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El señor ESCALONA (Presidente).- Excelentísimo Presidente del Senado de España, señor Pío García-Escudero Márquez; Excelentísimo Embajador de España, señor Íñigo de Palacio España; Vicepresidente del Senado, señor Alejandro Navarro Brain; señoras y señores Senadores; Secretario General del Senado, señor Mario Labbé Araneda; Secretario General del Senado de España, señor Manuel Cavero Gómez; señores miembros de la delegación de España; señoras y señores:
Como Presidente de nuestra Corporación, la posibilidad de expresar nuestro reconocimiento al Senado de España, en la persona de su Presidente, señor Pío García-Escudero Márquez, reviste una significación especial. Es la reafirmación de una amistad y una relación política que traspasan los Gobiernos y las diferentes circunstancias históricas que puede vivir cada una de nuestras naciones; que han podido prevalecer en el curso de los años, las décadas y los siglos, y que constituyen, en el actual mundo global, una comunidad de la más alta importancia para Chile.
Desde España vinieron quienes, desde Colón en adelante, fueron capaces de encontrar nuestras tierras; de crear en ellas comunidades nacionales; de instalar una manera de pensar y de vivir que, naturalmente, se puso a prueba en las circunstancias concretas y específicas de nuestra realidad, en el entrechocar con los indígenas del continente -especialmente, en el caso de Chile-; de dar curso a una cultura que nos distingue como nación, cuyas raíces profundas se encuentran en España y en el pueblo mapuche, el cual constituía, a la sazón, la etnia originaria más relevante que poblaba lo que, con el curso del tiempo, conformó nuestro actual territorio nacional.
Chile, desde sus orígenes, se hizo parte del sentimiento de España en defensa de su soberanía y autonomía, como nación y Estado.
Nuestro padre de la patria José Miguel Carrera combatió junto a los españoles en contra del invasor, hace ya cerca de dos siglos, y nos enalteció a todos, pues tuvo siempre en alto la bandera de un bien que apreciamos tanto, como la independencia nacional.
Estimado Presidente, creo que a través de la figura de José Miguel Carrera se concretó la posibilidad, tan singular para una nación todavía en formación, de luchar por la independencia de España, en contra de la ocupación francesa y de las tropas napoleónicas.
Tuve la posibilidad de estar hace pocos meses en Cádiz para invitar al Presidente Pío García-Escudero y de apreciar que a esa ciudad llegaron también los representantes de la nación chilena en formación con el propósito de tomar parte en el proceso de defensa de lo que todavía en aquel tiempo configuraba una raigambre común.
Luego, como Estados, hemos sido capaces de atravesar diferentes circunstancias. Hemos vivido en democracia; hemos sobrellevado una dictadura; hemos hecho aportes a la cultura universal, cada uno desde su propia realidad y con sus propias características; hemos podido contribuir desde el ámbito de las ciencias, de la informática, del arte y de la cultura, y constituir naciones que se han ganado su propio espacio y exhiben una singularidad que las realza y les da el relieve al que cada una aspira en el actual concierto internacional. Todo ello, anhelando siempre un mundo de paz, de cooperación y de entendimiento.
Ahora, cuando en nuestro país la democracia ha ido echando raíces profundas, podemos también valorar y reconocer el aporte de España, con su transición ejemplar, en plena segunda mitad del siglo XX, para el efecto de reinstalarla.
Parecía obvio y elemental, prácticamente después de dos siglos de la Revolución Francesa, del derrumbe del Absolutismo, de la primacía de las banderas de la libertad, la igualdad y la fraternidad, que nuestro destino era vivir en democracia.
No era tan simple ni tan fácil.
Nuestros países han recorrido un largo camino y cuentan con una experiencia que los caracteriza, y creo que, independientemente de las circunstancias propias que están viviendo, ostentan en común un patrimonio y, al mismo tiempo, amor, respeto y adhesión a la democracia, como sistema de vida y manifestación de compromiso con las ideas de igualdad y libertad.
El entendimiento entre España y Chile es hoy algo que nos distingue.
Por nuestra parte, enfrentamos desafíos enormes como sistema político, entre ellos la necesidad de generar espacios institucionales que nos permitan ser efectivamente una nación multicultural. Tenemos pendiente una deuda con nuestros pueblos indígenas. No nos ha resultado fácil saldarla. Es una de las tareas esenciales por llevar a cabo, sin perjuicio de otras en las que no es del caso detenerse ahora.
Quisiera reiterar, estimado Presidente, nuestro reconocimiento y agradecerle profundamente su presencia, porque eso nos permite, una vez más, junto con saludarle, observar, comprender y ver en España una parte esencial de lo que somos como comunidad nacional. Los suyos vinieron hace ya más de 500 años, motivo por el cual sentimos compartir un mismo desafío de civilización.
Le solicito acoger nuestro testimonio de consideración a través de la Condecoración que el Senado de Chile le entrega en este momento.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
--El señor ESCALONA (Presidente del Senado) impone al Presidente del Senado de España, señor GARCÍA-ESCUDERO, la Medalla al Mérito del Senado de la República de Chile, en el grado de Gran Oficial.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra, señor Presidente.
El señor GARCÍA-ESCUDERO (Presidente del Senado de España).- Excelentísimo señor Presidente del Senado, querido amigo; excelentísimos señores Senadores; miembros de la delegación del Senado de España; excelentísimo señor Embajador de España; excelentísimos señores Diputados del Congreso de España:
Es para mí un gran honor dirigirme al Senado de la República de Chile precisamente en el último día del año legislativo. Por eso, agradezco muy sinceramente la amable invitación de su Presidente, el excelentísimo señor Camilo Escalona.
Asimismo, me siento muy agradecido y honrado por la Medalla que el Senado de Chile ha tenido a bien otorgarme. Es una distinción que recibo como Presidente del Senado de España y que valoro especialmente por lo que supone, como testimonio de los estrechos lazos que unen a nuestras dos instituciones parlamentarias y nuestras dos naciones.
Mi visita a Chile se registra en el marco de la Sexta Sesión Ordinaria de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Eurolat), que se reunirá mañana y pasado mañana y en cuya inauguración tendré la ocasión de participar.
A buen seguro, ello va a proporcionarnos una excelente oportunidad para que parlamentarios latinoamericanos y europeos podamos compartir reflexiones, elaborar respuestas conjuntas a los grandes retos que debe afrontar nuestro mundo globalizado y, en definitiva, actualizar los fuertes vínculos transatlánticos que nos unen desde hace 200 años y que hoy, quizá más que nunca, nos brindan grandes oportunidades de futuro.
De algún modo, el encuentro de Eurolat puede evocar aquel otro que reunió en Cádiz hace dos siglos, en representación de buena parte de los pueblos actualmente integrantes de la Comunidad Iberoamericana, a "diputados de ambos hemisferios", entre ellos, por cierto, los chilenos Miguel Riesco y Joaquín Fernández de Leiva.
La Constitución de 1812, gran obra de aquellas Cortes, fue la primera en la historia constitucional española y ejerció influencia tanto en muchos países iberoamericanos que iniciaban sus procesos de independencia como en otros Estados europeos.
Precisamente el año pasado tuvimos ocasión de conmemorar este acontecimiento histórico reuniendo en Cádiz a representantes de todos los Parlamentos de la Comunidad Iberoamericana, en el VIII Foro Parlamentario Iberoamericano, que tuvo lugar los días 25 y 26 de octubre, bajo el lema "Una relación renovada en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz".
Allí coincidimos en los cuatro ejes prioritarios que deben orientar nuestra común acción futura:
-El crecimiento económico, como motor imprescindible para poder crear empleo, favorecer la igualdad de oportunidades y mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos.
-El desarrollo de las infraestructuras en ámbitos como el transporte y las telecomunicaciones, herramienta también de crecimiento económico, de cohesión social y territorial y de integración regional.
-La promoción de la pequeña y mediana empresa, para incrementar la productividad y la competitividad.
-Y el fortalecimiento institucional, es decir, la mejora de la gestión de nuestras instituciones, sobre la base de los principios de eficiencia, buen gobierno y transparencia.
Son cuatro ejes de gran importancia, sin duda, aprobados como conclusiones del Foro Parlamentario y presentados a la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que tuvo lugar también en Cádiz los días 16 y 17 de noviembre recién pasados, y que pueden servir de base para futuros encuentros, como el que tendrá lugar en Chile los próximos días.
Efectivamente, Santiago será el escenario de una nueva gran cita internacional: la Cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Cumbre UE-CELAC), que tendrá lugar los días 26 y 27 de enero, que toma el testigo de la anterior Cumbre de 2010, celebrada en Madrid, y que propone, en esta ocasión, una reflexión sobre la promoción de las inversiones ambientales y socialmente sostenibles.
No cabe duda de que esta cita será un gran éxito, gracias al liderazgo y al buen hacer de Chile, un país que mantiene una ejemplar y fructífera relación con la Unión Europea, desde la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación en marzo de 2002.
En España conocemos y admiramos el progreso económico sostenido de Chile en las últimas décadas; su apuesta por la competitividad y la apertura hacia la economía global, y su construcción de un clima de garantías, confianza y seguridad jurídica para la actividad económica y las inversiones.
Debo, además, felicitarles por los esfuerzos que están realizando para sintonizar con las nuevas prioridades de la sociedad chilena y tomar decisiones valientes que buscan incrementar las oportunidades de futuro de sus ciudadanos, especialmente en el plano educativo, así como en otros ámbitos sociales.
También en España nos encontramos en una etapa de grandes retos y grandes reformas. La realidad económica nos está haciendo atravesar por tiempos difíciles. Sin embargo, tal como hemos hecho en otros momentos de nuestra historia, estamos plantando cara a las dificultades, y, por ello, saldremos adelante con un impulso renovado.
Nuestras respuestas se articulan en una ambiciosa agenda de reformas que afectan a nuestro sector financiero, al funcionamiento de nuestra economía o a nuestro mercado laboral. Con ellas pretendemos volver pronto a la senda del crecimiento, la prosperidad y la creación de empleo.
Asimismo, estamos trabajando en la racionalización de nuestras Administraciones públicas, con el fin de hacerlas más eficientes y eficaces. Y queremos dotarlas también de la mayor transparencia, con el propósito de recuperar la confianza de los ciudadanos en el valor de la política.
Con el mismo objeto, también hemos puesto en marcha una Ponencia, que actualmente está estudiando la reforma del Senado, con el fin de fortalecer su papel como Cámara de representación territorial, en el marco de nuestro modelo de Estado autonómico.
Y no quisiera dejar pasar esta ocasión sin destacar las grandes oportunidades que hoy ofrece el excelente marco de relaciones compartidas por nuestros dos países.
En el ámbito político, desde la transición política en Chile, que tantas similitudes tuvo con la española.
Y, por supuesto, en el ámbito económico, tal como queda de manifiesto en el creciente volumen de intercambios económicos entre España y Chile o en el recíproco interés inversor de nuestras empresas: de empresas chilenas en España, de forma creciente; y de empresas españolas en Chile, en muchos casos con una presencia ya consolidada. Y no me refiero a las de mayor entidad, sino también, cada día más, a las pequeñas y medianas empresas, que buscan socios locales, crean empleos con los que impulsar sus proyectos, y a veces hacen de Chile su plataforma regional para la expansión de sus negocios en América Latina.
España, como una absoluta prioridad, busca reforzar su relación con Chile y, en general, con el conjunto de la región latinoamericana.
España ha sido tradicionalmente un puente entre España y la Unión Europea, desde su ingreso en ella, favoreciendo los intercambios comerciales entre ambas regiones.
Y hoy, más que nunca, Europa mira con esperanza a América Latina, por la pujanza de sus economías y la mejora de la calidad democrática en muchos de sus países. Busca establecer relaciones privilegiadas y aspira a contribuir activamente a la consolidación de ámbitos regionales de cooperación, al fomento de las relaciones birregionales y al fortalecimiento de los mecanismos multilaterales.
Por ello, confiamos en la vitalidad de la Alianza del Pacífico, iniciativa regional auspiciada por Chile y a la que se ha sumado España en calidad de observador.
Estamos absolutamente convencidos de que España y Chile, Europa y América Latina, sabiendo poner en valor sus profundas coincidencias, sabrán afrontar juntas los nuevos y complejos desafíos del mundo que compartimos.
Muchas gracias.
(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Gracias a usted, Presidente.
El señor GARCÍA-ESCUDERO (Presidente del Senado de España).- Señor Presidente, yo también quiero entregarle un recuerdo: una moneda con el escudo del Senado de España en una de sus caras y, en la otra, el escudo de todas las comunidades autónomas que componen nuestro Estado.
El señor Presidente del Senado de España, señor GARCÍA-ESCUDERO, entrega la moneda al señor Presidente del Senado chileno, señor ESCALONA.
El señor ESCALONA (Presidente).- Gracias.
(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Agradezco la visita del Presidente del Senado de España, Pío García-Escudero Márquez.
Y cito a reunión de Comités inmediatamente.
Se suspende la sesión por 15 minutos.
Se suspendió a las 16:40.
Se reanudó a las 16:59.
El señor ESCALONA (Presidente).- Continúa la sesión.
Antes de que se proceda a leer los acuerdos de Comités, quiero saludar a los deportistas de alto rendimiento de la Quinta Región apostados en las tribunas.
(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- ¡Muchas gracias por acompañarnos!
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