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El señor GIRARDI.-
Señor Presidente , en la misma línea de lo que acaba de señalar la Senadora señora Allende, cabe agregar que debemos adecuar la televisión a la profunda revolución tecnológica que estamos viviendo, llamada "convergencia tecnológica", la cual será cada vez más acelerada.
En ella, la televisión irá generando mayor competencia con otras plataformas (Internet, transmisión de datos, teléfonos móviles). Tal vez a futuro las personas vean televisión no en el chasis actual, sino en un aparato celular o en un tablet.
Además, la televisión será cada vez más interactiva. Permitirá también transmitir datos o desarrollar otros servicios.
Luego vendrá la televisión por Internet. En mi opinión, en algunos años más esta superará a la televisión digital tal cual la conocemos.
A propósito del debate sobre el proyecto que introduce la televisión digital terrestre, se ha producido una discusión relativa a la duración de las concesiones. Algunos querían que fuera de por vida. Sin embargo, por principio, establecimos que se trata de un bien nacional de uso público, por lo cual no pueden ser otorgadas para siempre. En todo caso, tal debate carece de sentido, pues en diez años más no dominará la televisión digital, sino la que se trasmite vía Internet. Por tanto, quedará obsoleto el formato digital, igual como está pasando con el analógico.
No obstante, usando las plataformas multimediales y la convergencia tecnológica, debemos tratar de fortalecer la televisión pública. Creemos que ella debiera seguir siendo un ente rector desde el punto de vista del pluralismo, de la diversidad, de la promoción de valores fundamentales, de la estimulación de la cultura, de la generación de contenidos entretenidos, para que también pueda ser parte de los beneficios que trae consigo el desarrollo tecnológico.
Al mismo tiempo, hemos estado discutiendo sobre la importancia de contar con un transportador público. Algunos pensamos que este será un eje en el proceso democratizador de la televisión en cuanto a diversidad y pluralismo, dado que la nueva ley de televisión establecerá la posibilidad de crear muchos canales comunales, regionales, comunitarios, aunque no van a poder tener la capacidad para poner su señal en el aire.
A varios Senadores nos parece que el transportador público debiera ser Televisión Nacional y no radicar en entes privados. La idea es que sea como una carretera pública al servicio de la diversificación, con el fin de posibilitar la puesta de contenidos en el aire, lo cual resulta muy relevante.
Por otro lado, debo señalar -lo digo con mucha claridad- que el compromiso que adoptó el Ejecutivo con nosotros es que, luego de aprobar esta "Ley corta de Televisión Nacional", inmediatamente se discutirá en la Comisión la "Ley larga".
Se trata justamente de profundizar en la materia y de dar garantías del fortalecimiento de la televisión pública, donde se privilegien los contenidos de calidad, los programas entretenidos e inteligentes, como señalamos, con el objeto de colaborar a generar mejores ciudadanos y ciudadanas, de perfeccionar la democracia, de diversificar el país, de dar cuenta de que Chile es mucho más amplio y profundo de lo que hoy día aparece en televisión, que refleja más bien una realidad metropolitana.
Otro aspecto que considero fundamental se refiere a la adecuación de la televisión pública a los desafíos tecnológicos, que avanzan de manera muy rápida.
La Ley de Moore expresa que la capacidad de memoria se duplica cada 18 meses. Y eso es lo que hemos venido presenciando. Hoy día un terabyte se puede poner en la punta de un alfiler y hace 10 años ocupaba una sala como en la que ahora nos encontramos.
Tales procesos, con la nanotecnología, se desarrollarán a velocidad logarítmica. Por lo tanto, la televisión, tal cual la conocemos, sufrirá mutaciones cada vez más complejas y jugará un rol más preponderante en la vida de las personas.
En definitiva, el proyecto que nos ocupa, que parece muy simple, permitirá a Televisión Nacional, en una primera etapa -luego discutiremos la "Ley larga" a fin de dar cumplimiento a toda su función social-, competir para llevar adelante su cometido, otorgándole las facilidades en el aspecto instrumental y anatómico. Al analizar la "Ley larga de TVN" debatiremos ya no sobre su infraestructura, sino respecto de la parte funcional, la fisiología de este proceso, para tener una televisión pública de calidad, como Chile merece.
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