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Tiene la palabra el diputado señor Nicolás Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (don Nicolás).-
Señor Presidente , la bancada de Renovación Nacional respaldará el proyecto. Estamos convencidos de que en nuestro país tenemos un talón de Aquiles que condiciona no solo el desarrollo económico, sino el desarrollo espiritual de muchas familias. Este se relaciona con el hecho de que cada vez debemos hacer más compatible la vida laboral con el rol de padres y de madres, es decir, el ser madre con ser trabajadora y el ser trabajador con ser padre de familia.
Muchos de nosotros nos educamos en una época en que el hombre era el proveedor de la familia y la mujer permanecía en casa al cuidado de los hijos. Eso hoy ya no ocurre; enhorabuena que haya cambiado. Por lo tanto, la ley debe adecuarse a esta nueva realidad para permitir que los roles sean compatibles.
Por otra parte, a propósito del derecho al cuidado de los hijos, el Código del Trabajo reconoce que además del tiempo destinado a la alimentación de los hijos menores de dos años se debe agregar el tiempo de traslado que requiere la madre para ejercer ese derecho. En ese sentido, se le permite a la trabajadora acordar con su empleador el mejor y el más óptimo cumplimiento de ese derecho. Esto es muy importante, porque muchas veces el Congreso Nacional ha desconfiado de la forma como el trabajador acuerda libremente el ejercicio de sus derechos laborales. Hemos entrado en una psicosis de regular todo, hasta el más mínimo detalle, a tal punto que hemos logrado que un derecho laboral termine siendo impracticable, porque no le permitimos la más mínima flexibilidad a la trabajadora o al trabajador para que pacten con el empleador o con el sindicato la forma de ejercerlo.
El proyecto que debatimos es un buen ejemplo de cuando le damos la posibilidad a la trabajadora de pactar la forma como ejercer un derecho, que en este caso se resuelve de dos maneras. Ojalá que esta fórmula también se aplique a otros derechos laborales, que, lamentablemente, debido a su rigidez, no se ejercen o lo hacen en perjuicio de la empresa o en perjuicio del trabajador.
El otro aspecto que quiero mencionar es que me parece bien la señal de endosar al padre no solo la responsabilidad, sino el derecho del cuidado de los hijos durante el tiempo que dure la alimentación. Hay que hacer un llamado de atención. Este es un derecho irrenunciable; pero es tremendamente importante que no solo sea irrenunciable en el papel, sino que se fiscalice que sea efectivamente irrenunciable en la práctica. En ninguna circunstancia formal ni mucho menos informal el no ejercicio de este derecho puede ser compensable en dinero. Eso debe quedar absolutamente claro. No se trata de un derecho para que el padre pueda pactar una mejor remuneración, un bono o un ingreso ocasional a cambio de no ejercer el derecho del cuidado de los hijos. Reitero, es un derecho irrenunciable. Por eso pedimos expresamente una fiscalización acuciosa de la Dirección del Trabajo, a fin de que nadie sienta el más mínimo derecho a compensar el no uso de este derecho a cuidar de los hijos a cambio de una mejor remuneración o un mejor salario.
He dicho.
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