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El señor LAGOS.- Señora Presidenta , aprovecho de saludar formalmente a los Ministros que nos acompañan, encabezados por el Ministro del Interior , don Rodrigo Peñailillo .
Quiero señalar, en el escaso tiempo de que dispongo -y tratando de no repetirme-, primero, que mi apreciación como Senador de esta región es que en la emergencia se procedió bien.
Para probar lo anterior, más allá de los autocumplidos que uno pueda hacerse, hay que ver cuál fue la reacción de la ciudadanía, de los actores involucrados y el tratamiento de los medios de comunicación.
Y acá hubo una buena respuesta, que además refleja el aprendizaje adquirido por Chile en esta materia.
Quiero decir que este incendio -no es ninguna novedad- es el más grande que se ha registrado en la historia de Chile. Hasta antes de que se desatara, el último de proporciones, el de mayor magnitud que debió combatir Valparaíso fue el de Rodelillo-Placeres, en el cual se quemaron "solo 274 casas".
Pienso -lo afirmo responsablemente, porque hay que tratar de ser ecuánime en la vida- que la forma en que reaccionó la Administración del Presidente Piñera durante ese incendio fue acertada y correcta -en esa materia al menos-, tanto en la emergencia directa, en el día a día, como en la solución transitoria y permanente. Lo digo porque creo que el actual Gobierno tomó esa experiencia, la profundizó y la mejoró en cuanto a los beneficios -a Chile le va mejor que antes; hay más recursos-, y eso debe ser rescatado.
Lo segundo que deseo destacar -y lo valoro- es la presencia de los Ministros en terreno durante la emergencia. No hablo solamente de los de Obras Públicas y de Vivienda -estuvo al día siguiente-, sino también del Ministro del Interior , quien permaneció en la zona al menos durante cinco días, durmiendo en el plano y subiendo al área afectada a fin de ordenar y coordinar el trabajo realizado desde el Gobierno regional.
Por último, quiero relevar el rol que jugó la Armada de Chile en esta emergencia, a través del Contraalmirante Julio Leiva. Decretado el estado de catástrofe, la acción de la Armada fue fundamental -ciertamente, junto con Carabineros, con Bomberos-, y lo rescato, porque ayudó muchísimo a la hora de coordinar y, sobre todo, de preservar la seguridad de la ciudad de Valparaíso después de la tremenda catástrofe que nos acompañó y nos acompaña hasta el día de hoy.
Dicho lo anterior, relevo el esfuerzo realizado en materia de apoyo. No voy a repetir lo expresado por el Senador Fulvio Rossi -si bien se refirió a una tragedia distinta-; solo quiero decir que los apoyos concretos funcionaron, y bien. Acá tengo información sobre los casos que ha costado resolver a ratos, pero que se han ido solucionando, como el referido a personas que fueron encuestadas y después no apareció la encuesta.
Y me centraré en el drama de que hablamos: 3 mil 200 a 3 mil 400 familias afectadas, es decir, 12 mil a 13 mil personas. En consecuencia, considerando ese gran número, es posible que se cometieran errores, y se están corrigiendo. Para cada caso particular lo ocurrido constituye un drama. Lo entiendo. Pero desde el punto de vista de las grandes cifras, se generó un despliegue importante.
Tal vez, habría sido preferible una comunicación mucho más inmediata acerca de los beneficios. Pero eso se fue regularizando en el tiempo, y hoy día estamos abocados a entregar las ayudas permanentes y a solucionar las situaciones de personas que sienten que no fueron debidamente consideradas o que no aparecen en las listas.
Con todo, en lo grueso el sistema funciona.
Por otro lado, quiero llamar la atención acerca del monto de los beneficios.
Decía yo que en el incendio Rodelillo-Placeres la ayuda en bonos de autoconstrucción alcanzó a 10 o 12 millones de pesos, y hoy día hablamos de cifras considerablemente superiores, ¡considerablemente superiores!
Lo digo de manera pública: estoy contento de que en Valparaíso tengamos esta política, solo hago presente que es tan ambiciosa, en el buen sentido de la palabra, que creo que generará un precedente interesante.
¿Tendremos capacidad, ante dramas similares, de entregar este grado de apoyo en el futuro? Hablamos de 17, 18, 21 millones de pesos por núcleo familiar, y hasta de 27 millones tratándose de los condominios familiares. Y esto sin perjuicio de los doscientos mil pesos, y del bono para enseres de un millón depositado en una cuenta RUT en efectivo. Pienso que aquí hay una mirada distinta acerca de cómo abordar una catástrofe de esta naturaleza.
En seguida, es importante despejar algunos mitos, sobre todo para los colegas Senadores.
Este incendio no azotó solamente zonas de toma, de gente que vive en marginalidad, sino, casi por partes iguales, barrios consolidados, barrios fundadores de Valparaíso, en donde tenemos agua potable, alcantarillado, propiedad escriturada, etcétera, como los del cerro Merced, del cerro Las Cañas, del cerro La Cruz.
Entonces, no hay que abordar este problema únicamente desde el punto de vista de qué hacemos con las personas más vulnerables. Y acá ha habido un esfuerzo por apoyar y entender a esos sectores.
Además, vivimos permanentemente con el problema de las zonas de riesgo. ¡Esa es la realidad de Valparaíso! En tal sentido -me quedan escasos minutos, espero que en esto me secunde el Senador Zaldívar-, en el informe elaborado por la Comisión que preside el Senador Horvath queda claro que hay que resolver la emergencia, darle a la gente su vivienda definitiva, que puede ser incluso mejor que la que tenía -sobre todo en los sectores más vulnerables-. Pero si solo hacemos eso, nos quedaremos donde estábamos, con casas mejores.
Porque el drama de Valparaíso -y en parte de Viña del Mar-, es que precisa un plan de desarrollo urbano, de conectividad vial que hoy día no existe. Y creo, Ministro , Ministra -por su intermedio, señora Presidenta -, que esto no va a dar abasto. Yo valoro todo lo obrado, pero se requiere una mirada integral acerca de cómo se va a seguir desarrollando Valparaíso .
Junto con el Senador Zaldívar, propusimos un proyecto de ley para generar la llamada "Corporación de Mejoramiento Urbano de Valparaíso", que él explicará en detalle.
Ella busca, básicamente, generar una autoridad nueva y una institucionalidad distinta. Para dar cuenta de este tema no basta con el SERVIU y el seremi de Obras Públicas. El atraso es tan grande, y se arrastra desde hace tanto tiempo en Valparaíso: veinte a veinticinco años, si no más, que se requiere una institucionalidad distinta, con poderes y facultades para endeudarse, para diseñar nuevas vías, para tener derecho sobre los planes reguladores, lo cual hoy día se encuentra desperdigado en la Administración del Estado.
Por último, acá hay cosas bien concretas que hacer en el corto plazo, como se lo planteé en su oportunidad al Ministro del Interior , al ex Presidente de la República Sebastián Piñera : acá se requieren presupuestos especiales para situaciones especiales. Porque en Chile las comunas que tienen quebradas deben hacerse cargo de ello con la misma plata que las que no las tienen. Y estas decoran y dejan a la pinta plazas para el uso público con los mismos dineros.
Lo anterior no me parece justo y, en consecuencia, creo que tienen que destinarse recursos excepcionales. Y no estoy pensando únicamente en Valparaíso y Viña del Mar. Chile está lleno de comunas que, por su estructura geográfica, presentan un desafío distinto. Esto es como el subsidio a la vivienda: construir viviendas sociales en áreas de quebradas requiere edificar muros de contención que se llevan buena parte de los recursos, y así como se ha reconocido ese problema, hay que reconocer lo relativo al tratamiento de quebradas.
Por último, estimo que se deben establecer criterios más rigurosos -y en buena hora, legales- respecto a la responsabilidad de quienes tienen terrenos o predios susceptibles de incendiarse. Acá se incendiaron terrenos fiscales o de la Armada, pero también privados. Y cabe recordar que se ha registrado un remplazo en los cultivos forestales. El 45 por ciento de las zonas afectadas por el incendio corresponde a plantaciones de eucaliptus, que es uno de los árboles más combustibles que existen. Hemos presentado una iniciativa para regular esta materia y exigir a los dueños de esos predios que se hagan cargo de aquello.
Ahora bien -termino acá, señora Presidenta -, valoro los esfuerzos realizados, pero quisiera saber -tal vez se me pasó- si existirá una disposición y una mirada más amplia para abordar el tema de Valparaíso. No se trata solo de reponer las casas -se efectúa un esfuerzo gigantesco y con muchos recursos involucrados, y sería bueno saber cómo se van a financiar, pero eso ya llegará en su oportunidad-, sino también de qué hacemos con la conectividad.
La ciudad va a seguir creciendo, van a seguir llegando pobladores. ¿Vamos a seguir permitiendo que se instalen en zonas de riesgo? ¿O vamos a tener una mirada un poco más sensible en esta materia? Y cuando digo "sensible", me refiero a que la realidad es que si se desaloja a la gente que vive en esos espacios, estos se volverán a ocupar, y no se puede pretender erradicar a alguien a Limache o a Quilpué, por respetables que sean esos lugares, si vive en el cerro La Cruz, o en El Vergel.
Entonces, hay que buscar espacios que existen en Valparaíso, pero que cuestan más caros. Es posible darles a estas familias, dentro de su entorno, una ubicación. Hemos escuchado innumerables planes y sueños: "vamos a extender la Avenida Alemania"; "vamos a abrir el camino La Pólvora"; "vamos a hacer ejes transversales". Pero hasta ahora son sueños y deseos. Y uno escucha al Colegio de Arquitectos, escucha a la Universidad de Valparaíso, escucha a los geógrafos, escucha a los expertos en incendios. Pero lo que plantean debe abordarse en su conjunto, tiene que ponerse en un papel, debe dársele potestad. Y alguien tiene que dirigirlo.
Con todo cariño, señora Presidenta , es tanto lo que hay que hacer, que se requiere una institucionalidad distinta. No se trata de que los servicios actuales no den abasto, pero ha de existir una sola mirada que dirija esto. Sé que ello genera sensibilidades de todo tipo, porque nadie quiere perder atribuciones: ni el SERVIU ni el Ministerio de Vivienda ni el de Obras Públicas -"¿por qué, si el camino lo manejo yo?"-, y el municipio tiene que tener un rol. Además, todo esto se halla influenciado por quién tiene el poder, quién toma las decisiones y quién figura.
Yo prefiero que se demore la propuesta del Gobierno, pero que me digan que en esta Administración existirá esa mirada global. Hay una gran deuda pendiente en esta materia, de la cual todos somos responsables.
He dicho.
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