REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 361� Sesi�n 83�, en martes 7 de enero de 2014 Ordinaria (De 16:18 a 19:47) PRESIDENCIA DE LOS SE�ORES JORGE PIZARRO SOTO, PRESIDENTE, Y JOS� ANTONIO G�MEZ URRUTIA, VICEPRESIDENTE SECRETARIO, EL SE�OR MARIO LABB� ARANEDA, TITULAR ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. TRAMITACI�N DE ACTAS..........................................................................�. IV. CUENTA............................................................................................................... Acuerdos de Comit�s............................................................................................... V. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, que regula el acuerdo de vida en pareja (7873-07 y 7011-07) (se aprueba en general).................................................. VI. TIEMPO DE VOTACIONES: Pago de asignaci�n de zonas extremas a personal de Corporaci�n Municipal de Jardines Infantiles. Proyecto de acuerdo (S 1625-12) (se aprueba).......................... Conservaci�n de asignaci�n por muerte a pensionadas de sistema antiguo afiliadas a AFP para percibir bono por hijo. Proyecto de acuerdo (S 1626-12) (se aprueba)................................................................................................................... Fijaci�n de urgencia a proyecto sobre restablecimiento de exclusividad universitaria para diversas carreras del �rea de salud. Proyecto de acuerdo (S 1627-12) (se rechaza).................................................................................................................. Peticiones de oficios (se anuncia su env�o)�������������.. VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Allende Bussi, Isabel --Alvear Valenzuela, Soledad --Bianchi Chelech, Carlos --Cantero Ojeda, Carlos --Chahu�n Chahu�n, Francisco --Coloma Correa, Juan Antonio --Escalona Medina, Camilo --Espina Otero, Alberto --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Garc�a Ruminot, Jos� --Garc�a-Huidobro Sanfuentes, Alejandro --Girardi Lav�n, Guido --G�mez Urrutia, Jos� Antonio --Horvath Kiss, Antonio --Kuschel Silva, Carlos --Lagos Weber, Ricardo --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Larra�n Pe�a, Carlos --Letelier Morel, Juan Pablo --Mu�oz Aburto, Pedro --Navarro Brain, Alejandro --Orpis Bouchon, Jaime --P�rez San Mart�n, Lily --P�rez Varela, V�ctor --Pizarro Soto, Jorge --Prokurica Prokurica, Baldo --Quintana Leal, Jaime --Rinc�n Gonz�lez, Ximena --Rossi Ciocca, Fulvio --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Tuma Zedan, Eugenio --Von Baer Jahn, Ena --Walker Prieto, Ignacio --Walker Prieto, Patricio --Zald�var Larra�n, Andr�s Concurrieron, adem�s, los Ministros Secretario General de la Presidencia, se�or Cristi�n Larroulet Vignau, y Secretaria General de Gobierno, se�ora Cecilia P�rez Jara. Asimismo, se encontraba presente el Subsecretario General de Gobierno, se�or Mauricio Lob de la Carrera. Actu� de Secretario el se�or Mario Labb� Araneda, y de Prosecretario, el se�or Jos� Luis Alliende Leiva. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:18, en presencia de 15 se�ores Senadores. El se�or PIZARRO (Presidente).- En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or PIZARRO (Presidente).- Las actas de las sesiones 80� y 81�, ordinarias, en 17 y 18 de diciembre, respectivamente, y 82�, especial, en 23 de diciembre, todas del a�o 2013, se encuentran en Secretar�a a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or PIZARRO (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or ALLIENDE (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensajes Seis de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica: Con el primero retira la urgencia para la tramitaci�n del proyecto que regula derechos sobre obtenciones vegetales y deroga la ley N� 19.342 (bolet�n N� 6.355-01). --Se tiene presente el retiro de la urgencia y se manda agregar el documento a sus antecedentes. Con los dos siguientes retira y hace presente la urgencia, calific�ndola de "discusi�n inmediata", de los siguientes asuntos: 1.- Proyecto de ley que modifica aspectos previsionales de las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Orden y Seguridad P�blica y Gendarmer�a de Chile (bolet�n N� 8.643-02). 2.- Proyecto que introduce modificaciones a la legislaci�n tributaria en materia de factura electr�nica y dispone otras medidas que indica (bolet�n N� 8.874-05). 3.- Proyecto de ley relativo al fortalecimiento de la regionalizaci�n del pa�s (bolet�n N� 7.963-06). 4.- Proyecto que crea la Subsecretar�a de Derechos Humanos e introduce adecuaciones a la Ley Org�nica del Ministerio de Justicia (bolet�n N� 8.207-07). Con el cuarto y el quinto retira y hace presente la urgencia, en el car�cter de "suma", para la tramitaci�n de los asuntos que se enuncian a continuaci�n: 1.- Proyecto de ley que crea un registro voluntario de contratos agr�colas (bolet�n N� 8.829-01). 2.- Proyecto que modifica la ley N� 17.798, de Control de Armas, y el C�digo Procesal Penal (bolet�n N� 6.201-02). 3.- Proyecto de ley que regula la competencia en el mercado de los medios de pago electr�nicos (bolet�n N� 9.201-03). 4.- Proyecto de ley que establece el sistema de promoci�n y desarrollo profesional docente del sector municipal (bolet�n N� 8.189-04). 5.- Proyecto de ley que regula la exhibici�n y ejecuci�n art�stica en los bienes nacionales de uso p�blico (bolet�n N� 8.335-24). 6.- Proyecto de ley que crea la autorizaci�n de funcionamiento de jardines infantiles (bolet�n N� 8.859-04). 7.- Proyecto que establece condiciones especiales transitorias para la aplicaci�n del art�culo 18 de la ley N� 19.479 y faculta para otorgar el bono compensatorio que indica (bolet�n N� 9.113-05). 8.- Proyecto de ley que establece el Sistema Nacional de Emergencia y Protecci�n Civil y crea la Agencia Nacional de Protecci�n Civil (bolet�n N� 7.550-06). 9.- Proyecto de ley sobre probidad en la funci�n p�blica (bolet�n N� 7.616-06). 10.- Proyecto que modifica la ley N� 19.253, sobre normas de protecci�n, fomento y desarrollo de los ind�genas, estableciendo dieta para los consejeros nacionales de la CONADI y para los comisionados de la CODEIPA que indica (bolet�n N� 9.041-31). 11.- Proyecto que modifica la Ley de Transparencia de la Funci�n P�blica y de Acceso a la Informaci�n de la Administraci�n del Estado (bolet�n N� 7.686-07). 12.- Proyecto de ley que crea el acuerdo de vida en pareja (boletines N�s. 7.873-07 y 7.011-07, refundidos). 13.- Proyecto de ley que fortalece el Ministerio P�blico (bolet�n N� 8.265-07). 14.- Proyecto de ley que autoriza la publicaci�n en medios electr�nicos de actos que deban ser publicados en peri�dicos de circulaci�n nacional, regional o local (bolet�n N� 8.314-07). 15.- Proyecto de ley que modifica el C�digo Procesal Penal con el fin de reforzar la protecci�n de las v�ctimas, mejorar la funci�n que desempe�a el Ministerio P�blico y fortalecer la acci�n policial y la operatividad del sistema de justicia penal (bolet�n N� 8.810-07). 16.- Proyecto que modifica la ley N� 18.961, Org�nica Constitucional de Carabineros de Chile, para establecer la medida de control preventivo de identidad (bolet�n N� 9.036-07). 17.- Proyecto que modifica la Ley General de Servicios El�ctricos con el fin de promover la interconexi�n de sistemas el�ctricos independientes (bolet�n N� 9.022-08). 18.- Proyecto que modifica el DFL N� 161, de 1978, del Ministerio de Relaciones Exteriores, que fija su Estatuto Org�nico, para otorgar al Subsecretario de Relaciones Exteriores atribuci�n a los efectos de transigir en conflictos jur�dicos laborales y/o previsionales surgidos en el extranjero que afecten al Estado de Chile (bolet�n N� 8.853-10). 19.- Proyecto de ley sobre administraci�n del borde costero y concesiones mar�timas (bolet�n N� 8.467-12). 20.- Proyecto de ley que adapta normas laborales al �mbito del turismo (bolet�n N� 8.770-23). 21.- Proyecto que modifica la Ley General de Urbanismo y Construcciones en materia de afectaciones de utilidad p�blica de los planes reguladores (bolet�n N� 8.828-14). 22.- Proyecto que modifica la ley N� 17.635, de 1972, que establece normas sobre cobro ejecutivo de cr�ditos para la vivienda que indica (bolet�n N� 9.018-14). 23.- Proyecto que modifica la ley N� 19.831, que crea el Registro Nacional de Servicios de Transporte Remunerado de Escolares (bolet�n N� 8.329-15). 24.- Proyecto de ley que establece normas sobre la actividad de lobby (bolet�n N� 6.189-06). Con el �ltimo retira y hace presente la urgencia, calific�ndola de "simple", respecto al proyecto de ley que tipifica como delito conductas relacionadas con la comercializaci�n de fuegos artificiales (bolet�n N� 8.612-02). --Se tienen presentes las calificaciones y se manda agregar los documentos a sus antecedentes. Oficios De Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, mediante el cual solicita el acuerdo del Senado para designar consejero del Banco Central de Chile al se�or Pablo Antonio Garc�a Silva, conforme a lo dispuesto en el art�culo 7� del ART�CULO PRIMERO de la ley N� 18.840, Org�nica Constitucional de dicha instituci�n (bolet�n N� S 1.630-05), haciendo presente para su despacho la urgencia establecida en el N� 5) del inciso segundo del art�culo 53 de la Carta Fundamental. --Pasa a la Comisi�n de Hacienda. Del Excelent�simo Tribunal Constitucional: Env�a copia autorizada de la sentencia definitiva pronunciada, en el ejercicio del control de constitucionalidad, respecto del proyecto que modifica la ley N� 19.803, que establece una asignaci�n de mejoramiento de la gesti�n municipal, para homologarla con la dispuesta en la ley N� 19.553, que concede una asignaci�n de modernizaci�n a la Administraci�n P�blica (bolet�n N� 9.159-05). --Se toma conocimiento y se manda comunicar el proyecto a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica. Remite copia autorizada de sentencias definitivas pronunciadas en las acciones de inaplicabilidad por inconstitucionalidad en cuanto a los siguientes preceptos legales: 1.- Art�culo 16 B de la ley N� 18.410, que crea la Superintendencia de Electricidad y Combustibles. 2.- Art�culo �nico de la ley N� 20.411, que impide la constituci�n de derechos de aprovechamiento de aguas en virtud del art�culo 4� transitorio de la ley 20.017, de 2005, en determinadas zonas o �reas. --Se toma conocimiento y se manda archivar los documentos. Env�a copia de la resoluci�n pronunciada en la acci�n de inaplicabilidad por inconstitucionalidad de los art�culos 5� de la ley N� 20.285, sobre acceso a la informaci�n p�blica, y 7� de la Ley General de Bancos. --Se toma conocimiento y se remite el documento a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. De la Excelent�sima Corte Suprema: Transcribe resoluci�n con la que desestima la solicitud de informaci�n, cursada en nombre del Senador se�or Navarro, referente a n�minas de jueces y ministros de corte en funci�n de diversos criterios de clasificaci�n relacionados con los art�culos 2� y 3� de la ley N� 19.253. Del se�or Ministro del Interior y Seguridad P�blica: Informa la remisi�n al se�or Ministro de Bienes Nacionales de la solicitud, formulada en nombre del Senador se�or Kuschel, relativa al estudio de la posibilidad de destinar en la comuna de Chait�n una superficie de cuatro hect�reas de terreno para el sector de la Defensa Nacional. Del se�or Ministro de Econom�a, Fomento y Turismo: Responde solicitud de antecedentes, enviada en nombre del Senador se�or Escalona, respecto de una situaci�n conflictiva en la Regi�n del Biob�o, vinculada a la aparente falta de materializaci�n de la plataforma social convenida con los pobladores de la zona durante la discusi�n del proyecto modificatorio de la Ley de Pesca. Del se�or Ministro de Salud: Da contestaci�n a solicitud de antecedentes, cursada en nombre de la Senadora se�ora Alvear, acerca de la licitaci�n del Hospital S�tero del R�o y de otros asuntos concernientes al sistema p�blico de salud. Atiende consulta, formulada en nombre del Senador se�or Bianchi, respecto a la procedencia del bono adicional que establece el art�culo 5� de la ley N� 20.612 en el caso de funcionarios no afiliados al sistema de pensiones regulado en el decreto ley N� 3.500, de 1980. Responde petici�n, remitida en nombre de la Senadora se�ora Rinc�n, sobre la posibilidad de que el Hospital Regional de Concepci�n fije una hora m�dica para la paciente que individualiza, domiciliada en la comuna de Lota. Contesta acuerdo adoptado por el Senado, a proposici�n de los Honorables se�ores Navarro, Girardi, G�mez y Lagos, en cuanto a la factibilidad de establecer un plan nacional para abordar y tratar el alzheimer en Chile (bolet�n N� S 1.549-12). Del se�or Ministro de Agricultura: Da respuesta a petici�n, formulada en nombre de la Senadora se�ora Rinc�n, en orden a revisar situaci�n an�mala denunciada por agricultores arroceros de Parral ocurrida en el segundo concurso de 2013 del Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad de Suelos Agropecuarios. Del se�or Ministro de Miner�a (s): Contesta solicitud, remitida en nombre de la Senadora se�ora Allende, referente a pr�rroga del plazo establecido por esa Secretar�a de Estado para la regularizaci�n de faenas y el empadronamiento de los peque�os y medianos mineros. Del se�or Ministro de Bienes Nacionales (s): Responde consulta, enviada en nombre de la Senadora se�ora Allende, atinente al plan de licitaciones de terrenos fiscales para el a�o 2013 en la Regi�n de Atacama y a la consideraci�n de criterios econ�micos en los precios de inmuebles ubicados en el borde costero. Del se�or Ministro de Transportes y Telecomunicaciones: Contesta solicitud de informaci�n, recabada en nombre de la Senadora se�ora Allende, respecto del concurso para inscribir nuevos taxis en el Registro Nacional de Servicios de Transporte de Pasajeros en la comuna de Vallenar y de su conformidad con los criterios t�cnicos que prescribe la ley N� 20.474. Absuelve consulta, planteada en nombre del Senador se�or Navarro, sobre disminuci�n de tiempos de viaje del Biotr�n e informa en cuanto a derivaci�n de ella a la empresa Ferrocarriles Suburbanos de Concepci�n en lo tocante a la extensi�n del servicio hasta Coronel y a la renovaci�n de estaciones. Del se�or Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo: Contesta petici�n, hecha en nombre del Senador se�or Kuschel, respecto a la posibilidad de ampliar el �rea utilizable por la comunidad de Chait�n Sur y, asimismo, de precisar si en aquel lugar, donde se ubican ciento veinte ocupantes irregulares, existe un bajo nivel de riesgo. Del se�or Subsecretario de Pesca y Acuicultura (s): Adjunta documento digital Mujeres y hombres en el sector pesquero y acuicultor de Chile 2012, elaborado por ese organismo p�blico. Del se�or Subsecretario de Redes Asistenciales: Entrega antecedentes, solicitados en nombre de la Senadora se�ora Allende, sobre tipo y n�mero de prestaciones de salud adquiridas a privados en la Regi�n de Atacama, con especificaci�n de la incidencia del gasto pertinente en el Presupuesto del Servicio de Salud, entre los a�os 2011 y 2013. De la se�ora Superintendenta de Seguridad Social: Atiende solicitud de informaci�n, cursada en nombre de la Senadora se�ora Rinc�n, respecto a la deuda actual de los servicios de salud con las mutualidades de empleadores por causa de la obligaci�n de rembolso establecida en el art�culo 77 bis de la ley N� 16.744. De la se�ora Secretaria Regional Ministerial de Salud (s) de Atacama: Responde petici�n de antecedentes, efectuada en nombre del Senador se�or Prokurica, sobre calidad del agua potable en las comunas de Cha�aral, Caldera y Copiap�; estado de funcionamiento de la planta de osmosis inversa existente en esta �ltima, y sumarios sanitarios cursados a Aguas Cha�ar. De la se�ora Abogada Jefa de la Divisi�n de Defensa Estatal del Consejo de Defensa del Estado: Expone razones por las que no cabe ejercer acciones judiciales por da�os a los geoglifos Chug Chug, en el valle de Quillagua, derivados de la instalaci�n de torres de alta tensi�n para la miner�a, cuesti�n planteada en nombre del Honorable se�or Cantero, con la adhesi�n de los Senadores se�ores Chahu�n, Horvath y Navarro. Del se�or Jefe del Departamento de Atenci�n al Usuario de la Superintendencia de Pensiones: Remite, a petici�n realizada en nombre del Senador se�or Navarro, copia del oficio con el que la entidad fiscalizadora requiri� al Director del Instituto de Previsi�n Social la revisi�n del caso de don Rodolfo �lvarez Cantillano, eximponente de la Caja de Previsi�n de Empleados Particulares. Del se�or Presidente del Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias: Comunica, conforme a lo dispuesto por la letra f) del art�culo 14 del Reglamento de dicho ente, acuerdos relativos al reajuste de asignaciones parlamentarias a contar de la fecha que para cada caso se se�ala. --Quedan a disposici�n de Sus Se�or�as. Informes Informe de la Comisi�n de Hacienda reca�do en el proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, relativo al fortalecimiento de la regionalizaci�n del pa�s (bolet�n N� 7.963-06) (con urgencia calificada de "discusi�n inmediata"). Segundo informe de las Comisiones de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento y de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a, unidas, e informe de la Comisi�n de Hacienda reca�dos en el proyecto, en primer tr�mite constitucional, que crea la Subsecretar�a de Derechos Humanos y establece adecuaciones en la Ley Org�nica del Ministerio de Justicia (bolet�n N� 8.207-07) (con urgencia calificada de "discusi�n inmediata"). Informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento reca�do en el proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, que tipifica como delito los actos de maltrato o crueldad con ni�os y adolescentes fuera del �mbito de la violencia intrafamiliar (bolet�n N� 9.179-07). --Quedan para tabla. El se�or PIZARRO (Presidente).- Terminada la Cuenta. ACUERDOS DE COMIT�S El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- En sesi�n de hoy, los Comit�s adoptaron los siguientes acuerdos: 1.- Considerar en el segundo lugar de la tabla de esta sesi�n el asunto signado con el N� 5, esto es, el proyecto, iniciado en moci�n de los Senadores se�oras P�rez San Mart�n y Rinc�n y se�ores Escalona, Lagos y Letelier, en primer tr�mite constitucional, que reconoce el derecho a la identidad de g�nero y le da protecci�n. 2.- Pasar al cuarto lugar de la tabla de hoy el asunto que se encuentra en el N� 2, es decir, la iniciativa, en segundo tr�mite constitucional, que modifica la legislaci�n sobre expendio, comercializaci�n y producci�n de bebidas alcoh�licas, con informe y nuevo primer informe de la Comisi�n de Salud y votaci�n aplazada. 3.- Tratar en la tabla de F�cil Despacho de la sesi�n ordinaria de ma�ana, en el orden que se indica, los siguientes proyectos, siempre que est�n informados por las respectivas Comisiones: a) El que modifica la Ley General de Servicios El�ctricos con el fin de promover la interconexi�n de sistemas el�ctricos independientes, y b) El que introduce enmiendas a la legislaci�n tributaria en materia de factura electr�nica. 4.- Fijar un nuevo plazo para presentar indicaciones al proyecto de ley que crea el Registro Nacional de Servicios de Transporte Remunerado de Escolares: hasta el lunes 13 de enero, a las 12. 5.- Celebrar una sesi�n especial del Senado el martes 28 de enero, de 10 a 14, con el objeto de tomar conocimiento del fallo de la Corte Internacional de Justicia relativo al diferendo mar�timo entre Per� y Chile. El se�or PIZARRO (Presidente).- Ofrezco la palabra respecto a la Cuenta o a los Acuerdos de Comit�s. Ofrezco la palabra. Pasamos, entonces, al Orden del D�a. V. ORDEN DEL D�A REGULACI�N DE ACUERDO DE VIDA EN PAREJA El se�or PIZARRO (Presidente).- Corresponde proseguir la discusi�n general del proyecto de ley, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, en primer tr�mite constitucional, que crea el acuerdo de vida en pareja, con informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n Justicia y Reglamento y urgencia calificada de "simple". --Los antecedentes sobre el proyecto (7873-07 y 7011-07, refundidos) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: 1) Del primer proyecto (7873-07), se da cuenta en sesi�n 45�, en 17 de agosto de 2011. 2) Del segundo proyecto (7011-07), se da cuenta en sesi�n 30�, en 29 de junio de 2010. Informe de Comisi�n: Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento: sesi�n 80�, en 17 de diciembre de 2013. Discusi�n: Sesi�n 81�, en 18 de diciembre de 2013 (queda para segunda discusi�n). El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- Esta iniciativa se halla en segunda discusi�n. Cabe recordar que los art�culos 14 y 19 tienen rango org�nico constitucional, por lo cual para su aprobaci�n se requieren al menos 21 votos favorables; y que los art�culos 11, 16, 17 y 26, letra ii), son de qu�rum calificado, por lo que deben ser aprobados con un m�nimo de 19 votos afirmativos. En la �ltima sesi�n en que se trat� este proyecto quedaron inscritos para hacer uso de la palabra, en el mismo orden que se�alar�, los Senadores se�ores Espina, Sabag, Cantero, Ignacio Walker, V�ctor P�rez, Carlos Larra�n, G�mez, Chahu�n y Tuma. El se�or PIZARRO (Presidente).- En la segunda discusi�n, no hall�ndose presente el Honorable se�or Espina, le ofrezco la palabra al Senador se�or Sabag. �No? �Despu�s? Conforme. Tiene la palabra, en consecuencia, el Honorable se�or Carlos Larra�n. El se�or LARRA�N (don Carlos).- Se�or Presidente, yo he colaborado desde hace ya varios meses en la revisi�n del proyecto en debate. La Comisi�n hizo un esfuerzo serio por comprender todas las situaciones que se plantean y darles una soluci�n plausible. Ahora, el texto que hoy d�a conocemos en general es muy distinto de aquel con que se dio inicio al tr�mite constitucional de esta iniciativa. Oper� en el curso de la tramitaci�n una fusi�n de proyectos previos, y luego, una discusi�n en general y en particular que incluy� la incorporaci�n de textos nuevos ajenos a los fusionados. Eso es meramente formal. Yendo m�s al fondo, debo puntualizar que la idea original, que consist�a en poner determinado orden patrimonial y sucesorio a relaciones no formalizadas, las cuales abarcar�an hipot�ticamente a 2 millones de personas, ha ido quedando abandonada en el camino. Esa idea era un prop�sito laudable, aunque las relaciones informales suelen revestir este car�cter porque se desea que sean informales: �la informalidad tiene cierto encanto para algunos...! Se ha invocado constantemente, tanto en la etapa introductoria del proyecto como durante el proceso de discusi�n, la premisa falsa de que esos 2 millones de personas que viven en una situaci�n no formalizada y que sin embargo cuando eran heterosexuales, para ordenarse, tuvieron la posibilidad de contraer matrimonio, mediando o no divorcio -el tr�mite hoy no es particularmente engorroso-, acudir�an en grandes n�meros a las notar�as y a los oficios del Servicio de Registro Civil al objeto de suscribir un acuerdo de vida en pareja complejo y que cada vez reviste mayor complejidad, en la forma como se est� proponiendo. Esa premisa -repito- es falsa y, como tal, lleva a una conclusi�n equivocada. �Por qu�? Porque el proyecto sirve a una premisa ideol�gica. Y la ideolog�a consiste en una simplificaci�n que distorsiona la realidad. El contrato, en la forma sugerida, incluye elementos muy parecidos a los del matrimonio civil. Por lo pronto -aqu� entro en alg�n detalle-, crea un estado civil, en circunstancias de que la condici�n derivada del AVP no genera permanencia, uno de los componentes esenciales del estado civil. En seguida, no tiene duraci�n m�nima para surtir sus efectos. Entonces, alguien podr� celebrar, por ejemplo, diez AVP en un a�o. Y no solo crea estado civil: adem�s, otorga derechos sucesorios id�nticos a los que confiere el contrato matrimonial. Los convivientes pasan a ser legitimarios, seg�n el art�culo 9�. Es decir, una situaci�n igual a la del c�nyuge sobreviviente: marido o mujer que se acompa�aron 25, 30, 40 o m�s a�os. De otro lado, el sistema propuesto permite elegir reg�menes patrimoniales propios del contrato matrimonial -por ejemplo, separaci�n de bienes, comunidad de bienes muebles e inmuebles-, de entre los cuales deber�a optarse a la hora de celebrar el contrato. Se consigna el derecho a reparaciones patrimoniales, como los que merece el c�nyuge que cumpli� los deberes de cuidar el hogar y a los hijos. Es decir, hay aqu� una nueva equiparaci�n, a mi juicio muy grave y sobremanera desalentadora para quienes contraen matrimonio. Los conflictos que puedan derivar de esta convivencia reglada quedan sujetos a la jurisdicci�n de los tribunales de familia, con lo cual de nuevo hay un equiparamiento con la situaci�n de las uniones que tienen como base el contrato matrimonial. Sin embargo, a pesar de esos elementos propios del matrimonio, el acuerdo de vida en pareja es disoluble unilateralmente en cualquier momento; no se exige un plazo de duraci�n. En rigor, los AVP podr�an durar una semana. Aquello puede tener grandes ventajas para los intervinientes. Pero ciertamente, si se pactan estados de comunidad patrimonial, se va a crear un soberano enredo en materia de qui�n es due�o de qu�, ya que ser� factible que la comunidad incluya bienes inmuebles. En teor�a, como expres�, alguien podr� casarse diez veces en un a�o. �Y c�mo queda la historia de la propiedad inmueble? Solo me refiero a un alcance pr�ctico� El se�or PIZARRO (Presidente).- Perd�n, se�or Senador, pero concluy� su tiempo. Debo recordarles a Sus Se�or�as que, reglamentariamente, la segunda discusi�n genera una disminuci�n del tiempo a cinco minutos. Voy a dar dos minutos m�s a cada orador, pero pido atenerse al tiempo asignado. En sus dos minutos adicionales, puede proseguir el Senador se�or Carlos Larra�n. El se�or LARRA�N (don Carlos).- La materia es de tal envergadura que, en mi concepto, bien podemos alargar un poco la discusi�n. Se�or Presidente, la consecuencia de lo que vengo se�alando es que las mismas ventajas del matrimonio se otorgan a aquellos a quienes la propia ley en proyecto llama "convivientes legales". Empero, esta no consagra ninguna de las exigencias que impone el matrimonio, como la obligaci�n de tener un hogar compartido o la de fidelidad, que, entiendo, no es ajena a ninguna relaci�n afectiva. Podemos tratar de anticipar algunas consecuencias. Se acent�a la provisionalidad que la onda cultural predominante parece desear imponer hoy d�a. En seguida, el car�cter desechable de las relaciones afectivas se refuerza una vez m�s. Y la verdad es que las relaciones afectivas suponen, incluso entre personas de orientaci�n homosexual, sinton�as profundas y duraderas. Es curioso: cuando se discut�a la ley de divorcio se expresaba que el matrimonio resultaba innecesario, pues era un cart�n, y que lo �nico que val�a eran los afectos; ahora sucede que los afectos no valen nada y que lo �nico valedero es el contrato. Se quiere desalentar el matrimonio, que es, seg�n definici�n de la ley, "base principal de la familia", y privar a muchos de ese cimiento de cari�o y protecci�n tan favorable para el desarrollo personal. La baja tasa de nupcialidad en Chile debiera alarmarnos: se registra una ca�da de 50 por ciento en 12 a�os. Nadie disputa que la familia estable es la mejor incubadora y el "lugar natural" de todos los individuos de la especie. Pues bien, el proyecto va directamente contra la instituci�n familiar. Si se aprueba en su forma actual, traer� muchos frutos amargos, que tardan en madurar; pero ser�n inevitables. Merece un cap�tulo aparte el hecho de que el proyecto, tan disolvente, haya sido impulsado� --(Aplausos en tribunas). El se�or PIZARRO (Presidente).- Termin� su tiempo, Su Se�or�a. Les advierto a los asistentes en las tribunas que no pueden incurrir en ning�n tipo de manifestaci�n ni de expresi�n por las intervenciones. No es cuesti�n de que sean a favor o en contra. De otro modo, me ver� obligado a pedirles que abandonen la Sala. La idea es que ustedes puedan escuchar el debate al igual que todos los presentes. Tiene la palabra el Senador se�or Cantero. El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, �puede dejarme para un turno posterior, por favor? El se�or PIZARRO (Presidente).- Conforme. Puede intervenir el Honorable se�or Ignacio Walker. El se�or WALKER (don Ignacio).- Se�or Presidente, como Senador y me atrever�a a decir tambi�n que como Presidente del Partido Dem�crata Cristiano, estamos muy contentos de concurrir a la aprobaci�n de la iniciativa en debate, que crea el acuerdo de vida en pareja. �Por qu� ello es tan importante? La familia legalmente constituida, en t�rminos generales, es y debe ser un objetivo de pol�tica p�blica. Este no es un aspecto religioso. Lo estoy enfrentando desde el punto de vista -repito- de una pol�tica p�blica. As� lo ha entendido en Europa, por ejemplo, el dan�s Esping-Andersen, uno de los grandes soci�logos, quien demuestra c�mo le conviene a la sociedad regular legalmente las relaciones de familia. Ello tiene todo tipo de efectos virtuosos. Y junto con citar a Esping-Andersen, hago presente que muchos pa�ses de ese continente estiman, desde una perspectiva de avanzada, por as� decirlo, o progresista, que darle un marco jur�dico a tales v�nculos beneficia a la sociedad en su conjunto. Desde la perspectiva de las parejas que conviven -lo primero fue una aproximaci�n m�s general a las relaciones de familia-, la l�gica deber�a ser muy similar en el �mbito de la pol�tica p�blica. Darles un estatuto jur�dico, ya sean homosexuales o heterosexuales, debiera ser un objetivo en este �ltimo �mbito. Lo anterior no solo favorece a quienes conviven y se acogen al estatuto. La regulaci�n legal de las relaciones, adem�s de ser positiva para la familia, en sus distintas expresiones, o para la pareja, tambi�n lo es para el conjunto de la sociedad. Por eso, no se trata solo de un asunto privado de las personas que deciden convivir o establecer una relaci�n de pareja. Es algo que asimismo tiene un efecto p�blico. La estabilidad de las relaciones de familia y de pareja es un buen objetivo de pol�tica p�blica. El que esta �ltima apunte, entonces, a dar un estatuto jur�dico a relaciones de hecho, ya sean de pareja o de familia -y en la primera situaci�n, homosexual o heterosexual-, es un fin que una sociedad determinada debiera perseguir, incluida, desde luego, la chilena. Ciertamente, el matrimonio es una de las instituciones -tal vez la m�s completa y sofisticada- que estatuyen una relaci�n de familia, en nuestro caso entre personas de sexo diferente. Anticipo que soy de los que creen que es, por su naturaleza jur�dica -el punto es harina de otro costal y corresponder� a la discusi�n de un proyecto de ley distinto, porque es preciso enfrentar todos los temas y no puede haber vetos ni materias vedadas-, un contrato entre un hombre y una mujer. Pero �qu� pasa con las parejas que no est�n en condiciones de concretar una relaci�n jur�dica de ese tipo y simplemente conviven? La opci�n de convivir es leg�tima. Por cierto que debe ser respetada. Pero a la sociedad, sin perjuicio de la pareja, le conviene contemplarla especialmente cuando se proyecta en el tiempo, cuando es estable, e insisto en que ello debiera ser tambi�n un objetivo de pol�tica p�blica, lo que requiere respuestas legislativas. �Por qu� podr�a haber aqu� una discriminaci�n arbitraria en relaci�n con las parejas homosexuales? Porque si solo existe el matrimonio y nada m�s, y el resto es la convivencia de hecho, hay precariedad y m�s vulnerabilidad. Reitero que el matrimonio debe ser, a mi juicio, entre un hombre y una mujer. La propia ley contra la discriminaci�n arbitraria, que aprobamos el a�o pasado, contempla una diferencia muy interesante entre lo que puede ser objeto de esa calificaci�n, hecho reprobable y que sanciona, y lo que es una distinci�n razonable. Y afirmar que el matrimonio es un contrato entre un hombre y una mujer lo es. Sin embargo, ser�a una discriminaci�n arbitraria el que a la pareja homosexual no se le diera ninguna oportunidad de configurar jur�dica o legalmente su v�nculo. No solo se le dejar�a en el desamparo, en la precariedad, en la vulnerabilidad, particularmente cuando quiere mantener una relaci�n estable, sino que tambi�n podr�a considerarse que se configura esa situaci�n. Por ello, el acuerdo en an�lisis, que crea un estado civil y cuyas normas se rigen por el Derecho de Familia, es un avance muy importante en nuestro pa�s, no solo desde el punto de vista -repito- especialmente de las personas homosexuales, que hoy d�a no cuentan con ning�n estatuto, sino tambi�n de una sociedad que persigue el objetivo de regular legalmente las relaciones de hecho� El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene un minuto para concluir, Su Se�or�a. El se�or WALKER (don Ignacio).-� de pareja o de familia. Quiero terminar consignando que en la Democracia Cristiana hemos estado permanentemente en primera fila respecto de estos temas: con el Presidente Frei Montalva, quien instituy� la planificaci�n familiar, los m�todos anticonceptivos; con los Presidentes Aylwin y Frei Ruiz-Tagle y la Ministra de entonces, se�ora Soledad Alvear, cuando pusimos fin a la odiosa distinci�n de hijos leg�timos e ileg�timos, proyecto del cual me toc� ser Diputado informante durante dos a�os. Cabe agregar la nueva Ley de Matrimonio Civil, de la cual fui coautor con Mariana Aylwin, y la ley contra la discriminaci�n arbitraria. En nuestra colectividad pol�tica ha habido siempre un inter�s por conciliar ciertos principios, como la familia, el derecho a la vida, etc�tera, con la realidad social. Y, por eso, estamos contentos hoy d�a de poder aprobar la iniciativa sobre el acuerdo de vida en pareja. Voto a favor. El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Chahu�n. El se�or CHAHU�N.- Deseo hacer uso de ella en un momento m�s, se�or Presidente, porque estoy revisando lo que expresar�. El se�or PIZARRO (Presidente).- Puede intervenir el Senador se�or Sabag. El se�or SABAG.- Me adhiero absolutamente a las expresiones de mi colega Ignacio Walker, Presidente de mi Partido. El proyecto en debate, iniciado en mensaje y en una moci�n del entonces Senador se�or Allamand, conforma una de las promesas m�s destacadas de la actual Administraci�n. Fue aprobado en general en la Comisi�n de Legislaci�n por cuatro votos contra uno, y contiene normas de rango org�nico constitucional y de qu�rum calificado, como ya lo manifest� el se�or Secretario. El prop�sito que se persigue es el establecimiento de un nuevo tipo de contrato, denominado "acuerdo de vida en pareja", a trav�s del cual se regulan los derechos y obligaciones que adquirir�n quienes lo celebren. Se entiende que lo suscribir� una pareja. Y aunque se ha puesto �nfasis en que beneficiar� a aquellas constituidas por personas del mismo sexo, causar� un importante efecto en las heterosexuales que, por distintas razones, han preferido no contraer matrimonio civil y que, por carecer el pa�s de una soluci�n intermedia, enfrentan un sinn�mero de problemas pr�cticos, hasta ahora resueltos por la v�a de la constituci�n de sociedades. Los convivientes no pueden ser carga uno de otro ni heredar en caso de fallecimiento, como tampoco asumir la responsabilidad ante decisiones m�dicas, dentro de muchas otras limitaciones. No es posible que la iniciativa sea considerada un paso previo al matrimonio homosexual, porque se trata de situaciones por completo diferentes. El texto se inspira en la necesidad de resolver problemas pr�cticos, de la vida cotidiana, y no se refiere al establecimiento de un v�nculo determinado, asunto que debe ser dispuesto a trav�s de una propuesta legal espec�fica. Votar� a favor de la idea de legislar. Naturalmente, cabe formular las indicaciones correspondientes en la discusi�n particular. El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Garc�a. El se�or GARC�A.- Se�or Presidente, deseo expresar mi opini�n acerca del proyecto que crea el acuerdo de vida en pareja. A mi juicio, este �ltimo finalmente reduce a su m�nima trascendencia, de acuerdo con el trabajo realizado por la Comisi�n de Constituci�n, la instituci�n del matrimonio, contemplada hace m�s de cien a�os en nuestro C�digo Civil. El acto que se nos propone es tan parecido, en cuanto a los derechos que crea, que bien vale la pena preguntarse qu� inter�s habr� en contraer el v�nculo matrimonial si a trav�s del mecanismo en estudio se alcanzan los mismos derechos, sin las mismas obligaciones, y con un procedimiento de disoluci�n mucho m�s �gil, expedito y econ�mico. Escuch� a se�ores Senadores aseverar que el Estado debe lograr la promoci�n y protecci�n de la familia, as� como tambi�n su desarrollo. Cuando debilitamos la principal instituci�n destinada al cumplimiento de esos objetivos, evidentemente actuamos en contra de uno de los pilares fundamentales de nuestra vida en sociedad. Lo estamos desprotegiendo. Y, en consecuencia, no seguimos la direcci�n por la cual debe avanzar nuestro ordenamiento jur�dico. Se ha insistido mucho en que aproximadamente dos millones cien mil personas, seg�n las cifras del �ltimo censo, viven en pareja. La gran mayor�a de ellas son heterosexuales, y un porcentaje bastante menor, homosexuales. Esa es la cifra global, de acuerdo con una pregunta que se formulaba. Sin embargo, no es posible sostener que eventualmente ellas podr�an resultar favorecidas con el proyecto de ley. Primero, no sabemos cu�ntas de esas parejas no pueden contraer un acuerdo como el que nos ocupa, pues probablemente registran un v�nculo anterior no disuelto, lo cual les impide acogerse a las disposiciones en an�lisis. Y, por otra parte, cabe preguntarse leg�timamente por qu� los j�venes, en particular, no recurren hoy d�a al matrimonio y cu�les son las dificultades que ven para ello. Si parejas solteras no dan el paso de regularizar su situaci�n por esta v�a, �por qu� tendr�an que hacerlo a trav�s del acuerdo de vida en pareja? Francamente, me parece que nada puede hacernos pensar que, en ese caso, optar�n por el procedimiento en examen. Por �ltimo, se�or Presidente, soy de aquellos que creen que dicha instituci�n debe estar reservada a un hombre y una mujer, y que el proyecto, al ser tan similar su contenido, avanza, sin ninguna posibilidad de volver atr�s, en la pretensi�n del matrimonio igualitario, de manera que voto en contra de la idea de legislar. El se�or PIZARRO (Presidente).- Puede intervenir el Senador se�or Espina. El se�or ESPINA.- Se�or Presidente, el proyecto, tal como expresa su art�culo 1�, norma los efectos jur�dicos derivados de la vida afectiva en com�n de dos personas. No se trata de un contrato de compraventa, ni de arriendo, ni de permuta, sino de la regulaci�n que hace el Estado respecto de una relaci�n que surge del cari�o, del amor. Lo primero que me nace preguntar es qu� raz�n existe para que dos seres humanos a quienes une un v�nculo afectivo, pero son homosexuales, no puedan contar con un amparo legal para su relaci�n. Porque quienes somos heterosexuales nos encontramos hoy d�a en una situaci�n distinta: muchos llevamos a�os casados y hemos tenido la posibilidad de construir una familia, de formalizar nuestros lazos de afecto y de cari�o. Pero dos homosexuales no tienen posibilidad jur�dica alguna de consolidar una relaci�n que nace del sentimiento. Con toda franqueza, me parece que esta es una discriminaci�n arbitraria inaceptable en una sociedad que se dice inclusiva. No se puede ser partidario de una sociedad solidaria, integradora, sin otorgar instrumentos jur�dicos leg�timos para que una relaci�n que nace del afecto, del cari�o, sea objeto de una regulaci�n en el ordenamiento vigente. Deseo recordar que todav�a se escucha mucho una frase. Cuando un hombre devela que es gay, o una mujer, que es lesbiana, se dice que "sali� del cl�set". Y hemos de entender que eso significa que un ser humano estuvo por a�os escondido, viviendo el drama de ocultar su verdadera identidad sexual, por temor, por cultura social, por sensaci�n de reproche. �Y cu�l es su pecado? �Cu�l es el crimen que ha cometido: tener una definici�n sexual distinta a la de los heterosexuales? Por eso, a este proyecto le asigno un valor moral enorme. Porque el Estado de Chile es inclusivo, abierto, solidario. Es un Estado que debe permitir que se regulen jur�dicamente las relaciones existentes entre seres humanos, m�s a�n cuando nacen del afecto y del cari�o, �que por Dios que le falta a la sociedad chilena en muchos aspectos! Y, obviamente, el AVP debe generar estado civil. Porque el colmo de la incongruencia es sostener que las personas tienen un acuerdo de vida en pareja pero que su estado civil ser� de soltero, o decir que ser� de casado, porque la instituci�n del matrimonio est� concebida en la sociedad chilena para un hombre y una mujer. En consecuencia, es natural que esa relaci�n genere un estado civil distinto. �C�mo se debe denominar? Lo estamos discutiendo y esperamos seguir analiz�ndolo, porque se planteaba el de "convivencia legal", lo que significar�a que existir�a una convivencia ilegal. Por lo tanto, hay que definir una denominaci�n. Y se se�ala que el AVP tiene que celebrarse conforme a procedimientos distintos. Uno de ellos, mediante escritura p�blica, y otro, ante un oficial del Registro Civil. �Eso es lo que corresponde, se�or Presidente! Luego, la discusi�n apunta a si el acuerdo de vida en pareja debiera comprender tambi�n a los heterosexuales, pese a existir la instituci�n del matrimonio. Quienes creemos en una sociedad basada en la libertad y en el derecho del hombre a escoger los caminos y su propio futuro en la medida que no afecte los derechos de terceros y lo ejerza con responsabilidad social, estimamos que resulta absolutamente razonable que, tal como una pareja puede escoger casarse, haya otra que se incline por un AVP. Porque, si se cree en la libertad de opci�n, de elegir, de ejercer la libertad con responsabilidad social y sin afectar los derechos de terceros, no veo ning�n motivo para que a un ciudadano de nuestro pa�s se le impida escoger entre estas distintas opciones que la sociedad le est� ofreciendo cuando con ello no afecta los derechos de nadie. Por lo tanto, m�s all� de que este proyecto, como todos, es susceptible de ser mejorado, me parece que es una buena iniciativa. Mejora la inclusividad en la sociedad chilena. Establece derechos y obligaciones en relaciones afectivas. Y constituye un avance, como lo fue la Ley Antidiscriminaci�n, que en un instante fue muy criticada y que termin� siendo un instrumento aceptado por la sociedad chilena como una ley positiva para evitar que a las personas se les discrimine por su sexo, por su condici�n racial, por sus creencias, por su ideolog�a. Las sociedades deben tender a que las personas sientan que caben en ellas y que pueden ejercer sus derechos, en la medida que no afecten los derechos de otros y los ejerzan en forma responsable. Por esas razones, anuncio mi voto favorable a la idea de legislar. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Tuma. El se�or TUMA.- Se�or Presidente, este es un debate que durante largo tiempo gran parte del pa�s ha estado esperando, demandando. Y cuando hablamos de construir una nueva sociedad, este proyecto constituye una se�al clara, n�tida, en el sentido de que estamos dando pasos sustantivos en la construcci�n de esa nueva sociedad, una donde se respete mucho m�s el derecho a la libertad, donde haya menos restricciones para desarrollarnos como hombres o mujeres libres. Y creo que esta iniciativa apunta en esa direcci�n. El que algunos tengamos un v�nculo matrimonial -afortunadamente es mi caso; un v�nculo matrimonial muy fuerte, muy f�rreo, que ha seguido una tradici�n de defensa de la instituci�n de la familia- no significa que no podamos estar de acuerdo en que otros que no adopten la decisi�n de contraer matrimonio establezcan una forma de convivencia con otro t�tulo, con otra juridicidad. Por tanto, considero que el Senado chileno est� dando un paso muy importante en orden a abrir una alternativa en la libertad de elecci�n. Yo presido una Comisi�n que se encuentra revisando el sistema previsional. Y la base que hemos instalado en ella es la libertad de elegir. Ahora se les obliga a todos a cotizar en una AFP. Queremos que los trabajadores decidan el tipo de previsi�n que quieren y d�nde poner su plata. Pero la libertad de elecci�n tambi�n tiene que ver con una opci�n de vida, de convivencia, de c�mo una relaci�n nacida del afecto, del cari�o, del amor, se transforma en una instituci�n reconocida por el Estado, al igual que el matrimonio civil. En consecuencia, creo que la aprobaci�n de este proyecto abre un camino para muchas familias que han estado en condici�n de convivencia sin el amparo de una legislaci�n. Espero formular indicaciones a la iniciativa, porque he estado revis�ndola y la situaci�n del concubinato no est� bien resuelta. Planteo esto porque hay personas que han convivido durante 10, 15, 20 o m�s a�os y, sin embargo, al fallecer una de ellas, quien hereda es alguien con quien tuvieron un muy breve per�odo de relaci�n matrimonial, hace 20 o 30 a�os, quedando la situaci�n amarrada y zanjada para siempre, sin considerar los derechos de el o la conviviente. Yo present� en la C�mara de Diputados el a�o 2006 un proyecto que regulaba el concubinato. Pas� a la Comisi�n de Familia, donde durmi� el sue�o de los justos. Por ello, espero que la presente iniciativa considere una indicaci�n que presentar� para mejorarla, con el objeto de que quienes vivan en concubinato tambi�n sean reconocidos en sus derechos. Me parece que este paso habla bien del Senado. Aunque tard�o -quiz�s debimos darlo antes-, es un avance importante en la libertad de los ciudadanos y del ser humano, as� como para lograr una sociedad m�s justa y m�s libre. Por lo expuesto, anuncio mi voto a favor. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Chahu�n. El se�or CHAHU�N.- Se�or Presidente, Honorable Senado, el proyecto de ley que nos convoca en esta oportunidad constituye uno de los compromisos que contrajo el Presidente Sebasti�n Pi�era, ya que se hace necesario regular la situaci�n -seg�n se nos ha informado- de aproximadamente dos millones de personas que viven en pareja sin estar casadas o que se encuentran en una convivencia que no posee respaldo jur�dico, fundamentalmente en lo que se refiere a sus aspectos patrimoniales y sucesorios. No obstante que esta cifra es bastante contundente, no se ha se�alado en forma desagregada cu�ntas de estas personas son parejas heterosexuales que viven sin haberse casado ni cu�ntas de ellas son parejas homosexuales. Y tampoco se ha desagregado el n�mero de parejas heterosexuales que conviven pero que tienen un v�nculo matrimonial no disuelto, por diversas razones, muchas de ellas ajenas a su voluntad. Este �ltimo dato es de particular importancia, en nuestra opini�n, porque, al encontrarse en esta situaci�n, no podr�an acceder al contrato de acuerdo de vida en pareja que contempla el proyecto de ley, por cuanto es un requisito para poder suscribirlo el no tener un v�nculo matrimonial anterior. Nuestra Constituci�n establece, en su art�culo 1�, que la familia es el n�cleo fundamental de la sociedad, recogiendo de este modo no solo una tradici�n bicentenaria en nuestra vida como naci�n, sino tambi�n el principio consagrado en la Declaraci�n Universal de los Derechos Humanos, emitida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el a�o 1948, al prescribir que "La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protecci�n de la sociedad y el Estado". Por otra parte, en el art�culo 101 de nuestro C�digo Civil se establece que el matrimonio es un contrato solemne entre un hombre y una mujer. Consideramos de tal magnitud la importancia del matrimonio, que en Chile no solo debe tener reconocimiento legal, sino que adem�s debe revestir, al igual que en muchos otros pa�ses, rango constitucional. Fue precisamente con tal sentido que en el mes de enero del a�o 2011 presentamos, junto con los Senadores Prokurica y Horvath, un proyecto de reforma constitucional que as� lo consagrara en el art�culo 1� de la Carta Fundamental (bolet�n N� 7458-07), el cual se encuentra radicado en la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, por lo cual consideramos que, despu�s de tres a�os de ingresado a dicho �rgano de trabajo legislativo, ya debiera abordarse su discusi�n. Pero tambi�n un hecho que no debemos desconocer es que no siempre los matrimonios duran por toda la vida, ya que, por diversos motivos, las relaciones que emanan de tal v�nculo se rompen. La Ley de Matrimonio Civil se hace cargo de tales casos, disponiendo diversos procedimientos para regular la separaci�n de los c�nyuges, la declaraci�n de nulidad matrimonial, el divorcio y los medios para remediar o paliar las rupturas conyugales. Estas rupturas o disoluciones matrimoniales muchas veces dan lugar a nuevas uniones, esta vez de hecho, al no existir un v�nculo jur�dico que las ligue, pero de las cuales igualmente pueden nacer hijos, de filiaci�n no matrimonial, que del mismo modo conforman una familia, que si bien no posee una legitimidad en los t�rminos del art�culo 101 del C�digo Civil, s� deben ser consideradas como grupo familiar. Se deben reconocer los diversos tipos de familia que hoy d�a existen en el pa�s. Por eso, como ya lo manifest� anteriormente, es necesario que tambi�n se regulen legalmente tales situaciones. Por otra parte, existen uniones de personas de distinto sexo que no se vinculan entre s� por un lazo de car�cter matrimonial, pero que desarrollan una vida en com�n, procrean hijos y adquieren bienes. Y cuando una de ellas fallece, se suscitan diversas cuestiones, principalmente de car�cter sucesorio. Tambi�n debemos asumir que este tipo de uniones se da, en una cifra que va en constante aumento, entre personas del mismo sexo, quienes desarrollan una vida en com�n, al igual que si fuesen una pareja heterosexual. Nuestra legislaci�n, hasta ahora, contempla diversas disposiciones relativas a los bienes en com�n de los c�nyuges y los efectos sucesorios que se producen cuando uno de ellos deja de existir, como asimismo establece reglas de sucesi�n entre los descendientes. No habiendo normas claras relativas a esta misma materia en el �mbito de las uniones de hecho entre personas de distinto sexo, se han ido imponiendo algunas reglas de creaci�n jurisprudencial, vale decir, emanadas de la interpretaci�n que hacen los tribunales acerca de los bienes y las formas de sucesi�n que han de aplicarse en tales casos. As�, fallos de la Corte Suprema han establecido que cuando dos convivientes han tenido una vida en com�n prolongada y han adquirido bienes, tanto muebles como inmuebles, se ha formado una comunidad de bienes, o sea, han pasado a tener la calidad de propietarios de estos en partes iguales, por lo cual se deben aplicar las reglas sucesorias dispuestas para las comunidades. Ahora bien, en lo que respecta a las uniones de hecho entre personas de distinto sexo, varios pa�ses, incluso de nuestro continente, han adoptado normas relativas a los v�nculos de tal tipo, a los que denominan "uniones civiles", no obstante lo cual les aplican una serie de requisitos para que, de esta forma, adquieran legitimidad ante el resto de la comunidad, y adem�s regulan sus efectos sucesorios. Sin que ello implique en modo alguno la sustituci�n del matrimonio -que, tal como he se�alado, debe ser entre un hombre y una mujer, por cuanto persigue un objetivo bastante definido, como es el de desarrollar una vida en com�n, de apoyo y auxilio, y tener el �nimo de procrear-, creemos necesario regular las uniones civiles, tanto de car�cter heterosexual como homosexual, por tratarse de situaciones que no podemos esconder ni menos desconocer y que no pueden quedar en la incertidumbre jur�dica. Durante la discusi�n en la Comisi�n, se suscit� un interesante debate que recogi� diversas posiciones en materias tales como la concreci�n del acuerdo de vida en pareja, ya sea por escritura p�blica o por inscripci�n en el Registro Civil; sus aspectos patrimoniales, si debe incluir tanto los bienes muebles como los inmuebles; sus implicancias desde el punto de vista sucesorio, y tambi�n si debe generar derechamente un nuevo estado civil, lo que en mi concepto resulta discutible, aunque la posici�n de la mayor�a de los miembros de dicho organismo lo estim� conveniente. En s�ntesis, creemos que el proyecto, debatido en forma conjunta con la moci�n del ex Senador Andr�s Allamand (lo que ha permitido enriquecer su idea matriz), constituye un buen avance en este �mbito, aunque, indudablemente, requerir� de un an�lisis m�s profundo mediante las diversas indicaciones que se presentar�n a su texto, por cuanto se hace necesario regular este tipo de relaciones, que ya constituyen una realidad indesmentible en nuestro pa�s, fruto de la diversidad de pensamiento consustancial a toda democracia, las cuales, por ende, han de ser respetadas. He se�alado, se�or Presidente, que cualquier regulaci�n que se plantee respecto del acuerdo de vida en pareja, ya sea de personas de distinto o del mismo sexo que vivan bajo un hogar com�n, en ning�n caso debe debilitar el car�cter del matrimonio, el cual debe ser siempre entre un hombre y una mujer. He dicho. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora se�ora Lily P�rez. La se�ora P�REZ (do�a Lily).- Se�or Presidente, para m� es un orgullo apoyar a un Gobierno que ha impulsado y presentado un proyecto de ley de esta naturaleza, que causa un impacto en la sociedad no solo de car�cter legal, legislativo, sino tambi�n �tico y moral. Recuerdo que a�os atr�s, cuando discutimos la ley de divorcio, quienes estaban en contra se�alaron que se iba a acabar el sentido del matrimonio, que se iba a terminar la familia en Chile, y que se iba a desnaturalizar el origen de la esencia familiar. Ninguna de esas cosas ha sucedido. El matrimonio tiene un valor en s� mismo. Y por eso la gente aspira a estar en pareja. Nuestra sociedad ha ido venciendo las discriminaciones, paso a paso. �Puchas que nos cost� sacar la Ley Antidiscriminaci�n! Y fue el actual Gobierno el que tambi�n dio un paso adelante en esa normativa. Por tal raz�n, me siento muy orgullosa de que sea bajo la Administraci�n del Presidente Pi�era que se haya enviado la presente iniciativa legal, que va a conferir igualdad jur�dica a aquellas parejas que conviven. En nuestro pa�s millones de personas conviven -parejas de hecho y no de derecho-, de modo que cuando una de ellas desaparece o muere, la otra queda en la desafecci�n total. Y porque nosotros, los legisladores, tenemos que dar respuesta legal a los problemas de la sociedad chilena, resulta urgente legislar sobre esta materia. No son las leyes las que cambian los h�bitos de las personas; son las sociedades las que empujan para que las leyes existan. Por eso, resulta muy importante aprobar hoy el acuerdo de vida en pareja, porque da respuesta a la necesidad imperiosa de que las parejas tengan protecci�n, no solo con respecto a su patrimonio, a sus bienes jur�dicos, sino tambi�n en cuanto a algo que tiene que ver con una palabra que ha estado ausente hasta el momento en este debate: el amor, que es m�s que afecto y cari�o. Y cuando dos personas se aman, no tiene ninguna relevancia su orientaci�n sexual. Esta ley es para todos y para todas: parejas heterosexuales y parejas del mismo sexo. Porque nosotros, los legisladores, no vamos a discriminar en los efectos que ella produzca. Queremos que todos y todas tengan igualdad de derechos para proteger y cautelar sus relaciones familiares y de pareja. Por esa raz�n, me siento muy orgullosa de haber apoyado una indicaci�n orientada a que los conflictos que se generen en estas uniones sean resueltos en los tribunales de familia. El mensaje del Presidente Pi�era habla de la existencia de distintos tipos de familia, lo que da cuenta de que existe la necesidad imperiosa de reconocer que las personas que conviven, sean heterosexuales o del mismo sexo, deben tener id�nticos derechos, sobre todo cuando estamos hablando de amor. El amor no tiene sexo. --(Aplausos en tribunas). El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Quiero se�alarles a las personas que nos acompa�an que no est� permitido aplaudir. Si ustedes quieren permanecer en el recinto, deben escuchar con tranquilidad y no realizar manifestaciones. Est� hablando una Senadora, y es bueno que oigan su opini�n. Si no act�an de esta forma, me ver� obligado a desalojar las tribunas. Y eso ser�a un error. As� que les pido escuchar y guardar silencio. Puede continuar la Senadora se�ora Lily P�rez. La se�ora P�REZ (do�a Lily).- Se�or Presidente, con todo, a mi juicio, este tipo de iniciativas implica mucha fuerza moral en lo que estamos haciendo, porque las personas necesitan tener un Estado que resguarde sus derechos y les d� herramientas legales, a fin de que las parejas decidan lo que es propio de su libertad. Por tanto, �l debe proporcionarles eso. Ahora, lo que el Congreso Nacional debe hacer -el Senado en particular- es entregar las respuestas legislativas a quienes representamos. Por tal raz�n, es muy importante este proyecto, que constituye un avance, junto con la Ley Antidiscriminaci�n y muchas otras en las que hemos trabajado durante a�os. En la �poca en que sacamos adelante el proyecto sobre libertad de cultos, �por Dios, c�mo eran discriminados los miembros de los movimientos evang�licos! Y muchos que hoy d�a alardean de defenderlos votaron en su contra. Por ello, creo que es trascendental tambi�n la coherencia en los asuntos p�blicos y en este tipo de votaciones. Porque aqu� lo relevante es resguardar. Estoy convencida de que la familia tiene un valor al igual que el matrimonio. Pero eso no es privativo del desarrollo de la sexualidad de las personas, la cual es parte de su libertad individual. Por lo anterior, me sumo con entusiasmo a apoyar este proyecto de ley y las indicaciones que sean necesarias para contar con una buena ley y, por supuesto, para resguardar el derecho de las personas, con el objeto de que no sufran discriminaci�n alguna. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Cantero. El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, considero muy positiva la iniciativa en debate sobre acuerdo de vida en pareja. De su nombre, de la sem�ntica, de sus conceptos, se desprende que se trata de un pacto, un convenio, un contrato entre personas que llevan una vida en com�n, la que puede estar fundada en elementos afectivos, sociales, culturales, espirituales, etc�tera. Lo anterior nada tiene que ver con aquello que preocupa a algunos: el concepto de "matrimonio". Son cosas muy distintas. Este es un acuerdo de vida en pareja, con alcances en diferentes �mbitos. Responde, en primer lugar, a las necesidades humanas, a la aspiraci�n de las personas de vincularse. Y de esa vinculaci�n -puede ser heterosexual, homosexual o como quiera que sea-, surgen frutos y requerimientos que deben satisfacerse. El acuerdo de vida en pareja busca cautelar esta clase de situaciones. Por tanto, me parece que son importantes, por ejemplo, los aspectos relacionados con el r�gimen patrimonial, es decir, los bienes que emanan de esa relaci�n; los asuntos previsionales, que tienen que ver con la protecci�n en la edad adulta, cuando ya las personas est�n en la etapa del reposo; los temas vinculados a la salud, para cautelar cuestiones ligadas a las isapres o cosas parecidas; los elementos de tuici�n. Considero relevante trabajar en esa l�nea, para evitar discriminaciones arbitrarias. Es perfectamente posible que dos personas puedan ponerse de acuerdo en torno a tales elementos. Estimo un exceso llegar a interpretaciones como la que he escuchado en alg�n momento en la Sala: que esta propuesta da�a la relaci�n de la familia. Este proyecto no tiene nada que ver con eso. Al contrario, va a contribuir a dar m�s estabilidad a la relaci�n de las personas, por un lado, y va a permitir avanzar en una reflexi�n mucho m�s profunda en cuanto a la familia, por otro. Al respecto, vale la pena se�alar que la relaci�n de familia no se vincula en absoluto con la presencia de un padre o una madre y sus hijos ni tiene, en mi opini�n, ninguna significaci�n, en ese sentido, el que dos personas se unan para ejercer actos reproductivos. En realidad, dicho concepto no se halla ligado a las personas, sino a las relaciones que ellas generan. Considero muy relevante distinguir en ese �mbito qu� tipo de relaciones surgen, porque, a veces, algunas familias mantienen relaciones muy poco familiares, como tambi�n amigos que desarrollan relaciones muy poco amistosas. En fin, creo que el tema debiera ser analizado desde la perspectiva de la calidad de la relaci�n, de su sentido y del fruto que emana de ella. A mi entender, es fundamental ese aspecto, toda vez que act�a en coherencia con principios ligados a los derechos humanos y con declaraciones internacionales en las que Chile ha sido concurrente. Adem�s, alinea los esfuerzos legislativos en una direcci�n propicia, generando igualdad ante la ley para cierto tipo de personas. Por otro lado, la actuaci�n del Tribunal Constitucional y lo pertinente al Poder Judicial me parece que adquieren tambi�n coherencia en el esfuerzo que se est� haciendo, que considero muy positivo, pues ayuda a extender aspectos relacionados con la capacidad contractual de la que son titulares las personas. Quiz�s una cosa trascendente es que en esto tambi�n emergen las personas. La sociedad contempor�nea, el mundo moderno e, incluso, el posmoderno han insistido mucho en los individuos como entes poco definidos. Sin embargo, aqu� surge la persona, aquella con capacidad para establecer acuerdos, pactos o convenios y asumir ciertos compromisos. Ahora bien, algunos hablan de la temporalidad. �Bueno, pero todo los contratos tienen la misma temporalidad! En consecuencia, lo que corresponde al respecto es incentivar que efectivamente se respeten los acuerdos y que sean aplicados en todo su alcance y contenido a las personas que ser�n parte del acuerdo de vida en pareja. Se�or Presidente, estimo muy positivo el esfuerzo que se est� haciendo en esta l�nea. En consecuencia, anuncio mi voto favorable, junto con felicitar a los autores de la iniciativa. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Bianchi. El se�or BIANCHI.- Se�or Presidente, el 19 de diciembre del a�o 2007 present� un proyecto de ley que buscaba regular un contrato que reconociera y diera amparo a muchas relaciones de vida en pareja que, por distintos motivos, no pueden formalizarse en un contrato de matrimonio, pero que existen en la pr�ctica y no cuentan con ning�n tipo de resguardo ni protecci�n legal. En los fundamentos de dicha iniciativa, se�al� que hab�a una realidad que no pod�amos eludir en nuestra sociedad actual: la transformaci�n en las estructuras de las relaciones sociales, lo cual ha sido recogido en la legislaci�n comparada, en distintas formas y modalidades, pero no as� en nuestro ordenamiento interno. Entre los aspectos m�s relevantes que me hicieron presentar la iniciativa en ese entonces, se hallaba, sin duda, el constatar que en nuestro pa�s se est� produciendo un considerable aumento del n�mero de parejas que conviven. Son cifras que, obviamente, no pueden ser desconocidas. De ah� que formulara esa moci�n con el fin de reconocer aquella realidad y, al mismo tiempo, de dar protecci�n a los afectados, poniendo �nfasis en la situaci�n de esa mujer que debe convivir, que no puede casarse por diversos motivos y que la mayor�a de las veces, luego de a�os de entrega, de sacrificio, de compartir, es por lo general abandonada por su pareja sin que la ley le proporcione compensaci�n alguna ni protecci�n, quedando en el m�s absoluto de los desamparos. Posteriormente, otro grupo de Senadores, y m�s tarde el Gobierno, presentaron iniciativas legales que tambi�n propusieron figuras jur�dicas con el objeto de regular las relaciones de hecho, que hasta la fecha no tienen reconocimiento legal. Se�or Presidente, en esta discusi�n nos hemos centrado no en el prop�sito inicial del proyecto presentado el a�o 2007: reconocer estas relaciones de convivencia sin distinci�n de los sujetos a quienes beneficiar�a, sino en el reconocimiento de las relaciones de personas de un mismo sexo a nivel social. Aunque valoro esto y, obviamente, lo respeto, lamento que se haya desviado la atenci�n de los esfuerzos hacia ese fin. Pero creo que debiera orientarse a un objetivo tanto o m�s importante en nuestra discusi�n, cual es -como se�al� al principio de mi intervenci�n- la protecci�n de las parejas que deben convivir y, sobre todo, de la mujer que se halla en esa situaci�n. Hago �nfasis en que, con relaci�n al proyecto que present� en 2007, la Comisi�n de Constituci�n desestim� en su momento sumarlo o considerarlo dentro de la iniciativa que nos ocupa, como hizo con otro presentado por un Honorable colega. Y, por tanto, queda absolutamente sin resguardo una relaci�n que es mayoritaria hoy d�a en nuestro pa�s: la que se da entre un hombre y una mujer, sin que se haya consagrado mediante el v�nculo del matrimonio, raz�n por la cual esta �ltima queda en total desamparo. Ese era el objetivo, sin dejar de lado la mirada a la convivencia entre personas de un mismo sexo. Ante este panorama, luego de efectuarse la fusi�n de dos iniciativas y de diversas modificaciones a ellas, mi an�lisis del proyecto apunta a saber si este dar� una verdadera soluci�n al problema que viven miles de chilenos que, por diversos motivos, llevan una vida en com�n distinta a la del matrimonio y, sobre todo, si se contempla de manera integral la situaci�n de la mujer que, tras a�os de convivencia, queda abandonada por su pareja. As� las cosas, lo primero que deseo analizar es el art�culo 2� del proyecto, que se�ala: "Tampoco podr� celebrar el acuerdo" -de vida en pareja- "aquella persona que est� sujeta a v�nculo matrimonial o a un acuerdo de vida en pareja vigente". Sobre este punto, para nadie es un misterio que, no obstante que actualmente rige una ley de divorcio en el pa�s, muchas personas no pueden tramitarlo por falta de recursos o porque no pueden ubicar a su c�nyuge. Con la limitante que se establece, se est� dejando fuera de una efectiva soluci�n a todas aquellas personas que deben convivir. Por esto, creo necesario idear f�rmulas para corregir las dificultades existentes en la pr�ctica para demandar el divorcio unilateral, modificando la Ley de Matrimonio Civil en asuntos como el que acabo de se�alar. Otro punto dice relaci�n con la aplicabilidad del art�culo 600 del C�digo Org�nico de Tribunales en casos donde se requiera intervenir ante un tribunal. La referencia que hace el proyecto a ese precepto resulta t�cnicamente imprecisa, pues es efectivo que, en materias tratadas en el art�culo mencionado, siempre en el �mbito judicial, los auxiliares de la administraci�n de justicia, como el conservador de bienes ra�ces, los notarios, etc�tera, no pueden cobrar. Si se quiere ampliar el �mbito de su aplicaci�n, cuestionamos por qu� ha de aplicarse la figura del privilegio de pobreza solo a la constituci�n del estado civil de "conviviente legal" y no abrir tal posibilidad a la celebraci�n de un matrimonio o, por ejemplo, a la compra de un sitio para instalar una mediagua por parte de una familia de escasos recursos, con varios hijos, llenos de deudas, etc�tera. Yo quiero celebrar este proyecto de ley. No importa si alguien ha tratado de desviar la atenci�n al se�alar que la iniciativa legitima el matrimonio entre personas del mismo sexo, porque claramente el pa�s entiende que eso no es lo que est� en discusi�n. Lo que estamos votando es una cosa absolutamente necesaria en Chile: legitimar la relaci�n entre dos personas, donde hay amor, afectos, una convivencia. Aqu�, como se ha querido sostener, hoy no nos estamos pronunciando respecto del matrimonio entre personas de un mismo sexo. Voy a participar con mi voto favorable. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora se�ora Allende. La se�ora ALLENDE.- Se�or Presidente, no es la primera sesi�n en que nos abocamos a estudiar esta materia y hacemos la discusi�n en general del proyecto llamado "AVP", que establece un nuevo contrato para el acuerdo de vida en pareja, que permite regular derechos y obligaciones entre quienes lo celebren. Adem�s -esto es lo m�s importante-, posibilita dar forma jur�dica a la realidad de millones de personas que sufren en silencio, que han sido discriminadas, que muchas veces se han visto humilladas, que no tienen derechos previsionales y que carecen de derechos hereditarios y de otros beneficios que otorga la vida en com�n, simplemente por no haber optado por el matrimonio. Al escuchar a algunos de mis colegas, record� que fui una de los diez firmantes de la normativa conocida como "Ley de Divorcio" o de las modificaciones a la Ley de Matrimonio Civil, junto a los Diputados de entonces, se�or Ignacio Walker y se�ora Mariana Aylwin. Y tambi�n evoco la discusi�n habida en ese momento. El nivel de pasi�n que en alg�n instante surgi� hizo que se nos catalogara como rupturistas. Se dijo que est�bamos en contra de la familia y provocar�amos un verdadero desastre. En realidad, cost� mucho dar a entender que era nuestra obligaci�n hacer pol�ticas p�blicas en beneficio de una sociedad que debe disponer de ciertas normas y regulaciones. Y tuvimos que hacer entender a la ciudadan�a que, si la gente si divorciaba, no era porque hab�a una ley, sino porque se trataba de seres humanos y que, como tales, pod�an fracasar en sus matrimonios. Igualmente, tuvimos que explicar que las personas tienen el leg�timo derecho -afortunadamente lo logramos establecer hace unos a�os- a rehacer sus vidas y a intentarlo en otros matrimonios. Por eso, se les permite disolver el v�nculo, luego de lo cual pueden volver a casarse. Y lo traje a la memoria por el nivel de pasi�n, de descalificaci�n y de amenazas existente, porque supuestamente est�bamos levantando fuerzas oscuras, actuando en contra de la familia y provocando la disoluci�n de la sociedad. A mi entender, es leg�timo que haya opiniones diferentes. Cuando se usa tal tipo de lenguaje y se acude a esos argumentos, es bueno recordar que lo malo que se pronostic� en aquella ocasi�n, por supuesto, no ocurri�. Hoy d�a el matrimonio sigue existiendo, lo cual es muy apreciado por algunos, pero no por otros. Efectivamente, mucha gente hoy d�a prefiere no casarse, porque no puede, y otra que prefiere hacerlo. Esto producir� ruido a alg�n Senador presente en la Sala, pero afortunadamente las personas son seres humanos que tienen la posibilidad u opci�n de escoger. Y yo creo que ese es un tremendo -�tremendo!- valor. Y hoy d�a nosotros estamos dando la oportunidad de dar un paso m�s y evitar la discriminaci�n, la humillaci�n y las situaciones que viven muchas parejas heterosexuales u homosexuales que no gozan de ciertos derechos. Por otra parte, quiero recordar que la iniciativa en debate surge tanto de una moci�n del entonces Senador se�or Allamand cuanto de un mensaje del actual Presidente de la Rep�blica, quien dijo al pa�s: "Nos ocuparemos de los dos millones de chilenos que conviven en pareja sin estar casados. Por ello, protegeremos sus derechos de acceso a la salud, a la previsi�n, a la herencia y a otros beneficios sociales, removiendo los obst�culos que hoy les impiden ese acceso y las discriminaciones existentes, de forma de constituir una sociedad inclusiva y acogedora y no excluyente". Adem�s, en mi opini�n, esto tambi�n tiene sustento en la Constituci�n Pol�tica. Y esta es una cuesti�n importante, porque en su art�culo 1� dice que el Estado tiene como finalidad promover el bien com�n de sus habitantes. Por lo tanto, debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realizaci�n material y espiritual. Cuando pensamos en la discriminaci�n, en lo que cost� sacar adelante la ley respectiva; cuando observamos largos y dolorosos juicios contra la familia de origen o la lucha del conviviente que sobrevive a una relaci�n para tener derechos previsionales o suceder una herencia, nos damos cuenta de que se trata de situaciones desreguladas y que han sido humillantes, han provocado enormes problemas y generado tremendas injusticias en parejas, sean homosexuales o heterosexuales -sobre todo en las primeras-, que han vivido juntas por muchos a�os -y son doblemente discriminadas- y que, por supuesto, hasta ahora no han tenido posibilidad alguna de acceder a estos derechos. Por eso, por tener la convicci�n de que no solo es una realidad de la cual debemos hacernos cargo, sino porque adem�s creo que es importante dar pasos que terminen con las discriminaciones, que hagan posible regular, que les permitan efectivamente a esas parejas acceder a una serie de derechos (lo que hoy d�a se les impide), y porque tengo la convicci�n de que los seres humanos "nacen libres e iguales en dignidad y derechos", pienso que este proyecto constituye un avance importante. No es el �nico. Ya llegar� la ocasi�n en que podamos discutir otros. Pero hoy d�a estamos dando un paso en lo relativo al acuerdo de vida en pareja. De eso se trata. Ahora, evidentemente hay que perfeccionar su texto. Existen algunos temas pendientes. En tal sentido, yo misma he presentado una indicaci�n -me acompa�a en ella el Senador Rossi-, a fin de incorporar al art�culo 182 del C�digo Civil el siguiente inciso segundo: "Trat�ndose de una pareja de mujeres, las madres del hijo concebido mediante la aplicaci�n de t�cnicas de reproducci�n humana asistida son las mujeres que se sometieron a ella". Hace poco se llev� a cabo un juicio en la Corte Interamericana de Derechos Humanos precisamente por este tipo de situaciones, y quiz�s nosotros debi�ramos avanzar en c�mo ir solucionando casos semejantes que hoy se dan en la vida real. En esto me voy a quedar con las palabras de la Fundaci�n Iguales en cuanto a que la homosexualidad no es una conducta enferma o desviada, sino una expresi�n m�s de la naturaleza humana, que lleva a un hombre o a una mujer a desear y a amar a otro ser del mismo sexo, conservando el instinto de formar pareja y hogar. Pienso que ser�a bueno que dej�ramos de tener la mirada de la conducta desviada, enferma, ya que no nos hace bien y no muestra m�s que intolerancia -termino de inmediato, se�or Presidente-, por lo que ratifico que voy a votar a favor en general de la iniciativa. Sin perjuicio de ello, quiero se�alar que ser�a bueno introducir a su articulado algunos perfeccionamientos. As�, me parece que deber�amos hablar de "convivientes" m�s que de "contratantes"; que el procedimiento ante el oficial de Registro Civil no se halla todav�a del todo regulado; que este acuerdo debiera celebrarse solo ante el Registro Civil, no ante notario, porque es un acto de Estado en donde interviene un funcionario p�blico y hay involucrados deberes que no pueden simplemente tratarse en una notar�a. Adem�s, existen otros aspectos sobre el r�gimen de bienes que tenemos que ver en detalle. Por todas estas razones, se�or Presidente, y sobre todo considerando el tremendo paso adelante que podemos dar al dejar de realizar lo que hoy d�a hacemos como sociedad: discriminar e impedir a determinadas personas regular las situaciones de su vida en pareja, anuncio que votar� a favor del proyecto. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Solicito autorizaci�n a la Sala para que pueda ingresar el se�or Subsecretario General de Gobierno, don Mauricio Lob. --Se accede. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Zald�var. El se�or ZALD�VAR (don Andr�s).- Se�or Presidente, ya nos encontramos al t�rmino de este debate y debo decir que me parece que esta legislaci�n constituir� un avance, aunque seguramente tendr�amos que haberla abordado mucho antes. Como ya se mencion�, aqu� se han presentado iniciativas parlamentarias y tambi�n del Ejecutivo. Eso s�, me llama la atenci�n que, siendo un proyecto del Gobierno, no sea acompa�ado por los parlamentarios que lo representan en la Sala, al objeto de darle el total y suficiente respaldo, por haber convencimiento acerca de que tiene que existir. Creo que el acuerdo de vida en pareja es necesario. Y la verdad es que no solo se reconoce la posibilidad de celebrar este tipo de acuerdos, sino que se efect�a toda una revisi�n de la legislaci�n para adecuar sus efectos desde los puntos de vista civil, patrimonial, penal, familiar, etc�tera. En tal sentido, la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento realiz� un trabajo bastante completo, pese a que se requieren perfeccionamientos, y debemos estar contentos por su labor. Ahora, opino que el Senador Bianchi cometi� un error al se�alar que este proyecto no considera solamente a las personas de un mismo sexo, sino que se refiere a toda vida en pareja, sea de igual o distinto sexo, pues el art�culo 1� dice que "es un contrato celebrado entre dos personas con el prop�sito de regular los efectos". A m� eso me parece bien. Porque, si legisl�ramos nada m�s que para las personas de un mismo sexo, efectivamente estar�amos discriminando. Este acuerdo de vida en pareja es para personas de igual o distinto sexo. Y as� debe quedar, a pesar de que algunos parlamentarios hayan manifestado ser partidarios de que solo sea para la gente de un mismo sexo. De no ser as�, caer�amos en cierta discriminaci�n. En seguida, este contrato no es igual que el matrimonio. Tiene otra connotaci�n. La definici�n del art�culo 102 del C�digo Civil es diferente, por supuesto, a la declaraci�n que hacemos aqu� en el art�culo 1�. Y considero bueno distinguir eso; porque, como dijo el Senador Walker, es una distinci�n razonable, no discriminatoria. Por otro lado, tambi�n pienso que la Comisi�n hizo bien en avanzar en algo que se tendr� que profundizar m�s: en que este tipo de contratos debe celebrarse con solemnidad, como se dice aqu�, pero no ante notario o en el Registro Civil. A mi modo de ver, tiene que celebrarse solo en este �ltimo, de tal manera que all�, en forma solemne, dos personas que se unen por relaciones afectivas, sean de un mismo sexo o de diferente sexo, suscriban un acuerdo de vida en com�n. Y el Registro Civil debiera llevar, as� como en el caso del matrimonio, un registro de estos acuerdos, de tal manera de disponer de una reglamentaci�n coherente. Porque ambos actos son distintos, pero tienen algunos efectos similares y comunes. En definitiva, soy partidario de eliminar lo referente a que el contrato se haga ante notario. Creo que hay que modificar en ese sentido el art�culo 3�. Pero me parece que la legislaci�n que nos propone la Comisi�n es muy buena, antes que nada, al determinar c�mo se pone t�rmino a este tipo de acuerdo, con el objeto de que se regule la situaci�n de crisis que se puede producir entre dos personas de un mismo sexo o de distinto sexo. As� como existe el divorcio en materia matrimonial, tiene que haber una manera de anular o de dejar sin efecto el acuerdo de vida en pareja. Existe un punto, eso s�, que no se aborda -en eso tiene raz�n el Senador Bianchi-: c�mo se resuelve la situaci�n de muchas parejas que por diversas causas entraron en crisis, se separaron y perdieron el rastro uno del otro, y que no pueden poner t�rmino a su estado civil anterior, pues no tienen c�mo hacerlo. Creo que eso debe facilitarse, porque numerosas parejas sufren efectos muy negativos en todo lo referido a temas patrimoniales, de herencia y otros. Muchas veces uno recibe reclamos de gente que, al morir su segunda pareja, con quien ha convivido largo tiempo, ve que aparece su pareja inicial a reclamar derechos de herencia. En eso no hay justicia y se provocan dificultades. Entonces, nosotros tenemos que reglamentar esta materia, nos guste o no. A ninguno de nosotros nos agrada entrar en crisis matrimoniales. A todos nos interesa mantener nuestro matrimonio. Pero, seamos claros, hay crisis que uno no quiere o que a lo mejor provoca. Eso debe reconocerse. Y con tal fin ha de existir la legislaci�n: para dar soluci�n a esos problemas. Por lo anterior, se�or Presidente, voy a aprobar en general este proyecto, que considero un buen avance, una buena soluci�n. Con todo, hay que corregir los puntos que he se�alado, y ojal� que con ello avancemos para terminar con la discriminaci�n respecto de bastantes personas que hoy d�a conviven, que tienen una relaci�n sentimental y que son del mismo sexo. A mi juicio, se debe acabar de una vez por todas con esas discriminaciones y tratar de ser conscientes de que quien asume determinado estado civil o de convivencia -como queramos llamarlo- tiene el derecho a hacerlo de acuerdo con su propia voluntad y decisi�n. Por tales razones, se�or Presidente, votar� a favor de esta iniciativa en general y espero que a la discusi�n en particular llegue con las perfecciones que hemos se�alado. Muchas gracias. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Letelier. El se�or LETELIER.- Se�or Presidente, la sociedad conyugal, que probablemente es el r�gimen que m�s se usa en nuestra sociedad para regular las relaciones afectivas entre adultos, est� absolutamente cuestionado por los tribunales internacionales. Y Chile ha sido mandatado para cambiar e incluso superar la sociedad conyugal, porque es una instituci�n absolutamente discriminatoria. Tanto es as� que considera a uno de sus participantes, en particular, a la mujer, incapaz de administrar sus propios bienes en el matrimonio, a tal punto que estos son administrados por el hombre como si fueran suyos, aunque provengan de herencias previas al mismo contrato. Hago esa reflexi�n por cuanto es evidente que las instituciones o los contratos que regulan las relaciones afectivas en nuestra sociedad requieren una revisi�n desde hace tiempo. En tal sentido, he meditado bastante sobre la evoluci�n de los distintos contratos existentes; sus nombres y alcances. Y no tengo ninguna duda de que el proyecto que hoy discutimos es infinitamente mejor que el que se present� originalmente en el Congreso Nacional. Se trata de una iniciativa que, indudablemente, avanza en establecer un tipo de contrato entre dos adultos que, m�s all� de las relaciones afectivas, regula derechos sucesorios; garantiza las obligaciones de ayuda mutua y, sobre todo, genera un estado civil a trav�s de un procedimiento solemne (para m� es obvio que debe celebrarse ante un oficial del Registro Civil y no entiendo en lo m�s m�nimo por qu� se considera a los notarios). En t�rminos conceptuales, el contrato que se define en esta ocasi�n es, en muchos aspectos, superior al que m�s usan las personas que hasta ahora se casan de acuerdo al art�culo 102 del C�digo Civil, quienes en su mayor�a lo hacen bajo el r�gimen de sociedad conyugal. Indiscutiblemente, el nuevo tipo de contrato no tiene los vicios de este. Debo decir, se�or Presidente, que ha sido posible avanzar en la tramitaci�n del proyecto gracias al trabajo de la Comisi�n de Constituci�n. Y me sumo al reconocimiento y a las felicitaciones que merecen sus integrantes, pero tambi�n quienes han acompa�ado su debate, como la Fundaci�n Iguales y el Movilh, que durante todos estos a�os han seguido su tramitaci�n, proponiendo textos, reflexionando y mejorando su redacci�n. Se�or Presidente, voy a votar a favor de la iniciativa. Considero que en esta materia -por decirlo suavemente- nuestra sociedad tiene una gran deuda. Por otra parte, deseo formular la siguiente reflexi�n para aclarar algunos dichos de las bancas de enfrente y, adem�s, de un caballero que se ha instalado a la entrada al Parlamento desde hace algunas semanas con un meg�fono y que grita todo tipo de cosas en contra de quienes pensamos distinto de �l. La relaci�n afectiva es un derecho humano b�sico. Y el Estado debe facilitar la regulaci�n de la que mantienen dos personas mayores de edad. Nadie est� obligado a un acuerdo de vida en pareja. Lo �nico que les pido a algunos colegas del frente que tienen su propio concepto de familia es que no pretendan impon�rmelo. �Es su visi�n de familia! Es muy restrictivo que algunos traten de seguir imponiendo en forma autoritaria su mirada de la sociedad, su mirada de la familia, su mirada de c�mo tienen que ser los afectos, su mirada de c�mo deben ser los contratos. Repito: nadie est� obligado a suscribir un acuerdo de vida en pareja. Si alguien quiere estar en matrimonio, si desea mantener una relaci�n heterosexual, ese es su derecho, y es tambi�n mi opci�n personal. Sin embargo, no veo por qu� -tal vez por temor a la diversidad- debiera negarse a otras personas, mayores de edad, ejercer su derecho humano b�sico a contar con un contrato reconocido por el Estado para regular su relaci�n afectiva, sus deberes y sus obligaciones, con todas las solemnidades necesarias. Me llama la atenci�n que algunos sientan miedo -eso parece- de que el avance del acuerdo de vida en pareja destruya a la familia. �Qu� familia va a destruir? Esta no se destruye por las leyes, sino que fracasa o no conforme a principios, valores, afectos. Para comprobarlo basta mirar la historia de la humanidad; este es un problema muy antiguo. Y, a mi juicio, quienes estiman que por mantener un nuevo tipo de contrato y generar diversas opciones se va a da�ar a la familia tienen una visi�n muy reduccionista de esta. En la d�cada pasada logramos que se reconocieran los diferentes tipos de familia que hay en nuestro pa�s, y que se valorara que ello es bueno. Hoy d�a estamos aprobando un proyecto que va mucho m�s all� de lo que pensaron sus autores originalmente, y les estamos haciendo un bien no solo a quienes desean ser parte de un acuerdo de vida en pareja� El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Termin� su tiempo, Su Se�or�a. El se�or LETELIER.- �Me concede un minuto adicional, se�or Presidente? El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Puede continuar, se�or Senador. El se�or LETELIER.- Gracias. A m� me gusta expresar las cosas como las pienso. Y creo que el acuerdo de vida en pareja es, no exclusivamente, pero s� por sobre todo, para personas del mismo sexo. En hora buena que sea as�, porque est� pendiente en nuestra sociedad reconocer el derecho de personas del mismo sexo a tener un estado civil reconocido con las formalidades y solemnidades del Estado. Y no andemos m�s con ciertos sofismos que no vienen al caso. Repito que votar� a favor, se�or Presidente. Agradezco a las instituciones que ayudaron con sus proposiciones a mejorar el texto que hoy votamos. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- El Senador se�or Prokurica ha pedido abrir la votaci�n, manteniendo el tiempo de cada intervenci�n. �Les parece? Acordado. En votaci�n. --(Durante la votaci�n). El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Orpis. El se�or ORPIS.- Se�or Presidente, no voy a tratar de imponer mis concepciones, bajo ning�n punto de vista. Pero siempre las he declarado expl�citamente y la ciudadan�a me ha elegido con estas convicciones. Reconozco que este ha sido uno de los temas m�s complejos de abordar. Al menos desde mi perspectiva, la norma jur�dica no es una creaci�n abstracta llamada solo a regular realidades. Tras una disposici�n de car�cter jur�dico se expresa un conjunto de valores que, al momento de legislar, uno siempre deber�a plantearse: cu�l es el bien jur�dico que se desea proteger o promover y en qu� tipo de sociedad queremos vivir. La norma jur�dica, entonces, no es neutra. La vida en comunidad es compleja. Pero m�s all� de las propias complejidades, hist�ricamente se han realizado esfuerzos para que se desarrolle en un marco de estabilidad en que se impongan derechos y obligaciones. La sola vida en comunidad implica que la libertad no puede tener un car�cter absoluto, porque mis propias decisiones podr�an afectarme no �nicamente a m�, sino tambi�n a terceros que tambi�n forman parte de aquella. Toda vida en comunidad parte de una c�lula b�sica: la familia. De ah� se construye el resto de la sociedad. Si uno se aproximara a esta discusi�n pensando solamente en que hay que "regular realidades", bastar�a con estudiar c�mo legislar para resolver los problemas de m�s de 35 por ciento de hogares monoparentales o de m�s de dos millones de personas que viven en pareja. �Es esa la sociedad en que deseamos vivir? Ciertamente, no es la sociedad en la cual yo aspiro vivir, aunque reconozco que, desde un punto de vista cultural, el concepto de familia ha ido variando en el tiempo. A mi juicio, aquella cifra es dram�tica, y nos lleva a reflexionar con mayor profundidad. M�s que estar en crisis la familia tradicional, lo est� la voluntad del ser humano para generar relaciones m�s estables. Hoy d�a cada vez menos parejas desean comprometerse, y si lo hacen quisieran un estatuto jur�dico que les diera las m�s amplias facilidades para dejar sin efecto esa relaci�n, por los m�s diversos motivos. Ninguna persona quiere contraer una obligaci�n; solo pensar en s� misma al amparo del concepto de la libertad. Yo, por el contrario, se�or Presidente, creo que debemos hacernos cargo de esa situaci�n, no simplemente regularla con el objeto de recoger las nuevas realidades, sino, al mismo tiempo, de crear un estatuto jur�dico que promueva relaciones m�s estables y contemple, por cierto, libertades y, junto con ellas, derechos pero tambi�n obligaciones. Por lo tanto, frente a esta norma uno deber�a preguntarse: el acuerdo de vida en pareja �genera relaciones m�s estables? Para la gente de un mismo sexo, ciertamente que lo hace. Hoy d�a las personas unidas por lazos afectivos no tienen ninguna regulaci�n o reconocimiento; no cuentan con un estatuto jur�dico que les reconozca su dignidad y resuelva, desde un punto de vista legal, las situaciones que se les presentan cuando esa relaci�n se termina. Sin embargo, en el caso de las parejas heterosexuales el acuerdo de vida en pareja debilita la promoci�n de relaciones m�s estables. Las parejas heterosexuales tienen la instituci�n del matrimonio. Y para enfrentar las situaciones de crisis se aprob� la Ley de Divorcio, que les permite solucionar problemas que hacen imposible la continuaci�n de la vida en com�n. Se gener� una salida. Pero, m�s all� de cu�l sea el resultado final de esa uni�n, existe la intenci�n de las parejas que contraen matrimonio de formar un hogar com�n, de generar una relaci�n estable en el tiempo. Con el objeto de hacer frente a las dificultades se acept� el divorcio, incluso unilateral. As� lo establece el art�culo 54 de la Ley de Matrimonio Civil, que expresa: "El divorcio podr� ser demandado por uno de los c�nyuges, por falta imputable al otro, siempre que constituya una violaci�n grave de los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio, o de los deberes y obligaciones para con los hijos, que torne intolerable la vida en com�n". Y en el inciso segundo agrega: "Se incurre en dicha causal, entre otros casos," y detalla un conjunto de causales adicionales. Si no existe incumplimiento grave respecto de uno de los contrayentes o de los hijos, el divorcio debe ser de com�n acuerdo. En s�ntesis, la vida en com�n que libremente decidieron abordar impone obligaciones. Por consiguiente, se�or Presidente, la v�a natural de uni�n de las parejas heterosexuales es el matrimonio. Si, por alguna raz�n, esa relaci�n fracasa, existe la salida del divorcio, pero al recurrir a este deben asumir los efectos y responsabilidades que implica esa vida en com�n, tanto respecto de los contrayentes como de los hijos. La Ley de Divorcio no es solo una salida para quienes tienen dificultades en el matrimonio, sino que tambi�n constituye un medio para formalizar las relaciones de convivencia. Si quienes conviven no desean contraer matrimonio es porque no quieren formalizar esa relaci�n. Entonces, frente a tal situaci�n, a las parejas heterosexuales este proyecto les propone el "acuerdo de vida en pareja" como estado civil de conviviente. No obstante, se�or Presidente, en materia de disoluci�n de v�nculo, la iniciativa en debate llega al extremo de establecer, en el art�culo 6�, que se podr� poner t�rmino al acuerdo de vida en pareja, "e. Por voluntad unilateral de uno de los contratantes, la cual deber� constar por escritura p�blica o acta otorgada ante el oficial del Registro Civil, (�) Copia de dicho acto deber� enviarse al otro contratante por carta certificada notarial, dentro del plazo de diez d�as h�biles contado desde su otorgamiento" e inscribirse en un registro especial. Es decir, seg�n el acuerdo de vida en pareja, para poner t�rmino a una relaci�n de convivencia no se necesita ning�n fundamento. Basta manifestar esa voluntad ante un notario o ante un oficial del Registro Civil y notificar de ello, por carta certificada, al otro contratante. En cambio, en el caso del divorcio unilateral, como se�al�, la Ley de Matrimonio Civil exige esgrimir una causal, un fundamento para concretarlo. El texto en estudio no exige nada. Y, suponiendo que se apruebe esa norma, puede ocurrir que una pareja haya estado conviviendo bajo este sistema durante d�cadas y cualquier d�a uno de ellos, estando con sus hijos en su casa, reciba una carta certificada en la cual la otra parte da t�rmino a la vida en com�n. Estoy seguro de que las relaciones de convivencia se construyen sobre fundamentos m�s s�lidos, pero es indudable que un estatuto jur�dico puede contribuir a que ellas sean m�s estables y a tomar decisiones m�s responsables. Concluye mi tiempo, se�or Presidente. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene un minuto m�s, se�or Senador. El se�or ORPIS.- Gracias. Dicho quiz�s en t�rminos m�s burdos, cuando en el inicio de la relaci�n cuento con la m�s amplia posibilidad de dejarla sin efecto, �qu� incentivo tengo para reflexionar, para madurar, para dimensionar todo lo que ello implica? �Ninguno! Por eso, se�or Presidente, voy a aprobar la idea de legislar, pero acotada a que el acuerdo de vida en pareja se aborde solamente respecto de personas de un mismo sexo y no de las uniones, a trav�s del matrimonio, de parejas heterosexuales. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Escalona. El se�or ESCALONA.- Se�or Presidente, valoro el clima en el que se ha llevado adelante esta reflexi�n y la altura de miras con que se ha enfrentado el debate, que es muy importante y trascendente para la sociedad chilena. Este intercambio de opiniones demuestra que muchas veces los alineamientos tradicionales en los temas val�ricos se modifican. En efecto, resulta evidente que en este tema no se produce una divisi�n entre gobiernistas y antigobiernistas, sino una bifurcaci�n entre personas con una mirada conservadora y otras con una diferente, distinta, que aceptan la diversidad y la tolerancia como un aspecto b�sico y esencial del ordenamiento nacional en el que hoy debemos actuar y vivir. En ese sentido, voy a referirme a uno de los aspectos planteados en el debate. Pienso que el decaimiento que se ha generado, no solo en Chile, sino en la sociedad global, en la instituci�n del matrimonio no se corresponde con los cuerpos legales actualmente vigentes. Las causas son sinn�meras. Hay un cambio epocal en la cultura de la humanidad contempor�nea y las personas no consideran la relaci�n de pareja como un compromiso que se establece desde la adolescencia, o desde el momento en que esta se cruza y se termina, hasta que concluye la vida humana. Ahora la visi�n de las personas sobre el particular es diametralmente distinta. Ello se debe a cambios muy profundos que ha vivido la sociedad. Y tiene que ver, incluso, con c�mo se han modificado las profesiones. Ya la persona no puede pensar que va a vivir de un solo oficio desde que comienza su vida laboral hasta que finaliza. La sociedad global ha originado cambios vertiginosos, siderales, en la vida actual. Por lo tanto, es necesario entender que instituciones como el divorcio -aprobada por el Congreso Nacional no hace mucho tiempo- pasan a ser elementos inevitables en la manera de vivir desde fines del siglo XX y en lo transcurrido del siglo XXI. Y tal vez ella vuelva a cambiar en el futuro. Pero pensar que el matrimonio, como instituci�n, ha deca�do como consecuencia de cuerpos legales de la naturaleza del que estamos debatiendo y eventualmente aprobando es un grav�simo error. Meses atr�s convers� con el destacado jurista y ex Diputado don Sergio Elgueta, quien me enumer� m�s de veinte causales, contempladas en el sistema del C�digo Civil nacional, en las que se establecen obligaciones y cargas para las personas que contraen matrimonio, las cuales no afectan a quienes no lo contraen. Dichas causales son mediatas e inmediatas y de diferente naturaleza, de distinta �ndole. Muchas veces, para el diario vivir, es mucho m�s f�cil que la persona no est� casada y que, simplemente, pueda mantener una relaci�n de pareja estable, seria y responsable. En tal sentido, este cuerpo legal de acuerdo de vida en pareja es, sin duda, una soluci�n. Y es m�s que un avance: es dar cuenta de un estado de cosas; es asumir la realidad tal cual es, no como uno quisiera que fuese. Lo mismo ocurre en lo que se refiere a la vida en pareja de personas del mismo sexo. La homosexualidad existe seguramente desde los albores de la humanidad. No nos equivoquemos en esta materia. Todos conocemos la literatura universal y sabemos de h�roes o s�mbolos en determinado momento de la humanidad, por diferentes razones, a las cuales la antropolog�a todav�a no encuentra respuesta porque no existen las herramientas cient�ficas para conocer en detalle todos y cada uno de los diferentes estadios por los que ha pasado el ser humano, que, por la cultura de su �poca, practicaron la homosexualidad, como Alejandro Magno. Por lo tanto, no demonicemos este cuerpo legal. Creo que ese es un grav�simo error, sobre todo proviniendo de personas del mundo evang�lico, por las que trabajamos sistem�ticamente para el reconocimiento de sus derechos como comunidad, por el respeto a su fe y religi�n; para que no fueran perseguidas ni discriminadas. Cost� mucho tiempo desplazar las barreras de la discriminaci�n hacia los evang�licos, por lo que no debiesen ahora proceder con la intolerancia con que act�an. Adem�s, estos temas no se deber�an usar como un factor electoral. Si hay algo que me caus� profunda desaz�n en la �ltima elecci�n fue ver c�mo se manipulaban estas cuestiones, que son muy profundas, de sociedad y de pa�s, con fines de corto alcance. Comprometer la fe y la religi�n de las personas por unos cuantos votos m�s en una elecci�n pr�xima francamente me parece un error garrafal. Con ello se siembran las semillas del odio y de la intolerancia que no corresponden. A mi juicio, con este cuerpo legal en estudio nuestro pa�s realiza un ejercicio de pleno y profundo reconocimiento a la diversidad, y, en consecuencia, lo voto a favor. He dicho. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Girardi. El se�or GIRARDI.- Se�or Presidente, estimo que este es un debate relevante, que habla del tipo de sociedad que queremos construir. Yo siempre me pregunto, cuando discutimos estos asuntos, cu�les son las razones profundas que esgrime la Oposici�n en iniciativas como la que nos ocupa. Creo que lo que hay detr�s de su postura es una visi�n conservadora, la cual se sustenta -parece muy importante relevarlo, porque la sociedad requiere hacer una terapia al respecto- en la existencia de un sector de ella que se siente superior al resto, que piensa que sus valores son los �nicos correctos, y en nombre de esa supremac�a val�rica est� dispuesto a imponer a los dem�s ciudadanos, a las dem�s personas, un est�ndar de dignidad distinta a la suya, pues considera que no es leg�timo -aunque para �l s� lo es- que otro pueda tomar igual decisi�n y tener el mismo derecho que a este le asiste en cuanto a la propia vida. Eso me parece grave, porque por iguales razones en el pasado hubo brutales atropellos a los derechos humanos, y en nombre de esa superioridad se exterminaron y persiguieron a personas en el mundo entero. Quiero recordar que en materia de homosexualidad hay todav�a, en el siglo XXI, pa�ses africanos que condenan a muerte a quienes la practican. Hoy d�a es la homosexualidad. Ayer fueron las mujeres, que no ten�an derecho a voto; antes, los negros, que eran convertidos en esclavos, porque se consideraba que carec�an de valores equivalentes a los blancos, y en nombre de esa supremac�a se los exterminaba o se los esclavizaba. Por lo tanto, estimo que esos conservadores deber�an hacer una reflexi�n de fondo sobre el particular. Sin embargo, esto tiene una doble implicancia, porque existe la voluntad de imponer cierta visi�n ideol�gica-religiosa, que si bien es leg�tima para ellos, no es l�cito que se trate de imponer al conjunto de la sociedad. Esa visi�n religiosa sobre la sexualidad, para un sector de nuestra sociedad, tiene una finalidad determinada: la reproducci�n, y todo lo que est� al margen de ella es "indebido". Por eso, dicho sector se opuso sistem�ticamente en el pasado, por ejemplo, a la promoci�n del cond�n. �Por qu� se opon�an a ello si el cond�n no es abortivo, lo �nico que hace es evitar un embarazo no deseado y una enfermedad de transmisi�n sexual? Porque, finalmente, el objetivo del cond�n "era promover la perversi�n". �Y en qu� consist�a esa perversi�n? En vivir la sexualidad como algo que trasciende la reproducci�n. Yo siempre he dicho que si hay algo que caracteriza a los seres humanos respecto de los animales, tanto de mam�feros como de invertebrados, cuya sexualidad tiene como funci�n exclusiva la reproducci�n, que nos hace diferentes y simboliza a la especie humana -tal vez es la m�s connotada de sus virtudes-, es su capacidad de conciencia, de sentir emociones complejas diversas -aunque los animales tambi�n sienten alguna emoci�n, e incluso las plantas- al vivir su sexualidad como algo trascendente, que va m�s all� de la reproducci�n. Sin embargo, tal sector, como niega esa dimensi�n de la sexualidad, se ha opuesto a la educaci�n sexual, a apoyar a los j�venes en la b�squeda del valor de su sexualidad, y a todo lo que pueda significar una sexualidad responsable que ponga en cuesti�n esa visi�n ideol�gica al respecto. Por eso, en nuestro pa�s treinta y tantos Diputados presentaron un requerimiento contra la "p�ldora del d�a despu�s", pero tambi�n contra la "te" y todos los m�todos de anticoncepci�n, que permiten, justamente, asumir la sexualidad de manera libre y responsable. �Por qu� coloco el punto en este contexto? Porque cuando se habla de aquellos que tienen una opci�n sexual distinta, o de los homosexuales o lesbianas, hay un doble cuestionamiento. Primero, porque no se acepta que personas del mismo sexo puedan tener v�nculos de afecto entre ellas. Por lo tanto, las tratan como infrahumanas y les quitan la dignidad que le es propia, en una doble dimensi�n. Aqu�, acabo de escuchar a algunos decir: "Bueno, este proyecto de ley que estamos discutiendo hoy d�a debe ser solo para los homosexuales, porque los heterosexuales tienen derecho a contraer matrimonio". �No! En la sociedad cada cual resuelve acerca del v�nculo que quiere tener. Los heterosexuales pueden decidir si se casan o conviven. En consecuencia, este acuerdo de vida en pareja tiene como prop�sito permitir la libertad a otros para decidir si quieren convivir, y, por tanto, someterse alg�n d�a al mecanismo propuesto, o casarse. Sin embargo, como yo considero que todos los seres humanos tienen los mismos derechos, la misma dignidad, que est� puesta aqu� en cuesti�n de una manera casi brutal -a mi juicio-, creo que los homosexuales, a menos que se diga lo contrario y se exprese claramente, tienen la misma dignidad, iguales derechos, la misma condici�n de persona que los heterosexuales, y, por ende, el derecho a usar el instrumento sugerido en este proyecto, o entrar en la l�gica de la vida del matrimonio. Porque poseen los mismos derechos, es que debemos consagrar esto como algo fundamental en la sociedad chilena y en el mundo entero. Tenemos que entender que en el pasado las diferencias menoscabaron la dignidad y el derecho de cierta gente. En Chile, se persigui� a personas, porque no se les reconoci� la misma dignidad, iguales derechos humanos, en funci�n de que ten�an ideas pol�ticas distintas, o el color de la piel diferente -como aconteci� en algunas partes-, o visiones u opciones religiosas diversas. En nuestro pa�s, el pueblo evang�lico, con el cual yo march� para que tuviera los mismos derechos que los sectores conservadores de la Iglesia Cat�lica, que se opon�an, fue perseguido. No obstante, por la misma raz�n, con la misma fuerza, hay que defender entonces a aquellas personas para que, no obstante tener una opci�n sexual distinta, el color de la piel diferente,� El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Dispone de un minuto adicional para terminar su intervenci�n, se�or Senador. El se�or GIRARDI.-� o profesar una visi�n pol�tica diversa, puedan acceder a los mismos derechos, a la misma dignidad de la que gozan otras. El problema estriba en que algunos parlamentarios, aparentemente, consideran que existen infrahumanos, personas que no deben tener la misma dignidad que otras, que no deben tener los mismos derechos que el conjunto de la gente, en funci�n justamente de no reconocer aquella diferencia, que puede ser leg�tima y buena para la sociedad, y establecerla, no como un valor, sino como un disvalor. En el pasado los disvalores motivaron que muchos seres humanos sufrieran, vivieran dramas. Eso es parte de lo que debemos resolver. Reconocer el derecho de los homosexuales al matrimonio es parte de los derechos humanos. Yo voy a votar a favor de la ley en proyecto. Pero, para m�, ella no soluciona el problema de fondo, cual es que debe haber matrimonio igualitario. --(Aplausos en tribunas). El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Estamos discutiendo un proyecto de ley muy importante para muchos de los que se hallan en las tribunas. As� que pido por favor escuchar con paciencia y no efectuar manifestaciones, porque ellas motivan otras y, en definitiva, obligar�n a proseguir la sesi�n sin presencia de p�blico. Falta poco para determinar si se aprueba o no esta iniciativa. Tiene la palabra el Senador se�or Hern�n Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, ya hice uso de la palabra durante la primera discusi�n, y en esa oportunidad entregu� la fundamentaci�n central de mi punto de vista. Como se�al�, voy a votar favorablemente este proyecto de ley. Sin embargo, durante el debate en particular procurar� introducirle cambios bastante significativos a una parte de su articulado. Me explico. Yo pienso que es necesario reconocer la falta de regulaci�n legal de la convivencia de personas que viven unidas en pareja por relaciones afectivas y que tienen un af�n duradero, de compromiso por tiempo indefinido. Es justo ese reconocimiento, pues de hecho tales relaciones se producen y generan vac�os que la ley no debe dejar de considerar. Por lo tanto, me parece importante regular. No obstante, yo hago una diferencia entre la situaci�n que afecta a personas del mismo sexo y la que afecta a personas de distinto sexo. Y ello, no por arbitrariedad, sino porque estas �ltimas hoy d�a tienen una posibilidad para resolver su convivencia en forma institucional si as� lo quieren. Nadie se halla obligado a contraer matrimonio. Pero ah� est�. Las personas, hombre y mujer, pueden contraerlo, y sobre esa base, resolver sus relaciones de pareja en forma estable y duradera, como lo se�ala la ley. Y hoy d�a, con el divorcio -seg�n se indic�-, no es una caja sin salida, no es una situaci�n indisoluble como antes, y, por consiguiente, est� dotado de la flexibilidad que muchos quer�an para no tener problemas ante el quiebre de la convivencia. Empero, aquello no existe como raz�n para las personas del mismo sexo, quienes hoy d�a carecen de espacio para lograr una convivencia regulada legalmente que les permita evitar las m�ltiples dificultades surgidas -ya se han se�alado ac�- cuando terminan su relaci�n, sea por fallecimiento de un miembro de la pareja o por mutuo acuerdo. Ah� se registra el vac�o jur�dico: la relaci�n afectiva, que tuvo fuerza mientras estaba vigente, carece de protecci�n legal, pues no se ha regulado jur�dicamente. En consecuencia, se justifica el establecimiento de una entidad jur�dica, pero para las personas del mismo sexo; porque las de distinto sexo ya tienen resuelto el problema. Son situaciones diferentes, que se adec�an a realidades diversas y que, por ende, justifican la existencia de una normativa distinta. Hay quienes han dicho en esta Sala que aquello ser�a discriminatorio. A juicio de representantes de algunos movimientos, la tesis que yo planteo ser�a discriminatoria. Sobre el particular, quiero decir que no se trata de una tesis original m�a. Est� en otras legislaciones. Por ejemplo, Alemania resolvi� as� la cuesti�n. Y no lo hizo con af�n discriminatorio, sino para darles soluciones jur�dicas adecuadas a realidades diferentes. Sin embargo, yo quiero hacer una reflexi�n. Muchos de quienes han intervenido ac� han dicho que ser�a discriminatorio tener AVP para personas del mismo sexo y matrimonio solo para personas de distinto sexo. Y varios han manifestado que aceptan el matrimonio para personas de distinto sexo, pero no para homosexuales. Si establecemos acuerdo de vida en pareja para personas del mismo sexo o de distinto sexo y matrimonio para personas de distinto sexo, yo pregunto por qu� no se puede tener matrimonio para personas del mismo sexo. Hay una incoherencia en la l�gica de quienes sustentan que puede haber acuerdo de vida en pareja para personas del mismo sexo o de distinto sexo, pero matrimonio solo para personas de distinto sexo. �Eso es incoherente! �Eso es discriminatorio! No es discriminatorio, s�, dar soluciones jur�dicas para realidades distintas. Yo no soy partidario del matrimonio para personas del mismo sexo. Porque creo que el matrimonio es una instituci�n diferente, con caracter�sticas propias, con historia propia, con una derivaci�n especial precisamente por la eventualidad de que nazcan hijos, lo cual genera una serie de obligaciones que no existen en el caso de personas del mismo sexo. Entonces, no se trata de discriminar, sino de resolver los problemas, pero con soluciones adecuadas a su naturaleza propia. Se justifica regular el contrato matrimonial por las consecuencias que tiene para la sociedad la vinculaci�n que establece. Y trat�ndose de personas del mismo sexo se justifica una relaci�n de distinta �ndole, porque no existen las mismas consecuencias, pero s� muchas que hoy d�a la ley no recoge. Por consiguiente, me parece muy significativo efectuar aquella diferenciaci�n. Es probable que no tenga los votos suficientes; no lo s�: yo no trabajo por c�lculos electorales, sino por convicci�n. Considero justo que haya un AVP. La dignidad de las relaciones pertinentes merece un reconocimiento legal. Pero no creo que se justifique que ello d� lugar a un matrimonio, como tampoco que las personas de distinto sexo tengan acuerdo de vida en pareja, pues ya cuentan con una soluci�n. Con AVP, en la forma que sea; con matrimonio, del modo que se desee, siempre existir�n las convivencias de hecho. Y a este proyecto le faltan soluciones para las personas que no quieren AVP ni matrimonio -por las razones que sean-, pero que igual conviven de aquella manera. Entonces, ah� se produce una fractura, pues cuando esa relaci�n se quiebra no hay soluciones legales. Asimismo, me parece necesario que, a trav�s de normas que suplan el silencio de las partes, se establezca que, habiendo estas convivido de hecho y no formalizado su relaci�n, es factible resolver legalmente muchos problemas que merecen atenci�n. As� es que espero que todos los conceptos que acabo de plantear y que desarroll� extensamente en la primera discusi�n puedan materializarse durante el debate en particular. Por ahora, voto que s�. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Lagos. El se�or LAGOS.- Se�or Presidente, en la sesi�n de 18 de diciembre �ltimo algunos Senadores tuvimos la oportunidad de expresar en esta Sala lo que pens�bamos sobre el proyecto de ley en discusi�n. Al calor del debate de esta tarde, quiero agregar algo a lo que ya se�alamos en aquella oportunidad. De lo que dijimos en la referida sesi�n, voy a reiterar un solo concepto: en Chile, hoy d�a estos asuntos -creo que lo reflej� en esta ocasi�n el Senador Escalona- tienen una dimensi�n que trasciende la pol�tica del d�a a d�a. Procurando ser objetivo, debo manifestar que ciertos temas de la sociedad chilena los ha ido imponiendo la centroizquierda o el progresismo, pero actualmente son patrimonio transversal. El medioambiente, los derechos de los consumidores, la no discriminaci�n, el divorcio, la legalizaci�n o despenalizaci�n del consumo de drogas, la interrupci�n del embarazo son materias que cortan transversalmente la pol�tica nacional. Es cierto: mayoritariamente, en este Hemiciclo la mitad m�s uno est� en un sector; sin embargo, la situaci�n no era as� hace 20 o 30 a�os. Y lo mismo ocurr�a con cuestiones como la pena de muerte y otras. Entonces, quiero decir en primer t�rmino que la materia en an�lisis es transversal. Y esto ya es un acierto como sociedad. En segundo lugar, debo puntualizar que la aprobaci�n del acuerdo de vida en pareja va a hacer de Chile un pa�s m�s inclusivo, menos injusto, m�s tolerante, que nos acoja a todos en nuestros derechos, en lo que deseamos, en lo que so�amos, en lo que nos gusta, en la medida que no afectemos a terceros. Entonces, est� la cuesti�n del libre albedr�o. �Y saben por qu�? Porque Chile es una naci�n menos insegura, donde existe menos susto a la diferencia. Eso es lo que se est� haciendo. �Si aqu� hay un concepto entre conservadores y progresistas! Y no lo inventamos nosotros: es hist�rico. �Qui�nes son los conservadores? Aquellos que quieren mantener las cosas como est�n, dejarlas como son, pues anhelan que siempre sean as�. Y hay en toda sociedad, incluida la nuestra, sectores que desean empujar el carro, y no solo por voluntad, por deseo o por buenas ideas (eso es factible), sino tambi�n porque palpan y ven una realidad que clama por un reconocimiento distinto. Hoy d�a tenemos ac� un cambio en la sociedad chilena. No recuerdo cu�l de mis colegas mencion� los tantos cambios que ha habido en Chile. Pena de muerte: tambi�n nos dividi�. El derecho a voto, �c�mo fue al principio en nuestro pa�s, hist�ricamente? Votaba quien ten�a recursos: voto censitario. �Y las mujeres? �No! �C�mo fue la instrucci�n primaria obligatoria? Un sector no la quer�a, y otro, s�. Todo ello reflej� una manera de ver la vida. Y puedo seguir dando ejemplos. Vamos al �mbito religioso: en Chile, si hay una religi�n que ha sido perseguida es la evang�lica. Me atrevo a decir que incluso ha sido m�s perseguida que la jud�a o la musulmana. �Es cosa de ver la historia del pueblo evang�lico! En consecuencia, se trata de no discriminar. Al respecto, quiero hacerme cargo de algo que dijo el Senador Orpis -escuch� atentamente su intervenci�n-, en el sentido de que no se trata de andar regulando realidades, de que hay que tener miradas m�s permanentes en el tiempo. Fue lo que capt�. Pero sucede que yo tengo otra �ptica: no pretendo regular realidades, sino otorgar derechos iguales para todos. Si alguien posee cierta concepci�n de familia, le asiste pleno derecho a llevarla a cabo. Lo que ocurre es que nadie tiene el monopolio del afecto o del amor, una visi�n �nica para desarrollarnos como seres humanos. Por ello, el acuerdo de vida en pareja -y no me pierdo; s� que esto no es prioritario para la sociedad chilena en su conjunto: para ella, lo primordial es que la salud funcione, que haya empleo decente, que la educaci�n sea de calidad, que exista seguridad en las casas y en los barrios- y otras cuestiones de esta naturaleza hacen que las sociedades trasciendan. En consecuencia, cuando escucho a mis colegas de la vereda de enfrente decir que van a aprobar la idea de legislar y que presentar�n indicaciones concluyo que hemos dado un tremendo paso como pa�s y que hemos madurado desde el punto de vista social. Yo me alegro de lo que estamos haciendo esta tarde. Como dije, no se trata de regular realidades, sino de otorgar derechos. Hoy d�a estamos dando un paso gigantesco. Empero, para m� no es suficiente. Ac�, varios pensamos que el matrimonio igualitario tambi�n es un derecho. Y puede tener raz�n el Senador Hern�n Larra�n cuando habla de la incoherencia de algunos sectores. Sin embargo, lo medular es que hoy la mayor�a va a decir que todos somos iguales en derechos y que ha de garantizarse que el Estado y la sociedad chilena no nos discriminar�n ni por c�mo nos vestimos, ni por el color de nuestra piel, ni por el barrio donde vivimos, ni por los afectos que tenemos. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora se�ora Rinc�n. La se�ora RINC�N.- Se�or Presidente, hoy quiero felicitar a todos aquellos que han dado esta lucha y nos han hecho posible llegar hasta aqu�: a la Corporaci�n Humanas, al MOVILH, a la Fundaci�n Iguales, a todas y a todos por no dejar de so�ar que otro pa�s es factible. Han pasado 500 a�os desde la �poca en que Pedro de Valdivia enfrentaba una situaci�n que actualmente viven miles de parejas en Chile. Hace 472 a�os, �l y sus soldados fundaban la ciudad de Santiago. En esa ocasi�n Pedro de Valdivia no ten�a al lado a su esposa, sino a su conviviente, do�a In�s de Su�rez. In�s de Su�rez estuvo con Pedro de Valdivia en momentos cruciales de su existencia, y no hab�a dudas del amor que ambos se profesaban. El problema era que �l estaba casado y no hab�a forma de que se divorciara de su c�nyuge, quien se hallaba en Espa�a. Incluso, se sigui� contra Pedro de Valdivia un juicio mediante el cual el virrey Pedro de la Gasca le orden� imperativamente terminar su relaci�n con In�s de Su�rez; lo conmin� a casarla con un vecino de su elecci�n, y le recomend� seguir las directivas de la Iglesia respecto a su leg�timo matrimonio. Al final, luego de m�s de diez a�os de convivencia y forzado por las circunstancias y la presi�n de la �poca, Pedro de Valdivia oblig� a In�s de Su�rez, por su propia seguridad, a casarse con otro conquistador: Rodrigo de Quiroga. A m�s de 500 a�os de acaecida tal situaci�n, reci�n estamos discutiendo en este Parlamento un proyecto que regula legalmente la convivencia entre dos personas. Me parece que, hasta ahora, el debate no ha ido nada bien. Desde el momento en que la palabra "homosexual" entr� en el ruedo, todo se ha torcido. Porque hay un sector pol�tico que pretende condicionar su apoyo al proyecto sobre AVP a una declaraci�n de inconstitucionalidad del matrimonio homosexual, y por otro lado est�n los eternos poderes f�cticos, que inducen a que en Chile prefiramos hacernos los tontos antes que abordar y discutir las realidades de frente y sin eufemismos. En ambos casos el argumento central del rechazo al AVP es que "la familia es el n�cleo de la sociedad", o sea, que una pareja se une solo para procrear. Nuestra legislaci�n sobre las relaciones de pareja se rige por una m�xima: hay determinados roles sociales que nos corresponden y de ah� no podemos movernos. En el fondo, lo que nuestra legislaci�n est� haciendo es decirles a personas que su funci�n en la sociedad actual es unirse en pareja para tener hijos, y nada m�s. Eso es lo que est�n defendiendo quienes hablan de "matrimonio". Por ello, a las parejas que conviven, dependiendo de su orientaci�n sexual, les negamos la opci�n del matrimonio o las obligamos, de manera muy poco sutil, a firmar el contrato matrimonial porque "deben tener hijos". �Y qu� pasa cuando no pueden hacerlo? Muchas veces se dice que en Chile no existen datos que permitan saber por qu� las parejas optan por convivir y cu�ntas personas se encuentran en tal situaci�n, y que, por ende, no habr�a bases para legislar al respecto, ya que no mediar�a una "necesidad social" en tal sentido. El censo de 2012, para desgracia nuestra, se hizo tan mal que seguiremos sin tener datos fidedignos sobre cu�ntas parejas conviven. Pero quiero ser muy enf�tica en esto. Para desgracia de los promatrimonio, el asunto no es de datos. Digamos las cosas como son, se�or Presidente. Cuando ser homosexual constitu�a la forma m�s r�pida de morir en la hoguera; cuando todos los j�venes eran casados a la fuerza con quienes sus padres decid�an; cuando para tener alguna aspiraci�n social y econ�mica era obligatorio casarse, hab�a parejas que conviv�an. Aun cuando se derogase el art�culo 102 del C�digo Civil y todas las parejas pudieran casarse, muchas elegir�an convivir. �Esa es la realidad! �Y por qu� sucede aquello? Porque la persona no vive en pareja para cumplir el rol que le han impuesto, sino para estar con alguien a quien ama. Y la pareja permanecer� junta mientras dure el amor, no mientras la obligue un papel o un supuesto "rol social". En la pr�ctica, si hay un motivo por el cual la gente no se casa aun cuando pueda hacerlo es porque el matrimonio en s� tiene poco que ver con el amor. Las personas se casan porque la legislaci�n actual presenta una serie de atractivos que tornan "rentable" o "conveniente" el matrimonio o porque tienen convicci�n al respecto. Algunas lo hacen para tener una residencia; para acceder a cierto estatus; para sumar puntos a los efectos de obtener un subsidio; para cumplir exigencias del colegio de los ni�os, o para contraer un v�nculo formal. Si esos atractivos o ventajas son indispensables para determinado proyecto o para satisfacer alguna necesidad, la gente se casar�. �Cu�l es el punto de conflicto para los convivientes? Que est�n en desamparo legal. Para obligar a la gente a casarse a fin de que cumpla su rol social, se pretende que esas "ventajas" y dichos "atractivos" legales (derechos de herencia, patrimonio, salud, etc�tera) solo sean exclusivos para quienes firman el contrato conyugal. Con el prop�sito de desestimar la necesidad de un AVP, se alega que hay jurisprudencia y mecanismos legales para garantizar los derechos m�nimos de una pareja que convive. Pero esa jurisprudencia y tales mecanismos legales est�n enturbiados por la imposici�n de que las parejas "cumplan con su rol" y porque estos mecanismos est�n dispersos en diferentes normas: C�digo Procesal Penal, C�digo Civil, C�digo Penal, ley de Violencia Intrafamiliar, ley de Tribunales de Familia, ley de revalorizaci�n de fondos de pensiones, ley de Accidentes del Trabajo. Adem�s, si de algo no podemos alardear es de una jurisprudencia clara. Por ejemplo, en sentencia de 6 de abril de 1994, la Corte Suprema se�al�: "Existiendo una relaci�n de convivencia permanente entre un hombre y una mujer, y adquirido un bien ra�z en esa �poca, que les permiti� vivir juntos y bajo el mismo techo, se produce entre ellos una comunidad de bienes". Por el contrario, en sentencia de 23 de diciembre de 1996, la Corte de Apelaciones determin� que "el haber existido un concubinato de m�s de 20 a�os entre dos personas, es ineficaz para dar por sentado que los bienes que aparecen integrando el patrimonio de una, hayan pertenecido a una comunidad entre ambos". En virtud de otra sentencia de la Corte Suprema, de 2012, una mujer cuyo conviviente muri� fue compensada sobre la base de la equidad, pero el fallo, en s�, viola la Ley de Matrimonio Civil, que establece que la compensaci�n econ�mica corresponde solo si el matrimonio� El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Dispone de un minuto para concluir, Su Se�or�a. La se�ora RINC�N.-� termina por divorcio o nulidad. Mucha atenci�n han puesto los detractores en la separaci�n de las parejas de hecho, como una manera de reforzar lo "desechable" de estas uniones. Pero �qu� pasa cuando uno de los convivientes muere? En Chile, si hay legitimario, solo una cuarta parte de los bienes se puede otorgar por testamento a la pareja. �Es justo que una persona homosexual negada por sus padres durante los 30 a�os que ha vivido con alguien del mismo sexo sepa, al morir, que todo lo que ha construido con su pareja ir� a parar a quienes lo rechazaron? �De verdad a alguien le parece justa esa situaci�n? El acuerdo de vida en pareja no es perfecto. Pero dejemos de ser hip�critas: existe un vac�o legal que ha perjudicado a millones de chilenos desde los tiempos de Pedro de Valdivia, y hoy damos un paso en el sentido correcto. Por eso, voto a favor. Y aprobar� tambi�n el proyecto de ley sobre matrimonio igualitario cuando sea sometido a nuestra consideraci�n. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mu�oz Aburto. El se�or MU�OZ ABURTO.- Se�or Presidente, el pa�s viene avanzando desde hace a�os en la superaci�n de diversas formas de discriminaci�n existentes en nuestra sociedad. Por razones de distinta �ndole, esta se ha caracterizado por mantener situaciones de postergaci�n y diferenciaci�n que afectan a muchas personas y resultan hoy inaceptables. Como ejemplo se puede se�alar la odiosa distinci�n entre hijos leg�timos, naturales e ileg�timos, la cual persisti� por d�cadas y solo fue eliminada hace unos a�os. Cost� mucho terminar con ella. Se manifestaron reticencias y argumentos encendidos. Vale la pena recordar algo de ese hito, por el tipo de fundamentaci�n expuesta y que resulta extraordinariamente similar a mucho de lo que se escucha hoy. As�, el entonces Diputado se�or Bombal expresaba, en su intervenci�n en la C�mara: "No tengo duda alguna que al borrarse arbitrariamente toda diferencia en materia de filiaci�n, estaremos debilitando para siempre la instituci�n del matrimonio, naturalmente llamada, por antonomasia, a ser el cauce �tico y legal m�s propio para constituir una familia.". Agregaba posteriormente: "Con este proyecto habremos incorporado al grupo familiar a terceras personas de un modo completamente diferente a aquel que hasta ahora conoc�a nuestro ordenamiento jur�dico". El Senador se�or Alessandri, en tanto, manifestaba: "Tambi�n es l�gico deducir que la madre leg�tima, adem�s de ver disminuidos los derechos que le corresponden en raz�n de ser una mujer casada, pierde respetabilidad y jerarqu�a social, pues, al ser todos los hijos iguales, la madre ileg�tima se le equipara en cierta forma, adquiriendo la conviviente un nuevo status social y econ�mico que mejora el anterior, que le permitir� disputar en condiciones semejantes los derechos de sus hijos ileg�timos con los de los hijos y madre leg�timos". "Los bienes comunes en el matrimonio -conclu�a- son la resultante del trabajo del padre y de la madre. �Cu�l es la raz�n para que tengan que compartirlos con los hijos ileg�timos?". Se mencion� entonces que la igualdad constitu�a una amenaza para el matrimonio y la familia; que se incorporaban personas ajenas al hogar; que se estaban igualando situaciones diferentes. Todo ello, unido a valoraciones religiosas, �ticas y morales y a acusaciones de la m�s distinta �ndole a los impulsores de la medida. Hoy se ha eliminado esa odiosa diferenciaci�n. Nuestra sociedad avanz�. Millones de ni�os, j�venes y adultos han visto reconocidos sus derechos. Y no se han producido los apocal�pticos efectos que se supon�an. As� tambi�n, lo que se encuentra hoy en discusi�n es otra muestra de una sociedad que avanza en el reconocimiento de la igualdad entre sus integrantes. El Estado y sus instituciones, por mandato constitucional, deben establecer las garant�as que aseguren a todos los habitantes su mayor realizaci�n material y espiritual posible, y otorgar las condiciones que lo permitan. Ello no se logra hoy en la situaci�n de miles de parejas del mismo sexo y tambi�n heterosexuales que han decidido unir sus vidas en una forma distinta del matrimonio. Los efectos de esta omisi�n jur�dica son m�ltiples y conocidos, no siendo necesario ahondar en demas�a. Existen problemas evidentes, vinculados al parentesco y al r�gimen sucesorio. El caso m�s dram�tico es el de miles de personas homosexuales que, al no poder testar a sus parejas m�s del 25 por ciento de sus bienes, ven c�mo la mayor parte de ellos quedar� en poder de quienes en vida les rechazaron y denigraron. Igualmente se registran dificultades relacionadas con el r�gimen patrimonial y la administraci�n y destino de bienes adquiridos en comunidad. Tambi�n se plantean cuestiones de orden dom�stico, de la vida cotidiana, pero tremendamente relevantes y sensibles, tales como la voluntad para la donaci�n de �rganos, el ingreso en calidad de familiar a hospitales y las decisiones que tienen que ver con la sepultaci�n. Es hora de enfrentar ello con decisi�n y de avanzar en la superaci�n de la diferencia. No hay raz�n alguna para que personas de igual o de distinto sexo que deciden tener una vida en com�n no puedan regular ante la ley su situaci�n personal y el r�gimen de bienes. Destaco la importancia de que la normativa en discusi�n incluya la definici�n de un estado civil, entendido este como "la posici�n que una persona ocupa en la sociedad en funci�n de sus relaciones de familia, de la cual emanan obligaciones y derechos". Ello se refiere a las relaciones filiales y de pareja que adopten o generen las personas. Si el acuerdo de vida en pareja ser� un estatuto que regular�, como en el matrimonio, la vida afectiva, no hay raz�n alguna para que no produzca tambi�n efectos en materia de estado civil. Establecer este estado civil contribuir� a darle solidez al v�nculo que se crea, a trav�s de la imposibilidad, por ejemplo, de suscribir otro acuerdo similar; redundar� en efectos civiles importantes, como en el r�gimen sucesorio, e introducir� prohibiciones e inhabilidades relevantes, con consecuencias en los �mbitos civil, penal y administrativo. Por tanto, no puedo sino manifestar mi satisfacci�n por este nuevo progreso en la larga lucha de nuestro pa�s contra toda forma de discriminaci�n, as� como tambi�n en la formalizaci�n de miles de relaciones de pareja que han esperado por d�cadas el respaldo de la ley y del Congreso. No es, con todo, una tarea agotada. Sabemos que quedan pasos por dar y avances que se deben seguir materializando en los pr�ximos a�os. Hago notar, adem�s, que no debe perderse de vista que estamos ante un enorme desaf�o, esencialmente cultural antes que legal, el que nos impone la necesidad de seguir desterrando patrones o estereotipos que afecten la dignidad de grupos o de individuos. Se equivoca el que cree que la realidad se cambia con leyes. Estas ayudan, pero son solo un �mbito. Es fundamentalmente la persistencia de varias generaciones en estos objetivos la que ha generado y seguir� generando resultados, como lo hemos visto en los �ltimos a�os. Cabe reconocer, en este sentido, el trabajo y empe�o de organizaciones y ciudadanos que han dedicado su tiempo a la noble tarea de luchar contra la discriminaci�n y desigualdad. Aun con los problemas que persisten, el pa�s es hoy, gracias a todos, una sociedad m�s inclusiva que hace solo unos lustros. Estamos dando un paso importante, que favorecer� a miles de compatriotas, quienes podr�n regular su situaci�n, tanto en materia de bienes cuanto personal, al generarse un estado civil que les amparar� y proteger�. Por el bien de Chile, voto a favor. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Rossi. El se�or ROSSI.- Se�or Presidente, pr�cticamente todos los que han intervenido en esta sesi�n ya lo hicieron tambi�n en la anterior. Me alegro de que esta vez podamos votar el proyecto. Sin duda alguna, el acuerdo de vida en pareja presenta un valor muy grande, por reconocer formas de construir familia que van m�s all� del matrimonio. En efecto, asimismo ese v�nculo puede ser originado por uniones no matrimoniales. Y, desde esa perspectiva, es una buena noticia la de que se avanza en esta direcci�n. No puedo compartir el argumento del Senador se�or Hern�n Larra�n en el sentido de que solo se resuelven los problemas de las relaciones entre personas del mismo sexo, porque, evidentemente, no todas las familias ni las parejas aspiran al matrimonio o desean contraerlo. Basta considerar los distintos tipos de relaciones sentimentales, emotivas, afectivas existentes en la sociedad: el pololeo, el noviazgo, el matrimonio, la convivencia. Lo que estamos haciendo hoy d�a es establecer una regulaci�n para un grupo muy significativo de personas que se encuentran absolutamente desprotegidas: los convivientes, tanto homosexuales como heterosexuales. Y, en este sentido, resulta muy importante el valor que se da desde la perspectiva de la institucionalidad que se est� creando. El proyecto es, de alguna manera, fundacional. Por eso es tan relevante asignar la dignidad que debe tener un contrato de la naturaleza del que nos ocupa. De ah� que vamos a presentar algunas indicaciones, como la de establecer la modificaci�n, aunque parezca algo meramente formal, respecto de convivientes y contratantes. A ello asimismo obedece que hayamos dicho que el acuerdo de vida en pareja deber�a significar un cambio de estado civil. Eso es tan evidente como el hecho de que quien haya resuelto celebrarlo no pueda contraer matrimonio. Y pensamos que no debe verificarse en una notar�a. Por lo mismo, tiene que empezar a regir desde el d�a uno. Siempre se deber� materializar frente a un oficial del Registro Civil. En igual sentido, hemos manifestado que, dada la dignidad de contratantes o convivientes, necesariamente debe establecerse un sistema de cese unilateral que se haga cargo de dicho aspecto y no consista, lisa y llanamente, en una carta certificada o declaraci�n en una notar�a. �Qu� quiero se�alar con lo anterior? Que el acuerdo de vida en pareja no es un contrato comercial cualquiera: involucra afectos y sentimientos. No basta con hacerse cargo, entonces, de la cuesti�n patrimonial, sucesoria, en fin. Mas tambi�n me parece pertinente consignar que, desde cierto punto de vista, el acuerdo de vida en pareja viene a significar una consagraci�n de una injusticia parcial para personas del mismo sexo -y ah� hago el distingo- que s� deseen construir familia a trav�s del matrimonio. Al art�culo 102 del C�digo Civil le doy una, dos, tres vueltas, �pero en el siglo XXI! Porque si me hubiera tocado vivir en el siglo XIX, cuando las mujeres no estudiaban ni trabajaban, o antes de 1952, en el siglo XX, cuando no votaban en elecciones parlamentarias, a lo mejor tendr�a una mirada distinta. Llama la atenci�n que en pleno siglo XXI haya quienes sostengan que el matrimonio es para personas de distinto sexo. �Por qu�? Adem�s, se trata de un contrato que, en el aspecto pecuniario, entrega beneficios a quienes lo celebran. Se podr�a argumentar en el sentido de que si alguien paga impuestos, �por qu� no tiene derecho a casarse con alguien del mismo o de distinto sexo? �Acaso afecta la moral p�blica el que una pareja de homosexuales contraiga el v�nculo? �Ello incide en la vida de un tercero? Estimo que impedirles el matrimonio es una forma de violaci�n de los derechos humanos en el mundo moderno, as� como tambi�n de discriminaci�n. �Por qu� esto �ltimo? Porque la discriminaci�n no es otra cosa que reconocer menos derechos humanos, en virtud de caracter�sticas externas, como la orientaci�n sexual en el caso que nos ocupa. Lo mismo rige respecto de la adopci�n. �Qu� es lo importante en quien se queda con un hijo o lo cuida y cr�a? �El g�nero, la orientaci�n sexual, o el afecto, el cari�o y los valores que se entregan? �En esto �ltimo radica el bien superior del ni�o! �Qu� tiene que ver con ello la orientaci�n sexual de sus padres? En consecuencia, vamos a presentar una serie de indicaciones tendientes a fortalecer la institucionalidad del acuerdo de vida en pareja justamente conforme a lo que estamos mencionando, es decir, la dignidad de dos personas. �Qu� pasa con el hijo criado en el hogar com�n cuando, en una relaci�n de convivencia en la que media un acuerdo de vida en pareja, fallece uno de los integrantes que es su padre o madre? �El tribunal de familia se lo entregar� a un t�o a quien nunca le ha importado o a alg�n pariente alcoh�lico? �Eso es mejor a que la tuici�n le corresponda al conviviente que sobrevive, quien lo cri� y le entreg� cari�o, amor, afecto? �Qu� es m�s importante hoy d�a -es la pregunta que tenemos que hacernos- en nuestra sociedad? La �tica social es cambiante. �Pas� el tiempo de la censura! �Pas� el tiempo en que la violencia intrafamiliar era un asunto de la vida privada! �Pas� el tiempo en que se toleraban el acoso sexual o el laboral! �Pas� el tiempo en que las mujeres no ten�an derecho a voto! �Pas� el tiempo en que se penalizaba la sodom�a! �El de ahora es el tiempo de la libertad y la democracia! Por eso, voy a votar a favor... El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Dispone de un minuto para concluir, se�or Senador. El se�or ROSSI.-� y a seguir impulsando, con mucha fuerza, como muchos otros colegas, el matrimonio igualitario, para que tengamos una democracia de verdad, en la que haya igualdad de oportunidades y de derechos. Gracias. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Puede intervenir el Honorable se�or Garc�a-Huidobro. El se�or GARC�A-HUIDOBRO.- Se�or Presidente, estimados colegas, en primer lugar deseo advertir que, por muchas leyes que existan, los resultados pueden ser muy distintos de los que se persiguen. Por ejemplo, la inscripci�n autom�tica iba a ser casi milagrosa: tendr�amos a todo el mundo incorporado. En el caso de los que a�n no tomaban la decisi�n de cumplir el tr�mite en los registros electorales, entonces, hab�amos encontrado el mejor m�todo. Resultado: menos vota la gente. A mi juicio, aqu� puede pasar exactamente lo mismo. El argumento que se esgrime en relaci�n con el proyecto es que un poco m�s de dos millones de personas conviven. Pero �por qu� lo hacen? Porque lo han resuelto as�. Y ahora se quiere formalizar algo opuesto a la determinaci�n a la cual los mismos interesados han llegado -el motivo que les asiste es natural: tienen libertad para hacerlo- y para lo cual existe, si se desea recurrir a ella, la instituci�n del matrimonio. En ese sentido, creo que se va mucho m�s all� de las razones se�aladas en la propuesta tanto del Gobierno como de la misma Comisi�n. Me parece que se quiere cambiar un modelo de sociedad. �Seamos francos! Y todos tenemos que ser tolerantes en la materia, lo que acepto. Le hago presente al Senador se�or Escalona, en cuanto a su alusi�n a quienes han defendido el matrimonio como instituci�n, como es el caso de los evang�licos, que tal punto de vista forma parte de la libertad que tenemos en el pa�s para poder dar a conocer nuestras opiniones. Por lo tanto, quiero valorar, aunque a lo mejor no estemos todos de acuerdo al respecto, la posibilidad de que ellos tambi�n ejerzan el derecho a expresarse. Y eso no es intolerancia, Su Se�or�a. �Todos los chilenos...! El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Dir�jase a la Mesa, se�or Senador. El se�or GARC�A-HUIDOBRO.- Lo expongo por su intermedio, se�or Presidente. Dec�a que todos los chilenos podemos dar a conocer nuestras opiniones y participar en la discusi�n que se lleva a cabo en el Congreso. Aunque se va a aprobar la idea de legislar, el Senador que habla -y lo dice con todo orgullo- va a votar en contra con un convencimiento absoluto, por estimar que no se va a favorecer a nuestra sociedad. No podemos tener matrimonios de primera, de segunda o de tercera categor�a. La instituci�n de la familia, por lo menos en el pa�s en que vivimos, es muy importante, y no solo considerando la misma estabilidad de ella, sino tambi�n la de quienes son el fruto del amor en su seno. Para m�, el matrimonio es entre un hombre y una mujer. Atribuirle una caracter�stica distinta, como se est� haciendo ahora, creo que es bajarle el nivel. Porque, miren, para la venta de un auto, ambos contratantes deben acudir al Registro Civil; es decir, se necesita la aprobaci�n de los dos. Pero para terminar un acuerdo de vida en pareja bastar�a con enviar una carta certificada. �Esa es la solemnidad que se est� dando! �Esa es la seriedad que se le quiere dar a una instituci�n b�sica, paralela al matrimonio? Creo que se est� cometiendo un error profundo, cuyas consecuencias no las viviremos nosotros, sino las generaciones venideras y, posiblemente, los hijos que resulten de estos acuerdos de vida en pareja. Yo me pregunto si un AVP no tiene l�mite. Solo lo tendr�a si uno de los convivientes se casara por su cuenta -ah� morir�a ese acuerdo-, o le comunicara al otro que ha iniciado una nueva vida en pareja. Con todo el respeto que tengo por ustedes, porque s� que se va a aprobar el proyecto, creo que a la larga la historia demostrar� que no ser� positivo para el pa�s, por muy buenas que sean las intenciones. Es cosa de leer el art�culo 2�, que dice: "Tampoco podr� celebrar el acuerdo aquella persona que est� sujeta a v�nculo matrimonial o a un acuerdo de vida en pareja vigente". Una de las razones esgrimidas para acceder a la uni�n es que hay quienes han convivido durante mucho tiempo -20, 30 a�os-, despu�s de haber contra�do matrimonio y de haberse separado y que, como bien lo han planteado varios Senadores, no vieron nunca m�s su c�nyuge y no pudieron, por tanto, disolver su v�nculo mediante divorcio. Y resulta que ahora esas personas no tendr�n derecho a usar este instrumento. Lo dice expresamente la norma. Lo importante, en mi opini�n, es pensar en qu� sociedad queremos. Eso es lo que me preocupa. El matrimonio es entre un hombre y una mujer, y su objetivo es dar estabilidad emocional, brindarles amor a los hijos, proporcionarles una vida lo m�s digna posible. Creo que ese es el modelo de sociedad que debemos preservar. Por lo tanto, se�or Presidente, con todo orgullo, voto en contra del proyecto. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Pizarro. El se�or PIZARRO.- Se�or Presidente, en primer lugar, quiero manifestar mi acuerdo con la idea de legislar en esta materia. Chile, tal como lo conocemos, ha cambiado significativamente en los �ltimos a�os. Cada d�a m�s la ciudadan�a entiende a la familia ya no solo desde una visi�n r�gida, �nica, sino con un sentido m�s amplio, que abarca diversos tipos de v�nculos afectivos que no se limitan �nicamente al matrimonio. Adem�s, las parejas se casan menos: o viven juntas, o postergan su decisi�n por una opci�n personal. Por consiguiente, las uniones de hecho han aumentado notoriamente en nuestra sociedad y son una realidad. Fundamentalmente, se trata de parejas heterosexuales, pero tambi�n hay un n�mero cada vez mayor de parejas del mismo sexo. Frente a tal situaci�n, hay dos opciones. Una de ellas es dejar las cosas como est�n, lo que significa que cada vez un n�mero mayor de personas estar� carente de protecci�n o de regulaci�n legal desde todo punto de vista. Siendo as�, quedar�an sin regulaci�n o regir�an las reglas generales -que no necesariamente responden a las aspiraciones de estas parejas- respecto de la situaci�n patrimonial entre ambos contrayentes; los frutos de la vida en pareja o la convivencia; la divisi�n de roles, que deja a un miembro m�s que al otro como encargado de la provisi�n econ�mica. Se deja sin regular tambi�n el aspecto sucesorio o hereditario. Se deja sin regular la protecci�n que el sistema previsional o de salud asigna a las parejas de los cotizantes ante diversas circunstancias. Se deja sin regular las situaciones que involucran a terceros, tanto desde un punto de vista econ�mico como desde la perspectiva familiar. Me parece que dejar las cosas como est�n, se�alando solamente que la �nica alternativa es el matrimonio, no contribuye a incentivar el contrato matrimonial. Lo �nico que hace, en definitiva, es establecer una desprotecci�n y una inseguridad jur�dica en las relaciones de pareja. Por eso, creo que legislar en esta materia no solo es positivo, sino que resulta indispensable. Las parejas unidas por v�nculos afectivos, sean de la orientaci�n sexual que sean, deben contar con herramientas que brinden protecci�n entre ellas y frente a terceros. Creo tambi�n que este contrato debe hacerse extensivo a todas las parejas, no solo a las del mismo sexo, como aqu� se ha planteado. Pretender que se aplique �nicamente a las parejas homosexuales ser�a profundizar la discriminaci�n que hoy d�a est�n sufriendo estas. Ello ser�a m�s grave a�n porque estar�amos usando la propia ley como un instrumento de segregaci�n o de discriminaci�n. Por eso, apoyo la idea de legislar en esta materia, se�or Presidente. Sin duda, los mejoramientos que se han hecho con motivo del estudio de proyectos que se han presentado han ido enriqueciendo el texto que estamos debatiendo. Las iniciativas enviadas a la Comisi�n de Constituci�n eran claramente insuficientes. De ah� que se formularan indicaciones que permiten regular y fortalecer los derechos de los chilenos, hombres y mujeres del mismo o de distinto sexo que viven en com�n. Es fundamental que el acuerdo de vida en pareja genere el estado civil de conviviente. �Puede alguien creer razonable que, luego de firmar un AVP, se considere soltera a la persona para todos los efectos legales? �Tiene sentido, l�gica, que una persona llegue al hospital a ver a su pareja enferma y se la considere soltera para esos efectos, sin reconocerle v�nculo alguno con quien suscribi� el contrato de acuerdo de vida en pareja? Por esa raz�n, despu�s de un largo debate, se logr� incorporar el estado civil dentro del texto del proyecto de ley, ya que resultaba impensable regular relaciones familiares sin el debido reconocimiento jur�dico de los deberes y derechos que emanan de este contrato. Es fundamental tambi�n que el contrato se firme ante un oficial del Registro Civil y se inscriba en un registro p�blico. Si no, no habr�a forma de controlar la multiplicidad de acuerdos de vida en pareja que podr�a tener una misma persona, con el fraude que significar�a frente a otras parejas o frente a terceros. A su vez, es importante entregar una solemnidad especial para estos contrayentes. Si se pretende regular un contrato que supera con creces los contenidos privados de �ndole patrimonial, creemos que el oficial del Registro Civil es el funcionario m�s id�neo ante quien celebrarlo. Asimismo, resulta primordial que se cuente con acceso a la diversidad de reg�menes patrimoniales. Es de toda l�gica. Si uno de los principales efectos de este contrato es disponer de una forma clara de administrar el patrimonio, nada justifica restringir las alternativas. Lo obvio es dar acceso a todas las opciones disponibles. Estimo, adem�s, que las controversias que se generen a prop�sito de un acuerdo de vida en pareja deben ser vistas por los tribunales de familia, porque todo lo relativo a materias de estado civil y de familia debe ser conocido por dichos �rganos jurisdiccionales, que tienen las especialidades, los profesionales y la infraestructura para abordar ese tipo de asuntos. Se�or Presidente, son varios los antecedentes por los cuales resulta fundamental legislar en este �mbito. En seguida, quisiera rescatar la modificaci�n que se logr� introducir en materia sucesoria. Se elimina el plazo en que empezar�an a regir los derechos de cada uno de los miembros de la pareja que firme un acuerdo de vida en com�n. En este sentido, me parece esencial que los efectos y los derechos empiecen a regir inmediatamente y no tengan un plazo que vaya m�s all� de lo que los mismos contrayentes estimen necesario. Se�or Presidente, este es, tal vez, uno de los temas que han generado m�s discusi�n en nuestra sociedad. Y pienso que el Senado ha llevado a cabo un debate, un di�logo sumamente importante para poder legislar. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Termin� su tiempo, se�or Senador. Le voy a dar un minuto adicional. �No porque sea el Presidente en ejercicio debe tener alg�n tipo de privilegio�! El se�or COLOMA.- �Es v�ctima de su propia rigurosidad�! El se�or PIZARRO.- �El que a hierro mata, a hierro muere�! Aplique el Reglamento, no m�s, se�or Presidente. No hay problema. Solo quer�a destacar, al final, que el debate que se ha llevado adelante en la Comisi�n, con la participaci�n de distintos actores, organizaciones, la intelectualidad y el mundo acad�mico, da cuenta de la realidad de la sociedad chilena actual, de los diferentes tipos de familia que la componen y que viven en nuestras ciudades, que buscan generar familias a trav�s de una relaci�n afectiva de pareja, de personas de distinto o del mismo sexo que merecen tener la protecci�n jur�dica necesaria para lograr una mejor calidad de vida. Voto a favor, se�or Presidente. El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Navarro. El se�or NAVARRO.- Se�or Presidente, este es un debate llamado a hacer historia. Tuvieron que pasar m�s de cien a�os para que se pudiera aprobar el divorcio en Chile. No se le quer�a dar curso. �Fueron cien largos a�os negando una realidad que existe: las parejas se separan! Y no hab�a ning�n mecanismo que regulara la situaci�n, raz�n por la cual hab�a que recurrir a la ilegalidad, a la creatividad y al alto costo de los abogados para poder encontrar una figura que reflejara dicha realidad: que la gente se separaba, porque se terminaba el amor o simplemente por conveniencia. En definitiva, esta negaci�n de la realidad me lleva a reflexionar. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Existe una visi�n sacrosanta del matrimonio, el cual ha sido idealizado. Se lo ha visto como garant�a de felicidad, de seguridad, de estabilidad, de continuidad. Pero no es as�. El matrimonio no garantiza ninguna de esas condiciones. Lo que garantiza la unidad es el amor. Cuando las parejas sienten amor, se mantienen unidas; cuando este se acaba, termina el matrimonio, salvo que haya un inter�s de por medio. Por lo tanto, decir que el matrimonio, como referente, es la instituci�n que posibilita la estabilidad, contrasta con la realidad. El 52 por ciento de los ni�os nacen fuera de este v�nculo en Chile. La pregunta es si cabe se�alar, tal como sostuvo un intendente de mi Regi�n, que el inconveniente de la juventud actual es que los hijos nacen fuera del matrimonio, y que por ese hecho puntual se encuentran condenados a ser distintos de los dem�s, a ser ni�os problema. La verdad es que tengo amigos con matrimonios muy bien formados, perfectos, cuyos hijos manifiestan graves inconvenientes. Y tambi�n conozco parejas que conviven con hijos envidiables: formales, respetuosos. Creo que esta ocasi�n es propicia para reflexionar sobre el fondo del asunto y ver qu� es lo que se quiere. Cuando en Chile se anunci� que habr�a educaci�n primaria obligatoria, los partidos de Derecha de la �poca dijeron: "�Se van a despoblar los campos!". Se se�al� que si los ni�os estudiaban obligatoriamente, no iba a haber qui�n trabajara la tierra. Y los conservadores de entonces -hablo de 1920- se opusieron a lo que planteaban Dar�o Salas, Mac-Iver, en cuanto a que deb�a haber educaci�n primaria obligatoria, considerando que en Chile exist�a un mill�n 600 mil analfabetos. Siento que hay resistencia a los cambios. Como aqu� se ha sostenido, el conservadurismo es miedo a los cambios. Pero yo les tengo una noticia: los cambios ya ocurrieron. �El 52 por ciento de los ni�os nace fuera del matrimonio! �Hay ley de divorcio y la gente se separa! En definitiva, estamos constatando algo tard�amente y legislando sobre una realidad que est� ah�: la gente convive y lo hace por a�os, y est� en desventaja, en desamparo, porque no hay una legislaci�n que la proteja. El a�o 94 murieron 21 mineros en Schwager debido a una explosi�n de gris�. Yo estuve en el velorio. Hab�a mineros que llevaban 40 a�os separados de sus c�nyuges. Sin embargo, estas llegaron y se fueron con los ata�des, dejando en completo abandono a las convivientes y sus hijos. Yo recuerdo titulares de la cr�nica roja que dec�an: "Lo pillaron junto a su conviviente". Era un estigma ser conviviente. Cuando en los censos le preguntaban a un individuo si se hallaba en tal condici�n, todos lo negaban. Yo siento que esta ley ayudar� a borrar ese estigma y a valorar a las personas en su total dimensi�n. En tal sentido, se�or Presidente, creo que damos un paso muy importante en materia de igualdad, de legislar sobre lo que la realidad nos pide y de reconocer que hay distintos tipos de familia: los tuyos, los m�os y tambi�n los nuestros. Hay familias diversas. �Esa es la realidad! No hay una familia ideal, �nica. Son distintas, pero todas tienen los mismos derechos. Todos los hijos y todas las parejas deber�an tenerlos. Aqu� se ha hecho un esfuerzo. Y quiero hacer un reconocimiento a todos quienes han participado, a los que han impulsado el debate sobre esta materia, incluso desde las bancas de enfrente; al Senador Espina, al Senador Rossi. Se ha hecho un esfuerzo que yo valoro, con el objeto de establecer un cambio profundo, que para algunos podr� tener un significado, y para otros, uno distinto. Lamento que la UDI, en particular, tenga la visi�n que ha manifestado. Por supuesto, tienen derecho a tenerla, y se la respeto. Est� aqu�, para ser debatida. Ya veremos qu� dice la Sala cuando conozca las indicaciones. Pero lo claro es que el acuerdo de vida en pareja se convertir� en ley; en una ley que le har� bien a Chile, a la familia. En mi opini�n, nos va a volver m�s sinceros. Porque lo otro es hipocres�a, es meter estos problemas debajo de la alfombra. Lo justo y necesario, en una sociedad que convive y se mira a los ojos, es reconocer lo que somos. Y lo que somos nos indica que hay diversas familias, que hay convivencia en pareja, y que, en definitiva, los chilenos adoptan la mejor manera de ser felices. Para algunos ser� el matrimonio, lo cual respeto. Y por eso la gente se casa y organiza su boda, aunque algunas de estas son m�s largas de lo que dura el matrimonio, porque a los dos meses los c�nyuges ya est�n separados. Duran la nada misma. �Tenemos ejemplos cercanos�! Por eso, se�or Presidente, siento que este proyecto de ley sincera el alma nacional, nos hace ser mejores al reconocer nuestra realidad. Lo que tenemos que hacer los parlamentarios es legislar sobre la realidad, no sobre lo et�reo. Y la realidad nos indica que esto existe y que hoy lo estamos regulando para proteger los derechos de las personas. Yo celebro que el Senado vaya a aprobar esta iniciativa, que viene a saldar una deuda tremenda que ten�amos con una parte importante de la sociedad, con los heterosexuales y tambi�n con quienes viven con parejas del mismo sexo y tienen los mismos derechos y dignidad, tal como aqu� se ha dicho. �Patagonia sin represas! �Nueva Constituci�n, ahora! �No m�s AFP! El se�or G�MEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Coloma. El se�or COLOMA.- Se�or Presidente, yo creo que este es un debate importante. No porque uno tenga una posici�n que probablemente no sea la de la mayor�a no va a considerar importante la discusi�n. Por ello, quiero partir revindicando lo que ha hecho la UDI en t�rminos de facilitar que este debate se verificara, y no -como algunos pretend�an- haber votado este proyecto hace dos semanas despu�s de que hab�an hablado cinco parlamentarios. Ahora han intervenido treinta. No obstante, eso no fue problema para que algunos, desde las bancadas del frente, caricaturizaran, junto a los periodistas, nuestra forma de actuar en pol�tica. A m� me interesa que los temas se debatan, se discutan. Y me parece altamente grave que cuando uno trate de hacer eso se confunda a la opini�n p�blica dici�ndole que aqu� hay un grupo de personas que est�n haciendo zancadillas respecto de determinada discusi�n. A mi juicio, la mejor forma de comprobar lo que estoy se�alando es lo que ha ocurrido esta tarde: en vez de haber votado esta iniciativa con la participaci�n de solo cinco Senadores -tengo la lista-, lo vamos a hacer habiendo intervenido treinta. Creo que esa es la manera de actuar transparentemente en Chile. Dicho eso, se�or Presidente, paso a abocarme al tema que nos ocupa. �Qu� se pretende con esta legislaci�n? B�sicamente, regular institucionalmente situaciones de hecho vinculadas a la convivencia afectiva no matrimonial y que, en lo medular, se concentra -esto es m�o- en cuatro elementos fundamentales: regular los problemas patrimoniales que surgen a su t�rmino; establecer anticipadamente aspectos personales vinculados a los afectos y patrimonio de una pareja; buscar normas que indirectamente ayuden a las prestaciones sociales mutuas dentro de una relaci�n de dos personas que se tienen afecto, y, lo m�s importante, generar una nueva instituci�n. Entonces, desde mi perspectiva al menos, la reflexi�n que corresponde es cu�ndo se debe generar una instituci�n. No basta simplemente ir constatando una realidad para luego dar origen a una institucionalidad. Porque, si no, quiere decir que el Derecho o la capacidad social de ordenar conductas -o por lo menos orientarlas- va a ir siempre detr�s de lo que en una sociedad, en un momento determinado, pueda ocurrir. Y las sociedades, igual que los parlamentarios, se equivocan y mucho. Por eso la reflexi�n es importante. Desde mi punto de vista, tienen que darse a lo menos dos condiciones esenciales: que haya una necesidad excluyente e indispensable de regulaci�n; y, segundo, que los efectos que esta produzca no sean peores que los beneficios que pretende. As� las cosas, cabe preguntar: �es indispensable esta iniciativa? Desde mi modesta visi�n, todo lo que se busca lograr a trav�s del AVP es perfectamente posible conseguirlo mediante la actual legislaci�n. Se habla de los efectos patrimoniales. Perd�n, pero aqu� mismo se ha legislado respecto de los t�rminos de la convivencia. Y la jurisprudencia chilena asegura los derechos rec�procos de quienes conviven, siendo la necesidad de probar el esfuerzo com�n la esencia de lo que al final se dispone. O sea, si ese es el problema, est� resuelto. Una segunda l�gica tiene que ver con c�mo enfrentar situaciones patrimoniales no producidas a la muerte de alguien, sino dentro de la convivencia. Hoy d�a hay numerosa legislaci�n societaria, testamentaria que permite exactamente hacer todo lo que se pueda deducir respecto de esta institucionalidad. �Todo! Y, por �ltimo, en cuanto a normativas nuevas que se pueden establecer, evidentemente no hay problema alguno en modificar el C�digo Civil respecto de los bienes familiares, de las cuartas de mejoras o de libre disposici�n o de la declaraci�n de herencia yacente; o enmendar el C�digo del Trabajo en lo relativo a la incorporaci�n de la convivencia en las remuneraciones que correspondan al trabajador fallecido; o los actos y contratos en lo que respecta a viviendas adquiridas con ayuda del Estado. Nada de eso requiere crear una nueva institucionalidad. Entonces, claramente esa no es la raz�n. La raz�n es otra: crear esta instituci�n nueva, distinta, que para algunos podr� dar satisfacci�n a una igualdad o a una necesidad afectiva, pero que, sin duda -y aqu� est� el tema de fondo-, genera efectos sociales que, al menos desde mi perspectiva, son equivocados. De partida, no se acaban los problemas descritos. Porque ninguna pareja que conviva va a estar obligada, eventualmente, a tener adem�s un AVP. O sea, vamos a tener los matrimonios, los AVP y los convivientes. Eso no se va a dar. Nadie puede ser obligado a cambiar de estado. Por lo tanto, la institucionalidad no va por ah�. Lo que se est� buscando al final es generar un equivalente paralelo al matrimonio y ojal� darle el mayor equilibrio posible. Y, seg�n mi parecer, eso obviamente afecta la familia matrimonial. El paralelismo, sobre todo en la heterosexualidad, debilita socialmente la estabilidad y permanencia de la instituci�n. Y permita el se�or Presidente que uno de repente pueda expresarse con m�s pasi�n. Es evidente que si hay un matrimonio y paralelamente existe algo muy parecido, pero que no tiene ninguno de los requisitos del primero y s� involucra mucho menos obligaciones, el incentivo social hace mucho m�s dificultoso seguir el camino no f�cil del matrimonio. Lo dijo un Senador que me antecedi� en el uso de la palabra: es un camino de esfuerzo, pero que, al final, tiene un sentido social muy positivo, particularmente respecto de los hijos. Aqu� se da una se�al distinta, en que pareciera que se opta m�s por facilitar los escenarios de convivencia y, por lo tanto, por debilitar la estabilidad matrimonial, que para m� es muy importante. En seguida, creo que tambi�n debe o�rse a los referentes morales del pa�s. El otro d�a me ocurri� algo que me sorprendi�: habl� de Dios en el Parlamento y me dijeron que era una exageraci�n hacerlo. Yo no lo considero una exageraci�n. Y me parece que los referentes morales de la Iglesias cat�lica y evang�lica son importantes en los debates p�blicos. Y es curioso que coincidan exactamente en estos puntos esenciales. Para ellas, la defensa del matrimonio no aparece arm�nica con la instituci�n que aqu� se pretende instalar. Por �ltimo, debo se�alar que esto es un paso al matrimonio homosexual. Yo creo que, instalado el AVP, se hace casi l�gico avanzar al estado siguiente. Si se parte de la premisa de que no hay razones de fondo para oponerse a la reglamentaci�n p�blica de esta convivencia, �por qu� alguien tendr�a que estar impedido de acceder al compromiso matrimonial? �Por qu� negar entonces la adopci�n? Yo creo que este es un paso vinculante, como lo reconocen algunos de los inspiradores de esta legislaci�n. Seg�n Pablo Simonetti, a quien he le�do, "La correcta conceptualizaci�n del AVP como un instituto de familia permitir� dar abrigo a millones de familias en el futuro, fijando de paso sus l�mites con el matrimonio, instituci�n a la cual tambi�n debieran acceder las parejas del mismo sexo". Entonces, en mi opini�n, aqu� se encuentra el tema de fondo. Y como yo soy profundamente contrario al matrimonio homosexual, por razones que cada uno respetar� -hay otros que pueden ser partidarios-, me parece que aprobar el AVP es indudablemente un paso equivocado, seg�n el sentido de lo que yo al menos pienso. Por eso, se�or Presidente, voto en contra. --(Manifestaciones en tribunas). El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Quintana. El se�or QUINTANA.- Se�or Presidente, el debate de esta tarde es una muestra muy clara de que Chile cambi�. Estamos en un Estado laico, pero es la primera vez desde el origen mismo de la Rep�blica que se permite a personas de igual o distinto sexo que comparten una vida en com�n el celebrar un acto solemne como el que aqu� se ha planteado, acto solemne que originalmente no se consignaba en el proyecto que se present�. Muchas veces uno, con raz�n o sin ella, critica al Gobierno. Yo estoy en la Comisi�n de Obras P�blicas, donde hemos visto el caso del puente sobre el r�o Cau Cau, en Valdivia, que se instal� con los brazos hidr�ulicos invertidos. Respecto de muchas materias, uno a veces plantea algunas cr�ticas. Sin embargo, hoy d�a tenemos ac� una decisi�n resuelta del Gobierno del Presidente Pi�era de echarle para adelante, m�s all� de la resistencia de algunos sectores m�s conservadores de la Derecha. Y digo "algunos sectores", porque, para ser riguroso, no es toda la Derecha, sino probablemente la misma que se va a oponer en el futuro a una nueva Constituci�n, a cambiar el binominal y seguir aferrada al modelo neoliberal creado en la Constituci�n del 80. Por lo tanto, este es un paso enorme, desde el punto de vista de la trascendencia y de los efectos que tiene. Aqu�, como muchos Senadores han planteado, ha habido una participaci�n del Gobierno, un compromiso presidencial. Pero, claramente, estamos ante un proyecto enriquecido en el debate parlamentario, en la Comisi�n de Constituci�n, con los Senadores de distintas bancadas. Tambi�n se dio la posibilidad de escuchar a la sociedad civil. Si no, nos hubi�semos quedado sin duda en un acuerdo de vida en pareja que solo regulara aspectos patrimoniales. Lo que hoy tenemos -lo dec�a muy bien el Senador se�or Zald�var- se relaciona con los derechos sucesorios, previsionales, apoyo mutuo, en fin, un conjunto de elementos que constituyen la protecci�n para personas que llevan una vida en com�n, donde hay afecto, cari�o, bondad y todos los atributos que uno puede imaginar en una familia que, como se se�al� ac�, ha evolucionado con el correr de los a�os. Entonces, este es un paso importante que nos debe hacer reflexionar, porque el debate se ha dado a ratos con una confusi�n de parte de nosotros mismos. Lo digo porque aqu� ha habido colegas que han querido imponer una mirada leg�tima, una convicci�n, una fe religiosa, en circunstancias de que quienes estamos en esta Sala somos representantes de la sociedad. A nosotros no nos ha enviado ac� un grupo religioso, por respetable que sea. Se�or Presidente, creo que nosotros no podemos olvidar lo que fueron las guerras cristianas de los a�os 1524 y 1697, que eran conflictos de intolerancia. Un prestigioso fil�sofo liberal, Karl Popper -al que algunos en esta Sala probablemente han le�do una y muchas veces, para justificar seguramente sus posiciones econ�micas, respetables desde luego-, nos se�ala que en una sociedad abierta no cabe la posibilidad de ser tolerantes con los intolerantes. En mi opini�n, eso cobra mucha vigencia en el actual debate. No podemos ser tolerantes con los intolerantes, porque estos �ltimos no han tenido respeto ni siquiera por quienes estamos ac�. Y no me refiero precisamente al se�or que se ubica en las afueras del Congreso con un meg�fono. Uno se pregunta igualmente: �C�mo es posible que esto ocurra y que al amparo de algunas creencias religiosas se pueda injuriar, calumniar y ofender a personas? Considero que esta discusi�n, probablemente, la pudimos haber tenido mucho antes. Sobre todo hay que ser justos. Hubo cierta convicci�n del Gobierno. Tambi�n Senadores de la actual Oposici�n presentaron muchos proyectos de ley de la Concertaci�n. De igual modo, hubo muchos avances durante su Administraci�n en varios �mbitos: movilizaci�n, superaci�n de la pobreza. Pero, cuando a veces hemos hecho autocr�tica, planteamos que hubo renuncias. Efectivamente fue as�. Y nosotros debimos haber avanzado con mucha anterioridad en una materia como esta. Hace tiempo ya -como dec�an algunos se�ores Senadores- que comprobamos que no se verifican matrimonios o que no se invita a nuevos, porque no se est�n celebrando. Lo que hay hoy en d�a, cada vez m�s, es mayor convivencia de personas de igual o de distinto sexo. Por eso, creo que esta es una gran noticia en el inicio del a�o, que representa una muestra de tolerancia y una decidida expresi�n del Senado en orden a terminar con cualquier tipo de discriminaci�n. Como se ha se�alado aqu�, es un avance que, probablemente, despu�s de futuros debates, en otro momento, en los pr�ximos a�os -a lo mejor en un tiempo no muy lejano-, dar� lugar a otro paso: extender el matrimonio a personas de igual sexo, con la posibilidad incluso de adoptar hijos. Hoy d�a nos enfrentamos a una opci�n concreta. Tenemos numerosos ni�os en Chile sin familia, sin apoyo, sin cari�o, sin la figura de un padre o una madre. Y tambi�n hay much�simas parejas del mismo sexo, de distintos niveles socioecon�micos, que estar�an felices entregando amor a peque�os que lo necesitan. Entonces, pienso que el debate reci�n comienza. A mi juicio, esta es una mala noticia para los intolerantes del pa�s que pretenden, en nombre de cualquier creencia, imponer determinada visi�n. Nadie tiene derecho a salir a ofender o amenazar en nombre de Cristo, de Al� o de Buda. Actualmente tenemos un Senado que se hace cargo de un sentimiento profundo y una sociedad que ha cambiado y que ha dicho: "No m�s discriminaci�n". Voto a favor, se�or Presidente. El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or G�mez. El se�or G�MEZ.- Se�or Presidente, he pedido intervenir, porque en la pr�xima legislatura no estar� la palabra del Partido Radical en esta Sala. Hay momentos importantes que son hist�ricos. Estimo que hemos avanzado en el pa�s al romper algunas discriminaciones existentes. Hoy d�a estamos discutiendo un proyecto de ley trascendente, similar a los que hubo en materia educacional y en otros temas. Es importante se�alar que el 27 de diciembre pasado el Partido Radical cumpli� 150 a�os. Somos herederos de los Matta, de los Valent�n Letelier, de los Pedro Aguirre Cerda, de los Pedro Le�n Gallo, que lucharon contra el centralismo; porque existiera la separaci�n de la Iglesia y el Estado; por cementerios laicos; por el voto de la mujer; por el divorcio; por libertades civiles; por defender al pueblo evang�lico que en esos tiempos era discriminado: no se le permit�a enterrar a sus muertos en los cementerios cat�licos. De esa colectividad -el Partido Radical- soy heredero. Por eso, hoy d�a, es tan significativo manifestar que nuestra posici�n es votar favorablemente un proyecto como el que est� en debate, lo que implica en el pa�s abrir puertas, abrir las mentes de todos los chilenos. Porque la discriminaci�n en distintos �mbitos es mala. Y aqu� se confunde el sacramento del matrimonio con un contrato. Para la Iglesia Cat�lica es determinada f�rmula y para los que no profesamos esa fe es un contrato. Y en esa l�gica, cuando uno hace esa distinci�n, en Chile es posible que quienes creen en ese sacramento se casen por la v�a religiosa e inscriban su matrimonio en el Registro Civil. Por lo tanto, avanzar en estos proyectos y en estos procesos de cambio es relevante. Y bajo esa raz�n y desde la perspectiva hist�rica, uno podr�a considerar lo que ha pasado en el mundo respecto de tales temas. En ese sentido, tengo en mi poder un documento que dice que el matrimonio, era un contrato entre particulares. Y lo fue antes de que la religi�n lo adoptara y transformara en un sacramento por razones pol�ticas y econ�micas. Reci�n en el siglo IV, en Roma, el matrimonio entre parejas del mismo sexo fue prohibido por decreto del emperador, luego de la adopci�n del cristianismo como religi�n del Imperio. O sea, hay una raz�n que ha generado la historia sobre las concepciones que cada parte llev� adelante. Por eso, hoy d�a, en Chile, en un tiempo distinto, es importante, por lo menos para nosotros, como parte de esta sociedad y representantes del Partido Radical, votar favorablemente este proyecto. El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or PIZARRO (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba en general el proyecto (28 votos contra 6 y 2 abstenciones). Votaron por la afirmativa las se�oras Allende, Alvear, P�rez (do�a Lily) y Rinc�n y los se�ores Bianchi, Cantero, Escalona, Espina, Frei (don Eduardo), Girardi, G�mez, Horvath, Lagos, Larra�n (don Hern�n), Letelier, Mu�oz Aburto, Navarro, Orpis, P�rez Varela, Pizarro, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zald�var (don Andr�s). Votaron por la negativa la se�ora Von Baer y los se�ores Coloma, Garc�a, Garc�a-Huidobro, Kuschel y Larra�n (don Carlos). Se abstuvieron los se�ores Chahu�n y Prokurica. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or PIZARRO (Presidente).- Ruego a quienes se encuentran en las tribunas guardar silencio y tomar asiento, porque la sesi�n tiene que seguir. Agradecemos su comprensi�n. Corresponde fijar plazo para indicaciones. �Qu� fecha sugiere el Presidente de la Comisi�n de Constituci�n? �El 13 o el 20 de enero? El se�or WALKER (don Patricio).- Se�or Presidente, aun cuando no represento a toda la Comisi�n en esta decisi�n, porque no lo hemos conversado todav�a, me gustar�a entregar un criterio. Nosotros tuvimos la discusi�n en general y particular en esa instancia de estudio, y durante el a�o pasado celebramos innumerables sesiones. Por lo tanto, en este caso -por supuesto se van a presentar indicaciones que ser�n discutidas en su totalidad-, no se justifica un plazo amplio. Entonces, no s� si habr�a acuerdo en un plazo de una semana o dos. El se�or PIZARRO (Presidente).- Ya fueron presentadas algunas, se�or Senador. Podr�a ser el lunes 13 o el lunes 20. El se�or WALKER (don Patricio).- Puede ser el lunes 20. --Se fija plazo para presentar indicaciones hasta el lunes 20, a las 12. El se�or PIZARRO (Presidente).- Antes de continuar con la sesi�n, ofrecer� la palabra a la se�ora Ministra. Luego se pondr�n en votaci�n diversos proyectos de acuerdo. Tiene la palabra la se�ora Ministra. La se�ora P�REZ (Ministra Secretaria General de Gobierno).- Se�or Presidente, quiero agradecer en nombre del Gobierno del Presidente Sebasti�n Pi�era. Hoy es un d�a hist�rico, porque con se�ales concretas y no solo con palabras, Chile avanza hacia ser un pa�s inclusivo, un pa�s que respeta, un pa�s que acoge a los chilenos, independiente de su condici�n sexual. Agradezco a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia, porque, a pesar de las diferencias, logramos llegar hoy d�a ac� con este proyecto y dar juntos este paso hist�rico. Quiero agradecer a los Senadores y a las Senadoras que nos han dado un tremendo respaldo con la mayor�a importante manifestada en el voto de aprobaci�n a la iniciativa que crea el acuerdo de vida en pareja. Quiero agradecer, pues ha sido el Gobierno del Presidente Sebasti�n Pi�era el que ha puesto estos temas sobre la mesa: sacamos adelante una Ley Antidiscriminaci�n; hoy avanzamos en el acuerdo de vida en pareja y esperamos seguir haci�ndolo con un proyecto que sanciona la incitaci�n al odio, porque esas son las cosas que tanto mal le hacen a nuestro pa�s;� --(Manifestaciones en tribunas). � que le hicieron mal en el pasado; que se lo siguen haciendo en el presente,� --(Manifestaciones en tribunas). � y que se lo seguir�n haciendo en el futuro. El se�or PIZARRO (Presidente).- Se�ora Ministra� La se�ora P�REZ (Ministra Secretaria General de Gobierno).- Algunos hablan de tolerancia. --(Manifestaciones en tribunas). El se�or PIZARRO (Presidente).- Se�ora Ministra� La se�ora P�REZ (Ministra Secretaria General de Gobierno).- La tolerancia, se�or Presidente,� --(Manifestaciones en tribunas). El se�or PIZARRO (Presidente).- Solicito a los asistentes a las tribunas que est�n provocando disturbios que se sirvan abandonar la Sala. �Pueden salir, por favor? --(Manifestaciones en tribunas). Se les advirti� en todos los tonos que no deb�an realizar manifestaciones. Por favor, ret�rense de la Sala. Si no, los voy a hacer desalojar. --(Manifestaciones en tribunas). �Por favor, salgan tranquilamente de la Sala! --(Manifestaciones en tribunas). �Por favor! Bien. Agradezco su comprensi�n. La se�ora P�REZ (Ministra Secretaria General de Gobierno).- �Sigo, se�or Presidente? El se�or PIZARRO (Presidente).- Puede continuar, se�ora Ministra. La se�ora P�REZ (Ministra Secretaria General de Gobierno).- Gracias. Se�or Presidente, algunos hablan de tolerancia, pero la verdad es que esta tiene una acepci�n negativa. La palabra adecuada es "respeto". Esto es lo que algunos no entienden cuando ganan las mayor�as y existe la posibilidad de que se expresen todas las diferencias. Quiero agradecer en nombre de miles de mujeres y hombres que requieren del Estado una respuesta, la cual debe ser de protecci�n, pero tambi�n de reconocimiento. Y esto contempla el acuerdo de vida en pareja. Quiero agradecer, pues son miles las mujeres y los hombres que necesitan respeto y dignidad en sus relaciones de amor. Tolerancia no es la palabra correcta. Insisto: la tolerancia es negativa en su concepci�n m�s natural. Respeto y dignidad son los vocablos y el actuar que nos deben guiar en el futuro. Y quiero agradecer, porque se�ales como esta, que m�s que palabras son hechos concretos, permiten que nuestro pa�s, que avanza hacia el progreso y el desarrollo, contin�e haci�ndolo, pero con todos. Ello, de manera que exista un Chile inclusivo; un Chile que acoge; un Chile que no discrimina; un Chile donde hay acuerdo de vida en pareja para su poblaci�n entera; un Chile que -insisto- empiece a dar se�ales concretas de que se pasa de hablar de que no se debe discriminar, a actuar para que no se discrimine. Muchas gracias, se�ores Senadores y Senadoras, y ojal� que sigamos abordando proyectos de ley orientados a que nuestro pa�s acoja; a que nuestro pa�s incluya; a que nuestro pa�s no siga excluyendo a personas por sus distintas condiciones religiosas, sexuales o sociales. )----------( El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- Durante la sesi�n han llegado a la Mesa los siguientes documentos: Informe De la Comisi�n de Hacienda, reca�do en el proyecto, en segundo tr�mite constitucional, que establece condiciones especiales transitorias para la aplicaci�n del art�culo 18 de la ley N� 19.479 y faculta para otorgar el bono compensatorio que indica (bolet�n N� 9.113-05) (con urgencia calificada de "suma"). --Queda para tabla. Mociones De los Senadores se�or Tuma, se�ora Rinc�n y se�ores Garc�a-Huidobro, Prokurica y Rossi, con la que se da inicio a un proyecto que modifica la ley N� 20.600, que crea los Tribunales Ambientales, en materia de subrogaci�n (bolet�n N� 9.230-07). --Pasa a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento y se manda ponerlo en conocimiento de la Excelent�sima Corte Suprema. De los Senadores se�or G�mez, se�ora P�rez San Mart�n y se�ores P�rez Varela, Tuma y Walker (don Patricio), con la que se inicia un proyecto que modifica el art�culo 66 A de la Ley Org�nica Constitucional del Congreso Nacional, en materia de reelecci�n de los integrantes del Comit� de Auditor�a Parlamentaria (bolet�n N� 9.232-07). --Pasa a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. )----------( El se�or PIZARRO (Presidente).- Terminado el Orden del D�a. VI. TIEMPO DE VOTACIONES PAGO DE ASIGNACI�N DE ZONAS EXTREMAS A PERSONAL DE CORPORACI�N MUNICIPAL DE JARDINES INFANTILES. PROYECTO DE ACUERDO El se�or PIZARRO (Presidente).- Proyecto de acuerdo presentado por los Senadores se�or Bianchi, se�ora Allende y se�ores Cantero, Horvath, Letelier y Prokurica. --Los antecedentes sobre el proyecto de acuerdo (S 1625-12) figuran en el Diario de Sesiones que se indica: Se da cuenta en sesi�n 79�, en 11 de diciembre de 2013. El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- El prop�sito de este proyecto de acuerdo es pedirle a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica el env�o de una iniciativa de ley que permita el pago de la asignaci�n de zonas extremas a los trabajadores de las corporaciones municipales que se desempe�an en jardines infantiles, mediante transferencia de fondos de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, con el prop�sito de aminorar la desigual situaci�n en que se encuentran respecto a los funcionarios de la JUNJI y equipararlos a los docentes y ayudantes de la educaci�n de dichas corporaciones, quienes perciben la aludida asignaci�n. El se�or PIZARRO (Presidente).- Hay qu�rum. Si le parece a la Sala, se aprobar�. El se�or PROKURICA.- Que se vote, se�or Presidente. El se�or PIZARRO (Presidente).- En votaci�n. El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or PIZARRO (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba el proyecto de acuerdo (17 votos a favor). Votaron las se�oras P�rez (do�a Lily) y Rinc�n y los se�ores Chahu�n, Coloma, Garc�a-Huidobro, G�mez, Lagos, Larra�n (don Hern�n), Larra�n (don Carlos), Mu�oz Aburto, Navarro, Pizarro, Prokurica, Quintana, Sabag, Tuma y Zald�var (don Andr�s). CONSERVACI�N DE ASIGNACI�N POR MUERTE A PENSIONADAS DE SISTEMA ANTIGUO AFILIADAS A AFP PARA PERCIBIR BONO POR HIJO. PROYECTO DE ACUERDO El se�or PIZARRO (Presidente).- Proyecto de acuerdo presentado por los Senadores se�ores Navarro y Quintana. --Los antecedentes sobre el proyecto de acuerdo (S 1626-12) figuran en el Diario de Sesiones que se indica: Se da cuenta en sesi�n 80�, en 17 de diciembre de 2013. El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- El objetivo de este proyecto de acuerdo es solicitarle a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica el env�o a tramitaci�n de un proyecto de ley que permita a las beneficiarias de pensiones de sobrevivencia del antiguo sistema de pensiones que al efecto de percibir el bono por hijo debieron afiliarse a una administradora de fondos de pensiones y por este motivo perdieron su condici�n de causantes de la asignaci�n por muerte, conservar este derecho y as� evitar que sus familias tengan que hacerse cargo de sus funerales en forma particular. El se�or PIZARRO (Presidente).- En votaci�n. El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or PIZARRO (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba el proyecto de acuerdo (17 votos a favor). Votaron las se�oras P�rez (do�a Lily) y Rinc�n y los se�ores Chahu�n, Coloma, Garc�a, Garc�a-Huidobro, G�mez, Lagos, Larra�n (don Carlos), Mu�oz Aburto, Navarro, Pizarro, Prokurica, Quintana, Sabag, Tuma y Zald�var (don Andr�s). FIJACI�N DE URGENCIA A PROYECTO SOBRE RESTABLECIMIENTO DE EXCLUSIVIDAD UNIVERSITARIA PARA DIVERSAS CARRERAS DEL �REA DE SALUD. PROYECTO DE ACUERDO El se�or PIZARRO (Presidente).- Proyecto de acuerdo presentado por el Senador se�or Chahu�n. --Los antecedentes sobre el proyecto de acuerdo (S 1627-12) figuran en el Diario de Sesiones que se indica: Se da cuenta en sesi�n 81�, en 18 de diciembre de 2013. El se�or PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- El objetivo del proyecto es solicitar a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica que haga presente la urgencia para el despacho del proyecto, en segundo tr�mite constitucional en la C�mara de Diputados, que confiere el car�cter de t�tulo profesional universitario a las carreras de Kinesiolog�a, Fonoaudiolog�a, Enfermer�a, Obstetricia y Puericultura, Nutrici�n y Diet�tica, Tecnolog�a M�dica y Terapia Ocupacional, para que su Comisi�n de Educaci�n inicie la consideraci�n en particular de la mencionada iniciativa. El se�or PIZARRO (Presidente).- En votaci�n. El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or PIZARRO (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se rechaza el proyecto de acuerdo por no haber qu�rum para adoptar resoluciones (8 votos a favor, uno en contra y una abstenci�n). Votaron por la afirmativa la se�ora Rinc�n y los se�ores Chahu�n, Garc�a-Huidobro, Horvath, Mu�oz Aburto, Navarro, Sabag y Tuma. Vot� por la negativa el se�or Pizarro. Se abstuvo el se�or G�mez. El se�or PIZARRO (Presidente).- Se levanta la sesi�n, sin perjuicio de dar curso a las peticiones de oficio que han llegado a la Mesa. PETICIONES DE OFICIOS --Los oficios cuyo env�o se anunci� son los siguientes: De la se�ora ALLENDE: Al se�or Ministro de Bienes Nacionales y al se�or Intendente de Atacama, requiri�ndoles antecedentes sobre SITUACI�N JUR�DICA DE TERRENOS DE CALETA CHA�ARAL DE ACEITUNO Y DE CALETA LOS BURROS (comuna de Freirina); al se�or Presidente del Consejo de Defensa del Estado, para que informe acerca de SITUACI�N Y MEDIDAS DESARROLLADAS EN PROCESO JUDICIAL ENTRE FISCO DE CHILE Y SOCIEDAD AGR�COLA KONAVLE LIMITADA EN REGI�N DE ATACAMA; a la se�ora Ministra de Obras P�blicas y al se�or Director del Servicio de Evaluaci�n Ambiental, pidi�ndoles informaci�n relativa a PROYECTO DE MEJORAMIENTO DE CAMINO AUSTRAL (RUTA 7) ENTRE COYHAIQUE Y PUERTO MONTT. De la se�ora RINC�N: Al se�or Ministro de Salud, solicit�ndole ADELANTO DE FECHA DE OPERACI�N PARA INSTALACI�N DE PR�TESIS TOTAL DE CADERA A DON CARLOS VALLEJOS MU�OZ (Regi�n del Maule Sur); al se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo, requiri�ndole antecedentes respecto de CANTIDAD DE FAMILIAS ADJUDICATARIAS DE SUBSIDIO D.S. N� 49 DURANTE 2012 Y 2013 EN REGI�N DEL MAULE, y al se�or Subsecretario de Pesca, para que informe sobre INQUIETUDES DE FEDERACI�N DE SINDICATOS DE PESCADORES ARTESANALES Y BUZOS MARISCADORES DEL MAULE SUR ANTE DIVERSAS MEDIDAS GUBERNAMENTALES. )----------( --Se levant� a las 19:47. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n