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El señor RECONDO (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Alfonso de Urresti.
El señor DE URRESTI.-
Señor Presidente, ante todo, felicito a los autores de esta moción, porque ha permitido generar un debate sobre las cooperativas, su vigencia y los principios en que se fundan.
Asimismo, quiero recoger las inquietudes planteadas por varios parlamentarios, que han argumentado que, junto con establecer el 14 de noviembre como Día Nacional de las cooperativas, deberíamos profundizar los instrumentos necesarios para seguir fomentando el cooperativismo en nuestra sociedad y alentando a aquellas instituciones que han permanecido en el tiempo y que han seguido desarrollando su trabajo. Además, debería existir una clara vocación, no solo del gobierno de turno, sino del Estado, respecto de los aportes que generan las cooperativas.
No soy integrante de la Comisión Especial de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, que estudió este proyecto; pero, revisando la información que nos ha entregado, podemos constatar que a dicha Comisión concurrieron representantes de cooperativas de distinta naturaleza: productivas, financieras y de ahorro, lo que permitió llevar adelante esta iniciativa.
Es necesario que las autoridades implementen líneas de acción, a fin de impulsar el cooperativismo y el desarrollo y fortalecimiento de las cooperativas existentes; establezcan 2012 como el Año Internacional de las cooperativas y tengan una agenda agresiva sobre fortalecimiento, financiamiento, protección y reconocimiento de estas instituciones.
Resulta interesante analizar el caso de distintas iniciativas que se transformaron en cooperativas. Así como existen algunas que son casi centenarias, también habría que dar a conocer experiencias como, por ejemplo, el comité de agua potable rural de Malalhue, comuna de Lanco, Región de Los Ríos, que se transformó, precisamente, en cooperativa. Dicho comité, con más de mil socios y que se regía por principios básicos de administración, logró transformarse en cooperativa, por decisión de la asamblea, acogiéndose a una ley que permite mejorar sus atribuciones y otorgar más beneficios a sus socios. Este tipo de experiencias tiene que reproducirse o, por lo menos, analizarse. Es necesario avanzar en esa línea. Además, el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, a través de su Departamento de Cooperativas, debería contar con un presupuesto adecuado para efectuar capacitaciones en las cooperativas que existen y en las que se constituirán.
También es necesario conocer la opinión del Ejecutivo y consultar recursos en el Presupuesto de la Nación para fortalecer a las cooperativas. Debemos saber si ello se hará mediante instrumentos legales o a través de una opción preferente por las cooperativas frente a los monstruos financieros transnacionales que hoy debemos enfrentar y que las van arrinconando. Hay que resaltar lo positivo del cooperativismo nacional e imitar ejemplos del cooperativismo vasco, como Fagor, ubicada en Arrasate-Mondragón, verdadera locomotora de la producción y la industria. En el País Vasco se ha logrado, a través de su fomento y fortalecimiento, contar con importantes cooperativas que no solo han competido a nivel nacional e internacional, sino que han distribuido las utilidades obtenidas entre sus trabajadores. Es bueno tomar esos ejemplos, dados a conocer por las personas que fueron escuchadas en la Comisión.
El informe señala que en la discusión general del proyecto, los diputados tomaron en especial consideración las respuestas dadas por los señores gerentes generales y presidentes de todas las cooperativas que han asistido a la Comisión durante el año, esto es, Ahorrocoop, Oriencoop, Colún, Creo, Fecrecoop, Campocoop, Fenaleche y Coopeuch, quienes manifestaron su plena adhesión a los principios que inspiran la iniciativa.
Es importante reproducir este tipo de experiencias, recogerlas en instrumentos legales y de fomento, y, sobre esa base, dar una señal clara de que el cooperativismo es un herramienta fundamental en el desarrollo de nuestro país.
He dicho.
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