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La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Proyecto de reforma de la Carta, iniciado en moción de los Senadores señores Orpis, Bianchi, Horvath y Hernán Larraín, en primer trámite, que incorpora como territorios especiales, bajo el estatuto jurídico que determine una ley orgánica constitucional, los territorios geopolíticamente estratégicos así definidos por el Presidente de la República , con informe de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización.
--Los antecedentes sobre el proyecto (9160-06) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de reforma constitucional (moción de los Senadores señores Orpis, Bianchi, Horvath y Larraín Fernández):
En primer trámite, sesión 71ª, en 20 de noviembre de 2013.
Informe de Comisión:
Gobierno, Descentralización y Regionalización: sesión 92ª, en 5 de marzo de 2014.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).- El objetivo de esta iniciativa es incorporar en la Constitución Política un artículo 126 ter con el fin de instituir territorios geopolíticamente estratégicos.
La Comisión discutió este proyecto en general y en particular, por ser de artículo único, y lo aprobó por la unanimidad de sus miembros, Honorables señores Bianchi, Orpis, Rossi, Frei y Sabag.
Cabe tener presente que esta iniciativa debe ser aprobada por tres quintos de los señores Senadores en ejercicio, esto es, con al menos 22 votos favorables.
El texto que se propone aprobar se transcribe en la parte pertinente del primer informe.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- En discusión general el proyecto.
Debo reiterar -ya lo hizo presente el Senador señor Zaldívar- que llegado el momento de votar se tocarán los timbres y se les avisará a los integrantes de la -llamémosla así- "Comisión Especial de Restauración Patrimonial de Valparaíso", órgano que está sesionando en paralelo con la Sala.
Tiene la palabra el Senador señor Orpis.
El señor ORPIS.- Señora Presidenta , Honorable Senado, este proyecto de reforma constitucional se presentó antes del fallo de La Haya con la firme convicción de la unanimidad de los miembros de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización de que históricamente nuestros gobernantes nunca han desarrollado una visión geopolítica sobre el territorio nacional.
Tanto es así -lo indican los fundamentos de la moción que dio origen a este proyecto- que hasta 2005 todas las regiones de nuestro país tenían exactamente la misma categoría.
¿Cuándo se rompe tal uniformidad? Ese año, y no en beneficio de las zonas geopolíticamente estratégicas, sino de los territorios insulares, es decir, Isla de Pascua y Archipiélago Juan Fernández , para llevar a cabo allí una administración más eficiente.
Dichos territorios insulares fueron objeto de dos reformas constitucionales.
La primera la presentó el Presidente Ricardo Lagos y se materializó con la ley N° 20.193.
Posteriormente, la Presidenta Bachelet ingresó una nueva reforma, que dio lugar a la ley N° 20.573, mediante la cual se restringió en aquellos territorios el ejercicio de los derechos de permanencia, residencia y traslado.
Pero -reitero-, históricamente, nunca se ha abordado ese tipo de materias.
En los fundamentos del proyecto en debate se analiza en profundidad la historia de los territorios geopolíticamente estratégicos. Y se aborda la situación de Arica y Parinacota, de Iquique y de Magallanes.
Quiero concentrarme en los territorios del norte, que hoy día han sido objeto de demandas de los países vecinos.
Iquique registró un auge con el salitre; pero sobrevino la decadencia de este mineral, y fue abandonado por décadas. Luego, entre los años 1974 y 1975, cambia su destino con la creación de la Zona Franca. Y termina de consolidarse con el desarrollo minero.
Pero, particularmente, deseo concentrarme en la situación de Arica (Región de Arica y Parinacota).
Fue el último territorio que se incorporó a nuestra soberanía. Ello ocurrió en 1929. A partir de ese año y hasta 1950, Arica estuvo absolutamente abandonada.
Hubo un punto de inflexión bajo el mandato del Presidente Ibáñez , quien toma la decisión de potenciar Arica. En 1953 se crea el Puerto Libre, y en 20 años esa ciudad cambia drásticamente su situación demográfica: de 8 mil 507 habitantes en 1952, pasa a 87 mil en 1992.
A través del Puerto Libre se podían importar distintas mercaderías.
En seguida, se crea la Junta de Adelanto, que establece la base industrial directamente en Arica.
Sin embargo, en la década del 70 esa ciudad se empieza a desmantelar.
A partir de la ley N° 14.824, en 1961 se disminuye el presupuesto de la Junta de Adelanto. Posteriormente, en 1967 se comienza a desmantelar la industria automotriz ariqueña, pues se permite que se desplacen hacia Valparaíso, Aconcagua y O'Higgins las empresas automotrices Fiat, Ford y Peugeot.
Durante el Gobierno militar se toma la decisión estratégica de potenciar Iquique , y se crea la Zona Franca.
Arica se militariza.
En la década del 90 se dictan dos cuerpos legales: la Ley Arica 1 (1995) y la Ley Arica 2 (1996). Sin embargo, esas normativas no tuvieron gran efecto.
Afortunadamente, hoy día se ha ido generando un punto de inflexión.
En forma paulatina, ha bajado la cesantía y ha aumentado la inversión. Pero estamos muy lejos todavía de considerarla una zona geopolíticamente estratégica.
¿Cuál es el desafío planteado mediante este proyecto?
Como parte de la hipótesis de que en Chile no existen visiones en el sentido de que se trata de zonas geopolíticamente estratégicas, de territorios necesarios para nuestro país, y de que la historia ha demostrado que ello no puede depender de la mera voluntad del gobernante de turno -en general, no la ha tenido-, señala que en materia de zonas de aquella índole debe desarrollarse una mirada de Estado independiente del gobierno que exista en determinado momento.
Como se quebró la igualdad en materia de administración del Estado a partir de las dos reformas constitucionales que declararon territorios especiales Isla de Pascua y el Archipiélago Juan Fernández , la moción que presentamos procura algo fundamental, cual es consagrar en la Constitución Política un artículo 126 ter que dice: "También se considerarán territorios especiales los geopolíticamente estratégicos.". O sea, ya no va a depender de los gobernantes de turno.
Luego agrega ese mismo precepto: "En estos territorios el Estado deberá velar por su desarrollo económico y social y promoverá políticas de poblamiento y conectividad.".
Finalmente, expresa: "Serán definidos mediante Decreto Supremo por el Presidente de la República y la Administración financiera, inversión pública y tributaria se regirá por los estatutos especiales que establecerá una ley orgánica constitucional.".
Por consiguiente, el Primer Mandatario debe definir únicamente cuáles son esos territorios. Pero respecto de su administración, de los beneficios de carácter tributario, se rigen por un estatuto especial definido en una ley orgánica constitucional.
A mi juicio, señora Presidenta, este es un paso fundamental que debe dar Chile.
A lo largo de nuestra historia permanentemente hemos sido objeto de demandas, de pretensiones de países vecinos.
Y, en la práctica, ¿qué políticas han adoptado esas naciones? En el caso de Perú, ha fortalecido Tacna; en el de Argentina, ha fortalecido Ushuaia .
¿Por qué Chile no hace algo similar? Porque históricamente nuestros gobernantes, salvo honrosas excepciones, han carecido de esa visión geopolítica, que significa no solo defender los territorios pertinentes utilizando las ramas de la Defensa Nacional, sino también llevar a cabo en ellas políticas de poblamiento y desarrollo.
¡Esa es la mejor defensa!
Por eso, frente a la nueva demanda presentada por Bolivia, considero fundamental que esta tarde el Senado dé una señal potente y categórica en el sentido de que, a partir de ahora, los territorios en comento tendrán carácter estratégico para nuestro país.
He dicho.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Debo hacer presente que la Comisión Especial encargada de abordar la situación de catástrofe derivada del incendio registrado en Valparaíso acaba de suspender su funcionamiento para que quienes la integran concurran a la Sala a votar. De modo que me parece necesario abrir la votación.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
En votación general el proyecto.
--(Durante la votación).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Continuando con el orden de inscripción, tiene la palabra el Senador señor Bianchi para fundamentar su voto.
El señor BIANCHI.- Señora Presidenta , en primer lugar, quiero sumarme a todo lo señalado por el colega Orpis , quien me invitó a suscribir esta iniciativa.
En los últimos años he tenido el honor, junto con Su Señoría y otros Senadores, de presentar varios proyectos de ley tendientes a igualar las condiciones de las mal denominadas "regiones extremas".
Esta mañana, durante la sesión de la Comisión Especial de Zonas Extremas el Senador Quinteros hizo presente que hasta ese nombre era inadecuado.
¡Se trata de territorios especiales!
Chile, como país unitario, los tiene, pero carece de la visión geopolítica necesaria para llevar adelante mecanismos que permitan potenciar los lugares geográficamente más apartados.
Esa situación de aislamiento, derivada de nuestra particular geografía, sin duda nos hace tener visiones distintas.
Las naciones vecinas, como Argentina -este país tiene una organización federal; el nuestro es unitario-, han resuelto ese problema por la vía de otorgar incentivos especiales al poblamiento, a la conectividad.
Y hay más, señora Presidenta .
En Argentina uno puede apreciar, por ejemplo, que a las regiones extremas, a las zonas más alejadas del centro, el combustible -producto tan sensible y respecto del cual en mi Región hemos venido reclamando en los últimos años- llega con beneficios tributarios especiales.
Por eso, más allá de la política económica de esa nación vecina, a quienes habitamos en los lugares de Chile más distantes, sea en el extremo norte o en el extremo sur, se nos castiga y se nos hace pagar precios claramente mayores que los de otras regiones.
Entonces, la situación es compleja.
Señora Presidenta, pronto estaremos dando cuenta de un gran debate: el de la reforma tributaria, que busca igualdad en educación, en salud, en trabajo.
¿Pero qué va a pasar en materia tributaria en el caso de las regiones extremas, donde se requieren incentivos especiales?
El Senador Orpis hablaba de la creación de zonas francas. Se crearon -si mal no recuerdo- en 1977, pero ya no son reguladoras del mercado.
Chile ha celebrado tratados comerciales con muchos países. Así, hoy día, para quienes habitamos en las regiones extremas ya no es conveniente comprar artículos en las zonas francas, porque nos encontramos con que el gran retail, las grandes multitiendas tienen ofertas infinitamente mejores.
Entonces, es distinto vivir en zonas aisladas.
Se requiere una política de Estado, no para el titular de prensa de mañana, sino para permitirle a cada gobierno que asuma aplicar políticas especiales para regiones especiales, como las que se han nombrado: Arica y Parinacota, Aysén , Magallanes y otras.
Incluso, aquí mismo, en la Quinta Región, y en Santiago también, se vive por desgracia el aislamiento de muchas comunas.
Existe en este país un centralismo que absorbe, que claramente no da cuenta de lo que plantea este proyecto.
Hay naciones vecinas que justifican las reclamaciones territoriales que formulan.
¿Qué ha hecho Chile? ¿Qué visión geopolítica ha implementado para llevar adelante no solo la defensa territorial, sino también la defensa de nuestro Estado?
Entonces, frente a la última demanda presentada por Bolivia -hemos tenido la suerte de convivir en paz con Argentina-, sentimos que este es el momento más adecuado para mostrar que en el Senado, a través de la aprobación del proyecto que nos ocupa, estamos reclamando una visión geopolítica de Estado que permita igualar las condiciones de las regiones extremas.
¡No queremos excepciones para las regiones extremas del norte y del sur!
¡Deseamos una equiparación -lo hemos solicitado con fuerza-, a través de la reforma tributaria que pronto debatiremos, mediante la consideración de esas zonas como territorios especiales!
¡Necesitamos igualarnos!
¡Necesitamos conectividad!
¡Necesitamos estrategias de poblamiento, pues no las tenemos!
Por eso Tierra del Fuego, que tenía 7 mil a 8 mil habitantes, hoy conserva esa misma población. En cambio, el extremo sur de Argentina, que inicialmente poseía igual cantidad de habitantes, hoy tiene entre 70 mil y 100 mil: ¡porque ha desarrollado industrias!
Entonces, con decreto o sin él, la nación trasandina ha logrado incentivar el poblamiento en aquellas áreas, en esos lugares estratégicos.
Chile no lo ha hecho: está absolutamente al debe.
Esa es la visión que con el Senador Orpis hemos querido presentar hoy día.
Creo que ha llegado el momento de pedirles a nuestros mandatarios una visión de Estado en estas materias, no para el titular de mañana, sino para los fines que explicité.
Hay que dejar de trabajar para el día a día.
¡Eso es tremendamente importante! ¡Tenemos tantas urgencias!
Pero, en paralelo, necesitamos aplicar una fórmula para que Chile, con su característica de Estado unitario, dé cuenta también de la realidad particularmente especial de sus regiones más aisladas.
He dicho.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Tiene la palabra el Senador señor Andrés Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señora Presidenta , leí este proyecto de reforma constitucional. Entiendo su sentido, estoy de acuerdo con lo que plantea y voy a aprobarlo en general.
Creo que en su tiempo -lo conversé con el Senador Orpis- nos equivocamos cuando dividimos la Primera Región . Porque, a lo mejor, lo lógico habría sido declarar territorios especiales Arica y toda la zona, al igual como lo hicimos con Isla de Pascua y el Archipiélago Juan Fernández .
En tal sentido, pienso que se tuvo más pragmatismo y capacidad de resolución cuando se creó la Junta de Adelanto de Arica al objeto de potenciar dicha área, que, desde el punto de vista geopolítico, era determinante para Chile.
Señora Presidenta , estoy de acuerdo con el artículo que se nos propone, pero me parece que debe efectuarse una modificación -quizá estoy equivocado-: la calificación de territorio especial no tiene que hacerse por decreto supremo, sino en virtud de la ley orgánica constitucional que determine los estatutos especiales -a ella se refiere el mismo precepto-, pues el acto no es de menor cuantía, sino que envuelve una gran responsabilidad.
Por eso, voy a aprobar la idea de legislar. Y desde ya, como aporte a la discusión particular, propongo el cambio explicitado.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Horvath.
El señor HORVATH.- Señora Presidenta , como aquí se ha planteado, en esta materia se halla involucrada la geopolítica. Somos un país oceánico (también hay que considerarlo), tricontinental. Tenemos presencia hacia la Polinesia, al oeste de nuestro océano Pacífico; territorios en la Antártica y en la parte suroeste del Cono Suramericano.
Pero esta nación tricontinental, donde existe una enorme diversidad, no solo natural y cultural, padece de un centralismo agobiador, y a consecuencia de ello, de una concentración económica de los medios de comunicación y con influencia política que impide tener una visión de Estado.
En esta materia, Chile está continuamente -vale la expresión- "apagando incendios": no se antepone a los hechos.
Como bien planteó el Senador Orpis, quien lleva la delantera en esta reforma, la solución se logra no solo con presencia de las Fuerzas Armadas y de otras instituciones, sino también con un poblamiento real, cuidando la diversidad natural.
Por lo tanto, tampoco se puede aparejar a esto cualquier tipo de desarrollo, pues el centralista es el que genera las zonas de sacrificio en las regiones. Finalmente, van empleados, trabajadores, contratistas; dejan el pasivo ambiental; se retiran, y las regiones quedan incluso peor.
A ello se suma un excesivo legalismo, que es algo que heredamos de la Colonia española, del proceso de la Conquista.
Hay un libro que de nuevo va a estar a disposición de todos para su lectura: La relación entre Chile y Bolivia (1841-1963), de don Francisco Antonio Encina .
Ya en esa época -década de 1860-, dicho historiador señala cómo en nuestro país la política se hace fundamentalmente por personas provenientes del sector que dicta las leyes y en función del sistema de Leyes de Indias , conforme al cual todo se deja escrito.
Así, hoy en día tenemos la Ley General de Urbanismo y Construcciones, que para nada se apiada de la diversidad existente.
Lo mismo sucede con nuestros espacios terrestres y con nuestro mar.
Por eso, creo que esta reforma es fundamental; está muy bien especificada en lo referente a las regiones del norte.
Empero, hay que agregar también el caso de Tierra del Fuego.
Se hizo una comparación entre Puerto Williams y Ushuaia . Debo precisar que Puerto Williams está más al sur. Sin embargo, sistemáticamente se promueve a Ushuaia como la ciudad más al sur del planeta. Y eso, por una cuestión comunicacional y cultural.
Pero aquí cabe la Patagonia entera, desde Puerto Montt al sur: Cochamó , Puelo , la provincia de Palena, la Región de Aysén y la de Magallanes completas. Son el 34 por ciento de la superficie de Chile, y las tenemos desconectadas en su parte norte por 80 kilómetros. Han sido objeto de cuatro estudios, cuyo costo supera los 12 mil millones de pesos. Si estos recursos se hubiesen invertido en la obra, ¡ya estaría lista!
Eso motiva que tengamos más chilenos en la Patagonia argentina que en la nuestra. Porque en el vecino país, sobre la base de un proceso más federalista, sí se ha entendido el territorio y el nivel central ha hecho políticas de Estado que dan acceso a la educación, a la salud, y otorgan incentivos positivos, no dependientes, para que se desarrollen las vocaciones territoriales. Como resultado, gran parte de los chilenos se nos han ido para allá.
Entonces, debemos ser suficientemente anticipadores como para revertir en forma positiva tal situación.
Por eso, creo que esta reforma es más que oportuna; se anticipa a las circunstancias, como sí lo hacen países vecinos que han comprendido el valor del territorio.
Cuando hablamos de desarrollo debemos considerar que el tener otra área al lado de una de conservación -por ejemplo, un parque- deriva en que todo el sector aledaño se valorice, y tremendamente. Cada uno de los recursos -el agua y cuanto obtenemos de la naturaleza; y desde luego, la cultura y el turismo- adquiere una dimensión desconocida o que al menos no está en simetría con las decisiones políticas que se adoptan.
Así que voto a favor. Y pido plazo para formular indicaciones que permitan que la reforma planteada se lleve a cabo en los hechos y no quede sujeta al Presidente de turno.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor García.
El señor GARCÍA .- Señora Presidenta , anuncio que votaré favorablemente esta iniciativa, pues creo que el establecimiento en nuestro país de territorios especiales por razones geopolíticas, por razones estratégicas, debiera posibilitar mucha más unidad nacional, mucha más cohesión. Y debiera permitir también que particularmente los habitantes de la Región Metropolitana y los de las zonas más densamente pobladas tomaran clara conciencia de que Chile es bastante más que Santiago, que la Región de Valparaíso, que la del Biobío, con su capital, Concepción, y que hay regiones menos pobladas, como la de La Araucanía, pero que aportan con la misma devoción y con igual dedicación al desarrollo de Chile.
He escuchado con atención a los Senadores señores Orpis , Bianchi y Horvath , quienes se han referido en esencia a la situación de lo que comúnmente conocemos como "regiones extremas": Arica y Parinacota, Tarapacá, Aysén , Magallanes.
Pero, señora Presidenta , cuando se discute una iniciativa como esta, en mi calidad de representante de La Araucanía me asiste la obligación de hacer presente que algunas regiones, sin ser limítrofes, sin estar situadas en los extremos de nuestra nación, tienen sus propias particularidades, sus propios desafíos, sus propias debilidades, que queremos superar con el esfuerzo de toda la ciudadanía.
La Región de La Araucanía, a la que representamos en el Senado con los colegas Eugenio Tuma , Jaime Quintana y Alberto Espina , es, lamentablemente, la más atrasada de nuestro país, a pesar de múltiples esfuerzos.
Se trata de la región con los peores indicadores en salud, en educación.
Tiene la red caminera más extensa del país, y sin embargo nunca la inversión pública en red vial se ha hecho cargo de ello. La mayoría de nuestros caminos son de tierra; y ellos precisamente comunican a las comunidades indígenas con los centros poblados y con los centros de salud y los de educación.
Allí la distribución de la tierra está tremendamente atomizada. Muchos pequeños agricultores -varios de ellos, mapuches- poseen media hectárea, una hectárea, dos hectáreas, lo que les imposibilita absolutamente tener productividad y generar ingresos suficientes para salir adelante con sus familias.
Eso mismo motiva que en reiteradas ocasiones deban emigrar. ¿Adónde? A otras ciudades de Chile, pero también a otros países, y particularmente a Argentina.
Queremos cambiar esa realidad. Y tengo la impresión de que este instrumento sobre zonas especiales podría ayudarnos enormemente.
No obstante, la mirada debe ser mucho más amplia: ha de considerar también los problemas que afectan a cada región, sus desafíos.
Tengo la seguridad de que si hacemos aquello nuestra región, la de La Araucanía, debiera ser considerada territorio especial, por los problemas que enfrentamos y, sobre todo, porque tenemos el ánimo de superar las dificultades, de salir adelante.
El per cápita de la Región de Magallanes, por ejemplo, debe de ser varias veces el de la Región de La Araucanía (tal vez algo parecido nos ocurre con Coyhaique, con Arica-Iquique).
Entonces, no solo hay que mirar la distancia con relación a Santiago.
Insisto: también deben tenerse en cuenta las regiones que, por distintos motivos, han sido postergadas en el tiempo y por diversos gobiernos.
Quiero recordar que el Estado llegó a La Araucanía ¡setenta años más tarde! Y eso se nota allí. Las primeras escuelas no fueron entregadas por aquel. Normalmente, misiones religiosas crearon los primeros establecimientos educacionales.
Eso requiere una reparación. Eso requiere que nos pongamos a la par con otras regiones de nuestro país: con las más avanzadas, con las de mayor desarrollo.
Voto a favor, señora Presidenta , pues confío en que la mirada sea muy generosa, mucho más amplia, sin limitarse a lo que conocemos como regiones extremas, y en que se consideren asimismo los sufrimientos, los dolores y las esperanzas de nuestra Región: la de La Araucanía.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.
El señor PROKURICA.- Señora Presidenta , deseo en primer término felicitar al Senador Orpis, pues puso en el tapete un tema que habitualmente se discute en todos los foros, se presenta en todas las campañas, pero a cuyo respecto hemos avanzado poco o nada en estos largos años de democracia.
Es cierto que se han llevado a cabo esfuerzos importantes. Hay leyes especiales; existe una política. Pero, a decir verdad, son la típica forma de hacer las cosas en Chile: el parche sobre el parche.
Hemos visto cómo países no muy lejanos han hecho de esta cuestión una política de Estado. Han invertido ingentes recursos y realizado esfuerzos con instituciones estatales -Fuerzas Armadas, servicios públicos, en fin- para ir rompiendo el centralismo, del cual hoy día nosotros somos presa.
Decía el Senador Orpis que hay un discurso muy interesante (a mí me gusta mucho): el de la igualdad.
Empero, en ese discurso debemos incluir lo concerniente a la igualdad de Santiago con las demás regiones.
Eso me parece indispensable. Porque el centralismo no solo le hace mal a la Capital, sino también a las restantes regiones.
Santiago es una ciudad colapsada, con problemas de contaminación, de medio ambiente, de tráfico, de delincuencia, y con una multiplicidad de otras dificultades que cada día tornan más difícil vivir en ella. Pero vastos sectores de nuestro país se hallan totalmente abandonados. Magallanes, Coyhaique, buena parte del Norte Grande son lugares donde tenemos de las menores densidades poblacionales del mundo.
Ello nos lleva a pensar por qué hemos ido haciendo de Santiago una megametrópoli.
Y claro: si uno compara elementos básicos y analiza los resultados se da cuenta de aquello de lo que hemos hablado aquí.
Puerto Williams es una ciudad bonita, pero pequeña. Hace 50 años era igual que Ushuaia. Sin embargo, hoy día Ushuaia es una ciudad con aeropuerto, con puertos, con miles de turistas que llegan a un paso antes de la Antártida.
¿Cómo se consiguió aquello? Mediante una política de Estado que el Gobierno de Argentina se propuso en el largo tiempo.
No hay soluciones con varita mágica: resultados como los que cité se dan en el largo plazo.
Señora Presidenta, existe un problema en torno al cual el Parlamento debe reflexionar durante el estudio de modificaciones de esta índole.
Cada vez que se va a llevar cabo una obra en regiones se efectúa una evaluación y se proyecta una especie de rentabilidad social derivada de ella. Y siempre pierden aquellas, porque, por ejemplo, entre pavimentar una calle en Providencia, o en Puente Alto o en Las Condes y hacerlo en Vallenar, o en Domeyko, o en Copiapó, o en Chañaral, obviamente, se prefiere la inversión que beneficia a más personas.
¡Ese es el problema!
La Región que representamos con la señora Presidenta del Senado tuvo, gracias al Presidente Piñera y a muchas presiones que ejercimos, la mayor inversión de la historia en materia de infraestructura: ¡quinientos millones de dólares! Se trata de la doble vía desde Caldera hasta La Serena, que nos ha conectado con el resto de Chile.
Pero todo el resto del norte no tiene infraestructura decente, de primer nivel.
¡El puro Transantiago es un proyecto en que se han quemado seis mil millones de dólares!
Entonces, comparemos.
Veamos, por ejemplo, cuánto le cuesta a una persona vivir en Atacama.
Allí la energía eléctrica vale sobre 25 por ciento más que en Santiago. En la mayoría de las comunas, el agua es sobre 300 por ciento más cara que en la Capital. La educación no es buena. La salud es incluso peor.
Yo pregunto, pues, cómo vamos a regionalizar si todavía tenemos ataduras como aquellas, que nos mantienen absolutamente inmovilizados.
¿Qué ocurre con los sueldos de los funcionarios públicos?
¡Cuántas veces con la señora Presidenta del Senado hemos planteado la declaración de zona estratégica!
¡Es inadmisible seguir con el sistema vigente, porque no existe relación alguna con las condiciones de la empresa privada, ni con las inversiones, ni con los beneficios existentes en Santiago!
Vamos a insistir ante el actual Gobierno, pues consideramos que tal declaración es justa, tanto más cuanto que se está atentando no solo contra el sector estatal, sino también contra los privados.
Como dije, el centralismo es malo para las regiones y para Santiago .
Señora Presidenta, uno de los principales problemas de Chile deriva de que cada vez que pensamos un nuevo proyecto se pasa por un cedazo que siempre termina perjudicando a las regiones.
Además de las modificaciones propuestas, que a mi entender constituyen un paso muy importante para luchar contra el centralismo, debemos plantearles al Gobierno actual y a los que lo sucedan políticas de largo plazo que signifiquen inversiones.
Es evidente que si no existen recursos no habrá movilización de la gente para radicarse en regiones.
No hay incentivos para irse a vivir a Coyhaique, al Norte Grande .
Cuando las empresas mineras de nuestras regiones les ofrecen a sus trabajadores una segunda casa, ellos eligen La Serena o Santiago, en este último caso incrementando el centralismo y generando condiciones incluso peores.
Esta es una buena iniciativa; constituye un punto de partida. Pero pienso que queda un problema de fondo, sobre el cual deberemos ahondar en la discusión, sin perjuicio de que, como señalé, ha de plantearse a todas las Administraciones.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Orpis.
Entendí que Su Señoría había informado la iniciativa. Por tanto, ahora puede fundar el voto.
El señor ORPIS.- Señora Presidenta , solo voy a complementar mi intervención anterior con elementos surgidos durante el debate. Y quiero profundizar sobre un tema que estoy dispuesto a discutir en la Comisión.
¿Por qué se establece la calificación por decreto supremo y no por ley orgánica constitucional?
Fue el planteamiento que hizo el Senador señor Zaldívar.
Básicamente se apunta a lo siguiente. De hecho, ello se establece en los fundamentos de la moción. Por razones de tiempo, acoté la cuestión solo a Arica-Parinacota. Pero quiero colocar un ejemplo muy práctico. Chile comienza en Visviri. Ese es el extremo norte. Hay 3 mil kilómetros, ininterrumpidos, hasta Pichanco . Allí se corta el país, en una longitud de unos 60 a 70 kilómetros, hasta Caleta Gonzalo . No olvidemos lo que ocurrió con la erupción del volcán Chaitén , cuando chilenos tuvieron que evacuar a través de Argentina, porque no había conectividad. De acuerdo con la premisa de que se parte y conforme a la moción, ese es un territorio geopolíticamente estratégico, porque necesitamos terminar la carretera y unir Chile. Es algo fundamental. Y ello no solo tiene que ver con la Región de Aysén. No. Tiene que ver con enlazar al país.
Tal como lo señalaba, estamos expuestos, particularmente en el norte, a reivindicaciones territoriales históricas por parte de Perú y de Bolivia. En el caso peruano, así lo entendió el Presidente Fujimori cuando tomó la decisión geopolítica de potenciar Tacna . Hace tres décadas, Tacna y Arica tenían la misma población. Hoy día, la primera registra prácticamente 500 mil habitantes, y la segunda, apenas supera los 200 mil.
Cuando la visión geopolítica depende de los gobernantes de turno, estamos sujetos a vaivenes: un día tenemos una región potenciada -en el caso de Arica, en la década de los cincuenta, con puerto libre, con Junta de Adelanto- y después vienen otras Administraciones, de los más diversos signos, que terminan desmantelando el desarrollo y la base productiva que se habían forjado.
Son zonas que no pueden estar sujetas a despoblamiento, a niveles de pobreza, a altos índices de cesantía. Hasta hace siete años la Región de Arica y Parinacota superaba los dos dígitos por este último concepto, y estábamos ad portas de la demanda peruana en La Haya. Eso no resiste análisis.
Decisiones de tal responsabilidad corresponden a políticas de Estado que no pueden estar sometidas a la coyuntura de un gobernante de turno, sino que tienen que ser permanentes, porque es preciso desarrollar y poblar esos territorios sobre la base de una mirada de esa índole.
Lo mismo ocurre en el extremo sur, como lo mencioné. No es posible que la parte chilena de Tierra del Fuego tenga 8 mil habitantes, y la argentina, alrededor de 100 mil. Ushuaia y Puerto Williams, tal como se ha recordado acá, exhibían la misma población hace tres o cuatro décadas. Puerto Williams es hoy día una base naval y Ushuaia se ha constituido en la puerta de entrada al continente antártico, con una infraestructura tremenda en materia portuaria y aeroportuaria. La Tierra del Fuego chilena prácticamente salió del circuito antártico. Argentina podrá tener muchos defectos, pero no me cabe la menor duda de que hay visiones geopolíticas detrás de esas decisiones.
Por lo tanto, señora Presidenta , creo que tenemos que colocar el tema en el debate. No todos los territorios están en la misma condición en nuestro país. El igualitarismo se quebró con la reforma constitucional impulsada por el Presidente Lagos a partir de la cual Isla de Pascua y Juan Fernández pasaron a tener un estatuto especial. Se rompió el equilibrio entre las regiones. Si eso ocurrió con Juan Fernández e Isla de Pascua , con mayor razón tiene que suceder respecto de los territorios geopolíticamente estratégicos.
He dicho.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Tiene la palabra el Honorable señor Guillier.
El señor GUILLIER.- Señora Presidenta, por haber nacido y vivido gran parte de mi vida en zonas extremas, comprendo perfectamente lo que está en juego.
Si consideramos la historia de Chile, vamos a darnos cuenta de que el país nació de la zona central: La Serena a Concepción, y de que toda su expansión territorial al sur y al norte fue obra del Estado, que tuvo una visión estratégica y diseñó los mecanismos necesarios. Estos resultaron discutibles, en muchos casos, pero fue lo que permitió la expansión del país y la ocupación del territorio nacional después de la Independencia.
Si analizamos los ciclos de nuestra economía, observaremos una relación, en el caso de las regiones extremas, entre aquellos que siguen a períodos de decadencia y de postergación, particularmente cuando el Estado ha retirado su presencia.
En cuanto a la zona norte, cabe tener presentes los ciclos mineros. Porque Chile no ha logrado asentarse en las regiones extremas en forma estable, permanente, con un concepto de ocupación y de ejercicio de la soberanía. La mayoría de las ciudades presentan una estructura de campamento, de algo provisorio. Mucha gente llega a buscar condiciones de vida para luego volver a la zona central. Por consiguiente, una porción decreciente de población ve su vida ligada al norte.
En el extremo sur probablemente ocurre algo bastante parecido.
Y eso se explica porque, en nuestro diseño económico, la élite no ha pasado de ser rentista. Jamás ha pensado en el largo plazo. Ha explotado los recursos naturales, pero ha sido incapaz de generar valor agregado, de llevar a cabo procesos de reconversión productiva y, por lo tanto, de consolidar su presencia desarrollando las debidas competencias. Eso nos hace sensibles y vulnerables a los ciclos económicos.
Si a lo anterior agregamos que la política no ha obedecido a una visión estratégica persistente de Estado, nos encontramos en un escenario de tormenta perfecta para las regiones extremas. De ahí la sensación de decadencia objetiva con relación a los progresos en ellas de países vecinos, los que, gracias a políticas públicas decididas, han podido progresar al menos en mejor forma que nosotros, que sentimos que hemos retrocedido.
En consecuencia, no puedo menos que apoyar el proyecto, y con mucho entusiasmo. Pero importa aclarar, además, que no solo se trata de zonas geopolíticamente estratégicas, sino que también han de ser de integración activa con nuestros vecinos. Podemos fundar una nueva convivencia con ellos si somos capaces de llevar a cabo una transformación de esa índole, con grandes universidades, con buenos sistemas de salud, con procesos que permitan proporcionarles servicios básicos, financieros, comerciales, turísticos. Eso, sin perjuicio de extender lo anterior también a otros países.
No ha habido en el Chile central una visión de las regiones extremas como polos permanentes y sustentables de desarrollo. Pienso que una ley que reconozca las zonas geopolíticamente estratégicas debe estar asociada a un proceso de desarrollo económico sustentable, con asentamiento permanente, con políticas globales de ocupación del territorio, de poblamiento, y también de relación con los vecinos.
No se trata, por consiguiente, de una actitud militarista o de defensa de fronteras. Lo entiendo -y así me parece haberlo escuchado- como un proceso más bien dinámico, moderno, de crear valor agregado, de generar una población competente y capaz para sustentarse en esos lugares y hacer patria en forma permanente, con una economía sostenible y moderna, que es lo único que va a dar seguridad, y una visión geopolítica estable en el largo plazo.
Espero, entonces, no solo aprobar esta idea, esta modificación puntual, sino también que realmente ella dé paso a una nueva visión geopolítica y estratégica de las zonas extremas en aras de un desarrollo sustentable y de calidad de vida. Y eso tiene que comenzar con la descentralización del país y asimismo de la política fiscal.
Muchas gracias.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Puede intervenir el Senador señor Patricio Walker.
El señor WALKER (don Patricio).- Señora Presidenta , quiero sumarme a las felicitaciones al Honorable señor Orpis por esta iniciativa. Estimo muy importante la posibilidad de definir como territorios especiales aquellos que sean considerados geopolíticamente estratégicos. Y ello, básicamente a través del medio que ha propuesto nuestro colega: por decreto del Presidente de la República .
Cuando el señor Senador hace referencia a Arica y Tacna se advierten una asimetría y una diferencia impresionantes. Y cuando uno tiene presentes las Regiones de Aysén y de Magallanes no puede sino lamentar que un tercio del territorio nacional esté aislado. Efectivamente, a los 3 mil kilómetros, hay 80 y tantos no conectados, desde Pichanco a Caleta Gonzalo. En consecuencia, Chile está partido en dos. Somos de los pocos países en el mundo en que ello ocurre.
Por eso, valoro el proyecto.
En verdad, me parece muy importante que el Estado tenga que determinar, a través de una ley orgánica constitucional, políticas públicas que promuevan el poblamiento y la conectividad.
En materia de poblamiento, El Chaltén, localidad argentina creada hace 20 años, no tenía ni 10 habitantes en esa época. Hoy día registra mil 600. En el lado chileno, Villa O´Higgins no supera 500.
Comodoro Rivadavia : 157 mil habitantes; Coyhaique: 57 mil.
Entonces, suma y sigue. Podría dar muchos ejemplos de la misma situación. De ahí que me parece tan relevante la iniciativa en debate.
Debo lamentar que el Gobierno anterior no haya cumplido con el compromiso de conectividad. Recorrí con el Presidente Piñera , en helicóptero, el fiordo Quintupeu , Reñihué , el sector de Cahuelmó. Se anunció que iban a estar listas la expropiación, la senda de exploración o penetración, antes del término de su período; que en febrero recién pasado se iba a contar con 7 u 8 kilómetros construidos por el Cuerpo Militar del Trabajo. ¡Nada!
¿Qué dijo el entonces Director de Vialidad cuando vino a la Comisión de Obras Públicas antes de finalizar el Gobierno anterior? ¡Los estudios parten de nuevo! Hay que hacer 35 puentes y 15 túneles.
Entonces, ¿por qué no cree y está frustrada la gente de Aysén? Porque siente que históricamente la han engañado.
La situación realmente no da para más.
La población se halla hoy día muy esperanzada por lo logrado con el Movimiento Social por Aysén.
Con el Diputado Iván Fuentes hemos planteado la implementación de una zona franca ¡ya! para poder comprar, por ejemplo, combustible, que es carísimo, a un precio razonable.
Se prometió un subsidio interregional entre Calbuco y Puerto Chacabuco, y otro intrarregional entre Calbuco y el resto de la Región. No se ha cumplido.
Esperamos una zona franca con zonas remotas -estoy pensando en las islas Huichas, en Puerto Aguirre-, para que en ellas también se pueda adquirir combustible a un valor al alcance de nuestros pescadores artesanales.
Geopolíticamente, estamos haciendo referencia no solo a las Fuerzas Armadas. Logramos la instalación de la Compañía Andina Independiente N° 20, unidad de alta montaña, en Cochrane. También se contempla una base en Villa O´Higgins, donde estuve hace un mes con el ex Comandante en Jefe del Ejército . ¡Bien!
Los mapas argentinos incluyen el paso Marconi en el territorio del país vecino y no es así. ¡Qué bien que esté el Ejército!
Pero también es necesario ocupar lo nuestro. Conviene promover el turismo de intereses especiales. No lo hacemos aunque contamos con seis motos de nieve y una unidad de alta montaña.
¡El 82 por ciento de los glaciares de América del Sur se encuentran en nuestra Patagonia!
La conectividad entre Puerto Natales y Puerto Tortel, por Puerto Edén, es fundamental. Recibimos a los dueños de embarcaciones. Se requiere un subsidio por parte del Estado.
Geopolíticamente, se plantean cuestiones importantes. Todavía falta por demarcar la sección B, entre el cerro Murallón y el monte Fitz Roy , por ejemplo. En 1998, dándose cumplimiento al tratado de 1881, se fijaron las bases para la tarea. Y todos sabemos que la costumbre tiene peso, validez, para trazar los límites.
Se trata de asuntos sumamente relevantes.
Espero que en la ley orgánica constitucional se trabaje paralelamente en los aspectos financieros, tributarios, políticos, para que, de una vez por todas, paguemos especialmente la deuda con las zonas extremas que carecen de conectividad, como la parte chilena de la Patagonia. Este último territorio nos perteneció en un ciento por ciento antes de 1881 y todos sabemos lo que pasó por no ocuparlo.
He dicho.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Tiene la palabra el Honorable señor Tuma.
El señor TUMA.- Señora Presidenta , al igual que el resto de mis colegas, quiero brindar un reconocimiento por la iniciativa planteada para el debate y con miras a disponer de un instrumento de apoyo respecto de los territorios con una significación estratégica para el país, como una política de Estado. Así que felicito al Senador señor Orpis .
Coincido plenamente con lo señalado por mi colega García . A este, a los Honorables señores Quintana y Espina y a quien habla nos corresponde la representación de una Región no considerada en el espíritu del proyecto, que aparentemente apunta solo a las zonas extremas, limítrofes o demasiado aisladas.
Sin embargo, me parece que la iniciativa igualmente abre la posibilidad de que el Presidente de la República defina como territorios estratégicos, especiales, a aquellos que presenten una característica singular. Ello, por razones geopolíticas, como expresa el texto, que sus autores, para que el Primer Mandatario pueda interpretarlo, han dejado abierto a otras zonas.
Por cierto, en La Araucanía tenemos frontera con Argentina por los sectores de Melipeuco, Lonquimay, Curarrehue, con poblaciones muy aisladas y, coincidentemente, muy pobres. Eso tiene que ver con la falta de un adecuado trato por el Estado. Y en el proyecto estamos dando la oportunidad de que este tenga otra mirada.
La Novena Región presenta una condición especial por exhibir más kilómetros de caminos que ninguna otra, pero recibir el mismo tratamiento presupuestario que las demás. Debería corresponderle uno completamente distinto.
La situación de los derechos de agua es gravísima, producto de que la micropropiedad no cuenta con ellos ni con proyectos.
A pesar de ser La Araucanía culturalmente diferente, el Estado no se ha hecho cargo de ello, porque, como aquí se dijo, llegó 70 años más tarde. Mientras en otras regiones se construían postas, escuelas, carreteras, puentes, allá no había nada.
Sin embargo, todos los territorios ameritan un plan especial y que sus particularidades sean consideradas por el Estado, que tiene que elaborar un plan estratégico de largo plazo. Coincido con la visión de que nuestra característica es la elaboración de puras políticas de parche y la aplicación de la teoría del alambrito, y, en definitiva, cada vez que hay un incendio recurrimos a soluciones precarias, sin una mirada global.
Por eso, deseo que en el proyecto también se considere a La Araucanía. Tengamos en cuenta no solo las fronteras exteriores, sino también las interiores, donde se plantean conflictos con las poblaciones indígenas; donde se requiere una mirada estratégica, política, para poder enfrentar la necesidad -no solo de la Región, sino también del país- de desarrollarse con paz social. No obstante todos los méritos del proyecto por contemplar situaciones como las de Arica, Iquique , Patagonia, Tierra del Fuego, asimismo es preciso pensar en las regiones o zonas que constituyen casos difíciles de resolver si no se cuenta con una política de Estado permanente.
Hace poco supimos que se había derogado el decreto de reconocimiento de zonas especiales. Sin embargo, gracias a ello también nos damos cuenta de que esa definición tampoco ayuda mucho al desarrollo de zonas turísticas. Es preciso fortalecer tales instrumentos para apoyar a todas las áreas de un carácter singular, ya sea por el turismo o por la presencia de pueblos originarios.
Voy a votar a favor de la idea de legislar.
Reitero mis felicitaciones al autor del proyecto. Creo que será posible una mirada diferente desde el Estado hacia las Regiones en una situación particularísima.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Puede intervenir el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO.- Señora Presidenta , cada vez que hablamos desde la región, hay un cierto llanto, un cierto lamento, de telón de fondo.
En verdad, para quienes llevamos casi veinte años en el Parlamento y hemos intentado de manera permanente poner en el centro del debate el desarrollo de las regiones, el resultado ha sido bastante magro, deficitario.
Hoy, con esta moción, que sin duda resulta importante desde el punto de vista de establecer cierta institucionalidad, se da mandato al rey, al monarca, para que, si lo tiene a bien y lo desea en algún minuto de lucidez, otorgue la calidad de territorio especial a sectores extremos, a sectores internos, a la Antártica Chilena, tan abandonada por nuestro país.
Este proyecto está bien intencionado, pero vuelve a dejar la decisión básica a la monarquía presidencial, porque, en definitiva, si al Presidente de la República no le parece, no tiene interés o tiene otros intereses, no habrá territorios geopolíticamente estratégicos.
Por tanto, aquí estamos fortaleciendo un tipo de institucionalidad que ha de cambiar.
La facultad mencionada debiera estar radicada a lo más en el Senado. Nuestra Corporación tendría que ser capaz de proponer este tipo de política al Presidente de la República . Y debiera desempeñar un rol importantísimo, dado que la Cámara Alta representa la soberanía popular. Aquí están los Senadores de la Decimoquinta, de la Primera y de la Duodécima Región. De sus 38 miembros, 34 son de regiones. La Undécima y la Duodécima Región suman 4 Senadores y 300 mil habitantes; la Región Metropolitana, 4 Senadores y 7 millones de habitantes. Existe una representación que da cuenta del proceso de integración, por cuanto, en efecto, no es el número de habitantes el que determina la cantidad de integrantes de esta rama legislativa.
Sin embargo, nos estrellamos contra la actual Constitución, maloliente, nauseabunda, que debe terminar de caer para dar paso a otra más ciudadana.
Reitero: de nuevo le estamos dando una facultad constitucional al Presidente de la República.
Durante décadas no se ha resuelto la situación. No lo hizo la dictadura. No lo hizo la Concertación. No lo hizo el Presidente Piñera en la Administración de cuatro años de la Derecha. Porque la monarquía presidencial hegemoniza, domina, obnubila. Muchos de quienes defendían la descentralización y la regionalización, una vez en el Gobierno se olvidaron rápidamente de su discurso. Solicito a mis colegas de la Nueva Mayoría no caer en la complacencia de sentir que, por estar en el Gobierno, pedir mayor descentralización y regionalización se puede entender como una crítica hacia quienes están ejerciendo el poder.
Este proyecto coloca un tema importante. Sin embargo, sigue teniendo un bloqueo fundamental: la monarquía presidencial, base de la actual Constitución, que excluye a la ciudadanía.
A mí me hubiera gustado innovar para otorgarle otra facultad al Senado, porque, si esta Corporación fuera capaz de discutir políticas de integración, geopolítica territorial y hacer la petición respectiva al Presidente , daríamos un gran paso.
Voy a votar a favor el proyecto. Creo que está dotado de un fuerte simbolismo. Sin embargo, no toca el tema de fondo: las facultades extraordinarias, monárquicas, absolutas del Presidente de la República , en una Constitución que, en definitiva, oprime a las regiones.
Además, por mi modesta experiencia del 27-F en la Región del Biobío -que planteo con humildad-, queda claro que implica un error enfrentar el terremoto del norte de Chile mediante una política centralizada, haciendo que los Ministros viajen cada dos días, sin establecer una ley especial de reconstrucción que faculte al intendente y a las autoridades locales y cree un fondo de reconstrucción, a fin de que no se deba ir a Santiago a pedir permiso para mandar materiales de construcción y para que los Secretarios de Estado no tengan que viajar a tomar todas las decisiones.
Había una bonita oportunidad de descentralizar -la sigue habiendo- a raíz de la preocupación que se ha manifestado por el reciente terremoto ocurrido en el norte. Ya no cumplimos en Tocopilla cuando ocurrió el anterior. En este caso se cometerá el mismo error que se cometió en el Biobío. El aparato estatal no puede hacerse cargo, por ser insuficiente, de una emergencia permanente como esta, pues se descuidan las tareas fundamentales del Estado.
Espero que haya una verdadera ley especial de reconstrucción, a fin de que aprendamos la lección del 27-F en el Biobío.
Voto a favor.
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
¡Patagonia sin represas!
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra, para fundamentar su voto, el Senador señor Girardi.
El señor GIRARDI.- Gracias, señor Presidente.
¡Parece que el Senador Navarro apoya a las isapres porque nunca las menciona¿! Le pido que las incorpore en sus demandas finales.
Coincido en parte con lo que acá se ha señalado. Valoro el esfuerzo que han realizado colegas como el Senador Orpis, porque se está hablando de incorporar territorios especiales que, como dice el título del proyecto, sean geopolíticamente estratégicos. Sin embargo, discrepo, en parte, de la justificación que se ha dado.
Para mí, tener un desarrollo estratégico de Chile, desde su territorio, no tiene nada que ver con una lógica disuasiva, soldadesca o militaresca en el sentido de que debemos poblar la Antártica o Arica para enfrentar eventualmente a peruanos o argentinos. Yo estoy muy lejos de esa visión y no me hace fuerza. Creo que el desafío de nuestro país justamente debe apuntar a la integración latinoamericana, incluyendo a Argentina, Perú y Bolivia. Podrá parecer ingenuo lo que digo, pero pienso que ese ha de ser el objeto de nuestra política.
Lo que sí comparto es que nosotros, lamentablemente, no contamos con lo que yo llamo "proyecto país".
Tenemos programa de Gobierno. De hecho, el de la Presidenta Bachelet representa un gran avance. Es un programa civilizatorio, pero nos lleva, como lo he manifestado muchas veces, a la Revolución francesa. Busca restablecer en Chile derechos fundamentales, como el derecho a la educación o a la salud; contar con una Constitución democrática, o tener una sociedad mínimamente equitativa. Con la reforma tributaria propuesta llegaremos a una carga de 22 puntos del producto, muy lejos de lo que se tributa en cualquier país desarrollado, donde existen cargas que superan o están cerca de los 30 puntos, e impuestos a las utilidades de las empresas de 35 puntos.
Yo me refiero a contar con un proyecto país.
¿Y qué significa un proyecto país? Justamente, lo que se está discutiendo acá, en parte. Implica entender que Chile ha de insertarse en el siglo XXI y hacer una especialización inteligente. ¿Desde dónde? No desde Santiago . La gran fortaleza de nuestro país en la época actual son sus territorios, no los determinados por una división administrativa burocrática, sino los territorios como concepto ecológico.
Me asiste la convicción de que Chile posee inmensas fortalezas.
El desierto de Atacama debiera ser el principal centro del planeta en materia de energía termosolar, fotovoltaica, geotérmica, en unos diez años más. Nosotros no tendríamos que estar interesados en producir 2 mil megawatts, sino en instalar 200 mil megawatts y ser la más importante fuente de recursos energéticos para toda Latinoamérica, e incluso más allá.
Cuando uno habla de la Patagonia, debiera entender que es la principal reserva de agua dulce de América Latina, la primera de agua dulce pura en el mundo y la segunda desde el punto de vista de la cuantía del elemento. Debemos desarrollar una geopolítica para proteger el agua, que será el recurso más escaso. Yo no estoy por sobrepoblar la Patagonia, porque lo único que harán los seres humanos ahí será destruir ecosistemas maravillosos, que se conservan así justamente porque no se ha sobrepoblado la zona.
Por lo tanto, el tema allí no es la sobrepoblación. No da lo mismo que haya 9 mil u 11 mil millones de habitantes el 2050. El planeta no tiene posibilidades de existir con 11 mil millones de personas consumiendo lo que consumen hoy los países desarrollados y generando la huella de carbono que ahora se genera. Este es un planeta totalmente inviable. La economía debiera crecer cerca de 40 veces para tener 11 mil millones de habitantes con el actual nivel de consumo, o una expansión anual de 2 por ciento de la economía global. Ese mundo no es viable.
En consecuencia, no debiéramos estar pensando en sobrepoblar nuestros territorios, sino en conservarlos, pero logrando que ellos puedan competir en el siglo XXI. Y para eso, una vez definida la vocación de uso de cada uno, tenemos que pensar en la educación, pero no en la educación actual, vertical, anacrónica, del siglo XX. Ella no solo debe ser gratuita, sino pensada en los territorios. Si es en el norte, pensada en energía termosolar o fotovoltaica, en la astrofísica, en la transmisión de datos, en la biotecnología para la minería, en los desafíos del agua. Y si es en otros territorios, pensada en la capacidad de Chile como potencia alimentaria, etcétera.
Por consiguiente, debemos diseñar una educación para el siglo XXI. Tenemos que pensar en una ciencia para el siglo XXI en función de la especificidad de cada uno de los territorios.
¿Me concede un minuto adicional, señor Presidente , para terminar?
El señor TUMA ( Vicepresidente ).- Puede continuar, Su Señoría.
El señor GIRARDI.- Muchas gracias.
Eso es lo que debiéramos hacer en esta reflexión sobre territorios especiales, que poseen un rol estratégico: apuntar a los ecosistemas de Chile que van a competir en la compleja economía del siglo XXI. Y, justamente, debemos expresar y fortalecer sus potencialidades desde el punto de vista del desarrollo futuro.
Estoy de acuerdo en que, si seguimos hipertrofiando Santiago , vamos a perder la posibilidad de desarrollo de Chile entero, que no está en la Capital, sino en territorios ecológicos maravillosos. Y además lo único que vamos a conseguir es seguir colapsando y llenando esa ciudad de pobreza, de segregación, de contaminación. La gran oportunidad para Santiago es justamente que dichas zonas progresen, pero desde una perspectiva de futuro, proyectiva, bajo un desarrollo estratégico para el siglo XXI.
He dicho.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quintana.
El señor QUINTANA.- Señor Presidente , también me adhiero a las felicitaciones por la moción que ha presentado el Senador Jaime Orpis, que corresponde a una reforma constitucional. Por cierto, me sumo asimismo a las cuestiones planteadas por representantes de mi región, como el Senador García y usted mismo, señor Presidente , porque los territorios geopolíticamente estratégicos no son solo los de los extremos del país.
Precisamente, el cambio constitucional propuesto por el Senador Orpis deja establecido, con un ejemplo, lo que ocurre más allá de donde se termina la carretera. Efectivamente, entre Puerto Montt y Caleta Gonzalo se requiere una mayor inversión del Estado, un estatuto jurídico distinto y mayores apoyos gubernamentales.
Igualmente, comparto las aprensiones que ha manifestado el Senador Navarro en este debate.
Esperamos que la normativa planteada se traduzca en una institucionalidad que hoy no existe y que tampoco se asegura con la sola aprobación de la reforma constitucional en estudio, que no es más que eso: una declaración merced a la cual el Presidente de la República podrá definir ciertos territorios como geopolíticamente estratégicos.
¿Por qué mencionaba a los Senadores García y Tuma , de La Araucanía? Porque en nuestra región, particularmente en la zona cordillerana alta, tenemos comunas como Lonquimay, Melipeuco y Curarrehue, donde existen tres pasos internacionales, uno de los cuales es uno de los más bajos del país: el paso Icalma, donde hay un corredor bioceánico -incluso, eventualmente dos-, y donde solo la comuna de Lonquimay tiene 140 kilómetros de frontera con Argentina.
Por lo tanto, se trata de una zona geopolíticamente estratégica desde todo punto de vista.
Siento que muchas regiones no habían tenido la posibilidad de progreso que brinda el proyecto, ni con la declaración de territorio especial, ni con los esfuerzos que sistemáticamente acometió en el pasado la Subsecretaría de Desarrollo Regional. Por ende, es plausible que los Presidentes tengan la facultad para decretar territorios geopolíticamente estratégicos y con posterioridad definir un estatuto en virtud de una ley orgánica que regule detalladamente los instrumentos de desarrollo. Porque -insisto- aquí no basta con una declaración. En una Constitución caben muchas cosas, pero se trata de incorporar herramientas y medidas eficaces.
Creo que en regiones como la del Maule debe pasar algo muy similar a lo que ocurre en La Araucanía. Y de ahí que esta reforma constitucional puede abrir una esperanza muy interesante para esos territorios.
Desde luego, vamos a respaldar esta moción, en el entendido de que los Gobiernos, en general, van a utilizar la facultad que se les entrega para definir territorios geopolíticamente estratégicos, más allá de aquellos que constituyen zonas extremas. Yo respaldo, sin ninguna duda, la situación especial de Aysén, de Magallanes, de Arica y Parinacota, así como los regímenes de exención tributaria y todas las facilidades para la inversión de que disponen. ¡Fantástico! Y deben mantenerse. Pero muchos de esos beneficios perfectamente se podrían otorgar también a otras localidades, como Lonquimay, que posee 4 mil kilómetros de superficie. Me refiero a comunas muy extensas y con una densidad poblacional muy baja.
Considero que incluso deberíamos ver lo que pasa en comunas de la cordillera de Nahuelbuta, en la zona de Malleco, Región de La Araucanía, donde la actividad forestal está ocasionando un grave daño. Allí, así como aumenta la plantación de especies exóticas como pinos y eucaliptos, de manera directamente proporcional disminuye su población. Y el Estado tendrá que hacerse cargo, porque esas comunas no se pueden cerrar, no se pueden clausurar. Y aunque tengan menos habitantes, igualmente merecen transformarse en estratégicas.
Por lo tanto, me parece bien que la reforma constitucional haga más flexible la posibilidad de apoyar a esos territorios cuando exista, efectivamente, la voluntad política que esperamos que se dé en aquellos casos.
Gracias.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Tiene la palabra la Honorable señora Goic.
La señora GOIC.- Señora Presidenta , tal como ya lo han hecho otros colegas, me sumo con entusiasmo y alegría al apoyo que se ha manifestado a la propuesta del señor Orpis y otros señores Senadores.
A mi juicio, este es un debate que necesariamente tiene que darse. Cuando se habla de una nueva Constitución, sin duda que uno espera que este tema también esté incorporado. Y me alegro de que con la presente moción se avance hacia esa discusión, la cual se halla vinculada, finalmente, con una mirada del territorio.
Pienso en Magallanes y recuerdo el paro del gas. Lo increíble fue que salieron a protestar desde el señor del quiosco, el obispo, hasta el gran empresario. Y la cuestión de fondo que reclamaba cada una de las familias que salieron a la calle, no era solo el aumento del valor de la boleta del gas a fin de mes, sino el trato que se le estaba dando a un territorio especial, que tiene características únicas y donde, por la distancia y el aislamiento, hemos debido buscar formas específicas de resolver problemas que son desconocidas para quienes habitan más cerca del centro o de las grandes ciudades. Uno decía "Tenemos nuestra propia Teletón", porque nuestros niños no podían ir a Puerto Montt. En el caso de alguien con discapacidad, la lejanía imposibilitaba la realización de un tratamiento.
Entonces, cuando se nos aplica una mirada de mercado para subirnos el precio del gas, no se entiende lo que significa vivir en Magallanes, la necesidad de disponer de calefacción. Porque nuestros requerimientos energéticos y de calefacción son distintos.
En el fondo, lo que se está planteando es aquello: incorporar, en nuestra mirada del país, entendiendo la diversidad que existe del extremo norte al extremo sur, un enfoque especial que permita la expresión de tales diferencias, pero que, sobre todo, posibilite el desarrollo de las potencialidades que hay en los distintos territorios.
Pienso que hoy estamos perdiendo mucho. Estoy convencida -y lo repito siempre- de que no vamos a ser un país desarrollado si no somos capaces de considerar las diferencias que tenemos y de permitir que ellas florezcan de algún modo. Y creo que la iniciativa en debate va orientada en ese sentido.
Además, me parece que hacemos una discusión bastante parcial de las leyes de excepción. Deberíamos discutir un cuerpo legal que por lo menos fuera sistemático, coordinado, ordenado. Pero no: vamos prorrogando la vigencia de la Ley Austral, por un lado, y de la bonificación a la mano de obra, por el otro. No se aborda integralmente el problema. Y así tal vez seguimos desperdiciando recursos que podrían utilizarse mucho mejor si uno acometiera el debate desde el territorio, si contáramos, por ejemplo, con un régimen tributario distinto en algunos aspectos.
Hay posibilidades de generar tributos especiales que tengan que ver con el sello de la región. Hemos planteado la factibilidad de tener un fondo de conservación que se forme a partir de una tasa cobrada a los turistas para mitigar el daño que genera su visita a parques nacionales, áreas silvestres protegidas. Es una particularidad de nuestra zona, que no tienen ni Santiago ni Concepción, por mencionar otros lugares. Sin embargo, hoy nos enfrentamos a una administración centralizada que nos mide a todos con la misma vara.
Cuando se habla de la Ficha de Protección Social, uno escucha: "En Puerto Williams, al que vive en esta casa, en esta cuadra, le vamos a otorgar este puntaje". ¿Qué diferencia hay entre esa persona y la que vive en la cuadra de arriba? Ahí estamos hablando de una población que por el solo hecho de habitar un territorio como el de Puerto Williams debe ser considerada en forma especial. En ese caso, un punto más, un punto menos da lo mismo. Lo importante es conceder un valor a vivir en cierta parte del territorio.
Muchas veces, cuando hemos analizado la Ley Navarino, que incentiva inversiones en Tierra del Fuego, hemos discutido que quien vaya a invertir tiene que asociarse con alguien que habita en ese territorio, porque la idea es generar ahí pertinencia y capacidades y no permitir que se venga de afuera con una visión externa que no valora a quien ha estado "haciendo patria" -como decimos nosotros- en territorios donde la vida es más difícil.
Además, se podría aludir al costo de vida, en fin. Hay una serie de situaciones que, a mi juicio, bien vale la pena analizar en un estatuto especial. Y ahí se podrá discutir si la definición la hace el Presidente de la República por decreto o se busca otro mecanismo.
A ese respecto, comparto las aprensiones acerca de cómo abordar aquello en una discusión más amplia y que efectivamente tenga viabilidad.
Pero hoy día, con gran entusiasmo, voto a favor y respaldo la iniciativa.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Harboe.
El señor HARBOE.- Señora Presidenta , es importante destacar el sentido que tiene lo planteado por los autores de la moción que dio origen a este proyecto de reforma constitucional, en cuanto a establecer algún grado de protección, desde el punto de vista del Estado y del ordenamiento constitucional, a ciertos territorios que ellos consideran relevantes conforme a una visión geopolítica.
Ahora bien, sin perjuicio de celebrar esta iniciativa, me parece pertinente advertir algunas situaciones.
En primer lugar, la técnica utilizada por los autores consiste en incorporar un nuevo artículo 126 ter a la Constitución Política de la República, a fin de señalar -así dice la norma sugerida- que "Son también territorios especiales los considerados geopolíticamente estratégicos, así calificados por decreto del Presidente de la República ".
En consecuencia, lo que hace la disposición que se pretende agregar es ampliar las hipótesis establecidas en el artículo 126 bis, que comprende los territorios especiales.
Frente a ello, quiero solamente destacar la preocupación que surge a propósito de que, al extender tales hipótesis a los territorios especiales, podría entenderse que con respecto al artículo 126 ter también va a regir la limitación establecida en el inciso segundo del artículo 126 bis de la Constitución, que dice: "Los derechos a residir, permanecer y trasladarse hacia y desde cualquier lugar de la República, garantizados en el numeral 7° del artículo 19, se ejercerán en dichos territorios en la forma que determinen las leyes especiales que regulen su ejercicio, las que deberán ser de quórum calificado".
Resulta de toda lógica consagrar tal limitación al derecho de la libertad ambulatoria cuando se trate de territorios insulares. Pero, si la vamos a hacer aplicable a territorios geopolíticamente estratégicos pertenecientes al continente, podría surgir algún grado de complicación.
Por eso deseaba advertir sobre esa situación constitucional, ya que es posible que se genere algún grado de dificultad, más allá -insisto- de la buena intención que tuvieron en vista los autores de la moción.
En segundo término, quiero hacer una revisión etimológica del concepto "geopolítica", toda vez que este nace de la ciencia de la Geografía por allá en los años 20, cuando se consideraron los elementos básicos para realizar la llamada "expansión de fronteras interiores". Esto es, aquellos que permiten que una autoridad o un órgano colegiado de la república, de un Estado, de un país o de una monarquía, según corresponda, determinen que hay territorios estratégicos para el desarrollo de su nación.
Desde tal punto de vista, dada la trascendencia de la calificación de "geopolíticamente estratégicos", en el entendimiento de cuál sería el sentido del concepto "geopolítico", ella no debiera quedar radicada solo en el Presidente de la República , a través de un decreto supremo. Porque, si en nuestro país existe un período presidencial de solo cuatro años de duración, mi percepción es que la calificación de un territorio como geopolíticamente estratégico más bien debiera estar sujeta a una decisión compartida entre diferentes Poderes del Estado.
Por ejemplo, en mi opinión, podría hacerlo el Jefe de Estado con acuerdo del Senado, para efectos de evitar, primero, que los vaivenes de las mayorías circunstanciales, y segundo, que la temporalidad reducida del período presidencial generaran ciertas complicaciones, toda vez que entiendo que el sentido y alcance de la iniciativa tienen que ver con potenciar desarrollos y no necesariamente con provocar algún grado de inestabilidad.
Esas dos aprensiones deseaba manifestar, señora Presidenta , con el fin de tratar, ojalá, de fortalecer este proyecto de reforma constitucional: la ubicación de la norma en el Texto Constitucional, en cuanto a la eventual aplicación, por analogía, de lo estipulado en el inciso segundo del artículo 126 bis, que limitaría la libertad ambulatoria, y, obviamente, la posibilidad de incorporar al Senado en la calificación de los "territorios geopolíticamente estratégicos".
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor De Urresti.
El señor DE URRESTI.- Señora Presidenta, para quienes representamos a regiones aisladas, para quienes representamos a zonas con dificultades de conectividad no fronterizas, este proyecto claramente llama la atención.
Aquí se ha señalado que se incorpora como elemento fundamental el hecho de que "Son también territorios especiales los considerados geopolíticamente estratégicos, así calificados por decreto del Presidente de la República ".
Como muy bien manifestó el Senador Harboe, dejar entregada esa calificación única y exclusivamente al Primer Mandatario , significaría limitar la concepción de aquellos territorios.
No me cabe duda de que la intención expresada por los autores de esta iniciativa apunta especialmente a aquellos territorios que, por su ubicación, por su lejanía del Poder Central, se hallan en una situación claramente desventajosa.
Sin embargo, es preciso entender que en esto hay, igualmente, una dinámica moderna en cuanto a cómo se estructuran los territorios y cómo surgen, asimismo, zonas rezagadas o fronteras internas dentro del país.
Sobre el particular, le quiero señalar a la Sala -por su intermedio, señora Presidenta - que existen territorios dentro de la propia región que represento -como la comuna de Corral, ubicada a 45 kilómetros de la capital regional- que quedan absolutamente aislados cuando se producen temporales -¡y vaya que los hay en la provincia de Valdivia, en la Región de Los Ríos!-, porque no existe conectividad terrestre, ni muchas veces fluvial con esos lugares.
En consecuencia, no estoy hablando de territorios que correspondan a la calificación de "geopolíticamente estratégicos". Pero ellos se encuentran completamente aislados dentro de la propia región. ¡Para qué hablar de Neltume, de Liquiñe, de Mantilhue! El llegar a esas localidades constituye una verdadera odisea para los ciudadanos. Y también hay atraso en materia de conectividad digital y de acceso a una serie de bienes.
Por lo tanto, entendiendo absolutamente la concepción que se ha tenido en cuenta y vinculando esto, además, al artículo 126 bis de la Carta Fundamental, a la cual, precisamente a través de la reforma constitucional del año 2007 se incorporaron los territorios especiales de Isla de Pascua y del Archipiélago Juan Fernández , pienso que estamos en presencia de un asunto de naturaleza jurídica distinta.
Y me parece que sería bueno que se diera una vuelta más a esto en la Comisión para entender la facultad que se pretende otorgar al Presidente de la República . Opino que esto no solo se debería entregar al Primer Mandatario , pues esto corresponde a una visión centralista, ya que los Jefes de Estado muchas veces no tienen un conocimiento acabado del país. Es en nuestros territorios donde podemos identificar de manera efectiva el retraso, el rezago, el aislamiento existente en ellos.
Por consiguiente, creo que la fórmula para calificar a ciertas zonas en particular como territorios geopolíticamente estratégicos debería nacer de una propuesta de los propios intendentes o de los consejos regionales, que se sometiera, obviamente, a la decisión del Primer Mandatario , o de otra autoridad. Como señaló el Senador Harboe, el propio Senado podría realizar dicha calificación y, de esa manera, focalizar inversiones, visibilizar territorios, agregar competitividad y lograr una integración completa.
Estoy absolutamente de acuerdo con la iniciativa, pero creo que restringe la concepción de territorios especiales considerados geopolíticamente estratégicos y así calificados por decreto del Primer Mandatario.
Yo solicito, señora Presidenta , enriquecer el proyecto con la diversidad de territorios y situaciones que se presentan en nuestro país, e incorporar elementos nuevos para lograr una plena integración tanto territorial como económica.
Porque, además, resulta tremendamente injusto que los ciudadanos y los niños y las niñas de algunos territorios tengan muchas veces menos oportunidades que las personas que se hallan en otros más aventajados, con mayor acceso a distintos bienes y servicios, no solo en lo que dice relación con aspectos geográficos, sino particularmente en cuanto al acceso a bienes tan fundamentales como el derecho a la educación.
Un menor que se cría en una comuna aislada, rezagada, generalmente tiene menos oportunidades que aquel que se encuentra en la periferia de la gran metrópolis. Y eso tiene que visualizarse de manera más integral.
Por tal razón, señora Presidenta , estoy de acuerdo con la idea principal -reitero-, pero solicito que discutamos la iniciativa con mayor profundidad en la Comisión de Gobierno, considerando las visiones que recogimos en esta discusión.
He dicho.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN .- Señora Presidenta , seré muy breve, pues considero que lo fundamental ya se ha dicho.
Solo quiero destacar con respecto a esta iniciativa, cuyo autor intelectual es el Senador Jaime Orpis y a la que adherimos con mucho interés, que advertimos una situación real en nuestro país y que, probablemente, se repite en cada nación.
Uno tiende a pensar que las zonas geopolíticamente estratégicas son aquellas que manifiestan esa condición por su situación geográfica evidente. Y en Chile solemos pensar que corresponden a las regiones extremas, la del norte y la del sur, por distintas consideraciones.
Sin embargo, cuando uno se pone a mirar la situación interna, se da cuenta de que en distintas áreas, en distintas regiones, aparecen también territorios, zonas geográficas, con características muy especiales. Y, en tal sentido, siempre he pensado que debiera existir una definición de zonas de extrema pobreza. Porque hay muchas regiones que presentan una situación muy positiva, pero al mirarlas en detalle, se observa que en su interior hay áreas, provincias o comunas que en el promedio no figuran como de extrema pobreza, pero que al escarbar en ellas muestran esa realidad.
Tal es, por ejemplo, el caso de nuestra Región del Maule. Esta presenta indicadores generales que últimamente son menos malos, pero ciertas comunas y provincias tienen otros muy negativos. Y esto se oculta.
Entonces, la búsqueda de zonas geopolíticamente estratégicas, para ver cómo desarrollar políticas públicas o apoyos diferenciados, me parece extraordinariamente valiosa.
Ahora, ¿qué significa clasificar un territorio como especial? ¿Qué facultades permite desarrollar? Creo que eso se puede explorar más, y probablemente forme parte de la discusión en particular.
Lo que encuentro más complejo de resolver es quién debe definir un territorio como especial.
En general, en nuestro ordenamiento jurídico ello debe hacerse por ley o a través de decretos; es decir, lo hace el Ejecutivo . Las otras fórmulas intermedias generan un cambio en la estructura institucional, y no soy partidario de abrirlas de buenas a primeras.
Por ejemplo, considero muy interesante lo que planteó el Senador Harboe, en cuanto a que la calificación del Presidente de la República se realice con acuerdo del Senado. Sin embargo, tal mecanismo lo usamos básicamente para los nombramientos, no para otras situaciones. ¡Claro! Uno podría decir: "extendamos esa facultad", pero opino que la Constitución debe tener una estructura lógica, y esta modalidad podría cambiarla.
De otro lado, dejar la facultad de calificar qué zonas son territorios especiales a los intendentes, cuando estos son subordinados del Ejecutivo , no tiene mucho sentido. La iniciativa para proponerlo siempre podrá venir de una región, pero la decisión debe estar radicada en una autoridad que tenga mirada nacional, para ir equilibrando y desarrollando armónicamente el país.
Es decir, la fórmula que se propone me parece razonable, pero estoy abierto a abrir el debate, aunque no de cualquier manera, para evitar que se rompa la estructura institucional del país.
Pienso que es una buena iniciativa, y me alegra la acogida que ha recibido en el Senado, porque creo que estamos empezando a mirar el territorio desde su realidad interna, región por región, viendo cuándo, por alguna razón particular, se hace necesario instalar una mirada distinta de un territorio, de una parte de determinada región.
Voto a favor, y espero que en la discusión en particular podamos resolver las inquietudes manifestadas en este debate, que ha sido muy positivo.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Moreira.
El señor MOREIRA.- Señora Presidenta , solamente quiero decir, para que quede en la Versión Oficial, considerando todo lo que hoy día se ha expuesto, que este proyecto de reforma constitucional, presentado por el Honorable señor Orpis , es espléndido.
Estimo que con las explicaciones y fundamentos entregados acá se sientan las bases para su aprobación. Pero no deja de sorprenderme -por eso deseo que quede en la Versión Oficial- lo siguiente.
Hoy día recibimos en la Comisión Especial de Zonas Extremas al Subsecretario de Desarrollo Regional precisamente para conocer de parte del Gobierno -por su intermedio, señora Presidenta - los aspectos relativos a cómo ve este en el futuro lo que dice relación con las zonas extremas o aisladas. Y, obviamente, aparecen la Región de Magallanes, la Región de Aysén y la Región de Arica y Parinacota. Pero no deja de llamarnos la atención que la provincia de Palena, que claramente constituye un símbolo en la materia, no figura.
Y le dijimos al señor Subsecretario : "Usted nos viene a hablar de descentralización, nos viene a hablar de zonas extremas, pero no figura la provincia de Palena. No fue contemplada por el actual Gobierno".
Entonces, el señor Subsecretario se comprometió a analizar el punto y manifestó su mejor disposición para ello. No obstante, en el mandato que recibió de parte del Ejecutivo lamentablemente no se consideró a la provincia de Palena. Y pienso que es importantísimo destacarlo ahora que estamos viendo este proyecto, pues cada una de las zonas tiene que quedar plenamente especificada. De esa manera, vamos a resguardar la integridad de las regiones especiales que necesitan de una mirada regional distinta. Porque los señores Senadores que representan a las zonas extremas tienen que lidiar con problemas de conectividad, de desarrollo.
Por lo tanto, celebro lo que vamos a votar aquí. Es el primer paso en el camino de las mil millas, y esperamos que el Gobierno tenga en cuenta esta importantísima zona de mi Región de Los Lagos, la provincia de Palena, la cual no ha sido considerada ni como zona aislada, ni como zona extrema.
He dicho.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (34 votos a favor).
Votaron las señoras Allende, Goic, Muñoz, Pérez (doña Lily), Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Allamand, Araya, Bianchi, Chahuán, Coloma, De Urresti, Espina, García, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Larraín (don Hernán), Letelier, Montes, Moreira, Navarro, Orpis, Ossandón, Pizarro, Prokurica, Quintana, Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Propongo fijar plazo para presentar indicaciones hasta el lunes 12 de mayo, a las 12.
El señor WALKER (don Patricio).- Conforme.
La señora ALLENDE ( Presidenta ).- Acordado.
"
- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/9160-06