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- rdf:value = " El señor COLOMA.-
Señor Presidente , en todos los proyectos de ley, quienes en función de la democracia representamos a las personas debemos tener claro, para tomar cualquier decisión, lo que significa la armonía permanente de tres factores: la importancia de la comunidad, la importancia del sector laboral y la importancia de los emprendedores.
A mi juicio, ese es un criterio acuciante, difícil, y hace que no siempre la tarea parlamentaria sea grata.
Si votáramos siempre por lo que aplauden las tribunas, seríamos demagogos.
Aquí hay que ser serios y pensar en Chile con mayúsculas, y no por el aplauso del momento o por tratar de obtener un resultado a corto plazo.
En estas ocasiones uno tiene que ser fiel al juramento de respetar la Constitución, las leyes y el bien común. Y pocas veces me ha tocado hacer uso de la palabra, aunque sea simplemente para fundar el voto, tan consciente de esta realidad.
Señor Presidente , como pocos, siento que el Bicentenario tiene que ser celebrado. Pero también, permanentemente, he impulsado medidas de fondo destinadas a cuidar a la familia chilena. Así que no me siento cómodo cuando algunos se consideran acreedores de la familia, como si un feriado hiciera la diferencia entre respetarla o no. Mucho más importante que aquello es preocuparse por el tamaño de las viviendas que se les entregan, que no sobrepasan los 35 metros cuadrados promedio, creyendo que con eso se hace familia, por el hecho, simplemente, de sumar propietarios.
Así que no me siento deudor, ni en materia de Bicentenario, ni de familia, porque he cumplido lealmente con mi deber de velar por una y otra causa.
Con esa misma convicción, pienso que aprobar el proyecto original, que muchos parlamentarios habían rechazado hace dos meses -como ha recordado acertadamente el Senador señor Allamand - y que hoy día se han dado una "vuelta de carnero", desde un punto de vista de país -les pido que pensemos en el país con mayúscula-, claramente genera un problema mayor.
Quiero plantear solo cuatro elementos.
El primero de ellos me parece fundamental.
Soy Senador por una zona que estuvo inactiva por el terremoto, y uno siente la angustia de la paralización y del desabastecimiento. Y tal situación no es cosa de libros, de manuales o de teorías: lo vivimos dramáticamente hace seis meses. Entonces, no diviso motivo alguno, que no sea la fuerza mayor, para que, en forma razonada, sin exigencia imposible, se impida que el país aparezca normalmente abastecido.
Y perdone, señor Presidente , pero tres días de desabastecimiento constituye un problema, particularmente en la zona que represento, donde el empleo es precario y se verá afectado el sector turismo. Precisamente, estos son los momentos que generan una ayuda importante a la familia chilena, de la que tanto se ha hablado esta tarde y que tan poco se hace por cuidarla el resto del año.
En segundo lugar, señor Presidente , me parece que aquí se obliga a los más pobres a incurrir en gastos extraordinarios para abastecerse en forma anticipada. Lamentablemente -tal vez no es el problema de muchos de los presentes-, no todos los hogares chilenos se hallan en condiciones de aprovisionarse por varios días, pues no disponen de refrigeradores ni de la capacidad adecuada para enfrentar lo que debería ser un espacio de entendimiento entre compatriotas.
Por otra parte, desde la perspectiva del empleo, ayer estuve en la Región que represento, donde se me acercaron muchos pequeños comerciantes para decirme que esta propuesta arruinaba sus vidas, ¡arruinaba sus vidas! -lo voy a subrayar-, porque ese es el drama que experimentarán muchas personas en distintas zonas en Chile.
Espero, señor Presidente, que quienes se hallan en las tribunas respeten y dejen opinar en un sentido u otro.
Como decía, probablemente otras regiones no tienen ese problema. Pero aquí hay una esperanza y un espíritu de poder trabajar y desarrollarse que me parecen adecuados. Y no se trata solo de los pequeños comerciantes, pues me parece fundamental no hacer abstracción de los emprendedores. Porque pareciera que todos los supermercados son deplorables, sin importar su tamaño. No sé en qué país uno vive. Habrá buenos y malos establecimientos, pero no generemos una caza de brujas, como si de repente hubiesen aparecido personas con absoluta insensibilidad de todo lo que tiene que ver con nuestro futuro.
Asimismo, estimo que la iniciativa abre espacios a un elemento que siempre ha sido malo, que es la especulación. Obviamente, de aprobarse el proyecto, esta se producirá durante los próximos días, por lo que, desde el punto de vista parlamentario, nosotros deberíamos abordar en consecuencia el tema y dar facilidades a la gente.
En definitiva, no se está actuando con sentido común, ni tampoco en orden a darle facilidades a las personas. Y eso es lo que reclamo en el Senado, porque, lamentablemente, la demagogia se sobrepone a lo que deben ser, en mi opinión -tal vez otros piensen legítimamente distinto-, los intereses del país.
Me parece que los oídos tienen que estar abiertos. El Ejecutivo ha hecho un máximo esfuerzo en esta instancia y ha presentado una indicación razonable, que, desde el punto de vista ciudadano, goza de gran aceptación; que, desde la perspectiva laboral, tiene sentido, y que, desde el punto de vista del país, es importante.
Por eso, señor Presidente , voto a favor de la indicación, y, eventualmente, me pronunciaré en contra del proyecto, porque pienso que daña gravemente a Chile.
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