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El señor GIRARDI.- Señor Presidente , el tema de la salud está lleno de sorpresas y de materias que entusiasman. Acaba de hacerse una propuesta, ayer -y el asunto en análisis se tiene que insertar en esa lógica-, que presenta aspectos interesantes. Pero se está reponiendo un viejo y anhelado debate por una parte del país y empujado con mucho entusiasmo en la era de Pinochet, que fue el de la privatización de la salud, el subsidio a la demanda y su portabilidad. Y me parece bien importante que hoy día eso vuelva a ponerse en tabla para que podamos discutirlo.
Lo que se halla de por medio es un intento, ya bastante claro y acelerado, de captura de la salud para que se transforme en un negocio. Porque la portabilidad del subsidio significa la destrucción del sistema público en el sector y la posibilidad de que prestadores privados asuman la tarea que actualmente le compete a través de hospitales y consultorios, todo lo contrario de lo que se está haciendo en el mundo. Hoy día, la tendencia es a reversar -incluso el Presidente Obama, en Estados Unidos, lo intentó- los procesos de mercado en salud, porque ello es asimétrico, en la medida en que el usuario no cuenta con la misma información que el prestador. El que decide la demanda es justamente el que proporciona la prestación.
Son cuestiones muy complejas, pero me parece interesante que el punto se esté debatiendo.
Ahora, la presente discusión es sobre un punto bastante marginal. Estoy de acuerdo con lo que se expresa acá en el sentido de que los directores de dedicación exclusiva debieran ser personas bien remuneradas, y ello, conforme a un estándar que les permitiese ser gerentes de una actividad compleja, como es la salud, y en particular, la administración de salud.
En relación con lo anterior se ha planteado el término de la dedicación exclusiva, lo que quiero consignar que apoyo. Porque, en Salud, se da una paradoja: normalmente, el líder -creo que en todos los sectores es preciso atender a los liderazgos reales- es el maestro, el gran clínico, pero se trata de personas que no tienen ningún interés hoy día, producto de la dedicación exclusiva, de dirigir hospitales, de dirigir servicios. Lo que ocurre atenta finalmente contra el sistema público, donde los que podrían ser los mejores directivos, los que exhiben más credibilidad, más liderazgo, no son los que están ocupando esos cargos justamente porque se los impide el factor mencionado.
Además, estamos haciendo referencia a una dedicación exclusiva que se entromete en lo que se hace una vez terminada la jornada laboral. No me interesa si un gran clínico, con liderazgo, con capacidad de gestión, que dirige un servicio, un hospital, se va después a hacer docencia o a practicar cirugía. Lo que me importa es que ponga su talento, sus dotes y su disposición al servicio del mejoramiento de la salud. Y estamos aludiendo en particular a la salud pública.
´ Quisiera que en esta última estuviesen los mejores. A mi juicio, se registra un problema de déficit estructural de remuneraciones. El sistema público está perdiendo gran parte de su capital humano. Hace 10 años, el 65 por ciento de los profesionales con más de 10 años de especialidad se desempeñaban en ese sector, de todo el stock de médicos chilenos. En la actualidad lo hace solamente el 33 por ciento. La gran mayoría tuvo que abandonar producto de los malos ingresos.
Me interesa que se fortalezca el sistema público, que la remuneración permita que los médicos se queden. Hoy día, además de ese stock de solamente el 33 por ciento, la gran mayoría de ellos están contratados por 11 horas y no por jornada completa, justamente porque lo que se debería pagar lo hace imposible.
Voy a apoyar el proyecto, pero creo que tiene que ser complementado con remuneraciones acordes para poder tener un equipo de excelencia en el sistema público y para que los profesionales no sean literalmente tragados por las clínicas privadas, que están succionando a todo el personal capacitado que el país ha demorado años en formar. Y ahora, con el proceso de privatización, este se va a ir a los nuevos prestadores privados, en desmedro de dicho sistema.
Por eso, señor Presidente, voy a votar a favor.
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