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- rdf:value = " TRATADO CONSTITUTIVO DE UNIÓN DE NACIONES SURAMERICANAS (UNASUR)El señor PIZARRO ( Presidente ).-
Corresponde tratar, como si fuera de Fácil Despacho, el proyecto de acuerdo, en segundo trámite constitucional, que aprueba el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas, con informes de las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Hacienda.
--Los antecedentes sobre el proyecto (6035-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de acuerdo:
En segundo trámite, sesión 89ª, en 21 de enero de 2009.
Informes de Comisión:
Relaciones Exteriores, sesión 47ª, en 7 de septiembre de 2010.
Hacienda, sesión 47ª, en 7 de septiembre de 2010.
El señor PIZARRO (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario General.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
El objetivo del instrumento internacional es crear la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), para impulsar el desarrollo de un espacio crecientemente integrado en lo político, lo social y lo económico que fortalezca la identidad propia de América del Sur y le otorgue a esta una mayor gravitación en los foros mundiales.
La Comisión de Relaciones Exteriores escuchó la opinión de representantes de entidades dedicadas a los estudios internacionales y de académicos en la materia, habiendo aprobado el proyecto por la unanimidad de sus integrantes: Senadores señores Kuschel, Larraín, Letelier, Tuma e Ignacio Walker, en los mismos términos en que lo hizo la Honorable Cámara de Diputados.
Asimismo, sus miembros presentaron a tramitación un proyecto de acuerdo para recomendar al Gobierno la promoción de un Protocolo Adicional, el que será votado luego de la aprobación de la iniciativa en análisis.
La Comisión de Hacienda, por su parte, deja constancia de que el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas involucra un gasto fiscal, asociado al establecimiento de una Secretaría General cuyo presupuesto anual será financiado por cuotas diferenciadas de los Estados Miembros.
Este último órgano técnico acogió el proyecto por tres votos a favor, de los Honorables señores Escalona, Frei (don Eduardo) y Lagos, y una abstención, de la Senadora señora Matthei.
El señor PIZARRO ( Presidente ).-
En discusión general y particular.
Ofrezco la palabra.
La tiene el Honorable señor Larraín, por cinco minutos.
El señor LARRAÍN .-
Quisiera formular, como Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores , la solicitud de que la Sala acoja el proyecto de acuerdo aprobatorio del Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas, conocida como UNASUR.
El instrumento fue suscrito en Brasilia, República Federativa de Brasil , el 23 de mayo de 2008. Ello siguió a la Declaración de Cusco, de 8 de diciembre de 2004, donde se buscó por primera vez la creación de la entidad, con el propósito de establecer en la región una unión política, económica y social que procurara la integración de América del Sur.
El texto que nos ocupa es importante. Ha sido objeto de mucho debate, no solo en Chile, sino también en el resto de los países del continente, en la medida en que la aspiración de integración en este y, en general, en América Latina ha sido más retórica que real. Hemos enfrentado reiteradas dificultades para concretarla, a diferencia de lo ocurrido en otras latitudes. El ejemplo europeo ha sido bastante sólido en orden a cómo Estados distintos y con diversas historias y conflictos han logrado una unidad que les da provecho y progreso a sus pueblos.
El Tratado busca, fundamentalmente, construir un espacio de integración y unión en todos los ámbitos: el cultural, el social, el económico y el político, y tiende a lograr estos objetivos con una regla que nos parece esencial entender, que es la del consenso. Vale decir, todos los acuerdos han de ser adoptados por la unanimidad de los miembros de UNASUR. Si eso no ocurriera, no se materializarán, obviamente. Ello quizás es complejo, por hacer muy difícil el funcionamiento de cualquier organismo, pero, al mismo tiempo, es la garantía que les permite integrarse a países como los nuestros y estar seguros de que sus principios y su vocación serán respetados.
Para tomar su decisión, la Comisión de Relaciones Exteriores escuchó a la Cancillería, encabezada por el señor Alfredo Moreno , su titular, quien respaldó totalmente la iniciativa, y a distintos especialistas en Derecho Internacional o en estudios internacionales, como José Morandé , Roberto Durán, Juan Emilio Cheyre , Patricio Leiva y Ximena Fuentes .
Habiendo conocido el parecer de distintos invitados, dicho órgano técnico aprobó el proyecto de acuerdo por unanimidad.
De las opiniones recibidas surgieron muchas inquietudes, como las siguientes:
-No engrosar la larga lista de organismos que han fracasado en América Latina en los propósitos de integración.
-No ser parte de manipulaciones que algunos miembros de la entidad pudieran llevar adelante.
-No debilitar a la OEA, que ya pasa por momentos de difícil funcionamiento, según un juicio bastante generalizado en nuestra región.
Lo anterior no obsta para considerar también los aspectos positivos de la eventual aprobación del Tratado y de integrarlo:
1.- La integración es vocación de Chile, que no puede restarse de participar en instituciones como esta.
2.- La región es prioridad de nuestra política exterior, de modo que hemos de aprovechar las instancias para hacerla valer.
3.- En UNASUR se abre la posibilidad de unificar los múltiples organismos existentes en América del Sur, lo que ayudaría a simplificar y a potenciar la unidad.
4.- Existen objetivos concretos que se buscará priorizar y que son los únicos que realmente hacen posible construir una integración: energía, infraestructura, conectividad, integración financiera, protección de la biodiversidad, etcétera.
5.- Finalmente, quizás lo más importante es que en la Comisión hemos avanzado, a iniciativa nuestra, en presentar un proyecto de acuerdo tendiente a pedir al Ejecutivo -y queremos que sea el Senado el que lo apruebe- el establecimiento de un Protocolo Adicional, para garantizar que la integración de Chile a UNASUR no es pasiva. Queremos aprovechar realmente esta instancia para múltiples objetivos en ese aspecto, en todos los sentidos.
En particular, nuestra iniciativa, que será votada a continuación, busca potenciar dos aspectos definitivamente centrales.
Por una parte, se apunta a asegurar la aprobación de una cláusula democrática, del tenor de las ya existentes -no hemos inventado la rueda-, y agregar el concepto de "violación sistemática de los derechos humanos". De esa manera, la ruptura del orden democrático o la alteración del orden constitucional que afecte a un Estado lo hará inhábil para participar en la organización.
Por la otra, se persigue un compromiso más explícito con los derechos humanos e incorporar como fuente los tratados vigentes en la materia.
Era realmente difícil de entender que UNASUR hubiese existido sin incluir los dos elementos anteriores como parte esencial de su compromiso.
Por las consideraciones expuestas, solicitamos que se acoja el proyecto de acuerdo aprobatorio del Tratado Constitutivo de UNASUR, que votaremos a favor con el mayor entusiasmo.
El señor PIZARRO (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Navarro, por tres minutos.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente , UNASUR se ha constituido, por la vía de los hechos y, en particular, por la amplitud de la integración, en un referente decisivo a nivel de América del Sur.
Tuvimos la oportunidad de que su Presidenta Pro Témpore fuera nuestra entonces Primera Mandataria , Michelle Bachelet .
La entidad ha desempeñado un esencial rol cautelar de la democracia. Emerge como una instancia que garantiza la integración, el resguardo de los valores democráticos, y, en especial, como un foro permanente de coordinación de todos los países de América del Sur, que buscan el desarrollo frente a problemas comunes.
Aquí no se encuentra en juego de quién fue la iniciativa, sino si el instrumento sirve o no para la unidad latinoamericana y sudamericana.
Se ha conjugado de manera definitiva una sola y clara definición: UNASUR debe consolidarse como el espacio en donde pueden relacionarse naciones con destinos y problemas comunes. Ha constituido un mecanismo eficiente y activo para enfrentar diversos procesos, sobre todo cuando la democracia ha estado amenazada.
El reconocimiento que el resto de los países le ha dado nos obliga a la ratificación, a darle vida en forma definitiva.
Creo que el Congreso dará un paso decisivo y particularmente positivo al no entremezclar, en una decisión de esta envergadura, las diferencias internas. No se trata de una propuesta que pertenezca a la Oposición o al oficialismo, sino de una que ha logrado integrar a los Presidentes de las naciones de América del Sur, más allá del signo de sus Gobiernos.
Por eso, más allá de la precisión a que se ha llegado en un proyecto de acuerdo distinto, que consideraremos en su momento, la ratificación de UNASUR dice relación a un documento oficial. No acepta modificaciones. Este último texto contiene los principios que se contemplan. Debe votarse "sí" o "no".
A mi juicio, habremos dado un paso decisivo para la unidad de América del Sur si nos pronunciamos por la aprobación. Por mi parte, así lo haré, porque creo que Chile pasará, de ese modo, a lograr una relación privilegiada de integración con sus vecinos, de los cuales hemos estado alejados durante mucho tiempo, lamentablemente.
¡Patagonia sin represas, señor Presidente!
El señor PIZARRO ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ignacio Walker.
El señor WALKER (don Ignacio).-
Señor Presidente , la bancada del Partido Demócrata Cristiano concurrirá a votar a favor de este proyecto de integración.
Siempre hemos sido partidarios de que tal proceso se materialice en el ámbito regional, subregional, aunque nunca hemos contado en América Latina y El Caribe -es cierto- con una organización que realmente lo permita.
Quisiera recordar que el antecedente fundamental de UNASUR fue la Comunidad Sudamericana de Naciones, creada en diciembre de 2004 en el Cusco, Perú . En ese entonces, como Canciller, me correspondió concurrir con el Presidente Ricardo Lagos a dar inicio a un esquema de integración que incluía a los diez países tradicionales de América del Sur, más Surinam y Guyana.
Hago presente, sin embargo, que el establecimiento mismo de UNASUR, la cual constituyó una modificación de ese otro organismo, experimentó en el camino un cambio de no poca importancia. ¿En qué sentido? La idea original de esta última entidad era avanzar en forma gradual, de menos a más, hacia la instauración de una comunidad sudamericana, tal vez el germen de una mayor, desde el punto de vista regional, de América Latina y el Caribe.
Ello seguía, de alguna manera, el modelo del Viejo Continente, que partió con el Tratado del Carbón y del Acero, suscrito a comienzos de los años cincuenta, y continuó con el Tratado de Roma, en 1957, entre cinco países, para dar lugar hoy a la Unión Europea, de 27 Estados, pero después de todo un recorrido, de 50 ó 60 años.
Por lo tanto, el diseño original de la Comunidad Sudamericana de Naciones incluía comenzar, por ejemplo, con la infraestructura. El Acuerdo de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) decía relación a pasos fronterizos, corredores bioceánicos, complejos portuarios y aeroportuarios.
La idea era un proceso que se iniciara por la infraestructura y prosiguiese con la energía. De hecho, se alcanzó a suscribir en Montevideo, Uruguay , el acuerdo sobre el anillo energético, entre cinco o seis países de América del Sur.
En seguida se consideraba una zona de libre comercio, a la cual nos hemos aproximado a través de distintos mecanismos, como la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
Y, finalmente, se iba a llegar a algún tipo de estructura política que culminara el proceso, sobre la base del modelo -repito- de la Unión Europea.
El esquema era realista y ambicioso, pero partía de aspectos prácticos que pudieran hacer percibir a nuestros pueblos un progreso asociado a los mecanismos de integración.
Rebautizada la Comunidad Sudamericana de Naciones, se creó UNASUR, y sobrevino el viejo asunto de la proliferación de organismos: OEA, Cumbre de Las Américas, Grupo de Río, MERCOSUR, Comunidad Andina de Naciones -de esta somos asociados-, con muchas duplicidades. Se estableció, además, un Parlamento Sudamericano, aun cuando ello requiere un protocolo adicional.
Así y todo, nos parece que los 21 objetivos específicos ligados a la instauración de UNASUR permiten concretar algo que es más que un foro como el Grupo de Río y menos que una entidad supranacional, constituyendo, sí, un organismo con personalidad jurídica internacional.
Este último se verá enriquecido con la cláusula que proponemos mediante nuestro proyecto de acuerdo -ojalá todos puedan suscribirla-, que considera la adhesión a los derechos humanos y al régimen democrático, factores que han sido la columna vertebral del sistema interamericano desde la creación de la OEA, en 1947.
Por las razones expuestas, votaré a favor.
El señor PIZARRO (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Novoa, por tres minutos.
El señor NOVOA.-
Señor Presidente, a pesar de nuestro escepticismo respecto del Tratado, nos pronunciaremos a favor del proyecto que lo aprueba.
¿Escepticismo por qué? La integración latinoamericana se halla, básicamente, en la retórica. Se observa una multiplicidad de alianzas, tratados, instrumentos y pactos, pero no se registran avances reales en la materia. El que nos ocupa constituye un texto que incrementará esa frondosa práctica.
Pienso que los esfuerzos para integrar a nuestros países deben hacerse desde abajo y no con estos acuerdos grandilocuentes y cupulares.
En seguida, me parece fundamental definir y delimitar adecuadamente las atribuciones y roles de la UNASUR, con relación a la OEA, porque para nuestro país y sus intereses permanentes no es indiferente el destino de este último organismo. Chile mantiene vínculos muy importantes con México, Estados Unidos, Canadá y Centroamérica, tanto en el ámbito económico como en el cultural, y cualquier intento de debilitar a la Organización como una entidad interamericana conspira contra ellos.
El proyecto de acuerdo que se nos propone votar a continuación del que nos ocupa viene, por lo menos, a clarificar nuestras aprensiones con relación a dos aspectos: la incorporación de una cláusula democrática y la exigencia de que en UNASUR se respeten íntegramente los derechos humanos y políticos que hacen de la democracia un régimen al cual todos adherimos y esperamos fortalecer.
¿Y por qué nuestra prevención? Porque, simultáneamente con la creación y el impulso de UNASUR, hemos visto cómo en numerosos países, bajo formas aparentemente democráticas, se conculcan los derechos humanos, se violan los derechos políticos, se limita la libertad de expresión.
Específicamente, además, quisiera plantear dos puntos.
Uno de ellos dice relación a instar al Gobierno de Brasil, que fue el impulsor de la iniciativa, a que ratifique el Tratado, pues resulta bastante extraño que el país que desempeñó ese papel todavía no lo haga.
En seguida, espero que seamos muy cuidadosos cuando consideremos el Parlamento de UNASUR, porque en América Latina ya existen cerca de diez que han probado su inutilidad.
El señor NAVARRO .-
¡El Parlatino...!
El señor NOVOA.-
Por cierto, no me refiero al que encabeza nuestro Presidente, entidad que debiéramos fortalecer y preservar.
El señor PIZARRO ( Presidente ).-
¡Valga la aclaración, Su Señoría!
El señor NOVOA .-
Finalmente, anuncio que estimularemos al Gobierno para que todas las razones que justifican nuestro escepticismo puedan ser desvirtuadas al interior de UNASUR.
Y valoramos el compromiso que ha adoptado en el sentido de trabajar desde adentro para hacer que el organismo realmente colabore a la integración de América Latina.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Allamand, por tres minutos.
El señor ALLAMAND.-
Señor Presidente , los Senadores de Renovación Nacional también concurriremos a la aprobación de la iniciativa.
Felicito a la Comisión de Relaciones Exteriores por el acucioso y metódico trabajo efectuado sobre la materia.
La verdad es que el acuerdo alcanzado en términos de incorporar una norma específica de protección de los derechos humanos y de resguardo de la democracia (una cláusula democrática) era, desde nuestro punto de vista, absolutamente indispensable.
Incluso, deberíamos ir más lejos -así lo plantearon el Presidente Piñera , en su programa, y el propio Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, José Miguel Insulza -, porque los mecanismos de protección de la democracia en América Latina requieren un perfeccionamiento.
En todo caso, el instar a las autoridades de Gobierno para que, a través de los propios mecanismos de la UNASUR, promuevan un Protocolo Adicional donde se establezca una cláusula democrática es, para nosotros, del todo imprescindible y allana la aprobación de este Tratado.
Señor Presidente , reitero que compartimos los puntos de vista que aquí se han expresado, a fin de evitar la proliferación de este tipo de organismos internacionales en la región y, de alguna manera, "rayar la cancha" para que todos ellos cumplan sus funciones sin que se sobrepongan las de unos y otros.
Eso es algo que hemos de tener muy en cuenta en nuestra política exterior.
Finalmente, quiero hacer presente una cautela y formular una observación positiva.
Desde el punto de vista de la cautela, concuerdo con lo manifestado por el Senador señor Novoa en cuanto a que el futuro Gobierno o el actual, según corresponda, deberá ser particularmente cuidadoso respecto de la implementación del Parlamento de la UNASUR. Porque, si ya existe duplicidad de organismos internacionales, el contar con una multiplicidad de Parlamentos carecería de sentido.
De otro lado, pienso que la ratificación del Tratado por el número de Estados Miembros necesarios para su entrada en vigencia, también permitirá poner atajo -por así decirlo- a una situación de alguna manera anómala en el actual funcionamiento de la Unión de Naciones Suramericanas.
Me explico.
Con relación al cargo de Secretario General , la UNASUR plantea -con razón- que debería, primero, ser de dedicación exclusiva, y segundo, ceñirse a las normas de todos los organismos internacionales, conforme a las cuales quien se desempeñe como tal no puede involucrarse ni participar activamente, de manera simultánea, en tareas propias de la política contingente de su propio país. Ello es de sentido común.
Hago presente lo anterior porque, en mi opinión, lo que sucede ahora es irregular, pues actúa como Secretario General el ex Presidente de Argentina señor Néstor Kirchner , en circunstancias de que es pública y notoria su condición de candidato a la Presidencia de la República para la próxima elección en el vecino país. Además, actualmente es Diputado y no ha renunciado a tal investidura.
En consecuencia, con la entrada en vigor del Tratado que nos ocupa se pondrá coto a dicha situación, que es anómala y obviamente ajena al espíritu que se tuvo al momento de suscribirlo.
Por las razones expuestas, señor Presidente, los Senadores de Renovación Nacional aprobaremos el proyecto de acuerdo.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
En votación.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor PIZARRO ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba en general y en particular el proyecto de acuerdo (25 votos a favor y una abstención).
Votaron por la afirmativa, las señoras Allende, Alvear, Pérez (doña Lily) y Rincón, y los señores Allamand, Bianchi, Chahuán, Escalona, Frei (don Eduardo), García, Girardi, Kuschel, Lagos, Larraín, Longueira, Muñoz Aburto, Novoa, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Ruiz-Esquide, Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Se abstuvo la señora Matthei.
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