país, la cual, a través de múltiples actividades, ha dado muestra de su responsabilidad ante los problemas nacionales. Por eso, consideramos totalmente justo ampliar el derecho a voto para los mayores de 18 años. Por lo demás, como lo ha dicho el Diputado señor Urra, este derecho está reconocido en la inmensa mayoría de los países.
En 1957, parlamentarios de nuestro partido presentaron una indicación tendiente a reformar la Constitución Política del Estado en este aspecto. Lo digo como demostración de nuestra permanente preocupación por ampliar el régimen democrático a nuevos sectores.
Nosotros valoramos esta indicación hecha por parlamentarios de la Democracia Cristiana, entre ellos, por el Diputado señor Jerez, porque interpreta nuestras aspiraciones y nuestros sentimientos.
Eso es todo.
El señor VIDELA.-
Pido la palabra.
El señor NAUDON.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Videla; y, a continuación, el Honorable señor Naudon.
El señor VIDELA.-
Señor Presidente, esta enmienda es una de las formas en que el Excelentísimo señor Frei está cumpliendo las promesas que hizo antes de las elecciones del año pasado. A través de esta reforma, los que queremos hacer una revolución en libertad le entregamos armas al pueblo chileno para que nos juzgue después por lo que hicimos o por lo que no hicimos.
El señor VALENTE.-
Fusiles...
El señor VIDELA.-
Creemos que, más que los fusiles, como dice el Honorable colega, el derecho a sufragio es la mejor arma que el pueblo tiene para juzgar a sus gobernantes.
Si es verdad que en América Latina hay más de 120 millones de analfabetos y que el 20% de los chilenos no saben leer ni escribir, no es menos cierto que eso no es culpa de ellos. Por lo tanto, no se les puede castigar, privándolos del derecho a voto.
Esta es la causa por la cual esta modificación constitucional, propuesta por nuestro Gobierno, que da derecho a sufragio a los analfabetos y a los mayores de 18 años, es, como he dicho, una de las formas de cumplir la revolución en libertad.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Naudon.
El señor NAUDON.-
Señor Presidente, los Diputados radicales estamos de acuerdo con la modificación del artículo 7° de la Constitución sólo en cuanto se extiende el derecho a sufragio a los mayores de 18 años.
Por razones de orden práctico, aunque compartimos el principio, discrepamos de la idea de dar derecho a voto a los analfabetos, toda vez que, desde el momento en que él se establezca, desaparecerá la garantía del secreto del sufragio y volverá nuevamente la práctica del cohecho. Efectivamente, cuando votan los analfabetos, es muy difícil que el elector no demuestre su preferencia en el instante de sufragar.Si los Honorables colegas de la Democracia cristiana nos dieran a conocer un sistema para mantener el secreto del voto, podríamos cambiar de criterio.
Con la actual cédula única, que, en ciertos casos, contiene los nombres de cien candidatos, es muy difícil...
Un señor DIPUTADO.-
Pero el elector conoce los números.
El señor NAUDON.-
Se supone que quien no sabe leer ni escribir tampoco conoce los números.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Honorable señor Pereira, Honorable señor Videla, ruego a Sus Señorías no interrumpir.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).
Honorable señor Videla, llamo al orden a Su Señoría.
Puede continuar el Honorable señor Naudon.
El señor NAUDON.-
He dicho que, en principio, aceptamos extender el sufragio a los analfabetos, porque creemos que ellos también tienen derecho a participar en la vida pública; pero estimamos que no hay un sistema práctico para mantener el secreto del voto. Como consecuencia de esta enmienda, habrá una modificación total de nuestro sistema electoral, con perjuicio, en nuestra opinión, de los intereses de las clases a las cuales se pretende proteger dándoles derecho a voto.
Se ha hecho mucho hincapié en que en otros países existe este derecho para los analfabetos. En la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, se dijo que, en cierto modo, el caso es diferente. En otros países, existe el tipo que llamamos "analfabeto culto", o sea, aquella persona que, sin saber leer ni escribir, tiene una preparación que le permite, por lo menos, identificar su voluntad en el momento de emitir el sufragio.
Por estas razones, nos abstendremos de votar esta enmienda. Estamos de acuerdo en dar derecho a votó a los mayores de 18 años, pero no así a los analfabetos, por las razones de orden práctico indicadas, sin dejar de reconocer que estas personas deberían tener acceso a la vida política del país.
Nada más.
La señora RETAMAL.-
Pido la palabra.
El señor FERNANDEZ.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra la Honorable señora Retamal; y, a continuación, el Honorable señor Fernández.
La señora RETAMAL.-
Señor Presidente, sólo quiero decir que la gran masa de chilenos que no sabe leer ni escribir no es responsable de su analfabetismo, sino los Gobiernos que no han sido capaces de darle instrucción.
Esta gente, además de estar obligada a pagar contribuciones, tiene los mismos deberes que aquellos ciudadanos que saben leer, pero no iguales derechos.
Por eso, nunca con más justicia que hoy, voy a levantar mi mano en favor de estos chilenos que no tuvieron la suerte de ir a la escuela.
Nada más.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Fernández.
El señor FERNANDEZ.-
Señor Presidente, deseo referirme, en términos muy breves, a las objeciones hechas por el Honorable colega señor Naudon a este artículo al plantear una imposibilidad práctica, material, y no de fondo, para que los analfabetos puedan ejercer el derecho a sufragio.
No creo necesario citar en esta Honorable Cámara, porque sin duda los señores parlamentarios ya la conocen, la larga lista de países, especialmente latinoamericanos, donde los analfabetos tienen derechos políticos. Sólo quiero decir al colega Naudon que fui testigo presencial en Venezuela -donde gobierna el Partido de Acción Democrática, que yo creía que tiene semejanza con el Partido Radical chileno- de cómo los analfabetos cumplen perfectamente con sus obligaciones y derechos políticos, en elecciones apreciadas por la ciudadanía latinoamericana como ejemplo dentro del nivel cívico de nuestros pueblos.
En ese país se vota por color y por símbolo diferentes para cada partido, y las boletas son de un color determinado. Por ejemplo, el Partido COPEI, de Venezuela, tiene el color verde y, al mismo tiempo, un símbolo. Los electores introducen esa boleta de votación en el sobre correspondiente dentro de la cámara secreta, de manera que no hay ninguna posibilidad de cohecho o violación del secreto del sufragio.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FERNANDEZ.-
Por último, a quienes temen que el conceder derecho a sufragio a los analfabetos significa bajar un poco el nivel de nuestra democracia, les digo que un Gobierno que ha sido capaz de construir más escuelas que trece países latinoamericanos en un año es perfectamente capaz de terminar con el analfabetismo antes de la próxima elección ordinaria.
El señor BALLESTEROS (Presidente).
Tiene la palabra el Honorable señor Zepeda Coll; y, a continuación, los Honorables señores Osorio y Cabello.
El señor ZEPEDA COLL.-
Señor Presidente, este aspecto de la discusión de la reforma constitucional es, tal vez, uno de los más importantes. Por eso, expondremos nuestro pensamiento con absoluta franqueza. Aun cuando sabemos que la enmienda propuesta es, sin duda alguna, muy popular, tenemos la obligación de exponer lo que creemos la sana doctrina, sea o no popular. Por eso, manifestamos con toda franqueza nuestro desacuerdo con esta disposición.
Se nos dice que es justo que voten los analfabetos, es decir, que se incorporen a la vida activa de la nación; y se invoca como ejemplo lo que sucede en otros países de nuestra América. Evidentemente, la situación en muchos países del continente es diferente a la de Chile, porque en ellos el porcentaje de analfabetos es enorme y, si no intervinieran en la generación de los poderes públicos, la dirección de sus respectivas naciones quedaría entregada, única y exclusivamente, a una minoría. En esos casos, es enteramente conveniente buscar algún procedimiento para que los analfabetos voten. Así ocurre en Bolivia, donde más del 60% de la población no sabe leer o escribir; pero no en Chile, donde el problema del analfabetismo no es fundamental o excesivamente grave. Al decir esto, no pretendemos eludir ninguna responsabilidad, pero estimamos conveniente reconocer hechos.
En Chile, de acuerdo con el último censo practicado, sólo el 16,2% de la población es analfabeta. Por lo tanto, el analfabetismo no es un problema fundamental. Nosotros debemos abogar, precisamente, para dar a estas personas la posibilidad de que aprendan a leer y escribir y, con eso, puedan hacer frente a la vida y ejercer sus derechos ciudadanos. Si la sociedad no ha sido capaz de erradicar el analfabetismo hasta ahora, su obligación es hacerlo, pero no establecer este hecho doloroso en nuestra Carta Fundamental. Nosotros creemos que debe buscarse la forma para que todos los chilenos sepan leer y escribir.
Por último, lo manifestado por el Honorable señor Naudon acerca de la pérdida del secreto del voto, es efectivo. Este secreto desaparece cuando un ciudadano no puede determinar por sus propios medios lo que debe hacer en el acto electoral. Evidentemente, en países donde actualmente votan los analfabetos, existen procedimientos que lo garantizan, porque una persona o autoridad les señala la forma de sufragar para favorecer a determinado candidato. Como no se ha propuesto ninguna innovación en este sentido dentro de nuestra legislación electoral, no existe la manera de conservar el secreto del voto si quienes lo emiten son analfabetos.
Por eso, nuestra obligación es erradicar definitivamente el analfabetismo, que sabemos no es un asunto difícil, y dar a todos los chilenos la posibilidad de ser ciudadanos activos, reuniendo este requisito mínimo que exige la ley.
Ahora, respecto a los menores de 21 años y mayores de 18, como argumento a favor se dice que pueden participar activamente de todos los derechos ciudadanos, que están plenamente capacitados, y que existen leyes en otros países, incluso en el nuestro, en las cuales se les reconoce esa competencia.
El Código Civil legisla acerca de los mayores de 18 y menores de 21 años, y dispone que pueden administrar su peculio profesional o industrial. Se establece también la responsabilidad penal, pero ésta es diferente al ejercicio pleno del derecho en el orden civil.
Evidentemente, la responsabilidad penal frente a la comisión de un delito, aunque sea complejo, como lo reconocen muchas personas, en ningún caso es tan complicada como la responsabilidad ante otro tipo de derecho jurídico, civil o electoral.
En cuanto al peculio profesional, precisamente nuestra ley civil reconoce a los jóvenes mayores de 18 y menores de 21 el derecho a administrarlo, debido a que el ejercicio de su profesión u oficio los habilita para disponer del fruto que provenga de éstos. Pero es un precepto de excepción, porque la ley general no lo reconoce así. En efecto, nuestra legislación civil los declara incapaces para administrar sus propios bienes y establece una excepción.
Es preciso reconocer que algunos jóvenes mayores de 18 y menores de 21 años están plenamente capacitados para ejercer todo tipo de derecho, pero no es la generalidad. Entonces, cuando se trata un tema tan complejo e importante como éste, debemos atenernos a los casos generales y no a las excepciones, salvo que legislemos única y exclusivamente para las excepciones.
Ahora, al analizar más a fondo la responsabilidad penal, de acuerdo con esos argumentos, también podríamos llegar al absurdo de permitir que voten los menores de 18 años y mayores de 16, y declarar válidos los sufragios si el Juez de Menores declara que obraron con el debido discernimiento. En realidad, eso no es aceptable.
Por último, se indica una edad arbitraria, 18 años, en circunstancias que, si estudiamos y discutimos más el asunto, podríamos llegar a la conclusión de que perfectamente los jóvenes de 15 ó 16 años están habilitados para ejercer el derecho electoral.
La sana doctrina, la práctica, la experiencia, aconsejan que no se disminuya la edad para ejercer la ciudadanía. Porque también debemos considerar -y esto no se opone a un buen sentido democrático- que hay cierta edad durante la cual ha de ponerse mayor énfasis en el cumplimiento de deberes que en el ejercicio de derechos. Hay tiempo para vivir y ejercer derechos y hay tiempo para vivir cumpliendo obligaciones.
Por eso es esencial que, en la etapa de la juventud, de formación de la personalidad, se ponga énfasis, antes que nada, en el cumplimiento de obligaciones y deberes y no en el ejercicio de derechos. Esto capacitará a los jóvenes para que, cuando sean mayores, puedan ejercer, con buen tino, criterio y discreción, los derechos ciudadanos para los cuales han sido preparados a través de la vida. En la sociedad existe una conjunción permanente entre el ejercicio de derechos y el cumplimiento de deberes. Pero cabe discutir cuál es el momento oportuno en que uno u otro concepto debe primar, aunque ambos deben estar armónicamente relacionados a través de la vida. No obstante, hay que reconocer que, en la etapa de formación del hombre, es aconsejable que predomine el cumplimiento de obligaciones sobre el ejercicio de derechos.
Además, al establecer este derecho consideramos que se "politizaría" la actividad juvenil. No olvidemos que muchos jóvenes de 18 años -aunque no la mayoría- son alumnos de cuarto, quinto o sexto año de humanidades.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
¿Me permite, Honorable Diputado? El Honorable señor Jerez le solicita una interrupción.
El señor ZEPEDA COLL.-
Como por desgracia tenemos un tiempo tan restringido para hacer uso de la palabra, se la concedería si fuera con cargo al tiempo del Comité Demócrata Cristiano.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Solicito el asentimiento unánime de la Sala, a fin de proceder de manera idéntica como en la discusión general del proyecto. Es decir, todas las interrupciones serán con cargo al tiempo del Comité del solicitante, ya sea que se formulen a los señores Ministros de Estado o a otros señores Diputados.
¿Habría acuerdo?
Acordado
Tiene la palabra el Honorable señor Jerez.
El señor JEREZ.-
Señor Presidente, no obstante que estimo interesante la argumentación del Honorable colega señor Zepeda, deseo que me explique dos cosas.
Su Señoría empezó haciendo un verdadero panegírico de la necesidad de que, en cierta edad de las personas, se acentúen sus obligaciones en desmedro de sus derechos. En segundo lugar, Su Señoría considera que la edad para ejercer el derecho de sufragio que pretendemos establecer en la Constitución en virtud de esta reforma, es improcedente.
A mí me gusta que, en estas cosas, se sea consecuente. Naturalmente, aquí se puede hablar de todo; pero hay dos asuntos que me agradaría saber de parte del Honorable señor Zepeda.
Cuando Su Señoría fue dirigente estudiantil, ¿era irresponsable porque se pronunciaba respecto de determinados problemas y daba opiniones sobre fenómenos sociales? Era, pues, una persona joven que tenía cierta actuación como dirigente estudiantil.
En segundo lugar, desde hace muchos años, es posible elegir parlamentario a una persona de 21 años de edad. Si se llega a la Cámara a los 21 años y puede hablar aquí "urbi et orbi" y votar sobre los asuntos trascendentales, como una reforma constitucional, ¿cómo justifica establecer una solución de continuidad entre estas dos etapas de la vida tan próximas: una, la edad en que se puede ser parlamentario y resolver la suerte del país; y otra, la edad de 20 años, considerándola que no es apta para el ejercicio del sufragio, en circunstancias que sólo hay una diferencia minúscula de un año entre una y otra?
Entiendo que su oposición se explica únicamente desde el punto de vista político, porque hay sectores que resultarán perjudicados con esta disposición que rebaja la edad ciudadana, ya que las nuevas generaciones no votarán por las tendencias políticas antiguas.
Por este motivo, creo que es un error argumentar en esta forma y dar razones que a mí me gustaría se explicaran mejor. Si Su Señoría nunca se opuso a que se eligiera parlamentarios a personas de 21 años de edad, ¿por qué se opone a que pueda serlo una persona de 20 años?
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Puede continuar el Honorable señor Zepeda Coll.
El señor ZEPEDA COLL.-
Señor Presidente, en realidad, son bastante interesantes las observaciones del Honorable señor Jerez y merecen una respuesta del Diputado que habla.
Efectivamente, cuando yo estaba en la Universidad, tuve participación activa en la vida estudiantil, pero no como dirigente. Me preocupé de cuestiones estudiantiles y desempeñé algunos cargos muy modestos, dentro de la Federación de Estudiantes de Chile. Pero debe saber el Honorable señor Jerez que mi actuación fue principalmente en materias de orden estudiantil, como la discusión de problemas relativos a la enseñanza y a la docencia misma. Y cada vez que se planteó un problema ajeno, de orden político, mi invariable posición fue la de oponerme a esa clase de asuntos.
En todo caso, puedo decirle a mi Honorable colega que también las leyes generales tienen alguna excepción.
Señor Presidente, todo ser humano, desde el momento que nace, tiene un derecho, que la sociedad debe reconocerle, sin que tenga que pedirlo, cual es el derecho a la educación. El hecho de que no exista plenamente reconocido en una determinada sociedad este derecho en la práctica, hace merecedora a esa sociedad de censura, porque ella debe ser, precisamente la que permita este beneficio a toda la juventud, para que ésta tenga la posibilidad de desarrollarse y formarse. Pero, en el día de hoy, tal como están planteadas las cosas, los jóvenes que tienen 18 años de edad, son en general estudiantes de 4º, 5º ó 6º año de humanidades. Aquí hay profesores secundarios, que conocen el problema. Yo también lo conozco, porque, antes de ser Diputado, hice clases. Y creo que muchos de nosotros estaremos de acuerdo en que no a todos los jóvenes de esa edad, que son alumnos de 5°, 5º ó 6º años de humanidades, como lo digo, se les puede considerar plenamente capacitados para el ejercicio pleno de los derechos cívicos.
Además, creo que esta reforma "politizará" la enseñanza misma, porque habría que legislar para reglamentar la manera cómo se podrán ejercer las actividades políticas dentro de los liceos, para que los candidatos a cargos de representación popular puedan tener oportunidad de hacer actos de proclamación y propaganda dentro de los colegios de enseñanza media o profesional. Esto, evidentemente, no es aconsejable.
Se me ocurre que, de inmediato, algunos Honorables colegas me contestarán que no es efectivo que la mayoría de los jóvenes de 18 años sean estudiantes, ya que ellos no representan sino un porcentaje inferior a un 20%. Esto es cierto; pero no se puede discutir que, en realidad, en la generalidad de los casos, esto no es aconsejable. Nosotros nos oponemos a que se legisle en forma excepcional, para que, en casos determinados, algunos jóvenes puedan ejercer este derecho. Pero no se puede establecer, en forma general, que los menores de 21 años tendrán el ejercicio pleno de sus derechos cívicos.
Con este mismo argumento, podemos sostener también que un joven de 15 años de edad está plenamente capacitado para decidir sobre cuestiones políticas que interesan a la opinión pública y, por consiguiente, debería tener derecho a voto. ¿Por qué, pues, se establece este derecho a los 18 años, y no a los 15?
Aún más, el Poder Ejecutivo se ha opuesto a que vote el personal de tropa de las Fuerzas Armadas. No olvidemos que los jóvenes de 19 años de edad tienen que cumplir con el Servicio Militar Obligatorio. Entonces, habría que establecer una disposición constitucional o legal, con el objeto de suspender su derecho a ejercer el sufragio mientras estén haciendo el Servicio Militar...
El señor TUMA.-
¿Me permite una interrupción?
El señor ZEPEDA COLL.-
En realidad creo que la sana doctrina en esta materia del ejercicio de los derechos cívicos es la que ellos competen sólo a la persona que está plenamente capacitada para ello, una vez que haya cumplido aquellas etapas de la vida en que el individuo aprende, antes que nada, a cumplir con sus obligaciones.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Honorable Diputado, los Honorables
señores Turna y Giannini le solicitan una interrupción.
El señor ZEPEDA COLL.-
He terminado, señor Presidente.
El señor OSORIO.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor OSORIO.-
Señor Presidente, los Diputados socialistas vamos a votar, favorablemente la enmienda constitucional en debate.
Siempre hemos sido partidarios de dar derecho a los analfabetos y también a los mayores de 18 años, especialmente quienes, alguna vez en la vida, hemos desempeñado algún cargo de dirigente juvenil, como es el caso del Diputado que habla.
Y digo esto, porque, precisamente, uno de los principios de la generación que luchó por conquistar un gobierno popular y que lo logró, en 1938, con don Pedro Aguirre Cerda, era el otorgamiento del derecho a voto a los jóvenes mayores de 18 años.
En Chile, los hombres se forman a muy temprana edad. Si los señores Diputados consultan algunas estadísticas, las cuales están acostumbrados a citar en la Honorable Cámara, encontrarán que, en la actualidad, trabajan en las labores agrícolas más de 50 mil jóvenes menores de 15 años. Hay jóvenes que son responsables de un hogar desde los 12 años, y que, por lo tanto, cuando llegan a los 18, ya saben lo que significa la responsabilidad de la mantención de una familia, porque a tan temprana edad han tenido que reemplazar al padre que ha faltado en ese hogar.
Por eso, nosotros somos partidarios de concederle este derecho a la juventud, porque sabemos, positivamente, que el hombre se forma en nuestro país antes de los 18 años.
Se argumenta también que, en la actualidad, muchos jóvenes a esa edad son o podrían ser estudiantes todavía. Sí, señor Presidente. Pero hay otras personas que con 30, 40 ó 50 años, siguen aún siendo estudiantes.
¿Cuántos hombres hay en la Universidad, ya maduros, que siguen estudiando? ¿Y cuántos hay que han pasado 10, 12 ó más años en la Universidad, y que aún no han recibido su título profesional?
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ruego a los señores Diputados guardar silencio.
El señor OSORIO.-
No voy a continuar argumentando sobre esto, señor Presidente.
En cuanto a los analfabetos, la verdad es que su número alcanza a cerca del 20 y hasta del 40% de la población.
En la sociedad en que vivimos, este sector de, nuestra población tiene sus derechos limitados. Sin embargo, deben cumplir todos los deberes, de acuerdo con la Constitución Política del Estado.
En efecto, en igual forma que todos los chilenos, sepan o no sepan leer, los analfabetos tienen que pagar impuestos, hacer el servicio militar; en fin, tienen deberes en cuya virtud se les explota, prácticamente, desde que nacen. Y también han tenido deberes que nosotros no hemos tenido, como los que cumplieron aquellos campesinos y obreros que recorrieron la pampa ardiente del salitre durante la Guerra del Pacífico. ¡A ellos no se les preguntó si sabían leer o escribir! Sólo se les dijo que eran chilenos y que debían cumplir con su deber de defender a la Patria. Por estas razones, somos partidarios de que se otorgue también derecho a voto a los analfabetos. Indudablemente, para llevar a la práctica esta reforma, habría que efectuar algunas modificaciones en la actual legislación electoral, en lo relativo a la cédula única que deben utilizar los electores, si bien los inconvenientes que ella presenta para los iletrados podrían obviarse como se ha hecho en otros países, donde, como lo anotaba mi Honorable colega señor Fernández, se utilizan otros métodos para facilitar el voto de los analfabetos, basados en el uso de símbolos, de colores, de figuras. ¿Por qué no proceder en una forma exactamente igual en nuestro país?
¿Acaso los analfabetos no sufren también los efectos de las alzas de precios en el costo de la vida? ¿Acaso, cuando alguien va a comprar un traje o un kilo de azúcar, el comerciante le pregunta si sabe leer o escribir, para cobrarle más o menos por el artículo que adquiere?
Indudablemente que no.
Nosotros tenemos que reconocer que el analfabetismo se debe, precisamente, a los regímenes burgueses que han imperado en nuestro país.
Tampoco puede desconocerse el hecho de que en este sector de analfabetos hay hombres sumamente inteligentes, quienes, si el Estado o la sociedad les hubieran dado la posibilidad de educarse, habrían sido, seguramente, grandes hombres, que habrían servido a la patria. ¡Cuántos maestros especializados hay en las maestranzas de este país, cuántos torneros, cuántos electricistas, cuántos operarios que, con sus manos, están levantando los más hermosos edificios de esta nación, que son analfabetos!
Sí, señor Presidente; tenemos la obligación de entender esto y darles el derecho a voto a esos hombres, a quienes nuestra sociedad les ha negado el derecho de aprender a leer y escribir.
Por estas consideraciones, los Diputados socialistas vamos a votar favorablemente este artículo, tal como ha sido despachado por la Comisión.
He concedido una interrupción al Honorable señor Palestro, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Palestro.
El señor PALESTRO.-
Señor Presidente, la verdad es que los parlamentarios socialistas nos explicamos plenamente la actitud y el criterio del Honorable señor Zepeda Coll, representante de un partido de Derecha, de la oligarquía tradicional de este país. Y ello se debe a que sabemos que durante toda la historia de Chile, esta oligarquía chilena, especialmente la oligarquía terrateniente, la que en Argentina denominan "la oligarquía vacuna" -y cuándo se la llama así, por algo ha de ser- se opuso y se opone a cualquier tipo de reforma o a cualquier intento encaminado a obligar al dueño de la tierra, al "caporal", al capataz de la hacienda, a construir una modesta aula donde impartir la enseñanza de las primeras letras y los rudimentos de la cultura a sus campesinos, a los hombres que viven en el fundo.
Esta mañana se ha planteado una especie de querella de generaciones, a través de las palabras del Honorable señor . Zepeda Coll. Como muy bien lo ha expresado el Honorable señor Osorio, no es cierto que solamente la juventud sea irresponsable, ya que en los sectores adultos también existe gente de esta clase y de mayor irreflexión que los propios muchachos de 18 años, a quienes nosotros queremos capacitar para elegir a los hombres que deben dirigir los destinos de este país.
No se trata de que la juventud carezca del discernimiento necesario para emitir su voto responsablemente, con claridad, con pleno reconocimiento acerca de las personas que deben conducir a Chile; así como tampoco se puede establecer como una cosa hecha, fija, que sólo los hombres de edad tienen el criterio necesario para determinar en forma reposada y bien pensada, la manera de administrar una nación.
De ahí, señor Presidente, que en los países más adelantados de la tierra, especialmente en los socialistas -también en otros dirigidos por personas que antes entregaron la "oreja" al imperialismo norteamericano, como es el caso de la Acción Democrática de Venezuela- los analfabetos voten con cédulas de color o con símbolos. Así el analfabeto, el campesino, puede elegir los hombres de la tendencia que estimen más conveniente para gobernar, a través de un voto de color o de un símbolo.
¿ Qué culpa tiene el campesino o el analfabeto de Colombia, Venezuela, Cuba, Bolivia o Chile, o de cualquier otro país, de carecer de instrucción, cuando la misma oligarquía le ha impedido recibirla, a pesar de que después se la exige para ejercer sus derechos cívicos? Por eso, nosotros propiciamos que se permita votar a los analfabetos, como seguramente se va a acordar durante la discusión de este proyecto de reforma constitucional.
-Hablan vanos señores Diputados a la vez.
El señor PALESTRO.-
Y, justamente, al hablar de países avanzados, en este orden, me iba a referir a la Cuba revolucionaria, no a la República cubana de Batista ni a la de otro grupo de personajes muy sumisos que fueron siempre serviles y que se entregaron maniatados al imperialismo norteamericano, sino a la Cuba de ese hombre excepcional, gran conductor de su pueblo y figura señera del movimiento de liberación de las naciones americanas, que es Fidel Castro. Y esto les consta a los parlamentarios de este Congreso, incluso a los Diputados de la Democracia Cristiana que han recorrido ese país, como el Honorable colega Patricio Hurtado, por ejemplo, que vino justamente a esta Sala a rendir un homenaje a las realizaciones de la revolución en Cuba, en esa valiente isla que fue capaz de "volarle" las plumas al águila norteamericana. Allí, en un plazo de casi un año, se logró "erradicar" el analfabetismo.
¿Qué culpa tienen estos ciudadanos, por lo tanto, que haya países, como el nuestro, donde existe aún gente con una mentalidad retrógrada, que, como se puede apreciar por algunos planteamientos formulados por la Derecha, hace unos instantes, que se opone a que el analfabeto, que también tiene las mismas obligaciones de todo ciudadano, pueda ejercer un derecho que le permita elegir, como sea, al hombre o los hombres, la tendencia o los partidos que deben conducir su país?
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
Un señor DIPUTADO.-
¿Cuándo han votado los cubanos? -
El señor PALESTRO.-
Ellos no tienen necesidad de votar, porque ya eligieron un gran líder.
Esto demuestra, justamente, las innumerables contradicciones de la Democracia Cristiana que hemos señalado, porque los mismos colegas democratacristianos están luchando, a través de este proyecto de reforma de la Constitución, para establecer el plebiscito.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
¡Honorable señor Pereira!
El señor PALESTRO.-
¿Qué democracia más directa puede haber que recurrir al plebiscito? Y debemos decir una cosa; nosotros somos partidarios del plebiscito.
-Aplausos en la Sala.
El señor PALESTRO.-
¿Qué democracia más directa, repito, es actuar a través de los plebiscitos, como lo hizo Fidel Castro, por ejemplo, cuando frente a dos millones de cubanos rompió el famoso pacto militar que Fulgencio Batista auscribió con el imperialismo norteamericano? Fidel Castro, en una tribuna y frente a dos millones de cubanos, rompió e hizo mil pedazos el famoso tratado que ataba a las Fuerzas Armadas y al pueblo de Cuba a los designios del Pentágono norteamericano. ¿Es ésta o no una manera directa, práctica, clara, de demostrar más democracia que en ninguna parte, como no lo ha hecho ningún Presidente frente a su pueblo? Allí, en medio de los gritos roncos del pueblo...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PALESTRO.-
.....y de un bosque de brazos levantados en señal de aprobación, Cuba rompió los lazos con su eterno explotador, que lo es también de todos los países de América; el imperialismo norteamericano.
Quisiera que los compañeros de la Democracia Cristiana también se atrevieran...
Varios señores DIPUTADOS.-
¿A qué?
El señor PALESTRO.-
...a pedirle al Presidente Freí que, frente a los convenios del cobre, se realizara un plebiscito. En él estaríamos con Sus Señorías, pero para nacionalizar el cobre...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PALESTRO.-
…para recuperar la riqueza del cobre para los chilenos ; no para entregarles más ganancias a los imperialistas norteamericanos, sino que para recuperar el cobre, para impulsar el progreso de nuestra patria y la prosperidad de los chilenos. No sólo estaríamos los socialistas, comunistas y el FRAP, en esa posición, sino que todo el pueblo de Chile los apoyaría para quitarles a los norteamericanos lo que nos han quitado durante más de cien años en este país.
Quiero manifestar que nosotros aprobaremos la disposición que concede derecho a voto de los mayores de 18 años. En esta forma, la juventud tendrá derecho a elegir. Asimismo, aprobaremos lo relativo a la votación de los analfabetos, conforme a lo que hemos expresado, permanentemente, desde hace muchos años.
Los analfabetos no tienen ninguna culpa de serlo, porque ¿qué culpa tienen que este país haya sido dirigido, no con el cerebro, sino con los zapatos, durante ciento y tantos años? ¿Qué culpa tiene el analfabeto del campo o de la ciudad, de que le hayan negado la posibilidad de llegar a la escuela? ¿Qué culpa tienen los hijos de los obreros y empleados de que cuando niños deban luchar a brazo partido para ganarse la vida, en circunstancias que aún están en edad de ir a la escuela o al liceo? Nosotros conocemos este caso por experiencia propia. En efecto, pudimos haber estudiado una carrera profesional, pero tuvimos que enfrentarnos a la dura y trágica realidad de la vida para ganar unos cuantos pesos en cualquiera labor, en cualquier trabajo, a fin de contribuir al escaso, magro, raquítico y escuálido presupuesto familiar. Estas cosas las sabemos, porque las hemos sufrido en carne propia, y no es ningún crimen ni vergüenza declararlo en esta Sala. Haber nacido pobre, no constituye una vergüenza.
Lo que sí podría serlo, es que, habiendo Diputados jóvenes, que tuvieron la suerte de contar con todos los medios que brinda la vida, en su niñez y juventud, por haber nacido en hogares adinerados, circunstancias que les han permitido desarrollar y realizar lo que uno querría para sus hijos, aún sigan pensando con el mismo criterio de los hombres de las cavernas, con el mismo criterio de la Colonia y que crean, todavía, que estamos Viviendo en la época del candil y la calesa o de los carros tirados por caballos.
No, señor Presidente; estamos viviendo en el siglo XX; en las puertas, en los umbrales de una de las aventuras más grandes y nobles, cual es la conquista del espacio, que toda la humanidad espera anhelante; estamos, tal vez, frente a la apertura de una vida y. de un mundo desconocido, vida nueva, que a lo' mejor, resulta más promisoria que la actual. Por eso, resulta increíble que aún haya Diputados que piensen, como digo, que estamos en la época de la carreta.
Por eso, nosotros, los socialistas, que marchamos con el tiempo, que marchamos con la época, 'votaremos favorablemente esta reforma, con el objeto de que los muchachos tengan derecho a voto al cumplir los 18 años. Igualmente, aprobaremos la indicación que tiende a conceder este mismo derecho a los analfabetos.
Concedo una interrupción a la Honorable señora Allende, y, a continuación, al Honorable señor Tuma.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
La Mesa recuerda a Su Señoría que está con el uso de la palabra el Honorable señor Osorio. Por lo tanto, Su Señoría no puede conceder interrupciones.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor OSORIO.-
Concedo una interrupción al Honorable señor Tuma.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Tuma.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor TUMA.-
La Honorable señora Allende solicitó primero la interrupción, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Puede usar de la palabra la Honorable señora Allende.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
La señora ALLENDE.-
Señor Presidente, lo único que deseo expresar es que nosotros votaremos favorablemente esta reforma, porque en nuestro programa del Gobierno popular habíamos contemplado el derecho a voto de los analfabetos y de los muchachos desde los 18 años de edad. Por eso, me alegro de que la Democracia Cristiana se inspire en muchas cosas de nuestro programa.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Puede continuar el Honorable señor Osorio.
El señor OSORIO.-
He concedido una interrupción al Honorable señor Tuma,
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Tuma.
El señor VIDELA.-
¿Por qué no lo hicieron durante el Gobierno de Ibáñez?
El señor TUMA.-
Señor Presidente, sólo deseo contestar...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor TUMA.-
...al Honorable señor Zepeda, en lo referente al derecho a voto que adquirirán las personas mayores de dieciocho años. En la práctica, estos chilenos no votarán a esa edad, aunque así lo establezca la Constitución, porque se inscribirán en los registros electorales a los dieciocho años y, como se sabe, éstos se cierran, prácticamente, seis meses antes de una elección general. Será muy difícil, entonces, que inmediatamente, a esa edad, dichos ciudadanos puedan ejercer el derecho a sufragio.
En efecto, si sacamos la cuenta en forma matemática, estos muchachos que podrán inscribirse a los dieciocho años de edad, sólo a los diecinueve años y seis meses van a poder ejercitar su derecho a voto. Y cuando venga una elección, el término medio de ellos votará cuando tengan más de veinte años y no dieciocho, como establece la ley.
Por eso, nosotros estamos de acuerdo en que debe prescribirse de que estos ciudadanos tengan pleno derecho a inscribirse al cumplir dieciocho años de edad.
En seguida, no estamos de acuerdo con los datos estadísticos proporcionados por el Honorable señor Zepeda Coll, en cuanto dice que los analfabetos constituyen en el país una ínfima cantidad. Seguramente, no es así en algunos sectores rurales. Puedo citar el siguiente caso. Durante la campaña electoral pasada, visité, en la comuna de Pucón, un sector llamado Relicura, para cuyo efecto tuve que hacer un viaje de doscientos kilómetros, desde Temuco. Nunca había puesto más énfasis en mis palabras que en esa tarde, ni más entusiasmo, para convencer de mi doctrina a un grupo de treinta y cuatro campesinos que viven al otro lado del río Trancura. Repito que empleé el mayor interés en conversar con estos modestos campesinos. Sin embargo, después de más de una hora de charla con ellos, cuando empezamos a inscribir a los adherentes a nuestra candidatura, nos encontramos con que de las treinta y cuatro personas reunidas, apenas había dos inscritas, dos que sabían leer y escribir, y que, por lo demás, eran forasteros; los treinta y dos restantes eran analfabetos. En consecuencia, ni un voto pude obtener en ese grupo de campesinos.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor TUMA.-
Por eso, hay que visitar los campos, los lugares apartados y los sectores cordilleranos, para darse cuenta de que en ellos existe un porcentaje mucho mayor de analfabetos del que se observa en los centros poblados.
Además, tengo entendido que ese famoso personaje que nos identifica, y que llama "Juan Verdejo", también es analfabeto. Y ¿quién hay más perspicaz, qué hombre es más habilidoso que él? ¿Cómo le vamos a negar el derecho a voto al hombre que nos personifica; Juan Verdejo? Los analfabetos tienen un sexto sentido; son analfabetos, pero no ignorantes. No hay más que ir a la Vega Central, donde laboran jornaleros y trabajadores del campo, en su mayoría analfabetos, para ver cómo se manejan. Saben muy bien el precio de sus productos; conocen muy bien cómo se opera en la reforma agraria, y son los primeros en concurrir a inscribirse para tener derecho a un pedazo de tierra. En consecuencia, puede que el chileno no sepa leer ni, escribir, pero es muy habilidoso; ello está en su sangre y en su propia idiosincrasia. No podemos, entonces, negar el derecho a voto a los analfabetos.
Hay muchas formas en que los ciudadanos pueden expresar sus preferencias. Ya se ha hablado aquí sobre el uso de los colores que existe en las cédulas electorales, en otros países. Hace cuarenta años que éste sistema se emplea en Méjico.
Por lo tanto, con las modificaciones propuestas en el artículo 7º de la Constitución nos colocaremos a la altura - de los demás países progresistas, pues gozarán de sus derechos cívicos aquellos ciudadanos que hayan cumplido 18 años de edad, y los que no sepan leer ni escribir. Me refiero a aquellos a quienes la oligarquía y la plutocracia les ha negado la posibilidad de instruirse.
Debo recordar que los pueblos árabes, hace algunos siglos, propagaron la cultura a través de la mitad de Europa Posteriormente, los turcos sojuzgaron a dichos pueblos, durante más de cien años, manteniéndolos en la ignorancia. Es así como la mayor parte de los árabes que llegaron a Chile no tuvieron oportunidad de instruirse, porque los gobernantes turcos, que dominaron el Asia Menor hasta fines del siglo pasado, se lo impidieron.
Un Diputado del Partido Radical, el Honorable señor Naudon, si mal no recuerdo, dijo que en otros países existen culturas milenarias. Ello es efectivo, pero en Chile, en ese aspecto, no somos menos. Tenemos una gran dosis de esa cultura milenaria. Aquí la gente es más despierta. No podemos comparar, siquiera, a nuestro indio chileno con los analfabetos de otros pueblos. Yo he quedado sorprendido ante la habilidad de nuestros indios: lo saben todo, lo comprenden, lo entienden, tienen intuición, un sexto sentido.
Por eso, estamos junto a la Democracia Cristiana en este planteamiento y votaremos favorablemente esta reforma a la Constitución, para dar derecho a voto a los analfabetos y a los mayores de 18 años.
El señor TEJEDA.-
El Honorable señor Osorio me había concedido una interrupción.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
El Honorable señor Osorio expresó que había terminado.
Tiene la palabra el Honorable señor Cabello.
El señor CABELLO.-
Señor Presidente, no puedo dejar pasar las palabras que alcancé a oír a la Honorable señora Blanca Retamal.
Su Señoría debe recordar que existe un partido centenario, que se llama Partido Radical...
Varios señores DIPUTADOS.-
¡Había!
El señor CABELLO.-
…que se ha preocupado, permanentemente, de la educación en Chile. Debe recordar que tuvimos un gran Presidente de la República, cuyo lema fue: "Gobernar es educar"...
El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).-
Como don Gabriel González Videla.
El señor CABELLO.-
Debe saber, como maestra, que existe una Ley de Instrucción Primaria que lleva el sello y el espíritu de nuestro partido; no debe ignorar que hay una Universidad Técnica y que en cada aspecto de la educación han estado presentes el espíritu, la palabra y la firma del Partido Radical.
Ahora está en vuestras manos mejorar esto, si así lo desean Sus Señorías. Sabemos y estamos de acuerdo en que podemos terminar con las subvenciones a los colegios particulares, para darles a las escuelas fiscales mayores posibilidades económicas. Sus Señorías pueden hacerlo y, sinceramente, tendrán nuestro apoyo.
Quiero recordarle todas estas cosas a mi Honorable colega, porque nuestro Partido siempre ha estado preocupado de esta materia.
En relación con el artículo en debate, debo manifestar que mucho temo que en una próxima lucha electoral suceda lo que he visto en mi provincia y que he sabido también ocurrió a través de todo Chile. Me refiero a la existencia de dobleces brujos, en las cédulas electorales, que a muchos analfabetos, seguramente, llevará a cometer errores. Es indiscutible que tendremos que legislar para evitarlo. La posibilidad del doblez brujo hará necesaria la dictación de una nueva legislación.
Deseaba recordar estas cosas a mis estimados colegas para que en esas nuevas disposiciones podamos llegar a una solución integral del problema, otorgándoles estos derechos a los analfabetos y a la juventud de Chile.
Nada más.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Giannini.
El señor CABELLO.-
Me ha solicitado una interrupción el Honorable señor Naudon.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Su Señoría manifestó que había terminado.
A continuación del Honorable señor Giannini, tienen la palabra los Honorables señores Naudon y Tejeda, que estaban inscritos.
El señor GIANNINI.-
Señor Presidente, no es necesario insistir acerca de la conveniencia de aprobar el artículo 7° en la forma como ha quedado redactado, ante los sólidos argumentos que se han dado en su favor. Sólo se han expuesto, por quiénes han anunciado que votarán en contra, razones y argumentos de detalle práctico-formal, frente a un fundamento evidentemente justo como es el contenido en el artículo. Creo que al país no le interesan tanto las objeciones referentes a los dobleces de las cédulas electorales, ni los argumentos que se han dado en cuanto a que en otros países se justificaría este sistema, porque el número de analfabetos es mayor; y en el nuestro, en cambio, es muy reducido. Este concepto de justicia dosificada no lo entiende el país. El pueblo espera la justicia que encierra el artículo. Por eso, es inoficioso insistir en él, convencidos como estamos de su conveniencia.
Sin embargo, no quiero dejar pasar una afirmación que no se ajusta a la realidad. El Honorable señor Zepeda dijo que el Partido Demócrata Cristiano y el Ejecutivo se habían opuesto a otorgar el derecho a sufragio a personal de tropa de las Fuerzas Armadas.
Esto, lo digo claramente, no es efectivo. Los parlamentarios democratacristianos en el seno de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia se opusieron, efectivamente, a variar la norma constitucional sobre la materia, considerando que la disposición que impide sufragar a la tropa no está contenida en la Constitución, sino en otra disposición legal. Por eso, nos opusimos a efectuar una variación de la Constitución en este sentido. Pero también estamos convencidos de que hay que modificar la legislación respectiva -opinión que ya se ha dado aquí- y que no se pueden hacer discriminaciones dentro de las Fuerzas Armadas, es decir que, si se llega a establecer que hay razones -yo no creo que existan- para que la tropa no sufrague, pensamos que esa mismas razones debe ser aplicables a los oficiales. Por eso, deseo dejar expresa constancia de que nosotros, cuando corresponda, apoyaremos las modificaciones del caso, en la ley que se dicte en el futuro, pero no en el texto constitucional.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Honorable señor Giannini, el Honorable señor Canales le solicita una interrupción.
El señor GIANNINI.-
Con mucho gusto se la concedo.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Canales.
El señor CANALES.-
Señor Presidente, en realidad, cuando se habla de otorgárseles el derecho a voto a los analfabetos, pienso en los miles y miles de campesinos del país que nunca han tenido la oportunidad de llegar, por lo menos, a la escuela primaria. Citaré un solo caso. A "Isla de Vergara", comuna Del Carmen, provincia de Ñuble, nunca ha ido nadie a alfabetizar, ni siquiera hay una escuela; creo que este año se construirá una en esa región. Esa es la gran tragedia del campesinado chileno.
He escuchado, con el mayor interés, las razones que se han dado en contra de esta enmienda tendiente a otorgar el derecho a voto a los analfabetos. Pues bien, al escuchar estos argumentos, como campesino, me siento orgulloso de representar a la clase más abandonada y postergada del país...
Por lo tanto, debo decir especialmente a los Honorables colegas del Partido Radical, que se oponen a otorgar este derecho a los campesinos, cuando yo sé que es un partido que les pasa las manos por las espaldas...
-Hablan varios señores Diputados a la, vez.
El señor CANALES.-
…en la víspera de las elecciones, que nosotros estamos trabajando para equiparar la condición del campesino con la del obrero industrial. En las poblaciones marginales hay miles de trabajadores y campesinos en una situación de completo abandono.
Por estas razones queremos otorgar, de una vez por todas, el derecho a voto a los analfabetos, para que todos los ciudadanos chilenos gocen de los mismos derechos y obligaciones.
El señor PALESTRO.-
También hay que establecer el derecho a sindicarse.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Puede continuar el Honorable señor Giannini.
El señor GIANNINI.-
He terminado, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Tejeda.
El señor TEJEDA.-
Señor Presidente,el Honorable señor Zepeda Coll ha dado a entender que tiene ciertas dudas con respecto a la capacidad de los menores de 21 años para poder sufragar en las elecciones.
Voy a hacer un alcance, respecto de esta materia que, a mi juicio, tiene bastante importancia.
1°-El Código Penal reconoce actualmente la mayoría de edad y el pleno discernimiento a los 18 años.
2º-El Código del Trabajo reconoce la facultad de contratar a los 18 años.
3º-El Código Civil faculta a la mujer que haya cumplido 12 años de edad y al hombre mayor de 14, para designar a la persona del curador.
Nuestra propia ley reconoce a los menores de 18 años el derecho a designar representantes para la defensa de sus intereses privados. En consecuencia, no existe mayor inconveniente para que los mayores de 18 años puedan hacerlo respecto de aquellos ciudadanos que representan los intereses generales de la Nación.
Además, el Código Civil reconoce la facultad de testar a los hombres mayores de 14 años y a las mujeres mayores de 12.
El mismo Código reconoce capacidad para ser testigo en los testamentos a las personas mayores de 18 años.
El Código de Procedimiento Civil reconoce capacidad para testificar en juicio a todos los mayores de 14 años.
De manera que no es ninguna cosa del otro mundo que se fije la edad de 18 años para que los ciudadanos tengan amplio derecho de sufragio.
Con respecto a la intervención del Honorable señor Giannini, nos parece que, de acuerdo con la forma en que se redactó el actual artículo 7º de la Constitución, el personal de las Fuerzas Armadas tienen derecho a sufragio. . .
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
¿Me permite, Honorable Diputado? Ha llegado la hora de término de la sesión.
Quedará con la palabra el Honorable señor Tejeda.
Se levanta la sesión.
"
- rdf:value = " 3.-REFORMA DE LA CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO.- SEGUNDO TRAMITE REGLAMENTARIO.El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Entrando al objeto de la presente sesión, corresponde discutir y votar en particular el proyecto de reforma constitucional.
Diputado informante de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia es el Honorable señor Hurtado, don Patricio; y de la de Hacienda, el señor Muga.
-El proyecto está impreso en el boletín Nº 10.396-B.
(Los informes de las Comisiones de Constitución, Legislación y Justicia y de Hacienda aparecen entre los Documentos de la Cuenta del Boletín de la Sesión 43ª Ordinaria).
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Se va a discutir el encabezamiento con la modificación al artículo 2º de la Constitución Política del Estado.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Señor Presidente, simplemente deseo dar una muy breve explicación a la Honorable Cámara sobre el trabajo realizado por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia en el estudio del segundo informe recaído en el proyecto de reforma constitucional iniciado por Mensaje del Ejecutivo.
La Comisión conoció de ciento cincuenta indicaciones presentadas en el segundo informe en la Sala y en la Comisión. Se rechazaron ciento treinta y las veinte indicaciones restantes dieron lugar a modificaciones y enmiendas introducidas en los artículos 5º, 10, 27, artículo nuevo a continuación del 35, 37, 44, 45, 56. En el artículo 72 se han modificado los números 1º, 5º, 7°, 8º, 13 y 14. Simultáneamente se han introducido numerosos artículos nuevos de acuerdo con indicaciones presentadas, y se refieren fundamentalmente a la administración regional, creando las zonas en el país y los Intendentes Zonales, y también en la administración comunal.
No creo oportuno hacer un informe detallado en esta ocasión respecto de las modificaciones introducidas en las diversas disposiciones de la Constitución y sobre los artículos nuevos propuestos. En consecuencia, quedo a disposición de la Honorable Cámara a fin de absolver cualquiera consulta que se desee formular para ampliar el informe que ya di a la Honorable Cámara sobre esta materia en la discusión general.
Nada más, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezca la palabra.
Cerrado el debate.
Se ha pedido votación nominal para este artículo.
El señor MILLAS.-
Para el encabezamiento del artículo único...
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
En votación la petición de votación nominal para el encabezamiento del artículo único del proyecto de reforma constitucional y para la modificación al artículo 2º de la Constitución Política del Estado, que son las disposiciones que la Mesa sometió a discusión.
Si le parece a la Honorable Cámara, se acordará efectuar la votación en forma nominal.
Acordado.
En votación nominal al encabezamiento del artículo único del proyecto y la modificación del artículo 2º de la Constitución.
El señor MILLAS.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor MILLAS.-
Señor Presidente, los parlamentarios comunistas, al dar nuestros votos favorables al encabezamiento del artículo único y a la modificación introducida en el artículo 2º de la Constitución Política del Estado, hacemos presente que estimamos de extraordinaria importancia en nuestra vida democrática que se aborde el estudio de este proyecto de reforma constitucional.
Nos parece acertado que, en este encabezamiento, se haga referencia directa a la Carta que una vez más se modifica: a la Constitución Política del Estado del 25 de mayo de 1833. Es sabido que en aquella Carta, por sobre las circunstancias políticas del momento, por encima del pensamiento conservador del reputado constitucionalista Juan Egaña, también influyó -como lo reconoció incluso VicuñaMackenna- el criterio de sectores que en el fondo mantenían una ideología liberal en esa época y que estaban vinculados, en las nuevas condiciones de la ocasión política de esos días, a la tertulia del ex MinistroDiego Portales. Ellos contribuyeron a que esa Carta, aun con el contenido que correspondía a circunstancias muy específicas, se proyectara favoreciendo las reformas que se desarrollaron más adelante. Esto ha permitido que algunos tratadistas hayan podido decir que el régimen parlamentario se encontraba en germen en aquella Constitución presidencialista, y que la historia haya demostrado que las instituciones liberales que se generaron en Chile, con un sentido de progreso en el siglo pasado, también estaban en germen en aquella Carta, que fue originalmente considerada como una Constitución estrictamente conservadora.
Creemos que, en la tradición del desarrollo jurídico de Chile, se planteen en estos momentos transformaciones fundamentales, a las que es indispensable abrirles paso. Y nosotros celebramos el hecho de que la primera de las reformas que ahora introduciremos en la Constitución Política del Estado la modifique en algo que, aun cuando pudiera parecer una mera manifestación verbalista, a nuestro juicio tiene un hondo significado. Me refiero al hecho de que esa soberanía que reside en la Nación, según el antiguo texto constitucional, se entiende, en conformidad con la nueva redacción, que reside en el pueblo.
Consideramos que, en relación con los cambios que Chile necesita en esta hora, si bien en el texto de la reforma constitucional que consideramos hay una serie de aspectos en los cuales figuran algunas ideas que no corresponden al desarrollo constitucional democrático necesario para abrir los caminos a las transformaciones indispensables en la vida nacional, lo más valioso y fundamental es que se entra a dar un concepto moderno y más flexible del régimen de propiedad, se establecen los derechos de los trabajadores y, además, se consagran las bases para poder llevar adelante transformaciones indispensables. Es indudable que éstas aún no se reflejan, dentro de la vida de la sociedad, en el nuevo texto de la Carta Fundamental que irá aprobando, en las sesiones de hoy y mañana, esta Honorable Cámara.
El propósito con el cual los comunistas entramos a participar en la aprobación de estas reformas constitucionales es que ellas ayuden a abrir paso hacia el futuro y permitan efectuar, a través de un esfuerzo mancomunado de la clase obrera con todas las otras fuerzas que quieren el progreso de Chile, las transformaciones que éste necesita. Con este espíritu los comunistas votaremos favorablemente el encabezamiento de este artículo, y la modificación de forma que, pudiéramos decir, reviste, en cierto modo, un carácter simbólico en relación con el artículo 2º de la Constitución Política del Estado.
Abordamos las reformas que debatiremos hoy y mañana en su conjunto, sin falsas ilusiones, pero con un ánimo de esperanza, de certeza, en la posibilidad de abrir camino a las transformaciones que nuestro país necesita. Esperamos que la apertura hacia ese futuro se refleje, en la medida en que sea posible, en este nuevo texto de la Carta Fundamental que reforma la del año 1833, adaptándola a necesidades vitales existentes, hoy día, en Chile.
He dicho.
El señor LORCA (don Gustavo).-
Me alegro de que Su Señoría no haya rendido culto al pasado.
El señor MORALES (don Carlos).-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor MORALES (don Carlos).-
Señor Presidente, sólo deseo expresar, en nombre de los Diputados radicales, que votaremos favorablemente esta primera enmienda a nuestra Carta Fundamental. Lo haremos, en primer lugar, porque fuimos los autores de la indicación que inspira este artículo 2º en que se reemplazó el concepto "Nación", entidad ficticia de carácter jurídico, por un hecho esencial, esto es, el reconocimiento del "pueblo" como entidad de la que emana la soberanía que ejercen los representantes populares.
El actual texto de la Constitución establece; "La Soberanía reside esencialmente en la Nación..." Se advierte claramente que la modificación introducida por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia reemplaza la palabra "Nación" por "Pueblo".
Creemos que, de esta manera, modernizamos nuestro texto jurídico esencial, porque casi todas las Constituciones modernas contemplan esta materia. Por no citar otras, la italiana, que ha servido, en gran parte, de referencia para introducir esta reforma señala en su artículo 1º: "La soberanía pertenece al pueblo".
Por lo demás, compartimos las razones invocadas recientemente por el Honorable señor Millas, y nos alegramos profundamente de que la Honorable Cámara preste su aprobación -lo que se deduce de la votación que se está efectuando- a esta reforma al artículo 2º de nuestra Constitución Política.
Por estas razones, los Diputados radicales votaremos favorablemente la modificación señalada.
Nada más.
-Durante la votación:
El señor CAÑA (Secretario).-
Señor Tuma.
El señor TUMA.-
¡Amén!
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ruego a Su Señoría hacer saber su votación en forma inteligible.
El señor TUMA.-
Voto que sí, señor Presidente.
El señor ZEPEDA COLL.-
Pero si "amén" quiere decir: "Así sea";
-Efectuada la votación en forma nominal, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 116 votos. Se abstuvo, de votar un señor Diputado.
-Votaron por la afirmativa los señores: Acevedo, Acuña, Aguilera, don Luis; Aguilera, doña María Inés; Agurto, Alvarado, Ansieta, Aravena, don José Andrés; Aravena, don Jorge; Argandoña, Aylwin, Ballesteros, Barrionuevo, Buzeta, Cabello, Cademártori, Canales, Cancino, Cardemil, Carvajal, Castilla, Cerda, don Carlos; Cerda, don Eduardo; Clavel, Correa, doña Silvia; Daiber, De la Fuente; De la Jara, Demarchi; Dip, doña Juana; Enríquez, doña Inés; Escorza, Fernández; Fuentes, don César Raúl; Gajardo, Galleguillos, Garay, Garcés, Giannini, Godoy, Guajardo, Guastavino, Hamuy, Hurtado, don Rubén; Hurtado, don Patricio; Iglesias, Irureta, Isla, Jaque, Jarpa, Jerez, Koenig, Lavandero, Lazo, doña Carmen; Lorca, don Gustavo; Lorca, don Alfredo; Lorenzini, Maira, Marambio, Marín, doña Gladys; Martín, Melo, Millas, Monares, Montt, Morales, don Carlos; Mosquera, Muga, Naranjo, Naudon, Ochagavía, Ola-ve, Osorio, Paluz, doña Margarita; Papic, Pareto, Parra, Penna, Pereira, Phillips, Poblete, Pontigo, Ramírez, Retamal, doña Blanca; Rodríguez Huenumán, Rodríguez Nadruz, Rosales, Rosselot, Ruiz-Esquide, Saavedra, doña Wilna; Sanhueza, Santibáñez, Sbarbaro, Sepúlveda, don Francisco; Sepúlveda, don Eduardo; Silva, don Julio; Silva, don Ramón; Sívori, Sota, Sotomayor, Stark, Tejeda, Téllez, Torres, Tuma, Urra, Valdés, don Arturo; Valdés, don Manuel; Valente, Valenzuela, don Renato; Valenzuela, don Ricardo; Valenzuela, don Héctor; Videla, Werner, Zepeda y Zorrilla.
-Se abstuvo de votar el señor Morales, don Raúl.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Aprobado el encabezamiento del artículo único y la modificación al artículo 2° del texto constitucional.
En discusión las modificaciones al artículo 5º.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Diputado
informante.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Señor Presidente, por la modificación que reemplaza el Nº 3 del artículo 5º, se establece que los latinoamericanos nacidos en el Continente, tendrán los mismos derechos que ya una reforma constitucional otorgó a los nacidos en España, siempre que cuenten con más de diez años de residencia en Chile y que en sus países de origen se conceda el mismo beneficio a los chilenos, sin exigir la renuncia de su nacionalidad.
Además, por su inciso final se dispone que tampoco se exigirá la renuncia de la nacionalidad a los extranjeros con más de diez años de residencia en Chile, "pero se entenderá que pierden su nacionalidad de origen, por el solo hecho de concedérseles este beneficio". O sea, se da oportunidad a los latinoamericanos nacidos en el Continente y a los extranjeros con más de diez años de residencia en Chile para adoptar la nacionalidad chilena, siempre que en sus respectivos países de origen se conceda a los chilenos el mismo beneficio.
Al aprobarse esta modificación, se tuvo en vista el propósito de lograr una mayor armonía entre las distintas naciones latinoamericanas que están en vías de integración.
Nada más.
El señor TUMA.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría en el tiempo del Comité Socialista.
El señor TUMA.-
Señor Presidente, los Honorables, señores Morales, don Carlos; Rioseco, Clavel, Laemmermann, Acuña, Jaque y Cabelló, presentaron, en su oportunidad, una indicación al artículo 5° del texto constitucional, que decía; "Tampoco se exigirá dicha renuncia a los latinoamericanos, con más de diez años de residencia en Chile, siempre que el Estado respectivo conceda el mismo beneficio a los chilenos." Esta modificación, que fue rechazada, tenía por objeto estrechar nuestros lazos de amistad y fraternidad con los pueblos latinoamericanos, como ya está establecido con los ciudadanos españoles que adquieran la nacionalidad chilena, sin renunciar a la de su origen.
Muchos extranjeros han aportado sus conocimientos al esfuerzo y progreso de Chile, como los inmigrantes alemanes que, por mediación de Pérez Rosales, llegaron el siglo pasado hasta la zona austral del país. Ahí están Lord Cochrane, Eugenio María Hostos, Andrés Bello, Juan Bautista Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento, Rodulfo Armando Philippi, Rodolfo Lenz, Antonio José Irisarri, Diego Mann, los doctores Johow, Noé y Rondizzoni, etcétera. Por eso creemos que los descendientes de los extranjeros merecen un trato digno, sobre todo los que han contribuido al progreso del país.
Ante esta circunstancia, presenté una indicación en compañía de los Honorables colegas señores Ballesteros, Presidente de la Cámara, Isla, Vicepresidente, Naudon, Morales Abarzúa, Silva Ulloa y Millas, para agregar un número nuevo, que decía: "Los extranjeros con más de diez años de residencia ininterrumpida en Chile.
"Los que soliciten el reconocimiento del derecho concedido en el inciso anterior perderán su nacionalidad de origen, excepto en el caso de los españoles a los cuales se refiere el 3 de este artículo.
"El Presidente de la República, por razones fundadas, podrá desechar la nacionalización." Lamentablemente, esta indicación, también fue rechazada.
Se aceptó, sin embargo, una enmienda presentada por el Ejecutivo, por intermedio del Ministro de Justicia, señor Rodríguez. Aun cuando ella no corresponde exactamente a la finalidad que pretendíamos, en parte la satisface, ya que nuestro interés era que la disposición constitucional que favorece a los extranjeros con más de diez años de residencia en el país, operara de pleno derecho. Sabemos que a los extranjeros, por razones sentimentales, les es muy difícil renunciar a su nacionalidad de origen, aunque tengan interés en nacionalizarse chilenos. La enmienda aprobada establece que se entenderá que el extranjero pierde su nacionalidad de origen, por el hecho de concedérsele la chilena.
La Comisión hizo presente al Ejecutivo que la actual ley sobre nacionalización contempla trámites engorrosos y burocráticos.
Por ese motivo, a petición del Honorable señor Carlos Morales, la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, por unanimidad, acordó enviar oficio al señor Ministro del Interior, solicitándole la modificación de los trámites que rigen actualmente para obtener la carta de nacionalización.
En consecuencia, creemos que la enmienda constitucional hace justicia a estos meritorios ciudadanos extranjeros, dedicados al trabajo, poseedores de la cultura adquirida en el Viejo Mundo, y cuyos actos están inspirados en una moral cristiana.
El señor ESCORZA.-
Muy interesante.
El señor TUMA.-
Sí, Honorable Diputado.
Por estas razones, votaremos favorablemente las enmiendas formuladas al número 3° del artículo 5º, que se refieren a la nacionalización de los extranjeros y de los latinoamericanos con más de 10 años de residencia ininterrumpida en Chile. Estos últimos no perderán su nacionalidad de origen al solicitar la chilena.
Nada más.
El señor ISLA.-
Pido la palabra.
El señor GARAY.-
Pido la palabra.
El señor LORENZINI.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Isla; y, a continuación, los Honorables señores Garay y Lorenzini.
El señor ISLA.-
Señor Presidente, como yo suscribí la indicación que pasó a ser inciso final del número 3° del artículo 5°, quiero formular algunas breves consideraciones. Estoy convencido de que disposiciones de esta naturaleza son útiles para el país. Es interesante arraigar definitivamente en Chile a las personas de distintas nacionalidades que residen en nuestro territorio. En el siglo pasado, el economista y pensador Alberdi, de Argentina, con una visión que quizás no tuvieron nuestros estadistas, decía que "gobernar era poblar". Seguramente, el actual Gobierno propiciará otras medidas similares a ésta, porque comprende su importancia. Ellas contribuirán a fortalecer nuestra propia nacionalidad, con gente de valer y laboriosa.
Aprovecho esta oportunidad, para anunciar a la Honorable Cámara que, en relación con esta materia, presentaré un proyecto de ley para obviar las dificultades que se han presentado con la ley llamada de doble nacionalidad de los españoles, de que es autor mi apreciado amigo y ex parlamentario, don Rafael de la Presa.
En efecto, en la práctica se ha comprobado que no ha habido el interés que se esperaba para acogerse a ella, por los innumerables y largos trámites que deben hacerse, pues el único que se obvia es el de renunciar por escritura pública a la nacionalidad de origen.
Anuncio esta próxima iniciativa legal.
Es todo lo que quería decir.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Garay.
El señor GARAY.-
Señor Presidente, hay un aspecto en la enmienda constitucional que estamos tratando y que votaremos favorablemente. Para mí constituye un verdadero mensaje dirigido a los demás Parlamentos del Continente, esta disposición incorporada a nuestra Constitución Política que permite la nacionalización de los latinoamericanos con más de 10 años de residencia en Chile, sin exigírseles la renuncia a su nacionalidad de origen. Ojalá que sea recogido por esos Parlamentos y que ellos comprendan el hondo significado qué tiene para la futura integración de América Latina. Es de esperar, además, que tomen como modelo esta enmienda constitucional que estamos debatiendo e introduzcan, disposiciones similares en las Cartas Fundamentales de sus respectivos países.
Señor Presidente, me agradaría que el Congreso chileno enviara una comunicación a los demás Parlamentos de América Latina, dándoles a conocer esta enmienda constitucional chilena.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lorenzini.
El señor LORENZINI.-
Señor Presidente, es totalmente razonable la preferencia que se establece en la Constitución en favor de los españoles, cuya patria está tan vinculada a nuestra nacionalidad. Sin embargo, como descendiente de italiano, me gustaría que también se les concediera un trato especial a los italianos que residan en Chile, que han constituido aquí su familia y se han incorporado a la producción de nuestro país, transformándola en fuente creadora de trabajo. Por eso, lamento que no se haya incluido en la Constitución una reforma de este tipo.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor MORALES (don Carlos).-
Pido la palabra.
El señor ZEPEDA COLL.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Morales, don Carlos; y, a continuación, el Honorable señor Zepeda.
El señor MORALES (don Carlos).-
Señor Presidente, en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia tuvimos el alto honor de patrocinar una de las enmiendas contenidas en el número 3 del artículo 5°, que estamos considerando. Ella establece que los latinoamericanos nacidos en el continente y con más de diez años de residencia en el país, podrán adquirir la nacionalidad chilena sin tener que renunciar a la de origen.
Presentamos dicha reforma -y así lo dijimos en la Comisión- como consecuencia de una de las resoluciones adoptadas por el Parlamento Latinoamericano, a cuyos acuerdos me referí en sesión pasada.
En cuanto a lo que acaba de plantear mi Honorable colega señor Garay, en el sentido de que apenas esta enmienda sea aprobada, como lo espero, en los distintos trámites constitucionales, se dé a conocer a todos los Parlamentos latinoamericanos, ya nos hemos adelantado a hacerlo. Le hemos escrito al Secretario General del Parlamento Latinoamericano, el Diputado peruano señor Andrés Townsed Ezcurra, expresándole que dicha idea había sido aprobada por la Comisión y que abrigábamos la esperanza de que lo fuera también por la Cámara de Diputados y, posteriormente, por el Senado.
Al patrocinar esta idea, creemos -y éste fue el motivo esencial que tuvimos presente para proponerla- que estamos contribuyendo a lograr los objetivos fundamentales del Parlamento Latinoamericano: la integración cultural, económica y social de todos los países de América Latina.
De la misma manera, tuvimos al alto honor de coadyuvar con el Honorable señor Tuma en la formulación de la otra idea esencial contenida en este número 3º, cual es que los extranjeros con más de diez años de residencia en Chile puedan obtener la nacionalidad chilena, perdiendo, de pleno derecho, la de origen. La diferencia reside -y ésta es la importancia de la enmienda- en que, en el futuro, los extranjeros que ejerzan esta facultad, no necesitarán renunciar, expresamente, a su nacionalidad de origen. De este modo, hemos resuelto un problema social de gran trascendencia. Más adelante, esta disposición se puede ampliar en el sentido que planteaba el Honorable señor Lorenzini, dándosele a los italianos residentes en Chile el mismo trato que a los españoles.
Por las razones expuestas, por haber patrocinado -lo decimos con mucho orgullo- la enmienda que concierne a los latinoamericanos y haber apoyado la iniciativa de algunos Honorables Diputados, especialmente del Honorable señor Tuma, que fue quien expuso la idea de favorecer a los extranjeros con más de 10 años de residencia en nuestro país, votaremos favorablemente la reforma que se está considerando.
Nada más.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Zepeda Coll; y, a continuación, el Honorable señor Godoy Urrutia.
El señor ZEPEDA COLL.-
Señor Presidente, los Diputados liberales y conservadores votaremos favorablemente la enmienda que en este instante se debate. Lo haremos, porque consideramos que significa un verdadero avance, concordante con las necesidades del mundo actual, al permitir una mayor integración entre los nacionales de diversos países.
Estimamos que las disposiciones de nuestra Constitución de 1925, desgraciadamente, colocan ciertos obstáculos que, en el hecho, impiden la nacionalización de algunos extranjeros. Las condiciones que el texto constitucional vigente exige para adquirir la nacionalidad chilena, muchas veces resultan dolorosas para el interesado, puesto que debe renunciar expresamente a su nacionalidad anterior. Este requisito impide frecuentemente, que puedan materializar este anhelo personas que formaron su hogar en nuestra patria o que llegaron a ella de muy corta edad. Porque, como muy bien decía Andrés Bello, el amor que se siente por el suelo en que se ha nacido "es uno de los sentimientos más nobles e indelebles del corazón humano". Aunque sean muy fuertes los vínculos afectivos hacia nuestro país, tener que renegar expresamente de su patria anterior es, en muchos casos, un obstáculo insalvable para los sentimientos y la conciencia de numerosos extranjeros, y significa también un impedimento definitivo para adquirir la nacionalidad chilena.
Por eso, los parlamentarios de nuestras filas, en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, planteamos que esta franquicia que se otorga a los nacidos en España y en los países latinoamericanos, de no exigirles la renuncia a su nacionalidad de origen, se hiciera extensiva a otros extranjeros. Afortunadamente, por iniciativa del señor Ministro de Justicia se aprobó este último inciso del número 3º del artículo 5°, que ahora se discute.
A los extranjeros con más de diez años de residencia no se les exigirá la renuncia previa a su nacionalidad anterior y se entenderá que la pierden por el hecho de adquirir la chilena. Así se evita instantes dolorosos, la situación difícil y degradante en que nuestra Constitución impone a aquellas personas que deseaban incorporarse a nuestra nacionalidad.
Muchas gracias.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Godoy Urrutia.
El señor GODOY URRUTIA.-
Señor Presidente, los Diputados comunistas pensamos, respecto de esta reforma al artículo 5º de la Constitución Política, que ella significa un paso progresista que tiende a eliminar una de las exigencias más odiosas que se hacen las personas a quienes a veces razones ajenas a su voluntad obligan a vivir en un país distinto del de su origen.
Se recordaron aquí las palabras de un gran pensador latinoamericano, el argentino Juan Bautista Alberdi, en las que resumía la política que debía seguir su país; "Gobernar es poblar" ...
Un señor DIPUTADO.-
¡Sería democratacristiano!
El señor GODOY URRUTIA.-
Pero Alberdi iba más lejos. Durante su permanencia en Chile pudo usar de la prensa de aquella época, en especial de la de Valparaíso, para defender sus ideas y combatir a los enemigos de su patria, que eran sus propios enemigos, como el dictador Rozas. Alberdi sostenía que, para él, compatriota era todo hombre progresista, y extranjero, era todo hombre retrógrado.
Esto importa un cambio en una concepción que, en cierto modo, tiene un principio de xenofobia, de odio, de reserva, contra aquéllos que no han nacido en un territorio determinado o no reúnen las mismas calidades que las leyes reconocen a los que cumplen con los requisitos propios de la nacionalidad.
Somos un país con pequeña población, territorialmente grande, y necesitamos que venga hacia Chile una corriente de inmigración, de gente progresista, a ayudar a las transformaciones que esta tierra necesita. Por eso, creemos ...
El se��or BALLESTEROS (Presidente).-
Honorable señor Acevedo, ruego a Su Señoría tomar asiento.
El señor GODOY URRUTIA.-
¡ Señor Presidente ...!
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
La Mesa está justamente tratando de poner orden en la Sala, Honorable Diputado.
Puede continuar Su Señoría.
El señor GODOY URRUTIA.-
Digo que este principio tiende a abrir un poco, generosa y fraternalmente, sobre todo a los latinoamericanos, las puertas de nuestro país, para que se asimilen a él, sin someterlos a la violencia de renunciar a la ciudadanía de origen.
Por último, aunque aparezca impropio para algunos, la patria de mucha gente es sólo aquel lugar donde puede ganarse el pan, donde puede levantar un hogar con su familia, donde puede hacer algo en beneficio de la sociedad, y éstas son circunstancias que muchas veces están por encima de las disposiciones jurídicas o legales.
Con todo, a pesar de no ser suficientemente amplia esta disposición la suscribimos jubilosamente, como un paso para engrandecer el concepto pequeño y estrecho de nacionalidad y para caminar hacia una fraternidad más amplia, que tanta falta hace a los hombres.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
En votación la primera de las enmiendas al artículo 5º de la Constitución, que consiste en intercalar, en el Nº 2º, a continuación de las palabras: "En actual servicio de la República", las siguientes: "o de organismos internacionales a los cuales se encuentre adherido el Estado de Chile."
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará.
Aprobada.
En votación la segunda de las enmiendas, que consiste en reemplazar el N° 3º por el que figura en el boletín.
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará.
Aprobada.
En discusión las enmiendas propuestas por la Comisión al artículo 6º de la Constitución Política del Estado.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Diputado informante.
El señor HURTADO (don Patricio).-
Señor Presidente, he solicitado la palabra para decir, muy brevemente, que a través de esta modificación, se hace concordar el número 1° del artículo 6º con la disposición ya aprobada en el artículo 5º, en lo referente a los nacionales de algún Estado latinoamericano.
El inciso final del número 3º del artículo 6°, en su texto vigente, dispone que la causal de pérdida de la nacionalidad chilena por nacionalización en un país extranjero "no rige en los casos en que, a virtud de disposiciones legales o constitucionales de otros países, los chilenos residentes en ellos deban adoptar la nacionalidad del país en que residan como condición de su permanencia."
La modificación introducida ahora complementa la disposición en referencia, en el sentido de que considera, además, las disposiciones administrativas que se establezcan en otros países, para obligar a los chilenos residentes a permanecer en ellos. También agrega la frase; "en igualdad jurídica con los nacionales del respectivo país.", con el propósito de considerar todas aquellas normas de carácter discriminatorio que existen en algunos países respecto de sus propios nacionales y en relación con los extranjeros.
Esta modificación al artículo 6º de la Constitución Política tiende fundamentalmente a resolver el problema que se plantea a los chilenos que trabajan en el extranjero.
En la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia se citó un ejemplo que me permitiré repetir en esta Honorable Cámara.
En el mineral de Río Turbio, de la República Argentina, trabajan " 600 ó 700 obreros chilenos. La legislación del trabajo que rige en ese país dispone que los extranjeros no tienen acceso a los beneficios de la seguridad social ni de las leyes previsionales, e incluso existen normas discriminatorias en materia de salarios.
En efecto, los extranjeros sin residencia en Argentina ganan un tercio del salario de un nacional; los que se radican en el país ganan el doble; y los que se nacionalizan, el triple.
La mejor manera de poder resolver este problema de los chilenos que trabajan en el extranjero, que se agrava en las zonas limítrofes de nuestro país, es aprobar una disposición en la forma como ha quedado redactado el inciso final del artículo 6º de la Constitución.
Nada más, señor Presidente.
El señor SILVA ULLOA.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor SILVA ULLOA.-
Señor Presidente, los Diputados socialistas votaremos favorablemente las dos modificaciones propuestas por la Comisión al artículo 6° de la Constitución Política del Estado.
Aprobaremos la modificación introducida en el número 1º, porque ella es una consecuencia de lo aprobado recientemente por la Honorable Cámara.
En cuanto a la enmienda propuesta en el número 3°, yo quiero manifestar -tal como lo expresó el señor Diputado informante- que se fundamentó principalmente en las observaciones que formulara en la Honorable Cámara, la semana pasada, nuestro Honorable colega señor Ernesto Guajardo, quien, como Diputado por la provincia de Magallanes, conoce perfectamente el dramático problema de los trabajadores chilenos que laboran en la Argentina.
Hasta este instante, no se ha podido encontrar el camino, a través de acuerdos internacionales, que garanticen a los chilenos que trabajan en Argentina los derechos previsionales y el derecho a una remuneración idéntica a los nacionales de ese país, por las mismas faenas que realizan. Por ello, creemos que es justificado considerar no sólo que no. pierden la nacionalidad chilena aquellos ciudadanos nuestros que en el extranjero tienen que someterse a disposiciones constitucionales o legales, sino que también a las de orden administrativo, como son las que están imperando en esta materia, en la República Argentina.
El señor OCHAGAVIA.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor OCHAGAVIA.-
Señor Presidente, he pedido la palabra para anunciar los votos favorables de los Diputados liberales y conservadores a la reforma de esta parte del artículo 6º de nuestra Constitución Política.
En mi condición de Diputado por la provincia de Chiloé, conozco personalmente la tragedia de los miles de chilenos, hijos de esa provincia que viven en la República Argentina. Según cálculos estimativos, estos compatriotas llegan a una cifra del orden de las doscientas cincuenta mil personas que laboran en aquel país, en toda la Patagonia. En el mineral de Río Turbio y en toda la zona sur de la República Argentina, compatriotas nuestros están trabajando y sufriendo las consecuencias de la falta de concordancia de los convenios previsionales entre Chile y Argentina.
El señor GODOY URRUTIA.-
Hay discriminación…
El señor OCHAGAVIA.-
La Comisión de Agricultura de la Honorable Cámara, que visitó la provincia de Magallanes en el mes pasado, tuvo ocasión de realizar un viaje, a indicación del Diputado que habla, a la localidad de Río Turbio, vecina a la ciudad de Puerto Natales. Y allí pudimos comprobar, en una reunión en la cual participaban los sindicatos argentinos de ese mineral, constituidos en federaciones, "que de los cuarenta asistentes a esa reunión gremial sólo cuatro eran argentinos. Y los Diputados Marambio, Laemmermann y yo sufrimos la vergüenza de escuchar decir a los argentinos que el Gobierno de Chile había sido remiso en la solución a este problema a través de un convenio que permitiera a los trabajadores chilenos, para todos los efectos legales, gozar de los derechos previsionales que tienen los ciudadanos de ese país y que los chilenos -no sé si en esto rectifico a mi Honorable colega señor Patricio Hurtado, Diputado informante de este proyecto- también obtienen mientras están trabajando en territorio argentino.
El problema se suscita porque nuestros compatriotas jamás se han integrado a esa nación o han pensado perder su nacionalidad y establecerse definitivamente en la Argentina. Se trata de ciudadanos que tienen sus familias y sus propiedades principalmente en la provincia de Chiloé y que van a trabajar por temporadas; algunos se quedan durante más tiempo, pero no aceptan por motivo alguno una radicación y mucho menos la nacionalización.
En consecuencia, las dificultades surgen cuando la previsión chilena debe otorgar a estos obreros su jubilación por años de servicio; entonces, todos los años trabajados en la República Argentina no pueden considerarse para tal beneficio.
Y es curioso cómo, incluso, en este trámite de la radicación el Gobierno argentino ha exigido que se establezca un sistema de tarjetas de identificación, para poder tener algún control. Nuestros compatriotas ni siquiera aceptan dicho trámite, manteniendo una situación irregular, no legal. Mucho menos aceptarían la exigencia de la nacionalización.
Además, hay otro problema que no se ha considerado. Los chilenos que trabajan en estas condiciones no tienen derecho a tener casa. En consecuencia, estos hombres están viviendo como parias; semanalmente se "descuelgan" de Río Turbio y van a Puerto Natales para acompañar a sus familiares, pues carecen del derecho a tener una vivienda en Río Turbio.
Yo creo, que la solución que habíamos solicitado al señor Ministro de Relaciones Exteriores, es decir, la aprobación de un convenio para que los derechos previsionales de Argentina y Chile, en este caso, se complementaran a fin de hacerlos valederos para todos los efectos legales es la más justa y lógica. Sin embargo, de acuerdo con lo manifestado por el señor Ministro de Justicia durante la discusión de la modificación a esta disposición constitucional, evidentemente ésta aparece como una solución mucho más de fondo.
Por esta razón, por tratarse de algo fundamental y de absoluta justicia, en lo cual los chilenos no hemos reparado, como es el de dar posibilidades de trabajo digno y seguro a nuestros compatriotas de las provincias australes, nosotros aprobaremos esta modificación del texto constitucional, que solucionará este problema.
Nada más.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Si le parece a la Cámara y no se pide votación, se aprobará la enmienda del N° 1 del artículo 6°.
Aprobada.
Si le parece a la Cámara y no se pide votación, se aprobará también la enmienda del Nº 3 de dicho artículo.
Aprobada.
En discusión la modificación del artículo 7º de la Constitución Política del Estado.
El señor URRA.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor URRA.-
Señor Presidente, con referencia a la modificación del artículo 7°, quiero recalcar ante la Honorable Cámara la importancia de la proposición, aprobada definitivamente por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, que incorpora en el sistema institucional chileno a los mayores de 18 años de edad, para que puedan participar activamente en el proceso electoral y político del país y, lo que es más importante, que puedan actuar como ciudadanos, con plenitud de derechos y obligaciones, dentro de la comunidad nacional.
En esta materia nuestro país estaba notablemente atrasado en relación con las modernas tendencias de la legislación comparada en lo que al derecho constitucional se refiere. La mayoría de las Constituciones americanas y europeas, como la francesa y la italiana, establecen este derecho.
Por otra parte, en Ja misma legislación chilena, nos encontramos con que los mayores de 18 años y menores de 21, que no participan como ciudadanos en nuestra base institucional, ya tienen derechos y obligaciones, como ocurre, por ejemplo, en materia penal. En este aspecto, en virtud de las disposiciones del Código Penal, los mayores de 18 años son ya sujetos de responsabilidad. Incluso los mayores de 16 años y menores de 18 son, en ciertas circunstancias, plenamente responsables de sus actos. La legislación del trabajo establece también la incorporación de los mayores de 18 años al derecho laboral chileno, como sujetos de obligaciones y derechos.
Nosotros queremos recalcar la extraordinaria importancia que tiene la aprobación de este precepto, como lo hizo notar la Juventud Comunista, en una carta pública dirigida a toda la juventud chilena. Esta disposición tiene especial importancia como en todos los países latinoamericanos, la gran mayoría de la población es joven y porque, por las nuevas modalidades de la educación superior, por su formación integral, la juventud está plenamente capacitada para participar responsablemente en la comunidad. Esta enmienda de la, Constitución Política es un paso de extraordinaria y vital importancia en lo que se refiere a la juventud, viga maestra de la nación.
En lo que respecta a los analfabetos, hemos fijado nuestro criterio en forma muy clara. A nuestro juicio, esta disposición es también fundamental, ya que en la gran comunidad latinoamericana, para dar sólo un testimonio, hay más de 130 millones de analfabetos. Esperamos que esta reforma de la Constitución chilena signifique, en América Latina, un puente hacia el futuro y un faro de esperanza para las legislaciones de otros países, que requieran estas transformaciones.
Nada más.
La señora MARIN.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su. Señoría.
La señora MARIN.-
Señor Presidente, los comunistas consideramos de extraordinaria importancia la reforma del artículo 7º de la Constitución Política del Estado, por cuanto significa robustecer y ampliar el régimen democrático. Es una de las enmiendas más positivas, ya que, por primera vez, establece en Chile el voto universal, que antes no existía, pues se negaba el derecho a sufragio a la inmensa masa de los analfabetos.
Esta reforma es el resultado de la incansable lucha de los sectores populares por incorporar en la vida política a vastos sectores de nuestra población, hasta hoy excluidos de ella, como consecuencia de un criterio clasista y reaccionario. La preocupación por los problemas nacionales ya no es patrimonio de un grupo reducido, sino que alcanza amplios sectores de nuestro país. Por eso, nosotros los comunistas, valoramos esta reforma en toda su significación.
En especial, como partido de la clase obrera, queremos decir que tenemos absoluta confianza en el futuro de la juventud de nuestro país, la cual, a través de múltiples actividades, ha dado muestra de su responsabilidad ante los problemas nacionales. Por eso, consideramos totalmente justo ampliar el derecho a voto para los mayores de 18 años. Por lo demás, como lo ha dicho el Diputado señor Urra, este derecho está reconocido en la inmensa mayoría de los países.
En 1957, parlamentarios de nuestro partido presentaron una indicación tendiente a reformar la Constitución Política del Estado en este aspecto. Lo digo como demostración de nuestra permanente preocupación por ampliar el régimen democrático a nuevos sectores.
Nosotros valoramos esta indicación hecha por parlamentarios de la Democracia Cristiana, entre ellos, por el Diputado señor Jerez, porque interpreta nuestras aspiraciones y nuestros sentimientos.
Eso es todo.
El señor VIDELA.-
Pido la palabra.
El señor NAUDON.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Videla; y, a continuación, el Honorable señor Naudon.
El señor VIDELA.-
Señor Presidente, esta enmienda es una de las formas en que el Excelentísimo señor Frei está cumpliendo las promesas que hizo antes de las elecciones del año pasado. A través de esta reforma, los que queremos hacer una revolución en libertad le entregamos armas al pueblo chileno para que nos juzgue después por lo que hicimos o por lo que no hicimos.
El señor VALENTE.-
Fusiles. ..
El señor VIDELA.-
Creemos que, más que los fusiles, como dice el Honorable colega, el derecho a sufragio es la mejor arma que el pueblo tiene para juzgar a sus gobernantes.
Si es verdad que en América Latina hay más de 120 millones de analfabetos y que el 20% de los chilenos no saben leer ni escribir, no es menos cierto que eso no es culpa de ellos. Por lo tanto, no se les puede castigar, privándolos del derecho a voto.
Esta es la causa por la cual esta modificación constitucional, propuesta por nuestro Gobierno, que da derecho a sufragio a los analfabetos y a los mayores de 18 años, es, como he dicho, una de las formas de cumplir la revolución en libertad.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Naudon.
El señor NAUDON.-
Señor Presidente, los Diputados radicales estamos de acuerdo con la modificación del artículo 7° de la Constitución sólo en cuanto se extiende el derecho a sufragio a los mayores de 18 años.
Por razones de orden práctico, aunque compartimos el principio, discrepamos de la idea de dar derecho a voto a los analfabetos, toda vez que, desde el momento en que él se establezca, desaparecerá la garantía del secreto del sufragio y volverá nuevamente la práctica del cohecho. Efectivamente, cuando votan los analfabetos, es muy difícil que el elector no demuestre su preferencia en el instante de sufragar.Si los Honorables colegas de la Democracia cristiana nos dieran a conocer un sistema para mantener el secreto del voto, podríamos cambiar de criterio.
Con la actual cédula única, que, en ciertos casos, contiene los nombres de cien candidatos, es muy difícil...
Un señor DIPUTADO.-
Pero el elector conoce los números.
El señor NAUDON.-
Se supone que quien no sabe leer ni escribir tampoco conoce los números.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Honorable señor Pereira, Honorable señor Videla, ruego a Sus Señorías no interrumpir.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).
Honorable señor Videla, llamo al orden a Su Señoría.
Puede continuar el Honorable señor Naudon.
El señor NAUDON.-
He dicho que, en principio, aceptamos extender el sufragio a los analfabetos, porque creemos que ellos también tienen derecho a participar en la vida pública; pero estimamos que no hay un sistema práctico para mantener el secreto del voto. Como consecuencia de esta enmienda, habrá una modificación total de nuestro sistema electoral, con perjuicio, en nuestra opinión, de los intereses de las clases a las cuales se pretende proteger dándoles derecho a voto.
Se ha hecho mucho hincapié en que en otros países existe este derecho para los analfabetos. En la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, se dijo que, en cierto modo, el caso es diferente. En otros países, existe el tipo que llamamos "analfabeto culto", o sea, aquella persona que, sin saber leer ni escribir, tiene una preparación que le permite, por lo menos, identificar su voluntad en el momento de emitir el sufragio.
Por estas razones, nos abstendremos de votar esta enmienda. Estamos de acuerdo en dar derecho a votó a los mayores de 18 años, pero no así a los analfabetos, por las razones de orden práctico indicadas, sin dejar de reconocer que estas personas deberían tener acceso a la vida política del país.
Nada más.
La señora RETAMAL.-
Pido la palabra.
El señor FERNANDEZ.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra la Honorable señora Retamal; y, a continuación, el Honorable señor Fernández.
La señora RETAMAL.-
Señor Presidente, sólo quiero decir que la gran masa de chilenos que no sabe leer ni escribir no es responsable de su analfabetismo, sino los Gobiernos que no han sido capaces de darle instrucción.
Esta gente, además de estar obligada a pagar contribuciones, tiene los mismos deberes que aquellos ciudadanos que saben leer, pero no iguales derechos.
Por eso, nunca con más justicia que hoy, voy a levantar mi mano en favor de estos chilenos que no tuvieron la suerte de ir a la escuela.
Nada más.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Fernández.
El señor FERNANDEZ.-
Señor Presidente, deseo referirme, en términos muy breves, a las objeciones hechas por el Honorable colega señor Naudon a este artículo al plantear una imposibilidad práctica, material, y no de fondo, para que los analfabetos puedan ejercer el derecho a sufragio.
No creo necesario citar en esta Honorable Cámara, porque sin duda los señores parlamentarios ya la conocen, la larga lista de países, especialmente latinoamericanos, donde los analfabetos tienen derechos políticos. Sólo quiero decir al colega Naudon que fui testigo presencial en Venezuela -donde gobierna el Partido de Acción Democrática, que yo creía que tiene semejanza con el Partido Radical chileno- de cómo los analfabetos cumplen perfectamente con sus obligaciones y derechos políticos, en elecciones apreciadas por la ciudadanía latinoamericana como ejemplo dentro del nivel cívico de nuestros pueblos.
En ese país se vota por color y por símbolo diferentes para cada partido, y las boletas son de un color determinado. Por ejemplo, el Partido COPEI, de Venezuela, tiene el color verde y, al mismo tiempo, un símbolo. Los electores introducen esa boleta de votación en el sobre correspondiente dentro de la cámara secreta, de manera que no hay ninguna posibilidad de cohecho o violación del secreto del sufragio.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FERNANDEZ.-
Por último, a quienes temen que el conceder derecho a sufragio a los analfabetos significa bajar un poco el nivel de nuestra democracia, les digo que un Gobierno que ha sido capaz de construir más escuelas que trece países latinoamericanos en un año es perfectamente capaz de terminar con el analfabetismo antes de la próxima elección ordinaria.
El señor BALLESTEROS (Presidente).
Tiene la palabra el Honorable señor Zepeda Coll; y, a continuación, los Honorables señores Osorio y Cabello.
El señor ZEPEDA COLL.-
Señor Presidente, este aspecto de la discusión de la reforma constitucional es, tal vez, uno de los más importantes. Por eso, expondremos nuestro pensamiento con absoluta franqueza. Aun cuando sabemos que la enmienda propuesta es, sin duda alguna, muy popular, tenemos la obligación de exponer lo que creemos la sana doctrina, sea o no popular. Por eso, manifestamos con toda franqueza nuestro desacuerdo con esta disposición.
Se nos dice que es justo que voten los analfabetos, es decir, que se incorporen a la vida activa de la nación; y se invoca como ejemplo lo que sucede en otros países de nuestra América. Evidentemente, la situación en muchos países del continente es diferente a la de Chile, porque en ellos el porcentaje de analfabetos es enorme y, si no intervinieran en la generación de los poderes públicos, la dirección de sus respectivas naciones quedaría entregada, única y exclusivamente, a una minoría. En esos casos, es enteramente conveniente buscar algún procedimiento para que los analfabetos voten. Así ocurre en Bolivia, donde más del 60% de la población no sabe leer o escribir; pero no en Chile, donde el problema del analfabetismo no es fundamental o excesivamente grave. Al decir esto, no pretendemos eludir ninguna responsabilidad, pero estimamos conveniente reconocer hechos.
En Chile, de acuerdo con el último censo practicado, sólo el 16,2% de la población es analfabeta. Por lo tanto, el analfabetismo no es un problema fundamental. Nosotros debemos abogar, precisamente, para dar a estas personas la posibilidad de que aprendan a leer y escribir y, con eso, puedan hacer frente a la vida y ejercer sus derechos ciudadanos. Si la sociedad no ha sido capaz de erradicar el analfabetismo hasta ahora, su obligación es hacerlo, pero no establecer este hecho doloroso en nuestra Carta Fundamental. Nosotros creemos que debe buscarse la forma para que todos los chilenos sepan leer y escribir.
Por último, lo manifestado por el Honorable señor Naudon acerca de la pérdida del secreto del voto, es efectivo. Este secreto desaparece cuando un ciudadano no puede determinar por sus propios medios lo que debe hacer en el acto electoral. Evidentemente, en países donde actualmente votan los analfabetos, existen procedimientos que lo garantizan, porque una persona o autoridad les señala la forma de sufragar para favorecer a determinado candidato. Como no se ha propuesto ninguna innovación en este sentido dentro de nuestra legislación electoral, no existe la manera de conservar el secreto del voto si quienes lo emiten son analfabetos.
Por eso, nuestra obligación es erradicar definitivamente el analfabetismo, que sabemos no es un asunto difícil, y dar a todos los chilenos la posibilidad de ser ciudadanos activos, reuniendo este requisito mínimo que exige la ley.
Ahora, respecto a los menores de 21 años y mayores de 18, como argumento a favor se dice que pueden participar activamente de todos los derechos ciudadanos, que están plenamente capacitados, y que existen leyes en otros países, incluso en el nuestro, en las cuales se les reconoce esa competencia.
El Código Civil legisla acerca de los mayores de 18 y menores de 21 años, y dispone que pueden administrar su peculio profesional o industrial. Se establece también la responsabilidad penal, pero ésta es diferente al ejercicio pleno del derecho en el orden civil.
Evidentemente, la responsabilidad penal frente a la comisión de un delito, aunque sea complejo, como lo reconocen muchas personas, en ningún caso es tan complicada como la responsabilidad ante otro tipo de derecho jurídico, civil o electoral.
En cuanto al peculio profesional, precisamente nuestra ley civil reconoce a los jóvenes mayores de 18 y menores de 21 el derecho a administrarlo, debido a que el ejercicio de su profesión u oficio los habilita para disponer del fruto que provenga de éstos. Pero es un precepto de excepción, porque la ley general no lo reconoce así. En efecto, nuestra legislación civil los declara incapaces para administrar sus propios bienes y establece una excepción.
Es preciso reconocer que algunos jóvenes mayores de 18 y menores de 21 años están plenamente capacitados para ejercer todo tipo de derecho, pero no es la generalidad. Entonces, cuando se trata un tema tan complejo e importante como éste, debemos atenernos a los casos generales y no a las excepciones, salvo que legislemos única y exclusivamente para las excepciones.
Ahora, al analizar más a fondo la responsabilidad penal, de acuerdo con esos argumentos, también podríamos llegar al absurdo de permitir que voten los menores de 18 años y mayores de 16, y declarar válidos los sufragios si el Juez de Menores declara que obraron con el debido discernimiento. En realidad, eso no es aceptable.
Por último, se indica una edad arbitraria, 18 años, en circunstancias que, si estudiamos y discutimos más el asunto, podríamos llegar a la conclusión de que perfectamente los jóvenes de 15 ó 16 años están habilitados para ejercer el derecho electoral.
La sana doctrina, la práctica, la experiencia, aconsejan que no se disminuya la edad para ejercer la ciudadanía. Porque también debemos considerar -y esto no se opone a un buen sentido democrático- que hay cierta edad durante la cual ha de ponerse mayor énfasis en el cumplimiento de deberes que en el ejercicio de derechos. Hay tiempo para vivir y ejercer derechos y hay tiempo para vivir cumpliendo obligaciones.
Por eso es esencial que, en la etapa de la juventud, de formación de la personalidad, se ponga énfasis, antes que nada, en el cumplimiento de obligaciones y deberes y no en el ejercicio de derechos. Esto capacitará a los jóvenes para que, cuando sean mayores, puedan ejercer, con buen tino, criterio y discreción, los derechos ciudadanos para los cuales han sido preparados a través de la vida. En la sociedad existe una conjunción permanente entre el ejercicio de derechos y el cumplimiento de deberes. Pero cabe discutir cuál es el momento oportuno en que uno u otro concepto debe primar, aunque ambos deben estar armónicamente relacionados a través de la vida. No obstante, hay que reconocer que, en la etapa de formación del hombre, es aconsejable que predomine el cumplimiento de obligaciones sobre el ejercicio de derechos.
Además, al establecer este derecho consideramos que se "politizaría" la actividad juvenil. No olvidemos que muchos jóvenes de 18 años -aunque no la mayoría- son alumnos de cuarto, quinto o sexto año de humanidades.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
¿Me permite, Honorable Diputado? El Honorable señor Jerez le solicita una interrupción.
El señor ZEPEDA COLL.-
Como por desgracia tenemos un tiempo tan restringido para hacer uso de la palabra, se la concedería si fuera con cargo al tiempo del Comité Demócrata Cristiano.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Solicito el asentimiento unánime de la Sala, a fin de proceder de manera idéntica como en la discusión general del proyecto. Es decir, todas las interrupciones serán con cargo al tiempo del Comité del solicitante, ya sea que se formulen a los señores Ministros de Estado o a otros señores Diputados.
¿Habría acuerdo?
Acordado
Tiene la palabra el Honorable señor Jerez.
El señor JEREZ.-
Señor Presidente, no obstante que estimo interesante la argumentación del Honorable colega señor Zepeda, deseo que me explique dos cosas.
Su Señoría empezó haciendo un verdadero panegírico de la necesidad de que, en cierta edad de las personas, se acentúen sus obligaciones en desmedro de sus derechos. En segundo lugar, Su Señoría considera que la edad para ejercer el derecho de sufragio que pretendemos establecer en la Constitución en virtud de esta reforma, es improcedente.
A mí me gusta que, en estas cosas, se sea consecuente. Naturalmente, aquí se puede hablar de todo; pero hay dos asuntos que me agradaría saber de parte del Honorable señor Zepeda.
Cuando Su Señoría fue dirigente estudiantil, ¿era irresponsable porque se pronunciaba respecto de determinados problemas y daba opiniones sobre fenómenos sociales? Era, pues, una persona joven que tenía cierta actuación como dirigente estudiantil.
En segundo lugar, desde hace muchos años, es posible elegir parlamentario a una persona de 21 años de edad. Si se llega a la Cámara a los 21 años y puede hablar aquí "urbi et orbi" y votar sobre los asuntos trascendentales, como una reforma constitucional, ¿cómo justifica establecer una solución de continuidad entre estas dos etapas de la vida tan próximas: una, la edad en que se puede ser parlamentario y resolver la suerte del país; y otra, la edad de 20 años, considerándola que no es apta para el ejercicio del sufragio, en circunstancias que sólo hay una diferencia minúscula de un año entre una y otra?
Entiendo que su oposición se explica únicamente desde el punto de vista político, porque hay sectores que resultarán perjudicados con esta disposición que rebaja la edad ciudadana, ya que las nuevas generaciones no votarán por las tendencias políticas antiguas.
Por este motivo, creo que es un error argumentar en esta forma y dar razones que a mí me gustaría se explicaran mejor. Si Su Señoría nunca se opuso a que se eligiera parlamentarios a personas de 21 años de edad, ¿por qué se opone a que pueda serlo una persona de 20 años?
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Puede continuar el Honorable señor Zepeda Coll.
El señor ZEPEDA COLL.-
Señor Presidente, en realidad, son bastante interesantes las observaciones del Honorable señor Jerez y merecen una respuesta del Diputado que habla.
Efectivamente, cuando yo estaba en la Universidad, tuve participación activa en la vida estudiantil, pero no como dirigente. Me preocupé de cuestiones estudiantiles y desempeñé algunos cargos muy modestos, dentro de la Federación de Estudiantes de Chile. Pero debe saber el Honorable señor Jerez que mi actuación fue principalmente en materias de orden estudiantil, como la discusión de problemas relativos a la enseñanza y a la docencia misma. Y cada vez que se planteó un problema ajeno, de orden político, mi invariable posición fue la de oponerme a esa clase de asuntos.
En todo caso, puedo decirle a mi Honorable colega que también las leyes generales tienen alguna excepción.
Señor Presidente, todo ser humano, desde el momento que nace, tiene un derecho, que la sociedad debe reconocerle, sin que tenga que pedirlo, cual es el derecho a la educación. El hecho de que no exista plenamente reconocido en una determinada sociedad este derecho en la práctica, hace merecedora a esa sociedad de censura, porque ella debe ser, precisamente la que permita este beneficio a toda la juventud, para que ésta tenga la posibilidad de desarrollarse y formarse. Pero, en el día de hoy, tal como están planteadas las cosas, los jóvenes que tienen 18 años de edad, son en general estudiantes de 4º, 5º ó 6º año de humanidades. Aquí hay profesores secundarios, que conocen el problema. Yo también lo conozco, porque, antes de ser Diputado, hice clases. Y creo que muchos de nosotros estaremos de acuerdo en que no a todos los jóvenes de esa edad, que son alumnos de 5°, 5º ó 6º años de humanidades, como lo digo, se les puede considerar plenamente capacitados para el ejercicio pleno de los derechos cívicos.
Además, creo que esta reforma "politizará" la enseñanza misma, porque habría que legislar para reglamentar la manera cómo se podrán ejercer las actividades políticas dentro de los liceos, para que los candidatos a cargos de representación popular puedan tener oportunidad de hacer actos de proclamación y propaganda dentro de los colegios de enseñanza media o profesional. Esto, evidentemente, no es aconsejable.
Se me ocurre que, de inmediato, algunos Honorables colegas me contestarán que no es efectivo que la mayoría de los jóvenes de 18 años sean estudiantes, ya que ellos no representan sino un porcentaje inferior a un 20%. Esto es cierto; pero no se puede discutir que, en realidad, en la generalidad de los casos, esto no es aconsejable. Nosotros nos oponemos a que se legisle en forma excepcional, para que, en casos determinados, algunos jóvenes puedan ejercer este derecho. Pero no se puede establecer, en forma general, que los menores de 21 años tendrán el ejercicio pleno de sus derechos cívicos.
Con este mismo argumento, podemos sostener también que un joven de 15 años de edad está plenamente capacitado para decidir sobre cuestiones políticas que interesan a la opinión pública y, por consiguiente, debería tener derecho a voto. ¿Por qué, pues, se establece este derecho a los 18 años, y no a los 15?
Aún más, el Poder Ejecutivo se ha opuesto a que vote el personal de tropa de las Fuerzas Armadas. No olvidemos que los jóvenes de 19 años de edad tienen que cumplir con el Servicio Militar Obligatorio. Entonces, habría que establecer una disposición constitucional o legal, con el objeto de suspender su derecho a ejercer el sufragio mientras estén haciendo el Servicio Militar...
El señor TUMA.-
¿Me permite una interrupción?
El señor ZEPEDA COLL.-
En realidad creo que la sana doctrina en esta materia del ejercicio de los derechos cívicos es la que ellos competen sólo a la persona que está plenamente capacitada para ello, una vez que haya cumplido aquellas etapas de la vida en que el individuo aprende, antes que nada, a cumplir con sus obligaciones.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Honorable Diputado, los Honorables
señores Turna y Giannini le solicitan una interrupción.
El señor ZEPEDA COLL.-
He terminado, señor Presidente.
El señor OSORIO.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor OSORIO.-
Señor Presidente, los Diputados socialistas vamos a votar, favorablemente la enmienda constitucional en debate.
Siempre hemos sido partidarios de dar derecho a los analfabetos y también a los mayores de 18 años, especialmente quienes, alguna vez en la vida, hemos desempeñado algún cargo de dirigente juvenil, como es el caso del Diputado que habla.
Y digo esto, porque, precisamente, uno de los principios de la generación que luchó por conquistar un gobierno popular y que lo logró, en 1938, con don Pedro Aguirre Cerda, era el otorgamiento del derecho a voto a los jóvenes mayores de 18 años.
En Chile, los hombres se forman a muy temprana edad. Si los señores Diputados consultan algunas estadísticas, las cuales están acostumbrados a citar en la Honorable Cámara, encontrarán que, en la actualidad, trabajan en las labores agrícolas más de 50 mil jóvenes menores de 15 años. Hay jóvenes que son responsables de un hogar desde los 12 años, y que, por lo tanto, cuando llegan a los 18, ya saben lo que significa la responsabilidad de la mantención de una familia, porque a tan temprana edad han tenido que reemplazar al padre que ha faltado en ese hogar.
Por eso, nosotros somos partidarios de concederle este derecho a la juventud, porque sabemos, positivamente, que el hombre se forma en nuestro país antes de los 18 años.
Se argumenta también que, en la actualidad, muchos jóvenes a esa edad son o podrían ser estudiantes todavía. Sí, señor Presidente. Pero hay otras personas que con 30, 40 ó 50 años, siguen aún siendo estudiantes.
¿Cuántos hombres hay en la Universidad, ya maduros, que siguen estudiando? ¿Y cuántos hay que han pasado 10, 12 ó más años en la Universidad, y que aún no han recibido su título profesional?
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ruego a los señores Diputados guardar silencio.
El señor OSORIO.-
No voy a continuar argumentando sobre esto, señor Presidente.
En cuanto a los analfabetos, la verdad es que su número alcanza a cerca del 20 y hasta del 40% de la población.
En la sociedad en que vivimos, este sector de, nuestra población tiene sus derechos limitados. Sin embargo, deben cumplir todos los deberes, de acuerdo con la Constitución Política del Estado.
En efecto, en igual forma que todos los chilenos, sepan o no sepan leer, los analfabetos tienen que pagar impuestos, hacer el servicio militar; en fin, tienen deberes en cuya virtud se les explota, prácticamente, desde que nacen. Y también han tenido deberes que nosotros no hemos tenido, como los que cumplieron aquellos campesinos y obreros que recorrieron la pampa ardiente del salitre durante la Guerra del Pacífico. ¡A ellos no se les preguntó si sabían leer o escribir! Sólo se les dijo que eran chilenos y que debían cumplir con su deber de defender a la Patria. Por estas razones, somos partidarios de que se otorgue también derecho a voto a los analfabetos. Indudablemente, para llevar a la práctica esta reforma, habría que efectuar algunas modificaciones en la actual legislación electoral, en lo relativo a la cédula única que deben utilizar los electores, si bien los inconvenientes que ella presenta para los iletrados podrían obviarse como se ha hecho en otros países, donde, como lo anotaba mi Honorable colega señor Fernández, se utilizan otros métodos para facilitar el voto de los analfabetos, basados en el uso de símbolos, de colores, de figuras. ¿Por qué no proceder en una forma exactamente igual en nuestro país?
¿Acaso los analfabetos no sufren también los efectos de las alzas de precios en el costo de la vida? ¿Acaso, cuando alguien va a comprar un traje o un kilo de azúcar, el comerciante le pregunta si sabe leer o escribir, para cobrarle más o menos por el artículo que adquiere?
Indudablemente que no.
Nosotros tenemos que reconocer que el analfabetismo se debe, precisamente, a los regímenes burgueses que han imperado en nuestro país.
Tampoco puede desconocerse el hecho de que en este sector de analfabetos hay hombres sumamente inteligentes, quienes, si el Estado o la sociedad les hubieran dado la posibilidad de educarse, habrían sido, seguramente, grandes hombres, que habrían servido a la patria. ¡Cuántos maestros especializados hay en las maestranzas de este país, cuántos torneros, cuántos electricistas, cuántos operarios que, con sus manos, están levantando los más hermosos edificios de esta nación, que son analfabetos!
Sí, señor Presidente; tenemos la obligación de entender esto y darles el derecho a voto a esos hombres, a quienes nuestra sociedad les ha negado el derecho de aprender a leer y escribir.
Por estas consideraciones, los Diputados socialistas vamos a votar favorablemente este artículo, tal como ha sido despachado por la Comisión.
He concedido una interrupción al Honorable señor Palestro, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Palestro.
El señor PALESTRO.-
Señor Presidente, la verdad es que los parlamentarios socialistas nos explicamos plenamente la actitud y el criterio del Honorable señor Zepeda Coll, representante de un partido de Derecha, de la oligarquía tradicional de este país. Y ello se debe a que sabemos que durante toda la historia de Chile, esta oligarquía chilena, especialmente la oligarquía terrateniente, la que en Argentina denominan "la oligarquía vacuna" -y cuándo se la llama así, por algo ha de ser- se opuso y se opone a cualquier tipo de reforma o a cualquier intento encaminado a obligar al dueño de la tierra, al "caporal", al capataz de la hacienda, a construir una modesta aula donde impartir la enseñanza de las primeras letras y los rudimentos de la cultura a sus campesinos, a los hombres que viven en el fundo.
Esta mañana se ha planteado una especie de querella de generaciones, a través de las palabras del Honorable señor . Zepeda Coll. Como muy bien lo ha expresado el Honorable señor Osorio, no es cierto que solamente la juventud sea irresponsable, ya que en los sectores adultos también existe gente de esta clase y de mayor irreflexión que los propios muchachos de 18 años, a quienes nosotros queremos capacitar para elegir a los hombres que deben dirigir los destinos de este país.
No se trata de que la juventud carezca del discernimiento necesario para emitir su voto responsablemente, con claridad, con pleno reconocimiento acerca de las personas que deben conducir a Chile; así como tampoco se puede establecer como una cosa hecha, fija, que sólo los hombres de edad tienen el criterio necesario para determinar en forma reposada y bien pensada, la manera de administrar una nación.
De ahí, señor Presidente, que en los países más adelantados de la tierra, especialmente en los socialistas -también en otros dirigidos por personas que antes entregaron la "oreja" al imperialismo norteamericano, como es el caso de la Acción Democrática de Venezuela- los analfabetos voten con cédulas de color o con símbolos. Así el analfabeto, el campesino, puede elegir los hombres de la tendencia que estimen más conveniente para gobernar, a través de un voto de color o de un símbolo.
¿ Qué culpa tiene el campesino o el analfabeto de Colombia, Venezuela, Cuba, Bolivia o Chile, o de cualquier otro país, de carecer de instrucción, cuando la misma oligarquía le ha impedido recibirla, a pesar de que después se la exige para ejercer sus derechos cívicos? Por eso, nosotros propiciamos que se permita votar a los analfabetos, como seguramente se va a acordar durante la discusión de este proyecto de reforma constitucional.
-Hablan vanos señores Diputados a la vez.
El señor PALESTRO.-
Y, justamente, al hablar de países avanzados, en este orden, me iba a referir a la Cuba revolucionaria, no a la República cubana de Batista ni a la de otro grupo de personajes muy sumisos que fueron siempre serviles y que se entregaron maniatados al imperialismo norteamericano, sino a la Cuba de ese hombre excepcional, gran conductor de su pueblo y figura señera del movimiento de liberación de las naciones americanas, que es Fidel Castro. Y esto les consta a los parlamentarios de este Congreso, incluso a los Diputados de la Democracia Cristiana que han recorrido ese país, como el Honorable colega Patricio Hurtado, por ejemplo, que vino justamente a esta Sala a rendir un homenaje a las realizaciones de la revolución en Cuba, en esa valiente isla que fue capaz de "volarle" las plumas al águila norteamericana. Allí, en un plazo de casi un año, se logró "erradicar" el analfabetismo.
¿Qué culpa tienen estos ciudadanos, por lo tanto, que haya países, como el nuestro, donde existe aún gente con una mentalidad retrógrada, que, como se puede apreciar por algunos planteamientos formulados por la Derecha, hace unos instantes, que se opone a que el analfabeto, que también tiene las mismas obligaciones de todo ciudadano, pueda ejercer un derecho que le permita elegir, como sea, al hombre o los hombres, la tendencia o los partidos que deben conducir su país?
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
Un señor DIPUTADO.-
¿Cuándo han votado los cubanos? -
El señor PALESTRO.-
Ellos no tienen necesidad de votar, porque ya eligieron un gran líder.
Esto demuestra, justamente, las innumerables contradicciones de la Democracia Cristiana que hemos señalado, porque los mismos colegas democratacristianos están luchando, a través de este proyecto de reforma de la Constitución, para establecer el plebiscito.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
¡Honorable señor Pereira!
El señor PALESTRO.-
¿Qué democracia más directa puede haber que recurrir al plebiscito? Y debemos decir una cosa; nosotros somos partidarios del plebiscito.
-Aplausos en la Sala.
El señor PALESTRO.-
¿Qué democracia más directa, repito, es actuar a través de los plebiscitos, como lo hizo Fidel Castro, por ejemplo, cuando frente a dos millones de cubanos rompió el famoso pacto militar que Fulgencio Batista auscribió con el imperialismo norteamericano? Fidel Castro, en una tribuna y frente a dos millones de cubanos, rompió e hizo mil pedazos el famoso tratado que ataba a las Fuerzas Armadas y al pueblo de Cuba a los designios del Pentágono norteamericano. ¿Es ésta o no una manera directa, práctica, clara, de demostrar más democracia que en ninguna parte, como no lo ha hecho ningún Presidente frente a su pueblo? Allí, en medio de los gritos roncos del pueblo...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PALESTRO.-
.....y de un bosque de brazos levantados en señal de aprobación, Cuba rompió los lazos con su eterno explotador, que lo es también de todos los países de América; el imperialismo norteamericano.
Quisiera que los compañeros de la Democracia Cristiana también se atrevieran...
Varios señores DIPUTADOS.-
¿A qué?
El señor PALESTRO.-
...a pedirle al Presidente Freí que, frente a los convenios del cobre, se realizara un plebiscito. En él estaríamos con Sus Señorías, pero para nacionalizar el cobre...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PALESTRO.-
…para recuperar la riqueza del cobre para los chilenos ; no para entregarles más ganancias a los imperialistas norteamericanos, sino que para recuperar el cobre, para impulsar el progreso de nuestra patria y la prosperidad de los chilenos. No sólo estaríamos los socialistas, comunistas y el FRAP, en esa posición, sino que todo el pueblo de Chile los apoyaría para quitarles a los norteamericanos lo que nos han quitado durante más de cien años en este país.
Quiero manifestar que nosotros aprobaremos la disposición que concede derecho a voto de los mayores de 18 años. En esta forma, la juventud tendrá derecho a elegir. Asimismo, aprobaremos lo relativo a la votación de los analfabetos, conforme a lo que hemos expresado, permanentemente, desde hace muchos años.
Los analfabetos no tienen ninguna culpa de serlo, porque ¿qué culpa tienen que este país haya sido dirigido, no con el cerebro, sino con los zapatos, durante ciento y tantos años? ¿Qué culpa tiene el analfabeto del campo o de la ciudad, de que le hayan negado la posibilidad de llegar a la escuela? ¿Qué culpa tienen los hijos de los obreros y empleados de que cuando niños deban luchar a brazo partido para ganarse la vida, en circunstancias que aún están en edad de ir a la escuela o al liceo? Nosotros conocemos este caso por experiencia propia. En efecto, pudimos haber estudiado una carrera profesional, pero tuvimos que enfrentarnos a la dura y trágica realidad de la vida para ganar unos cuantos pesos en cualquiera labor, en cualquier trabajo, a fin de contribuir al escaso, magro, raquítico y escuálido presupuesto familiar. Estas cosas las sabemos, porque las hemos sufrido en carne propia, y no es ningún crimen ni vergüenza declararlo en esta Sala. Haber nacido pobre, no constituye una vergüenza.
Lo que sí podría serlo, es que, habiendo Diputados jóvenes, que tuvieron la suerte de contar con todos los medios que brinda la vida, en su niñez y juventud, por haber nacido en hogares adinerados, circunstancias que les han permitido desarrollar y realizar lo que uno querría para sus hijos, aún sigan pensando con el mismo criterio de los hombres de las cavernas, con el mismo criterio de la Colonia y que crean, todavía, que estamos Viviendo en la época del candil y la calesa o de los carros tirados por caballos.
No, señor Presidente; estamos viviendo en el siglo XX; en las puertas, en los umbrales de una de las aventuras más grandes y nobles, cual es la conquista del espacio, que toda la humanidad espera anhelante; estamos, tal vez, frente a la apertura de una vida y. de un mundo desconocido, vida nueva, que a lo' mejor, resulta más promisoria que la actual. Por eso, resulta increíble que aún haya Diputados que piensen, como digo, que estamos en la época de la carreta.
Por eso, nosotros, los socialistas, que marchamos con el tiempo, que marchamos con la época, 'votaremos favorablemente esta reforma, con el objeto de que los muchachos tengan derecho a voto al cumplir los 18 años. Igualmente, aprobaremos la indicación que tiende a conceder este mismo derecho a los analfabetos.
Concedo una interrupción a la Honorable señora Allende, y, a continuación, al Honorable señor Tuma.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
La Mesa recuerda a Su Señoría que está con el uso de la palabra el Honorable señor Osorio. Por lo tanto, Su Señoría no puede conceder interrupciones.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor OSORIO.-
Concedo una interrupción al Honorable señor Tuma.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Tuma.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor TUMA.-
La Honorable señora Allende solicitó primero la interrupción, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Puede usar de la palabra la Honorable señora Allende.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
La señora ALLENDE.-
Señor Presidente, lo único que deseo expresar es que nosotros votaremos favorablemente esta reforma, porque en nuestro programa del Gobierno popular habíamos contemplado el derecho a voto de los analfabetos y de los muchachos desde los 18 años de edad. Por eso, me alegro de que la Democracia Cristiana se inspire en muchas cosas de nuestro programa.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Puede continuar el Honorable señor Osorio.
El señor OSORIO.-
He concedido una interrupción al Honorable señor Tuma,
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Tuma.
El señor VIDELA.-
¿Por qué no lo hicieron durante el Gobierno de Ibáñez?
El señor TUMA.-
Señor Presidente, sólo deseo contestar...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor TUMA.-
...al Honorable señor Zepeda, en lo referente al derecho a voto que adquirirán las personas mayores de dieciocho años. En la práctica, estos chilenos no votarán a esa edad, aunque así lo establezca la Constitución, porque se inscribirán en los registros electorales a los dieciocho años y, como se sabe, éstos se cierran, prácticamente, seis meses antes de una elección general. Será muy difícil, entonces, que inmediatamente, a esa edad, dichos ciudadanos puedan ejercer el derecho a sufragio.
En efecto, si sacamos la cuenta en forma matemática, estos muchachos que podrán inscribirse a los dieciocho años de edad, sólo a los diecinueve años y seis meses van a poder ejercitar su derecho a voto. Y cuando venga una elección, el término medio de ellos votará cuando tengan más de veinte años y no dieciocho, como establece la ley.
Por eso, nosotros estamos de acuerdo en que debe prescribirse de que estos ciudadanos tengan pleno derecho a inscribirse al cumplir dieciocho años de edad.
En seguida, no estamos de acuerdo con los datos estadísticos proporcionados por el Honorable señor Zepeda Coll, en cuanto dice que los analfabetos constituyen en el país una ínfima cantidad. Seguramente, no es así en algunos sectores rurales. Puedo citar el siguiente caso. Durante la campaña electoral pasada, visité, en la comuna de Pucón, un sector llamado Relicura, para cuyo efecto tuve que hacer un viaje de doscientos kilómetros, desde Temuco. Nunca había puesto más énfasis en mis palabras que en esa tarde, ni más entusiasmo, para convencer de mi doctrina a un grupo de treinta y cuatro campesinos que viven al otro lado del río Trancura. Repito que empleé el mayor interés en conversar con estos modestos campesinos. Sin embargo, después de más de una hora de charla con ellos, cuando empezamos a inscribir a los adherentes a nuestra candidatura, nos encontramos con que de las treinta y cuatro personas reunidas, apenas había dos inscritas, dos que sabían leer y escribir, y que, por lo demás, eran forasteros; los treinta y dos restantes eran analfabetos. En consecuencia, ni un voto pude obtener en ese grupo de campesinos.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor TUMA.-
Por eso, hay que visitar los campos, los lugares apartados y los sectores cordilleranos, para darse cuenta de que en ellos existe un porcentaje mucho mayor de analfabetos del que se observa en los centros poblados.
Además, tengo entendido que ese famoso personaje que nos identifica, y que llama "Juan Verdejo", también es analfabeto. Y ¿quién hay más perspicaz, qué hombre es más habilidoso que él? ¿Cómo le vamos a negar el derecho a voto al hombre que nos personifica; Juan Verdejo? Los analfabetos tienen un sexto sentido; son analfabetos, pero no ignorantes. No hay más que ir a la Vega Central, donde laboran jornaleros y trabajadores del campo, en su mayoría analfabetos, para ver cómo se manejan. Saben muy bien el precio de sus productos; conocen muy bien cómo se opera en la reforma agraria, y son los primeros en concurrir a inscribirse para tener derecho a un pedazo de tierra. En consecuencia, puede que el chileno no sepa leer ni, escribir, pero es muy habilidoso; ello está en su sangre y en su propia idiosincrasia. No podemos, entonces, negar el derecho a voto a los analfabetos.
Hay muchas formas en que los ciudadanos pueden expresar sus preferencias. Ya se ha hablado aquí sobre el uso de los colores que existe en las cédulas electorales, en otros países. Hace cuarenta años que éste sistema se emplea en Méjico.
Por lo tanto, con las modificaciones propuestas en el artículo 7º de la Constitución nos colocaremos a la altura - de los demás países progresistas, pues gozarán de sus derechos cívicos aquellos ciudadanos que hayan cumplido 18 años de edad, y los que no sepan leer ni escribir. Me refiero a aquellos a quienes la oligarquía y la plutocracia les ha negado la posibilidad de instruirse.
Debo recordar que los pueblos árabes, hace algunos siglos, propagaron la cultura a través de la mitad de Europa Posteriormente, los turcos sojuzgaron a dichos pueblos, durante más de cien años, manteniéndolos en la ignorancia. Es así como la mayor parte de los árabes que llegaron a Chile no tuvieron oportunidad de instruirse, porque los gobernantes turcos, que dominaron el Asia Menor hasta fines del siglo pasado, se lo impidieron.
Un Diputado del Partido Radical, el Honorable señor Naudon, si mal no recuerdo, dijo que en otros países existen culturas milenarias. Ello es efectivo, pero en Chile, en ese aspecto, no somos menos. Tenemos una gran dosis de esa cultura milenaria. Aquí la gente es más despierta. No podemos comparar, siquiera, a nuestro indio chileno con los analfabetos de otros pueblos. Yo he quedado sorprendido ante la habilidad de nuestros indios: lo saben todo, lo comprenden, lo entienden, tienen intuición, un sexto sentido.
Por eso, estamos junto a la Democracia Cristiana en este planteamiento y votaremos favorablemente esta reforma a la Constitución, para dar derecho a voto a los analfabetos y a los mayores de 18 años.
El señor TEJEDA.-
El Honorable señor Osorio me había concedido una interrupción.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
El Honorable señor Osorio expresó que había terminado.
Tiene la palabra el Honorable señor Cabello.
El señor CABELLO.-
Señor Presidente, no puedo dejar pasar las palabras que alcancé a oír a la Honorable señora Blanca Retamal.
Su Señoría debe recordar que existe un partido centenario, que se llama Partido Radical...
Varios señores DIPUTADOS.-
¡Había!
El señor CABELLO.-
…que se ha preocupado, permanentemente, de la educación en Chile. Debe recordar que tuvimos un gran Presidente de la República, cuyo lema fue: "Gobernar es educar"...
El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).-
Como don Gabriel González Videla.
El señor CABELLO.-
Debe saber, como maestra, que existe una Ley de Instrucción Primaria que lleva el sello y el espíritu de nuestro partido; no debe ignorar que hay una Universidad Técnica y que en cada aspecto de la educación han estado presentes el espíritu, la palabra y la firma del Partido Radical.
Ahora está en vuestras manos mejorar esto, si así lo desean Sus Señorías. Sabemos y estamos de acuerdo en que podemos terminar con las subvenciones a los colegios particulares, para darles a las escuelas fiscales mayores posibilidades económicas. Sus Señorías pueden hacerlo y, sinceramente, tendrán nuestro apoyo.
Quiero recordarle todas estas cosas a mi Honorable colega, porque nuestro Partido siempre ha estado preocupado de esta materia.
En relación con el artículo en debate, debo manifestar que mucho temo que en una próxima lucha electoral suceda lo que he visto en mi provincia y que he sabido también ocurrió a través de todo Chile. Me refiero a la existencia de dobleces brujos, en las cédulas electorales, que a muchos analfabetos, seguramente, llevará a cometer errores. Es indiscutible que tendremos que legislar para evitarlo. La posibilidad del doblez brujo hará necesaria la dictación de una nueva legislación.
Deseaba recordar estas cosas a mis estimados colegas para que en esas nuevas disposiciones podamos llegar a una solución integral del problema, otorgándoles estos derechos a los analfabetos y a la juventud de Chile.
Nada más.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Giannini.
El señor CABELLO.-
Me ha solicitado una interrupción el Honorable señor Naudon.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Su Señoría manifestó que había terminado.
A continuación del Honorable señor Giannini, tienen la palabra los Honorables señores Naudon y Tejeda, que estaban inscritos.
El señor GIANNINI.-
Señor Presidente, no es necesario insistir acerca de la conveniencia de aprobar el artículo 7° en la forma como ha quedado redactado, ante los sólidos argumentos que se han dado en su favor. Sólo se han expuesto, por quiénes han anunciado que votarán en contra, razones y argumentos de detalle práctico-formal, frente a un fundamento evidentemente justo como es el contenido en el artículo. Creo que al país no le interesan tanto las objeciones referentes a los dobleces de las cédulas electorales, ni los argumentos que se han dado en cuanto a que en otros países se justificaría este sistema, porque el número de analfabetos es mayor; y en el nuestro, en cambio, es muy reducido. Este concepto de justicia dosificada no lo entiende el país. El pueblo espera la justicia que encierra el artículo. Por eso, es inoficioso insistir en él, convencidos como estamos de su conveniencia.
Sin embargo, no quiero dejar pasar una afirmación que no se ajusta a la realidad. El Honorable señor Zepeda dijo que el Partido Demócrata Cristiano y el Ejecutivo se habían opuesto a otorgar el derecho a sufragio a personal de tropa de las Fuerzas Armadas.
Esto, lo digo claramente, no es efectivo. Los parlamentarios democratacristianos en el seno de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia se opusieron, efectivamente, a variar la norma constitucional sobre la materia, considerando que la disposición que impide sufragar a la tropa no está contenida en la Constitución, sino en otra disposición legal. Por eso, nos opusimos a efectuar una variación de la Constitución en este sentido. Pero también estamos convencidos de que hay que modificar la legislación respectiva -opinión que ya se ha dado aquí- y que no se pueden hacer discriminaciones dentro de las Fuerzas Armadas, es decir que, si se llega a establecer que hay razones -yo no creo que existan- para que la tropa no sufrague, pensamos que esa mismas razones debe ser aplicables a los oficiales. Por eso, deseo dejar expresa constancia de que nosotros, cuando corresponda, apoyaremos las modificaciones del caso, en la ley que se dicte en el futuro, pero no en el texto constitucional.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Honorable señor Giannini, el Honorable señor Canales le solicita una interrupción.
El señor GIANNINI.-
Con mucho gusto se la concedo.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Canales.
El señor CANALES.-
Señor Presidente, en realidad, cuando se habla de otorgárseles el derecho a voto a los analfabetos, pienso en los miles y miles de campesinos del país que nunca han tenido la oportunidad de llegar, por lo menos, a la escuela primaria. Citaré un solo caso. A "Isla de Vergara", comuna Del Carmen, provincia de Ñuble, nunca ha ido nadie a alfabetizar, ni siquiera hay una escuela; creo que este año se construirá una en esa región. Esa es la gran tragedia del campesinado chileno.
He escuchado, con el mayor interés, las razones que se han dado en contra de esta enmienda tendiente a otorgar el derecho a voto a los analfabetos. Pues bien, al escuchar estos argumentos, como campesino, me siento orgulloso de representar a la clase más abandonada y postergada del país...
Por lo tanto, debo decir especialmente a los Honorables colegas del Partido Radical, que se oponen a otorgar este derecho a los campesinos, cuando yo sé que es un partido que les pasa las manos por las espaldas...
-Hablan varios señores Diputados a la, vez.
El señor CANALES.-
…en la víspera de las elecciones, que nosotros estamos trabajando para equiparar la condición del campesino con la del obrero industrial. En las poblaciones marginales hay miles de trabajadores y campesinos en una situación de completo abandono.
Por estas razones queremos otorgar, de una vez por todas, el derecho a voto a los analfabetos, para que todos los ciudadanos chilenos gocen de los mismos derechos y obligaciones.
El señor PALESTRO.-
También hay que establecer el derecho a sindicarse.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Puede continuar el Honorable señor Giannini.
El señor GIANNINI.-
He terminado, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Tejeda.
El señor TEJEDA.-
Señor Presidente,el Honorable señor Zepeda Coll ha dado a entender que tiene ciertas dudas con respecto a la capacidad de los menores de 21 años para poder sufragar en las elecciones.
Voy a hacer un alcance, respecto de esta materia que, a mi juicio, tiene bastante importancia.
1°-El Código Penal reconoce actualmente la mayoría de edad y el pleno discernimiento a los 18 años.
2º-El Código del Trabajo reconoce la facultad de contratar a los 18 años.
3º-El Código Civil faculta a la mujer que haya cumplido 12 años de edad y al hombre mayor de 14, para designar a la persona del curador.
Nuestra propia ley reconoce a los menores de 18 años el derecho a designar representantes para la defensa de sus intereses privados. En consecuencia, no existe mayor inconveniente para que los mayores de 18 años puedan hacerlo respecto de aquellos ciudadanos que representan los intereses generales de la Nación.
Además, el Código Civil reconoce la facultad de testar a los hombres mayores de 14 años y a las mujeres mayores de 12.
El mismo Código reconoce capacidad para ser testigo en los testamentos a las personas mayores de 18 años.
El Código de Procedimiento Civil reconoce capacidad para testificar en juicio a todos los mayores de 14 años.
De manera que no es ninguna cosa del otro mundo que se fije la edad de 18 años para que los ciudadanos tengan amplio derecho de sufragio.
Con respecto a la intervención del Honorable señor Giannini, nos parece que, de acuerdo con la forma en que se redactó el actual artículo 7º de la Constitución, el personal de las Fuerzas Armadas tienen derecho a sufragio. . .
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
¿Me permite, Honorable Diputado? Ha llegado la hora de término de la sesión.
Quedará con la palabra el Honorable señor Tejeda.
Se levanta la sesión.
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