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Honorable Senado:
El Informe Brundtland (ONU, 1987) en su definición de desarrollo sustentable presenta de forma implícita una reconciliación entre economía y ecología para las generaciones presentes y futuras, de manera que se pudieran satisfacer las necesidades económicas, ecológicas, y culturales, respetando la capacidad de carga de los sistemas ecológicos y sociales. El mismo informe menciona que el conocimiento y el desarrollo de la tecnología pueden ampliar los límites de los recursos base, pero que dichos límites no desaparecen.
Otras definiciones sobre desarrollo sustentable toman como referencia base la protección de los ecosistemas para el desarrollo de las actividades económicas. Más explícitamente, la IUCN (International Union for Conservation of Nature, 1991) afirma que el desarrollo sustentable significa mejorar la calidad de vida de los seres humanos y mantener la capacidad de carga de los ecosistemas que soportan la vida.
El uso o asimilación de la sustentabilidad como sinónimo de capacidad de carga es un concepto ecológico muy importante que fue desarrollado para su aplicación en la fauna y flora, con una administración humana, aunque sus principios también son válidos para su aplicación en actividades humanas. En teoría, si pudiese establecerse una capacidad de carga para los seres humanos, se obtendría el límite de sustentabilidad ambiental, aunque este es un tema crítico y controversia I, debido sobre todo a sus consideraciones éticas y aplicaciones prácticas relacionadas con las diferencias culturales o económicas entre individuos y sociedades.
Por su parte, The Cale Enciclopedia of Science (2003) señala que la capacidad de carga es la población ideal que se encuentra en equilibrio en un hábitat o área determinada. Cualquier población mayor a ella degradará su hábitat. La capacidad de carga también tiene varios significados prácticos. Cuando se trata de recursos renovables esta expresión designa el rendimiento máximo que se puede obtener indefinidamente sin poner en peligro cada recurso. En el caso de la contaminación se refiere a las cantidades de productos contaminantes que se pueden absorber antes de que los recursos sean irremediablemente alterados.
En los modelos teóricos la capacidad de carga turística no está representada por un número o un límite absoluto, sino que se establece como un margen o umbral. El efecto del establecimiento de un límite es la introducción de un punto de equilibrio en el sistema de análisis.
En términos económicos, algunos autores como Pearce afirman que la sustentabilidad requiere como mínimo mantener una parte constante del capital natural, mientras que otros definen el desarrollo sustentable como la mantención del capital y de los recursos naturales. Según esta visión, el desarrollo sustentable es aquel que permite el máximo consumo presente manteniendo el capital constante para su consumo futuro. Así, la siguiente generación debiera recibir un capital agregado similar o superior al actual. Esta es la denominada regla "del capital constante", en que uno de sus supuestos cruciales es que la naturaleza es simplemente otra forma de capital, según la economía clásica.
Así, la determinación de límites y su respeto es de central importancia en la concreción del desarrollo sustentable, por lo que en la planificación del turismo sustentable se ha instalado crecientemente el concepto de Capacidad de Carga Turística o de Límites de Cambio Aceptable que, básicamente, pueden entenderse como el nivel en el cual un área, ecosistema, hábitat, destino, sitio, o paisaje puede recibir turistas o visitantes sin llegar a un punto de declinación inaceptable o irreversible. Asimismo, a partir del concepto de desarrollo sustentable, existe la tendencia de incorporar la planificación de la actividad turística dentro del contexto social y económico del territorio receptor (Inskeep).
Otra herramienta de planificación utilizada en la protección de las áreas naturales es la Evaluación de Impacto Ambiental, aplicada para identificar impactos naturales y sociales en el medio natural o social generados por el desarrollo de actividades humanas en un área particular (Southgate). Este instrumento entrega información que debiera ser relevante para la toma de decisiones y actuaciones en diferentes niveles y ámbitos. En todo caso, la diferencia entre la evaluación de impacto ambiental y la Capacidad de Carga Turística, es que la primera no pretende determinar el máximo impacto antes de afectar el área natural sino que analiza el impacto cualitativo que causarán las modificaciones al área evaluada.
CAPACIDAD DE CARGA
"Capacidad de carga" es un concepto muy utilizado en el campo de la ecología. La palabra capacidad sugiere, en sentido literal, la posibilidad de contener o acomodar algo en un determinado espacio. Desde hace décadas, los investigadores del turismo han venido utilizándolo para referirse al número máximo de turistas que puede albergar un área de destino. Sin embargo, este concepto es mucho más complejo de lo que en un principio se podría haber pensado pues plantea numerosas controversias, tanto en su definición como en su aplicación.
A su vez, diversos estudiosos y expertos del tema han tratado de definir el concepto de capacidad de carga turística, siendo una de las más ampliamente aceptadas la sugerida por Mathieson y Wall: "el número máximo de visitantes que puede usar un espacio sin una alteración inaceptable del medio físico y sin una disminución en la calidad de la experiencia conseguida por los visitantes". En un sentido similar está la definición propuesta por Lime y Stankey la que incluye el aspecto temporal: "El tipo de uso (lo que hacen y cómo lo hacen) que se puede soportar en un período determinado sobre un área sin causar un excesivo daño tanto al medio físico como a la experiencia del visitante".
Existen además definiciones en las que se encuentra contenida la idea de que la capacidad de carga turística es dependiente de los beneficios esperados. Otros, como Tburot, se centran en los impactos en la zona de acogida: "La capacidad de carga turística es la frecuentación turística que puede admitir continuamente el sistema socioeconómico regional sin que se modifiquen:
a) en el nivel de las estructuras económicas, sin tener necesidad de llamar continuamente a las estructuras no regionales o extranjeras;
b) en el nivel de las estructuras sociales, sin modificar radicalmente los equilibrios sociales anteriores;
c) en el nivel cultural, sin modificar profundamente los sistemas de valor imperantes;
d) en el nivel medioambiental, sin modificar las grandes características ecológicas iniciales".
Sin embargo, resultan más completas las definiciones del término que hace la propia Organización Mundial del Turismo (OMT) al contemplar diversos puntos de vista:
"El concepto de capacidad de carga trata de establecer en términos mensurables el número de visitantes y el grado de desarrollo que es susceptible de alcanzarse sin que se produzcan situaciones perjudiciales para los recursos (...)";
"Es la capacidad que se puede alcanzar sin daño físico para el medio natural y para el medio artificial, sin daño social/económico para la comunidad y para la cultura locales o sin perjudicar el justo equilibrio entre desarrollo y conservación (En términos estadísticos, es el número de visitantes que pueden darse en un lugar a cualquier hora punta o durante un año sin que resulte en una pérdida de atracción o en daños para el medio ambiente..."
"Se puede decir, en términos generales, que existe una saturación o un sobrepaso de la capacidad de carga cuando los movimientos de las personas, nacionales o internacionales, excede temporalmente el nivel aceptable por el medio ambiente físico y humano de la zona de acogida o destino".
En todo caso, gran parte de los autores que han investigado esta materia han señalado que no se debe considerar una sola capacidad de carga turística, sino varias. En esa línea, Watson y Kopachevsky, en una completa síntesis, distinguen cinco tipos de capacidad de carga:
a) Ecológica-medioambiental: donde "el nivel de desarrollo turístico o actividad recreacional más allá del cual el medio ambiente que hemos conocido se degrada o se ve comprometido" y, por lo tanto, afecta al aire, el suelo, la vegetación y fauna, el agua, y todos los demás elementos físicos que componen un ecosistema.
b) Física: que se refiere a la capacidad espacial de un lugar y de sus infraestructuras para acoger las actividades turísticas. La cantidad de espacio disponible es inalterable, sólo se puede mejorar su utilización mediante un aprovechamiento más racional del mismo.
c) Socio-perceptual: hace referencia al nivel de tolerancia de las poblaciones de acogida hacia la presencia y comportamiento de los turistas y los impactos culturales.
d) Económica: es la capacidad para absorber funciones turísticas sin que se excluyan otras actividades que se consideran de interés. El tema económico es uno de los principales argumentos contra la noción de capacidad y la imposición de límites. Los estudios de costo-beneficio tienden a suprimir cualquier límite a la actividad turística, incluso asumiendo la existencia de un costo. El problema es determinar un balance óptimo entre las ventajas e inconvenientes que implica una actividad de ese tipo a la capacidad óptima a la que hacíamos mención antes. Desgraciadamente, se impone a menudo la estrategia del máximo beneficio a corto plazo sin pensar en el futuro.
e) Psicológica: La capacidad de carga psicológica es estrictamente experiencial. Sólo los turistas mismos pueden determinar si han logrado una satisfacción personal en sus vacaciones en función de muchos factores como la actitud percibida de la población local, el grado de saturación del destino turístico, la calidad medioambiental, etc.
LA METODOLOGÍA
Es por la importancia que tiene establecer la capacidad de carga que las áreas silvestres protegidas pueden soportar, que el manejo de visitantes a un área protegida debe ser rigurosamente planificado para alcanzar los objetivos de conservación por los cuales fue creada, de manera de lograr que los visitantes tengan una experiencia de calidad y puedan satisfacer sus expectativas.
La capacidad de carga turística representa el máximo nivel de uso por visitantes que un área determinada puede sostener y se puede definir como la capacidad que posee un ecosistema para mantener organismos mientras mantiene su productividad, adaptabilidad y capacidad de regeneración. Representa, además, un límite de la actividad humana que si es excedido provoca el deterioro del recurso natural (Ceballos- Lascuráin) y un tipo específico de capacidad de carga ambiental que se refiere a la capacidad biofísica y social del entorno respecto de la actividad turística y su desarrollo (Wolters).
Existen diversas metodologías para regular el manejo de visitantes en áreas protegidas. Se destacan el "Visitor Impact Management", VIM (Loomis y Graefe), "Límites de Cambio Aceptable", LCA (Stankey et al.), y "Capacidad de Carga Turística", CCT (Cifuentes).
El cálculo de la capacidad de carga turística se debe hacer a través de un proceso complejo en el que se deben considerar una serie de factores físicos, ecológicos, económicos, sociales y culturales (Moore) y su determinación constituye una aproximación cierta a la intensidad de uso de las áreas silvestres protegidas destinadas al uso público, lo que sustenta y requiere decisiones de manejo.
EL CASO CHILENO
La estrategia turística desarrollada por el Estado promociona al país en los mercados turísticos internacionales bajo el lema "Chile Naturaleza que Conmueve", lo que manifiesta la intención de transformar al país en un destino reconocido por sus riquezas naturales, destacando las áreas protegidas públicas y privadas como principales ejes de la actividad ecoturística. Estas áreas son, asimismo, la herramienta central con que cuenta el país para la conservación de su biodiversidad (Sepúlveda, Lazo)
Chile es considerado un importante destino turístico dentro de América Latina, tanto en relación al turismo tradicional como al de naturaleza o ecológico. Esto ha significado en años recientes la diversificación y expansión de la demanda turística. Hace ya una década, una quinta parte de los visitantes totales que llegaban al país buscaban una experiencia relacionada al ecoturismo {Rivas y Villarroel). Al presente, el turismo es una de las principales fuentes de ingreso extranjero para el país, con destinos turísticos reconocidos internacionalmente (Pauchard y Villarroel).
El turismo de naturaleza en Chile alcanzó, según cifras de la Conaf, un crecimiento de cerca de un 75% en la última década. Durante el 2007, se registraron 1.667.873 visitas a territorios del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), superando en un 12% la del año anterior. La distribución de los visitantes a las distintas áreas del SNASPE se ha mantenido a través de los años, siendo la antigua Región de Los Lagos, hoy sub.-dividida en Región de los Lagos y Región de los Ríos, la que concentra el mayor porcentaje de visitas con el 43% del total. Chile tiene actualmente 32 Parques Nacionales, 48 Reservas Nacionales y 15 Monumentos Naturales, que cubren una superficie total aproximada de 14 millones de hectáreas, equivalentes al 19% del territorio nacional.
CONCLUSIONES
Desde el punto de vista de la práctica del turismo en las áreas protegidas ésta puede beneficiarse de una serie de fortalezas que la distingue del modo en que se produce en los ámbitos territoriales no protegidos, en consonancia con el principio de sostenibilidad en materia turística expresado por la Organización Mundial del Turismo y el Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente: "El turismo sostenible sólo puede tener lugar si se establecen capacidades de carga para los destinos turísticos clave y después se respetan esas capacidades de forma rigurosa mediante un sistema de planificación eficaz y llevando a cabo revisiones del funcionamiento. Estos estudios y normativas constituirán la piedra angular de los planes y estrategias turísticas locales a largo plazo...".
Así las conceptualizaciones y definiciones jurídicas de las categorías de protección ambiental se constituyen en una guía para la optimización física y funcional del territorio frente al proceso de turistización de las áreas silvestres protegidas, en la medida en que fijan lo que podríamos definir como un "umbral de resistencia del medio al uso turístico" en función de un "esquema de tolerancia" de parte o la totalidad de las mismas. Su amplitud queda definida por dos elementos: los "límites máximos de tolerancia" -o de cambio aceptable- relativos a los usuarios y equipamientos requeridos, y por otro, un "óptimo recreacional", que supone el punto para cuyo valor medio dicho ámbito territorial resulta más eficiente, por cuanto no se produce una saturación y, por tanto, no hay una degradación de su calidad ambiental, ni del grado de satisfacción de la propia práctica turística.
En síntesis, los modelos de gestión ambiental y territorial contribuyen a un más eficiente uso turístico de las áreas protegidas a través de una adecuada planificación y manejo del territorio, así como a la implementación de una forma de protección cuya eficacia y viabilidad no puede fundarse en "cercas y multas"20, sino en la integración y compatibilidad de los planteamientos utilitaristas y los dirigidos a la protección de los recursos naturales.
Por lo anterior, venimos a proponer el siguiente,
Proyecto de Ley
Artículo único: en la Ley 18.362, que crea el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, en el Artículo 2° agréguese un nuevo inciso:
"Capacidad de carga turística; se refiere al número máximo de visitantes, que un área silvestre protegida donde se practique el ecoturismo puede soportar, de acuerdo a la tolerancia del ecosistema y al uso de sus componentes, de manera que no rebase su capacidad de recuperarse en el corto plazo, sin disminuir la satisfacción del visitante o se ejerza un impacto adverso sobre la sociedad, la economía o la cultura de un área”.
(Fdo.): Alejandro Navarro Brain, Senador.- Guido Girardi Lavín, Senador.- Fulvio Rossi Ciocca, Senador.-
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