-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds16
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds26
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds13
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds11
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds21
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds8
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds18
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds14
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds24
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds22
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds12
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds20
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds19
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds17
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds15
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds25
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds23
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1-ds7-ds10
- bcnres:tieneTramiteConstitucional = bcnbills:SegundoTramiteConstitucional
- dc:title = "MODIFICACIÓN DE NORMAS LABORALES APLICABLES A TRABAJADORES DE CASA PARTICULAR"^^xsd:string
- rdf:type = bcnses:SeccionProyectoDeLey
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/218
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4016
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2600
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1778
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2312
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4512
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1745
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2605
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1713
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3099
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1274
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/637
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1706
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/685
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2128
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3688
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/279
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/606
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2056
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1186
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2581
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3292
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/802
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/963
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/862
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2566
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1570
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1925
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/339
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2571
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2017
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2008
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/66
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/trabajadoras-de-casa-particular
- bcnres:tieneTramiteReglamentario = bcnbills:DiscusionGeneral
- bcnres:tieneResultadoDebate = bcnres:seApruebaEnGeneralYParticularConModificaciones
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/normas-laborales-para-trabajadoras-de-casa-particular
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/ley-n-20786
- rdf:value = " MODIFICACIÓN DE NORMAS LABORALES APLICABLES A TRABAJADORES DE CASA PARTICULAR
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica la jornada, descanso y composición de la remuneración de los trabajadores de casa particular y prohíbe el uso de uniformes a las trabajadoras de casa particular, con nuevo primer informe de la Comisión de Trabajo y Previsión Social.
--Los antecedentes sobre el proyecto (8.292-13, 7.807-13 y 7.675-13, refundidos) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 51ª, en 2 de octubre de 2012.
Informes de Comisión:
Trabajo y Previsión Social: sesión 41ª, en 17 de julio de 2013.
Trabajo y Previsión Social (nuevo): sesión 47ª, en 10 de septiembre de 2014.
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).-
Los objetivos de la iniciativa son los siguientes:
a) Extender el concepto de pago de remuneraciones en dinero a los trabajadores de casa particular, excluyendo los alimentos y la habitación, que serán siempre de cargo del empleador.
b) Agregar dentro de las especificaciones del contrato de trabajo las labores y el domicilio donde se realizarán, debiendo el empleador registrar dicho contrato en la Inspección del Trabajo.
c) Reducir, a partir de noviembre de 2015, a 45 horas semanales la jornada de los trabajadores que no vivan en la casa de su empleador.
d) Establecer para los trabajadores que habitan en la casa del empleador el derecho a descanso mínimo semanal en el día domingo, más los sábados, pudiendo estos últimos acumularse o intercambiarse, lo cual también regirá a partir de noviembre de 2015.
e) Prohibir el condicionamiento del contrato al uso de uniformes y delantales en espacios, lugares o establecimientos públicos.
Cabe hacer presente que, con fecha 13 de agosto de 2013, la Sala del Senado acordó que el proyecto volviera a la Comisión de Trabajo y Previsión Social para un nuevo primer informe, y la autorizó para discutir la iniciativa en general y en particular.
Respecto del debate en general, la unanimidad de los integrantes de la Comisión, Senadores señoras Goic y Muñoz y señores Allamand, Larraín y Letelier, ratificó lo obrado en su primer informe en cuanto a aprobar la idea de legislar (determinación adoptada, en su oportunidad, por los Honorables señores García y Pérez Varela y los entonces Senadores señora Rincón y señor Muñoz Aburto).
En lo relativo a la discusión en particular, la Comisión de Trabajo y Previsión Social deja constancia de que, a partir de la presentación de indicaciones de la señora Presidenta de la República , realizó diversas enmiendas al proyecto, todas las cuales fueron acordadas por unanimidad.
El texto que se propone aprobar se consigna en la parte pertinente del nuevo primer informe de la Comisión y en el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición.
--(Aplausos en tribunas).
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Debo expresar a nuestros invitados en las tribunas que, de acuerdo con el Reglamento, no están permitidas las manifestaciones durante la sesión.
En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra la señora Ministra, para exponer acerca de su contenido.
La señora BLANCO ( Ministra del Trabajo y Previsión Social).-
Señor Presidente , en primer lugar, deseo agradecer la labor que en esta materia realizó la Comisión de Trabajo del Senado.
Por cierto, esta es una iniciativa latamente esperada.
Para contextualizarla, menciono algo que acaba de suceder en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados: en tiempo récord se despachó, en su primer trámite constitucional, el proyecto de acuerdo que aprueba el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo, sobre el Trabajo Decente para las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos. Ello coincidió con esta sesión de Sala, en la que vamos a discutir una propuesta legislativa para regular las condiciones laborales de esas personas.
El petitorio que hace algunos años presentó la Coordinadora de Organizaciones de Trabajadoras de Casa Particular, que agrupa a las entidades que hoy día nos acompañan (SINTRACAP, SINDUTCAP, ANECAP y la Fundación de Trabajadoras Adulta Mayor Margarita Pozo), fue dando cuerpo a la iniciativa que formuló la Administración anterior, que también incluyó las mociones de los Diputados Osvaldo Andrade y Tucapel Jiménez .
Quiero señalar que este proyecto de ley ha sido complementado con un conjunto de indicaciones que hizo llegar la Presidenta Michelle Bachelet, con el fin de introducir mejoras a la regulación laboral que rige este grupo de trabajadoras y trabajadores. (En efecto, a pesar de que se trata de un rubro compuesto mayoritariamente por mujeres -350 mil de un total de 370-, también hay presencia masculina).
Este mejoramiento se inició en 1998 con el reconocimiento al fuero maternal de las trabajadoras de casa particular; diez años después, recién el 2008, este grupo de personas ve homologado su sueldo al ingreso mínimo mensual, que antes era diferenciado -tal medida ya se hizo carne en su totalidad, pues se implementó gradualmente hasta 2011-, y en el 2009 se consagró el derecho a descanso en los días festivos.
Lo que pretendemos hacer con la iniciativa en estudio nos permitirá completar una regulación laboral que, a nuestro juicio, estaba al debe en cuanto a dar garantías de trabajo decente a los trabajadores y las trabajadoras de casa particular.
Señor Presidente , el proyecto contiene materias que, en términos generales, atañen a las trabajadoras que viven en el domicilio del empleador y a las que no residen en él, conocidas también como "puertas afuera" y "puertas adentro", respectivamente.
En lo que concierne a las normas generales, se establece que los contratos de trabajo deberán indicar, de ahora en adelante, el tipo de labor a realizar y el domicilio específico donde se prestará el servicio.
Tal disposición es altamente sensible, porque hasta hoy los contratos suelen ser bastante genéricos en sus estipulaciones: hablan de "labores del hogar". Ahora se obliga a detallar esas funciones para efectos de negociar una contraprestación pecuniaria. Claramente, hay una distancia enorme entre las labores de aseo y cocina y aquellas relacionadas con jardinería o con cuidado de adultos mayores o de niños. Cada una debe quedar especificada. Para ello, la Dirección del Trabajo se halla diseñando un contrato tipo. La idea es tenerlo estandarizado y disponible en formato virtual.
Además, existirá la obligación de registrar los contratos en la Dirección del Trabajo. En este sentido, las plataformas virtuales con los contratos serán muy útiles para no tener que llevar físicamente el documento a dicha entidad.
Por otra parte, se plantea precisar en el contrato el domicilio donde se realizarán las labores domésticas. Cualquier cambio de dirección significará un nuevo acuerdo entre trabajador y empleador. Esta es una situación sensible que se da en los períodos estivales. Con lo propuesto, una trabajadora de casa particular podrá prestar funciones en otro domicilio siempre y cuando haya acuerdo entre las partes, lo que implicará un
adendum al contrato, el cual deberá ser incorporado al registro ya aludido.
Este permitirá a la Dirección del Trabajo efectuar funciones de fiscalización en torno al cumplimiento de la normativa. Ello implica que, habiendo acuerdo por parte del empleador, un inspector podrá constatar en el domicilio respectivo que se cumplan las condiciones laborales establecidas en el contrato. De no haber acuerdo, el empleador quedará citado a la Inspección del Trabajo pertinente; eso sí, en condiciones distintas: la no comparecencia será sancionada con multa.
Asimismo, aún dentro de los aspectos generales, se prohíbe imputar el costo del alojamiento y de la habitación a la remuneración de la trabajadora. Hoy en día esto está permitido y en muchos casos es valorizado, pues se considera que ese monto es parte del sueldo.
También se establece la prohibición del uso obligatorio de uniforme en espacios o lugares públicos. Esta norma nos posibilita avanzar en cuanto a asegurar trabajo decente.
Dado que el proyecto de ley contempla reducciones de jornada y días de descanso adicionales, se ha tenido que plantear una disposición que explicite la prohibición de reducir la remuneración a partir del cumplimiento de las condiciones que consigna esta nueva normativa. O sea, no se podrán ajustar los sueldos producto de que los días de descanso van a ser más y las horas trabajadas, menos.
De otro lado, en lo concerniente a materias específicas, se fijan ciertas normas para las trabajadoras de casa particular que no viven en el domicilio donde prestan servicios. Ese es un tema muy sensible y guarda relación con lo mismo que se hizo en el año 2008: homologar las condiciones laborales de este sector con las de todos los trabajadores del país.
Hoy en día la jornada de las trabajadoras puertas afuera llega a 72 horas semanales. Ellas nos han dicho que, en muchos casos, son más horas. Por eso se propone una jornada igual a la que rige para cualquier trabajador: 45 horas a la semana.
Además, se contempla fijar una bolsa adicional de horas, las que se pagarán como extraordinarias (con un recargo de 50 por ciento del valor convenido en el respetivo contrato). Dicha bolsa no podrá superar las 15 horas semanales, las cuales serán distribuidas de acuerdo a lo que establezcan las partes.
En relación con las trabajadoras que viven en el domicilio del empleador, dado que la fiscalización del cumplimiento de jornada se hace muy difusa por el tipo de funciones que se desempeñan, se plantea la ampliación de los días de descanso: habrá derecho a descanso los domingos y los sábados. Los primeros tendrán carácter obligatorio y los segundos, de existir acuerdo, podrán trasladarse a otro día de la semana, fraccionarse o acumularse dentro del mes cuando se trate de trabajadoras que no residen en la ciudad donde prestan servicios.
Para las trabajadoras puertas adentro se mantiene el régimen de descanso diario mínimo de doce horas, de las cuales nueve son continuas y tres, fraccionables durante el día.
Asimismo, queda igual lo relativo al derecho a descanso en días festivos.
Por último, cabe señalar que la ley en proyecto tendrá una vigencia diferida en dos materias.
La vigencia general será tres meses luego de la publicación de la ley y todo lo vinculado con la reducción de jornada a 45 horas para las trabajadoras que no viven en el hogar del empleador y con el descanso del día sábado para las trabajadoras puertas adentro comenzará a regir el 21 de noviembre de 2015. Esto, porque en esa fecha se celebra el Día Nacional de la Trabajadora de Casa Particular. Nos pareció emblemático -fue una sugerencia de las propias trabajadoras- diferir la vigencia de la ley a una fecha significativa para ellas.
Señor Presidente , ese es el contenido de la iniciativa en estudio, cuya discusión nos ha permitido, además, dar cuenta de la aprobación, en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, del proyecto de acuerdo que ratifica el Convenio 189 de la OIT. De este modo, nos ponemos al día internacionalmente en lo relativo a la normativa que rige a este sector de trabajadoras, propósito muy buscado por ellas mismas.
Gracias.
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Agradecemos la exposición hecha por la Ministra del Trabajo , señora Javiera Blanco.
A continuación, tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN .-
Señor Presidente , este proyecto se originó en un mensaje del Presidente Sebastián Piñera y en dos mociones: la primera fue presentada por las entonces Diputadas Carolina Goic y Adriana Muñoz , la Diputada Alejandra Sepúlveda , los ex Diputados Pedro Araya , Alfonso de Urresti y Miodrag Marinovic y los Diputados Sergio Aguiló , Osvaldo Andrade , Pepe Auth y Manuel Monsalve ; y la segunda, por la entonces Diputada Adriana Muñoz y los Diputados Osvaldo Andrade , Cristián Campos , Marcos Espinosa , Tucapel Jiménez , René Saffirio y Matías Walker y el ex Diputado René Alinco .
La actual Administración le introdujo indicaciones complementarias a esta iniciativa, las que fueron explicadas recién por la señora Ministra del Trabajo .
Los cambios efectuados en la Comisión de Trabajo, que fueron acordados en forma unánime, reflejan el propósito no solo de valorar la función que desempeñan las trabajadoras de casa particular, sino también de equiparar su labor con otras equivalentes, garantizando así la dignidad del trabajo que ellas prestan.
A mi juicio, se da un paso muy importante con esta propuesta legislativa. En el último tiempo, se han observado avances significativos en esta materia, pero la presente iniciativa logra resolver los principales problemas pendientes.
En primer lugar, si bien es cierto siempre ha existido la obligación de celebrar un contrato de trabajo, la forma en que este se hacía impedía una debida fiscalización.
Las enmiendas que ahora se proponen permitirán, fundamentalmente, fiscalizar las condiciones laborales pactadas con el fin de evitar que se cometan abusos hacia las personas contratadas para realizar trabajo doméstico, como no efectuar las imposiciones o cotizaciones previsionales a que obliga la ley -a la larga, ello implica un perjuicio económico muy considerable-, o pagar remuneraciones según la conveniencia del empleador. Muchas veces se imputan la alimentación o el alojamiento como parte del sueldo.
¡Todos sabemos que eso no corresponde y que no es justo hacerlo!
En ese sentido apuntan las modificaciones que se plantean con relación a la obligación de suscribir un contrato. Para ello, la Dirección del Trabajo se ha comprometido a proveer textos de contratos fáciles y simples de utilizar para que cualquier persona los pueda bajar de Internet, llenarlos e, incluso, hacerlos llegar por esa misma vía a la Inspección del Trabajo respectiva. Así se facilitará la obligación que corresponde a cada cual. Al mismo tiempo, los involucrados podrán saber cuáles son sus derechos y deberes en este ámbito.
Todo lo anterior garantizará que se cumplan la ley y las condiciones mínimas de dignidad laboral.
Por otro lado, como ya describieron la señora Ministra y, anteriormente, el señor Secretario General del Senado, se contemplan dos regímenes especiales: uno, para las trabajadoras que viven en el domicilio donde prestan servicio y otro, para las que no residen en la casa particular en la que laboran.
Quizás, en este último caso, en el de las trabajadoras puertas afuera, es donde se hace la principal modificación, la que simboliza el espíritu del proyecto: se reduce la jornada de trabajo a 45 horas semanales, la misma obligación que rige para cualquier otro trabajador.
Por la naturaleza de la labor doméstica, se entiende que puede haber flexibilidad en los horarios para atender las necesidades particulares de la familia. Pero lo importante aquí es que se asimila la jornada de trabajo a la de cualquier persona bajo nuestra legislación. Tal disposición es algo muy anhelado por el gremio de las trabajadoras de casa particular, ¡y con justa razón!
Por cierto, hay normas de flexibilidad que permiten distribuir las 45 horas en 6 días o acumular más horas en un día. También existe la posibilidad de cumplir horas extraordinarias, las que tendrán topes máximos semanales para evitar abusos. Además, nunca se podrá exceder las 12 horas continuas de trabajo. Todo ello flexibiliza el horario de acuerdo a las necesidades de determinada familia, pero siempre en el marco de límites que aseguren que la función doméstica se desarrolle de acuerdo a lo que normalmente ocurre en cualquier ámbito laboral.
Por eso pienso que este es un paso muy significativo.
El otro régimen especial se aplica a las trabajadoras que viven en el domicilio donde prestan servicios: se les reconoce el derecho a dos días de descanso por semana. El proyecto originalmente consideraba un beneficio inferior, pero en la discusión habida en la Comisión nos dimos cuenta de que no era razonable la forma como venía estipulado. Por eso se estimó conveniente mantener el domingo como día de descanso irrenunciable, más otro día de la semana.
Hago presente que no se sugirió una cantidad de días de descanso al mes, porque ese criterio es distinto. Si se aplicara, al final se perderían días en el año.
En definitiva, quedarán como días de descanso el domingo (con carácter de irrenunciable), más otro por convenir. Si no se llega a acuerdo, se destinará el sábado.
Con dichas enmiendas se fija una jornada que permite a quienes trabajan en casas particulares disponer de los fines de semana para llevar una vida familiar normal, la cual se ve afectada actualmente por la forma en que se distribuye el horario laboral. Las modificaciones referidas permiten a estas trabajadoras tener cierta normalidad en su vida familiar y personal.
Tal cambio es muy relevante.
Por cierto, a ambas partes puede convenirles que el descanso del sábado se convierta en dos medios días en la semana o en un día hábil completo. Esa flexibilidad opera si hay acuerdo, lo que va a permitir adecuar el trabajo a condiciones laborales dignas.
En lo fundamental, en caso de no haber acuerdo, igual se gana una vida para las personas que en esta materia han realizado una labor muy sacrificada y con dedicación, dejando de lado muchas veces a sus familias. Porque, por mucho que se integren a otra, nunca es lo mismo que vivir la vida propia.
En la Comisión compartimos esas consideraciones.
Otra norma importante es la que prohíbe la utilización de uniformes, delantales o cualquier otro distintivo en lugares públicos. Tampoco debe condicionarse la permanencia en el trabajo al uso de estas vestimentas. Todo ello contribuye a asegurar dignidad en una labor muy relevante para las familias donde se trabaja, las que también deben reconocer las características propias de la persona que les dedica su tiempo.
Además, como aquí se plantean cambios de horarios y reducción de jornadas, se ha tomado una prevención para que tales modificaciones no impliquen una disminución unilateral del sueldo en atención a que se trabajará menos horas de las acordadas en los actuales contratos: se establece la prohibición de reducir la remuneración. Por tanto, ha de mantenerse el salario que reciben las trabajadoras de casa particular en la misma forma y condiciones vigentes.
Una vez publicada, esta ley entrará a regir en forma escalonada para evitar cualquier problema de adaptación.
A mi juicio, la iniciativa que nos ocupa se adelanta al proyecto de acuerdo -espero que el Senado lo apruebe prontamente- que ratifica el Convenio 189 de la OIT, al que se refirió la señora Ministra . Ello asegura que las condiciones laborales y de vida de las personas que desempeñan tareas domésticas se mantengan en un régimen equivalente al que rige para todos los trabajadores y las trabajadoras de Chile, y con la dignidad que merece dicha función. Esta, por la relación de confianza que se genera con las familias atendidas, requiere un trato particularmente especial.
Por lo tanto, en mi nombre y en el de la bancada que represento, manifiesto mi apoyo a las modificaciones introducidas por la Comisión, las que apuntan correctamente en la dirección de reconocer, como ya señalé, la dignidad de una labor muy importante para las familias que cuentan con la posibilidad de contratar a una trabajadora de casa particular.
He dicho.
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.
El señor PROKURICA.-
Señor Presidente , como recordó el Senador Larraín, esta iniciativa fue presentada por el Gobierno del Presidente Piñera, la que fue refundida con dos mociones. Entre los autores de estas, quiero destacar al Senador señor De Urresti , quien suscribió una de ellas siendo Diputado .
En nuestro país quienes realizan labores en casas particulares han sido reconocidos como trabajadores dependientes desde 1931. Su vínculo laboral evidencia una serie de características especiales que lo diferencia de otros trabajos u oficios, partiendo por el destinatario de su labor, la naturaleza del servicio prestado y el espacio físico en que este se desarrolla.
Este importante -yo diría "indispensable"- trabajo, que desarrollan miles de chilenas y chilenos -también lo hacen extranjeras y extranjeros-, consiste principalmente en labores de asistencia a los hogares particulares y posibilita el acceso y las oportunidades de empleo remunerado a quienes deben cumplir conjuntamente responsabilidades familiares y laborales.
En tal sentido, y de acuerdo a la Nueva Encuesta Nacional de Empleo del INE, correspondiente al segundo trimestre del 2014, existe un total de 325 mil 970 personas que se dedican al servicio doméstico: un 96 por ciento corresponde a mujeres, y 4 por ciento, a hombres; de ellas, 273 mil 180 trabajan bajo la modalidad puertas afuera (97 por ciento son mujeres), mientras que 52 mil 790 lo hacen puertas adentro (93 por ciento corresponde a mujeres).
Del mismo estudio se desprende que solo el 43 por ciento de esos trabajadores tiene liquidación de sueldo; el 55 por ciento (es decir, 178 mil 870) no recibe ni otorga comprobante, y el 2 por ciento restante entrega boleta de honorarios o recibe un comprobante o documento.
Los objetivos de esta iniciativa son:
-Extender el concepto del pago de remuneraciones en dinero a los trabajadores de casa particular con exclusión de los alimentos y la habitación, que serán siempre de cargo del empleador.
-Agregar dentro de las especificaciones del contrato de trabajo las labores y el domicilio donde se realizarán, debiendo el empleador registrar dicho instrumento en la Inspección del Trabajo.
-Reducir a 45 horas semanales, a partir de noviembre de 2015, la jornada de los trabajadores que no vivan en la casa de su empleador.
-Establecer para los trabajadores que vivan en la casa del empleador el derecho a descanso mínimo semanal el domingo, más los días sábado, pudiendo estos últimos acumularse o intercambiarse voluntariamente. El descanso de los sábados también regirá a partir de noviembre de 2015.
-Prohibir el condicionamiento del contrato al uso de uniformes y delantales en espacios, lugares o establecimientos públicos.
Creo, señor Presidente , que la ley en proyecto va en la línea correcta, pues introduce modificaciones legales que buscan regular la situación laboral de más de 300 mil trabajadoras de hogar, empleadas domésticas o nanas -como algunos las llamamos con cariño-, fundamentalmente en lo relativo a la jornada laboral y a su descanso, lo cual en la práctica ha estado siempre en una zona grisácea e informal.
Incluso, en el caso de las empleadas puertas adentro, debido a la nebulosa legal existente en la materia, lo concerniente por ejemplo a la duración de su jornada y a la especificación de sus labores o de sus descansos es más difícil de controlar, ante la falta de registros o de fiscalización, que en el de las que trabajan puertas afuera, lo cual implica que aquellas prácticamente queden disponibles las 24 horas del día para sus empleadores.
Señor Presidente, antiguamente la labor de los trabajadores de casa particular era vista como una actividad informal. Sin embargo, la iniciativa que nos ocupa viene a reconocer el importante cometido que miles de esas personas realizan en nuestra sociedad.
Esperamos que los cambios contenidos en este proyecto acaben con una serie de vacíos legales y de abusos que han afectado por años a esa valiosa labor.
He dicho.
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Solicito el asentimiento de la Sala para que me remplace en la testera el Honorable señor Pizarro, pues voy a intervenir en esta materia.
Acordado.
A continuación le ofreceré la palabra al Senador señor Chahuán.
El señor LARRAÍN.-
¿No va a abrir la votación, señor Presidente?
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Se me ha pedido abrir la votación, aun cuando la discusión de este proyecto está comenzando.
El señor BIANCHI.-
De acuerdo, pero manteniendo el tiempo para intervenir.
En todo caso, yo estaba inscrito antes.
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
En verdad, le corresponde a Su Señoría hablar primero.
Vamos a mantener el tiempo para el uso de la palabra y nos pronunciaremos en general y en particular.
¿Les parece a Sus Señorías proceder en los términos indicados?
--Así se acuerda.
--Pasa a dirigir la sesión el Senador señor Pizarro, en calidad de Presidente accidental.
El señor PIZARRO ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Bianchi.
El señor BIANCHI.-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero saludar con el mayor de los respetos y afectos a cada una de las mujeres que hoy nos acompañan en la tribuna. Y de manera especial, a las mujeres y a los hombres que se dedican a tan importante labor en nuestro país, pero sobre todo en la Región de Magallanes.
Claudia Saldivia Saldivia ha acompañado a mi familia por más de 15 años. Y la individualizo porque, independiente de cómo Sus Señorías denominen a estas trabajadoras (nanas, en fin), creo que la norma de respeto debe hacernos usar su nombre y ser conscientes de que se trata de personas que integran la familia, que respaldan al núcleo del hogar y que permiten el desarrollo tanto individual cuanto general de sus componentes.
En la actualidad, tal como señaló el Senador Prokurica, hay más de 325 mil personas dedicadas al servicio doméstico. De ellas, un porcentaje muy mayoritario corresponde a mujeres y un gran número se desempeña puertas afuera, como tradicionalmente se conoce esta forma de realizar dicha labor.
La actividad en cuestión ha ido variando fuertemente en el tiempo, desde las condiciones de trabajo hasta el tipo de labores y los derechos y las responsabilidades.
Hemos avanzado. Y prueba de ello es que hoy se halla regulado un contrato especial para trabajadores de casa particular. Sin embargo, la normativa actual no es plenamente concordante con los parámetros establecidos por la Organización Internacional del Trabajo -especialmente en lo relacionado con la jornada laboral y el descanso- y adolece de una serie de falencias que se procura subsanar mediante el proyecto que nos ocupa.
Hace uno o dos años pudimos laborar fuertemente en torno a distintas inquietudes, sobre todo de quienes están en la dirigencia de las diversas organizaciones de trabajadoras de casa particular existentes en nuestro país.
Este proyecto -como se mencionó- disminuye la jornada ordinaria de 72 a 45 horas semanales en el caso de la modalidad puertas afuera. De esta forma se concreta una legítima y sentida aspiración que varias veces nos hicieron presente en la Comisión de Trabajo las dirigentas del SINTRACAP, del SINDUTCAP y de la ANECAP, entre otras asociaciones.
Señor Presidente , en su oportunidad, no obstante pertenecer a la Comisión de Trabajo, me negué a votar este proyecto porque -según recuerdo- la Ministra del ramo nos señaló entonces que para adecuarlo se necesitaban a lo menos tres años, lo que consideré una total falta de respeto para con quienes desarrollan la actividad en comento.
Hoy la iniciativa se perfeccionó, fue mejorada. Y habrá gradualidad en dos materias: la disminución de la jornada, de 72 a 45 horas semanales, y el descanso durante los días sábado.
Con relación a lo planteado en aquella época, se reduce de tres años a uno la entrada en vigencia de las disposiciones pertinentes. Y la Ministra del Trabajo nos manifestó que existe plena voluntad para actuar con rapidez.
Una vez promulgada la ley en proyecto, en un período de tres meses se ajustarán los distintos ítems.
Señor Presidente , más allá de quién presentó esta iniciativa, si el Gobierno anterior o el actual, quiero felicitar sinceramente a las trabajadoras de casa particular. Aquí hay esfuerzo de ellas, de sus dirigencias, a lo largo de nuestro territorio. Han sabido agruparse, coordinarse. Pudieron sacar la voz ante un sentido anhelo, que las distintas administraciones dejaron pasar. A través de una coordinación nacional, lograron que el Estado de Chile y el Congreso Nacional reconocieran lo trascendental y fundamental de la labor que desarrollan para quienes contratan sus servicios.
Por todo lo expuesto, no solo vamos a aprobar este proyecto, sino que además sentimos que con nuestros votos hacemos justicia social al permitir que se acabe la enorme injusticia derivada de tener a trabajadores, mujeres y hombres, laborando más de 72 horas semanales.
Hoy homologamos las condiciones laborales de quienes no viven en la casa del empleador con las del resto de los trabajadores: 45 horas semanales. Y esa situación debe ajustarse en menos de un año, para dar cumplimiento a los compromisos contraídos.
Voto a favor.
El señor PIZARRO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el Senador señor Tuma.
El señor TUMA.-
Señor Presidente , seré muy breve, ¡para liberarlo cuanto antes de la obligación de remplazarme...! Más que referirme a las más de 300 mil personas que se desempeñan como trabajadores de hogar, quiero mirar esta situación desde un punto de vista más humano.
Hay trabajos difíciles. Pero quizás el servicio doméstico es uno de los más complejos, pues quienes lo realizan no solo hipotecan las horas laborales, sino que también sacrifican el tiempo que pueden dedicar a sus propias familias por el hecho de hallarse trabajando en una casa ajena. Y el laborar en otro hogar significa asimismo tener un grado de estoicismo y un espíritu de generosidad que no siempre se reconocen.
En muchísimos casos las nanas -como cariñosamente les decimos algunos- llegan a formar parte de la familia. Sin embargo, conocemos numerosas situaciones de empleadores que no les pagan las imposiciones.
Se trata de un gremio tremendamente maltratado. Muchas veces sus integrantes no tienen pensiones dignas. Porque si no pueden acceder a ellas los trabajadores en general debido al sistema previsional bastante precario existente en Chile, es harto menos factible que lo hagan quienes laboran en casas particulares.
Entonces, con la ley en proyecto no vamos a resolver todos los problemas que aquejan a las trabajadoras domésticas. Empero, estaremos haciendo justicia respecto de ellas.
Primero, hay un reconocimiento a la labor que realizan esas personas.
Segundo, se garantiza un pago mínimo en dinero efectivo.
Tercero, se prohíbe descontar de la remuneración percibida el alojamiento y la alimentación.
Cuarto, se prohíbe asimismo condicionar el contrato al uso de uniformes en lugares públicos.
Quinto, se garantiza una mejor y mayor fiscalización al imponerse al empleador la obligación de registrar los contratos en la Inspección del Trabajo.
Señor Presidente , hemos de tener una gran admiración por dichas trabajadoras, quienes muchas veces, por el tiempo y las circunstancias, no pueden entregarles el debido cariño a sus propios hijos, lo que sí hacen con niños ajenos.
Por todo ello, la iniciativa que nos ocupa se acerca a hacerles justicia a esas trabajadoras, a quienes rindo homenaje.
Voto a favor.
El señor PIZARRO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.
El señor CHAHUÁN.-
Señor Presidente , hoy vamos a aprobar con mucha fuerza este proyecto de ley, que modifica la jornada, el descanso y la composición de la remuneración de los trabajadores de casa particular y prohíbe el condicionamiento de la contratación al uso de uniforme.
Se trata de una iniciativa largamente anhelada, que, tal como se expresó, viene a llenar vacíos legales existentes en el ámbito del trabajo doméstico.
Hoy más de 325 mil personas laboran en casas particulares. Bajo la modalidad puertas adentro lo hacen 53 mil.
Sin lugar a dudas, la iniciativa que nos ocupa busca dar reconocimiento a las labores de cuidado, atención, formación y entrega personal que realizan dichas trabajadoras, muchas veces a costa incluso de sus propias familias.
Me parece muy importante la incorporación de normas que faciliten las tareas de fiscalización, ya sea a través de un inspector, quien podrá ingresar al domicilio del empleador, o mediante el registro electrónico de los contratos vigentes.
Aquello será bastante significativo para velar porque las condiciones laborales de las trabajadoras domésticas sean dignas y porque no se cometan abusos, como el no pago de imposiciones previsionales o el pago de ellas sobre la base de remuneraciones menores que las percibidas realmente.
La ley en proyecto ayudará en tal sentido.
Otro aspecto que se aborda -lo mencionó el Senador Tuma- dice relación con la extensa jornada de las empleadas de casa particular, que hoy llega a 72 horas, a diferencia de la aplicable al resto de los trabajadores de nuestro país.
Existe una discriminación, determinada por la jornada laboral extendida de aquellas trabajadoras. Entonces, la reducción a 45 horas semanales es un paso adelante en el camino de la dignificación de la actividad en comento.
También se discutió lo tocante al límite de horas continuas de trabajo. Disponer que este no podrá exceder de 12 horas continuas, considerando tanto la jornada como el descanso dentro de ella, también nos parece un avance muy importante en términos de la anhelada dignificación.
Asimismo, estimamos trascendente la incorporación del derecho a descanso los sábados. Ello va en la línea correcta.
Dichos días se podrán acumular, fraccionar o intercambiar, pero siempre dentro del mismo mes calendario. Es algo muy relevante para los efectos de facilitar el descanso que debe darse a quienes realizan tal labor, que es tediosa, genera tensión y se halla marcada por la entrega exigida.
Considero del caso subrayar que la ley en proyecto fue impulsada durante el Gobierno anterior, pero también recogió las mociones presentadas por muchos parlamentarios, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados.
Además, debo señalar que el Gobierno de la Presidenta Bachelet la ha promovido fuertemente con el envío de indicaciones que eran necesarias y que recogieron planteamientos de los propios sindicatos de trabajadores de casa particular.
Otra materia destacable es la prohibición de imputar el alojamiento y la alimentación a la remuneración del trabajador.
Estimo especialmente significativa para la dignidad que debe darse al trabajo doméstico la prohibición de condicionar el contrato (renovación, permanencia, en fin) al uso de uniformes o distintivos especiales en lugares públicos.
Quiero connotar un artículo transitorio que -lo señaló la señora Ministra - dispone que el empleador no podrá unilateralmente rebajar la remuneración como consecuencia de la reducción de la jornada o del aumento de los días de descanso. Esto avanza igualmente en la dirección correcta.
Señor Presidente , tal como lo hicieron otros parlamentarios, quiero rendir homenaje a todas las personas que desarrollan esta actividad, quienes, sin lugar a dudas, concurrieron a nuestra formación.
Es importante señalar que las trabajadoras de casa particular pasan con nuestros hijos y familias mucho más tiempo que nosotros, los jefes de hogar. Por lo tanto, es esencial su labor, que exige entrega, sacrificio, voluntad y además, considerar como propia a la familia a la que sirven.
Hago un reconocimiento a Cecilia, Elda, Rosario , Patricia , quienes han trabajado o trabajan con mi familia y son parte de ella.
A no dudarlo, las trabajadoras domésticas marcan el ambiente hogareño por su entrega, su cariño, su dedicación, y por considerar que tan importante como su propia familia es aquella para la cual laboran.
Hago un reconocimiento también a los tres sindicatos que estuvieron trabajando en esta materia y se esforzaron para que tuviéramos un mejor proyecto de ley.
Por supuesto, la bancada de Renovación Nacional se pronunciará a favor de esta iniciativa.
Voto que sí.
)----------(
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Saludo a los miembros de la Comisión Nacional Evangélica por la Familia que nos acompañan en las tribunas.
¡Muchas gracias por su asistencia!
--(Aplausos en la Sala y en tribunas
)---------(
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Harboe.
El señor HARBOE.-
Señor Presidente , sin duda, estamos ante un nuevo avance regulatorio. Sin embargo, se establece a través de una normativa de ley algo que debiera ser parte de nuestra cultura y que, lamentablemente, no lo ha sido y quizá no lo sería si no tuviéramos disposiciones encaminadas a proteger a las trabajadoras de casa particular.
Digo lo anterior porque, cuando se encomienda la realización de labores domésticas al interior de los hogares, muchas veces para el cuidado de lactantes, menores o adultos mayores, es dable suponer que quien encarga esos cometidos debiera exhibir una conducta éticamente irreprochable desde el punto de vista del tratamiento a las personas a las que confía lo más valioso que tiene: su familia.
Por desgracia, no es esa la conducta seguida. Y hemos debido llegar a establecer cada vez mayor número de preceptivas legales obligatorias sobre una materia en la que -insisto- debiera ser suficiente el actuar normal de los ciudadanos, lo que, como señalé, no sucede.
Así, hoy discutimos un proyecto de ley que beneficiará en sus niveles protectivos a las trabajadoras de casa particular.
Empero, no se trata de una normativa aislada, sino de una normativa de continuidad, pues responde a una visión a la que la Presidenta Michelle Bachelet dio inicio durante su primer mandato.
Es del caso recordar, entonces, que a través de la ley N° 20.279, del año 2008, se estableció un incremento gradual del ingreso mínimo mensual de las trabajadoras domésticas, el que se igualó a partir de 2011 con el de los demás trabajadores de nuestro país, pues había contra ellas una discriminación arbitraria, la que superamos por tal vía.
No contentos con ello, a partir del año 2009, la ley N° 20.336 modificó el artículo 150 del Código Laboral para otorgar el derecho a descanso a las trabajadoras de casa particular durante todos los días que la ley declarare festivos.
En otras palabras, la iniciativa que discutimos esta tarde, y que espero aprobemos por amplia mayoría, responde a la visión de la Presidenta Bachelet en el sentido de aumentar los grados de protección a personas que, muchas veces abandonando a sus propias familias, a sus propios hijos, se entregan al cuidado de nuestras familias, de nuestros hijos.
E insisto en este punto: ¿debiera esta materia ser regulada necesariamente por ley?
Si nuestra sociedad fuera solidaria, justa, no tendríamos que estar ocupados en esta regulación legal. Pero, lamentablemente, los niveles de egoísmo, y muchas veces de maltrato, requieren que la ley, el instrumento que se crea en el Parlamento, consagre respecto de dichas trabajadoras derechos mínimos irrenunciables o condiciones básicas de dignidad.
Por eso, creo que este proyecto avanza en la dirección correcta, en la idea de establecer mejores condiciones laborales.
Se consigna la obligación de registrar los contratos.
Empero, aquello no es casual.
¿Por qué se busca estatuir un registro de contratos? Porque muchos empleadores no hacen contratos.
¿Por qué en el caso de las trabajadoras de casa particular puertas afuera se procura determinar un horario máximo? Porque los empleadores no cumplen las disposiciones vigentes. Así, muchas veces esas mujeres se ven sometidas a jornadas extensas, que ni siquiera incluyen los largos tiempos de traslado existentes en las grandes ciudades, los cuales dichas trabajadoras también restan del que les corresponde a sus propias familias, a sus propios hijos.
Señor Presidente , ¿por qué debemos disponer la prohibición de imputar a la remuneración el alojamiento y la alimentación?
¡El empleador que haga tal imputación merece un reproche social generalizado!
Sobre el particular, permítaseme decir que en cierta oportunidad una persona a la que deseaba contratar para que trabajara en mi casa, mientras la entrevistaba, me preguntó: "¿Me van a descontar la comida?". Como no podía entender lo que me estaba diciendo, le pedí que me repitiera la consulta. Y me dijo que su anterior empleador, un conocido empresario, le descontaba su alimentación de la remuneración. ¡Yo no podía creerlo!
Ahora, cuando hoy veo una norma que prohíbe descontar el alojamiento y la alimentación, pienso que, si hemos llegado al extremo de tener que regular por ley aquello, que corresponde a condiciones humanas básicas, debemos hacer una reflexión acerca del estado de descomposición social en que está viviendo el sector empleador.
La prohibición del uso obligatorio de uniforme en espacios o lugares públicos, según recuerdo, estaba inserta en una moción que promovía bastante mi amigo y ex colega Diputado Tucapel Jiménez . A mi entender, es adecuada. Y siendo una reivindicación planteada por la Confederación de Organizaciones de Trabajadoras de Casa Particular, ¡bienvenida la prohibición!
La ampliación del descanso semanal para las trabajadoras domésticas puertas adentro me parece apropiada, pues en esa modalidad la práctica muchas veces impide fijar el verdadero límite de la jornada. Y estimo que su consagración legal ayudará a crear en los empleadores la cultura de respeto al descanso que merece alguien que vive en la casa de una familia ajena en desmedro de la propia.
Los derechos a descanso diario, todos los domingos del mes, todos los sábados del mes (respecto de estos se puede llegar a acuerdos) y en días festivos se han conquistado a lo largo del tiempo.
¡Qué lástima que debamos estatuirlos en la ley y que su existencia no emane, como norma básica de convivencia, de la voluntad de cada una de las personas involucradas en la relación laboral!
En todo caso, celebro la acción decidida de la Confederación de Organizaciones de Trabajadoras de Casa Particular, por sus capacidades organizativa y propositiva; por no quedarse solo en el reclamo, sino además sugerir alternativas para el mejoramiento de las condiciones laborales de los más de 320 mil trabajadores, mujeres y hombres, que se dedican al servicio doméstico en nuestro país.
Asimismo, quiero felicitar a la señora Ministra del Trabajo por su capacidad para impulsar este proyecto a fin de que durante el actual Gobierno los derechos básicos a que nos estamos refiriendo sean ley de la república y podamos decir con orgullo que el Senado contribuyó a dar mayor dignidad a las personas en comento, que a mí, por lo menos, me han permitido desarrollar la labor legislativa con la tranquilidad de saber que mis hijos están muy bien cuidados.
He dicho.
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Rossi.
El señor ROSSI.-
Señor Presidente , saludo a la señora Ministra del Trabajo , a quien, al igual que el colega Harboe , felicito por impulsar este tipo de cambios, que son tan significativos para nuestro país y para nuestra sociedad.
Saludo también a las dirigentas de las trabajadoras domésticas que se hallan en las tribunas y que han acompañado la tramitación de este proyecto. Y me parece muy relevante destacarlo, porque implica finalmente que la sociedad civil actúa, de alguna forma, colegislando, siguiendo el proceso legislativo, promoviendo e impulsando las transformaciones que necesita Chile, especialmente en el ámbito laboral.
Esta iniciativa es muy importante. Y yo diría -siempre lo he pensado- que pocas ocupaciones demandan tanto sacrificio y al mismo tiempo exponen tanto a los seres humanos a condiciones de maltrato y abuso. Hay situaciones de maltrato y abuso bastante masificadas, lamentablemente, y muchas veces invisibles: no se ven, no se denuncian.
En particular, en Arica y en Tarapacá me toca ver el caso de las trabajadoras migrantes, quienes son sometidas a condiciones prácticamente de esclavitud -y no estoy exagerando- en pleno siglo XXI.
Empero, hoy quiero quedarme con lo positivo, que es justamente avanzar en lo que Chile ha planteado en instancias internacionales.
El Convenio N° 189 de la OIT, sobre trabajo doméstico -nuestro país lo suscribió en junio de 2011-, establece claramente la obligación de los estados de adoptar medidas para asegurar a las personas que se desempeñan en el sector del trabajo doméstico el respeto a los derechos humanos y a los principios y derechos fundamentales del trabajo, entre los que se consideran el derecho de libertad sindical, la erradicación del trabajo forzoso u obligatorio, la abolición efectiva del trabajo infantil y la eliminación de discriminación en el empleo.
Ese Convenio, que fue firmado por Chile, nos obliga, entre otras cosas, a definir con claridad el tipo de trabajo a realizar y la dirección del lugar o lugares de trabajo habituales.
En materia de horas de trabajo, nos exige adoptar medidas destinadas a garantizar la igualdad de tratamiento entre las y los trabajadores domésticos y las y los trabajadores en general. Como vamos a ver, el proyecto en debate aborda esa materia, que -yo diría- es uno de sus aspectos más relevantes.
En lo concerniente a remuneraciones, el Convenio 189 de la OIT -reitero que Chile lo suscribió- fija una limitación al pago en especies: se dispone claramente que el hospedaje y la alimentación no pueden imputarse a la remuneración, ni menos descontarse de las cotizaciones, que son un elemento fundamental en el ámbito de la seguridad social. Ese es un punto que quizás queda pendiente entre comillas. Porque, lamentablemente, hay mucha informalidad; por tanto, deberemos trabajar para generar una cultura de la formalidad. Muchas trabajadoras pueden sentir que pierden beneficios cuando tienen un contrato de trabajo. Y ese es un punto que tendremos que abordar. La informalidad, al final del día, daña severamente las posibilidades de una buena seguridad social.
Esta iniciativa asume varios de los aspectos mencionados, que se contienen en el Convenio 189 de la OIT, instrumento (insisto) suscrito por Chile.
Por ejemplo, se hace cargo de lo que señalaba yo con respecto a la limitación del pago en especies: el concepto de "pago de remuneraciones en dinero a los trabajadores de casa particular" no se va a extender a los alimentos y la habitación, que siempre -esto es muy relevante- serán de cargo del empleador.
Otro aspecto muy significativo, especialmente para el propósito de fiscalizar y evitar abusos, se relaciona con la obligación de especificar en el contrato las labores y el domicilio donde ellas se realizan. Al respecto, se dispone que el empleador deberá registrar dicho instrumento en la Inspección del Trabajo. Ello, porque el hecho de que aquello no se defina con claridad envuelve muchas veces gran inseguridad para los trabajadores.
Resulta fundamental, igualmente, la equiparación de la jornada de quienes no vivan en la casa de su empleador en 45 horas semanales, que es lo que ocurre normalmente con el resto de los trabajadores.
No se entiende cómo una labor altamente demandante, sobremanera exigente, no tiene ese tipo de resguardos.
Lamentablemente, dicha protección no existe para las trabajadoras domésticas que viven dentro del hogar donde laboran. Y eso constituye un gran problema, porque en tales condiciones es muy difícil fiscalizar o impedir los abusos, ya que se suele pensar que porque la persona vive en el hogar donde trabaja está siempre disponible para lo que se le demande.
Por eso es tan importante lo que decía el Senador Harboe en cuanto a la necesidad de generar una cultura de respeto y dignificación en torno al trabajo doméstico, de manera que para impedir los abusos tengamos como herramienta no solo la ley, sino además una conciencia generalizada en el sentido expuesto.
Hay otro aspecto muy significativo en el caso de los trabajadores que viven en la casa del empleador, caso en el cual, como decía recién, no resulta fácil garantizar que no existan abusos: se establece que, aparte el domingo, van a tener para su descanso el día sábado. Y eso empezará a regir bastante pronto: a partir de noviembre de 2015.
En cierto momento había disposiciones que empezaban a tener vigencia a contar del tercer año de publicada la ley en proyecto. Me alegra mucho que se haya adelantado el inicio de su entrada en vigor.
Ahora, hay una cuestión que hace un par de años fue bastante controvertida: el uso de uniformes en espacios, lugares o establecimientos públicos.
Yo, a decir verdad, valoro la medida que se adoptó al respecto. Pero ella tiene que ver con muchas otras cosas. Por ejemplo, con los estigmas generados en nuestra sociedad, que no son fáciles de erradicar.
Por lo demás, pienso que no debiese ser obligatorio usar uniforme para realizar labores domésticas en una casa. Cuando uno hace trabajos de esa índole no se pone uniforme; a lo más, si le gusta cocinar, se pondrá un delantal, para no ensuciar su ropa.
Esas son cosas de la vida cotidiana, pero van en la línea de ir generando una cultura de respeto a los demás seres humanos.
Finalizo mi intervención, señor Presidente , señalando que hay algunos "pendientes".
Efectivamente, la ley en proyecto envuelve un avance importante, pues va a establecer un marco regulatorio que mejorará las condiciones laborales de las trabajadoras domésticas.
Sin embargo, no puedo dejar de expresar que algunos aspectos del Convenio N° 189 -Chile lo firmó en la reunión 100a de la OIT- se relacionan con los trabajadores y trabajadoras migrantes (conversando con la gente del Ministerio del Trabajo, me dijeron que probablemente aquello se aborde en la Ley de Extranjería) en cuanto a la necesidad de contar, antes de salir de su país, con un contrato escrito o con una oferta de trabajo escrita en la nación de destino.
Aquello es sobremanera relevante, en especial para regiones extremas, fronterizas, como la que represento, a las cuales llegan muchas trabajadoras que sufren abusos indecibles, inimaginables, porque no tienen adónde ir, adónde recurrir.
Ese aspecto me parece tremendamente importante, pues se trata de proteger a las mujeres migrantes, quienes también tienen derechos humanos, a pesar de que algunos no lo estimen así. Y, lamentablemente, he conocido experiencias de esa índole en mi Región.
Asimismo, dicho Convenio obliga a los estados a dotarse de un reglamento sobre la operación de las agencias de empleo privadas, situación que también, en mi concepto, deberemos abordar.
Señor Presidente, valoro este proyecto, que constituye un avance significativo para el mejoramiento de las condiciones laborales de trabajadoras que ejercen una de las ocupaciones que demandan mayor sacrificio, quienes, por desgracia, en muchas ocasiones se exponen a abusos que esperamos que con este proyecto disminuyan.
He dicho.
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor De Urresti, uno de los autores de este proyecto.
El señor DE URRESTI.-
Señor Presidente, Honorable Sala, doy gracias por el reconocimiento hecho a la iniciativa que presentamos en su oportunidad varios Diputados.
No obstante, creo que en primer lugar debemos expresar nuestra gratitud a las organizaciones de trabajadoras de hogar, quienes han luchado a lo largo de todo Chile.
Están presentes en las tribunas, y considero necesario hacerles un reconocimiento por su capacidad organizativa.
En el caso de mi Región, cito a Eliana Moreno, del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular de la provincia de Ranco. Y asimismo, a numerosas representantes de las organizaciones existentes a lo largo de nuestro país.
Felicitaciones a ustedes, como dirigentas, porque han podido visibilizar un trabajo que es casi invisible; un trabajo que tiene un espacio de acción muy acotado: dentro de un hogar, en la intimidad de él, lo que muchas veces dificulta la coordinación.
También felicito y agradezco al Ministerio del Trabajo, con su Ministra a la cabeza, por la labor que ha llevado adelante. Es importante entender que este Gobierno tiene una deuda pendiente en materia laboral. Y ojalá que este mejoramiento de la situación de las trabajadoras de casa particular sea un preludio de las reformas laborales que nuestro país necesita en materia de negociación colectiva, titularidad sindical y muchos otros derechos fundamentales, que es el mismo consenso que expresamos a los efectos de lograr que las mejores condiciones laborales establecidas para más de 320 mil trabajadoras, principalmente, también se proyecten a otros servicios.
No nos hagamos los lesos. Aquí hay un asunto pendiente. Durante mucho tiempo, no ha sido abordado en forma íntegra y se han cometido abusos.
En el mismo sentido, deseo reconocer -además de anunciar, obviamente, mi voto a favor- el hecho de que el proyecto permita mantener en la Inspección del Trabajo el registro de los contratos. Ello es fundamental para poder llevar a cabo la fiscalización. No se cuenta con funcionarios suficientes para constituirse en cada uno de los más de 300 mil hogares donde se prestan estos servicios, pero, a través del sistema mencionado, se pueden identificar aquellos donde no medie esa constancia y en los que sea posible verificar inspecciones aleatorias, las cuales provocan mucho mayor impacto.
Estimo relevante empezar a nivelar y a eliminar las jornadas laborales prolongadas. Por el espacio disponible en algunos lugares, es claro que las setenta y dos horas semanales -a veces se exceden y son ochenta o más- pueden llevar a que resulte absolutamente indigno e insufrible para una trabajadora el encontrarse de modo permanente al servicio del empleador.
La regulación de las doce horas de descanso -nueve continuas y tres fraccionadas- se traducirán en un desempeño como corresponde, sin hallarse constantemente la persona en situación de ser requerida, lo que no ocurre en otro tipo de legislación.
Sería conveniente que el Ministerio del Trabajo pudiera informar qué procedimientos se aplicarán para fiscalizar este aspecto.
Porque seamos claros: el domingo generalmente se descansa y constituye una práctica más o menos regular que las actividades disminuyan y la gente salga; pero la trabajadora no siempre tiene la capacidad de negociar con su empleador el fraccionamiento del sábado.
Considero necesario, entonces, aumentar el cumplimiento en este ámbito por la vía de la fiscalización y del registro de los contratos, pero asimismo con una importante política de educación en los derechos sindicales. Por eso, valoro nuevamente la agrupación de las trabajadoras, ya que, muchas veces, la capacidad de negociación depende del empleador que toque, y la realidad es muy diversa. A diferencia de organizaciones laborales con afiliados pertenecientes a una empresa, que disponen de una sede, se juntan todos en la hora de colación e intercambian experiencias y establecen una estrategia, la asesora de hogar con frecuencia trabaja en un espacio limitado, sola, bajo el permanente control del empleador.
Es importante, en consecuencia, el papel de la Secretaría de Estado, para que se dé pleno cumplimiento a la ley en proyecto, se instruya a las inspecciones del Trabajo y se capacite en campañas de difusión a fin de que las mujeres puedan saber cuáles son sus derechos y denunciar abusos.
Por último, aparte valorar el enorme avance que se está efectuando, quisiera dejar sentado un punto para la reflexión y respecto del cual me gustaría escuchar una más completa opinión de la Cartera. Hago referencia a los migrantes y especialmente a la gran cantidad de trabajadoras de casa particular extranjeras. Ahí la desigualdad entre el empleador y la empleada es enorme, porque se hallan de por medio la permanencia en el país, la visa de trabajo y otras condiciones que hacen absolutamente asimétrica la relación en favor del primero y se abre, por lo tanto, la posibilidad de excesos.
Se trata de saber de qué manera el Ministerio del Trabajo puede aplicar una política especial, de fortalecimiento y protección, respecto de esas mujeres, que son miles y miles, y no pueden hallarse en una condición distinta de las chilenas. Son seres humanos, y si han sido acogidas en el país, tienen el mismo derecho a que se respeten sus condiciones laborales y su dignidad.
Felicito el que la iniciativa en debate vaya a convertirse en ley. Pero creo que queda una enorme tarea de fiscalización, de educación, de formación de conciencia en el sentido de que las trabajadoras de casa particular son un aporte fundamental en la economía, en la educación, en la formación, en la gestión de nuestra sociedad, y de que merecen pleno respeto.
Envío un saludo a aquellas que se encuentran presentes y también, por su intermedio, a todas las mujeres que a lo largo de Chile hacen un trabajo enorme.
¡Que se respeten sus derechos y que puedan organizarse!
He dicho.
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Guillier.
El señor GUILLIER .-
Señor Presidente , el proyecto, que modifica la jornada, el descanso y la composición de la remuneración de los trabajadores de casa particular y establece ciertas normas que mejoran la dignidad de su labor, se enmarca en el contexto de la adecuación de nuestra legislación al convenio N° 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre trabajo doméstico, entidad que pretende un trato más favorable para el sector. Se trata, por consiguiente, de un reconocimiento de derechos.
El solo hecho de que la sociedad le asigne a una labor la debida apreciación mejora la dignidad que la acompaña. Nadie puede negar que el trabajo doméstico, en general, se halla subvalorado, en particular ante la importancia que adquiere en un momento en que la familia chilena sufre serios problemas y crisis en numerosos ámbitos y en que la mujer que lo realiza asume roles que ni siquiera están establecidos en las normas laborales o en los tratos, al cuidar frecuentemente a menores de edad, a adultos e incluso a discapacitados con un amor que muchas veces compensa la falta de afecto materno o paterno.
Estimo, entonces, que esta es una iniciativa que cumple no solo con la formalidad de un reconocimiento de derechos, sino también con la dignificación y el enorme reconocimiento que merece el hecho de encargarse de un hogar en ausencia de los padres.
Igualmente quisiera consignar, como un mérito, que el proyecto es fruto de la lucha social de las trabajadoras del sector, pero también del compromiso de un grupo de parlamentarios, de distintas bancadas -algunos de ellos se encuentran en el Hemiciclo-, que presentaron sucesivas mociones, las cuales finalmente fueron recogidas por el anterior Presidente de la República , quien dio curso al texto en votación.
Deseo simplemente destacar -a mi juicio, ya se registra bastante consenso y probablemente la aprobación será unánime- que se contempla una relación de trabajo con una mayor especificación del contrato y de sus condiciones: cuáles son las labores, el domicilio donde se realizarán y la duración de la jornada, que en muchos casos supera hoy las setenta horas y se reduce a unas razonables cuarenta y cinco semanales. También se incluye el derecho a un descanso mínimo semanal el día domingo, más el correspondiente al sábado, que podrá acumularse o intercambiarse. Ello regirá en plenitud a partir de noviembre de 2015.
Asimismo, se accede a una demanda largamente sentida de las trabajadoras de casa particular en el sentido de prohibirse el condicionamiento del contrato al uso de uniformes o delantales en espacios, lugares o establecimientos públicos, puesto que la vestimenta consigna, de alguna forma, la pertenencia a un sector en la jerarquía de nuestra sociedad.
La iniciativa, en consecuencia, atiende a peticiones de antigua data del gremio, por lo que no puedo sino aprobarla.
Quiero subrayar que quedan pendientes muchos otros casos de trabajadores aún no formalizados en su relación laboral. Aprovecho la presencia de la señora Ministra del Trabajo para solicitar que se sigan buscando mecanismos de incentivo a la contratación y la regularización de dicho vínculo, y, al mismo tiempo, que se realice una campaña comunicacional y de fiscalización, de advertencia, para promover y difundir la ley en proyecto.
Voto que sí.
Muchas gracias.
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Puede intervenir el Senador señor Patricio Walker.
El señor WALKER (don Patricio).-
Señor Presidente , decía alguien por ahí que la caridad termina donde empieza la justicia. En ese sentido, acá no estamos haciendo algo con miras a dispensar una gracia por ser muy dura la situación en el ámbito del trabajo y porque, en consecuencia, tenemos que ser humanitarios, sino que la cuestión va mucho más allá y es mucho más de fondo: estamos haciendo justicia, pues se trata de personas, de trabajadoras, y eso merece hoy día un reconocimiento.
La Constitución asegura la igualdad ante la ley y establece que no puede haber discriminaciones arbitrarias; pero, por muchos años, por décadas, por siglos, desgraciadamente se ha registrado una situación de desigualdad, de discriminación arbitraria de las mujeres que se desempeñan en una casa particular.
La verdad es que hemos progresado muy lentamente desde una total desprotección a una mayor protección o una menor desprotección.
Valoro que a lo largo de los últimos años hayamos avanzado en el establecimiento del fuero maternal en el sector y en que la remuneración mínima en este sea igual a la de todos los trabajadores.
En cuanto al descanso en los días festivos, ¡por Dios que es importante disponer de uno de ellos para estar con la familia, con los seres queridos! ¡Qué increíble que ello no se respetara hace algunos años!
Algunos afirman: "Esto puede regularlo el mercado"; "Cuesta tanto hoy día encontrar una persona disponible para ocuparse en las labores de casa particular". Esto no lo regula el mercado. El derecho laboral es tutelar, porque una de las partes es más débil, y, en consecuencia, tienen que contemplarse derechos irrenunciables y una protección especial para los trabajadores, en general.
Por eso, deseo destacar la importancia de que los contratos deban indicar específicamente el tipo de actividad que se va a realizar. Hoy día no es lo mismo desempeñarse en labores de aseo o de cocina, muchas veces connaturales al rol de una trabajadora de casa particular, que en el cuidado de un adulto mayor, por ejemplo, en forma adicional. Esta última función tendrá que precisarse en el contrato, y, naturalmente, se requerirá la aceptación de la interesada para que desarrolle algunas labores específicas.
El cambio de domicilio, obviamente, no da lo mismo, en relación con la residencia permanente o el lugar donde viven los hijos de la trabajadora de casa particular, y, por lo tanto, es importante que se requiera el acuerdo de la mujer y que ello sea registrado por la Inspección.
Históricamente, algunos empleadores han abusado mucho -encuentro que es una vergüenza, pero así ha sido- imputando la alimentación y el alojamiento a la remuneración. Ello nunca más ocurrirá, ya que se establece una prohibición absoluta en tal sentido.
Es muy relevante que se impida rebajar las remuneraciones como consecuencia de la reducción de la jornada laboral. Porque la estamos disminuyendo de setenta y dos horas efectivas a cuarenta y cinco, igual a la de cualquier trabajador. Constituye una aplicación de la igualdad ante la ley.
Ahora, si se han cumplido horas extraordinarias -se establece un máximo de quince semanales-, deberán pagarse con un recargo de un 50 por ciento. Es decir, se respeta la dignidad de la trabajadora de casa particular.
La jornada laboral tendrá un límite, naturalmente, de doce horas diarias, y, por supuesto, el descanso no solo será el domingo y los festivos, sino también el sábado, salvo que medie el acuerdo de la trabajadora para cambiarlo por otro día de la semana. De esa forma, podrá estar con su familia, con sus hijos, con sus seres queridos, y recrearse como cualquier otra persona. Eso es dignidad. Eso es justicia.
Desde el punto de vista de la dignidad, también, el hecho de que no se pueda condicionar la contratación para desarrollar estas labores al uso de un delantal o uniforme tiene un efecto tal vez simbólico, pero muy de fondo y emblemático. Es algo que me parece muy importante. Para mucha gente es muy significativo ir a una plaza, a un lugar público, y compartir con otros, y si alguien se siente incómodo con la exigencia, ¿por qué imponerla?
Encuentro que ello es francamente denigrante. Al Senador que habla, por lo menos, le choca mucho y estima necesario progresar en superarlo.
¡Derechos irrenunciables!
¡Carácter tutelar del derecho laboral!
Cabe un reconocimiento a los sindicatos, que han ejercido una labor muy significativa. Sin la actividad de sus dirigentes, probablemente no avanzaríamos como lo estamos haciendo. Por esa razón, quiero brindarles un reconocimiento muy sentido a las que nos acompañan hoy día en las tribunas.
He dicho.
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lagos.
El señor LAGOS.-
Señor Presidente , quisiera anunciar que votaré con entusiasmo, con ganas y contento de acoger el proyecto de ley, que se suma a muchos aprobados en el pasado con relación a las trabajadoras de casa particular, pero constituye, sin duda, un salto bastante cualitativo hacia adelante. Es algo que la señora Ministra del Trabajo y otros colegas que me antecedieron en el uso de la palabra han explicado muy bien.
Solo enumeraré algunos de sus contenidos.
Las normas generales aplicables al sector incluyen lo relativo al contrato de trabajo, que debe especificar el domicilio donde se van a prestar los servicios; el registro de los contratos y la fiscalización, y la prohibición de imputar el alojamiento y la habitación a la remuneración, la del uso obligatorio de uniformes en espacios o lugares públicos y la de rebajar la remuneración ante la reducción de la jornada y descontar las horas adicionales.
Para las trabajadoras de casa particular que no viven en el domicilio del empleador, se establecen una disminución significativa de la jornada, de setenta y dos horas semanales a cuarenta y cinco, y una bolsa de horas semanales que se pagarán como extraordinarias, con un recargo.
Para las trabajadoras de casa particular que viven en el domicilio del empleador, se amplía el descanso semanal, como se ha señalado, en forma importante. El domingo no se halla considerado en este momento necesariamente para tal efecto. Fue conseguido a lo largo de numerosas luchas, pero no figura en la ley. En adelante, el Código del Trabajo lo contemplará con ese carácter, junto a un día adicional en la semana que, si no hay acuerdo entre las partes, será el sábado.
Estas últimas trabajadoras contarán, asimismo, con un nuevo régimen de descanso diario.
Además, se especifican la vigencia e implementación del cuerpo legal en proyecto.
Todo eso se ha mencionado aquí en detalle. Las dirigentes que nos acompañan en las tribunas lo conocen a la perfección.
Mi único comentario -no me tomará ni siquiera cinco minutos de los diez que me quedan- apunta a subrayar que esta es una de esas luchas grandes, largas, que reflejan nuestra historia y desarrollo.
Los trabajadores de casa particular -por lo menos, en la forma en que he observado la situación- casi son resabios del poscolonialismo. En un Chile paupérrimo, se tenía a cargo mucho personal. A medida que el país fue progresando, la mano de obra se hizo necesaria y nacieron, en consecuencia, las empleadas puertas adentro, registrándose una profunda emigración.
Ya lo dijo la OIT en la 100.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, que dio lugar al Convenio N° 189: parte importante de las trabajadoras de casa particular son inmigrantes. Y ese sigue siendo el caso de Chile, al que llegan extranjeros. Pero antes se trataba de personas que venían desde el campo a la ciudad. Esa era la realidad.
Ello tenía que ver con un nivel de desarrollo bajo, con remuneraciones malas, con pocos derechos. ¿Y qué ocurrió? Que fuimos legislando en materia laboral respecto de muchas áreas y el asunto quedó enquistado, sin abordarse. Y no se abordó, entre otras cosas, porque resultaba cómodo no hacerlo, a mi juicio.
Daban la lucha los dirigentes del cobre. La daban otros para conseguir la Ley de la Silla. ¡Se daban tantas luchas sindicales y laborales! Y la cuestión de los trabajadores de casa particular -han sido mujeres, especialmente- fue quedando escondida, no resuelta, sin urgencia. Era como natural que hubiera personas que se hiciesen cargo de buena parte de la conducción de un hogar, complementando el rol de los padres -a veces los sustituían, incluso-, y, con frecuencia, a costa de las familias propias.
A medida que Chile progresaba, la situación fue cambiando.
Conforme a las cifras proporcionadas por las dirigentes en la Comisión y la Ministra del ramo, de los 370 mil y tantos trabajadores de casa particular, 350 mil son mujeres. De ellas, la gran mayoría presta servicios puertas afuera, no puertas adentro.
¿Cómo era eso hace treinta años? Era al revés. ¿Y por qué ha cambiado? Porque se ha contado con más recursos, porque las dirigentas son más organizadas, porque el país da más oportunidades y, en consecuencia, hay menos chilenos y chilenas dispuestos a servir al interior de un hogar.
Así y todo, hoy existen más de 25 mil personas que trabajan "puertas adentro". ¿Y con qué derechos? Lo digo con todo cariño: algunas de ellas, con muy pocos. ¡Y casi feudales! ¡Cómo vamos a regular recién ahora, en pleno siglo XXI, que alguien pueda descansar un domingo, o que tenga un segundo día libre a la semana!
Y este es un problema que nos compete a todos. No es culpa de un gobierno ni de un parlamentario; es de todos nosotros, como sociedad.
Finalmente, se ha llegado a legislar sobre esta materia.
Los que hemos tenido la oportunidad de vivir en el extranjero, por diversas consideraciones, ¿qué hemos visto en los países desarrollados? Allí no existen los trabajadores "puertas adentro". No hay. No es que no estén regulados o estén prohibidos: no hay, porque los recursos económicos no dan para eso, porque la gente tiene la posibilidad de elegir una alternativa distinta y prestar un servicio con dignidad.
Por eso es tan importante lo que se hace acá con respecto a los trabajadores que prestan servicios "puertas afuera". Se les reduce la jornada laboral sustantivamente, de 72 a 45 horas. En el fondo, lo que se está haciendo es reconocer la prestación de un servicio, pero no la prestación de un servicio a toda costa o a todo evento, que cercene las posibilidades de desarrollarse. Muchas personas resignan a sus hijos para ejercer esta labor y obtener recursos para poder educarlos. Conozco de cerca numerosos casos. Y lo mínimo que pueden tener es un descanso razonable, irrenunciable. No existía, y eso es responsabilidad de todos nosotros.
Quiero hacer presente, además, que aquí hay un tema de discriminación profunda.
Hace poco -y lo digo con mucho respeto a las dirigentas que nos acompañan hoy día-, una reconocida cantante nacional fue increpada en un recital diciéndole que tenía cara de nana. ¿Qué se estaba expresando? Una profunda discriminación. Y eso lo dijo un chileno; no fue un extranjero; refleja lo que ocurre en nuestro país.
Y eso, cuando veo este proyecto de ley -que va a pasar "colado"- no debe ser así, señora Ministra . Yo no sé lo que va a hacer usted o el Gobierno -por su intermedio, señor Presidente -. Esto, una vez que esté aprobado, tendrá que estar en los matinales, tendrá que estar en las radios.
A veces se dice que hay que gastar recursos en publicidad. ¡Muy bien! Háganlo ahora para socializar esta ley, porque, como lo señalaba el Senador Harboe y creo que no solo él, todavía hay muchos que miran para el techo y se hacen los lesos.
Y termino con un tema que, como indicó el Senador De Urresti, está pendiente y es tremendamente importante: el de las trabajadoras migrantes extranjeras. Porque se establece un mercado dual, segmentado: el de aquellas "bien capacitadas" -entre comillas-, que van a costar bastante más caro (el de las chilenas, porque básicamente son mujeres), y el de las extranjeras, que a veces se encuentran en situación legal irregular y, en consecuencia, deben prestar sus servicios por rentas menores.
Creo que es un aspecto que debemos abordar con firmeza, junto con una política general de inmigración en Chile, para ir terminando con odiosidades y discriminaciones que hemos conocido de cerca a lo largo de estos años.
Así que voto contento a favor del proyecto.
Felicito al Gobierno de la Presidenta Bachelet, al Gobierno del Presidente Piñera y a todos los Diputados y Senadores que presentaron mociones sobre la materia, las que dieron lugar a un proyecto de ley que recogió todas esas preocupaciones.
Muchas gracias.
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la Honorable señora Lily Pérez.
La señora PÉREZ (doña Lily).-
Señor Presidente , he quedado muy motivada con las palabras del Senador Lagos, que comparto.
Pienso que el proyecto de ley que hoy estamos votando acá es mucho más que aquellas iniciativas que normalmente votamos en la Sala los días martes y miércoles: es un proyecto que se sitúa en el contexto del combate a la discriminación.
Y es un proyecto que arrastra muchos años de lucha de los sindicatos, de las mujeres, pero además muchas rabias, muchas penas, muchas injusticias.
¡Es insólito! A algunos les llama la atención que una de las cosas que se prohíban dentro de la normativa sea la inclusión, en el contrato, del descuento por habitación o alimentación.
Llama la atención. Pero no solamente es así. En muchas casas no se les permite a los trabajadores comer lo mismo que comen los dueños de casa o compartir las cosas especiales que se compran.
Conocemos numerosos casos donde a las trabajadoras no se les ha hecho contrato de trabajo, o se les ha impuesto por menos o por el mínimo, lo que finalmente se traduce en pensiones miserables o en acceso a bonos muy inferiores en las prestaciones de salud.
Y recordemos la situación que se dio el año 2011, en plena discusión de la Ley Antidiscriminación, en Las Brisas de Chicureo, donde me tocó intervenir. Las mujeres de SINTRACAP mostraron su valentía cuando ahí salió un instructivo que ordenaba a las empleadas de casa particular andar identificadas como tales y les prohibía transitar sin uniforme al interior del condominio. ¡Para qué decir usar algunas de las instalaciones!
¡De eso estamos hablando!
Estamos hablando de un oficio, que cada vez se ha ido convirtiendo más en una profesión, y que hoy, correctamente, está siendo más visto como lo que debe ser: la prestación de servicio, con reglas del juego muy claras y con un contrato sujeto a regulaciones. Porque un Estado libre en materia económica regula estas cosas.
Por eso es tan importante el proyecto que hoy estamos votando. Sin lugar a duda, marcará un antes y un después en la profesionalización de este oficio. Efectivamente, son más de 300 mil personas -principalmente mujeres- las que trabajan en casas particulares.
Uno escucha a mucha gente hablar con gran cariño y afecto. Pero la verdad es que aquí se requiere más que eso: se requiere reconocer una labor que debe ser vista como una profesión y un servicio que nos permite a nosotros hacer muchas más cosas, también de carácter profesional.
Hace varios años en una entrevista me preguntaron cuál era la razón de mi gran éxito en asuntos políticos. Y yo, honestamente, dije que era gracias a otras mujeres, entre ellas mi madre, y también la María Teresa , que trabaja conmigo desde hace muchos años. Sin lugar a duda, si ella no me hubiera ayudado a suplir todas aquellas cosas que yo, como mujer, igual trato de hacer lo mejor posible, aunque no con el éxito de una dueña de casa, no podría haberlo logrado.
Así que a todas las mujeres que trabajan en los hogares, que tanto nos han dado y tanto han apoyado a otras mujeres para desarrollarnos en nuestra vida, que han ayudado a muchas familias a salir adelante; a mujeres que han criado a sus hijos con esfuerzo, a hijos que hoy son profesionales, que se sacaron la mugre para ello, un rotundo "sí" para la aprobación de este proyecto de ley. Y estoy de acuerdo en que Chile sepa y se eduque con respecto a lo que significa el trabajo en una casa particular.
He dicho.
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero saludar a las dirigentas que nos acompañan en las tribunas, todas luchadoras, desde hace mucho tiempo, por los derechos de las trabajadoras domésticas, particularmente a Ruth Olate , de SINTRACAP; a Bernardina Muñoz , de ANECAP, y Emilia Solís , de SINDUTCAP.
También, por cierto, a Inilsa Contreras, una vieja luchadora por los derechos de las trabajadoras de casa particular en la Región del Biobío.
El señor LAGOS.-
¡Dígale "luchadora", pero no "vieja"¿!
El señor NAVARRO.-
Es que ella es luchadora y sabe por qué se lo digo. Juntos luchamos por restaurar la democracia cuando aquello era muy difícil.
Asimismo, se hallan en las tribunas representantes de otros países de América Latina, que han coincidido en un taller internacional de trabajadoras domésticas organizado por la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Confederación Sindical de las Américas (CSA), en conjunto con la OIT.
Lo anterior muestra la importancia que tiene el sector para el sindicalismo mundial y para las Naciones Unidas, a través de la OIT.
Para nosotros es un honor recibir a trabajadoras internacionales. Y, por cierto, vaya nuestra felicitación por la garra de visitar nuestro país luchando por los derechos de las trabajadoras de América Latina.
El proyecto viene a hacer justicia en algo que debiera ser siempre justo. Instaura un conjunto de hechos que, como se ha señalado, siempre tendrían que ser parte de nuestra tarea diaria:
-Extiende el concepto del pago de remuneraciones en dinero, dejando de lado los alimentos u otros.
-Establece que en los contratos de trabajo se deben especificar las labores y particularmente dónde se realizarán.
-Reduce, a partir de noviembre de 2015, la jornada de las trabajadoras que no vivan en la casa de su empleador a 45 horas semanales. Esto es de toda justicia. Hace ya rato que la jornada ordinaria se redujo a 45 horas semanales.
-Establece, para los trabajadores que viven en la casa del empleador, el derecho a descanso mínimo semanal en día domingo, más dos días sábados, pudiendo estos últimos acumularse o intercambiarse.
-Prohíbe el condicionamiento del contrato al uso de uniformes o delantales, para, en definitiva, darle más dignidad a esta enorme tarea.
Además, la señora Ministra me ha informado que el Convenio 189 de la OIT ya fue aprobado en la Cámara de Diputados, por lo que Chile va a ser parte de dicho instrumento, que establece el trabajo decente para trabajadoras y trabajadores domésticos. Es una gran noticia.
Asimismo, quiero enfatizar dos cosas.
Para que la ley en proyecto se cumpla tiene que haber fiscalización y una Dirección del Trabajo acorde.
Cuando creamos el SERNAM, cuando establecimos los derechos de la mujer, se capacitó a Carabineros. Fue un proceso lento y a veces dificultoso. Antes, cuando las mujeres eran agredidas, la actitud de los policías uniformados era decirles: "Vayan a arreglárselas a sus casas". Y hubo que capacitar a Carabineros y a todos los funcionarios públicos.
La futura ley requerirá un fortalecimiento de la fiscalización, de las facultades de la Dirección del Trabajo, de que haya inspectores que ayuden. Porque esta fiscalización debe ser colaborativa. Hay que indicarle al empleador, que también es un trabajador, qué debe hacer, cómo tiene que contratar, qué derechos debe respetar.
Al respecto, le manifesté a la señora Ministra que la capacitación ha de ser parte de los derechos de las trabajadoras.
En ese sentido, el bono al trabajo de la mujer -programa que incentiva a contratar a más mujeres- debiera extenderse igualmente a estas trabajadoras. Esto, en los hechos, significa un sueldo número trece, un ingreso adicional para la trabajadora y también para el empleador, de modo que se motive la contratación.
Le planteo a la Ministra perfeccionar el mecanismo, para dar cabida a más mujeres, estableciendo condiciones que lo posibiliten, porque 9 mil puntos o un perfil demasiado bajo en el puntaje hace que muchas trabajadoras no puedan acceder a él.
Elementos como la indicación del domicilio o la residencia son temas concretos. Y creo que es bueno tener las reglas del juego muy claras.
En tal sentido, el texto en debate viene a perfeccionar una legislación que debe ser fiscalizada con mucha educación. Ya lo dijo el Senador Lagos: claramente, lo que necesitamos es una tarea de aprendizaje cultural y de información, para que la futura ley efectivamente se respete.
Dicho eso, señor Presidente, quiero hacer mención, en los minutos que me quedan, de un hecho que revela, en el fondo, lo que aquí se ha planteado. Me refiero a la carta abierta del hijo de una nana a quienes "insultaron" a Anita Tijoux.
Dice:
"Esa cara de nana, esa cara que te prepara el desayuno y plancha tu ropa, es la cara más hermosa que tiene este país. Yo doy gracias a la vida por ver esa carita en mi madre que con mucho esfuerzo y trabajando de nana ha sacado a sus hijos adelante".
Es lo que escribió Emmanuel Ortega Villagrán , en una misiva titulada "Carta abierta al hijo del jefe", que ha circulado por la red.
Y continúa:
"Seguramente no tienes idea quién soy y quizás poco te importe. Te contaré que no soy socialista, tampoco simpatizo con la derecha, mucho menos soy fan de Anita Tijoux , mas tengo algo contra ti que no me deja tranquilo.
"¿Así que la señorita Tijoux tiene cara de nana? Qué insulto más descalificativo que se te ocurrió. Quizás tu mente bajo ese cabello rubiecito encontró que era un insulto `filete' para la ocasión y mientras mojabas tus labios para gritar a todo pulmón ese descalificativo, tus amigos, también rubios lo encontraron chistoso y hasta te apoyaron gritándole a la `morenita' que estaba en el escenario.
"Todos los medios lo encontraron terrible, inaceptable que Anita Tijoux fuese descalificada de esa manera. Pero quiero ir mucho más allá. ¿Desde cuándo ser nana es un insulto? Me lo pregunto porque veo esa cara de nana todos los días en mi madre cuando llega de su trabajo. Esa misma cara que viste tantas veces y que estuvo contigo mientras tus padres trabajaban para poder costearte los viajes a Brasil, las salidas a la nieve" y tus diversiones.
"Esa cara de nana te conoce en algunos casos mejor que tus mismos padres, esa cara de nana conoce tus gustos, tus frustraciones y hasta sabe qué color te gusta, qué comida te encanta y aunque no te has dado cuenta siempre ha estado ahí. Porque el vínculo que genera una nana con los niños que cuida es casi tan fuerte como cualquier otro amor. ¿Cuántas veces esa nana estuvo contigo mientras dejaba a sus hijos, no porque quisiera, sino porque era su responsabilidad?
"Esa cara de nana está en muchos hogares del barrio alto. Es la que duerme en la pieza chica, la que come en la cocina y la que debe usar ese uniforme para que todos quienes entren a la casa sepan cuál es su rol. Pero también esa cara de nana fue la que viste cuando acariciaba tus heridas de niño, esa misma cara fue la que te cuidó cuando estabas enfermo, que te conoce incluso mejor que nadie y hasta atendió a la polola nueva que trajiste a la casa.
"Ese rol que corresponde a los padres, una cara de nana lo representa muy bien y con orgullo. ¿Sabías que esa mujer llega a su casa contando tus logros y lo orgullosa que está de ti? Es más, es ella la que siempre te desea lo mejor en todo, pese a todas las cagadas de hijito de papá que te has pegado.
"Por eso pido que recapacites, no soy nadie para juzgarte, pero considero que Anita Tijoux debería sentirse halagada, y los medios deberían mostrar ese enfoque, ya que esa cara de nana, esa cara que te prepara el desayuno y plancha tu ropa, es la cara más hermosa que tiene este país. Yo doy gracias a la vida por ver esa carita en mi madre que con mucho esfuerzo y trabajando de nana ha sacado a sus hijos adelante. Si esta carta te ofende, te pido disculpas pero supongo alguien tenía que decírtelo.
"Se despide atentamente, un hijo de nana de este país.
" Emmanuel Ortega Villagrán ".
--(Aplausos en tribunas).
Señor Presidente , debiéramos compartir el orgullo de este hijo. Y creo que parte fundamental de la ley en proyecto también tendría que llenarnos de orgullo.
Por lo tanto, voy a votar a favor de la iniciativa. Ya podremos seguir mejorando su texto, ya podremos seguir trabajando más duro para obtener mayor igualdad, ya podremos seguir dignificando la vida y la labor de hombres y mujeres, y en especial de las trabajadoras domésticas particulares de Chile.
Voto que sí.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
--(Aplausos en tribunas).
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Por supuesto, nos adherimos a la carta que ha leído el Senador Navarro.
Tiene la palabra la Honorable señora Von Baer.
La señora VON BAER.-
Señor Presidente , quiero comenzar mis palabras felicitando a todas las mujeres que nos acompañan esta tarde -aunque también veo a algunos varones-, porque creo que la labor que han realizado, organizándose y trabajando transversalmente con los distintos sectores políticos, es lo que ha llevado a que casi todos los Senadores deseen intervenir hoy para manifestar su acuerdo con un proyecto de ley cuyo contenido es bastante impresionante.
Resulta muy impactante estar legislando sobre algo que parece obvio que debiera ser así. Es realmente asombroso que lo estemos haciendo para establecer que el domingo sea libre y que se cuente con un día adicional de descanso; para que las jornadas laborales no sean tan largas y para que el contrato de trabajo sea depositado en forma pública ante el ente pertinente.
De pronto, uno pierde un poco la perspectiva del país en el que vive. Piensa que este tipo de cosas están reguladas.
Y por eso quiero felicitarlas, pues si no fuera por la organización que ustedes han logrado llevar adelante, probablemente no estaríamos votando este proyecto de ley y la realidad que viven hoy seguiría existiendo.
Cuando uno revisa los números se encuentra con que más de 370 mil personas laboran en casas particulares. Y de las palabras expresadas en la tarde da la sensación de que este fuese un trabajo menos importante.
Yo quiero reivindicar tal labor, porque no solamente ayuda a las familias a cumplir sus sueños, sino que implica que muchas de estas trabajadoras se conviertan en segundas mamás de numerosos niños, lo que las hace muy importantes en la educación de los menores en nuestro país.
La mayoría de las personas que laboran en el servicio doméstico son mujeres. Y muchos Senadores dijeron acá que en países desarrollados este trabajo no existía. En verdad, debemos preguntarnos por qué.
Eso se debe a que en aquellos hay un mercado laboral femenino muy amplio y fuerte. Y de ahí, señora Ministra -por su intermedio, señor Presidente-, que tengamos que preocuparnos de que no se pierdan puestos de trabajo femeninos.
¿Por qué numerosas trabajadoras se desempeñan en el servicio doméstico? Porque no existen otros empleos. Y cuando se debilita nuestro mercado laboral, quienes se ven afectadas más rápidamente son las personas jóvenes, que recién están terminando de estudiar o que no tienen la posibilidad de hacerlo, y las mujeres.
Por lo tanto, el que nosotros queramos que ellas puedan elegir puestos de trabajo distintos, diferentes y que exista toda la amplitud que se observa en naciones desarrolladas obedece a que necesitamos más empleos en Chile, y especialmente femeninos.
¿Por qué ha disminuido la cantidad de personas que se dedican al servicio doméstico? Porque hay más posibilidades de trabajo para las mujeres. Esto ha ido creciendo con gran fuerza en los últimos años. Y es ahí donde tenemos que apuntar mayormente.
Yo sé que quizá se trata de un problema bastante más amplio que el que nos preocupa acá, pero al mirar las cifras llama la atención que tantas mujeres se desempeñen en este ámbito.
Cuando aquí se habla de reforma laboral, a mí me encantaría que también lo hiciéramos acerca de cómo lograr un mercado laboral mucho más flexible. ¿Cuántas mujeres hay, señora Ministra -por su intermedio, señor Presidente -, que no quieren trabajar el día completo pero que lo harían por medio día? Para las empresas es supercomplejo contratar por medio día. Sin embargo, si pudiera hacerse por dos medios días, lo sería menos. Entonces, una mujer podría cumplir un rol en la mañana y otra el mismo rol en la tarde. Es decir, se podrían turnar.
Es ahí donde uno echa de menos una mirada quizás menos ideológica y bastante más práctica respecto a cómo hacernos cargo en especial de las necesidades de las mujeres, a cómo estas pueden combinar el cuidado de los hijos, que recae generalmente mucho más en estas que en los hombres (aunque creo que avanzamos en cuanto a que igualmente se hagan cargo de la crianza de los niños), con su trabajo. ¿Cómo flexibilizar esto sin que acarree precariedad?
Por eso, de pronto me pregunto por qué la mirada a una reforma laboral no implica hacernos cargo de los requerimientos de aquellas.
Varios colegas ya mencionaron acá los avances que significa este proyecto de ley, y quiero agregar otro.
Hay un dato que me preocupa muchísimo: ¡63 por ciento del personal de servicio doméstico que trabaja puertas afuera no tiene contrato escrito! Y ello significa que 63 por ciento -es altísimo- no cuenta con seguridad social. Esto me llama profundamente la atención.
Cuántas veces una mujer nos dice que carece de contrato -¡cómo ocurre esto!-, y que si lo tiene, en numerosas oportunidades le imponen por menos.
Lo que pasa es que muchas trabajadoras no tienen claridad respecto a sus derechos, y eso es profundamente preocupante.
A mí me encantaría ver que el Gobierno, a partir de este proyecto de ley, realmente emprendiera una campaña comunicacional fuerte para transmitirles a las mujeres cuáles son sus derechos y su importancia. Porque a la hora de acceder a la salud, pero sobre todo a la jubilación, recién se dan cuenta del descalabro que les provocará en el futuro que no tuvieran contrato y que no les impusieran. ¡Es dramático!
Eso conlleva que los hijos que vieron partir a sus madres muchas veces lejos de su hogar para ir a trabajar a Santiago -hablo en especial de las provenientes de regiones del sur-, lo cual probablemente les permitió estudiar o, a veces, tener algo que comer, se deban hacer cargo luego de sus mamás de vuelta en la casa, en una situación tremendamente precaria, pues nunca les enteraron sus cotizaciones.
Repito que eso es dramático. Y significa que estamos fallando como país. Porque es inexcusable para los empleadores que las trabajadoras se encuentren sin contrato, no obstante, también lo es para nosotros que estas miles de mujeres -63 por ciento- no tengan claridad acerca de sus derechos laborales.
Invito a quienes nos acompañan hoy en las tribunas no a dejar de trabajar, sino a informarse.
¡Qué importante es informarse!
No es posible que más de la mitad de las personas que laboran hoy día en casas particulares carezcan de contrato. Eso me parece muy grave.
Y hay que informar no solamente a todas aquellas personas que trabajan en casa particular acerca de que tendrán un día libre más, sino adicionalmente, de que les asiste el derecho a disponer de un contrato -es lo básico-, pero además a que se les paguen imposiciones por el sueldo completo. De no ser así, seguirán existiendo numerosas mujeres que trabajarán toda su vida sin alcanzar ni siquiera una pensión mínima, simplemente porque no saben cuáles son sus derechos.
¡Eso es inexcusable!
Espero, señora Ministra , que veamos esa campaña.
Muchas gracias a aquellos que nos acompañan hoy día en las tribunas. Pienso que entre todos podemos informar de la mejor manera no solamente acerca de este proyecto, sino también de los derechos laborales de todos aquellos que trabajan en casas particulares.
Voto a favor.
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ossandón.
El señor OSSANDÓN .-
Señor Presidente , he escuchado muchos comentarios, pero todos desde el punto de vista negativo.
Sin embargo, también he visto cosas positivas. Este tipo de trabajo no se da solo en el barrio alto -yo no vivo en este-, sino en todo Chile. Y por lo menos mi experiencia como niño y adulto fue extraordinaria.
Por lo tanto, voto feliz a favor.
Creo que hay que ir perfeccionando estos derechos para que las personas que trabajan en nuestras casas puedan tener una vida cada vez más normal desde el punto de vista familiar.
Me admira cuando se plantea que hay quienes -no sé si exista gente tan irresponsable- cobran el alojamiento, la comida, como dijo el Senador Harboe . Me parece una brutalidad. Pero existen millones de casos al revés, positivos, que nos hablan de la labor extraordinaria que realizan todas estas personas en nuestras casas.
Por tanto, como celebré, a pesar de que no era parlamentario, el establecimiento del derecho obligatorio a los feriados, que fue un gran logro para todas las trabajadoras de casa particular, celebro hoy esta iniciativa, porque creo que será una gran ley, que avanzará mucho en la normalización de sus derechos y en el mejoramiento de sus condiciones laborales.
Así que repito que voto feliz a favor.
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Orpis.
El señor ORPIS.-
Señor Presidente, primero, deseo saludar a las organizaciones presentes en las tribunas, que han trabajado intensamente, junto con el Gobierno, la Ministra y los parlamentarios, para avanzar de manera muy significativa en este cuerpo legal en proyecto que va a regular y a proteger su actividad.
En segundo término, creo que esta iniciativa también involucra afectos muy profundos. Por eso, a partir de ellos, a través de la Corporación, quiero rendir un homenaje a quienes han sido parte muy importante de mi vida: las personas que nos atendieron desde muy niños. Es un tremendo deber de gratitud.
En tercer lugar, quiero destacar la que es para mí, lejos, la disposición más importante, pues va a representar un cambio de giro en nuestra legislación: la que establece que los contratos deben registrarse en la Dirección del Trabajo.
Eso cambia el eje completamente, porque ya no se va a permanecer en el anonimato ni tendrá que ir un fiscalizador al domicilio para pedir que se le muestre el contrato. A mi juicio, lo que modifica la regulación en forma más determinante es que, suscritos los contratos, deben ser enviados a la Dirección del Trabajo.
¿A qué va a obligar eso, señor Presidente ? A que se hagan los contratos, los cuales estarán expuestos el día de mañana, pues los antecedentes figurarán en ellos, a ser fiscalizados para ver si efectivamente se cumplen o no sus disposiciones.
Para mí, eso es lo fundamental, porque se pueden tener las regulaciones más perfectas pero, si son difíciles de fiscalizar, muchas veces quedan en letra muerta. Y creo que esto, en sí, cambia los términos del avance que se va a lograr respecto de las trabajadoras de casa particular y abre también la posibilidad de que los contratos sean fiscalizables en cualquier minuto.
Como digo, esa es para mí la norma principal, junto con las que perfeccionan lo relativo a las remuneraciones y a la jornada de trabajo.
En consecuencia, quizás el mensaje más importante que debemos entregarles a las trabajadoras de casa particular es que dentro de las disposiciones que las protegerán estará la que establece que los contratos deberán ser remitidos a la Dirección del Trabajo.
Esa es, a mi juicio, la disposición fundamental. Porque habrá una autoridad pública con facultad fiscalizadora para verificar que el empleador cumpla las disposiciones de la ley y del contrato.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (28 votos a favor); no habiéndose presentado indicaciones, se aprueba también en particular y queda despachado en este trámite.
Votaron las señoras Lily Pérez, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Araya, Bianchi, Chahuán, Coloma, De Urresti, Espina, García, García-Huidobro, Guillier, Harboe, Lagos, Hernán Larraín, Matta, Montes, Moreira, Navarro, Orpis, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Rossi, Tuma y Patricio Walker.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor TUMA ( Vicepresidente ).-
Saludamos a los trabajadores de casa particular presentes en las tribunas y a sus organizaciones; a los dirigentes de la CUT que nos han acompañado también esta tarde; a la señora Ministra del Trabajo y a sus asesores; y, por supuesto, a todos los Senadores que han participado en la aprobación de este importante proyecto.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
)---------------(
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).-Ha llegado a la Mesa una solicitud de permiso constitucional de la Honorable señora Goic--Se accede.
)---------------(
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Lagos para un punto de Reglamento.
El señor LAGOS.- Señor Presidente , simplemente deseo pedir la autorización de la Sala para que la próxima semana la Comisión de Hacienda pueda discutir en general y en particular, en el trámite de primer informe, el proyecto de ley que faculta al Ministro de Hacienda para realizar un aporte extraordinario de capital al Banco del Estado de Chile y amplía el Fondo de Garantía para Pequeños Empresarios.
Eso fue conversado y acordado al interior de la Comisión, pero requerimos la autorización de la Sala.
El señor TUMA (Vicepresidente).-
Si le parece a los señores Senadores, se accederá a lo solicitado.
--Así se acuerda.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913/seccion/akn635913-po1
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635913
- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/7675-13