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El señor ZALDÍVAR (don Andrés).-
Señor Presidente , en la fundamentación de mi voto, voy a volver a la idea de que es bueno que tengamos conciencia.
El Reglamento del Senado está construido de tal manera que los informes de las Comisiones no sean el resultado del trabajo de las personas más inteligentes o más letradas; pero se entiende que en ellos se contiene la propuesta que se le formula a la Sala.
Y por eso dicho estatuto, cuando establece cómo se despachan en particular los proyectos, contempla una norma que tiene su sentido: todas las modificaciones aprobadas unánimemente por la Comisión se votan en la Sala sin debate, salvo que algún Senador pida revisar alguna.
Pero esa es una excepción, no una regla general.
Si no, ¿qué sucedería?
Vuelvo sobre el tema: la Sala se convertiría en Comisión. Y desde el momento en que la Sala se transformara en Comisión para revisar todas las iniciativas (porque cada Senador tendría derecho a hacer sus planteamientos) romperíamos el espíritu de lo que significa legislar en el Senado. Es decir, podríamos terminar con una retahíla de proyectos en espera de nuestro pronunciamiento.
Ese es el sentido de la disposición reglamentaria pertinente.
Ahora, ¿tiene derecho el Senador señor Gómez a conocer la iniciativa? Por supuesto que sí. Pero ha podido imponerse del informe con la debida anticipación. Y para eso el Reglamento establece que no se puede tratar una iniciativa sino tras 24 horas de conocido el informe.
Por lo tanto, Su Señoría tiene el derecho a imponerse del informe en detalle.
Es así como debemos legislar.
Y luego viene lo que se ha dicho acá: aprobamos o rechazamos por unanimidad las modificaciones de la Cámara de Diputados, salvo en un precepto; y le decimos a la Sala: "Llevemos este proyecto a Comisión Mixta, no por estar en contra de las disposiciones que rechazamos, sino debido a que tenemos que adecuarlas y sintonizarlas con lo que a nuestro juicio debe ser su texto definitivo".
Y de nuevo ese Senador tiene un derecho: el de ir a la Comisión Mixta si quiere dar su opinión.
Es decir, existen todos los elementos para intervenir y tomar conocimiento sobre la materia de la iniciativa.
En consecuencia, llamo la atención en cuanto a que, si aplicamos en forma continuada el mecanismo establecido hoy, la Cámara Alta se va a paralizar.
La Sala no es Comisión. Los Senadores tenemos el derecho a conocer las iniciativas -se nos da un plazo para hacerlo- y a discutirlas. Pero, excepcionalmente, por supuesto que se puede pedir conocer alguna norma.
Ahora, respecto al punto concreto que estamos discutiendo, debo señalar que mediante la letra c) propuesta por la Cámara de Diputados, como dijo el Senador Tuma , se delega en el Presidente de la República una facultad para elaborar una legislación vinculada a la forma de cobrar el interés en el caso de los microcréditos. Pero no sabemos qué hará el Primer Mandatario.
Eso hay que revisarlo. No podemos aprobar una disposición de tal índole sin que el Senado la discuta a fondo.
En el proyecto sobre tasa máxima convencional hicimos un debate muy exhaustivo. ¿Y qué aprobamos? Una legislación en resguardo de los intereses de los sectores de menor poder económico, de aquellos que recurren a créditos de hasta 200 UF. ¿Por qué? Porque quienes recurren a préstamos superiores a 200 UF, indiscutiblemente, tienen mayor capacidad de negociación.
Si aplicáramos hoy la norma que establecimos, en vez de una tasa de inter��s de 55 o 56 por ciento por créditos pequeños, existiría una de 39 por ciento, como máximo.
¿Y por qué 39 por ciento? Porque llama la atención: "¡Por Dios que es alto!". Porque el costo de operación de un crédito pequeño es el mismo que el de un crédito por un monto superior; y eso motiva que las comisiones y los gastos sean también mayores. Pero no debe sobrepasar el 50 por ciento como sucede hoy.
Esa es la razón por la cual creemos que hay que rechazar este y otros artículos: para llevarlos a Comisión Mixta y sacar un buen proyecto, que proteja realmente a los requirentes y les permita acceder a créditos en términos justos y sin ser objeto de abusos.
Reitero, señor Presidente: no convirtamos a la Sala en Comisión.
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