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El señor RUIZ-ESQUIDE.- En primer lugar, señor Presidente, quisiera abordar en la forma más breve posible algunos de los temas que se han planteado, porque han sido bastante nutridas y amplias las acusaciones que se nos hacen desde las bancas del Gobierno.
Antes que todo, aquí nadie puede decir que en estas bancas -incluido el Senador que habla, en particular- no se ha reconocido siempre la norma de que una persona es inocente mientras no se pruebe su culpabilidad.
Al principio expuesto se ha ceñido mi conducta permanente en esta Corporación. Y la mantuve incluso en un momento en que existía la posibilidad de que resultara afectado uno de sus miembros, lo cual pudo significarme un problema político muy grave. En esa ocasión expresé que, mientras no fuera probada su culpabilidad, él era inocente. Y he sostenido tal criterio constantemente en cada situación, trátese de un aspecto que involucre a las otras bancas o a las nuestras.
Pero eso no es lo mismo que en el caso del acceso a un cargo de inmensa o de mucha responsabilidad, como lo consideramos nosotros, pues tiene que ver con los derechos humanos, ámbito respecto del cual en este sector no tenemos ninguna cuestión por asumir o por condonarnos, porque no hemos abusado jamás...
El señor CHADWICK.- ¡Sí de la paciencia...!
El señor LONGUEIRA .- ¡Un poquito...!
El señor RUIZ-ESQUIDE .- Considero un caballero al Senador señor Chadwick , pero, si se sigue banalizando este tipo de materias, ello explicará por qué en Chile va a tener que pasar una generación más de la Derecha para que se olvide lo que esta hizo durante la dictadura de la cual Sus Señorías fueron partícipes. ¡Y parece que el ADN todavía no se les quita...!
El señor LONGUEIRA .- ¡Eso sí...!
El señor RUIZ-ESQUIDE .- Por lo tanto, puede ser que no se sancione mientras no se encuentra clara la culpabilidad para la justicia humana; pero resulta perfectamente posible, también entre quienes profesan la fe cristiana, exigir ciertas condiciones para ejercer un cargo relacionado con los derechos humanos. Y tengo derecho a sostener que, aunque en la justicia no haya mediado una prueba, me surge una duda. No es igual decir: "Usted es inocente porque no lo sancionaron" que señalar: "Usted tiene derecho, por esa razón, a ser nombrado en un cargo tan sensible".
¡Esa es la doctrina cristiana! ¡Así se puede proceder conforme a nuestro pensamiento!
Por tal razón, me extraña que algunas personas que profesan la misma fe y asumen una filosofía inspirada en sus principios expongan argumentaciones distintas. Esa postura podría ser la de alguien que no se halla en tal condición.
Lo anterior es lo primero, señor Presidente.
En segundo lugar, tenemos derecho a dudar. Y para que se pueda ser designado en ese cargo es posible fijar una exigencia mayor que la determinada para un puesto menor.
Ahora, en cuanto al argumento de si se nombró o no a la persona en la Administración anterior, hago presente, con toda franqueza, que en las mismas bancas donde ahora se ríen también se disfrutaba antiguamente cuando el Senador que habla se oponía a algunas acciones de Gobierno. En lo personal, no me importa que los errores sean nuestros o suyos. Me da lo mismo.
Pero sí quiero observarles a esos Honorables colegas que nos piden mantener una conducta transparente que no implica un acto artero la sanción a una persona por estimarse que no reúne los méritos para ascender a un estadio superior de la conducción del Estado. Aunque me encanta discutir con Sus Señorías, les solicito tener cuidado con el lenguaje, porque, si juzgan que somos arteros, que estamos aplicando una sanción moral, ¿por qué no le piden al Presidente de la República que deje de calificarnos de conjunto de ignorantes, como lo hizo desde Estados Unidos?
El señor ALLAMAND .- ¡Y en inglés...!
El señor RUIZ-ESQUIDE .- Pienso que se plantea una cuestión bastante simple, además, respecto de un asunto muy parecido en cuanto al procedimiento. Cualquier persona tiene derecho a desempeñarse en un cargo en el Estado y a ser dueña de una empresa que trabaja con este, mas no el Primer Mandatario. Y anuncio aquí que no voy a votar ningún nombramiento relacionado con la televisión mientras este último no venda Chilevisión .
La expuesta es exactamente la razón por la cual no se está haciendo la política que corresponde. No se trata de que las cosas sean sí o no -y podemos analizar el punto-: la política es un conjunto.
Hasta la fecha, tenemos claro que nos hallamos en la Oposición. Y hemos dicho hasta el cansancio que vamos a apoyar todo lo que el Gobierno necesita para la reconstrucción. Pero también demandamos, como exigencia mínima en el trato entre nosotros, un lenguaje totalmente respetuoso de nuestras posiciones. Y, por mi parte, le exijo al Presidente de la República , por consideración a los chilenos y a sí mismo, una actitud y una conducta que no podría requerirle a alguno de nosotros o a cualquier otra persona.
El argumento de los señores Senadores de Gobierno es que se deben considerar las cosas por parte. Creo que no. Es preciso estimar algunas en su conjunto. Ese es el caso de la que acabo de señalar, por ejemplo.
En tercer lugar, uno de Sus Señorías manifestó, con una seguridad casi magisterial, que nosotros estamos obstruyendo por todos lados lo que debe realizar la actual Administración.
Eso no es así. No somos monstruos ni imbéciles, porque sería torpe oponernos a la reconstrucción del país. También somos patriotas. No solo la Derecha es la patria, como suele decirse.
¡No vengan a decir aquí que porque estamos postergando un asunto hasta mañana actuamos en contra de los trabajadores! ¿Después de todo lo que hemos hecho en favor de ellos?
Ahora, ¿por qué se mezclan los temas? Tenemos que dar asimismo un sentido a la política. Nos hallamos ante una señal clara de la duda que pueden abrigar algunos Honorables colegas, a lo cual hice referencia en mi argumento inicial. Le consulté al señor Ministro si alguno de nosotros le había planteado la cuestión y me respondió que así había sido, aunque informalmente, en el pasillo.
Entonces, ¿qué le estamos diciendo con toda franqueza? "Mire, esta es una materia difícil, que no se relaciona con una actitud de Oposición". ¿O algunos señores Senadores se olvidan de lo que hicieron, en su tiempo, cuando se encontraban en ese último caso, o de cómo actuaron con los Ministros, o de las críticas que nos formulaban, o de los rechazos al ingreso de los Subsecretarios a la Sala? ¡Pero si en este mundo la vida da vueltas y todos somos iguales!
Por mi parte, no estoy afirmando mi autoridad moral. Lo que sí digo es que, en los hechos, en la historia de Chile, el Partido al cual pertenezco nunca estuvo comprometido en abusos a los derechos humanos. Las colectividades políticas de Sus Señorías sí lo estuvieron, en cambio, cuando participaron, como tales o por intermedio de sus miembros, en el Gobierno del señor Pinochet . No hago una distinción cualitativa; pero sí existe una en los hechos.
Un señor Senador nos representa: "En la mañana ustedes rechazaron el proyecto de ley sobre donaciones". ¿Quiere que le diga una cosa, señor Presidente ? Aun cuando fuera presentada por Gabriel Valdés , nunca me gustó la normativa sobre Donaciones Culturales por una razón muy simple. Le consulté a la Dirección del Servicio de Impuestos Internos cuánto paga en realidad de su bolsillo, aproximadamente, una persona que efectúa una donación y se me respondió que en torno de 60 a 70 por ciento, en tanto que el resto lo pone el Fisco.
Si quiero dar, lo hago como dice el Evangelio: "no sepa tu izquierda lo que hace la derecha". Y ese criterio lo conocen mis Honorables colegas que son católicos.
Pero, además, aseverar que solo los muertos y los santos se salvan de los conflictos de interés -es la última tesis moral del Presidente de la República - constituye una flexibilidad moral salvaje. Estimo que a algunos de Sus Señorías les generará una dificultad de conciencia tal afirmación.
En las condiciones a que he hecho referencia, no me gusta, entonces, que alguien aparezca dando cien cuando en verdad entrega cincuenta.
En definitiva, a los señores Senadores les asiste el derecho a decir: "Tengo dudas respecto de esa persona, porque, pese a que no fue declarada culpable, el día de mañana podría llegar a ser cualquiera cosa". Eso significa que en el futuro aquella podría convertirse incluso en Primer Mandatario.
¿Estaríamos tranquilos de que fuera Presidente de la República esa persona, que evidentemente perteneció a la institución referida y que, si bien no recibió castigo, fue llamada a declarar?
Para ciertas cosas, señor Presidente, se requiere algo más que ser inocente.
En esas condiciones, yo respaldo el derecho de los Senadores a plantear sus cuestionamientos.
Sin embargo, no me gusta que cada vez que uno formula una inquietud por algún punto o manifiesta oposición al Gobierno, se nos diga que somos ignorantes, que no nos importan los trabajadores, que solo estamos aquí para obstruir o que lo único que deseamos es el fracaso de la Administración del señor Piñera .
¡Yo jamás voy a querer que un Gobierno fracase!
Sí he dicho -y lo reitero- que todos nuestros sectores apoyaremos la reconstrucción del país. ¡Qué quede claro! A los trabajadores, todo nuestro respaldo, incluso a los que están expulsando de los ámbitos de la educación y de la salud, que permanentemente nos están solicitando ayuda.
Pero el derecho a oponerme a la visión general de un Gobierno de Derecha, que a nuestro juicio presenta ciertas complicaciones y no constituye un buen Gobierno para Chile, no me lo da el hecho de que hayan ganado o hayan perdido.
¿Qué van a argumentar cuando les baje la votación de apoyo? ¿Tendrán que irse por ello? Ya fracasó el tema del desalojo en alguna medida. Algunos de los que lucharon por el desalojo terminaron desalojados.
En fin, es bastante complicado el asunto, señor Presidente, y por eso, quise manifestar mi punto de vista.
He dicho.
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