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- rdf:value = " El señor GONZÁLEZ (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Leonardo Soto.
El señor SOTO .-
Señor Presidente , nuestra legislación laboral arrastra lo que los expertos han denominado un “pecado original” en materia de promoción de la familia y la maternidad.
En efecto, el modelo de protección de la mujer en el ámbito laboral, que se estableció en el inicio de nuestra vida republicana y que la dictadura profundizó, terminó por afianzar un sistema que la marginó del mercado del trabajo y consolidó un arquetipo arcaico de hombre proveedor y mujer cuidadora.
Por un lado, la configuración de las normas de protección a la maternidad contenidas en el Código del Trabajo desconoce la corresponsabilidad de hombres y mujeres frente al empleo y la familia, lo que limita fuertemente la posibilidad de desarrollo laboral de las mujeres al responsabilizarlas exclusivamente del cuidado de los hijos.
Por el otro, se mantiene el esquema tradicional de imposición de obligaciones al empleador en atención a la contratación de mujeres, lo que tiende claramente a desincentivar el empleo femenino.
Dado ese estado de cosas, los proyectos que, confío, se aprobarán esta mañana vienen a cuestionar y replantear el actual modelo de protección de las madres trabajadoras, con el fin de materializar efectivamente la igualdad de trato entre hombres y mujeres con responsabilidades familiares.
En efecto, se trata de verdaderos mecanismos antidiscriminación y de inclusión de la mujer al mundo del trabajo, que nos invitan a redefinir el actual sistema de protección a la maternidad para que deje de transformarse en un privilegio reservado a algunas mujeres trabajadores, y, en concreto, para que deje de ser un obstáculo para el desarrollo laboral equitativo de las mujeres trabajadoras.
Quiero destacar los amplios consensos que se han generado en esta materia, y, sobre todo, relevar el cambio de visión que se ha ido consolidando, en especial en la actual legislatura. Sobre estas bases, invito a mis colegas a avanzar en la construcción de un nuevo paradigma que se sustente en la corresponsabilidad de hombres y mujeres frente al trabajo y al cuidado de la familia, centrado en la protección amplia de todos los trabajadores con responsabilidades familiares, sin referencias de género y reconociendo la titularidad de todos los derechos indistintamente a mujeres y hombres.
Esa tarea -qué duda cabe- pasa indefectiblemente por un proceso de cambio cultural que debe promoverse a través de acciones positivas del Estado que posibiliten un amplio respeto a la diversidad y, sobre todo, el real reconocimiento de la mujer como una ciudadana plena en todos los ámbitos de la vida social.
En palabras del jurista italiano Luigi Ferrajoli : “La igualdad, no sólo entre los sexos, es siempre una utopía jurídica que continuará siendo violada mientras subsistan las razones sociales, económicas y culturales que siempre sustentan el dominio masculino,(…)”.
En tal sentido, las distintas acciones que se han establecido para consagrar garantías explícitas para el pleno desarrollo de las personas desde la cuna hasta la tumba, implementadas por distintos gobiernos -en particular por el de Michelle Bachelet-, como las salas cuna y los jardines infantiles gratuitos con cobertura universal, permiten avanzar con mayor decisión en la materia.
Se suman a ese esfuerzo las modificaciones del Senado al proyecto que extiende a los padres trabajadores el derecho de alimentar a sus hijos y perfecciona normas sobre protección de la maternidad.
Así, se atiende de manera más igualitaria la situación de los trabajadores con responsabilidades familiares posibilitando que sea el padre trabajador quien pueda ejercer el derecho a alimentar a los hijos menores.
Me parecen de la mayor relevancia dos aspectos del proyecto.
Primero, el que se determinen vías formales de comunicación tanto de los empleadores de ambos padres como de las autoridades del Trabajo.
Segundo, el que se establezca de pleno derecho que la garantía en comento corresponde al padre en los casos en que ejerza la tuición o la madre esté imposibilitada o hubiera fallecido.
Anuncio mi voto favorable a las modificaciones del Senado y al proyecto de ley que figura en el segundo lugar de la Tabla de la presente sesión, y dejo abierta la invitación a mis colegas para que sigamos avanzando en la materia a efectos de que muy pronto contemos con un estatuto orgánico que redefina completamente la protección de la maternidad en torno al reconocimiento de la necesaria conciliación de trabajo y familia, la corresponsabilidad de los progenitores en sus deberes como proveedores y cuidadores, la materialización de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, en especial para modificar los patrones socioculturales de conducta basados en la idea de inferioridad o superioridad de cualesquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres.
He dicho.
"
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