-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/636518/seccion/akn636518-po1-ds115-ds123
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4526
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- rdf:value = "
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaime Bellolio .
El señor BELLOLIO .-
Señor Presidente, aprovecho esta oportunidad para saludar a los artistas que nos acompañan en las tribunas. Crecí escuchando a muchos de ellos. Conozco muchas de sus canciones, a pesar de que también me gustan otros estilos musicales. Hoy, que vivo en las afueras de Santiago, las radios locales emiten alrededor de un 90 por ciento de cuecas y otros géneros que han comenzado a gustarme mucho más.
Probablemente, uno de los debates que en el futuro se seguirá repitiendo con intensidad es el relativo a la definición de lo público y de lo privado y los límites y la interacción entre ellos. Con ello no me refiero a la antigua y fracasada idea de los socialismos reales o de los burdos totalitarismos, sino que a la alternativa moderna de los mismos, los estados de bienestar y lo que algunos llaman el régimen de lo público. Obviamente, estos nuevos modelos no son comparables, en sus efectos, con esos que cayeron con el muro, pero hay coincidencias en algunos de sus fundamentos y de hecho han sido expresados hoy en la Sala.
Uno de ellos es que las personas se perfeccionan por la acción o la coacción del Estado, por lo cual el único custodio del bien común sería aquel, y para llevarlo a la práctica, el gobierno y sus funcionarios. De allí se desprende el monopolio del bien público. Solo el Estado -y sus ejecutores buscarían el beneficio del colectivo y, más aún, conocerían de mejor forma las “verdaderas” preferencias de las personas y la sociedad. Solo ellos conocen lo bueno y lo malo para cada uno y para el todo. Esta es la visión que ha inspirado muchas de las políticas de este gobierno en materias como educación, salud y trabajo.
¿Por qué eso es relevante para la discusión de este proyecto? Porque supone el beneficio o la bondad de la coacción del Estado, a través de la ley, para imponer una cuota del 20 por ciento de música chilena. Es completamente indudable el profundo valor de la música en nuestra cultura. El arte y la música no son puramente un entretenimiento, a pesar de que también lo son en sí mismas. Arte, música y folklore son expresiones profundamente humanas, de la libertad y la creatividad humana. Por ello, debemos darles mayor relevancia.
Un ejemplo es lo que sucede con la educación. De hecho, en los diarios de hoy aparece la sorpresiva noticia de que un estudiante que obtuvo 850 puntos en la PSU de matemáticas quiere estudiar pedagogía en música. ¿Por qué eso es sorpresivo? ¿Por qué no debiera ser obvio y evidente que un estudiante con esas capacidades quiera ser músico?
Lamentablemente, cuando hoy discutimos sobre educación lo estamos haciendo sobre su cáscara. Quien hace música o folclor aprende de respeto, disciplina, resiliencia y virtudes y valores importantes para toda la vida, pero obviamente no son estandarizables ni medibles en el Simce ni en la PSU. Eso no implica que no sean relevantes, sino exactamente lo contrario, es decir, que son muy importantes y parte fundamental de la educación; sin embargo, hoy no les estamos dando relevancia. Entonces, cabe preguntarse si para potenciar la música chilena la vía adecuada en este caso es una ley con una cuota para las radios.
Como señalé, creo profundamente que debemos fomentar y promover la música en general y la música chilena en particular. Pero, al hacerlo a través de la limitación de la libertad de expresión o la libertad editorial, se puede caer en una contradicción. En mi opinión, la libertad humana tiene límite en la dignidad humana. Son obviamente esenciales y primeros la libertad de conciencia y el derecho a la vida. Pero también hay libertades fundamentales que el Estado debe reconocer y como sociedad debemos proteger. Ese es el caso de la libertad de expresión. Hay casos en que dicha libertad puede ser usada para ofender, para atacar la dignidad del otro o para difamar. Entonces, algunos podrían querer prevenir esto. Es decir, con la buena intención de querer proteger y evitar los efectos negativos que podría tener el hecho de que alguien, en uso de su libertad, ofendiere o atacara la dignidad de otro, se podría proponer una limitación a esa libertad, lo que se conoce como una censura previa. Pero, en este caso, el remedio seria peor que la enfermedad. Al censurar previamente, lesionaríamos la libertad de quien cometió el daño, pero también de la víctima, causándole entonces otro daño adicional. Una solución, entonces, es que cada persona se haga responsable de las consecuencias del uso de su libertad.
El caso del terrible acto terrorista de Charlie Hebdo nos vuelve a poner en el tapete la discusión sobre la importancia de defender la libertad de expresión, a pesar de sus terribles amenazas. La música, el arte, se basan en esa libertad de expresión, entre otras cosas, porque son profundamente humanas. Las radios son el mecanismo, el medio, por el cual ésta llega masivamente a las personas. Pero, no por ser un medio se les puede imponer cualquier condición. No porque el espacio radioeléctrico sea una concesión de parte del Estado se le puede poner cualquier límite.
El respeto a la libertad editorial de las radios es, al final, la misma libertad del artista y la misma libertad de las personas. Lo mismo ocurre con la televisión, y para qué decir, con internet.
Creo que debemos ver cómo las nuevas tecnologías, o más bien, cómo la adopción y la disrupción que producen en el proceso creativo y de comunicación estas tecnologías nos permiten fomentar la música. Pronto va a llegar el momento en que la mayoría de los usuarios de las radios no escuchen en ellas, sino en celulares, tablets y computadores.
Por todas las razones anteriores, compartiendo plenamente la idea de fomentar el arte, la música y la creatividad, creo que la vía que propone este proyecto para fomentar la música chilena no es la adecuada.
He dicho.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/636518
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/636518/seccion/akn636518-po1-ds115