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- rdf:value = " El señor BERTOLINO ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra la diputada Cristina Girardi.
La señora GIRARDI (doña Cristina).- Señor Presidente , coincido plenamente con lo que planteó el diputado Silva: mientras discutimos el proyecto se siguen instalando más antenas.
Hace aproximadamente cuatro meses, junto con las diputadas Marcela Sabat y Mónica Zalaquett , y los diputados Accorsi , Torres y varios más presentamos una moción, que crea un artículo único, para suspender, por el plazo de seis meses, toda autorización para la instalación de antenas emisoras y transmisoras de servicios de telecomunicaciones, torres y soportes de éstas. En el fondo, sólo pedimos que la suspensión tenga efecto en tanto se tramita el proyecto de ley. En todos los tonos le pedimos al Ejecutivo que enviara el proyecto con discusión inmediata para discutir todas las aristas que tiene una materia tan compleja como ésta. Sin embargo, no tuvimos éxito y se siguen instalando nuevas antenas.
Desde que se puso urgencia a la iniciativa -aprovecho la oportunidad de agradecer al Ejecutivo - las empresas han desatado una ofensiva brutal para instalar indiscriminadamente más antenas, que, en el fondo, es lo que más preocupa a la población. Existen sitios con más de seis antenas, ni siquiera una o dos, que es lo que realmente tiene saturada no sólo a las zonas urbanas, sino a la población en general.
Sabemos que es un tema complejo; no es sólo urbanístico, sino de salud. Por ejemplo, en los cuadernos médico-sociales que aparecieron publicados en diciembre de 2004, los doctores Tchernitchin y Riveros plantean que hay muchos estudios que confirman la alta o mediana probabilidad de la relación causa-efecto de la radiación electromagnética en la salud de la población, con enfermedades tan graves como la leucemia, en niños y adultos; cáncer cerebral, también en niños y adultos; cáncer de mamas, abortos espontáneos, Alzheimer, enfermedades cardiovasculares, etcétera.
Por el principio precautorio debemos legislar con más profundidad en la materia. Por lo tanto, hay países que plantean un distanciamiento mínimo de doscientos metros, en sectores habitados o zonas sensibles. Sin embargo, acá sólo se plantea la distancia de cincuenta metros en lo que respecta a zonas sensibles, es decir, jardines infantiles, hospitales, etcétera. En cambio, en otros países, repito, se requiere de un distanciamiento mínimo de doscientos metros. Por lo tanto, nos falta mucho para reflexionar al respecto.
Debemos aplicar el principio precautorio y hacer lo que hacen aquellos que realmente les interesa defender y proteger a su población. El principio precautorio se aplica, precisamente, cuando no se está seguro de los efectos que provocan determinadas situaciones en la salud y en la vida de las personas. Para eso existe ese principio precautorio, no para prevenir, sino para precaver que se va a proteger correctamente la salud de la población.
Otro tema que me preocupa es que aquellas zonas declaradas saturadas son sólo para las antenas que tienen doce metros. Como bien decía el diputado René Manuel García , vamos a tener muchas antenas de menos de doce metros, sin ninguna otra exigencia. A lo mejor, tendremos veinte antenas en un sitio de menos de doce metros, es decir, el equivalente a un edificio de cuatro pisos, sin ninguna restricción. Tampoco tienen que ser aprobadas por los vecinos; por lo tanto, no se van a declarar zonas saturadas en el caso de que se instalen antenas de menos de doce metros.
Sin embargo, lo más preocupante es que cuando se habla de antenas de más de doce metros y que están en zonas saturadas existen distintas opciones que pueden tomar las empresas. Además, no es obligación el tema de la colocalización, pues éstas pueden camuflarse, y las empresas abocarse a la entrega de obras compensatorias, etcétera. Por eso, debemos obligar, por ley, a las empresas a colocalizar. Las empresas no deben tener la opción de elegir lo que más le conviene. Aquí se trata de lo que más le conviene a la población, no a las empresas. Ese debiese ser el criterio que debe mover a esta Cámara de Diputados.
Otro tema que es importante y que se ha mencionado hasta el cansancio tiene que ver con el efecto retroactivo. Efectivamente, existen algunos casos con efecto retroactivo. Donde hay más de dos antenas en un sitio se declara zona saturada, pero no es obligación colocalizar. No es obligatorio sacar cuatro, seis o siete antenas y dejar sólo dos. Como dije, se pueden camuflar o hacer obras compensatorias, pero no erradicarlas.
Las observaciones efectuadas por la Comisión a las indicaciones del Senado más bien tienen que ver con mejorar situaciones relacionadas con el tema. Por ello, no podemos hacer un proyecto que beneficie sólo a las empresas de telecomunicaciones, sino a las personas que efectivamente deben tener una participación real en la decisión de si se les instala o no una antena cerca de sus casas. ¡Ese debiera ser el criterio que inspire a esta Cámara de Diputados!
He dicho.
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