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El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
En el turno del Comité del Partido por la Democracia, tiene la palabra el diputado Felipe Letelier .
El señor LETELIER.-
Señor Presidente, solicito que se oficie a la Presidenta de la República, a fin de hacerle presente mi reflexión sobre una situación que he recogido de la opinión pública y ante la cual no puedo quedarme callado.
Con la última ley de pesca, a la que en la calle se le llama “la última ley trucha”, lo único que se ha logrado es la depredación y la entrega a pocas familias de nuestro mar que tranquilo nos baña, porque de peces ya no hay nada.
El domingo pasado estuve en el mercado de Rengo buscando una reineta. No encontré nada. Los locatarios me decían que ello se debe a que los recursos fueron entregados a siete familias poderosas, que seguramente han sido santiguadas por alguna varita; los únicos privilegiados en Chile. ¡Pero no solo a esas siete familias! También me dijeron que desde la Novena Región hacia el sur se entregan las reinetas a los españoles.
La ley de pesca es una ley de hambre. ¡No puede ser que uno vaya al mercado o a la feria libre a comprar pescado, que aunque sea caro, uno junta las monedas para comprarlo, y le digan que no hay, en circunstancias de que tenemos 5.000 kilómetros de mar!
¡Qué vergüenza más grande para esta Corporación, para este Parlamento, que se haya prestado -lo digo con respeto, pero no me voy a quedar callado- para una chambonada tan grande como la de haber entregado a siete familias y a extranjeros recursos que son de todas las chilenas y de todos los chilenos!
Al final, esa ley va a generar hambre. Vamos a tener que importar pescados de otros países, porque en Chile no va a quedar nada. En nombre del negocio, de la rentabilidad y de la ganancia, hemos entregado a los tiburones más grandes los recursos del mar de Chile.
En verdad, me da vergüenza. Me pregunto, al igual que los que ven esta sesión a través del canal de televisión de la Cámara, cómo en aquella legislatura anterior los parlamentarios se prestaron para una situación de este tipo. ¿Cómo un ministro de Estado pudo haber echado al saco al Congreso Nacional?
Esa ley de hambre, esa “ley trucha”, obligó a esas siete familias a coludirse.
Por ello, pido que se oficie a la Presidenta de la República, a fin de que envíe un proyecto que modifique la ley de pesca, porque el mar es de todas las chilenas y de todos los chilenos y no solo de siete familias y de extranjeros, quienes, al final, no van a dejar nada, por lo que tendremos que importar productos del mar de otros países, en circunstancias de que tenemos 5.000 kilómetros de costa.
He dicho.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Se enviará el oficio solicitado por su señoría, con la adhesión de los diputados y de las diputadas que así lo indican a la Mesa.
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